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Manual de Ujieres

La inmensa mayoría del manual será útil para cualquier congregación que quiera desarrollar un
ministerio de ujieres de excelencia.

IMPORTANCIA Y ORÍGENES BÍBLICOS DE LOS UJIERES: La función del ujier es de gran


responsabilidad e importancia. Tiene un trasfondo bíblico en los porteros del Antiguo Testamento
(ver I Cró 16: 38; Neh 7: 1; Jer 35: 4). No debemos subestimar el significado de esta función en la
Iglesia.

Se trata de una función espiritual, no solamente mecánica. Requiere preparación espiritual previa
como cualquier otro ministerio. Se debe orar para estar preparado personalmente antes del
servicio. Se debe orar, también, por el servicio y todos los que han de oficiar. ¿Por qué otras cosas
se podría orar antes de llegar al servicio? ¿Habrá razón para orar también durante el servicio?

Esa función espiritual de los ujieres es frecuentemente ignorada o subestimada. Es importante


meditar sobre esto, e incluirlo en las consideraciones que atañen a este importante cargo.

Un ujier podría inclusive tener funciones de consejería en ocasiones. Es importante ser observador.
A veces llegará gente a la iglesia con cargas emocionales evidentes. Necesitarán a alguien
compasivo y alerta que les extienda una palabra de amor y ánimo, o que ore con ellos, o que los
refiera a un pastor o anciano de la iglesia para ministración. Esto se deberá hacer con extremada
delicadeza y discreción.

ACTITUD Y VESTIMENTA DE LOS UJIERES

La actitud del ujier es absolutamente importante. Algunos elementos importantes de esa actitud:
a) confianza en sí mismo y en el Señor
b) autoridad espiritual
c) simpatía
d) espíritu de servicio
e) humildad
f) paciencia
g) diligencia y dinamismo
h) mentalidad de excelencia
i) esprit de corps

Los ujieres deben ser puntuales, y estar en la iglesia con mucho tiempo de anticipación.

Los ujieres deben vestirse bien, mostrando que toman en serio su trabajo, presentando una cara
elegante y positiva de la iglesia.

Idóneamente, los equipos de ujieres deberán usar un uniforme, o vestirse coordinadamente. Esto
no siempre será posible o práctico, pero es muy útil.

Deben vestirse con modestia, tanto hombres como mujeres; pantalones no demasiado apretados,
camisas abotonadas apropiadamente, escotes adecuados.

Deben usar de higiene apropiada. Importante oler bien, estar bien peinados, usar de un enjuague
bucal si es posible, tener uñas limpias.
EL UJIER COMO EMBAJADOR

La recepción de las personas que asisten a la iglesia debe ser cortés y afable, con un balance
adecuado. No se debe ser demasiado simpático, ni tampoco demasiado serio. Se debe evitar tocar
a la gente. Algunos se sienten incómodos con este tipo de trato, particularmente las mujeres. El
balance es importante.

Una sonrisa agradable, un tono afable al saludar, una palabra de bienvenida, una mirada
directamente a los ojos—todo esto es absolutamente importante.

El ujier es la primera cara de la congregación, la fuente de la primera impresión que recibe la gente
cuando llega por primera vez a la iglesia. Se trata de una gran responsabilidad. Hay que estar
siempre consciente de este hecho, para mantener la actitud correcta en todo tiempo.

Muchos visitantes no tendrán ningún otro contacto con gente de la iglesia, excepto con el ujier
cuando entran. Ese hecho es extremadamente importante con respecto a si vuelven a la iglesia o
no. Por eso necesario que los ujieres se aseguren de saludar a la gente cuando llegan, sobre todo
si no los han visto antes, y hay una posibilidad de que sean visitantes.

VISITANTES ESPECIALES

Si el ujier discierne que algún visitante es un pastor, un predicador invitado, o que amerita algún
reconocimiento especial, es importante que alerte discretamente al ujier principal, o que notifique a
alguno de los pastores inmediatamente, para que se determine si se le debe dar una bienvenida
especial, o si se debe invitar a la persona a sentarse en un lugar preferencial por cortesía.

Nuestra iglesia recibe muchos visitantes de otras culturas y comunidades cada domingo. Por eso se
requiere que estemos especialmente alerta a esos visitantes que ameritan un trato especialmente
cortés, pues en esas ocasiones seremos representantes de toda nuestra comunidad. El ujier juega
un papel extremadamente importante en ese proceso.

LA UBICACIÓN DE LAS PERSONAS EN SUS ASIENTOS

Es de gran importancia acompañar a la gente a sus asientos en todo lo posible. Esta es una de las
funciones más importantes del ujier. En este aspecto, es de suma importancia que cada ujier
muestre gran dinamismo, iniciativa, energía y diligencia. El mero hecho de entregar una hoja de
anuncios y saludar a la gente no es suficiente. Es necesario facilitar lo más posible su ubicación de
un asiento.

Esto se hace doblemente necesario en una iglesia como la nuestra, donde estamos muy
constreñidos con respecto a espacio, y donde la gente muchas veces tiene dificultad en encontrar
asiento, sobre todo cuando se trata de una familia con varios miembros, o acompañados de
visitantes. Abandonar a la gente a que se defiendan solos, como puedan, para encontrar asiento es
una falta de responsabilidad de parte del ujier.

Con respecto a visitantes, esto es de urgente importancia. El visitante generalmente se encontrará


desorientado e intimidado cuando entra a la iglesia. Si se ve obligado a moverse entre un mar de
gente desconocida para tratar de encontrar espacio, y si recibe un rechazo tras otro al tratar de
sentarse—como puede pasar frecuentemente cuando la iglesia está bien apretada—resulta ser
extremadamente desagradable. Ese tipo de experiencia negativa se debe evitar en todo lo posible.
El ujier es la línea de defensa número uno con respecto a esto.
DÍAS DE MAYOR ASISTENCIA

La función de los ujieres será especialmente útil cuando la iglesia está demasiado apretada, como
suele pasar con frecuencia. Aquí se requiere estar muy alerta, anticipar necesidades, moverse
continuamente, y ejercer doble paciencia. Se requiere, también, que los ujieres se comuniquen
unos con otros, que mantengan contacto visual entre sí y con el pastor.

Es de extrema importancia que cuando haya pocos asientos libres, los ujieres se muevan
continuamente a través de la iglesia para identificar con anticipación dónde están los espacios
todavía disponibles, a fin de que puedan llevar a los feligreses a esos lugares sin detenimiento o
titubeo cuando estos lleguen.

Por razones de seguridad, es importante mantener los pasillos despejados de gente y objetos que
puedan obstruir el paso o la libre circulación. Esto se hace muy importante en caso de un fuego o
alguna otra emergencia. Si hay gente parada sin razón en esos lugares estratégicos, se le debe
pedir con firmeza y cortesía que desalojen esos espacios, informándoles que se trata de
reglamentos establecidos por el departamento de bomberos de la ciudad.

Es de gran importancia que los ujieres notifiquen a la gente que tiene abrigos o carteras ocupando
asientos libres, que los quiten y ubiquen debajo del piso, o sobre la falda. Esto tiene que hacerse
con delicadeza y firmeza, balanceadamente. Debe practicarse una frase adecuada previamente, a
fin de que salga con naturalidad al emplearse.

Esto es muy delicado, y puede llevar a una situación de tensión y hasta conflicto, sobre todo con
respecto a gente rebelde y desagradable. Se debe decir las cosas con una sonrisa en todo lo
posible, y empleando un tono agradable, quizás en forma de pregunta (“Por favor, ¿podría ceder
esos asientos, para que podamos sentar a un par de personas? Gracias, hermano.”)

A veces, habrá que pedirle a la gente que se desplacen hacia los lados para consolidar espacios.
Esto también puede resultar en tensión, así que hay que estar alertas al respecto, y emplear la
forma más cuidadosa y balanceada. Es aquí donde la oración previa en la casa y antes del servicio
entre todo el equipo, puede ser de gran utilidad para evitar y neutralizar esos momentos
desagradables.

Como se puede ver, es de gran importancia que los ujieres sea gente dinámica, observadora,
proactiva, y enérgica, con un alto sentido de responsabilidad, que no le tema a usar su autoridad
para mantener el orden en la iglesia, y facilitar el mover del Espíritu en las reuniones.

SITUACIONES DE CONFLICTO O TENSIÓN

En ocasiones de tensión o conflicto, mejor buscar ayuda con un superior o un pastor si lo amerita la
situación. En otros momentos, quizás será mejor simplemente voltear la otra mejilla, evitando así
una escena desagradable que afee el ambiente, dé mal ejemplo a otros, especialmente visitantes, o
que contriste al Espíritu.

El ujier debe evitar en todo lo posible crear la impresión de ser prepotente, o de estar abusando de
su autoridad. En ocasiones, sin embargo, se requerirá de cierta firmeza, sobre todo cuando la
seguridad de las personas pueda verse afectada.

Hay que pedirle al Señor mucha sabiduría y discernimiento sobre cuándo ser firme y cuándo ser
flexible. De nuevo, es aquí donde la oración previa es de gran importancia para evitarnos conflicto,
y para proveernos de sana sabiduría, así como del Fruto del Espíritu, lo cual es tan importante para
la función del ujier.

CONTACTO VISUAL CON EL PASTOR A CARGO

Es muy útil que siempre haya un ujier, quizás el ujier principal, que mantenga contacto visual con el
pastor que está a cargo del servicio. Esto no será posible en todo momento del servicio. Pero es de
gran ayuda de vez en cuando mirar hacia el pastor para ver si necesita algo, o si desea comunicar
algo a los ujieres. De vez en cuando, inclusive, un ujier se puede allegar al pastor para preguntar si
todo está bien, o si requiere algo de parte de los ujieres u otra persona.

TIEMPOS DE MINISTRACIÓN

Durante tiempos de ministración regular, cuando el pastor le pide a la gente que pase al frente para
recibir oración después del tiempo de adoración, es importante que algunos ujieres pasen al frente
para estar disponibles en caso que se haga necesaria su intervención. Su presencia es útil,
además, para guiar a la gente a la ubicación apropiada, y evitar aglomeramiento o mal uso del
espacio.

Los pasillos del santuario siempre deben mantenerse despejados durante los tiempos de
ministración. Si alguna persona está obstruyendo la circulación, se le debe informar cortésmente
que es necesario desalojar el espacio, o guiarla suavemente a la ubicación correcta.

Durante tiempos de ministración, la función de los ujieres adquiere una importancia extraordinaria.
Inmediatamente, que comienza este tiempo, los ujieres deben entrar en postura de alerta y
actividad. Algunos deben desplazarse inmediatamente hacia el frente, para facilitar la ubicación de
la gente al frente. Como el espacio es tan limitado, y a veces pasa mucha gente, debe haber por lo
menos tres o cuatro ujieres ayudando a la gente a compactarse, y sobre todo, a dejar los pasillos
libres para que otros puedan también pasar al frente.

En ocasiones, será necesario retirar los asientos de adelante y pedirle a la gente que esté sentada
en esa sección que se mueva a otro lado, para que puedan caber todos los que acudirán al frente.
Aquí es bueno en todo lo posible consultar antes con el pastor, o con alguien de mayor autoridad,
para asegurarse que se proceda en una forma apropiada.

FAMILIAS CON NIÑOS

Si vienen familias nuevas con niños, se les debe informar que hay clases para diferentes edades, y
darles direcciones sobre cómo llegar a los salones infantiles. Además, se les debe dejar saber a
qué hora comienzan las clases para niños— quizás será necesario conseguir a alguien que
acompañe a la mamá hasta el salón infantil.

A veces los padres no quieren llevar a sus niños a los salones infantiles, particularmente durante su
primera visita, prefieren retenerlos en el salon. Generalmente, no se debe insistir que los lleven a
clase. Sin embargo, si el niño se pone inquieto y comienza a molestar o a hacer ruido, se le deberá
informar delicadamente al adulto que hay clases disponibles para los niños, y que con mucho gusto
podemos acompañarlos hasta el salón adecuado. En ocasiones, este trabajo idealmente lo haría
una ujier, ya que es más delicado navegar ese momento potencialmente difícil de mujer a mujer.
LA SANTA CENA

Al final del tiempo de la Santa Cena, los ujieres deben asegurarse de recoger los vasitos que
queden en los asientos, y desecharlos apropiadamente.

CONTEO DE LA ASISTENCIA

El conteo de la asistencia es de gran importancia para mantener estadísticas concerniente al


crecimiento y las fluctuaciones de la congregación. Se requiere, por lo tanto, que se lleve a cabo
con la mayor precisión y cuidado posibles. Por esa razón, lo más aconsejable es que siempre lo
haga la misma persona en cada turno, y que sea alguien detallista y cuidadoso en este tipo de
operación.

De vez en cuando, por alguna razón extraordinaria, la asistencia el domingo puede reducirse
dramáticamente. En ese caso, la persona que toma la asistencia deberá proveer algún comentario
o aclaración en el papel del reporte, dejando saber la razón por la cual hubo una asistencia más
baja de lo usual. Esa información se incorporará a los récords de la iglesia para futura referencia.

SITUACIONES DE EMERGENCIA

Idealmente, los ujieres deberán estar preparados para afrontar cualquier situación de emergencia
que pueda surgir durante un servicio. La directiva de los ujieres deberá proveer entrenamientos
especializados con respecto a situaciones específicas, tales como fuegos, falsas alarmas de fuego,
personas atrapadas en un elevador, o emergencias médicas.

Idealmente, algunos de los ujieres deberán recibir instrucción sobre primeros auxilios. Además,
todos los ujieres deberán saber dónde se encuentra el maletín de primeros auxilios, y poder
identificar los médicos en la congregación, y dónde estos se encuentran sentados durante los
servicios, en caso de que sea necesario acudir a ellos durante una emergencia médica.

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