Unidad 3

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Licenciatura en Comercio Exterior

Asignatura: Historia Económica Mundial

Unidad Nº 3: Modelos filosóficos sobre una


realidad cambiante

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Índice:

1. Introducción…………………………………………………………………………………3

2. Secularización del pensamiento filosófico ………………………………..4

3. Nuevas filosofías ………………………………………………………………………..5


3.1 La filosofía de Frederich Nietzsche…………………………………. 6
3.2 El humanismo de Heidegger …………………………………………… 8

4. Cambios en la interpretación de las relaciones socio –


económicas ……………………………………………………………………………….10
4.1. La dialéctica de Hegel ……………………………………………………. 10
4.2. El pensamiento de Marx ………………………………………………… 15

5. Cambios en la representación del sujeto ……………………………… 18


5.1. Freud y el surgimiento del psicoanálisis ………………………. 18
5.2. Estructura psíquica humana según Jung …………………….. 20

6. Filosofía unicista …………………………………………………………………….. 21

7. Conclusiones …………………………………………………………………………… 22

8. Referencias bibliográficas ……………………………………………………... 23

2
1. Introducción

En esta tercera unidad, nos enfocaremos en los cambios en las mentalidades que se
producen a partir de la Revolución Francesa. Recordemos que esta revolución, significa
la cristalización del ascenso de la burguesía al poder, pero que las banderas de la
igualdad y la libertad se harán carne de los procesos político y económicos
subsiguientes.

En esta unidad, trabajaremos autores clásicos de la filosofía moderna, si bien,


analizaremos parte de sus conceptos para comprenderlos, el enfoque que realizaremos
será comprenderlos en su proceso histórico. Es decir, tomar su obra como una fuente de
época para conocer, comprender y analizar los procesos con los que dialogan y discuten.

Dividimos el análisis para un mejor abordaje en los cambios que los acerca: cambios en
filosofía como disciplina, la comprensión del sujeto, en la comprensión de las relaciones
sociales.

En las nuevas filosofías, encontramos que el proceso de separación del pensamiento


filosófico del religioso (secularización) avanza a paso firme, y consolida ideas que
marcaron una bisagra en la historia contemporánea, en especial trabajaremos el
contractualismo.

Pensadores como Michel Foucault o Paul Ricouer señalan a algunos autores que
trabajamos en esta unidad como los “maestros de la sospecha” porque nos inducen a
pensar que hay más que comprender de lo que vemos. Así, desde distintos enfoques
vemos que: hay más las acciones y las conductas humanas (Freud con el inconsciente);
hay más que meras relaciones laborales circunstanciales (Marx con el materialismo
histórico); hay más que los entes - cuerpos (Heidegger preguntándose por el ser); la
igualdad como problemática de la mediocridad y la hipocresía de la moral (el nihilismo
de Nietzsche).

Podemos entonces, acercarnos a la hipótesis de que esta etapa moderna introduce la


sospecha en el pensamiento. Que la racionalidad nos aleja de la ingenuidad y nos
permite quitar las máscaras e interpretar la realidad.

“Foucault dice que Marx no se a interpretar a la sociedad burguesa, sino a la


interpretación burguesa de la sociedad; que Freud no interpreta el sueño del
paciente, sino el relato que el paciente hace de su sueño; que Nietzsche no

3
interpreta la moral de Occidente, sino el discurso que Occidente ha construido
sobre la moral” (Grüner 2005)

2. Secularización del pensamiento filosófico.

Podemos entender a la Filosofía como una disciplina que busca cuestionar, analizar y
comprender la realidad y la existencia: Sus métodos son disimiles a lo largo de su
historia: argumentación, refutación, formulación de hipótesis, conceptualización,
sistematización, diálogo, pregunta/repregunta. El ejercicio filosófico permite cuestionar
y desnaturalizar lo que se supone verdadero en los diversos contextos históricos,
económicos, políticos y culturales.

A lo largo de sus 28 siglos 1, el saber de la filosofía se ha constituido de diversas


maneras. Podemos ubicar en su origen, en la Antigüedad, un pensamiento ligado al
conocimiento, en tanto el filosofo era el sabio conocedor de la ciencia (indiferenciado la
matemática, la astronomía, la física, etc.) Ejemplos de estos filósofos son Platón y
Aristóteles. Durante la Edad Media, el rol de la Filosofía estuvo fuertemente ligado al
pensamiento religioso, situándose como rama de la teología, entendiendo que el
conocimiento filosófico debía ser funcional al esclarecimiento de las verdades reveladas
por la religión, como ser Pedro Abelardo o Santo Tomás de Aquino.

Durante la Edad Moderna, vivimos el proceso de secularización del pensamiento: la


filosofía se independiza de la religión, para pensarse luego de ella, la existencia terrenal
es suficientemente rica en planteos filosóficos y los desafíos políticos invitan a repensar
la desnaturalización: el pensamiento cartesiano propio del “Pienso, luego existo” de
Descartes invita a pensar y cuestionar lo conocido. En este sentido, surge la Ilustración
como aquellos pensadores que traen “luz sobre la oscuridad del Medioevo”, en los
márgenes de esta rama filosófica surge por ejemplo, el enciclopedismo como modo de
acercar los conocimientos y oficios, a más cantidad de personas.

Un ejemplo de este cambio moderno, es el contractualismo. Pensadores como


Montesquieu, Rousseau, Hobbes y Locke se preguntan por cómo es el ser humano en
estado de naturaleza – fuera de la forma de vida en sociedad –. A partir de la conquista
de América, los europeos se abrieron a pensar en otras formas de relacionarse y de

1
Ubicamos como primer filósofo a Tales de Mileto, en la pólis de Mileto en el siglo VII a.C

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organizarse socialmente de forma diferente a como lo venían realizando, por ejemplo,
pensar en una sociedad sin Estado ni organización política.

Los contractualistas retomaron la idea de Aristóteles de que el hombre es un animal


político por naturaleza y que busca vivir en sociedad, a partir de esta idea llegaron a la
conclusión de que existió un estado de naturaleza en el que los sujetos se relacionaron
con el mundo a partir de sus instintos, pero que fue necesario establecer una forma de
convivencia para poder constituirse en sociedad. De este modo, se fue estableciendo un
contrato (por eso contractualismo) entre los individuos que permitió la conformación de
las sociedades. En este contrato que hacían los individuos, se limitaban sus propias
libertades en favor de una convivencia social.

Principales pensadores de esta corriente de filosofía política:

Rousseau: Consideraba que el hombre era bueno en estado de naturaleza, pero que
la aparición de la propiedad privada, la sociedad civil y las leyes sometieron a los
hombres a la desigualdad y a la dependencia. Por eso, creía que era necesario un
nuevo contrato social crítico de la división de poderes, debido a que sostenía que la
soberanía era indivisible y que surgía de la voluntad del pueblo, y que la misma solo
podría expresarse a partir de asambleas generales de ciudadanos.

Estos planteos, convivían los cambios políticos en la Europa del siglo XVIII, el
pensamiento de Rousseau será uno de los pilares de la Revolución Francesa, así como el
planteo de Locke, servirá para justificar los cambios en la monarquía parlamentaria
inglesa, mientras que el planteo de Hobbes abogaba por la defensa de la monarquía
absolutista inglesa.

Este cambio, hace manifiesto entonces, que la filosofía comienza a abordar las
problemáticas por cómo vivir en la realidad con las problemáticas propias de su
presente.

3. Nuevas filosofías:

3.1. La filosofía de Frederich Nietzsche

(Röcken, actual Alemania, 1844 - Weimar, 1900) Filósofo alemán, nacionalizado suizo.
Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente
religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los

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veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos
años después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo
universitario. En su juventud fue amigo de Richard Wagner, por quien sentía una
profunda admiración, aunque más tarde rompería su relación con él.

Entre las divisiones que se han propuesto para las obras de Nietzsche, quizá la más
sincrética sea la que distingue entre un primer período de crítica de la cultura y un
segundo período de madurez en que sus obras adquieren un tono más metafísico, al
tiempo que se vuelven más aforísticas y herméticas. Si el primer aspecto fue el que más
impacto causó en su época, la interpretación posterior, a partir de Heidegger, se ha
fijado sobre todo en sus últimas obras.

Como crítico de la cosmovisión que se desprende de la cultura occidental, Nietzsche


considera que su sentido ha sido siempre reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del
racionalismo y de la moral (lo apolíneo); la filosofía, que desde Platón ha transmitido la
imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico
esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el
momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida
y un orden ultra terrenos, en los que el hombre alivia su angustia.

Su labor hermenéutica se orienta en este período a mostrar cómo detrás de la


racionalidad y la moral occidentales se hallan siempre el prejuicio, el error o la mera
sublimación de los impulsos vitales. La «muerte de Dios» que anuncia el filósofo deja al
hombre sin la mezquina seguridad de un orden trascendente, y por tanto enfrentado a la
lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la existencia.

¿Dónde está Dios?—, exclamó, ¡se los voy a decir! ¡Nosotros lo hemos matado,
ustedes y yo! ¡Todos somos unos asesinos! Pero, ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo
hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado la esponja para borrar
completamente el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desencadenar a esta tierra de
su sol? ¿Hacia dónde rueda ésta ahora? ¿Hacia qué nos lleva su movimiento?
¿Lejos de todo sol? ¿No nos precipitamos en una constante caída, hacia atrás, de
costado, hacia delante, en todas direcciones? ¿Sigue habiendo un arriba y un abajo?
¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No sentimos el aliento del
vacío? ¿No hace ya frío? ¿No anochece continuamente y se hace cada vez más
oscuro? ¿No hay que encender las linternas desde la mañana? ¿No seguimos
oyendo el ruido de los sepultureros que han enterrado a Dios? ¿No seguimos
oliendo la putrefacción divina? ¡Los dioses también se corrompen! ¡Dios ha
muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y lo hemos matado nosotros! ¿Cómo vamos a
consolamos los asesinos de los asesinos? Lo que en el mundo había hasta ahora de

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más sagrado y más poderoso ha perdido su sangre bajo nuestros cuchillos, y ¿quién
nos quitará esta sangre de las manos? ¿Qué agua podrá purificamos? ¿Qué
solemnes expiaciones, qué juegos sagrados habremos de inventar? ¿No es
demasiado grande para nosotros la magnitud de este hecho? ¿No tendríamos que
convertimos en dioses para resultar dignos de semejante acción? Nunca hubo un
hecho mayor, ¡y todo el que nazca después de nosotros pertenecerá, en virtud de
esta acción, a una historia superior a todo lo que la historia ha sido hasta ahora! Al
llegar aquí, el loco se calló y observó de nuevo a sus oyentes, quienes también se
habían callado y lo miraban perplejos. Por último, tiró la linterna al suelo, que se
rompió y se apagó. "Llegó demasiado pronto, dijo luego, mi tiempo no ha llegado
aún. Este formidable acontecimiento está todavía en camino, avanza, pero aún no
ha llegado a los oídos de los hombres. Para ser vistos y oídos, los actos necesitan
tiempo después de su realización, como lo necesitan el relámpago y el trueno, y la
luz de los astros. Esa acción es para ellos más lejana que los astros más distantes,
¡aunque son ellos quienes la han realizado!" Cuentan también que ese mismo día el
loco entró en varias iglesias en las que entonó su Requiem aeternam Deo. Cuando
lo echaban de ellas y le pedían que aclarara sus dichos, no dejaba de repetir: "¿Qué
son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos funerarios de Dios?"

¿Qué podemos decir acerca de la cita donde Nietzsche sostiene que Dios ha muerto?
Primero, que es menester resaltar que el autor dice que hay una culpa colectiva de la
muerte de Dios, un ustedes y un nosotros que es culpable. Al decirlo, lo está informando
como un anuncio de algo que el resto de las personas parece no haberse enterado, o
viviera como si no hubiera pasado, la muerte de Dios. ¿No habían notado que Dios ha
muerto?

Varias de las cuestiones que este autor critica en sus obras a los sacerdotes es la
hipocresía, por la cual Dios funciona como un elemento para ejercer poder sobre el
resto, y que eso no refleja la fe o principios morales del cristianismo, sino que es un
ejercicio de poder a través de la creencia y de la idea de Dios. Ese uso de la divinidad
como elemento de coerción, dice Nietzsche es una forma de matar a Dios.

A nivel genérico, para Nietzsche el mundo vive sin realmente estar condicionado en su
existencia por una supuesta divinidad que lo mira o lo juzga. Los valores cristiano se
ponen en juego en la vida cotidiana, el lugar que Dios ocupaba en las fundamentaciones
de la existencia fue reemplazada por otros fundamentos, como ser el antropocentrismo
(desarrollado en la idea del Ser Humano como principio y fin, como medida, como
autonomía de la existencia). En esta nueva omnipresencia humana, la divinidad estorba.
No necesita este nuevo ser humano el permiso para habitar el mundo.

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Entre sus críticas a este mundo con los valores trastocados, la igualdad que busca la
burguesía le resulta limitante. El autor sostiene que de las diferencias humanas,
inherentes a especie, puede surgir el crecimiento intelectual, en tanto que la igualación
de todas las personas promueve la mediocridad. El autor busca mostrar que la extensión
de los valores que se promueven en la época, al aceptarlos de forma acrítica pueden
promover el conformismo, mediocridad, la resignación, el nihilismo.

En este mundo sin la necesidad de Dios, se sostiene una moral cristiana, extendida, que
como se hizo extensiva no necesita a Dios ni a la religión. Los valores impuestos por
siglos se sostienen, aún, sin un Dios, porque la extensión de los valores como moral,
son el triunfo del cristianismo.

3.2. El humanismo de Heidegger

Filósofo alemán que vivió entre 1889 y 1976. Discípulo de Edmund Husserl, su
indiscutible preeminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre
por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista, manifestada
en el discurso que pronunció en la toma de posesión de la cátedra en la Universidad de
Friburgo (1933)

La renuncia a la cátedra muy poco después de ocuparla no evitó que en 1945,


finalizada la Segunda Guerra Mundial con la ocupación de Alemania por los aliados,
fuera destituido como docente en Friburgo. Sólo en el año 1952 se reincorporó, si bien
su actividad académica fue ya mucho menos constante. Aunque recibió de algunos de
sus discípulos, como Herbert Marcuse, la sugerencia insistente de que se retractara
públicamente de su discurso de 1933, el filósofo desestimó el consejo y nunca quiso dar
explicaciones.

Si bien para algunos es imposible abordar su obra sin reservas, la mayoría de filósofos y
estudiosos actuales prefieren tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente
filosófico, que no resulta menos controvertido. Desde la filosofía analítica, su obra ha
sido criticada con dureza, sobre todo por Rudolf Carnap. Pero el pensamiento
heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así, la filosofía francesa de
las décadas de 1960 y 1970 (Jacques Derrida, Emmanuel Levinas, Paul Ricoeur) admiró
su pensamiento ontológico, sobre el ser y su diferencia con la existencia.

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La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos. El
primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a quedar incompleta, plantea
buena parte de las ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del
presupuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente
el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por «ser», en general, aquello que instala
y mantiene a los entes en el ser.

En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente privilegiado al que interrogar por


el ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una específica relación de
reconocimiento con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el
«Ser-ahí» (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al
«ser-ahí» como «Ser-en-el-mundo». La distinción de la filosofía moderna,
desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo
totalmente ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su
relación con el mundo, que es además práctica («ser a-la-mano») antes que teórica («ser
ante-los-ojos»). El esfuerzo de Heidegger por pensar el ser como relación de los entes
en el tiempo está en la base del posterior movimiento hermenéutico.

En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia de la metafísica


desde Platón como proceso de olvido del ser, y como caída inevitable en el nihilismo
(cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En sus últimas
obras, realiza un acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente el
ser.
“Todo humanismo se basa en una metafísica, excepto cuando se convierte el
mismo en el fundamento de tal metafísica. Toda determinación de la esencia del
hombre, que, sabiéndolo o no, presupone ya la interpretación de lo ente sin plantear
la pregunta por la verdad del ser, es metafísica. Por eso, y en concreto desde la
perspectiva del modo en que se determina la esencia del hombre, particular y
propio de toda metafísica se revela en el hecho de que es «humanista». En
consecuencia, todo humanismo sigue siendo metafísico.
A la hora de determinar la humanidad del ser humano, el humanismo no solo no
pregunta por la relación del ser con el ser humano, sino que hasta impide esa
pregunta, puesto que no la conoce ni la entiende en razón de su origen metafísico.
(Heidegger 2006: 23-24)

En Cartas sobre el humanismo, Martin Heidegger extiende al humanismo la misma


critica que viene realizando en trabajos anteriores sobre el enfoque del pensamiento

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filosófico occidental, el cual olvida el ser2. Por ello, su crítica se dirige al subjetivismo,
porque en él se encuentra la instancia máxima del olvido del ser, en tanto simula una
libertad de creación de la realidad, de forma autónoma. Heidegger advierte que no
existe esta libertad, y autonomía del ser humano, sino que somos sujetos de cómo las
cosas de muestran en las distintas épocas.

En este planteo, Nietzsche es la concreción mas extrema del subjetivismo porque


expone en la voluntad de poder el eje de la actividad humana. Los trabajos póstumos de
Nietzsche le sirven a Heidegger para ubicarlos como el último eslabón del pensamiento
filosófico subjetivista, que mencionábamos antes. De esta forma, para este filósofo, no
es el pensamiento una producción ahistórica, sino un testimonio de cómo <<el ser>> se
manifiesta a lo largo de las épocas. Hasta este autor, la figura del ser humano no había
sido pensada en el condicionamiento del pensamiento humano por el modo en el que ser
se muestra en cada época.

Este filósofo entenderá al Humanismo no como valor de la humanidad, sino como la


exaltación de la humanidad. Su crítica sobre el humanismo, es en tanto, el supuesto de
que el ser humano es superior y que le corresponde la superioridad.

4. Cambios en la interpretación de las relaciones


socio económicas

4.1. La dialéctica en Hegel

Filósofo alemán que vivió entre 1770 y 1831. Hegel estudió primero en el instituto de
su ciudad natal, y entre 1788 y 1793 siguió estudios de teología en Tubinga, donde fue
compañero del poeta Hölderlin y del filósofo Schelling, gracias al cual se incorporó en
1801 como docente a la Universidad de Jena, que sería clausurada a la entrada
de Napoleón en la ciudad (1806).

2
Podemos entender el ser para Heidegger como la condición de que las cosas sean y que el ser humano
se pregunte por la esencia misma de las cosas. Esta, para Heidegger, es la pregunta filosófica, que se
plantearon distintos pensadores en todos los tiempos, pero que sus respuestas no fueron suficientes. Su
obra buscará rodear la pregunta por qué es el ser y cómo elaborar la respuesta.

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Mientras se introducía en los autores clásicos, Hegel compartió con sus compañeros el
entusiasmo por la Revolución Francesa. Aunque al principio se hallaba muy próximo al
idealismo de los filósofos del romanticismo alemán, Fichte y Schelling, a medida que
fue elaborando su propio sistema filosófico, ya profesor en la Universidad de
Heidelberg (1816-1818) y luego en Berlín (1818-1831), se alejó progresivamente de
ellos.

Por consiguiente, las ideas de la Revolución francesa están presentes en el propio


núcleo de los sistemas idealistas y determinan en gran medida su estructura
conceptual. Tal como lo vieron los idealistas alemanes, la Revolución francesa no
sólo llegó a abolir el absolutismo feudal, reemplazándolo con el sistema político y
económico de la clase media, sino que completa también lo que la Reforma
alemana había comenzado al emancipar al individuo y convertirlo en dueño
autosuficiente de su propia vida. La posición del hombre en el mundo; el modo
como trabaja y se recrea, no habría de depender ya de una autoridad externa, sino
de su propia actividad libre y racional. El hombre había pasado ya el largo período
de inmadurez durante el cual fue víctima de abrumadoras fuerzas naturales y
sociales, y se había convertido en el sujeto autónomo de su propio desarrollo. De
ahora en adelante, la lucha con la naturaleza y con la organización social habría de
ser guiada por los propios progresos de su conocimiento. El mundo habría de ser
un orden racional (Marcuse 1994; 9-10)

En Francia era la burguesía la que había hecho la Revolución y, en esa clase, se


encarnaba el espíritu de la nueva aurora. La burguesía había llegado para quedarse y
Hegel es quien habrá de pensar la universalización de la historia que la burguesía logra
por medio de la toma de la Bastilla y sostendrá con el terror.

Hasta aquí, tenemos entonces a un filósofo alemán, tenemos a la revolución francesa


por medio de la cual la burguesía se ha adueñado del poder total. Tenemos, a este
filosofo que tiene que pensar ese acontecimiento. Su filosofía, expresa ese
acontecimiento y revierte sobre el otorgándole densidad conceptual.

El concepto de razón es fundamental en la filosofía de Hegel. Este sostenía que el


pensamiento filosófico se agota en este concepto, que la Historia tiene que ver con la
razón y sólo con la razón y que el Estado es la realización de la razón. Estas
afirmaciones no serían comprensibles, sin embargo, mientras la razón sea interpretada
como un puro concepto metafísico, ya que la idea hegeliana de la razón ha conservado,
aunque bajo una forma idealista, los esfuerzos materiales por un orden de vida libre y
racional.

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No en vano el de Hegel es el último de los grandes sistemas concebidos en la historia de
la filosofía. La «contradicción» significa aquí el conjunto de oposiciones que había
venido determinando la historia de las ideas desde el pensamiento clásico: lo singular y
lo universal, la Naturaleza y el Espíritu, el bien y el mal, etc. La superación de la
contradicción debe llevarse a cabo a partir del pensamiento «dialéctico», cuyas fuentes
están en Heráclito y en Platón.

Si la filosofía alemana del momento se hallaba dominada por el concepto kantiano de


noúmeno3, que establecía el límite más allá del cual el conocimiento no podía avanzar,
para Hegel «la filosofía tiene que dejar de ser "tendencia" al saber para ser un efectivo y
pleno "saber", para ser ciencia (Wissenschaft)». Hegel parte de la realidad como un todo
(monismo), pero, a diferencia de sus antecesores, concibe una totalidad dinámica: cada
cosa llega a ser lo que es en el seno de un continuo devenir, un proceso que es producto
de la diferencia, del carácter constitutivamente contradictorio del ser. El movimiento
esencial del ser es dialéctico, por cuanto expresa la pugna interna entre las partes para
reducir su oposición a unidad. Dado que el pensamiento debe aprehender una realidad
en movimiento, Hegel desarrolla una lógica que permite conocer el ser (el Absoluto) sin
excluir el devenir y el cambio.

De ahí que su sistema sea dialéctico, por cuanto intenta concebir lo concreto desde el
interior de lo absoluto, que se manifiesta como tal en la oposición a lo concreto y en su
negación. Por ello, la «negatividad» es un concepto central en el sistema hegeliano, pues
explica el devenir de cada objeto en su contrario, y la resolución de ambos en una nueva
figura que a su vez será negada; al final del proceso, la esencia del Absoluto se revela
como pura negatividad, es decir, como la ausencia (o mejor la negación) de cualquier
determinación.

Al contrario de lo que sucede en otros sistemas, el Absoluto de Hegel se da como lo


concreto, como suma de todos los momentos del proceso a la vez que como su
resultado, superando la vaguedad de la abstracción, que constituye un momento del
todo. La distinción entre sujeto y objeto resulta también superada («Todo lo racional es
real y todo lo real es racional»), pues la historia del proceso de revelación del Absoluto
3
En la filosofía de Immanuel Kant, es un término problemático que se introduce para referir a un objeto
no fenoménico, es decir, que no pertenece a una intuición sensible, sino a una intuición intelectual o
suprasensible.

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(el Espíritu), que Hegel desarrolla en su Fenomenología del Espíritu, se da como
proceso de autoconocimiento del propio Absoluto. La historia de los hombres es la
expresión de un conflicto que tiende a desaparecer, marcado por un fin -telos- que
consiste en la reducción de la diferencia a identidad absoluta.

El pensamiento dialectico de Hegel es

- El movimiento de lo real
- El método para acceder a lo real

Que supone tres momentos:

a) Afirmativo: algo está en si mismo. Tesis


b) Un momento negativo, el más importante, en el que el momento primero se
niega: antítesis
c) La superación: en la cual, se establece una articulación superadora entre los dos
primeros momentos, conteniéndolos pero superándolos: síntesis.

Por la trascendencia que tuvo para las ciencias sociales, seleccionamos el ejercicio
dialectico entre amo/esclavo que sostiene Hegel en su obra más importante La
fenomenología del espíritu. De este planteo se desprenderá el análisis marxista que
continua en el punto siguiente.

Esta relación de desigualdad entre dos facciones sociales que fueron significantes en el
proceso histórico permite el ejercicio de la superación y de la autoconciencia que
postula el filósofo, ya que para él hombre nunca es sola y meramente hombre, es amo o
es esclavo.

“El señor se relaciona al siervo de un modo mediato, a través del ser independiente,
puesto a esto precisamente es a lo que se halla sujeto el siervo; esta es su cadena,
de la que no puede abstraerse en la lucha, y por ella se demuestra como
dependiente, como algo que tiene su independencia en la coseidad. Pero el señor es
la potencia sobre este ser, pues ha demostrado en la lucha que solo vale para él
como algo negativo; y, al ser la potencia que se halla por encima de este ser y este
ser, a su vez, la potencia colocada encima del otro, así en este silogismo tiene bajo
sí a este otro. Y, asimismo, el señor se relaciona con la cosa de un modo mediato,
por medio del siervo; el siervo, como autoconciencia en general, se relaciona
también de un modo negativo con la cosa y la supera; pero, al mismo tiempo, a
cosa es para él algo independiente, por lo cual no puede consumar la destrucción
por medio de su negación, sino que se limita a transformarla. Por el contrario, a
través de esta mediación la relación inmediata se convierte, para el señor, en la

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pura negación de la misma o en el goce, lo que la apetencia no lograra lo logra él:
acabar con aquello y encontrar satisfacción en el goce. La apetencia no podía lograr
esto a causa de la independencia de la cosa; en cambio, el señor se ha intercalado al
siervo entre la cosa y él, no hace con ello más que unirse a la dependencia de la
cosa y gozarla puramente; pero abandona el lado de la independencia de la cosa al
siervo, que la transforma” (Hegel 2009; 117-118)

En esta lectura hegeliana, vemos que en un principio tenemos la negación de las


conciencias, que se enfrentan; luego que el amo niega al esclavo, pero la relación
del amo con la cosa (lo material) está mediado por el trabajo del esclavo. El
esclavo trabaja, transforma la cosa, la materia, la naturaleza, el amo la disfruta, la
goza. El siervo, al trabajar la cosa la niega en lo que es: porque el trabajo la
transforma en otra cosa distinta a lo que fue. Al hacerlo, la supera. La cosa es
independiente del esclavo porque no es suya, es del amo.

Parte de la relación entre ambos, está sostenida por el terror: Si el esclavo no


temiera al amo consumiría la cosa y su relación entre él y el producto sería
inmediata, de goce. Pero tiene miedo y eso lo lleva a trabajar la materia, en
transformarla en otra cosa. Una vez transformada se la entrega al amo, y allí,
recién allí, la cosa es inmediata para el amo. El esclavo, no es considerado un ser
humano sino una cosa, tratada como mercancía y borrada su esencia humana, es
una mera cosa que tiene miedo de morir. El amo es reconocido por el esclavo por
medio del temor, el esclavo es reconocido por el amo como el mediador necesario
entre el amo y la cosa.

Podríamos concluir que así llegaríamos a la síntesis final en la cual la cultura de la


libertad y la igualdad elimina las figuras del amo y el esclavo, construyendo una
sociedad que contenga a ambos en equidad, esta síntesis será el mercado en el
Estado moderno (Feinmann 2009).

4.2. El pensamiento de Marx:

Karl Marx (Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883 ) procedía de una familia
judía de clase media; su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo.
Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en filosofía por esta
última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la
dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una concepción

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materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura
subyacente que determina, en última instancia, fenómenos «super estructurales» como
el orden social, político y cultural.

En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por
las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores
socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como
profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse
en París (1843).

Por entonces, estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en
la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en
1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar
las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una
vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra
escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades
materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.

El socialismo había comenzado a gestarse a mediados del Siglo XVIII, junto con los
cambios en la mentalidad moderna. Los primeros socialistas, propusieron modelos de
organización de la producción como solidaridad social, mutualismo y cooperativismo.
Como consecuencia de la revolución francesa, en el continente europeo distintos
socialistas comenzaron a proponer el cooperativismo como una opción más horizontal
en las relaciones laborales. Estos socialistas, fueron llamados utópicos por Marx. Si bien
tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (particularmente, de autores
como Saint-Simón, Robert Owen o Charles Fourier). Tales pensadores se habían
limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su
implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas
comunidades modélicas.

Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en


la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas
que conducirían a su superación; la fuerza de la revolución (y no el convencimiento
pacífico ni las reformas graduales) sería la forma de acabar con la civilización burguesa.

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En 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes
alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto
de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas.

Las principales ideas de este socialismo son:

 División de las personas según su rol dentro de las relaciones laborales:


Burgueses: Dueños de los medios de producción (maquinas, fábricas,
campos)
Proletarios: Trabajadores libres que solo son dueños de su fuerza de trabajo,
la cual venden a los burgueses a cambio del salario

 Materialismo histórico: Todos los movimientos políticos, sociales, intelectuales de


la historia fueron determinados por el modo de producción. Es decir, el modo de
producción y el lugar que las personas ocupan en él, condiciona la organización
social, política e intelectual. “La evolución histórica es una sucesión de modos
de producción”

 Materialismo dialéctico: Según el socialismo marxista, nunca debe pensarse que el


mundo puede ser considerado un complejo de teorías y fenómenos acabados,
sino de procesos que están en constante cambio. En el esquema dialectico, de
una tesis surge la antítesis y de esa relación se produce la síntesis.

 Lucha de clases: La lucha entre proletarios y burgueses es el motor que transforma


y propulsa la Historia. No hay momento histórico donde no se enfrenten estos
roles.

En la a primera publicación y con la que comienza a pensar estas cuestiones es El


Manifiesto del Partido Comunista, la primera sección “Burgueses y proletarios”
sostiene que:

“Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros


y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre,
mantuvieran una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta;

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lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la
sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes (…) Nuestra época, la
época de la burguesía, se distingue sin embargo, por haber simplificado las
contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose cada vez más en
dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan
directamente: la burguesía y el proletariado” (Marx, Engels; 35)

 Plusvalía: La plusvalía expresa la diferencia del valor de la riqueza del producto


que el trabajador produce y lo que el trabajor recibe (salario). La plusvalía es la
explotación del trabajo según su producción, es decir, el trabajador nunca recibe
el pago conforme a la riqueza que produce con el fruto de su trabajo.

A partir de estas bases se monta el pensamiento marxista, que propone como salida, la
organización de los proletarios de todo el mundo. Esta propuesta descree de los Estados,
ya que los considera burgueses – en tanto que la conformación de los mismos se asienta
en las bases de las revoluciones burguesas: industrial y francesa, que posibilitan el
acceso de la clase opresora al Estado. En este sentido, este autor propone que el modo
de gobierno que permitirá el acceso de los proletarios al poder para modificar las
relaciones sociales de opresión es la dictadura del proletariado, mediante la cual se
establece una etapa de transición en la que el proletariado encarna todo el poder
mientras se organiza la sociedad comunista.

Modos de producción: En la secuencia histórica, para Marx, hay cuatro modos de


producción: modo de producción primitivo, asiático, esclavista, feudal y capitalista

Cada uno de estos modos de producción tiene una base económica y una
superestructura política e ideológica.

En la base económica, encontramos las relaciones de producción (esencialmente,


formas de propiedad) y las fuerzas productivas (generalmente las tecnologías)

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5. Cambios en la representación del sujeto.

5.1. Freud y el surgimiento del psicoanálisis.

Sigmund Freud nació en 1836 en Frieberg (Moravia), en la actual República Checa y


murió en Londres en 1939. Vivió casi toda su vida en Viena, poco antes de su muerte se
trasladó a Inglaterra como consecuencia de la persecución nazi. Se recibió de medico a
los 25 años y se dedicó a la investigación del sistema nervioso. Por sus importantes
estudios neurológicos fue enviado a París donde aprendió del psiquiatra Charcot en la
clínica de la Salpetriére.

De regreso a Viena, practicó la hipnosis para la cura de las enfermedades nerviosas en


colaboración con Breuer; con él publicó su primera obra Estudios sobre la histeria. Allí
expuso por primera vez la idea del inconsciente. A lo largo de su vida desarrolló su
teoría basándose en investigaciones sobre el tratamiento de pacientes afectados por
neurosis. Sigmund Freud, desde el comienzo de su carrera, llevó un registro detallado de
los casos tratados y de la correspondencia mantenida con amigos y colegas a quienes
transmitían algunos de sus descubrimientos científicos.

Así comienza el relato del caso de Isabel de R. uno de los historiales clínicos que
describe Freud en su ensayo Estudios sobre la histeria: “En el otoño de 1892, un colega
y amigo mío me pidió que reconociese a una señorita que desde hacía más de dos años
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venía padeciendo dolores en las piernas y dificultades para andar. A su demanda añadía
que, en su opinión, se trataba de un caso de histeria, aunque no presentaba ninguno de
los signos habituales de la neurosis. Conocía algo a la familia de la enferma y sabía que
los últimos años había traído a ella más desdichas que felicidades. Primero, había
fallecido el padre de la enferma, luego, tuvo su madre que someterse a una grave
operación de la vista y, poco después, una hermana suya, casada, que acababa de tener
un hijo, sucumbía a una antigua enfermedad del corazón. En todas esas enfermedades y
desgracias había tomado la sujeta parte activísima, no solo afectivamente, sino
presentando a sus familiares la más abnegada asistencia”

Las teorías formuladas por Freud fueron rechazadas durante largo tiempo por la
comunidad científica. Algunos de sus discípulos, como Jung y Adler, se separaron de él
para formular sus propias teorías. Los descubrimientos científicos más importantes de
Freud fueron el inconsciente, la represión del deseo sexual como origen de la neurosis,
la estructura del aparato psíquico, los mecanismos de defensa y el complejo de Edipo.

Durante su experiencia clínica abandonó el método de la hipnosis como vía para


acceder a los traumas reprimidos con el objetivo de curar el síntoma de neurosis, para
adentrarse en los métodos de cura a través de la palabra, con el fin de hacer conciente el
motivo que da origen al trauma. Con el desarrollo de este método, da origen a una nueva
escuela de tratamiento psicológico: el psicoanálisis.

A medida que desarrollaba su pensamiento, Freud lo escribía. Su obra es fecunda y de


amena lectura. Entre lo más significativo se encuentran: La interpretación de los sueños,
Psicopatología de la vida cotidiana; Una teoría sexual; Psicología de las masas; El chiste
y su relación con el inconsciente, y muchos otras más.

A partir de sus investigaciones, pudo definir que el inconsciente es la sede de los


conflictos reprimidos de carácter sexual que no tienen lugar en la conciencia por los
efectos de la represión; El inconsciente se manifiesta en los sueños; los actos fallidos,
síntomas neuróticos (como los trastornos obsesivos compulsivos). Para Freud, la mejor
vía para acceder al inconsciente es la interpretación de los sueños.

La interpretación de los sueños no se lleva a cabo mediante un código universal, sino


que la interpretación se hace a partir de la forma en la que el paciente relata el sueño,
permite conocer el inconsciente revelado.

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Los sueños, son definidos como cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido), por
no ser explícitos, deben interpretarse. La interpretación que propone este autor es por
escenas: Para ello, nos dice, hay que tener en cuenta los procesos primarios que
denomina: fenómenos de condensación – una imagen puede tener múltiples significados
a la vez - y desplazamiento – concretar una frustración que aconteció durante la vigilia,
en el sueño.

5.2. Estructura psíquica humana según Jung

“¿Por qué es la psicología la más joven de las ciencias empíricas? ¿Por qué lo
inconsciente no se descubrió mucho antes ni se extrajo su tesoro de imágenes eternas?
Sencillamente, porque teníamos para todas las cosas del alma una formula religiosa
mucho más bella y compresiva que la experiencia directa”. (Jung, p13)ç

Como señalábamos anteriormente, Carl Jung fue discípulo de Freud, pero se alejó al
considerar que su maestro le asignaba importancia excesiva a los aspectos sexuales en la
determinación de la personalidad. Sus aportes más significativos se hallan en la relación
entre la estructura psíquica y la producción cultural humana, en especial de la
incorporación de contenidos filosóficos, religiosos, míticos y antropológicos. Postuló la
existencia de un inconsciente colectivo formado por un conjunto de imágenes o sucesos
vividos desde la historia misma de la humanidad y que se transmiten de generación en
generación. Dentro de él se encuentran los arquetipos heredados que nos llevan a
concebir la realidad de determinada manera. Esto explica que en distintas culturas y
épocas históricas surjan mitos muy parecidos.

Durante los primeros años del siglo XX, mientras atendía pacientes en su consultorio
privado, Carl Jung notó que muchos pacientes creaban fantasías o ilusiones muy
similares a algunos mitos clásicos o relatos religiosos. Consideró imposible que todos
esos individuos hubiesen leído los mismos pasajes. Eso lo llevó luego a la conclusión de
que existía la posibilidad de que todas las personas compartieran una capa inconsciente
en común, elemento al que bautizó como “inconsciente colectivo” y definió como la
herencia de toda la humanidad en cada individuo.

Entre los arquetipos que identifica Jung está el de Dios. Jung observa que en todas las
culturas toma una forma diferente de adoración de dios-Sol que da calor y luz que cada
religión simboliza de una manera diferente. Para Jung, el arquetipo del héroe o de Dios

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no niega o afirma la existencia misma de dioses o héroes, pero comprueba que la mente
lleva pre configurada la posibilidad de creación de símbolos a partir de los arquetipos
del inconsciente colectivo, sustrato más profundo de la mente, presente desde el
nacimiento y que contiene toda la experiencia humana posible.

Jung no otorga tanto significado a los sucesos del pasado individual sino al proceso de
individualización que cada persona va adquiriendo a través de su vida.

“Por lo tanto, el concepto “arquetipo” solo indirectamente puede aplicarse a las


representaciones colectivas, ya que en verdad designa contenidos psíquicos no
sometidos aun a elaboración consciente alguna, y representa entonces un dato
psíquico todavía inmediato. Como tal, el arquetipo difiere no poco de la
formulación históricamente construida o elaborada (…) El arquetipo representa
esencialmente un contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser prohibido
cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge “ (Jung, p. 11)

6. La filosofía unicista de Belolahvek.

Dentro del desarrollo de los últimos años, surgió un tipo de filosofía más relacionado a
los medios económicos actuales, El unicismo.

La investigación de The Unicist Research Institute sobre la forma en que los individuos
pueden emular la evolución llevó al descubrimiento del pensamiento unicista.
El pensamiento unicista integra los diferentes tipos de pensamiento (operativo, analítico,
científico/sistémico y conceptual) para aprehender e influir sobre una realidad en su
unidad.

El Unicist Research Institute (TURI) es una organización privada de investigación


global que se convirtió en líder mundial en su segmento. Ha sido el pionero en ciencias
de la complejidad aplicadas a la evolución desde 1976. TURI fue fundada como una
asociación no incorporada por Peter Belohlavek, quien desarrolló el primer enfoque
científico de los entornos adaptativos. Es una organización de hacedores, por hacedores,
para hacedores que tiene un brazo empresarial y un brazo académico.

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El brazo académico introduce a ejecutivos y profesionales en el uso del enfoque
conceptual unicista de las empresas, para administrar su funcionalidad, y el uso de
estrategias máximas y mínimas para fomentar el crecimiento y la adaptabilidad.

El cambio de paradigma introducido en las ciencias por el enfoque epistemológico


unicista que amplió sus fronteras fue desarrollado por Peter Belohlavek, sostiene este
autor que:

“Los seres vivos son aquellos que son capaces de adaptarse, reproducirse, crecer y
morir por ellos mismos (…) Pero las instituciones tienen una vida “virtual” en
tanto y en cuanto pueden adaptarse, reproducirse, crecer y morir. Por ello, cuando
son instituciones que están más allá de los hombres que las componen, tienen
conceptos intrínsecos” (p.8)

Introdujo el marco teórico de las ciencias de la complejidad, basado en un enfoque


pragmático, estructuralista y funcionalista, para hacer frente a entornos adaptativos sin
utilizar paliativos para estabilizarlos. El Pensamiento Unicista hizo posible la emulación
de la evolución de la naturaleza. Este descubrimiento cambió los paradigmas de la
construcción de estrategias en los campos social, institucional y personal.

“Cuando hablamos de evolución siempre nos referimos a la evolución de una


realidad que está regulada por los múltiples conceptos que ordenan su “campo
unificado”. La pregunta que responde la Teoría Unicista de Evolución es cómo se
produce esta evolución y cómo anticiparla para poder influir hasta donde ello es
posible” (Belolahvek, 15)

Los sistemas complejos se estudian buscando la base a través de la experimentación


basada en conocimientos seguros preexistentes. “Este estudio se aplica sobre tres
campos del accionar humano: El individual, el institucional y el social” (Belolahvek;
18)

La experimentación del sistema complejo en estudio debe “funcionar”, es decir, debe


ser una actividad real que produzca un resultado para el cual dicho sistema ha sido
diseñado. Trabajar significa que no se puede simular una actividad real.

7. Conclusiones

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A lo largo de la unidad trabajamos los cambios en el pensamiento filosófico de los
últimos siglos, para ello, tomamos como ejemplos los autores más significativos para
los cambios propuestos: el sujeto será pensando como un ser dual, consciente e
inconsciente/ entre y ser. La moralidad cristiana, aunque subsiste en la construcción en
de los Estados modernos, lo hace sin la necesaria presencia de Dios. De allí la expresión
confrontativa y polémica de “Dios ha muerto”. En este sentido, nos preguntamos y
desarrollamos porqué en el siglo XIX es necesario mostrar que Dios ha muerto, y que la
humanidad lo ha matado.

La dialéctica hegeliana será el esquema que nos permita comprender el esquema


marxista de la lectura sobre la sociedad burguesa sostenida sobre la base de la
explotación de la fuerza de trabajo, ahora libre. Y cómo la lucha de clases sostiene y
mueve la historia de la humanidad y de los modos de producción.

Los contextos de la producción de las obras, nos permite entender cuáles son las
problemáticas con las que dialogan los autores, o acaso… ¿existe la independencia de la
obra? ¿o siempre escribimos en nuestro contexto?, sin estar determinados por la época,
nuestra realidad se va materializando también en los abordajes del pensamiento. En esta
línea, el unicismo nos invita a equiparar en análisis a los sujetos y a las instituciones

Esta unidad, nos lleva a pensar y a reflexionar sobre los cambios en el siglo XX: el
mundo bipolar, las guerras mundiales, armas nucleares, y el mundo de la informática
que abordaremos en la unidad 4.

8. Referencias bibliográficas

Cerletti, A. y Kohan, W (1997) La Filosofía en la escuela. Caminos para pensar su


sentido, Buenos Aires, Eudeba

Feinmann, Jose Pablo (2009) La filosofía y el barro de la historia, Buenos Aires, Ed.
Planeta

Gruner, Eduardo (2005) “Foucault: una política de la intepretación” en Revista


Topos&Tropos, Nº3, Córdoba

Kohan N, Brito P (2008) Marxismo: la teoría de Marx y sus seguidores, Buenos Aires,
Ed. Era Naciente.

Orsini, A , Bossellini L (2016) Psicología: una introducción, Buenos Aires; Ed. AZ

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