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BOSQUEJO DE LA SECCIÓN OCHO Y CAPÍTULO OCHO

EL RESPETO A LOS COMPAÑEROS, POR LA PROPIEDAD Y POR LA


NATURALEZA

I. El Respeto a los hermanos y compañeros


A. Definición de compañeros
Al referirnos a la relación de compañeros usamos la expresión más amplia del término: Un
compañero es una persona de la misma edad y posición. De acuerdo a esto, los compañeros de
su hijo son aquellos con quién se relaciona diariamente, aquí se incluyen a hermanos, amigos y
compañeros de escuela.
B. ¿Cómo demostrar respeto, honra y honestidad con los compañeros?
1. Los diez mandamientos (Éxodo 20)
2. “…estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Filipenses 2:3)
3. “Soportándoos unos a los otros” (Colosenses 3:13)
4. “…procurad lo bueno delante de todos los hombres” (Romanos 12:17)
C. ¿Por dónde se comienza?
1. “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Yo jehová” (Levíticos 19:18)
2. “Y cualquier otro mandamiento en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo” (Romanos 13:9)
3. “Y el amarte de todo corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las
fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y
sacrificios” (Marcos 12:33)
D. ¿Qué entiende su hijo por amar al prójimo?
(Enseñe a su hijo a relacionarse bien)
1. Enseñe a su hijo a considerar a los otros _____________ a sí mismos.
2. Anime a sus hijos a alegrarse cuando algo _____________ sucede con su hermano.
3. Enseñe a sus hijos a mostrar respeto por los _____________ unos de los otros.
4. Enseñe a sus hijos a tener _____________.
5. Enseñe a sus hijos que ellos son los mejores _____________ uno con los otros.

II. Respeto por la propiedad


A. Éxodo 20:15 - “No hurtarás”
Este versículo trata del _____________ a la propiedad.
1. No robar los _____________ de otra persona.
2. No tomar ventaja de la _____________ de otras personas.
3. No robar _____________ de las otras personas.
4. No robar la buena _____________ de otras personas.
B. El Objetivo del respeto
El objetivo del respeto no es la propiedad en sí, sino es en primer lugar, la _____________ a
quién pertenece la propiedad.
C. Propiedad y Dominio
1. Definición de propiedad: algo tangible que está en mi _____________.
2. Definición de dominio: aquello de lo que soy responsable, tangible o no. Incluye la
propiedad, el tiempo, el espacio y los derechos personales.
3. El dominio es el lado _____________ de la propiedad; el egoísmo es el lado
_____________ de la propiedad.
4. El sensor del dominio.
(“Al irrumpir su domino envía mensajes o alerta a la invasión de su propiedad. Nos
sentimos invadidos; no son sentimientos egoístas, sino invasión de dominio”)
5. Comience por casa, con sus hijos.
D. Enséñeles el valor de la propiedad
La única referencia para medir el valor de cualquier artículo es el trabajo. El _____________
define el valor.
El trabajo puede dividirse en dos categorías:
1. Trabajo _____________
(No pague a sus hijos por formar parte de la familia; no les robe la convivencia con la
familia).
2. Trabajo para _____________
(Trabajar les hace conscientes del valor del dinero – ejemplo: ¿cuánto recorrido hasta el
montículo de piedras?)

III. El respeto por la naturaleza


A. La capacidad humana de ver la belleza.
B. Tres razones para respetar la naturaleza
1. Porque _____________ la creó.
2. Porque en Génesis 1:28 recibe el hombre la orden de _____________.
(Para dominar, cuidar y administrar. Tome lo que necesite, pero devuelva algo – así cada
generación podrá disfrutar de la belleza)
3. Por causa de la _____________ de los otros.
(Mantenga su país lindo, la ruta limpia. Hágalo pensando en las personas que vendrán
después de nosotros, las que están alrededor nuestro, la motivación debe nacer del
corazón – amor a la virtud, amor a la bondad)

Principio clave: El trabajo define el valor.


CAPÍTULO OCHO

EL RESPETO A LOS COMPAÑEROS, POR LA PROPIEDAD Y POR LA


NATURALEZA

La cuarta cara del diamante, “Aprecio a los otros”, es el respeto a los compañeros y
hermanos. ¿Cómo les enseñamos a nuestros hijos a ser bondadosos con sus compañeros y a actuar
correctamente con sus hermanos? Cuando nos referimos a relaciones entre compañeros usamos una
definición bien amplia: un compañero es alguien que está en nuestra misma posición de igualdad.
Así, los compañeros de sus hijos son aquellos con quienes se relaciona de igual condición. Hacen
parte de este grupo los hermanos, y no solo amigos y compañeros de la escuela. En el caso de los
adultos, la definición es la misma. Nuestros compañeros son las personas con quien nos divertimos,
reímos y trabajamos. ¿Cómo podemos demostrarles honra, respeto y honestidad? Podemos por
ejemplo comenzar con la segunda parte de los diez mandamientos (Éxodo 20:13-17).
Seis: No matarás1
Siete: No adulterarás
Ocho: No hurtarás
Nueve: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio
Diez: No codiciarás […] ninguna cosa que pertenece a tu prójimo
Estas leyes que representan las relaciones con su semejante, son orientaciones sobre
conducta, limitan y estimulan nuestras acciones en relación a los que nos rodean. Nuestros
compañeros son aquellas personas con quien nos relacionamos en cada etapa de nuestra vida.
La ley del Antiguo Testamento no es la única fuente de orientación, también el Nuevo
Testamento trata este tema. El concepto de “los unos a los otros” citado en las epístolas del Nuevo
Testamento, indudablemente nos guiará a una conducta correcta. En Filipense 2:3, leemos que los
cristianos deben considerar a los otros como superiores a sí mismos. En Colosenses 3:13 se nos
instruye a soportarnos unos a otros. Romanos 12:10 afirma: “en cuanto a honra prefiriéndoos unos a
los otros”. Romanos 13:9 enseña: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.2 Usted puede buscar en
una concordancia bíblica y encontrará muchos versículos que apoyan el respeto de unos a los otros.
Es un tema básico del cristianismo y necesario para una sociedad saludable.
Trabaje positivamente en las relaciones de su hijo con sus compañeros y hermanos. Algunas
sugerencias: Anime a sus hijos a alegrarse cuando algo bueno sucede con su hermano, cuando recibe
un premio, gana un partido, o tiene oportunidades que otros no lo tuvieron. Su estímulo constante
puede hacer toda una diferencia entre la continua y desagradable discusión entre hermanos y un
hogar tranquilo.3 Cuando festeja el cumpleaños de uno de sus hijos, ningún otro debe recibir regalos,
esto roba del agasajado su día especial y enseña a los otros esperar de manera egoísta recibir regalos
en lugar de celebrar el cumpleaños del hermano. Generalmente las madres dicen que no quieren que
sus hijos se sientan mal porque no reciben regalos, pero cada uno recibirá en el día de su
cumpleaños.

1
“Mi relación con mis hermanos es increíble. Cuando éramos pequeños mis padres se esforzaron para que fuésemos los mejores amigos. Si
No conseguíamos estar bien entre nosotros, teníamos prohibido estar con amigos sin antes resolver nuestros conflictos. Ahora estoy
agradecida a ellos por eso. Mis dos hermanos viven lejos y por eso el tiempo que paso con ellos es precioso. Todavía nos escribimos y
hablamos con frecuencia durante la semana. Mi hermano y su esposa me invitaron a pasar con ellos las vacaciones de verano, imagino que
eso jamás sucedería si mis padres no se hubiesen esforzado para que nos relacionemos bien durante aquellos años” – Amy, 19 años

La lengua hebrea utiliza varias palabras para expresar la idea de matar, pero el verbo que se usa aquí es una palabra especial que significa
“asesinar” y siempre indica “asesinato premeditado”. Una traducción más correcta de ese mandamiento sería “NO ASESINARÁS”.
2
El amor es siempre generoso. Cuando alguien necesita ayuda la otra persona debe dejar de lado su propia voluntad y ayudar. Si alguien
está en dificultades los otros deben aprender a colocarse en su lugar, saber lo que ella está sintiendo para consolarla. Aquellas pequeñas
cosas que a nadie gusta hacer pero que deben ser hechas son oportunidades de entrega y sacrificio. (The Shaping of a Christian Family -La
formación de la familia cristiana-, de Elisabeth Elliot, Pág. 134).
3
Una ayuda más práctica para lidiar en los conflictos entre hermanos, vea en el sitio Mom`s Notes en “Lidiando con el conflicto entre
hermanos”, partes 1 y 2.
Enseñe todo el tiempo, a sus hijos, que ellos son los mejores amigos, deben aprender a
cuidar uno del otro. La relación entre hermanos, es la primera relación entre compañeros, que la
mayoría de los niños conocerán.

AYUDANDO A LOS DEMÁS


¿Cómo cultivar una actitud de siervo en sus hijos? 4 ¿Cómo inculcar en ellos la sensibilidad de
dar la prioridad a otros? El ejemplo y la enseñanza de los padres desempeñan un papel en la
formación de hábitos correctos además de esto usted debe insertar a su hijo en un ambiente que
incentive actitudes de servir a los demás. Por ejemplo, las tareas domésticas. Investigadores de la
Universidad de Toronto-Canadá y de la Universidad Macquarie, de Australia, estudiaron a niños
cuyas familias establecían diariamente tareas domésticas a sus hijos y de otras que no lo hacían. La
investigación llegó a conclusiones interesantes.
Los niños que realizaban tareas domésticas mostraban mayor compasión por los hermanos
que aquellos cuyas familias no tenían el hábito de compartir esa responsabilidad. Más interesante
aún fue descubrir que no todas las tareas produjeron resultados el mismo resultado. Los niños que
realizaban tareas que beneficiaban a todo el entorno como poner la mesa para las comidas,
alimentar a los gatos, buscar leña para el hogar, demostraron mayor interés por el bienestar de los
otros que aquellos que realizaban tareas relativas al cuidado personal como arreglar su cama o
guardar sus ropas.
Esta investigación confirma lo obvio. Siempre que los niños ayudan a cuidar a otras personas
se vuelven más sensibles a las necesidades en general. Hasta donde sea posible, considerando la
edad de cada uno, involucre a sus hijos en las tareas domésticas que ayuden al bienestar común.
Dele la responsabilidad de llevar la basura afuera todos los días, ayudar en el mantenimiento del
jardín o colocar y retirar la mesa para las comidas. Como sea que usted practique estas cosas en su
casa, involucre a sus hijos en esta experiencia de servir a los otros diariamente.
¿Es su hijo sensible a los demás? Esta interrogante nos lleva directamente a Levíticos 19:18
que dice: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Cuando el prójimo tuviese sed, ¿su hijo le ofrecerá
un vaso con agua?, ¿si tuviese hambre, su hijo le dará alimento?, si estuviera con frío ¿su hijo le daría
sus ropas?, si estuviese solo ¿él le extenderá la mano en un gesto de amistad? ¿Su hijo está atento a
los sentimientos, dolores, sufrimientos y necesidades de otros niños? Ser cálido y amable con un
nuevo compañero de clase es un gesto de cuidado y compasión. Cuando su hijo extiende la mano a
otro niño como un simple acto de amor y bondad, esta actitud genera en su corazón un sentimiento
que esto proviene de Dios. En este momento la actitud de su hijo llega al Trono del Altísimo, quien se
agrada con estas acciones.
No todos los niños reciben en la misma medida gracia, capacidades, habilidades y talentos,
en todas las áreas de sus vidas. ¿Sus hijos entienden que el talento que Dios les dio debe ser usado
para edificar a otros niños que son de su entorno? Los niños por naturaleza pueden ser los miembros
más crueles de cualquier sociedad. Los niños, cuyos corazones fueron moldeados correctamente,
pueden ser vasos de honra usados por Dios para traer misericordia y gracia a aquellos que no
conocen de la gracia y misericordia.5
¡La vida no es justa!
4
“Lo que mis padres aprendieron en el curso “Educando a los hijos a la manera de Dios” hizo gran diferencia en mi relación con mis
hermanos. Sé de adolescentes, incluso cristianos, que parecen odiar a sus hermanos, siempre los humillan y no quieren estar cerca de ellos.
En mi familia no es así. Nos amamos de verdad los unos a los otros, aunque tengamos una u otra diferencia de vez en cuando (como todo el
mundo). Siempre logramos restaurar la relación debido a los Principios en los cuales fuimos educados” – Kara, 14 años.

El Pastor Henry Blackaby escribe: “La persona que sirve de forma abnegada y amorosa sin reclamar y buscar reconocimiento es
considerada en alta estima en el Reino de Dios. A los cristianos les gusta referirse a sí mismos como siervos, pero raramente les gusta ser
tratados como siervos. Somos tentados a aceptar la valoración de importancia que el mundo da, pero cuando miramos a Jesús como
nuestro ejemplo vemos que es necesario un carácter más noble para servir, en lugar de ser servido. (Miramos a Jesús y nuestros hijos nos
miran a nosotros). El mundo establecerá su importancia tomando en cuenta el número de personas que le sirven. Dios está más interesado
en el número de personas a quien Ud. está sirviendo (Lucas 22:27)” (Experiencing God Day-by-day -Experimentando a Dios cada día- Pág
175).

“Alegrarse con alguien significa emocionarse con él, no por ganar algo o por recompensa sino porque esa persona es importante. Se cumple
lo que está escrito en Romanos 12:15. Simplemente es concentrarte en el otro preguntando cómo puedes bendecir a esa persona y hacer
que ella sienta el amor de Cristo” – Kristen, 17 años
Muchos padres confunden los términos “equidad” y “justicia”. La justicia es la igualdad legal;
la equidad no. “¡La vida no es justa!”. ¿Cuántas veces los padres oímos y decimos esto? Una madre
nos contó que su hija sentía que no eran justos con ella y preguntó cómo podríamos ayudarla a lidiar
con esta situación. La hija opinaba que la vida era injusta con ella en el parque de juegos, en el salón
de clases y a veces hasta en su propia casa. El hecho es que “la vida no es justa”, pero el contexto de
esta afirmación califica su significado.
La injusticia es medida por nuestras propias circunstancias. Casi todos nosotros entendemos
a la injusticia en base a aquellas cosas que no tenemos, no en lo que tenemos. Por eso sea prudente
y enseñe a sus hijos a estar satisfechos, muéstrele cuantas cosas ellos tienen y otros no. Solamente
cuando Ud. aprende a agradecer por lo que tiene, aprenderá a estar contento. 6

EL RESPETO POR LA PROPIEDAD


La quinta relación natural del hombre con sus semejantes está asociada a la propiedad
privada. El respeto por el derecho de la propiedad de los otros es una faceta de la práctica moral. La
Biblia habla desde el principio. Caín y Abel presentaron el fruto de sus trabajos (o sea, bienes de
propiedad privada) como ofrenda a Dios (Génesis 4:3-4) 7. El Antiguo Testamento trae declaraciones
que protegen el derecho de propiedad del hombre. Jesús incentivó el uso correcto de esas leyes y
muchas veces usó bienes y dinero como objeto de sus enseñanzas.
“No hurtarás” (Éxodo 20:15) es el octavo mandamiento. Ese versículo implica lo siguiente:
primero, usted no debe robar el dinero o los bienes de otra persona; segundo, no debe defraudar ni
evitar que reciba lo que le corresponde. La base de este mandamiento implica la propiedad privada
una vez que no se puede privar a un hombre de aquello que le pertenece. El derecho de propiedad
del hombre de ninguna manera afecta al dominio universal de Dios pues a Él pertenece todo el
ganado desparramado en las montañas (Salmos 50:10). Al contrario, nuestro privilegio de propiedad
es resultado de Su benevolente soberanía en relación al hombre. La propiedad privada existe por
amor al hombre. Es la recompensa al trabajo y debe ser aprovechada (Eclesiastés 5: 18-19). 8

El respeto por la propiedad es una necesidad social


La enseñanza del respeto por la propiedad privada comienza en casa y debe ser considerada
como parte de un acuerdo tácito de convivencia social. Cuando nuestros hijos eran bien pequeños
tomamos en serio la tarea de enseñarlos a respetar la propiedad ajena y comenzamos a hacer eso en
nuestra sala de estar. A medida que ellos fueron aprendiendo a moverse de un lugar a otro
establecimos límites para asegurar el bienestar de ellos y nuestra propia paz. Algunos objetos
domésticos estaban prohibidos para sus manitos (botones de la TV, el equipo de sonido, pequeños
objetos decorativos y otras cosas). No nos preocupamos por la posibilidad de herir sus sentimientos
o reprimir su creatividad. Para nosotros la rectitud moral era más importante que una supuesta
rectitud psicológica.
Cuando visitábamos a los amigos no necesitábamos reorganizar la sala de sus casas alegando
que los objetos eran demasiada tentación para nuestros hijos. Los niños no andaban por los
dormitorios ni abriendo los armarios, heladeras o cajones. No subían a los muebles de nadie ni
alzaban al gato de los anfitriones tomándolo del cuello. No hacían esas cosas porque le habíamos
enseñado a no hacerlo. Esa enseñanza fue motivada por nuestra responsabilidad ética de respetar la

5
Enseñar a su hijo a demostrar sensibilidad a los sentimientos de sus compañeros es una actitud de bondad mayor que simplemente
enseñarle a controlar su actitud hostil. Los golpes, empujones y arañazos que nuestros hijos causan o sufren durante la infancia no son
motivos tan grandes de preocupación como una sensibilidad genuina a los sentimientos de los otros. La conducta social hostil será
controlada; la sociedad se encargará de eso si los padres no lo hacen. El respeto a los compañeros va más allá de frenar el lado oscuro de
nuestra naturaleza. También significa extender la mano a otros en momentos de necesidad.
6
La gratitud es el secreto para la satisfacción del hombre. Hacer un balance y darnos cuenta de cuanto Dios ha suplido abundantemente
solo puede producir un corazón agradecido. Por otro lado, el descontento mantiene a la persona enfocada en sí misma. Cuando Ud. se
concentra en sí mismo limita su capacidad de cumplir el mandato moral de las escrituras de considerar el valor de los demás.
7
Génesis 4: 3-4 “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda”
8
Eclesiastés 5:18-19 “He aquí pues el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que
se fatiga debajo del sol todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. Asimismo, a todo hombre a quien Dios da
riqueza y bienes y le da también facultad para que coma de ellas y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios”
propiedad ajena. No necesitamos proteger nuestra casa de los niños; protegemos a los niños contra
las tentaciones de tocar las cosas de la casa. 9

¿Valorar a la persona o a la propiedad?


El deber de todo padre es inculcar a sus hijos un alto grado de respeto por los derechos a la
propiedad ajena. Ese proceso comienza por el respeto por la persona. La base del respeto no son los
bienes, sino sus propietarios. Las cosas materiales son meramente las metas del respeto. Cuando el
propietario es visto como el objetivo de nuestro mayor respeto, eso nos impide juzgar en base a
valores aislados y concluir que el respeto que le debemos es condicional. Por ejemplo, el estado en
que el pasto de su jardín se encuentra – maravillosamente bien separado o lleno de yuyos – no
interfiere en mi obligación de respetarlo. No debo tirar envoltorios de caramelos en la propiedad de
otras personas, independientemente del estado de esa propiedad, aunque nadie note el envoltorio
en medio del pasto largo del jardín. Al final de cuentas quien merece respeto es la persona y no la
propiedad.
Muchos, erróneamente, evalúan el valor de un objeto basándose en el uso. Tomemos por
ejemplo el carrito del supermercado, en su opinión ¿Cuánto vale el carrito del supermercado? La
pregunta correcta no es esa. Debería ser: “¿Cuánto vale el carrito para el dueño del supermercado?”.
La respuesta es: “mucho”. ¿Cómo debo actuar en relación a ese bien que pertenece al dueño y al
derecho de los otros clientes a usarlos? Cuando terminó de colocar sus compras en su auto, ¿Ud.
devuelve el carrito al lugar adecuado?, si no hace eso, ¿Por qué no lo hace? No debemos dejar
nuestro carrito apretado entre dos autos porque cuando salimos del estacionamiento perdemos el
control sobre el mismo. ¿Y si una ráfaga de viento lo empuja al camino de vehículo u otros carritos?,
imagine volver a su auto y encontrar dos carritos arrimados a él, ¿Cómo se sentiría? Probablemente
se sentiría irrespetado y quedaría molesto. Devolver el carrito que usamos al lugar adecuado en el
supermercado es otra forma de probar nuestra cortesía hacia los demás (Tito 3:2). Devolver el carrito
no es el principio sino el instrumento por el cual practicamos el respeto a la propiedad de los demás.

Propiedad y dominio
La pregunta sigue: De acuerdo a las normas de ética de la Escritura, ¿cómo debo tratar la
propiedad y el dominio de los otros? Para responder a la pregunta, necesitamos definir los términos
de propiedad y dominio. La propiedad son los bienes tangibles, físicos que pertenecen a alguien,
puede ser privada, conjunta o común. Ejemplo: mi corbata es de mi propiedad privada; nuestra
congregación posee el edificio de la iglesia; nosotros todos juntos en común, poseemos las calles.
El dominio se refiere a la responsabilidad que tengo sobre un objeto, tanto en la esfera de lo
tangible o intangible. Incluye la propiedad (o sea los bienes tiempo, espacio, los derechos y
privilegios. El dominio se relaciona a la responsabilidad de administrar o custodiar, al especial
cuidado por el bien común. El dominio es el lado positivo de los derechos de propiedad, mientras que
el egoísmo es el lado negativo.
Todo ser humano es sensible a la violación del dominio. Todos tenemos un pequeño sensor
que nos avisa cuando nuestros dominios son invadidos. Este sensor tiene todas las características de
un reflejo natural y espontáneo, como veremos en el ejemplo a seguir. Ryan va caminando en su
dirección con una bolsa de caramelos en la mano. Usted se agacha y mirándole a los ojos
amablemente le pide: “Ryan, me das un caramelo por favor”? En una situación como esta,

9
Este tipo de educación no era una peculiaridad de la familia Ezzo. Era el modo de actuar de toda una generación – una norma de
educación comprendida, aceptada y esperada. El respeto por la propiedad era una virtud muy practicada en esa época. Los niños pequeños
moralmente maduros por eso antiguamente los padres restringían cualquier conducta moralmente ofensiva por parte de ellos. El derecho
de que sus bienes sean respetados por niños maleducados era más importante que permitir que los deseos impulsivos de un hijo fuesen
satisfechos. El deseo del niño de tocar determinados objetos sería satisfecho en la hora correcta y bajo las condiciones adecuadas, pero
jamás en la casa de un vecino.

“Temprano mis padres me enseñaron a respetar objetos que pertenecían a otros (y nuestras propias cosas), compartí mi dormitorio con mi
hermana por muchos años y mi padre hizo un estante para cada una que estaba al lado de nuestras camas. Mamá nos dijo que lo que
colocásemos en esos estantes serían objetos especiales y que nadie podría tocar sin nuestra autorización. También dijo que lo que pusiese
en la caja de juguetes sería de propiedad común, o sea todos podríamos usar a cualquier hora. Mis padres demostraron respeto por
nuestras cosas y seguimos el ejemplo de ellos” – Brianna, 23 años
normalmente Ryan le convidaría sus golosinas; pero si se hubiese acercado a él con intención de
tomar a la fuerza sus caramelos, la reacción natural de él sería alejarse y protegerlo.
¿Por qué las reacciones diferentes? En el primer ejemplo nada amenazaba la propiedad de
Ryan. Por eso estaba más dispuesto a compartir. En el segundo ejemplo, la propiedad de Ryan fue
amenazada y su sensor de dominio le envió un mensaje de alerta. Instintivamente él se apartó para
proteger su propiedad.10 Esto forma parte de la naturaleza humana.
Las amenazas al dominio producen sentimientos reales. Esos sentimientos no son
sensaciones egoístas, sino reacciones a la violación del dominio. Creo que una de las razones por lo
cual Dios dio sensibilidad a cualquier violación de su dominio, es para ayudarnos a servir y apreciar
mejor a los otros. Esa conclusión es coherente con la ética bíblica de dar prioridad a los otros. El
sensor de dominio sirve más para recordarnos respetar los bienes ajenos, que para ayudar a
controlar nuestros propios bienes. Transmita esa verdad a sus hijos.

El valor que proviene del trabajo


Para respetar los bienes ajenos, debemos entender la relación entre el valor y el trabajo. 11
Recomendamos que el trabajo forme parte de la educación del niño. El trabajo puede ser dividido en
dos categorías – obligatorio y para la adquisición. El trabajo obligatorio tiene que ver con la
responsabilidad de las personas con la familia; tareas domésticas como alimentar al perro, sacar la
basura afuera, colocar la mesa y lavar los platos. Este tipo de trabajo no se realiza por dinero, sino
para colaborar con el grupo. Todos hacen algo por el bien de la familia.
El trabajo para la adquisición es realizado por una compensación económica. Como cuando
un niño busca un trabajo con el objetivo de adquirir algo específico. Ese tipo de trabajo da al dinero
su real valor. En una ocasión, nuestros hijos deseaban ansiosamente un juego de mesa que costaba
25 dólares. Ellos estaban dispuestos a trabajar para comprarlo y nos preguntaron si teníamos algún
trabajo para hacerlo en casa. Les ofrecimos pagar 1 dólar por balde lleno de piedras recogidas del
jardín depositadas en un montículo de piedra que distaba a 30 metros.
Ellos aceptaron todo. Al inicio pareció que sería fácil ganar. Cuando ellos llenaron el vigésimo
quinto balde (dos semanas más tarde), ya sabían muy bien cuánto valían esos 25 dólares. Aquella
experiencia, entre otras, preparó a nuestros hijos para administrar el dinero con sabiduría. Más que
eso, les enseñó a ser administradores sabios de aquellas cosas que le pertenecían, pues ahora el
dinero tenía un significado de pertenencia. Ellos consiguieron encontrar la relación entre dinero y
trabajo. Cuando querían un pantalón que costaba 20 dólares, sabían que eso era igual a 20 penosos
viajes hasta el montón de piedras. Su comprensión del valor de un dólar (o cien) como resultado del
trabajo, les forzó a valorar la propiedad de los otros, así como sus propios juguetes y bienes
personales.
La enseñanza sobre el respeto a la propiedad comienza muchos años antes de que su hijo
tenga edad suficiente para trabajar a cambio del dinero. Comience con lo básico. No deje a su hijo
jugar con los juguetes ajenos, ni esconderse detrás de las cortinas en la casa del vecino, saltar sobre
los muebles, y de ningún modo no respetar los bienes suyos o de quién quiera que sea. El respeto a
la propiedad y al dominio ajeno debe comenzar primero con los padres. La próxima vez que sus
bienes o su dominio fueren violados, recuerde el motivo por el cuál Dios le dio un sensor de dominio:
para que no haga lo mismo con los otros.

EL RESPETO POR LA NATURALEZA

10
El hombre tiene algo que desea proteger: su propiedad, su espacio y sus derechos. ¡No se presuma que ese afán será siempre por el
resultado de ganancia o del egoísmo, no lo es! Todos sufrimos amenazas sobre nuestro dominio. Cuando sucede esto, nos sentimos
invadidos. ¿Cuántas veces esperó en la fila para devolver una mercadería y vio personas procurando adelantarse, queriendo acortar el
camino para ser atendido más rápido? Usted prefirió actuar correctamente, de acuerdo a las reglas, y ahora alguien está intentando
burlar esas reglas a costa suya. Alguien está intentando tomar un atajo antiético. Es normal que usted sienta que le están faltando al
respeto. Lo que haga con ese sentimiento lo llevará a recibir la aprobación del cielo o a meterse en problemas.
11
El trabajo define el valor. Ganar algo sin trabajar por eso, nos impide apreciar de forma completa aquello que adquirimos. El niño que se
esfuerza por ganar dinero y comprar una bicicleta le da mucho más valor que aquél que recibe la bicicleta de regalo. Como es de esperar, el
primer niño tendrá una noción de administración mucho mayor, ya que el valor de la bicicleta está ligado al trabajo para obtenerla.
La sexta relación que todas las personas comparten es con la naturaleza. Hay tres razones
básicas para que respetemos la naturaleza y nos volvamos ambientalistas activos y bíblicos con
nuestros hijos.

Debemos respetar la naturaleza porque ella fue creada por Dios


Dios creó tanto la flor como al hombre, pero creó la flor para el hombre. El tema central de la
identidad familiar, es por el hecho de haber sido el hombre creado a imagen y semejanza de Dios.
Este hecho lo distingue de los animales y también de las plantas. Los objetos de la naturaleza no
poseen la misma esencia del hombre. Pero la naturaleza, así como el hombre, tiene un valor
intrínseco como consecuencia del proceso de la creación. Quien cree que la naturaleza surgió de un
accidente cósmico, no le puede dar valor, pues la supuesta fuente de ese valor, el acaso, carece de
valor. El acaso no tiene valor intrínseco. Los elementos de la naturaleza por sí solos, no tienen valor
autónomo. En otras palabras, la existencia de la flor no le atribuye ningún valor; pero la fuente de su
existencia, sí.12 Dios es la fuente de todo valor y de toda existencia. 13 Encontramos el valor de la
creación, el propio Dios. Esta es la primera razón por la cual enseñamos a nuestros hijos a respetar la
naturaleza.

Debemos respetar la naturaleza por el dominio concedido


Desde el principio Dios le dio al hombre el derecho de dominio sobre la creación. El problema
no es el derecho del hombre, sino la integridad con la cual él administra ese derecho. Es deber del
hombre ser administrador de la creación y eso implica protegerla y cuidar de ella. Cuando Dios hizo al
hombre, le proporcionó sensibilidad a lo bello. Instruyó a Adán a cuidar el jardín y dominar sobre él
(Génesis 1:28). La tarea del hombre, trabajando como jardinero, era la de mantener la armonía
ecológica. Al entregarle Dios esa tarea, le dio ojos para armonizar y organizar. Sus sentidos
necesitaban estar en sintonía con la naturaleza. Dios no le confiaría una tarea a Adán sin darle
capacidad para cumplirla.
El hombre, aún separado de Dios, tiene todavía la responsabilidad de cuidar el jardín. Sin
embargo, ahora la tierra es el jardín de todos. Podemos tomar de ella lo que necesitamos, al tiempo
que cuidamos y le devolvemos lo que sea necesario para que vuelva a fructificar nuevamente tanto
para nuestra generación como para la venidera. Dominar sobre la creación no significa destruir la
naturaleza, sino preservarla.

Debemos respetar la naturaleza basada en el valor de los otros


Nuestra responsabilidad como mayordomos (custodios) sobre la creación proviene de
nuestra relación con Dios, que tiene como finalidad el beneficio para el hombre. Cualquier acto de
respeto a la naturaleza debe incluir una preocupación por las otras personas. Si la consideración por
las personas no forma parte de la fórmula podemos justificar el acto de tirar basura por la ventana
del auto, siempre que sea basura biodegradable. Pues al llegar a tierra, al costado de la ruta, se
descompondrá y devolverá los nutrientes al suelo.
Sin la valorización de aquellos que vienen detrás nuestro, la declaración antes dicha, sería
válida. Sin embargo, el respeto a la naturaleza va mucho más allá del simple uso de productos
biodegradables. El respeto a la naturaleza debe incluir la consideración por aquellos que vienen
detrás nuestro, los que están a nuestro lado y por los que están al frente. La decisión de no tirar
basura en la calle, debe estar basada en el derecho de los otros de disfrutar la belleza de las
márgenes de la ruta limpia. Apreciar la estética de la belleza natural es la consideración moral.

12
Es como la araña Charlotte le dice al cerdo en el libro y película La Niñita y el cerdito, cuando el pequeño cerdito queda impactado con la
complejidad de la tela de araña. “El mayor milagro no es la tela de araña en sí, sino lo que ella representa” (La niña y el cerdito de E.B.
White) La creación es la firma de Dios en la tierra.
13
Dios tiene una alianza con su creación. (Romanos 8: 19 -22). Él se ocupa con los vegetales, como vegetales; con los animales, como
animales y con el hombre como hombre. Nunca traspasa el orden que él mismo estableció en la creación. Dios trata a su creación con
integridad y a cada elemento de acuerdo a su clase, conforme al propósito de cada uno. Si Dios trata con integridad a su creación, el
hombre debe hacer lo mismo.
En el sistema de carreteras norteamericano existen señales indicando que no se deben tirar
basuras, y hay una triste razón para eso. Cuando más nuestro país se aleja de la motivación interna,
más el orden social depende de incentivos externos. Las señales avisando para no tirar basura en las
márgenes de la carretera, frenan el lado perezoso y egoísta de la naturaleza humana. Este público no
está internamente motivado por los principios morales.
El eslogan “Mantenga limpio su país” es un maravilloso aviso a nuestra responsabilidad colectiva.
Cuando se le agrega amenazas, multas y penas de prisión, la frase pasa a ser “Mantenga limpio su
país o…”. Con eso la acción correcta por miedo a las consecuencias sustituye la acción correcta
motivada por la noción de un propósito moral. La única razón por la que no debe tirar basura por la
ventana del auto es porque eso es una ofensa a la naturaleza, a las otras personas y sobre todo a la
imagen de Dios.14

RESUMEN
Los niños educados con valores morales, saben respetar la propiedad ajena y las dádivas de
la naturaleza. Entienden los parámetros de las autoridades, la dedicación a los padres, honra a los
ancianos y el amor a los compañeros. Es un placer estar cerca de niños así, pues son íntegros,
educados y con capacidad de raciocinio moral. Esto no es producto del acaso, ni de la genética sino la
educación que los padres le han dado. En sus acciones, estos niños reflejan humildad de corazón que
es la esencia del desarrollo del carácter. Cristo es nuestro mejor ejemplo de ética. Aunque no
podamos imitar su perfección, sus milagros, su obra de redención ni su divinidad, podemos imitar su
humildad y conducta, motivada siempre por el valor de los otros.

PREGUNTAS PARA REVISIÓN


1. Explique la diferencia entre justicia y equidad.

2. ¿Cómo evaluamos si la vida es justa?

3. Explique porqué la propiedad en sí misma no es tan importante como su propietario.

14
Las grandes ventanas que enmarcaban la espléndida vista atraían la mirada de Rick
– Lela, dé una mirada a esto – dice él.
El mango encontraba las azules aguas a la distancia. La superficie de ella, estaba perfectamente calma y aun de lejos se podía divisar el
suave movimiento de unos peces centelleando en el agua bajo el sol de la mañana.
– Todas las mañanas son así durante el verano – dice tía Ana con un tono introspectivo. – La belleza, el esplendor y la admiración, llegan
con la marea, creando este paisaje pacífico e intocado por el hombre.
Tía Ana habló con voz suave:
– Eso me recuerda siempre a la letra de un antiguo himno de Horatio Spafford: “Cuando la paz sobreviene como un río, mi alma descansa”.
Tarareando el himno, tía Ana camino hasta la cocina, mientras Lela y Rick, permanecían juntos en la ventana, impresionados con las
bandadas de perdices y garzas azules volando sobre la vasta extensión de agua. Minutos después, tía Ana apareció en la puerta trayendo
de la cocina una bandeja con tres vasos con té helado, una canastita con galletitas surtidas.
– Por favor, acompáñenme al balcón del fondo (Copiado de la serie Pregunte a Tía Ana, Libro 3.)
En esa serie de libros, Gary y Anne Marie dejan de lado el tradicional método de enseñanza y vuelven al estilo antiguo y personal de
persuasión – el de compartir principios de educación de hijos en forma de historias. Las historias son divertidas y nos proporcionan un
canal impar para comunicar sabiduría y verdades morales, que de otro modo podrían desaparecer. La trama de cada libro expone lecciones
espirituales extraídas de la maravillosa creación de Dios., todas relacionadas con lo tratado en este capítulo. Es posible encontrar más
información en el material, en el sitio web: www.udf.org.br.
4. Describa la diferencia entre propiedad y dominio.

5. Con sus palabras, explique por qué el trabajo define el verdadero significado del valor del
dinero.

6. ¿Cuál es la motivación para que el cristiano no tire basura por la ventana del auto?

ESTA SEMANA EN CASA


Devuelva el carrito del supermercado a su lugar. Diga a los miembros del grupo, cómo se
siente al realizar algo que sabe que es correcto y que pocas personas lo hacen.

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