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Qué es la contabilidad?

Cuando buscamos ‘contabilidad’ en el diccionario de la Real Academia


Española, nos encontramos con el siguiente concepto:

‘Sistema adoptado para llevar la cuenta y razón en las oficinas públicas y


particulares.’

En líneas generales, la contabilidad es una disciplina en la que, a través de


procesos estandarizados, se calcula y analiza el patrimonio de una empresa.
La discusión sobre si es una ciencia o un arte todavía no ve conclusión, así
que por el momento, se le refiere como a una disciplina o técnica.

Orígenes de la contabilidad

La contabilidad ha existido de una forma u otra desde que los seres


humanos empezaron a adquirir bienes y han tenido la necesidad de llevar
el control de estos. Los primeros registros contables en la historia se
pueden rastrear al imperio inca, el antiguo Egipto y Roma.

Pero generalmente se considera el primer estudio sobre contabilidad


moderna un texto del 1494 llamado Summa de Arithmetica, Geometría,
Proportioni e Proportionalita. La obra escrita por el matemático italiano
Luca Pacioli introduce el concepto de partida doble por primera vez. Entre
otros temas, también habla de contratos de sociedad, letras de cambio y
cobro de intereses.

¿Para qué sirve la contabilidad?

La contabilidad sirve para reflejar de manera fiel la realidad económica de


una empresa. Esto le permite a sus líderes tomar mejores decisiones sobre
el futuro de la misma.

Tipos de contabilidad
La contabilidad es una disciplina muy compleja que abarca toda clase de
empresas e industrias. Por esta razón existen muchos tipos diferentes que
se aplican en distintos casos:

Por tamaño

• Macrocontabilidad. Esta es la que se encarga de analizar y


administrar la actividad económica de un país.

• Microcontabilidad. Se dedica a la contabilidad de las economías


pequeñas. Estas pueden ser de organizaciones públicas o privadas.

Por naturaleza

• Contabilidad pública. La contabilidad que aplican los entes


públicos.

• Contabilidad privada. La contabilidad que aplican las


organizaciones privadas.

Otras

• Por actividad (contabilidad agrícola, bancaria, comercial, empresas


extractivas, industrial, petrolera y de servicios).

• Por información (contabilidad administrativa, de costes, financiera,


fiscal y de gestión).

¿Qué es el PGC (plan general de contabilidad)?


El Plan General de Contabilidad (o PGC) es el texto oficial que regula la
contabilidad de las empresas en España. Fue aprobado por primera vez en
1973 y se modificó en 1990. Esta versión fue vigente hasta el 2007 cuando,
para adaptarse a la normativa de la Unión Europea, se introdujo un nuevo
PGC que es el que usamos hoy en día.

Su principal función es la de guiar a todos los profesionales contables y


regularizar toda la actividad contable en el país.

¿Cuáles son las NIC (Normas Internacionales de


Contabilidad)?
¿Todas tus facturas son iguales y no tienen en cuenta el hecho de que,
dependiendo de la Establecidas en el 1973 por el Comité de Normas
Internacionales de Contabilidad, las NIC (o IAS por sus siglas en inglés) son
una serie de estándares internacionales que especifican cómo y qué
información debe aparecer en los estados financieros. Hoy en día estas han
sido adoptadas alrededor del mundo y han regido la contabilidad desde
finales del siglo XX.

¿Qué son los principios contables?


Con esto en mente, puede decirse entonces que los principios
contables son toda una serie de normas básicas que deben respetarse para
que las cuentas muestren una imagen totalmente fiel al patrimonio, las
finanzas y los resultados de la empresa. Ni más, ni menos.

Ahora bien, hay que tener en cuenta todo un conjunto de factores de vital
importancia a la hora de considerar estos principios…

• Los principios contables están estipulados rigurosamente en la


Primera Parte del Plan Contable, cuyo título es ‘Marco Conceptual
de Contabilidad’. Otra normativa contable importante está reflejada
en el Código de comercio y la restante legislación mercantil. Ahora
bien, en todos los casos, estos principios tienen algo en común: son
de aplicación obligatoria.

• Los principios contables afectan a la confección de los estados


financieros, que son aquellos datos que muestran todo lo que la
empresa posee, todo lo que debe, sus gastos e ingresos, sus
beneficios y pérdidas a lo largo de los años. Estos estados financieros
son indicativos, por ejemplo, del nivel de solvencia de la entidad o de
su grado de endeudamiento (en el caso de que exista).

• Los estados financieros son públicos y solo es necesario acceder al


Registro Mercantil para consultar las cuentas anuales de una
empresa. Estas cuentas que acaban reflejadas en el registro deben
haberse realizado siguiendo los principios contables, y de ahí viene
su importancia.

¿Cuántos y cuáles son los principios contables


básicos?
Existen un total de seis principios contables básicos. Y a continuación
vamos a verlos uno a uno para que queden bien claros…
1. Devengo
El Plan General Contable define el devengo de la siguiente forma:
“Los efectos de las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando
ocurran, imputándose al ejercicio al que las cuentas anuales se refieran, los
gastos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de
su pago o de su cobro.”
Esto significa que los ingresos y gastos de una empresa han de anotarse
debidamente en el momento en el que ocurren en vez de cuando ya se han
cobrado o pagado.
¿Qué se consigue con el principio de devengo? Que la cuenta de resultados
(o la de pérdidas o la de ganancias) de un año refleje exclusivamente los
ingresos y gastos que se ha realizado en ese mismo año. Y, por lo tanto, si
se aplica correctamente este principio, obtendremos una visión real
de patrimonio y de la situación contable de una empresa en ese año
concreto.
2. Uniformidad
Volviendo al Plan Contable, esto es lo que dice al respecto del principio de
uniformidad:
‘Adoptado un criterio dentro de las alternativas que, en su caso, se permitan,
deberá mantenerse en el tiempo y aplicarse de manera uniforme para
transacciones, otros eventos y condiciones que sean similares, en tanto no se
alteren los supuestos que motivaron su elección. De alterarse estos supuestos
podrá modificarse el criterio adoptado en su día; en tal caso, estas
circunstancias se harán constar en la memoria, indicando la incidencia
cuantitativa y cualitativa de la variación sobre las cuentas anuales’.
Este principio indica que, una vez se hayan establecido unos criterios
fundamentales para la aplicación de los principios contables, estos deben
mantenerse y no pueden cambiarse. A no ser que cambien las
circunstancias que nos llevaron a establecer esos principios concretos, lo
que sí que nos dará la oportunidad de renovarlos.
Esto implica que los principios establecidos han de mantenerse en el
tiempo y, sobre todo, es necesario que cubran todos aquellos activos
patrimoniales que tengan exactas características. Si se modifican estos
criterios, será imperativo reflejar el motivo en la memoria.
3. Prudencia
Por mucho que, ya por su propio nombre, parezca fácil determinar la
naturaleza del principio de prudencia, aquí va la definición según el Plan
Contable:
‘Se deberá ser prudente en las estimaciones y valoraciones a realizar en
condiciones de incertidumbre. La prudencia no justifica que la valoración de
los elementos patrimoniales no responda a la imagen fiel que deben reflejar
las cuentas anuales’.
De nuevo, la cosa no queda demasiado clara (sobre todo, porque el Plan
Contable se extiende mucho más después de esta apertura). Pero, en
resumidas cuentas, este principio marca una diferencia básica entre los
ingresos y los gastos a la hora de ser registrados. En el caso de los ingresos,
estos deberán ser registrados en el momento en el que se devenguen. Y,
en el caso de los gastos, deberán registrarse en el instante en el que sean
conocidos por parte de la empresa.
4. No compensación
Recurramos de nuevo al Plan Contable para una definición del principio de
no compensación:
‘Salvo que una norma disponga de forma expresa lo contrario, no podrán
compensarse las partidas del activo y del pasivo o las de gastos e ingresos, y
se valorarán separadamente los elementos integrantes de las cuentas
anuales’.
Esto significa que las cuentas de activo nunca podrán compensarse con las
de pasivo, ni tampoco podrán compensarse ingresos con gastos. Todas
estas partidas deben ser valoradas de forma independiente y mantenerlas
por separado. Dicho de forma definitiva y bien clara: una empresa nunca
puede compensar lo que debe con lo que le deben. Por mucho que, de
entrada, este podría parecer un buen método para librarse de las deudas.
5. Importancia relativa
‘Se admitirá la no aplicación estricta de algunos de los principios y criterios
contables cuando la importancia relativa en términos cuantitativos o
cualitativos de la variación que tal hecho produzca sea escasamente
significativa y, en consecuencia, no altere la expresión de la imagen fiel’.
Esto es lo que el Plan General Contable estipula al respecto del principio de
importancia relativa.
Y viene a decir que, al fin y al cabo, si una actividad económica no tiene un
impacto considerable en la imagen fiel de la situación financiera de una
empresa, puede considerarse la no aplicación de los principios contables.
Al fin y al cabo, estos principios solo deben reflejar los hechos económicos
que tengan una relevancia vital.
6. Empresa en funcionamiento
El Plan Contable establece el principio de empresa en funcionamiento de
la siguiente forma:
‘Se considerará, salvo prueba en contrario, que la gestión de la empresa
continuará en un futuro previsible, por lo que la aplicación de los principios
y criterios contables no tiene el propósito de determinar el valor del
patrimonio neto a efectos de su transmisión global o parcial, ni el importe
resultante en caso de liquidación’.
Hablando en plata: en el momento de confeccionar las cuentas, se hace
sobre el supuesto de que la empresa mantendrá su actividad en un futuro
próximo. De hecho, según este último principio, el mínimo período de
funcionamiento es de 12 meses. Aunque está claro que el objetivo de toda
aventura empresarial es ser longeva mucho más allá del año de existencia…

Principios contables: ejemplos

¿Las respectivas definiciones de todos estos principios contables no te han


dejado los conceptos suficientemente claros? Terminemos de definirlos
entonces usando los siguientes ejemplos…

• Devengo. Pongamos, por ejemplo, que una empresa realiza una


compra de mercancía por valor de 500 euros en diciembre del año
2020, pero que realmente debe pagarse en marzo del año 2021. Este
ejercicio, según el principio de devengo, deberá considerarse en la
contabilidad del año 2020 y no en la de 2021.

• Uniformidad. Consideremos un caso en el que una empresa en


concreto establece un método específico para calcular el valor de las
materias en su almacén. Una vez elegido este método, deberá
mantenerse en el tiempo… Pero, de repente, las circunstancias
económicas aconsejan cambiar el método de valoración para calcular
su valor y, por lo tanto, solo en ese caso es posible cambiar también
el método para calcular su valor. Obviamente, será necesario reflejar
este cambio en la memoria.

• Prudencia. La misma definición es un ejemplo en sí mismo. Pero


pongamos un caso un poco más complejo: ¿cómo debemos
reconocer un pago futuro por una reclamación que nos ha efectuado
un tercero? Debemos valorar económicamente la contingencia que
se produce y reconocer en el ejercicio que se cierra, como gasto, el
importe a desembolsar en el futuro, incluyéndolo en el pasivo del
balance.

• No compensación. Imagina que un banco le concede un préstamo


a una empresa y que, como es obvio, esta debe afrontar el pago
periódico de unos intereses. Además, la empresa tiene una cantidad
económica a plazo fijo en este mismo banco y, de hecho, recibe
ciertos intereses gracias a ello. ¿Puede entonces compensar el gasto
de los intereses del préstamo con los ingresos de los intereses del
dinero a plazo fijo? Según el principio de no compensación, no. No
puede.

• Importancia relativa. Si una empresa resulta que tiene un gasto de


un importe realmente ínfimo y, de hecho, este gasto no supondrá
ningún tipo de incidencia en la imagen fiel de la situación financiera
de la misma, ¿puede entonces saltarse alguno de los principios
contables establecidos? Sí, puede. Así lo estipula el principio de
importancia relativa.

• Empresa en funcionamiento. Los principios que rigen una


empresa en pleno funcionamiento y una empresa en liquidación no
son los mismos. Por lo tanto, pongamos que una empresa deja de
estar “en funcionamiento” y entra en proceso de liquidación. ¿Qué
ocurre? Que también deberán cambiar los métodos de valoración de
sus activos y pasivos.

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