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| HARCO Neva Milicie jl uy, qué vergiienza! a TODOS HES EXPERINENTADO AALGUNA SITUAGION INeOHODA, ELA Novavlicie | QuENos seNraios ExPUESroS ¥ WAL (HUY, UE | Kenasues este uno necoMLAMS. VERQUENZAl | onus reems oUt Los Lecvonce PUKOER| ELAGIONAN CON ALUN {XPERIENCE OA, VALORANDO LA Fonts sia oUF a nesuetvEN oS cunaoes. | Neva mito £5 ScLoGA Y E5FEOIK STA EN EBUCACION. HA PuBLIDADO NuVEBOS08 LIBROS SOBRE DEEARRO. LLO EMOGIONAl, LO8 QUE SON LN AECEBENTE Pana MOS. JOVENES, \GENCINTENUS VNEULANOS ALCON: TYWENGIAFAMILIAR Y ESCOLAR, APARTIR DE 7 ANOS z — oF, 1947: EL BARCO / jHuy, qué vergiienza! Neva Milicic Ilustraciones de Loly & Bernardilla edicione: itty, qué vergienzal Primera edicin: octubre da 2009 ‘Segunda ecieson: abr de 2010, Direooién edioriak: Raatfo Hidalgo C DiresciénIteraria: Sergio Tanhnus Nustraciones y cubierta: Loly 8 Bernardi Diagramacidn: Jennifer Contreras V, © Neva Miele ‘@Ediclones SM Chile S.A, Coyancura 2283, ofisina 203 Providencia, Santiago de Chie. ww wedicionss-sm.c! chila@ediionse-em.cl (SN: 978-956.264-728-4 Registro de Propiedad intelectual: Inseeincibn N* 184064 Impresién: Maval imoresores IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE Ne est permitida la repraducclén total o parcial 48 e8te libro, ni su tratamiento informalico, ni su ‘ranamisién de ninguna forma por cualquier ‘medio, ya sea electanico, macsnico, por fotace pia, Por registro u otros métads, sin el permigo previ 1 por escilo de los thuaras cal copyright, onde Para todos los nifios y tas snifins que han sentido vergiienza, es decir: para todos los. nifios. tarles que esta semana fue incretble Para mi y para mis compareros. La seftorita Cecilia, que es mi pro- fesora, tuvo. una idea genial para la hora de conseja de curso. Nos pre- gunté: iHola! Soy Antonia, y quiero con- —,Qué les parece que conver- semos sobre alguna ocasidn en que sintieron vergiienza? Al principio, todos nos quedamos mudos. Nadie queria hablar Es diffeil hablar de cuando uno lo ha pasado mal... y se pasa muy mal cuando a uno le da vergiienza. ge Creo que se le ocurrié esta idea por algo que habfa sucedido la semana anterior. Rosita no querfa venir a clases porque ella es un poco timida y nosotros nos habiamos reido mucho cuando se equivocé en una drama- tizacién. A Rosita le dio tanta ver- giienza que se puso a llorar y quiso ise a su casa. Nos sentimos muy mal por ha- berla hecho Hlorar. Enrique dijo: —Yo voy a empezar, porque pa- rece que a todos nos cuesta hablar del tema. Yo, por ejemplo, me siento muy mal, como avergonzado, porque nunca me escogen de los primeros para el equipo de Futbol. La verdad es que soy bien malo, pero cuando soy el tinico al que no eligen jme dan ganas de salir arrancando! ;Cémo me gustarfa ser bueno para la pelota! Yo le dije: —Pero Enrique, eso es lo de me- ios; eres bueno para tantas cosas; para las matematicas, por ejemplo. —Si —suspiré él—, pero eso no le importa a nadie. —Creo que estés equivocado. Estoy segura de que tu mamé se po- ne feliz con tu libreta de notas le dije, —Gracias, Antonia —me con- test6—. jEres tan buena amiga! Creo que Enrique no solo es bueno para las mateméticas, también es una persona muy agradecida, pensé yo. es io NO fe —A mi me pasa algo parecido —Aijo Ricardo—. Creo que nunca voy a olvidar la vergiienza que senti cuando en un campeonato interesco- lar metf un autogol. Lo peor es que perdimos 2-1, 0 sea, que si no hubiera sido por esa fatal jugada habriamos empatado. jHabfa estado tan contento cuando me eligieron para el equipo! Y después querfa que me tragara la tierra. En las graderias, todo mi curso me abucheaba, jNo sé mo pude ter- minar el partido! Meti un autogol —Cuando llegué a la casa me en- cerré en la pieza; no queria ver a nadie. Al otro dia no tenfa ganas de ir al colegio y, por supuesto, pensaba retirarme del equipo de fritbol —conté Ricardo—. Mis compafieros fueron muy pesados y se burlaban de mi. —Cuando revisaba mi correo elec- trénico encontraba mensajes con insul- tos —agregé—. Estaba tan mal que la profesora jefe me lamé para conver- sar, Le conté que tenfa mucha pena y vergiienza por el autogol y porque me molestaban incluso por Internet. —Me ayudé mucho una cosa que me dijo Patricia —continué Ricardo— cuando le conté lo mal que me sentia: “jVergiienza deberian sentir ellos! —dijo Patricia—. Porque en vez de apoyarte y comprender lo que sien- tes, se burlan. En vez de riciculizarte, deberfan preguntarse cémo ayudarte, 2Bs que nunca Jes habré salido algo mal?’, 20 —Yo sey muy vergonzosa, pero mi mama no conoce la vergiienza ni de nombre —dijo Luz—, Ella es buena y se preocupa por nosotros, pero canta fatal y le encanta hacerlo, Un dia me acompaié a una ceremo- nia al colegio y empez6 a cantar con el coro. Lo hacia tan fuerte y tan pero fan mal que mis compajieros se dieron vuelta para mirarla. ;Yo no sabia dénde meterme! —El otro dfa —siguié diciendo Luz—, cuando le comenté a mi mejor amiga, Camila, que me daba mucha pena sentir vergiienza de mi mama, ella me dijo: ““Yo ni me fijé que can- taba tan mal. Y jsabes?, me encanta fu mamé porque tiene mucha per- sonalidad. En cambio, la mia anda siempre pensando en qué van a decir los otros. No deja ni que me vista a mi gusto. Siempre me esté diciendo: Camila, qué va a decir ta gente!”, sent 5, cf Nadie. ——Una vez mi mamé les conte @ sus amigas algo que habia encon- trado simpatico de mf y ellas se tieron mucho —dijo Pamela—. Yo sé que mi mama me quiere, pero ese dia me dio entre vergiienza y rabia, tanta que me encerré en mi pieza y no salf en toda la tarde, Mi mama me pidié perdén, Pero no pude perdonarla hasta el otro dia. Ella me prometié ser mas dis- creta y no contar cosas mias sin mi permiso. —La peor vergiienza que pasé fue cuando entré a un colegio nuevo —conté Sebastién—. Todos se cono- fan y yo era un extraiio. Me pasé casi un mes sin jugar con nadie y¥ me daba mucha vergiienza estar solo en el recreo, Hasta que mi “Ita” (asf le digo yo a mi abuelita) me aconsejé llevar una bolsa con bolitas al colegio. iQue felicidad cuando varios compaiie- TOS quisieron ser mis amigos y comen- zamos a jugar! jNo lo podia creer! —He tenido muchas veces ver- silenza —dijo Ismael—, pero creo que Ja vez, que peor Io pasé fue cuando me Hamaron mentiroso delante de todo el curso. —tCémo fue que pass eso? —pre- gunté la sefiorita Cecilia. —Fue el afio pasado, cuando la profesora de matemtica me pregun- t6: “Ismael, gosté trabajando?” Yo le respondi: “St”, porque en verdad estaba trabajando, pero la profesora dijo delante de todo el curso; “Ismael, usted es'4 mintiendo; cuando yo lo miré estaba conversando”. —Me senti tan mal que no pude defenderme, porque era cierto que habia conversado, peto no lo estaba ha- ciendo cuando ella me pregunto. Casi me pongo a Ilorar, lo que me dio més vergiienza todavia. —Entiendo que te dé vergiienza que te llamen mentiroso delante de to- dos —le dije— pero no veo qué tiene de malo Llorar, —Antonia, tt no entiendes todo lo que nos molestan a los hombres si Iloramos. 33 —Ademas —dijo Matias—, encuen- tro injusto que te traten de mentitoso en ptiblico. Mi mamé me ensefié que si uno tiene que criticar a alguien, siempre debe hacerlo en privado, porque si no se humilla a la persona y se le puede provocar un dafio muy grande. Todos estuvieron de acuerdo en que era malisimo humillar a alguien en publico. Wy jeeae —A mi me dio mucha vergiienza —agreg6é Matias—, cuando una vez traté de integrarme a un grupo que estaba conversando y me gritaron a coro: “jAndate, nadie te quiere aquil’. Me senti pésime, No sabia para dénde ic ni para dénde mirar. Uno siente co- mo que quisiera desaparecer, a7 —Después supe que era un “jue- 80" que habian inventado para ver como reaccionaba la gente y que se lo dirfan al primero que intentara unirse a ellos. Me tocé esa mala Suerte. Quedé triste y herido porque mis amigos no Pensaron que yo me podia sentir tan mal con su broma... ique era muy pesada! 38 —Si dijo la profesora—, a todos nos gustaria que nuestros amigos fueran capaces de entendernos y de ponerse en nuestros zapatos. Eso supone imaginar cémo se van a sentir las personas con Io que uno les hace... Y no es facil. Los nifios que son inte- liyentes emocionalmente saben enten- «lor cémo se sienten los otros con las vosas que les hacen o que les dicen, wp —Caerse da mucha vergiienza —dijo Rebeca—. Cuando yo estaba en segundo basico tenfa que cantar en una Tepresentacién para los papés. A mi me gusta cantar y creo que lo hice bastante bien, pero cuando bajé del escenario me tropecé en un escalén y-. jPlafffl jAl suelo! Me paré lo més répido que pude, tratando de que ho se notara mucho, pero lo peor de lodo fue que varias personas se acer- caron a preguntarme: “Rebeca, qué le pas6?”, Roberto comentd; —Siempre he encontrado tonto preguntar “gqué te paso?” cuando al- guien se cae. Es abvio que se ha caido, pero lo més divertide es que cuando alguien se cae, me cuesta mucho no hacer esa misma pregunta, La profesora dijo; —Todos nos hemos catdo muchas veces y no siempre es fici] levan- tarse, pero hay que hacerlo, A veces, cuando alguien hace algo mal, se dice “se cay6” 0 cuando un equipo pierde Siderarlas una tragedia, 46 —A veces soy un Poco enojén y cuando estoy molesto trato mal a as Personas —dijo David—. Las hiero con a Tes digo y después me siento imo. Me da vergiienza; n aes gil © sé cémo —Y lo malo —agreg6 Cristina, enojada—, es que jlas palabras no se pueden borrart l Creo que Cristina se acordé de una vez en que David le dijo tonta, 2 —Pero al menos se puede pedir disculpas —dijo la seforita Cecilia, —Ademés, hay que ver cémo ha- cer para que no vuelya a pasar —agreg6 David—. Yo me he hecho el propésito de tratar bien a las personas y de no herirlas cuando me encjo. Ojalé pueda cumplizlo y logre controlar mi rabia. Maximo dijo: —Hay algo que a mi me da mucha vergiienza ¥ mucha pena, pero & tanta la vergtienza que no lo quiero contar, La profesora, que es muy crite- iosa, le dijo: —Muy bien hecho, Maxi; no tienes POF qué contar algo delante de todo e} Curso si no quieres. Pero si es impor- fante que lo hagas con alguien mayor ue te dé confianza para que puedas Sacar tus penas, y si hay algo de lo que tengas que perdonarte, puedas hacerlo, Es muy pesado andar con un secrets Y no tener con quién compartirlo, —A mf también me pasé una vez una cosa que me dio mucha ver- giienza —dije—. Y me cuesta contarlo, Pero lo voy a hacet, porque crea que nos puede ayudar a todos, Hice una pausa antes de conti- Nuar; me costaba seguir hablando, pero me decid a hacer el esfuerzo y con- tarles a mis compafieros y compagie- ras lo que me habia sucedido. As ai fo voy a contan —Cuando era més chica, un primo mayor quiso que yo hiciera con mis Partes privadas cosas que yo no queria hacer, Por suerte, mi mama me habfa “xplicado que si alguien me decta que hiciera algo que era secreto y me ame. hazaba con que si lo contaba me iba 4 pasar algo malo, no le creyera, y we lo dijera a ella; porque las mamas siempre saben eémo defender a sus hijos. —Asi lo hice y fue bueno, porque cuando se lo dije a mi mama perdi el miedo, y también fue bueno para mi primo porque lo Ievaron al sicé- logo. Después me pidié perdon por lo que habia intentado hacer y por amenazarme, —Gracias, Antonia —dijo la sefio- rita Cecilia—. Tiene que haber sido diffcil para ti compartir tu secreto, pero todos aprendimos que hay que pedir ayuda y hay que atreverse a hablar con alguien de confianza, a pesar de las amenazas. Es Ia tinica manera que tienen los nifios de defenderse de otros nifios o de personas que son. abusivas. 59 Gabriel conté: —Yo también tengo vergiienza de Gabriel, que Parecia ser tan valiente. Lucfa, que es muy astuta, le dijo; Nos miramos Y asentimos. ;Todos estuvimos de acuerdo! ers —A mf me da mucha vergitenza explicar lo que me da vergtienza —di- jo Pablo. —No tengas miedo —le dijo Vero, que es medio bruja, porque justo lo que avergonzaba a Pablo, era tener miedo, —Bueno ya —dijo Pablo ponién- dose muy pero muy colorado—. A mf me da vergiienza no saber andar en bicicleta y no poder aprender porque me da miedo, —iCémo te va a dar vergiienza 80? —pregunté Vero—, Todos tene- mos miedo de muchas cosas antes de aprender. Yo lef en un libro que solo no tienen miedo “los tontos de remate”. Op "9 "8 — kre, ied, —Todos tenemos * miedo al ridfculo en distintas ocasiones, ¥ a veces es bueno sentir un poco de vergilenza porque nos impide hacer I loco, pero es muy malo cuando es mucho, porque nos paraliza —dijo ta Sefiorita Cecilia. —éPor qué los hombres tienen mas vergiienza de tener miedo que Tas mujeres? —pregunté Ana, que es medio feminista, —Lo malo no es tener miedo —dijo la profesora—, sino dejarse do- minar por él, £ foee —O sea —concluyé Femando, que le pone ideas a todo— jen la ver. Bienza nos importa mas lo que pien- san los otros y no lo que nos pasa a nosotros mismos! —Justo —dijo mi amiga Maria Nubia—, 0 sea que si uno se cae, tlebe pensar mas en uno que en lo que piensan los otros. —Esta vez sf que aprendimos dijo Ferando—. No voy a dejar mds que la vergtienza y el miedo me manden, ABAJO LA VERGUENZA! —Qué alivio saber que hay cosas «que a ustedes también les dan ver- niienza —dijo timidamente Mitzi, poniéndose muy colorada—, A las Personas que son como yo casi todo his da vergtienza: hablar en priblico, ir aun lugar nuevo, pedir un favor, Nespués de todas estas historias me vicnto més segura y bastante menos limida, —A ver, gqué hemos aprendido? _pregunté la seftorita Cecilia. —Que es bueno tener a quien con- larle los secretos —dijo Maximo. —Yo aprendi que més vale pasar un poco de vergtienza que arriesgarse a que te pasen cosas —dije yo. —Me di cuenta de que uno le da demasiada importancia a las cosas cuando algo Je sale mal —agregé Ismael. —Yo aprendf a ser menos timida -dijo Mitzi. —Yo ahora sé que a los pocos dias los demas apenas se acuerdan de cuando uno ha hecho el ridiculo —cont6 Rebeca. Entendi que tengo que ser més simpatico cuando a la gente le pasa algo que le hace sentir mal y no reirme de ello —dijo David. , _ Ese dia, en el recreo, seguimos conversando sobre las vergilenzas y nos sirvié mucho para entendernos més y ser mejores amigos

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