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Érase una vez hace mucho tiempo, en un país muy lejano, vivían cuatro pequeños

personajes que recorrían un laberinto buscando el queso que los alimentará y los
hiciera sentir felices. Dos de ellos eran ratoncitos, se llamaban Fisgón y
Escurridizo, y andaban por la vida sin pensar mucho sobre su existencia. Estos
dos ratoncitos dedican su tiempo a correr arriba y abajo por los pasillos de este
laberinto con el único propósito de encontrar queso, la forma en que estos dos
ratoncitos logran sus metas de encontrar queso es una manera muy sencilla y sin
darle tantas vueltas a las cosas, en los distintos pasillos que salen a explorar ellos
ni se estresan ni se acongojan simplemente se dan la vuelta y siguen buscando
por otro camino sin perder el tiempo y sin enojarse o frustrarse
Por otro lado, están los personajes de Hem y Haw, dos liputienses, que son
pequeñas personas de 15 cm de altura. Ellos también buscan queso en el
laberinto al igual que los ratoncitos, pero ellos no lo hacen por tener hambre, ellos
piensan que si llegan a encontrar queso al final serían felices y exitosos. Con sus
cerebros repletos de convicciones y emociones, Hem y Haw diseñan estrategias
para encontrar queso, memorizan las esquinas más oscuras del laberinto y
callejones sin salida, pero a pesar de estas estrategias se confunden con mucha
frecuencia y a veces pierden el rumbo. Cuando ninguno encuentra el queso que
esperaban a menudo se deprimen y se preguntan si algún día alcanzarán la
felicidad.
Después de mucha búsqueda los liputienses encuentran un gran depósito de
queso, y cada día se dan a la tarea de levantarse temprano para visitar el depósito
de queso para comerse un bocado. El par de liliputienses dejaron de buscar el
queso y recorren la misma ruta todos los días hasta que se les hizo una rutina, se
sintieron como en casa y pensaron que el queso nunca se les acabaría.
Una mañana Hem y Haw despertaron y caminaron al depósito como cada día, se
sorprendieron muchísimo al enterarse de que ya no había queso y se preguntaron
quién se había llevado el queso.
Lo que sucedió fue que los liputienses estaban tan contentos y tranquilos con su
queso que nunca vieron su depósito de queso disminuirse, incluso cuando su
queso se llenó de moho se negaron a ver el cambio. Hem y Haw creyeron en lo
más profundo de su ser que el depósito de queso era su recompensa por todo el
trabajo que habían hecho. ¿Y cómo no creerlo? Pasaron tanto tiempo haciendo el
plan y buscándolo, pero cuando su queso desapareció nunca pudieron aceptar la
realidad.
Cuando Fisgón y Escurridizo se enteraron que el depósito de queso estaba por
terminarse salieron a buscar más por otro lado sin estresarse tanto,
afortunadamente para ellos encontraron un gran depósito de queso. Por otro lado,
Hem y Haw no tuvieron tanta suerte, sin poder adaptarse al cambio ellos seguían
regresando a buscar queso en el depósito que siempre estaba vacío, mientras
tanto seguían sufriendo de hambre, debilidad y depresión.
Una vez que Hem y Haw se resignaron a que en la Estación Q ya no había queso,
así que tuvieron que armarse de valor para salir a buscar comida en alguna otra
estación y obviamente cuando salieron tuvieron miedo de perderse o encontrarse
en un camino sin salida
Cuando los liputienses estaban hambrientos y aún con miedo de salir a explorar
los pasillos del laberinto, estaban tan aferrados a quedarse en su zona de confort
que incluso llegaron al extremo de quebrar las paredes de la Estación Q para
verificar si había queso detrás de las paredes, pero todo fue en vano porque no
encontraron nada. Ante esta situación Jo fue el primero en reaccionar y descubrió
una manera de lidiar con ese miedo, él empezó a visualizarse a sí mismo sentado
en una montaña de su queso favorito.
Después de visualizar su meta Haw salió en busca de una nueva estación que
tuviera queso, pero Hem no quiso salir, se quedó en la Estación Q que no tenía
queso, enojado y frustrado, y desafortunadamente con mucho temor de salir a
buscar el queso.
Al mismo tiempo que esto pasaba la experiencia que estaba desarrollando Haw se
incrementó dramáticamente, poco a poco empezó a sentirse más fuerte y valiente
y con gran determinación empezó a explorar el laberinto hasta que encontró una
estación de queso, que para su suerte estaba repleta de queso y que era
precisamente el lugar adonde Fisgón y Escurridizo habían estado desde que se
desaparecieron.
Opiniones
La forma en que representan las acciones de Fisgón y Escurridizo resulta bastante
instintiva y sin sobre pensar las situaciones. En ocasiones poder ser la forma más
efectiva de alcanzar nuestras metas, ya que pensar demasiado y darles tantas
vueltas a las cosas puede ser contraproducente, al actuar inmediatamente ante los
cambios que se nos presentan puede ahorrarnos mucho tiempo y energía.
En ocasiones complicamos las cosas más de lo que deberíamos no solamente por
sobre analizar los problemas y eventos.
Las acciones de los liputienses por otro lado representa el alcance de nuestras
metas, deseos, anhelos, y la forma en que nos aferramos a él sentimiento de
éxito, de tal manera que nuestra vida comienza a girar alrededor de él, al punto en
que entre más preciado sea, más deseas conservarlo.
La desaparición o término del queso podemos analizarlo como los cambios que se
suscitan en nuestra vida, el como reaccionamos ante estos cambios nos definirán
entre uno de los 4 personajes.
Los ratoncitos reacionan inmediatamente ante el cambio, se adaptan al cambio sin
embargo la diferencia radica entre liderar las condiciones del cambio y el sólo
ejecutar dichas acciones para adaparse a tal cambio.
Por otro lado Haw aunque al principio dudó pudo visualizar una solución que lo
llevo a la motivación para moverse y adaptarse, mientras Hem quedó absorto y
perdido en como los cambios lo afectan y no busca una solución real.
Tener en cuenta que siempre debemos estar alerta ante señales de cambio es una
lección importante de esta lectura.
No podemos esperar resultados diferentes si nuestras acciones son las mismas.
Vivir con sólo percibiendo lo que creemos haber conseguido y olvidarnos que
diversos factores pueden alterar las condiciones de ello nos llevaría a una
imperceptibilidad de la realidad y por lo tanto nos limita en las acciones que
podemos realizar ante situaciones constantes de cambio.
La importancia de la adaptabilidad que poseemos ante el cambio determinará
también las posibilidades a las que podremos acceder.

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