Está en la página 1de 1

Jeremías 33:6 …he aquí, yo le traeré salud y sanidad; los sanaré y les revelaré

abundancia de paz y de verdad.

Hay tres lecciones que podemos aprender del texto de hoy:

1. Tus heridas son reales.

La razón por la cual necesitamos ser restaurados de nuestras aflicciones es


porque tenemos heridas. Estas heridas han sido causadas por la malicia de
otras personas o por nuestras propias decisiones equivocadas. Cuando hay
golpes en cualquier momento de una relación o amistad, se producen heridas
profundas. Es peligroso exagerar la profundidad de nuestras heridas, pero es
igual de peligroso minimizarlas o ignorarlas.

2. Tus heridas no tienen porqué afectar a tu familia.

Algunas personas permiten que las heridas del pasado determinen el éxito en las
relaciones familiares o de amistad de su futuro. No puedes dar marcha atrás al
tiempo y cambiar lo que sucedió. Pero sí puedes controlar tu reacción y tu
actitud hacia el problema.

3. Tus heridas pueden ser sanadas.

Escoge la sanidad. Dios ya ha preparado personas, circunstancias, mensajes


y lugares para darte sanidad. Pídele hoy que te ayude a encontrar lo que él ya
ha estado preparando para ti. Recuerda que la restauración es un proceso. No te
recuperarás en un día, pero si diariamente.

Salmos 147:3 …sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.

Pídele a Dios que te conduzca a una persona que está sufriendo por causa de sus
heridas. Haz un compromiso con Dios tomar parte en su restauración. Una de
las mejores maneras de experimentar la sanidad propia consiste en ayudar a
otros.

Nuestra oración: Que Dios sane nuestras heridas, las de tu familia, las de tus
amigos… Que Dios no permita que no te acostumbremos a mirar con heridas
a los que nos rodean sin ayudarlos a sanar.

También podría gustarte