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ACUERDO 22 DE 1877

(Julio 3)

Modificado y Derogado Parcialmente por el Acuerdo Municipal 10 de


1878

"Que organiza la policía de la ciudad" *

La Municipalidad de Bogotá,

En ejercicio de sus facultades legales,

Ver el Acuerdo Municipal 6 de 1873

ACUERDA:

CAPITULO PRIMERO

Disposiciones generales

ARTICULO 1. Créase un Cuerpo de policía encargado de velar por el


aseo, el ornato y la salubridad de la ciudad, así como de mantener en
ella el orden y dar seguridad a las personas y a sus propiedades.

ARTICULO 2. El Cuerpo de policía se compondrá de cien Celadores,


distribuidos en seis secciones denominadas, 1, 2, 3, 4, 5 y 6, mandadas
cada una por un Jefe de sección, bajo las órdenes inmediatas de un Jefe
superior, que se llamará Director general, quien, con todo el Cuerpo,
estará bajo las órdenes del Jefe Municipal, o del Alcalde en su caso. A
proporción que vayan aumentando las rentas del Distrito, se aumentará
por la Municipalidad el número de Celadores, y se disminuirá el número
de cuadras que cada uno debe vigilar.

ARTICULO 3. Habrá además cuatro Inspectores de policía,


denominados 1, 2, 3 y 4, un Secretario y un Escribiente destinados al
servicio del primero Inspector.
ARTICULO 4. Cada sección ejercerá especialmente sus funciones en los
siguientes lugares: la 1, compuesta de 30 Celadores en el barrio de la
Catedral; la 2, de 25, en el de las Nieves; la 3, de 13, en el de San
Victorino; la 4, de 17, en el de Santa Bárbara; la 5, de 15, en la Casa
municipal, en las Plazas de Mercado, en el coso y en la cochera que
establezca la Municipalidad, y la 6, compuesta de un Celador y de un
Jefe de sección, en la aldea de Chapinero.

PARAGRAFO UNICO. Cuando la Municipalidad establezca una o más


carnicerías públicas, se creará una 7 sección, con el número de
Celadores que fueren necesarios para la vigilancia de los edificios y la
recaudación de sus rentas.

ARTICULO 5. Los 15 Celadores de la 5 sección se distribuirán así: uno


para el servicio del Juez 1 del Distrito, otro para el Juez 3, dos para el
Jefe Municipal, cuatro para el del Director general, uno para el del primer
Inspector, cinco para la Plaza de Mercado y uno para la vigilancia del
coso y de la cochera municipales.

ARTICULO 6. El Director general distribuirá convenientemente, entre los


Celadores de las cuatro primeras secciones, todas las calles y carreras
de la ciudad de manera que cada Celador quede encargado de la
constante vigilancia de tres a seis cuadras continuas en la misma calle o
carrera, y dentro del barrio que corresponda a la sección a que
pertenezca el Celador.

PARAGRAFO 1. En los suburbios de la ciudad y en los límites de los


barrios puede un mismo Celador invigilar varias cuadras, aunque éstas
no se hallen en la misma dirección.

PARAGRAFO 2. En la 5 y 6 sección la distribución de los lugares de


vigilancia se hará de la manera que lo determine el Director general,
atendiendo, no al número de cuadras indicado en el artículo 6, sino a la
extensión e importancia de los lugares que deben ser invigilados.

ARTICULO 7. Esta distribución será trazada sobre un plano de la ciudad,


en el que se indicarán con colores la parte de ésta cuya vigilancia
corresponda a cada sección y las cuadras de que esté encargado cada
Celador, cuidando de designar a éstos, no por sus nombres, sino por los
números de orden que les correspondan, según las haya clasificado el
Director general.

ARTICULO 8. El Jefe Municipal, el Director general y cada uno de los


Jefes de las cinco primeras secciones mantendrán fijado, en una de las
puertas más visibles de su oficina, un plano arreglado como lo dispone el
artículo anterior. Este plano no comprenderá sino la Plaza de Mercado,
para la 5 sección.

ARTICULO 9. Cada uno de los Jefes de sección llevará un libro en que


anotará el nombre de cada uno de los Celadores que estén bajo sus
órdenes, y el de la calle, sitio o carrera que le corresponda invigilar,
poniendo semanalmente, al lado de cada nombre, las notas buenas o
malas a que diere lugar la conducta del Celador.

ARTICULO 10. Un libro igual, pero comprendiendo las seis secciones y


sus respectivos Jefes, llevará el Director general, y en él escribirá
semanalmente, respecto de éstos y de los Celadores, las observaciones
a que diere lugar la conducta de cada empleado.

ARTICULO 11. El Director general, y cada uno de los Jefes de sección,


llevarán otro libro en que diariamente anotarán todas las providencias
verbales que dictaren sobre los diversos ramos de policía, así como los
sucesos más notables ocurridos durante el día en asuntos conexionados
con ella. Este diario estará dividido en dos columnas destinadas, la de la
izquierda para hacer constar las órdenes que dicte, y la de la derecha,
para expresar si han sido cumplidas o no.

ARTICULO 12. En los días jueves y sábado de cada semana, cada Jefe
de sección pasará al Director general un extracto de la parte del libro de
que habla el artículo anterior, relativa a los últimos días. Estos
documentos los legajará por secciones el Director general, y un extracto
de ellos, así como de las anotaciones que haya hecho durante la semana
en el libro que él lleva, las pasará semanalmente al Jefe Municipal para
que haga publicar en el período del Distrito lo más notable de dichos
extractos

ARTICULO 13. El Director general recorrerá a caballo toda la ciudad una


vez por día, con el fin de examinar por sí mismo si cada Celador y cada
Jefe de sección llena cumplidamente sus deberes. Igual deber
desempeñarán diariamente a pie o a caballo los Jefes de las secciones
en su respectiva localidad, para examinar si cada uno de los Celadores
mantiene constante y activa vigilancia en las cuadras o sitios que le
correspondan.

PARAGRAFO UNICO. Con el mismo objeto visitará el Director general


dos veces por semana la aldea de Chapinero, o sea la 6 sección.

ARTICULO 14. Igual visita practicará una vez a lo menos por mes el Jefe
Municipal, y el Alcalde en su caso, en todas las secciones, cuidando de
examinar los libros que deben llevar el Director general y los Jefes de
sección, acordando con este empleado las providencias necesarias para
mejorar el servicio.

ARTICULO 15. Una visita semejante practicará, a lo menos una vez por
mes, el Síndico del Distrito, y de ello dará cuenta a la Municipalidad.

ARTICULO 16. Cada Jefe de sección tendrá una oficina pública para su
despacho, en cuyo frontispicio se fijará un gran letrero con el nombre de
su respectiva sección. En esa oficina permanecerá, desde las doce del
día hasta las dos de la tarde, para oír todos los reclamos y quejas que los
habitantes le dirigieren y dictar inmediatamente las resoluciones verbales
que estén dentro de la esfera de sus facultades, dirigiendo a los
querellantes, al Alcalde o al primer Inspector de policía, cuando se trate
de asunto que sea de la competencia de los funcionarios de instrucción.

ARTICULO 17. La vigilancia en la ciudad se ejercerá constantemente por


cada uno de los Celadores en las cuadras que les correspondan, desde
las cinco de la mañana hasta las nueve de la noche; de esta hora en
adelante bajo las órdenes de uno de los Jefes de las cinco primeras
secciones. Corresponde al Director general designar el Jefe de sección
que deba ejercer en turno esta función, determinar el número de
Celadores que deba acompañarlo, y la manera de practicar las rondas.

ARTICULO 18. Toda vez que se celebren fiestas públicas, de acuerdo


con las disposiciones vigentes, serán éstas presididas por el Director
general, quien designará el número de Jefes de sección y de Celadores
que deben asistir permanentemente a ellas, para hacer que se mantenga
el mayor orden y compostura entre los concurrentes, ejerciendo allí todas
sus funciones como Agentes de policía de orden, de aseo y de
seguridad.

ARTICULO 19. Iguales disposiciones se cumplirán cuando se den


espectáculos públicos en las calles o plazas, en los teatros o en cualquier
otro local a donde la policía tiene el deber de concurrir, en los términos y
con el objeto expresado en el artículo anterior.

ARTICULO 20. El Jefe Municipal hará que se dé a cada Jefe de sección


copia de los contratos que se celebren, de acuerdo con los reglamentos
vigentes, para mantener el aseo en la ciudad, a fin de que los Celadores
hagan que los contratistas cumplan estrictamente los compromisos
contraídos.

ARTICULO 21. Todos los empleados de policía serán nombrados por el


Jefe Municipal, sujetando a la aprobación de la Municipalidad los que
haga para el Director general, Inspectores y Jefes de sección.

ARTICULO 22. Todos los empleados del Cuerpo de policía pueden ser
reelectos indefinidamente, si observaren una conducta intachable. En
caso contrario, la Municipalidad puede removerlos, dando cuenta al
funcionario que los nombró, para que resuelva lo conveniente.

ARTICULO 24. Para ser empleado en el Cuerpo de policía, es preciso


ser mayor de veinte años, saber leer y escribir, no tener vicio alguno
conocido, no haber sido sentenciado por motivo criminal y observar
buena conducta.

ARTICULO 25. El Jefe Municipal designará el vestido, armas e insignias


que deben usar los empleados del Cuerpo de policía; determinará las
señales que deban emplearse para que los Celadores puedan llamarse
entre sí cuando se hallen a largas distancias, y dictará los reglamentos y
disposiciones necesarios para el completo desarrollo de las prevenciones
de este acuerdo, quedando encargado de hacerlo cumplir en todas sus
partes, por todos los empleados del Cuerpo.

CAPITULO II

Del Director general


ARTICULO 26. El Director general es el Jefe superior inmediato del
Cuerpo de policía, y toca a él organizarlo, dirigirlo y hacer que todos sus
empleados llenen estrictamente sus deberes, siendo personalmente
responsable de sus faltas, cuando haya dejado de corregirlas y
castigarlas oportunamente.

ARTICULO 27. El Director general tendrá una Oficina en una casa


central, donde sólo permanecerá de las doce del día a las dos de la
tarde. Por las noches permanecerá en la misma casa, cuando no tenga
que salir en ejercicio de sus funciones.

ARTICULO 28. Son funciones y deberes del Director general:

1. Nombrar y remover, con aprobación del Jefe Municipal, todos los


Celadores, cuando esta función no estuviere por la ley señalada a
otro empleado;
2. Pedir al Jefe Municipal o a la Municipalidad misma la remoción de
los Jefes de sección, cuando éstos no desempeñen cumplidamente
sus deberes;
3. Dictas todas las resoluciones que exigiere la buena marcha del
Cuerpo, para que llene mejor los fines a que está destinado;
4. Ejercer constante vigilancia ocular sobre los Inspectores, Jefes de
sección y los Celadores, así como en las calles, carreras y demás
lugares públicos, a fin de que tanto los habitantes como los
empleados, cumplan los deberes que les impone este acuerdo;
5. Dar mensualmente a la Municipalidad un informe detallado acerca
del estado y marcha del Cuerpo de policía y de las reformas que, a
su juicio, deben introducirse en los reglamentos;
6. Aplicar a todos los empleados del Cuerpo las penas en que
hubieren incurrido conforme a este acuerdo;
7. Recorrer constantemente a caballo la ciudad, de manera que
diariamente la visite toda entera;
8. Visitar por las noches diversas partes de la ciudad, a lo menos dos
veces por semana, para persuadirse de que los Celadores están
en sus puestos y de que las rondas cumplen su deber;
9. Llevar un gran libro en que metódicamente anote todos los datos
estadísticos de que habla el inciso siguiente, que le suministren los
Jefes de sección, procurando que en él se halle con facilidad
cualquier dato que se pida a este respecto;
10. Pasar mensualmente copia de los expresados datos
estadísticos al Jefe Municipal, par que éste levante el censo de la
población, expresando en él todos los datos detallados en el inciso
67 y 68 del artículo 41 de este acuerdo, y forme por separado un
cuadro estadístico-criminal de la ciudad, tan circunstanciado como
lo permitan los datos que reciba;
11. Hacer mensualmente la nómina de todos los empleados del
Cuerpo, visar las que le pase cada Jefe subalterno, relativas a su
respectiva sección, a fin de que sean mandadas pagar por el Jefe
Municipal;
12. Cumplir y hacer cumplir todas las órdenes que, en uso de su
facultades, le diere el Jefe Municipal, o el Alcalde en su caso,
siempre que esas órdenes estén dentro del círculo trazado por las
leyes y por el presente acuerdo a los empleados de policía;
13. Desempeñar todas las obligaciones que le impongan los
acuerdo sobre policía, y las demás que sean inherentes a su
carácter de Jefe superior de ella.

ARTICULO 29. El Director general tendrá siempre a sus órdenes


inmediatas, para el servicio público, hasta cuatro Celadores, que tomará
de la 5 sección, y que estarán exclusivamente consagrados al
cumplimiento de las órdenes que él les dé.

ARTICULO 30. El Director general puede aumentar o disminuir el


número de Celadores designado para cada sección, trasladando algunos
de una a otra, según lo exijan las necesidades del servicio; pero en
ningún caso puede aumentar ni disminuir el número de Celadores, sino
cuando así lo disponga la Municipalidad.

CAPITULO III

De los Jefes de sección

ARTICULO 31. El Jefe de sección es el superior inmediato de los


Celadores de su sección, y a él, como a tal Jefe, le estarán estrictamente
subordinados. En consecuencia, el Jefe de sección es personalmente
responsable de toda falta que cometa un Celador, cuando haya dejado
de corregirlo y castigarlo oportunamente.

ARTICULO 32. Son funciones y deberes del Jefe de sección:


1. Recorrer, a lo menos una vez al día, todas las calles y carreras de
su sección, para observar si los Celadores cumplen sus deberes;
2. Hacer con el mismo objeto tres visitas nocturnas, a lo menos por
semana, en diversos sitios del barrio, dejando en el Diario
constancia de tales visitas;
3. Suspender y pedir la remoción de los Celadores que sean
negligentes o torpes en el desempeño de sus obligaciones;
4. Proponer al Director general las innovaciones que juzgue
necesarias, y solicitar de él la expedición de las providencias que
exigiere la buena marcha del Cuerpo de policía, debiendo dirigirse
a la Municipalidad, cuando sus indicaciones fueren desatendidas
por aquel empleado;
5. Cumplir y hacer cumplir todas las órdenes que les diere el Director
general, dentro de los límites fijados por el inciso 12 del artículo 28
de este acuerdo;
6. Reunir semanalmente a los Celadores que componen su sección,
con el fin de leerles este acuerdo y los reglamentos que se dicten
sobre él, e instruirlos respecto de la manera de llenar más
cumplidamente sus deberes.
7. Dar semanalmente al Director general, respecto de su sección el
informe de que habla el inciso 5 del artículo 28 de este acuerdo;
8. Llevar, además de los libros indicados en los artículos 9 y 11, otro
libro dedicado a la estadística, en que se expresen con claridad y
método todos los datos indicados en los incisos 67 y 68 del artículo
42;
9. Pasar en el próximo mes de Noviembre al Director general copia
del libro de estadística que haya formado, y en lo sucesivo
trasmitirle mensualmente todas las variaciones que vayan teniendo
lugar en su sección respecto de los habitantes y de sus
condiciones, en los términos prevenidos en el inciso 68 del artículo
42;
10. Ejercer en su sección las funciones expresadas en los incisos
3, 4, 6, 11, 12 y 13 del artículo 28;
11. Pasar mensualmente al Jefe de la 5 sección nota de todas
las personas que en su sección hacen uso de pesas y medidas,
expresando cuáles han pagado derechos y cuáles no, e indicando
las que emplean medidas o pesos no selladas;
12. Imponer las multas que determina este acuerdo a los
habitantes que en su respectiva sección contravengan a las
disposiciones vigentes sobre policía, así como a los Celadores que
falten al cumplimiento de su deber. En ambos casos dará
inmediatamente aviso al Director general y al Tesorero del Distrito;
13. Dar estricto cumplimiento a todas las órdenes que reciba del
Director general;
14. Oír y resolver verbalmente toda clase de demandas o quejas,
de las que tratan los capítulos 1, 2, y 3 del título 3 del libro 3 del
Código de policía, sin que en ningún caso pueda actuar como
funcionario de instrucción. Las sentencias o resoluciones que dice
son apelables ante el Director general, siempre que se ocurra ante
él, en las primeras veinticuatro horas que sigan a la notificación de
la sentencia o resolución;
15. Visitar las boticas y farmacias y cualesquiera lugares públicos
en que se expendan drogas o artículos de consumo dañados o de
mala calidad, cuando algún Celador o particular le denuncie que en
ese lugar se está violando alguna de las disposiciones del artículo
380 del Código de Policía, con el fin de hacer efectivas dichas
disposiciones.

ARTICULO 33. El Jefe de la 5 sección ejercerá, además, de las


funciones de Juez de Plaza, conforme a las disposiciones consignadas
en el decreto del Consejo administrativo de 28 de Julio de 1876.

ARTICULO 34. En calidad de tal Administrador, hará que en los primeros


30 días, después de puesto en ejecución este acuerdo, se presente en
su oficina todo individuo que quiera hacer uso de cualquier medida de
longitud, de capacidad o de peso para que el Administrador les ponga el
correspondiente sello, mediante el pago de los siguientes derechos:

Por el sello de cada romana o balanza, dos pesos de ley.

Por el id. de cada peso, dos id.

Por el id. de cada palito o almud, uno id. id.

Por el id. de cada vara, uno id. id.

ARTICULO 35. Este sello, sin el cual nadie podrá hacer uso de pesas ni
medidas para comprar o para vender, será renovado cada año, pagando
sólo la mitad de los derechos expresados.
ARTICULO 36. El mismo Administrador, pondrá al servicio público, en los
días miércoles, jueves y viernes de cada semana, cuatro romanas, de las
que dos fijará en la plaza y dos en su oficina, teniéndolas dispuestas para
pesar allí mismo o trasladarlas a cualquier punto de la plaza donde las
pidan los interesados, exigiendo del vendedor del artículo dos y medio
centavos por cada pesada que haga, entendiéndose por pesada la que
dé de media arroba a cinco arrobas cinco libras.

ARTICULO 37. Asimismo, pasará anualmente dicho Jefe de sección al


Director general una relación detallada de todos los Establecimientos
públicos existentes en la ciudad en que se haga uso para comprar o
vender de algún peso o medida, a fin de que este empleado pase, en el
mes de Diciembre de cada año, copia de la expresada relación al Síndico
y al Tesorero municipales.

ARTICULO 38. Corresponde al mismo Jefe de sección velar por la buena


administración del coso o sitio que se establezca para el depósito de
animales y de la cochera que organizará el Jefe Municipal, bajo el
inmediato manejo de uno de los Celadores de la 5 sección y conforme al
reglamento que dicte el Director general. Los derechos que dicho Jefe de
sección hará recaudar, serán: por el coso, los que actualmente se
exigen; y por la cochera, diez centavos por cada cerdo, que en ella se
introduzca.

ARTICULO 39. Cuando tuviese lugar un incendio, el Jefe de sección


concurrirá inmediatamente con todos sus Celadores al sitio del peligro y
dictará las órdenes necesarias para apagar el fuego prontamente, así
como para impedir los robos, hurtos y demás desórdenes que en tales
desastres se cometen. Si juzgare que no bastan los esfuerzos de su
sección para extinguirlo, hará dar la señal acordada para pedir auxilio a
las otras secciones, las cuales están obligadas a concurrir
inmediatamente con sus Jefes inmediatos y con todos los demás Jefes
superiores del Cuerpo de policía.

ARTICULO 40. Los Jefes de las cinco primeras secciones no podrán ser,
en ningún caso, funcionarios de instrucción, y las demandas que deberán
oír sentenciar serán sólo las de que trata el inciso 14 del artículo 32 de
este acuerdo.
ARTICULO 41. El Jefe de la 6 sección no oirá ni resolverá las demandas
de que habla el artículo anterior, sino en todo aquello que se relacione
con la administración de las plazas de mercado y con las rentas del
almotacén, de la cochera y del coso.

CAPITULO IV

De los Celadores

ARTICULO 42. Son deberes y funciones de los Celadores:

1. Invigilar constantemente y sin interrupción alguna, desde las cinco


de la mañana hasta las nueve de la noche, las cuadras que se les
señalen, para cuyo fin las recorrerán incesantemente durante esas
horas, no pudiendo separarse de ellas bajo pretexto alguno, sino
cuando sean llamados a prestar su auxilio a otros Celadores en el
único caso de que sea necesario para hacer ejecutar algún acto de
policía que requiera la concurrencia de muchos agentes;
2. Cuidar de que los encargados de asear las calles y acequias de la
ciudad, lo hagan con rapidez y perfección, de las cinco a las ocho
de la mañana, dando cuenta al Jefe de la sección de toda falta que
a éste respecto se cometa;
3. Hacer que las basuras de la ciudad sean llevadas a uno de los
depósitos señalados en San Diego, San Victorino y las Cruces,
para que allí sean quemadas, cuando no sean dadas para abono a
los particulares que lo soliciten;
4. Impedir que los habitantes satisfagan sus necesidades naturales
en las calles, carreras o plazas, ni permitir que lo hagan en público,
sino en uno de los veinte comunes que el Jefe Municipal debe
hacer construir en los ocho meses siguientes al en que empiece a
regir este acuerdo;
5. No permitir que las materias escrementicias, las basuras, los restos
de materiales de construcción, o de animales muertos, ni ninguna
otra inmundicia, sean arrojados en otros puntos que en los caños o
comunes públicos, o en los ríos de la ciudad, y eso, cuando se
haga esta operación de las doce de la noche a las cuatro de la
mañana;
6. Impedir que a ninguna hora del día ni de la noche se arrojen en los
lugares indicados en el inciso anterior, los restos de materiales en
construcción, ripios de carpintería, ni otras materias que puedan
por su volumen o cantidad, obstruir las cañerías públicas; y obligar
a los interesados a que las lleves a su costa y las depositen en uno
de los lugares indicados en el inciso 3 de este artículo, o a las
excavaciones que deban ser terraplenadas;
7. Hacer que los cadáveres de los animales sean inhumados por los
interesados, fuera de la ciudad, a medio metro de profundidad, si
los cadáveres fueren pequeños, y a más de un metro, si fueren
grandes;
8. No permitir que en las plazas, en las calles, ni en los solares de las
casas, sean quemadas basuras, no pudiendo verificarse esto, sino
fuera de la ciudad y a suficiente distancia de las habitaciones;
9. Impedir que se ejecute operación alguna que dé por resultado la
usurpación o detención de las aguas potables o la alteración de su
limpieza o de su salubridad;
10. No permitir que alguien se apropie del uso de las aguas
públicas, sino en el caso en que ellas sean necesarias para
extinguir los incendios;
11. Impedir que dentro de la ciudad, y en los lugares cuyos aires
la dominan, se establezcan carnicerías, tenerías, depósitos de
animales, ni ninguna fábrica o establecimiento que pueda producir
la infección o impureza del aire;
12. Hacer que en las carnicerías o mataderos que se establezcan
fuera de la ciudad, con expreso permiso del Director general, se
entierren, por lo menos a un metro de profundidad, los restos de
los animales que allí se maten;
13. Impedir que se maten cerdos y carneros dentro de la ciudad,
cuando el Jefe Municipal haya hecho destinar un lugar especial
para este objeto. En este caso, uno de los Celadores de la sección
en que se halle el local, se encargará de la vigilancia de él y de la
percepción de los derechos, a razón de diez centavos por cada
animal que se mate, en la forma que lo determine el mismo Jefe
Municipal;
14. Impedir que se establezcan mataderos aun fuera de la
ciudad, cuando existan las carnicerías públicas que establezca la
Municipalidad;
15. Velar sobre que el Juez de Aguas mantenga siempre en buen
estado las cañerías públicas y las de los que paguen el costo, así
como las pilas al servicio de la ciudad, dando cuenta al Jefe de la
sección de las faltas que observaren;
16. Impedir todo desorden entre los aguadores que concurren a
las fuentes públicas, y hacer que éstos no se detengan en esos
lugares sino el tiempo preciso para tomar el agua;
17. No permitir que en las fuentes y cañerías que proveen de
agua a la ciudad, se laven ropas o se ensucien aquellas de
cualquier otro modo;
18. Impedir que las aguas que en la parte alta de la ciudad se
emplean como motores de molinos o de otras máquinas, vuelvan
ensuciadas a sus cauces;
19. Compeler con multas de diez pesos, y en caso de
reincidencia con la prohibición del uso del agua, a los individuos
que por cualquier motivo mezclen con las aguas limpias las aguas
sucias o malsanas que hayan empleado en su servicio particular.;
20. Impedir que sean arrojados a los ríos, árboles, piedras, ripios
de canteras, ni otros objetos que puedan obstruir los cauces;
21. No permitir que se abran las cajas de aguas comunes a
varias casas, sin la presencia del Inspector del ramo, bajo la multa
de cuatro pesos que pagará el contraventor;
22. Hacer que los interesados depositen a orillas de los ríos el
lodo, tierra y otros materiales que se saquen de las cajas de agua,
o de cualquiera excavación que se haga en las calles, bajo la multa
de cuatro pesos por cada infracción;
23. Obligar con igual multa a los individuos o compañías que, por
cualquier motivo, tuvieren necesidad de hacer excavaciones en las
calles o plazas, a que compongan inmediatamente las partes
dañadas, dejándolas en perfecto buen estado;
24. Hacer que tanto los caños de las calles, como los que salen
de las casas o entras a ellas, y las rejillas que dan paso a las
aguas, se mantengan constantemente limpios y en buen estado,
para impedir la detención de éstas;
25. Impedir que dentro de las casas se depositen materias en
putrefacción; que las cloacas estén desaseadas, y que los
derramaderos y caños tengan aguas o materias detenidas cuya
descomposición haga desprender miasmas fétidos o deletéreos;
26. Prohibir que antes de las diez de la noche se derramen en las
cañerías, dentro de las casas, materias corrompidas o fétidas;
27. Hacer que cada dueño de habitación cumpla, respecto de su
propiedad, con los siguientes deberes; 1. Desherbar todo el frente
de su casa y mantenerlo barrido hasta la mitad de la calle; 2.
Embaldosar la acera, como lo ordenen los acuerdos vigentes, y
mantener en buen estado dicho embaldosado; 3. Conservar en
perfecto estado las cañerías y los empedrados; y 4. Blanquear las
paredes en los meses de Julio y Diciembre, si éstas no fueren de
cal y canto;
28. Impedir que en las calles se depositen piedras, inmundicias,
basuras y toda otra materia que embarace el tránsito o ensucie los
pavimentos;
29. Prohibir que se laven en las calles ropas, barriles, ollas,
artesas u otros útiles o muebles;
30. Impedir que sobre las vías públicas se tiendan ropas, o se
pongan cuerdas o palos para colgarlas, y que se coloquen cueros,
maderas, mesas, cajones, ollas, carbón, braseros, ripios de
carpintería o de otras artes y todo objeto que ponga tropiezos a los
transeúntes o ensucie los pavimentos;
31. Obligar a que transiten por el centro de las calles, y jamás por
las aceras, los individuos cargados con tercios o muebles, así
como los jinetes y animales sueldos o cargados;
32. No permitir que los que emprenda obras en sus casas,
ocupen con materiales, más allá de la mitad de la calle que haga
frente a ellas; ni que, por motivo alguno, embaracen el curso de las
aguas en los caños;
33. Impedir que los dueños de tales obras depositen los
escombros frente a los edificios que construyen;
34. Hacer que el dueño de cualquiera obra de albañilería,
carpintería y otra que obstruya en algo el libre tránsito en las calles,
mantenga constantemente una luz durante toda la noche en el sitio
en que existe el obstáculo;
35. Obligar a los dueños de casas o tiendas, cuyas ventanas
embaracen el tránsito por las aceras, a que les den una forma más
conveniente, y a que destruyan todo escalón o prominencia que
sobresalga del nivel de los muros;
36. Castigar con multas hasta de 20 pesos a los que dañaren los
postes o alambres de los telégrafos o los faroles destinados al
alumbrado público;
37. Impedir que se cause daño alguno en los árboles o jardines
de los lugares públicos, en las pilas, las estatuas, las barandas de
los puentes y en los frontispicios y pavimentos de los edificios
públicos o de particulares;
38. No permitir el tránsito de coches o carros sino con las
condiciones establecidas por los acuerdos sobre la materia;
39. Prohibir que se corra a caballo por las calles y que anden los
jinetes por los embaldosados;
40. Impedir el mantenimiento en las calles de gallinas, asnos,
cerdos y toda especie de animales, y llevar al coso los que se
encuentren vagando por ellas;
41. Dar muerte a todo perro, atacado o no, de mal de rabia, y a
cualquier otro animal que pueda molestar y causar algún daño a
los transeúntes;
42. Impedir que se vendan cerdos en otro sitio que en la cochera,
y que se ofrezcan a la venta pública ganado, bestias u otros
animales, sino en el lugar destinado para este efecto por la
autoridad;
43. No permitir ningún acto de crueldad con los animales, como
el de que los abrumen con pesos superiores a sus fuerzas o les
impongan castigos brutales, etc..
44. Impedir que se hagan excavaciones, sea cual fuere el motivo,
en las calles y en las plazas, sin expreso permiso del Jefe de la
sección, quien no lo concederá sino en el caso de la excavación
sea necesaria. Este permiso no podrá concederlo sino el Director
general, cuando fuere preciso abrir hoyos en una acera
embaldosada o en una calle o plaza adoquinada;
45. Obligar, a los que sean hallados depositando inmundicias en
las calles, a que las recojan y limpien perfectamente el pavimento;
46. Impedir que en parte alguna se den al público en venta
carnes u otros comestibles dañados o medicamentos sofisticados,
de mala calidad o que estén mal preparados, así como prohibir la
venta de sustancias venenosas sin fórmula expresa de un profesor
en medicina;
47. Llevar al correspondiente establecimiento de Beneficencia los
locos, los ciegos, los enfermos, los huérfanos, los niños
abandonados y los heridos que se hallen en las calles sin tener
quien por ellos se interese;
48. Hacer conducir al cementerio los cadáveres que se hallen
abandonados en algún lugar público, o cuyos deudos carezcan de
los medios suficientes para costear la traslación;
49. Impedir la mendicidad pública sin permiso legal, y prohibir
que en los lugares públicos se exhiban los mendigos cuasi
desnudos o mostrando úlceras u otras enfermedades asquerosas y
hacerlos retirar a los extramuros de la ciudad o llevarlos a un
hospital;
50. Conducir a la Penitenciaria a los beodos, de cualquiera
condición que sean; a las prostitutas que estén dando escándalo
en las calles o en las puertas de sus habitaciones; a las personas
que estén riñendo o cometiendo algún delito; a los reos o prófugos;
a los individuos contra quienes se haya dictado orden de prisión o
de arresto, y a los pordioseros que se hallen durmiendo o
embriagados en un lugar público, o que estén mendigando sin
licencia;
51. No permitir en los lugares públicos que los muchachos
pierdan el tiempo en ninguna clase de juego en que puedan ganar
o perder alguna cosa; 1
52. Concurrir a toda reunión pública, para impedir en ella todo
desorden, y hacer que las puertas de los teatros, de los templos y
demás lugares en que haya numerosa concurrencia, no se
obstruyan por los asistentes;
53. Impedir toda riña, así como que se maltrate a los individuos,
especialmente a las mujeres, a los ancianos y a los niños, y que se
ofenda de cualquier modo a las personas, con actos contrarios a la
moral, a la decencia y a las buenas costumbres;
54. Impedir que las gentes formen corrillos, o se detengan o se
sienten en las aceras de las calles, o en las puertas, embarazando
así el libre tránsito;
55. Procurar acostumbrar a los transeúntes a que caminen
llevando siempre la acera a su derecha, especialmente en las
calles más concurridas de la ciudad, obligando a que así lo hagan
los coches, los carruajes, los jinetes y las bestias;
56. Vigilar para que no circulen monedas o billetes falsos, e
indagar la procedencia de éstos, para dar cuenta al Jefe de
sección, a fin de que éste haga proceder contra el culpable;
57. Impedir que en los lugares de expendio se engañe a los
compradores, usando pesas o medidas no selladas, y para este
objeto todo lugar de expendio será visitado tres veces, a los
menos, por semana, por los Celadores, y una vez, a lo menos,
semanalmente, por los Jefes de sección, imponiendo de cinco a
diez pesos de multa, por cada infracción, a los que contravengan a
aquella prohibición;
58. Pasar al Jefe de sección, en el primer mes de cada año, una
cuenta detallada de los establecimientos públicos en que se
emplean pesos y medidas;
59. Avisar al Jefe de sección, cuando sepan que existe dentro de
la ciudad algún depósito de pólvora u otras materias inflamables,
para que éste dé las órdenes convenientes, a fin de que esos
depósitos sean sacados fuera de la ciudad:
60. Velar en que los contratistas para el alumbrado público
cumplan escrupulosamente sus compromisos, y se mantengan
toda la noche encendidos los faroles;
61. Impedir que se quemen cohetes o se hagan descargas en las
calles y plazas, sin expresa licencia del Jefe de la sección;
62. No permitir que se conduzcan por las calles cadáveres
descubiertos, cuyas fisonomías estén a la vista de los transeúntes;
63. Impedir toda detención de bestias o de carros en las calles, y
ordenar, cuando tal detención fuere precisa, que unas y otras se
coloquen, no al través de la calle, sino en el sentido de su
dirección, para que sea menos el obstáculo que opongan al
tránsito, no permitiendo nunca que se obstruyan las boca-calles;
64. Cuidar de que las calles y carreras tengan siempre inscrito en
las esquinas el nombre que les corresponde, y de que en cada
puerta se conserve siempre, a costa del dueño, el número que
debe llevar;
65. Hacer que se demuelan los edificios que amenacen ruina,
solicitando previamente para esto, la orden del Jefe de la sección;
66. Llevar diariamente un memorandum de todas las
providencias que hayan dictado en el día;
67. Formar, en los meses de Agosto, Septiembre y Octubre del
presente año, una lista exacta y minuciosa de todos los habitantes
que vivan en las cuadras cuya inspección les corresponde. Esta
lista, formada sobre los modelos que les distribuirá el Jefe
Municipal, contendrá: 1 el nombre de la carrera o de la calle, y el
número que corresponde a la habitación; 2 el número de personas
que habite en cada casa o tienda, su edad, sexo, estado, profesión,
lugar de su procedencia y tiempo que hace que existan en las
cuadras que les corresponden;
68. Remitir estos cuadros al Jefe de la sección, en los primeros
días de noviembre próximo, y en lo sucesivo enviarle
semanalmente una nota en que se exprese: 1 el número de
párvulos que hayan nacido en la semana, indicando la habitación
donde fueron dados a luz. 2. Las personas que hayan muerto en
cada habitación; 3. Las que se hayan trasladado a otras cuadras,
expresando el nombre el nombre de éstas, o a lo menos la sección
en donde últimamente habitaron; 5 el número de casas y tiendas
nuevas que hayan sido construidas; y 6 el número de los delitos
cometidos durante la semana en las cuadras que invigila,
expresando la naturaleza de ellos, las circunstancias más notables
que hayan ocurrido en su perpetración y los nombres de las
personas que los hayan cometido, si los fueren conocidos;
69. Prevenir con algunas horas de anticipación y previa la
autorización escrita del Jefe de la sección, a los habitantes de las
casas en que el Celador deba entrar por algún asunto relacionado
con la policía, exceptuando el caso de incendio, o cuando allí se
esté cometiendo algún delito;
70. Emplear modales finos en el desempeño de sus funciones, y
mostrarse siempre comedidos y atentos con todas las personas,
dándoles las noticias que les pidan, y no apelando a la fuerza, sino
en casos extremos, y respetando siempre la vida de los individuos;
71. Castigar con multas hasta de 4 pesos a los individuos que
destruyan o maltraten los árboles que se hallen a las márgenes de
los ríos o de las fuentes públicas, así como los que estén
inmediatos a su origen;
72. Impedir toda clase de juego de suerte y azar prohibido por la
ley, y aprehender a todos los contraventores, sea que les hallen en
un lugar público, en tiendas o en casas particulares, para ponerlos
a disposición del Jefe de la sección, a fin de que éste le aplique la
pena legal;
73. Hacer al Jefe de la sección todas las indicaciones que
conduzcan a mejorar el servicio, y cumplir todas las órdenes que
les de aquél, así como la de los Jefes superiores del Cuerpo; y
74. Cumplir las disposiciones del Código de Policía en todo lo
demás que se relacione con el aseo, ornato y salubridad públicos.

ARTICULO 43. En caso de incendio, el Celador de la Cuadra dará la


señal de aviso, la que será repetida por cada uno de los otros Celadores
de la sección, y ésta, con su Jefe a la cabeza, ocurrirá inmediatamente al
lugar del peligro.
ARTICULO 44. En ningún caso se permitirá a los Celadores, ni a
empleado alguno del Cuerpo, que dejen de llevar el vestido o las
insignias que les estén señaladas, ni que las encubran con ruanas o
mantas: sólo en caso de guerra puede el Director general disponer lo
contrario.

ARTICULO 45. Los Celadores de la Plaza de Mercado serán en número


de 6, de los cuales uno estará siempre al servicio del Jefe de la sección,
otro se encargará de la vigilancia en el coso y en la cochera y de la
percepción de los derechos que en ellos se causen, y los cuatro
restantes se ocuparán de la vigilancia constante de la Plaza de Mercado
y del cobro de las derechos impuestos en ella.

ARTICULO 47. Ningún Celador podrá ejercer otro oficio o profesión


distinta de la de su empleo, ni puede prestar a los particulares servicio
alguno personal y privado, fuera del de darle las noticias y los auxilios
que le pida como a empleado, ni recibir, sin permiso del Jefe de la
sección, gratificación de ningún género de los particulares.

CAPITULO V

De los Inspectores

ARTICULO 48. De los cuatro Inspectores que habrá en el Cuerpo de


policía, el primero es el único funcionario de instrucción en asuntos de
policía, que, además del Alcalde, tendrá la ciudad para el seguimiento de
todos los juicios motivados por los delitos y contravenciones de que
habla el Código de Policía y sus leyes adicionales, exceptuando
únicamente las demandas verbales de que habla el inciso 14 del artículo
32 de este acuerdo.

ARTICULO 49. Para el despacho de los negocios que le están adscritos,


el primero Inspector tendrá un Secretario, un Escribiente y un Celador.

ARTICULO 50. El primero Inspector despachará en su oficina todos los


días (exceptuando los que la ley reconoce como feriados), de las nueve a
las once del día, y de las doce a las cuatro de la tarde por lo menos.

ARTICULO 51.  Derogado por el art. 7, Acuerdo Municipal 11 de


1878. El segundo Inspector de Obras públicas desempeñará todas las
funciones señaladas o que en adelante se señalen al Director de Obras
públicas.

ARTICULO 52.  Derogado por el art. 7, Acuerdo Municipal 11 de


1878. El tercer inspector o Inspector de Aguas tendrá los mismos
deberes y las mismas atribuciones asignadas al Celador de este
establecimiento.

ARTICULO 53. Derogado por el art. 7, Acuerdo Municipal 11 de 1878 

ARTICULO 54Todos los Inspectores estarán bajo las órdenes inmediatas


del Director general, y como empleados de policía ejecutarán las órdenes
que éste les dé en uso de sus facultades y con las restricciones
establecidas en el inciso 12 del artículo 28 de este acuerdo.

ARTICULO 55. Independientemente de sus funciones especiales, cada


Inspector está en el deber de ejercer las de Jefe de sección en cualquier
punto de la ciudad en que se encuentre. Las órdenes que dicten a éste
respecto serán obedecidas por los Celadores de todas las secciones, a
menos que fueren contrarias a las del Jefe de la sección o del Director
general.

CAPITULO VI

De los sueldos de los empleados del Cuerpo.

ARTICULO 56. Los empleados del Cuerpo de policía gozarán de las


asignaciones siguientes:

1. El Director general, 120 pesos mensuales;


2. El primer Inspector, 50 pesos mensuales;
3. Los tres Inspectores, 2, 3 y 4, 40 pesos mensuales cada uno;
4. El Jefe de la 5 sección, 50 pesos mensuales;
5. Cada uno de los otros Jefes de sección, 32 pesos mensuales;
6. El Secretario del primer Inspector, 30 pesos mensuales;
7. El Escribiente del primer Inspector, 25 pesos mensuales;
8. Cada Celador, 50 centavos diarios, siendo de su cargo el costo de
su vestido, pero no el del arma;
9. El Celador encargado de la carnicería que se establezca para el
degüello de cerdos, gozará además de un sobresueldo del dos por
ciento de las sumas que recaude.

ARTICULO 57. Para el pago de estos sueldos es preciso el comprobante


de que el empleado prestó escrupulosamente su servicio durante todo el
mes, y que la nómina esté firmada por el Jefe superior inmediato y visada
por el Inspector general.

ARTICULO 58. Las nóminas de los Inspectores serán firmadas por los
mismos empleados y visadas por el Inspector general.

ARTICULO 59. El Director general no visará nómina alguna, sin que


tenga la convicción de que el empleado prestó escrupulosamente su
servicio, y al hacerlo deducirá a cada empleado el sueldo
correspondiente a los días que haya dejado de servir y lo que
corresponda por razón de las multas con que se le haya penado.

ARTICULO 60. En lo demás, en materia de sueldos, se observarán, con


los funcionarios de policía, lo que las leyes y los acuerdos determinen
respecto de los demás empleados.

CAPITULO VII

De las penas y recompensas.

ARTICULO 61. Todo Celador que omita el cumplimiento de un deber


cualquiera, pagará una multa de 20 a 80 centavos por cada falta, según
la gravedad de ella.

ARTICULO 62. Los Jefes de sección, en igual caso, pagarán una multa
de 80 centavos a 4 pesos por cada falta.

ARTICULO 63. Los Inspectores y el Jefe de la 5 sección pagarán de dos


a seis pesos de multa por cada falta que cometan.

ARTICULO 64. El Director general incurrirá en una multa de cinco a diez


pesos por cada falta en que sea responsable, y esta multa le será
impuesta por el Jefe Municipal.
ARTICULO 65. Las multas a que se hagan acreedores los particulares
les serán impuestas por el Celador de la cuadra, con anuencia del Jefe
de la sección teniendo el penado derecho a apelar al Director general.

Parágrafo. Tales multas pueden también ser impuestas directamente por


el Jefe de la sección y por el Director general.

ARTICULO 66. Las multas a los Celadores serán impuestas por el Jefe
de la respectiva sección, y las de los demás empleados del Cuerpo por el
Director general.

ARTICULO 67. Toda vez que un empleado del Ramo, desde el Director
general hasta los Celadores, deje de imponer una multa por una falta o
contravención cometida, sea a un particular o a un empleado, pagará el
doble de la multa que debió imponer.

ARTICULO 68. Toda falta o contravención de este acuerdo, cometida por


un particular cuando no tenga multa o pena especialmente señalada,
será castigada, por primera vez, con una reconvención del funcionario
respectivo, y por segunda, con una multa de veinte centavos a dos
pesos, según la gravedad de la falta. La repetición de igual falta,
cometida por la misma persona, hará a esta responsable por el doble de
la multa que pagó la última vez.

ARTICULO 69. Toda vez que se imponga una multa, sea a un particular
o a un empleado, el funcionario que la impuso lo participará al Tesorero
del Distrito, que será el único empleado que debe recaudarla.

ARTICULO 70. Si el Tesorero dejare de cumplir el deber que le impone


el artículo anterior, pagará el doble de la suma que debió percibir.

ARTICULO 71. Ningún empleado del Cuerpo podrá percibir el valor de


ninguna multa impuesta, sea a otro empleado o a algún particular, y
cuando llegare a hacerlo, pagará el cuádruplo de la suma percibida.

ARTICULO 72. El particular que no pudiere pagar el valor de la multa


que se le hubiere impuesto, sufrirá un arresto en razón de un día por
cada peso de la multa que dejó de pagar.
ARTICULO 73. Ningún empleado del Cuerpo de policía, sea cual fuere
su categoría, puede concurrir a las casas de juego, sino únicamente
cuando tenga ocasionalmente necesidad de ir a ellas en ejercicio de sus
funciones. En consecuencia, será inmediatamente removido de su
empleo cuando ejecutare lo contrario.

ARTICULO 74. Es severamente prohibido a todo empleado del Cuerpo


de policía entrar a las botillerías y chicherías, así como a las casas o
tiendas mal notadas en el barrio por sus malas costumbres, a menos que
sea con el objeto de llenar algún deber en su carácter de empleado
público. El empleado que contraviniere a esta disposición perderá de
hecho su destino.

ARTICULO 75. Será igualmente destituido de su destino todo empleado


en el Cuerpo de policía, que por más de tres meses hubiere sido multado
por falta de cumplimiento en el desempeño de sus deberes.

ARTICULO 76. Cada seis, una Junta compuesta del Director general, del
Tesorero del Distrito y de los Jefes de las cinco primeras secciones,
distribuirá un premio o recompensa de cincuenta pesos entre cinco de los
Celadores de las cinco primeras secciones que comprueben que han
sido, durante el semestre, los que más celo actividad han desplegado en
el desempeño de sus obligaciones. Igual premio de cincuenta pesos dará
la Junta, semestralmente, al Jefe de sección que exhiba una
comprobación semejante, respecto de la sección de que se halla
encargado.

CAPITULO VIII

Disposiciones varias.

ARTICULO 77. En caso de perturbación del orden público en la Nación o


en el Estado, puede el Director general, previa autorización de la
Municipalidad, destinar todo el Cuerpo de policía o parte de él al servicio
público en lo relacionado con la conservación del orden en la ciudad,
aunque se tenga que descuidar algún tanto el servicio en los Ramos de
aseo, ornato y salubridad.
ARTICULO 78. El Recaudador de la Plaza de Mercado y los Celadores y
Recaudadores de esa sección, son responsables al Tesoro del Distrito
por todas las sumas que dejen de cobrar a su debido tiempo.

ARTICULO 79. Las sumas que cualquier empleado del Cuerpo deba al
Tesoro, sea por razón de multa, de reintegro o por otro motivo, se le
descontarán del sueldo que el empleado debe devengar.

ARTICULO 80. Desde la sanción de este acuerdo los Jueces 1 y 2 del


Distrito son funcionarios de instrucción en materia criminal, y como tales
desempeñarán los deberes que les imponen el artículo 84 del Código
Judicial.

ARTICULO 81. El Jefe Municipal determinará, por un decreto, la manera


como deben distribuirse los negocios entre los dos Jueces de que el
habla el artículo anterior.

ARTICULO 82. El Juzgado 3 del Distrito quedará suprimido desde el 1


de Enero de 1878, y será desde ese día que empezará a funcionar el
primer Inspector.

ARTICULO 83. Desde que se ponga en ejecución este acuerdo, cesan


en sus funciones el Director de Obras públicas, el Juez de aguas, el
Director del Cementerio, los Inspectores de policía, el Administrador, los
Recaudadores y demás empleados de la Plaza de Mercado, así como los
alguaciles y todos los empleados en el Ramo de policía.

ARTICULO 84. El Director general, los jefes de las rondas nocturnas y el


Jefe de la primera sección ejercerán la mayor vigilancia sobre el Cuerpo
de serenos, a fin de éstos cumplan estrictamente los deberes
consignados en la sección 2 del Capítulo 3 del Reglamento expedido por
la Junta de comercio de Bogotá. En consecuencia, los serenos, durante
las horas de su servicio, se les considerarán como Celadores del Cuerpo
de policía, y están en el deber de cumplir las órdenes que les den los
expresados empleados, siempre que ellas no sean contrarias a los
deberes que les impone el Reglamento que los rige, ni a las órdenes del
Jefe del Cuerpo de serenos.

ARTICULO 85. Este acuerdo será publicado en el Registro Municipal, y


además se dará a luz en un folleto, del que se imprimirán quinientos
ejemplares por lo menos, con el fin de dar uno a cada Celador y a todos
los demás empleados, así como a los particulares que lo soliciten.

ARTICULO 86. (Transitorio). Este acuerdo no empezará a regir, sino


cuando la Municipalidad así lo resuelva por una simple proposición
aprobada por ella.

ARTICULO 87. (Transitorio). En el presente año los empleados del


Cuerpo de policía serán nombrados cuando así lo resuelva la
Municipalidad, y estos funcionarios durarán en sus empleos hasta el 1 de
Enero de 1878.

ARTICULO 88. Quedan derogadas todas las disposiciones que sean


contrarias al presente acuerdo.

Dado en Bogotá, a tres de Julio de mil ochocientos setenta y siete.

El Presidente, SIXTO ESCOBAR G.

El Secretario accidental, Juan Manrique B.

Alcaldía y Jefatura Municipal del Distrito - Bogotá, Julio 14 de 1877.

Ejecútese y publíquese.

CLODOMIRO CASTILLA

El Secretario, Librado Pinzón

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