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Identificación
Por Sergio Simón
Índice
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 3
1. INTRODUCCIÓN
Pero ésta no suele ser una práctica habitual. Aún se suele abordar la identificación de
riesgos exclusivamente como una relación de fuentes de peligro, de posibles eventos
susceptibles de generar efectos adversos para posteriormente cuantificarlos
asignándoles probabilidades de ocurrencia calculadas de formas más o menos
sofisticadas, así como asumiendo que dichos efectos deben ser tratados en términos de
magnitud de las pérdidas.
Es decir, todavía hay (a mi entender), una gran trabajo que realizar para que el proceso
de identificación y análisis de riesgos se adecue a la definición más actual y transversal
del concepto de riesgo.
Como podréis observar vamos a considerar el riesgo de una forma algo diferente a lo
habitual. En esta clase en concreto se trata más de pensar que deaprender conceptos
de memoria. Se trata más de aprender cual es la naturaleza de la incertidumbre que de
aprender a enumerar los pasos de la identificación de riesgos.
La siguiente figura relaciona los diferentes conceptos que intervienen la gestión del
riesgo y el punto de la norma que los considera.
6 .6 Seguimiento y revisión
¿DE QUÉ DEPENDE QUE PASE?
Variables y factores
Insisto en que el objetivo principal de esta sesión es pensar en el riesgo como una
combinación de incertidumbre y objetivos más que como una lista de peligros con
probabilidades asociadas que potencialmente pueden generar efectos adversos.
En este apartado comentaremos estos tres puntos como base de lo que debe considerarse
en Pensamiento Basado en Riesgo.
La apreciación del riesgo se define como el proceso global de identificación del riesgo,
el análisis del riesgo y la evaluación del riesgo.
Ahora abordaremos uno de los puntos más importantes para poder hacer una buena
identificación de riesgos: definir objetivos.
Los objetivos, junto a los hitos y las metas son conceptos amplísimamente considerados
en el mundo de los sistemas de gestión y se conviene que deben cumplir determinados
preceptos. Pero que cumplan los criterios de ser específicos, medibles, alcanzables,
realistas y acotados en el tiempo parece limitar la creatividad y es común encontrar de
forma recurrente los mismos objetivos una y otra vez en sistemas de gestión o en
presupuestos anuales o en planes de márquetin...
¿De verdad los objetivos son flechas, dianas y listas de checkeo? Podría ser. De entrada,
parece que gráficamente los objetivos los representamos con direccionalidad, acuerdo
y acierto con precisión.
Ahora, en vez de “objetivos”, prueba con “objetivos ejemplos”. Ves también a imágenes
y lee unos cuantos de los que aparecen. ¿Qué te parece?
Cada una de las características que nos piden que tenga un objetivo aporta más o menos
incertidumbre. Me explico:
• Que sea específico: normalmente como más específico es un objetivo, menos
certeza tendremos sobre su consecución absoluta
• Que sea medible: cómo más cueste medirlo, menos certeza tendremos sobre su
consecución.
• Que esté acotado en el tiempo: En este caso, dependerá del objetivo. Aunque
parece que es más fácil acertar a corto, a veces, el largo plazo reduce la
incertidumbre. Pensemos por ejemplo en todos aquellos eventos cuya media se
ajusta a la ley de los grandes números.
• Que sea alcanzable: Curiosa característica relacionada con la incertidumbre. Difícil
distinción a veces la que se da entre optimismo e ignorancia. Piensa en ello.
• Que sea asignable objetivamente: Cuando un objetivo depende de una única
persona, normalmente se introduce menos incertidumbre que si es difuso en cuanto
a la responsabilidad de alcanzarlo.
En la definición de riesgo en la Guía ISO 73, indica textualmente que: “La incertidumbre
es el estado, incluso parcial, de deficiencia en la información relativa a la comprensión o
al conocimiento de un suceso, de sus consecuencias o de su probabilidad”.
Los sistemas deterministas por antonomasia son los definidos por la mecánica clásica.
Así, el conocimiento del comportamiento de estos sistemas nos permite responder a
cuestiones del tipo:
Si dejamos caer un objeto des de lo alto de un edificio, y éste llega al suelo a los 3
segundos de haberlo dejado caer, ¿Qué altura tiene el edificio? ¿A qué velocidad llegará
el objeto al suelo?
Pero que un sistema sea determinista no hace que tengamos certeza sobre lo que va a
pasar a menos que conozcamos las reglas de ese comportamiento. Así, podríamos decir
que “un sistema determinista aporta certeza en la medida que conocemos su fórmula” y
nos sirve el grado de exactitud que ésta aporta.
De este modo, conociendo las fórmulas, el problema del edificio, tendrá un costo de
solución no superior al que tardamos en resolver las operaciones matemáticas, y siempre
que introducimos unos valores concretos en la fórmula obtenemos el mismo resultado
concreto.
En este caso, no solo debemos conocer las fórmulas, sino que además la certeza sobre el
estado futuro siempre estará “dividida” entre diferentes opciones.
Los juegos de azar, son otro tipo de procesos indeterministas. Al lanzar una moneda
podemos determinar que la probabilidad de que salga cara o cruz, gracias a las leyes de
la probabilidad clásica, es del 50%, pero nunca podríamos afirmar, por ejemplo, que en
una tirada concreta con certeza saldrá cara.
A efectos de sistemas indeterministas, está claro, no hay forma de saber con certeza lo
que va a pasar, precisamente por el componente azaroso que rige el sistema.
En los sistemas probabilísticos, unas entradas concretas pueden dar diferentes salidas
con probabilidades distintas. La meteorología podría ser un ejemplo de sistema que se
aborda des de una perspectiva probabilística siendo intrínsecamente determinista,
debido a la enorme cantidad de variables que intervienen y a lo extraordinariamente
sensible que es el sistema ante cambios prácticamente imperceptibles de cada una de
estas variables.
Llegados a este punto cabe matizar algo de suma importancia por lo poco que se
entiende cuando hablamos de modelos predictivos: “NO!!!, no podemos predecir lo
impredecible”. Es decir, un modelo predictivo no nos dice lo que con toda seguridad
pasará en cada instante del futuro. Un modelo predictivo debe ayudarnos en la toma de
decisiones informadas.
Dicho esto, cuando afrontamos la redacción de unos presupuestos anuales, la
elaboración de un plan de negocio, de un plan de marketing, o la gestión de un proyecto
o de un equipo de ventas, nos enfrentamos a sistemas en los que hay incertidumbre.
Y gestionar esta incertidumbre en tanto que pueda tener efectos sobre los objetivos, es
lo que la consideración de riesgos de la ISO31000 contempla.
siendo,
Así, a mi entender, la gestión del riesgo como herramienta que genera y retiene valor,
requiere de “un primer acto de fe” en tanto que, al igual que sucede con la gestión de la
marca, la reputación o la formación, no siempre podemos de entrada cuantificar la
relación costo/beneficio.
Asesorarse por expertos para conocer y definir la naturaleza del sistema que deseamos
tratar y la forma en la que abordar su análisis y valoración es sin duda el primer paso para
una gestión de riesgos basada en maximizar la función referenciada anteriormente.
Por otro lado, los resultados pueden estar condicionados (o “influidos”), o producirse
totalmente al azar. No es lo mismo jugar a la lotería primitiva que jugar una partida de
ajedrez.
Por ejemplo, jugar a la lotería no tiene incertidumbre alguna, ya que podemos calcular
perfectamente la probabilidad de ganar y perder. Dicho de otra manera, cuando
sabemos lo que puede pasar y qué probabilidad hay de que se de cada uno de los
resultados posibles, no hay incertidumbre, simplemente hay riesgo de perder o ganar si
hemos apostado.
La incertidumbre la encontramos cuando no somos capaces de determinar o imaginar
todos los resultados posibles o aun cuando los tenemos identificados, no somos
capaces de conocer con qué frecuencia se podrá dar cada uno de ellos en el futuro.
En la franja superior, por el contrario, encontramos todos los juegos clásicos de azar,
distinguiendo únicamente si hay más o menos variabilidad en función de los resultados
posibles que puedan darse.
Dicho esto, la incertidumbre cuando nos movamos en estas franjas, será siempre
necesariamente baja, lo que no quiere decir que nuestro grado de éxito sea
necesariamente alto.
El problema lo tendremos en las zonas a media a altura, en las que el azar interviene
pero también lo hacen las capacidades o habilidades. Hay más incertidumbre a la hora
de intentar rellenar una quiniela (con la intención de acertar) que a la hora de poner los
6 números de la lotería primitiva. De hecho, aquí se aprecia como la incertidumbre
dificulta nuestras decisiones. Por norma general tardamos proporcionalmente mucho
más en rellenar los 15 partidos de una quiniela que los 6 números de una lotería.
Así, cuando fijamos objetivos, valorar cómo esta incertidumbre puede influir en ellos es
lo que realmente significa el Pensamiento Basado en Riesgo.
Por otro lado, a lo largo de esa línea de tiempo que nos lleva al plazo en el que
valoraremos si los resultados coinciden con nuestro objetivo expectativas, ocurrirán
eventos que favorecerán o dificultarán la consecución del objetivo. Esos eventos son los
que tradicionalmente se vienen considerando como riesgos, ¿Se entiende?
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(*) El color indica el grado de impacto o severidad del evento sobre la consecución del
objetivo, el tamaño, la certeza que tenemos, a priori, de que pueda materializarse.
La forma en que se puede visualizar un objetivo incluye las tareas ordinarias planificadas
(fechas verdes) y los eventos (círculos de colores cortados), fuente de variabilidad, que
pueden darse con mayor o menor probabilidad y con mayores o menores consecuencias
(en rojo desviación negativa del objetivo, en azul, desviación positiva).
Ambas opciones son buenas si atienden a nuestro objetivo y se hacen de forma rigurosa.
La idea de plantear este método o forma de pensar en este módulo es presentar
alternativas que nos puedan hacer mejorar en nuestro desempeño.