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- AYER ‘ a
, o A 3
EL SANTO DOMINGO
4
4
DE HACE 50 ANOS
.
3a
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3
15
,
CIUDAD TRUJILLO, R. D. e
1944, . le
LUIS EMILIO GOMEZ ALFAU
Luis Emilio G6mez Alfau
El Dr. Francisco Henriquez y Carvajal (sombrero de
copa-levita cruzada) regresé del palacio nacional, en retra-
so. El era entonces (noviembre de 1906) Ministro de Re-.
laciones Exteriores, y eran los tiempos de exigencias de Com-
panhias y Gobiernos extranjeros, de proposiciones, contra-
proposiciones; ajustes y reajustes. del embrollo o desgracia
' irremediable de la Improvement, de Mr. Powell, del inevita-
ble y truculento Mr. Powell; tiempos de ministros de sueldo
exiguo que estudiaban y discutian las deudas heredadas, de
origen turbio, mientras despertaban al pueblo, al ciudadano,
apostolando desde las columnas de los periddicos. Ulises
Heureaux habia muerto. Trabada y envuelta en su maraiia
de males, sobre los escombros de su régimen, la Republica
parecia resurgir y florecer. E] Dr. Henriquez tenia ‘‘E] Dia”
como tribuna y “El Dia’’ —vespertino vendido a pregén y
cuya adquisiciédn se disputaban— estaba dirigido por Luis
Emilio Gémez Alfau. En sus columnas se ofrecian al in-
terés de los lectores la cdustica Creniquilla de Juan Sinsonte,
con sus apodos tremendos, y articulos que popularizaron y le
dieron fama a Lorenzo Despradel.
cio al mundo.
cencia.
Sécrates NOLASCO
1° de Agosto de 1944.
i Me
Los periddicos de Gémez Alfau
Ha sido Don Luis Emilio Gdmez Alfau uno de los domi-
nicanos que mayor numero de periddicos han dirigido. ‘‘La
tendencia politica de cada uno de estos periédicos, —escri-
bid una vez, —hicieron que murieran asfixiados o extrangu-
lados por el ambiente de su respectiva época’’. .
Nos limitamos a una breve resena bibliografica.
El Tiempo, fundado en San Pedro de Macoris el 4 de
Febrero de 1897, editado en la Imprenta de Don Luis A.
Bermidez.
Fué el primer diario publicado en Macoris i en la regién
del Este. Un editorial titulado Sefiores de horca y cuchillo,
criticando los caciquismos locales, ocasioné le suspensién del
diario, por orden emanada del Gobernador del Distrito, se-
hor de ordeno y mando en esa época.
El ultimo numero de El Tiempo esta fechado el 9 de
Marzo del mismo afio de su aparicion.
El Anunciador, fundado el 11 de Septiembre del afio
1897 en esta Capital. Editado en la Imprenta del Comercio,
del Lic. Miguel J. Alfau.
El 9 de Octubre publicé un valiente articulo editorial,
;ESO NO! que ocasioné la suspensién del periddico i llevé
a su Director a la carcel.
Ese articulo oe El periddico Patria, érga-
no del Partido Re ionario Cubano, habia publicado al-
go considerado ofensivo al Gobierno i al pueblo dominica-
‘no. De ello se aproveché el Consul de Espana en esta Capi-
tal para publicar un consejo al pueblo dominicano. El Anun-
ciador publicé el siguiente articulo bajo el titulo ya indicado:
‘“‘No porque Patria, el érgano oficial del partido revolu-
cionario cubano, haya inferido a nuestro amor propio una des-
consideracién injustificable, ha de claudicar el sentimiento
de amor a Cuba que nos anima. jEso no!...
‘Es al pueblo cubano, es a Cuba antillana, es al principio
de su causa legitima, a quien el pueblo dominicano, respe-
tando siempre los compromisos de su leal Gobierno y sus re-
soluciones discretas, pero debatiéndose entusiasmado en la in-
timidad inviolada e inviolable de su conciencia de libre, ofren-
da hota por hora sin reservas mentales su nacional carifio...,
como lo ofrendarfa a Espafa misma si su suelo sagrado, —su
suelo peninsular—, se viera hollado por la dura planta del
invascr odioso, o por la servidumbre extranjera. abominable
siempre y siempre infamante y cruel.
“Excitar al pueblo dominicano, desde las columnas de
un periéddico, para que vuelva la espalda a su propia honra,
a sus tradiciones egregias, a su natural caballerosidad historia-
da en disticos de bronce por la musa impalpable del herois-
mo; excitar al pueblo dominicano a que imprima el beso de
Judas a la frente de sus hermanos de Cuba heroica, eso...
eso es radicalmente indecoroso.
B-a ba, B-e bé, B-i bi, B-o b6, B-u Bu. En veces, cuan-
do el nifio eta torpe de entendederas a lo que llamaban cabe-
za dura, la paciente maestra o el sufrido maestro, fatigados ya,
agregaba: “Mas sabe el burro que tu’.
Mi maestra se Il am ab a An a y el di a de su Sa nt o er a de
jaleo, francachela y li ce nc ia en qu e la ch iq ui ll er ia se en tr eg a-
ba a toda clase de ju eg os in fa nt il es o er a ap ro ve ch ad o po r
los m&s traviesos para robarse la correa y la palmeta, botan-
do la do nd e no pu di er a en co nt ra rs e ja ma s.
la e d a d de 10 o 12 af io s se a c o s t a b a n lo s ni fi os
H a s t a
m. o an te s, a lo s 15 af io s se p r o l o n g a b a la li ce nc ia
a la s 8 p.
a ha st a la s 9 y er a c u a n d o el p a d r e a u t o r i z a b a al m e -
de vi gi li
af ei ta rs e el ro st ro . H o y se
nor para vestir pantalén largo o
ni fo s co n p a n t a l o n e s la rg os .
visten en Santo Domingo los
o y no c o n s e r v a n d o la il us ié n
hombreandose antes de tiemp
de vestir igual que los adulto s Il eg ad a la é p o c a de sa be r Il e-
var y hace r re sp et ar lo s p a n t a l o n e s .
indice y se chocaba co n la de l co nt ra ri o co lo ca da so br e un a
mesa o en el suelo, si no se partia al primer ‘espolonazo, te-
nia el otro op or tu ni da d de ju ga r y asi , su ce si va me nt e, ha st a
que un a de las do s se mi ll as . qu ed ab a ro ta en pe da zo s. Ta m-
bi én se ll am ab a a est e ju eg o el: Ju eg o de los Ga ll os .
aes
a 6 pulgad as de dis tan cia ; me ti da
ya, o el circulo, se ganaba la partida.
los padres de la nifa por H. o por R., o tenfa tachas que dis-
minuian la suma de sus'merecimientos, la negativa de los pa-
dres era concluyente y sobrevenia el encerramiento de la jo- F)
ven y se estrechaba la vigilancia. Cortada toda posible co- .
municacioén entre los enamorados, y enardecida la pasién de a
ambos por esa oposicioén, no le quedaba al galan otro cami- F
no que el de la retirada, siendo raros estos casos, porque, al a
verse despreciado, aumentaba su asiduidad y porfia mientras © “
la muchacha soportaba bravamente los regafos y privacio- |
nes, las amonestaciones y encierros. En esta situacién los a
amores, se preparaba la fuga de la joven y se efectuaba en a
ocasién del primer descuido. En una majiana, se descubria
que la paloma habia volado del nido. .
En estos casos, las cosas tomaban diferentes caminos.
En la actualid ad no pa sa n se me ja nt es co sa s y ca so s. La
muchacha de ah or a no ag ua nt a el sir io, po rq ue es mas prac-
tica e impaciente.
Actualmente, la mu je r se ha id o sa cu di en do de ta nt as
Oe
limitaciones sociales; los pa dr es so n ma s li be ra le s y la fre -
cuencia del bello sexo en la cal le, los te at ro s y ca ba re ts ofr e-
cen frecuentes opor tu ni da de s a un pr et en di en te pa ra ga la n-
tear e in te re sa r el co ra zo n de un a jo ve n.
|
ge ae
A
Said
(2)—También se lla ma mal ako ff; seg in una not a que apa rec ié en
Clio, rev ist a de la Aca dem ia Dom ini can a de la His tor ia (Se pt. -
Oct. de 193 4, pag . 149 ) deb ida al exc els o Mae str o Don Fed eri -
co Hen riq uez i Car vaj al, su uso aqu i coi nci dié con la ane xié n
espafi ola . El pol izé n, que era tam bié n un abu lta dor loc ali zad o,
se introdujo ciertamente hacia 1869.
(3)—Hoi se dice pursiana.
36 LUIS EMILIO GOMEZ ALFAU
tir los estragos de los anos. Las mujeres de hoy no son mAs
bellas que las de antes, pero poseen el secreto de realzar sus
encantos al extremo de que hasta la mas fea causa buena im-
presién, ya sea por su elegancia en el vestir, o bien por el
uso de ciertos trucos que eran desconocidos a nuestras abue-
las. En una reunién integrada por mujeres de diferente edad,
dificilmente podrfamos establecer la diferencia entre las jé-
venes y las de mediana edad, porque todas nos parecerian
poco mas o menos contemporaneas. Attn la abuela moder-
na, disimula bastante sus afios y en vez de arrinconarse a re-
zar el rosario, como hacfan sus antepasadas, concurre a las
reuniones sociales,’ divirtiéndose tanto como las mas jévenes.
Aunque algunos lo duden, esta es la época mas feliz de la
mujer, pues habiendo criado y educado ya a todos sus hijos
y viviendo por ese lado libre de preocupaciones, puede dis-
frutar en su vejez de satisfacciones espirituales que estan ve-
dadas a la juventud. jQué diferencia de aquella época, cuan-
do una mujer, a los cuarenta afios, se retiraba del mundanal
bullicio por considerar que su edad le impedia alternar con
las jévenes!
gin Doroti, hubo un poeta que aseguré que “El hombre tra-
baja mientras la mujer llora’, pero, ahora no estamos en. el
emer ea
siglo en que ese poeta llegé a tal conclusién, pues los papeles
se han cambiado y el hombre llora mientras la mujer pasea
y juega al bridge. Puede, pues, que la inspiracién de ese poe-
ta fuese tocada de la vida real de entonces, pero estoy se-
guro de que a ningtin poeta moderno se le ocurriria hacer
tal afirmacién sin faltar a la verdad, pues la mujer de aho-
ra en lugar de sentarse en un rincon a llorar sus penas, se
apresta a luchar con brios y entusiasmo para vencer los obs-
taculos que se le presentan, demostrando la mayor firmeza de
dnimo en los momentos aciagos. Cierto es, en verdad, que
en el siglo pasado estaba en moda la expresién melancélica ~
en el rostro de la mujer. La tristeza era un signo de distin-
cién en una dama y las conversaciones predilectas del sexo
femenino eran aquellas donde salian a relucir episodios tris-
tes que espantaban la alegria de los hogares. Noy, la acti-
tud de la mujer ha cambiado a este respecto y la mayoria
de éllas evitan recordar sus penas, cuando se reunen es para
tratar solamente de cosas agradables. Y, no es que ahora sea-
mos mas felices que antes, pues la vida sigue su curso inalte-
rable y las desdichas se suceden con regularidad a través de
las generaciones. Lo que ha sucedido es que la mujer ya no
rinde culto a la tristeza y su actitud ante la vida es mAs opti-
mista. Las variaciones de la moda, las vidrieras que mues-
tran objetos incitantes, los cinematégrafos, los cabarets, las re-
cepciones, los paseos ptblicos, los bailes, el bridge, etc., brin-
dan a la mujer de hoy variados incentivos que la distraen y
despierta en su espiritu la alegria de vivir.
los campos alguna que otra bodeguita hasta que los grandes
ee
oa
Los mozalbetes no podian hacerse la primera barba,
mientras su padre o tutor no les diera permiso para rasurar-
se y conoci a varios que andaban con la cara llena de la pt-
ber peluza, en espera de licencia para recurrir al barbero.
i
48 : | LUIS EMILIO GOMEZ ALFAU
(8)—Instituto Profesional.
56 oe LUIS EMILIO GOMEZ ALFAU
Esta prepa-
racién a la manera de embalsamamiento era practicada por
pee
mia sentado pa ra qu e el pa n de av is pa s no qu ed ar a en p-
sic ién mo le st a al to ma r la po si ci én ho ri zo nt al .
tina o gusarola. (1 0) Ca si to do s nu es tr os ca mp es in os an da n
descalzos. En Azua y Mo nt e Cr is ty , us an un as so le ta s he ch as
de cuero de vaca o de ce rd o. Se im po ne all i la de fe ns a de
los pies, por mo ti vo de las esp ina s de que est a pr ov is ta la ve-
getacién de aq ue ll os te rr en os dri dos , en los que has ta la gra -
ma es pu nz an te . En tr e la va ri ed ad de ar bo le s y arb ust os,
que ab un da n en est os ter ren os, se en cu en tr an la ba ya ho nd a,
los cactus, la alp arg ata , la gu as db ar a, el ab ro jo y otr os. Aq ue -
Ilos que an da n de sc al zo s se ve n at ac ad os con fr ec ue nc ia por
el pardsi to ll am ad o nig ua. La nig ua es una pe qu ef ha pu lg a
que ‘se in tr od uc e baj o la pie l, pr od uc ie nd o en el sit io que eli -
ge una irritacién y picor desagradable. Si no se procede opor-
tunamente a la ext rac cié n, cri a una ba rr ig a lle na de hu ev e-
cillos . Ca da hu ev ec il lo es un nu ev o par asi to. La ex tr ac ci on
de la nigua es peligrosa. Muchas veces ha tenido por con-
secuencia el tétanos.
Hay un remedio muy sencillo para extraerlas. Envol-
ver el pié en una cataplasma de cazabe humedecido con agua
de sal. Hecho esto, antes de dormir, se notara al dia si-
guiente que las niguas han salido de su abrigo y muestran al
aire su abultada barriga.
Cuando en una casa hay. muchas pulgas, la riegan con
hojas de mamon. i
La pic ada de la avi spa o de la abe ja, ali via los dol ore s reu -
maticos; parece que por efecto del acido formico que inoculan.
import an te s y la Vi ce Pr es id en ci a de la Re pu bl ic a, hombre |
de accién y de gu er ra , de un ca ra ct er ir ra sc ib le y un valor a
toda prueba, en oc as ié n de la ca id a del go bi er no de Santana
fué so rp re nd id o co n un a ca nt al et a. In st al ad a la me sa y sobre
élla uno de los pa si on al es or ad or es , se ab ri é vi ol en ta me nt e Ja
puerta de la ca sa y, ma ch et e en ma no , sal ié a la ca ll e de sa -
fiante el general Alfau po ni en do en ve rg on zo sa fu ga a su s
enemigos an te la ac ti tu d re su el ta de pe rd er la vi da an te s de
sufrir el ultraje, qu ed an do all i la me sa co mo tr of eo . (1 2) .
Frecue nt em en te est as ca nt al et as de ge ne ra ba n: en fe no -
menales es cA nd al os , pr od uc ié nd os e tu mu lt os en pl en a de ma -
La inolvi da bl e me ri en da , de sp ué s de la se da nt e y pla -
cida siesta, ten ia lu ga r ent re las 3 y las 4 de la ta rd e y ta nt o
a la merienda como a la sie sta , se en tr eg ab an ric os y po br es ,
acaudalados y me ne st er os os . Co ns is ti a el me nt de la me -
rienda en gallet as, gal let ita s, ma nt eq ui ll a, qu es o, té, caf é, ch o-
colate, bi sc oc ho s, du lc es , etc ., lo mi sm o qu e si fu er a un co- .
pioso lunch american o, ta nt o ma s ric o cu an to las po si bi la da -
des del dueno de la casa lo permitieran.
La ali men tac ién de la gen te de ese tie mpo era mas ri-
ca en vitaminas, y se espaciaba durante el dia mas en com-
pen sac ién con el gas to de ene rgi as que req uer ia la vid a sen -
cilla de entonces.
ae
Nada es, en efec to , md s mo le st o en un sa lé n de ba il e,
en el que giran va ri as pa re ja s, qu e la ac ci dn y mo vi mi en to s
de un a o ma s pa re ja s qu e no se pa n ba il ar .
Los aprendices te ni an qu e es fo rz ar se po r ap re nd er el
compas de los ba il ab le s en qu e se di vi di an los pr og ra ma s, en
los que entraban val s, da nz as , po lk as , ma zu rc as , ri go dé n, mi -
nuet, valsovianas, gavo ta s, da nz on es , ha ba ne ra s, cu ad ri ll a,
lanceros y carabiné. La ma yo ri a de es to s ba il ab le s er an
ensefiados en el ho ga r, po r al gu no de los ma yo re s y co n tal
objeto se celebraban las llamadas jaranas. .
cementite iri
inert nlaeant etait
que, como la Loma de la Gallina, los Chacueyes, el Sillén de
la Viuda y otros por el Norte, la Sabana del Guabatico y el
monte de Tavila, por el Este, el paso del rio Nizao, el del
a Dl
reunién en Santiago o Monte Cristy sin arrugar siquiera el
a
traje.
RIAN
tes importadores y alguno que otro sehor acaudalado. Por
PA
lo regular, los viajes de negocios tenian por objetivo a Cu-
racao y San Thomas, que eran las plazas comerciales de don-
de se surtia la nuestra. Hacian el trafico algunos buques de
vela de escaso tonelaje. La primera linea de vapores con
itinerario fijo hasta New York, que se establecid mediante
concesion del Estado, fué la de Clyde, que puso en servicio
un viejo vapor de madera llamado Tybee, haciendo viaje re-
dondo cada 30 dias a un andar de 6 y siete millas marinas
por hora. Cuentan que, debido al peligro de los viajes: por
mar, en molestos e inseguros veleros, los que por cualquier
motivo se veian en Ja necesidad de embarcarse para largas
travesias, arreglaban de antemano todos sus asuntos y ha-
cian testamento.
\
3
:
LAS FOGATAS Y BORRICADAS
de las cas as pri nci pal es. En las cor rid as de sor tij as luc ian
los mozo s sus bri osa s ca ba lg ad ur as y sus ha bi li da de s en la
equitacién. Pasa da la me di a no ch e, me nu de ab an los sa nc o-
chos y loc rio s, co nf ec ci on ad os con las gal lin as o pa vo s que
mozos de bu en hu mo r se ro ba ba n en otr os bar rio s de pobla-
dos gallineros.
Desde el Av e Ma ri a, em pe za ba el al eg re ti nt in eo de las
campanas , al te rn an do los re pi qu es co n la mu si ca a ca rg o de
la or qu es ta ca ll ej er a y en so rd ec ia el ba rr io co n el es ta mp id o
de triquitraque s y to rp ed os , el tr on ar de los co he te s y el fue r-
te cafoneo del pe dr er o, ca fi én pe qu ef io qu e se mu da ba de
se rv ic io se ha bi a te ni do bu en
CN
barrio a ba rr io y pa ra cu yo
cuidado de hacer abundante provisién de pélvora y de esto-
Bere
pa, nombra nd o un cu er po de art ill ero s en ca rg ad o de ha ce r
las salvas , y, cas i si em pr e ca pi ta ne ad o po r un mo re ni to ap o-
dado Ch ag o qu e era el pe ri to en est o co mo en ha ce r las bo-
las de estopa para tirarla encendidas a la salida de las salves.
No fal tab a alg in fer vor oso , que , en cu mp li mi en to de al-
gun a pr om es a, cos tea ra y bri nda ra a mus ico s y ma dr ug ad o-
res el rico y aromoso café, instalando para el caso una mesi-
ta en la acera, cubierta por blanco mantel y guarnecida de
tacitas, pla tit os, azt ica r y cuc har ill as, al um br ad o el tod o por
un farol. Otros, sacaban a la acera el anafe y el caldero re-
pleto de manteca para freir pastelillos y empanadas que los
de la alborada brindaban a las muchachas vecinas, o a gru-
pos de éstas confiadas al cuidado de una “‘chaperona’’.
Pasmado el suefo, nadie demostraba carisancio pues, en
estos dias, la gente del barrio no tenia derecho a dormir, dan-
dose el caso de que, habiendo un enfermo de cuidado, se dis-
pusiera su traslado a otro barrio para no obstaculizar las
fiestas.
Avanzada la manana tenfa lugar la misa solemne, re-
pleta la iglesia de fieles, y, a la salida, nuevo repiqueteo y
musica.
Durante las tardes, ataviadas las muchachas con sus tra-
jes de muselina u organdi, adornados con cintas, sin que fal-
tara en el pei nad o o en el pec ho la olo ros a rosa ; rea lza do el
AYER O EL SANTO DOMINGO DE HACE 50 ANOS 99
bo, donde era fama que se criaba el ganado mas bravo, eran
traidos los toros a los que algunas veces acompafiaba una
cuadri lla de ras tic os tor ero s que , pro vis tos de ped azo s de te-
la roja, lidiaban el ganado.
La mejor corrida de toros que recordamos tuvo lugar
en la plaza Colén, afios antes de levantarse alli la estatua
de su nombre, que ocupa el centro. Fué durante la admi-
nistracién del General Ceséreo Guillermo.
Muchas veces, cuando el toro salia flojo, se lanzaban
dentro de la barrera algunos aficionados, dando la nota cé-
AYER O EL SANTO DOMINGO DE HACE 50 ANOS 101
da cl as e de de sa fu er os , bu sc a-
al influjo del licor cometian to
m o r r a s y c o n t a n d o co n la i m p u n i d a d , d e s p a c h a b a n pa -
ba n c a
rt er a pu fi al ad a o de un ba la zo
ra el otro mundo de una ce
a cu al qu ie r i m p r u d e n t e o co nt ra ri o po li ti co . Tu vi e-
mo rt al
os os , Ba ul , So li to , La Ll a-
ron fama de pendecieros y revolt
os po r el ca ud il lo pa ra ma n- -
ve, Zulo y otros corifeos apoyad
tener el terror y causar de sa zo ne s a la fa mi li a do mi ni ca na .
Sra
ee
ee
OY eS
LAS CORRIDAS DE SORTIJAS—
(16)—La siguiente res efi a de el San And rés del ano 189 7, esc rit a
por el mism o aut or de est e lib ro, la hem os tom ado de El Avi -
sador, de fecha lo. de Diciembre de dicho afio, es un magni-
fico complemento de este sugestivo capitulo.
SAN ANDRES
NOTAS SOBRE LAS FIESTAS
Desde la vispera, es decir, desde el lunes podiase ya de-
cir lo que seria el dia, el dia esencialmente popular entre:
nosotros; pero la realidad sobrepujé al presentimiento. Des-
de las primeras horas de ayer la ciudad estaba preparada y
lista con objeto de tomar parte en el juego. Unase a esto
el vealce que a él tenia que prestarle lo principal y elegan-
te de la soci edad . Las sefi orit as Pou, Lica irac , Moy a, Alfo n-
seca, Polanco, Mascaré, Marmol, Tejera, Pittaluga... iqué
se yo cuantas mas. El sefior F. G. Billini en coche con su
distinguida esposa recorrié nuestras calles. La animacién,
el embullo, la franqueza..., todo saliéd ayer. El Disgusto
con su cefio adusto, el Desorden con su cabeza desgrefiada,
se quedaron en sus casas y no vinieron a interrumpir las
fiestas.
Por la noche, a iniciativa de nuestro amigo el sefior Lo-
renzo Marti, Jefe Superior de O. P., secundado y robusteci-
do por el ciudadano Presidente de la Republica, ‘preparé una
sorpresa a los escursionistas que huyendo del himedo juego,
concurrieron ayer a la gira de que nos ha hablado el “Lie-
tin Diario’. Al efecto, desde las 3 de la tarde, se situéd en
LOS VELORIOS, LOS DUELOS
Y LOS ENTIERROS
Cuando en alguna familia de consideracién ocurria la
gravedad de uno de sus miembros y el médico apuntaba la
conveniencia de rodear al enfermo de absoluta tranquilidad,
se procedia a cortar el transito de vehiculos por la cuadra
en gue estaba situada la casa, y, para el caso, se tendia una so-
ga en cada una de las esquinas colindantes. Si la casa era
de esquina, sélo los peatones encontraban entrada por las
cuatro boca-calles. Durante la noche permanecian suspen-
cidos en el centro de las sogas los faroles que indicaban a dis-
tancia el impedimento. Esta providencia era tomada por la
uno del paseo y recibiendo con la sorpresa con que los obse-
quieron aqui, emociones que viviran en el recuerdo y en la
memoria, y los cuales EL AVISADOR desea se renueven- en
muchos sucesivos ‘afios.
ees
tar tn aie
teanit tie
pies, o le rociaban el rostro con agua fria, con aguardiente,
wena
etc., o le daban a oler plumas de gallina quemadas. Si el
“ataque’ era persistente y la accidentada no lanza el ;Ay!
de la vuelta a la vida, se buscaba el médico, quien empleaba
otros medios, llegando en veces hasta el de practicar eficaz
sangria.
ia
Be
=is
=,
114 LUIS EMILIO GOMEZ ALFAU
de seda y for ran do la cop a del som bre ro en su tot ali dad de
un cre spo n lla mad o vel ill o. Mas tar de vin o la mo da de usa r
el velillo en el antebrazo izquierdo y ultimamente en-la sola-
pa izquierda de la chaqueta.
lo comunicaba.
habia cumplido con su deber, consideraba que el amigo bur-
lado no era digno de su lealtad; pero descansaba moralmen-
te al no hacerse complice de la traicién de una mujer.
duraba el carnaval.
En los barrios tenian lugar rumbosos bailes, también
de ma sc ar as y en los cab are ts de gen te de vid a ale gre se con -
MERITS
sumi an las noc hes ent re el bai le, los sa nc oc ho s y las beb ent ina s.
et SABLE
RE
Fb ha SASA Rei A oath
ae ARO SARBAMH t lito ESAI
Si
ia AE
~ we a pee evan-
m e n t e en el es pi ri tu pu bl ic o
Estaban arraigados profunda
re li gi os as , el gr an te mo r a Di os , c o n s i d e r a d o
las cr ee nc ia s
le y se ve ro Ju ez y ej ec ut or ,
por los fanaticos como inflexib
s m e r e c i m i e n t o s y p e n a l i d a d e s
que lleva al dia el libro de lo
se hace acreedor o deudor cada mortal, con estrecha
a que
a cu en ta ab ie rt a de sd e su a d v e n i m i e n t o a la vi da
y mi nu ci os
st re r su sp ir o, do ct ri na s es ta s de qu e se . va li er on lo s
ha st a el po
in oc en te s pu eb lo s de A m é -
conquistadores para dominar los
de re ch a y la cr uz en la iz qu ie r-
rica con la espada en la mano
se c o m e t i e r o n ta nt os ” cr im en es ,
da, elementos con los que
co nt ra lo s in fe li ce s e in de fe ns os
tantos robos y desafueros
indios. (18).
~ moon
no se bailaba, ni tenfan lugar festejos de ninguna clase. En
las comidas no se mezclaba la roja carne y el blanco pesca-
do, ni se hacian juramentos. En los dias sefalados eran muy
pocos los que dejaban de comer pescado fresco o salado, ha-
bas con dulces, ajonjoli guisado con bollos de platano ma-
duro, y otros platos reservados para la ocasién.
fieles pud ies en bes arl o y dep osi tar en un pla til lo las lim osn as.
El viernes salia de San Carlos la procesién de La Quinta An-
gustia. Est a pro ces ién y la de la Sol eda d era n sac ada s al re-
corrido después de las diez o las once de la noche, y los ve-
cinos del transito iluminaban sus puertas y ventanas. El Do-
mingo de Resurreccién, tenian lugar dos procesiones, o sea:
la del Santisimo Sacramento en la Catedral, como a las cua-
tro de la madrugada, y la de Resurreccién que, saliendo de la
Catedr al, se enc ont rab a por la cal le de Pla ter os (ho y Arz o-
bispo Merifio) con la otra procesién que venia de Las Mer-
cedes y en la que figuraban las imagenes de la Dolorosa, San
Juan y las Marias.
EL CARACTER, LA HONRADEZ
Y EL COMERCIO
Cuan do una jov en se cas aba o sal ia en cin ta, se rec lui a
dentro de su hog ar, en el pri mer cas o por mu ch os dia s y en
el seg und o, mie ntr as du ra ba su est ado de em ba ra zo , pue s su
pudor se resentia en presencia de familiares y del publico.
Pagia