Está en la página 1de 5

PISTOLAYUQ RUNAKUNA.

(GENTE CON ARAMA)

En el poblado de Pichacani, Laraqueri, los comuneros estaban muy enfadados


con Don Romario, quien había hurtado los bienes de Doña María, Doña María
denuncio a Don Romario. Pero la igualdad en nuestro pueblo es fortuita, Don
Romario dijo:

- “Mi niño, Ernesto, está muy mal de salud, el necesita los medicamentos
que no puedo pagar ni trabajando 10 veces más”.

Doña María le respondió:

- Yo también tengo una hija, llamada “Julia”, pero ella si quiere algo
necesita de su esfuerzo para que yo le compre algo. Yo también ando
“ajustada”, pero yo trabajo el doble para conseguir lo que mi hija me
pidió”.

Un día el cuidante del pueblo, llamado “Ignacio”, llamo a Doña María y a Don
Romario, quienes asistieron con sus representantes.

Ignacio pidió explicaciones de lo sucedido, cada uno de sus representantes en


ese mismo instante antes empezó a hablar, contaron detalle a detalle lo que
había sucedido. En ese momento en la plaza hubo un saqueo del Banco.
Ignacio suspendió la reunión y junto con los demás cuidantes.

Cuando llego Ignacio a la plaza, solo estaban los comuneros recogiendo los
destrozos que hicieron los ladrones.

Ernesto, siguió a los ladrones, en hay descubrió que Julia estaba secuestrada
por los ladrones, el intento pedir ayuda para enfrentarse a los secuestradores.
Al no encontrar a alguien que le ayude a rescatar a Julia él se enfrentó a los
malhechores, sabiendo que iba perder, pero no le daba miedo.
Ignacio se enteró de que ni Julia ni Ernesto estaban en el pueblo, él le aviso a
Doña María y a Don Romario que fueron a ayudar a Ignacio.

Cuando llegaron vieron tirado en el suelo a Ernesto, con muchos moretones y a


Julia muy lastimada, Ignacio y compañía llevaron a los dos niños a el centro de
salud de Braulio, quien era el medico del pueblo.

Él les dijo que Ernesto y Julia estaban en proceso de recuperación, lo que


duraría una a dos semanas. Al despertar Ernesto dijo:

¿Dónde estoy?

- Estas en el centro de salud de Braulio, hijo.


Respondió Don Romario.

Ignacio le pregunto parque había aparecido con tantos golpes, Ernesto dijo:

- Se estaban llevando a Julia, yo no lo podía permitir así que los seguí, yo


vi que le iban a hacer daño a Julia así que me enfrente a ellos, sabía
que iba a perder, pero no me rendí porque una vida se estaba poniendo
en riesgo.

Ignacio le dijo lo siguiente:

¿Cómo te enteraste que Julia estaba siendo raptada?


- Mi amigo Adriano me aviso que estaban robando el banco, te íbamos a
decir, pero en ese momento vi que Julia estaba siendo raptada,
entonces le dije a Adriano que te diga eso, pero el huyó a su casa.

Doña María le pregunto a Ernesto:


- Y ¿Por qué decidiste salvar a mi hija si, tu sabías que yo era su madre y
estaba en discusión con Don Romario?

- Yo decidí salvar a su hija porque ella desde niño me ayudo en la


escuela, ella siempre fue amable conmigo, a pesar de que ustedes
estuvieran en discusión.

Ignacio sin más preguntas que hacer se fue a resolver el caso.

Días después, de la recuperación, hubo vacaciones en el colegio de Ernesto, él


empezó a trabajar en un restaurante, mientras que Julia se empezó a
dedicarse a la música.

Don Romario había solucionado el problema con Doña María, ellos juntos
empezaron un negocio para salir adelante. Pero un día llego una persona
millonaria llamada “José”, quien quería comprar los terrenos de Doña María y
de Don Romario.

José les ofreció mucho dinero, pero María y Romario dijeron que no se lo
venderían. El todo enojado intento relajarse subiendo a el mirador más alto, el
en ese momento vio a Julia, él se enamoró completamente de ella, él sabía que
era menor de edad, pero aun así le gustaba.

Un día le siguió hasta su casa, dándose la sorpresa de que era hija de Doña
María. Un día el rapto a Julia, le dijo que iba a ser su boleto de lotería.
Ella no entendió, él le dijo que tu madre no me quería vender sus terrenos así
que contigo iba a aceptar.

Ernesto busco a Julia para ir a ver los fuegos artificiales, pero no pudo
encontrarla, él le dijo eso a Doña María, pero tampoco sabía dónde estaba, de
pronto apareció Adriano y les dijo:
- Julia fue raptada por el señor José, quien la tiene secuestrada en cerro.

En ese momento Ernesto fue corriendo al cerro, María llamo a Romario y a


Ignacio para ir a rescatar a Julia.

Ellos fueron a rescatar a Julia, pero se dieron cuenta de que José tenía un
revolver, José dijo lo siguiente:

- María dame tus terrenos o te quedas sin tu hija.


- No por favor, te venderé los terrenos, pero no hagas daño a Julia.

En ese momento, Ernesto salto sobre la espalda de José quien soltó el


revolver.
Los dos forcejearon hasta que José agarro el arma y apretó el gatillo, pero
sorpresivamente no hirió a nadie.

María recupero a su hija, y José recuperó el arma, él les dijo:

- Te quedaste sin hija, María.

José apretó dos veces el gatillo, quien apunto a Ernesto, pero Romario se
metió,
Ignacio atrapo a José y se lo llevo arrestado. Romario le dijo las siguientes
palabras a Ernesto:

- Mi querido hijo, no llores la vida continua, tú tienes un futuro por delante


crece conviértete en un muy buen profesional, yo te quiero mucho.

- María por favor cuida de mi hijo, te lo suplico, por favor, no dejes que
valla por mal camino, cuídamelo, te lo ruego.

María dijo lo siguiente:


- Prometo cuidar de tu hijo, te lo prometo, crecerá por muy buen camino,
no por mí, sino porque tú lo educaste sabiamente.

Ese mismo día murió Romario, en honor a él se le construyo un pequeño


recuerdo.

Ernesto creció recordado mucho a su padre, él siempre lo recordara, mientras


que María educo lo mejor posible a su hija Julia.

También podría gustarte