EDUCACIÓN RELIGIOSA - JUAN RENZO

CUARESMA Y ACTITUDES
CRISTIANAS
La Cuaresma es un tiempo de preparación para la Pascua. Tiempo marcadamente penitencial, de
preparación, de desierto. Pide que cada uno de nosotros aprovechemos ese tiempo para reflexionar
sobre nuestras acciones y cambiar a una vida mejor, tanto el ámbito espiritual como físico.

1. ACTITUDES
Conversión: La conversión se realiza en la vida cotidiana
mediante: gestos de reconciliación, de atención a los pobres,
de ejercicio y defensa de la justicia y derecho.
Desierto: A imitación de Cristo, nuestra vida en este mundo,
es tiempo de combate espiritual y de lucha constante con el
mal, pero si tenemos fe y confiamos en que Cristo actué,
venceremos a toda adversidad que se nos presente.
Perdón: Es un tiempo oportuno que el señor nos regala para
reflexionar sobre nuestros actos, reconociendo nuestras
faltas, pidiendo perdón y perdonando a nuestro prójimo.
Escucha: Es un tiempo de afinar el oído y poner atención a la
palabra de Dios, porque mediante ella nos comunicamos y
recibimos mensajes de salvación de nuestro padre.

2. CARACTERÍSTICAS DE LA CUARESMA
La iglesia nos ofrece los medios propios de lo que se llama la
ascética cristiana para lograr el control del cuerpo y
predomino del espíritu, como lo son:
La oración: acción mediante la cual, nos comunicamos
con nuestro padre y le pedimos por nuestros problemas.
El ayuno: se basa en la abstención completa o parcial de
la comida y de las malas acciones, para darle prioridad a
una parte espiritual, a la relación con Dios.
La abstinencia de carne: se basa en la abstención
completa o parcial de la comida
La limosna: cuando practicamos un acto de solidaridad
con nuestro prójimo.
La mortificación: es vista como una forma de ascetismo,
un medio de ayudar a las personas a llevar vidas virtuosas
y santas.
Guarda de los sentidos.

3. SÍMBOLOS CUARESMALES
El color morado: Simboliza el sacrificio y la penitencia.
Se utiliza como invitación al cambio de vida, a trabajar en
nuestro interior en busca del hombre nuevo.
La ceniza: Expresa la conversión, el deseo de liberarnos
del mal y ponernos en el camino hacia la pascua. Es un
gesto de verdad y de súplica ante el Dios de la vida.
La cruz: Símbolo predilecto para representar a Cristo
como el señor que ilumina nuestra vida, nos da
esperanza, nos asegura la victoria de Cristo y nos
promete seguir el mismo estilo de vida de Jesús para
llegar a la nueva existencia del resucitado.