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ESTO ES SOLO UNA TRADUCCIÓN DE FANS PARA FANS.

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https://lily-mayne.com/bonus-short-gloam-worships-his-hardworking-
firebrand/
Corto Extra: Gloam adora a su Revoltoso1
trabajador
Finalmente, ¡un corto de Gloam y Rig! En mi cabeza, los considero la
pareja más sólida y segura, por eso quizás siento menos necesidad de
visitarlos nuevamente. Pero fue muy agradable regresar a su historia.
Son los más adorables, en especial Rig, bebé precioso que solo quiere
ayudar a todos y hacerlos felices.

Este corto tiene 8 400 palabras e incluye una preciosa mirada a Seraph
y Lilac mientras se acostumbran a la vida en su acogedora choza de
amor, unas pocas burlas a Wyn en su ausencia (¿cuándo ese bastardo
no aparece en una conversación?) y una noche de Gloam mimando a
su intranquilo e hiperactivo revoltoso mientras finalmente logra que se
quede tranquilo y quieto por un tiempo. ¡Disfruten! Como siempre, por
favor observen las advertencias de contenido y spoilers, aunque este
corto es más dulce y tierno que otra cosa.

Advertencias de Contenido: Contenido sexual explícito, solo para


los mayores de 18 años, genitales de monstruo (con un gran bulto),
ternura muy dulce, un poco de burlas a Wyn (él siente que debería
existir una advertencia), Rig está muy caliente (¿cuándo no?),
finalmente él se queda quieto por más de unos minutos.

Advertencias de Spoiler: Situado después de los eventos de Seraph


(Libro 6 de la saga Monstrous).

Rig
Jugué con el montón de clavos en la palma de mi mano, moviendo mi

1
Originalmente ‘Firebrand’, la traducción literal es tizón, pero siento que su otro significado,
que viene a ser ‘revoltoso, agitador, instigador’; le queda muchísimo mejor a Rig 😊
pulgar sobre ellos para que chocaran entre sí, mientras miraba a
Gloam y a Lilac hablar a la vez que cortaban pedazos de alambre para
gallinero2.

Gloam gruñó algo con una risa, mostrando sus colmillos, y los ojos
verdes de Lilac se arrugaron brevemente en las esquinas mientras
sonreía gracias a lo que sea que Gloam acabara de decir. Estaban
empezando a construir la cerca para el pequeño huerto de vegetales
que Lilac y Serpah tenían detrás de la RV 3, utilizando el cable para
gallinero para crear una estructura que mantendría alejados a los
animales salvajes hambrientos.

Gloam dijo algo más, luego se levantó de sus cuclillas para recoger los
palos de madera que serían las esquinas de la parcela. Mis ojos se
deslizaron por su amplia espalda, desde las borrosas cicatrices a
ambos lados de su espina dorsal hasta los pequeños hoyuelos que se
encontraban justo arriba de la cintura de sus pantalones de cuero.

Mis ojos se deslizaron más abajo, hacia el redondeado trasero que se


flexionaba mientras él caminaba. Mi lengua se presionó duro contra el
cielo de mi boca, mi cerebro ya acelerando el resto del día hasta la
noche, cuando estaríamos solos en nuestra habitación, sin ser
molestados. Quizás esta noche podría-

—¿R-Riig?
Mi atención se trasladó hacia la bestia frente a mí. Seraph estaba
agachado al lado del banco que estábamos construyendo, en una de
sus gigantes manos se veía el martillo empequeñecido mientras la otra
estaba pacientemente estirada hacia mí.

2
tela metálica ligera con malla hexagonal.
3
autocaravana
Solté una risita avergonzada mientras le pasaba un clavo: —Perdón,
amigo.

Observé mientras él, cuidadosamente, colocaba el clavo sobre el


costado del banco, donde la pata se unía a la parte de arriba, y lo
clavaba con el martillo con prácticamente un único golpe. Habíamos
hecho algunas juntas, pero yo no era lo suficientemente bueno con la
carpintería como para saber cómo hacerlas apropiadamente. No era
como Cat, quien conocía muchos tipos distintos, y aunque él me había
mostrado antes, yo era malo para recordarlas.

Improvisar juntos funcionaba bien de todas formas, en la mayoría de


los casos.

Seraph sacó su mano para obtener otro clavo, así que se lo pasé
mientras mis ojos se dirigían otra vez hacia Gloam. Él estaba agachado
junto a Lilac ahora, moviendo uno de los palos de madera hacia la
esquina del espacio que Lilac había marcado, cuidadosamente, para su
pequeña parcela de vegetales.
Su espalda estaba hacia mí. Mi mirada se posó en su culo de nuevo,
pero eso no fue mi culpa. Simplemente estaba a la vista tan
malditamente agradable, el cuero de sus pantalones se estiraba con
tensión. Entonces, todos los músculos de su espalda se movieron y
flexionaron mientras él metía el palo en el suelo, sus bíceps
amontonados y su enorme mano envuelta alrededor de la delgada
pieza de madera. Mi abdomen se agitó cuando recordé la noche
anterior, cuando él se había tocado la polla mientras me montaba,
haciendo que mis caderas chocaran contra el colchón. Juré por dios,
algunas veces me ponía nervioso por la posibilidad de que me
provocara un dolor agudo en la espalda aun cuando solo me
encontraba recostado sobre ella, sin hacer mucho.
Un pequeño resoplido me hizo saltar, mi mirada dirigiéndose
nuevamente hacia Seraph para verlo darme una sonrisa atrevida, con
su boca estirada imposiblemente amplia y todos sus numerosos y
filosos dientes afuera. Sonrojándome, le entregué otro clavo, pero en
lugar de martillarlo en la madera, él le dirigió la vista a Lilac y Gloam.

—¿Qué están haciendo que te resulta tan interesante? —dijo con voz
áspera, aunque la mirada traviesa que tenía en sus muchos, muchos
ojos; me mostró que él sabía que yo no estaba interesado en lo que
Lilac y Gloam estaban haciendo.

Aclaré mi garganta y sacudí una mano. —Ah, tú sabes... soy como el


maestro aquí. Tengo que vigilar con cuidado a mi grupo.

Seraph se rio de nuevo, su espina dorsal se curvó mientras él se


doblaba de espaldas sobre el banco. —A a-algunos más que a otros, p-
pienso.

—Bueno, algunos no deberían ser tan malditamente sexys como para


hacer que mi cerebro deje de funcionar.

Eso hizo que Gloam me mirara y dirigiera una sonrisa traviesa, con
todos sus colmillos4 asomándose y sus oblongas5 pupilas brillando con
alegría. Podría jurar que tensó sus glúteos por un segundo, lo que hizo
que mis ojos se clavaran allí inmediatamente. Hombre, mi monstruo
era tan pícaro a veces. Y todos pensaban que Yo era el malo, solo
porque él exteriorizaba su educación y sabiduría y calma alrededor de
los otros.

4
Todos sus colmillos porque Gloam tiene dos tipos: tusks (que son los que de por sí
sobresalen de la boca, como los elefantes y mamuts, por ejemplo) y fangs (que son los que
tenemos todos). En inglés se logra hacer esta distinción, cosa que en español, con mi
conocimiento, no creo que se pueda.
5
Se dice de algo que es más largo que ancho.
Eran todo chorradas. Él era un animal en la cama. Y yo jodidamente lo
amaba.
—¿Cómo va el banco? — Lilac se enderezó y se acercó, deslizando un
brazo alrededor de los hombros de Seraph mientras su monstruo,
agachado, se giraba y acurrucaba su cara en la parte frontal del
hombro de Lilac, envolviendo sus brazos a su alrededor con fuerza.

—Increíble. — Le sonreí. —Seraph casi ni me necesita aquí. Solo estoy


de lacayo entregando los clavos. Pronto me estará enviando a buscar
un destornillador para zurdos o pintura tartán6.

Lilac resopló al entender la broma con más facilidad que las dos
bestias, quienes probablemente no tenían tanto conocimiento acerca
de bromas y chistes sobre recaderos humanos. Había experimentado
lo mismo cuando comencé a entrenar como mecánico en la ciudad
hacía tiempo ya, cuando había sido enviado en recados de tontos para
encontrar bujías de encendido de motores diésel o líquido de
intermitentes.

—Se ve muy bien. — Gloam comentó mientras se acercaba y deslizaba


una mano entre mis rizos.

Le sonreí mientras me recostaba en su inmenso cuerpo. —Es todo obra


de Seraph. Tiene talento natural. —Le dije a Seraph además. —Cuando
Cat regrese, puede mostrarte muchas más cosas que yo, como todas
las juntas y técnicas apropiadas.

—Tú también sabes esas cosas, Rig.— Lilac dijo con sequedad.
Me sonrojé.— Bueno, un poco. No tan bien como Cat. Él tiene un don
para ello. Nunca ha mencionado si sabía algo de eso antes de que
aparecieran los monstruos, pero quizás hacia carpintería con su papá o
algo.
6
El tartán es un material sintético poroso con el cual se hacen las pistas de atletismo.
Lila arqueó una ceja. —Cat nunca habló de su infancia en absoluto.

Realmente no lo había pensado, pero Lilac tenía razón. Cat nunca


habló de su vida antes de que se abriera la Grieta, pero era un poco
mayor que algunos de nosotros, por lo que era un adolescente cuando
sucedió, como Anchor.

No sabía si eso era mejor, tener la edad suficiente para recordar cómo
había sido. Era tan joven cuando se abrió la Grieta que realmente no
podía recordar cómo había sido mi vida antes. No adecuadamente.
Recordé veranos calurosos chapoteando en la piscina infantil en el
patio trasero de mi abuela, mi cara pegajosa con paletas de frutas.
Recordé a mi mamá arropándome en la cama de mi auto de carreras y
alisando mi cabello rizado mientras me daba un beso de buenas
noches. Recordé a mi tía visitándome desde Florida y llenándome de
besos mientras me arrullaba en español.

No habíamos visto a mi tía desde que llegaron los monstruos. Nunca


supimos si ella y su familia sobrevivieron.

Tratando de no entristecerme, me sacudí los pensamientos y le sonreí


a Seraph. —Bueno, de todos modos, lo has aprendido tan rápido,
Seraph.

—Al igual que hiciste con el inglés—agregó Gloam, dándole una


sonrisa. —Eres una maravilla.

Mientras Seraph resoplaba de placer, Lilac nos lanzó una mirada seca
mientras acariciaba la nuca de Seraph. —Van a volverlo arrogante.

Sonreí, mirando a Gloam. —Gloam también me dijo eso, cuando


estábamos regresando al campamento.— Encogiéndome de hombros,
agregué. —No es mi culpa que todas las bestias aquí sean súper
inteligentes y estén ansiosas por aprender nuevas habilidades. Bueno,
excepto tal vez, um, Wyn. No parece interesado en aprender nada
nuevo.

Seraph resopló. —Al pequeño hombre de humo le gusta pretender


que nada le importa.

Gloam se rio entre dientes, acercándome más mientras frotaba mi


cuero cabelludo, haciéndome querer ronronear. —Oh, ¿pero crees que
sí se preocupa, Seraph?

—Lo hace— respondió Lilac en su lugar, con voz plana. —Nos trajo un
gran saco de verduras para Seraph el otro día, alegando que las
acababa de encontrar. Pero aun así me amenazó con arrancarme la
lengua si se lo contaba a alguien. Y luego escuché a Daisy en el
restaurante decir que podría haber jurado que ya había pelado todas
las zanahorias para la cena de esa noche, pero todas habían
desaparecido.

Gloam y yo nos reímos antes de decir: —Bueno, al menos Danny es


como el chico más dulce que existe. Y tan sexy. — Me reí cuando
Gloam resopló divertido y me rascó levemente el cuero cabelludo. —
¿Cómo crees que se ve el Soul Eater debajo de esa capucha? ¿Alguien
ha visto su cara alguna vez? Excepto Danny, quiero decir.

—Y-yo la he visto— dijo Seraph, sonando un poco engreído.

—¿Lo has hecho?— Lilac levantó las cejas mientras lo miraba.

—Sí. E-estuvimos aquí una noche y estaba t-triste por mis dientes.—
Levantó la mano y tocó suavemente sus dientes afilados y salientes. —
Y-ya que no se parecen a los de nadie más. Él se bajó la capucha para
mostrarme la suya. L-los suyos también son muy afilados.

Pude ver a Lilac frunciendo el ceño detrás de su máscara. —No me


dijiste eso.
Seraph se encogió de hombros. —No importaba. Y me ayudó, ver sus
dientes. Dijo que muchas otras especies de su m-mundo tienen dientes
afilados como los nuestros.

—Sí. —Gloam asintió, dedicándole a Seraph una sonrisa amable. —


Muchos, muchos tipos. Los vints tienen dientes afilados, y tú tienes
algo de vint en ti, Seraph. Los tuyos son sin duda por su ADN.

—Creo que son geniales— solté. —Tus dientes. Muy guay. Y tienes
una gran sonrisa, Seraph.

Su boca se estiró en su gran sonrisa ahora, pero parecía un poco


tímido cuando se enterró más profundo en el cuerpo estrecho de Lilac
a su lado. —G-gracias, R-Riig.

—Está bien, entonces sabemos que Wyn tiene dientes afilados— dije
con entusiasmo cuando Gloam dejó caer un tierno beso en mi cabello.
—¿Qué otra cosa? ¿Cuántos ojos tiene?

Seraph se rio entre dientes. —Dos.

—¿Crees que me mostraría su rostro si solo se lo pidiera?

—No. — dijeron Lilac, Gloam y Seraph al unísono.

Resoplé. —Uno pensaría que alguien tan viejo como él no sería tan
retraído con su maldita cara.

—La gente es complicada, no importa la edad que tenga— dijo Gloam


sabiamente, haciéndome temblar de lujuria. Me encantaba cuando se
ponía como un profesor monstruo caliente conmigo. —Pero los telyth
siempre han ocultado sus rostros, que yo sepa. Wyn es sin duda el
primero que he conocido. Es solo una parte de su cultura.

—Oh, está bien— dije, sintiéndome mal por ser impertinente con la
cultura de Wyn. —No le preguntaré.
No es que alguna vez tendría el descaro de preguntarle. Todavía me
daba bastante miedo, incluso cuando estaba mimando a Danny o
riéndose con Edin como un par de viejos chismosos.

—El sol se está poniendo. — dijo Lilac brevemente. —¿Terminamos la


valla? Entonces Seraph y yo podemos comenzar a remover la tierra y
plantar semillas mañana. Aury dijo que vendrá y ayudará.

Seraph se animó. —S-sí, me gustaría ver a Au-ree.

Lilac resopló, inclinando la cabeza para besar la parte superior de


Seraph a través de su máscara. —Te gusta ver a todo el mundo.

—P-porque me gusta todo el mundo— declaró Seraph, levantando el


martillo y extendiendo su mano para que le entregaran un clavo.

Prácticamente me derretí cuando le entregué uno. Seraph era la bestia


más linda de todas. Siempre supe que había más en él que la criatura
que gritaba y se retorcía con la que me había cruzado en la mansión
de Mary. Nunca perdí la esperanza, incluso cuando la situación parecía
bastante desesperanzadora.

Cuando me di cuenta del plan de Lilac de robar la llave de su jaula y


dejarlo salir (mi tranquilo e introvertido amigo realmente no era tan
astuto como pensaba que era) no me preocupé. Confiaba en el juicio
de Lilac más que nadie en este campamento, y había visto lo bien que
había estado Seraph. Hasta dónde había llegado. Cuánto lo estaba
intentando.

También había entendido la aprensión de Gloam, porque había visto


las secuelas de los ataques de ira, alimentados por el dolor de Seraph
en la jaula de lucha en la propiedad de Mary. Pero estaba de acuerdo
con Lilac en que Seraph no iba a mejorar tanto como pudiera si se
quedaba atrapado en esa jaula. Así que lo ayudé en secreto.

Parte de esa ayuda había sido asegurarse de que Gloam estuviera


distraído, muy, muy distraído, todas las noches cuando Lilac dejaba
salir a Seraph de la jaula. Era un deber que me había tomado muy en
serio. Y llevado a cabo con mucho entusiasmo.

Y me beneficié enormemente, en forma de más orgasmos de los que


casi podía manejar.

Ahora, miré a Gloam mientras mis bolas hormigueaban por el


recuerdo, repentinamente ansioso por repetir. —Sí, acabemos con esto
y los dejaremos en paz por la noche.

Mientras lo decía, deslicé mi mano por la espalda de Gloam para darle


un apretón secreto en el trasero. Soltó una risita baja, dejando un beso
en mi cabello antes de soltarme para caminar de regreso al huerto con
Lilac.

Mi enfoque ahora estaba completamente en terminar este banco para


poder desnudar a mi bestia lo antes posible. Ayudé a Seraph a
terminar de asegurar las patas, pero dejé que él mismo hiciera la
mayor parte del trabajo, porque le gustaba aprender de forma práctica
en lugar de solo mirar. Una vez que estuvo listo, lo colocamos en el
lugar que Lilac quería y, vacilantes, nos sentamos juntos.

Seraph me sonrió con orgullo cuando sostuvo nuestro peso, la madera


no se flexionó en absoluto. Le devolví la sonrisa, rebotando un poco
hacia arriba y hacia abajo para asegurarme de que era resistente.

—Hiciste un trabajo increíble— le dije, inclinándome para revisar los


clavos de un lado. —Y también tan ordenado.
Seraph se rio entre dientes, pasando sus largos, largos dedos por el
borde del banco. —A Lie-lack n-no le gustaría si se viera d-
desordenado.

Resoplé. —Sí, probablemente tengas razón. Oye, estaba pensando, tal


vez lo próximo que podamos hacer sea un soporte de plantas para
ustedes aquí. Como una de esas estanterías escalonadas para algunas
de tus plantas en macetas.

Los ojos de Seraph se iluminaron. —Sí. Y t-tal vez un b-banco de


trabajo para las plantas.

—¿Como una estación de trabajo de jardinería?

—Sí.

—Es una gran idea. Con un lugar para colgar todas tus herramientas
de jardinería.— Mi mente ya estaba revuelta con ideas, pero luego me
di cuenta de que Gloam y Lilac estaban terminando la cerca de
alambre de gallinero para el huerto. Tenía unos pocos pies de alto,
para permitir que algunas de las plantas más grandes crecieran a su
máxima altura, y había más alambre enrollado en la parte superior
para proteger el huerto de cualquier cosa que pudiera escalar o
descender.

Salté del banco con entusiasmo. —¿Todo listo?

—Sí.— Lilac enrolló cuidadosamente el alambre que habían usado para


asegurar la parte superior a los lados.— Gracias por tu ayuda.— le dijo
a Gloam.

—Por supuesto, amigo mío.— Gloam me dedicó una sonrisa mientras


se acercaba. —El banco se ve excelente.
—Es todo gracias a Seraph.— Envolví mis brazos alrededor de su
cintura e incliné mi cabeza hacia atrás. —¿Quieres volver al
campamento?

—Sí.— Apartó mis rizos salvajes de mi frente. —Necesitas cenar.

Hice una mueca, soltándolo para tomar su mano. Podría renunciar a la


cena si eso significaba desnudarlo antes, pero Gloam era totalmente
responsable de asegurarse de que estuviera bien alimentado y
descansado, etc. Tenía que admitir que era agradable tener a alguien
que me cuidara así. Por lo general, yo era el que se esforzaba por
cuidar a los demás, lo que Gloam me decía a menudo con el ceño
fruncido cuando me desesperaba haciendo trabajos para la gente del
campamento.

Pero me gustaba ayudar a la gente. Y se me daba bien mayoría de las


cosas, así que tenía sentido que yo fuera el que hiciera cosas como
arreglar las duchas, engrasar las bisagras de las puertas de los
dormitorios de las personas, apretar los tornillos de los taburetes y las
mesas del comedor para que nada se derrumbara sobre la gente
mientras comía.

Todos teníamos trabajos en los que éramos buenos aquí. Por eso el
campamento funcionaba tan bien. Ghost era quien cosía la ropa y las
sábanas de las personas cuando se rasgaban o se soltaban las
costuras. Anchor era increíble al mantener el inventario de nuestras
tiendas y asegurarse de que todos tuvieran suficiente para comer.
Dino y Keen eran buenos buscando comida. Rusty era buena con las
cosechas y se tomaba muy en serio la vigilancia del muro del
campamento. Tank y Bishop habían sido la pareja que recogía el agua,
pero ahora que se habían ido, Nun se había hecho cargo de ese trabajo
con Spike. Nun era súper fuerte, con una espalda ancha, así que dijo
que no le importaba en absoluto.

Aunque era bastante nuevo en el campamento, Hunter también estaba


dispuesto a ayudar siempre. Y era un tipo grande y fornido, así que era
bueno ayudándome a reparar la pared o a sostener algo pesado.
Danny estaba ansioso por ayudar en todo lo que pudiera, pero era un
poco torpe, y la mayoría de la gente parecía demasiado aprensiva para
obligarlo a hacer algo extenuante en caso de que provocara la ira de
su aterrador novio- no, esposo.

Y no eran solo los humanos. Las bestias también eran geniales. Aury
era muy cuidadoso con los cultivos, y Edin era un gran cazador,
siempre traía más carne de la que Daisy y Bo podían utilizar. Wyn
era... bueno, Wyn hacía lo que Danny le decía que hiciera. Y Charlie y
Moth eran como un par de niños, generalmente envueltos el uno en el
otro hasta que Hunter le gritaba a Charlie que lo ayudara con algo.

Siempre me había gustado vivir en el campamento, pero ahora me


sentía mucho mejor. Como si todo hubiera encajado en su lugar. Como
si se supusiera que las bestias siempre estuvieran aquí con nosotros.
Especialmente mi bestia, mi gran y hermoso Gloam, que siempre fue
tan amable y paciente con todos, incluso con aquellos que habían sido
abiertamente hostiles con él antes de irse después de esa pelea con
Lilac sobre Seraph.

Buen viaje, pensé ferozmente mientras nos despedíamos de Lilac y


Seraph. Lilac ya estaba sentado en el regazo de Seraph en su nuevo
banco, sus ojos se arrugaron con una rara sonrisa mientras nos
saludaban antes de que Gloam y yo regresáramos al campamento
tomados de la mano.

Sabía que Gloam me haría cenar algo, así que mi plan era devorarlo en
nuestra habitación antes de atacarlo en la cama. Pero cuando
entramos al campamento desde la entrada del contenedor, Apolo
corrió desde la dirección de las cabinas de ducha, su largo cabello
rubio húmedo y las puntas goteando sobre su camisa.

—Una de las duchas dejó de funcionar mientras la estaba usando.— Él


se rio entre dientes, echando hacia atrás su cabello mojado. —
Afortunadamente, ya había enjuagado el champú.

—Ah, okey.— Eché un vistazo a las casetas de madera. —Iré a echar


un vistazo.

—Gracias Rig. Es la tercera— dijo agradecido, dándome una palmada


en el hombro antes de caminar hacia el bloque del motel.

Le sonreí a Gloam. —No debería tomarme mucho tiempo.

—¿Quieres que vaya a buscar tu cena para ti?— preguntó, alisando mi


cabello hacia atrás.

—No, está bien, la tomaré una vez que termine.— Me giré para
envolver mis brazos alrededor de su cintura, dándole un apretón
furtivo a su trasero. —Ve a esperarme a nuestra habitación.

Se rio entre dientes, inclinándose para besar mi frente, viendo que


estaba usando mi máscara. —Está bien, Revoltoso.

—¿Tal vez desnudo?— Agregué esperanzado.

Él sonrió. —Por supuesto.

Presioné un beso en su pecho y lo solté, ansioso por arreglar la ducha


para poder pasar la noche con mi bestia sin ser molestado. —Déjate
las botas puestas— dije mientras me dirigía hacia la barra para agarrar
mis herramientas, y lo escuché soltar otra risa retumbante detrás de
mí.

Arreglar la ducha tomó más tiempo de lo que esperaba, y cuando


finalmente corrí al restaurante para recoger mi cena, Bo me dijo con
tristeza que la trampilla de la cámara frigorífica en la parte de atrás
estaba atascada. Suspiré, pero sonreí, siguiéndolo para comprobarlo.
Me dio una palmada en el hombro y me dijo que me serviría una
porción extra grande de estofado, luego volvió adentro mientras yo me
metía en el viejo bar para recuperar mis herramientas, después de
haberlas guardado cuando arreglé la ducha.

Cuando terminé de arreglar la puerta, estaba un poco sudoroso, así


que decidí cenar rápidamente en el mostrador del restaurante antes
de agarrar mi toalla de nuestra habitación para darme una ducha.
Gloam aún no estaba desnudo, para mi disgusto, así que lo señalé con
un dedo severo antes de irme, diciéndole que era mejor que su trasero
desnudo estuviera listo para cuando regresara.

Usé la ducha que había arreglado para asegurarme de que funcionaba,


luego me volví a vestir rápidamente y me froté el cabello
vigorosamente con mi toalla húmeda, dejándolo en una maraña
salvaje de rizos. Prácticamente corrí por el campamento de regreso a
mi habitación para que nadie más pudiera detenerme y pedirme que
hiciera algo, y cuando irrumpí adentro, mi bestia estaba final y
gloriosamente desnuda y esperándome en la cama.

Le sonreí, tirando mi toalla al suelo y saltando en el lugar para


quitarme las botas y los calcetines. Estaba recostado contra la
cabecera, los muslos gruesos abiertos y la polla gorda ya medio dura,
completamente desnudo excepto por las botas y el arnés. Mis ojos lo
recorrieron con avidez mientras me quitaba la máscara y la camisa,
pero cuando comencé a hurgar en mis pantalones, me di cuenta de
que la habitación se veía diferente.

Encendió velas y las esparció por todas las superficies. Por lo general,
solo usábamos un par de linternas por la noche, pero esto era mucho
más suave y romántico. Mi vientre se tensó cuando finalmente luché
por quitarme los pantalones y la ropa interior, dejando toda mi ropa
amontonada junto a la puerta mientras me dirigía a la cama.

—¿Hiciste esto por mí?— Pregunté, tratando de no emocionarme


demasiado. Solo había encendido unas pocas velas, pero hizo que la
habitación pareciera mucho más íntima y especial.

—Trabajas tan duro para todos, Adam.— Gloam se levantó de la cama


para encontrarse conmigo, alisando mis rizos húmedos. —Quiero
cuidar de ti.

—Tú me cuidas.— Coloqué mis manos en sus caderas, mi pene ya se


endurecía al ver su gran cuerpo desnudo, especialmente cuando se
acercó y su pesada erección rozó mi vientre.

Él se rio entre dientes, bajando la cabeza para besarme. —Bueno, esta


noche te cuidaré muy bien. Muchas atenciones especiales.

Se me cortó la respiración, la polla se contrajo ansiosa. —Oh, ¿sí?

—Sí.— Después de otro beso, Gloam dio un paso atrás y asintió hacia
la cama. —Acuéstate boca abajo.

Oh, diablos, sí. No tenía idea de lo que había planeado, pero esa orden
fue suficiente para saber que sería realmente bueno. Excepto…

—¿Por qué no te subes a la cama primero?— Le sonreí con descaro. —


Tu trasero me ha estado distrayendo todo el día. Yo podría-
—Adam.— Gloam me dio una mirada severa que hizo que mi polla se
sacudiera. —Esta noche no debes hacer nada más que recostarte y
relajarte. Ahora, en la cama. Sobre tu vientre. Si no estás allí en los
próximos cinco segundos…

—Está bien— chillé, trepando a la cama mientras mi estómago se


sacudía con anticipación. Dios, amaba cuando se ponía severo y
autoritario.

Mi polla dura presionó contra el colchón mientras me acomodaba de


frente, haciendo que mis caderas se movieran. No podía quedarme
completamente quieto, moviéndome un poco, tratando de poner mis
brazos cómodos, acomodando mi mejilla en la almohada para mirar
hacia la pared antes de girar mi cabeza para intentar mirar a Gloam.

—Ojos cerrados—retumbó, lo que hizo que mi polla latiera contra la


cama.

—Está bien— murmuré de nuevo, colocando mis brazos debajo de la


almohada y cerrando los ojos.

Escuché atentamente mientras se movía por la habitación, teniendo


que cerrar los ojos con fuerza para no mirar. Mis pies se movieron, los
dedos de los pies se flexionaron con anticipación impaciente cuando lo
escuché sacar algo de un cajón antes de regresar a la cama. Sonaba
como si se hubiera quitado las botas, lo que me dio ganas de hacer un
puchero, pero decidí dejar que se saliera con la suya esta vez.

El colchón se hundió junto a mi pierna, y luego el gran peso de Gloam


se asentó sobre mi trasero mientras se sentaba a horcajadas sobre mí.
Escuché el clic de una tapa, el sonido resbaladizo de él frotándose
enérgicamente las manos aceitosas, y luego esas manos grandes
estaban acariciando mi espalda con un deslizamiento resbaladizo. Los
pulgares presionaron con firmeza, amasando cada lado de mi columna,
y prácticamente me derretí a través del colchón.

—¿Qué es eso?— Murmuré, finalmente quedándome quieto para poder


concentrarme en la sensación.

—Aceite para masajes.— La voz de Gloam era un murmullo bajo y


tranquilizador.— Le pregunté a Danny si Wyn podía conseguir un poco
en su último viaje a una de las ciudades.

Mis ojos casi se abrieron, pero sus manos se sentían demasiado bien.
Podía sentir todos los músculos de mi cara relajándose, mientras se
aflojaban.

—¿No te dio vergüenza preguntar?

Gloam se rio entre dientes. —No.

Esa era una de las cosas que encontraba tan sexys en él. Estaba tan
seguro de sí mismo y no le importaba lo que pensaran los demás. No
se avergonzaba de nada, especialmente cuando se trataba de
cuidarme o hacerme feliz. Como si eso fuera más importante que
cualquier otra cosa.

Traté de no obsesionarme con la imagen mental del Soul Eater


regresando al campamento y entregándole a mi bestia una botella de
aceite para masajes. En cambio, me concentré en las enormes manos
de Gloam mientras se deslizaban por mi espalda, antes de volver a
deslizarse para masajear mis hombros.

Gemí de felicidad, disfrutando del placer-dolor de él amasando todos


los nudos en mi espalda. Nunca antes había recibido un masaje, y,
Dios mío, era lo mejor que había sentido, especialmente cuando me lo
dio mi gran y hermosa bestia. Sus manos eran tan familiares en mi
piel, su cálido aroma apenas perceptible sobre la fresca fragancia del
aceite para masajes. Significaba que a pesar de que mi cuerpo se
estaba relajando y deshuesando lentamente, mi polla todavía estaba
tirante contra el colchón, sabiendo que el gran cuerpo desnudo de
Gloam estaba sentado encima de mí.

—Esto es increíble— murmuré en la almohada, luego gemí de nuevo


cuando Gloam amasó la parte de atrás de mi cuello.

Él se rio. —Creo que esto es lo más quieto que te he visto. Incluso


estás inquieto mientras duermes.

—Tal vez pueda darte un masaje después.— le dije, aunque la idea de


moverme en este momento estaba fuera de discusión.

—No.— Gloam apretó mis costados antes de hacer círculos con sus
pulgares sobre mi espalda baja en deslizamientos firmes. —No vas a
mover un dedo esta noche, Adam.

—No me molesta.— murmuré automáticamente. —Yo quiero hacerlo.

—Otra noche, Revoltoso.— Gloam se movió hacia atrás, separando


suavemente mis piernas para sentarse entre ellas. Apoyó un tobillo en
su muslo grueso y amasó la planta de mi pie, haciéndome temblar
antes de que la sensación de cosquillas se desvaneciera, reemplazada
por más felicidad relajada.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo relajado cuando él pasó sus dedos por


los dedos de mis pies, antes de deslizar sus palmas aceitosas por mi
tobillo para amasar mi pantorrilla. Lenta y metódicamente subió más
arriba, sobre la parte posterior de mi muslo hasta el pliegue de mi
trasero, antes de comenzar de nuevo con la otra pierna.

Mi polla estaba goteando sobre el colchón cuando vertió más aceite en


su palma y alisó sus grandes manos sobre mi trasero, pero estaba
demasiado débil para mover mis caderas. Sus pulgares empujaron
hacia arriba y luego hacia afuera, levantando mis mejillas y
abriéndolas, haciendo que mi agujero se contrajera cuando estaba
expuesto al aire cálido de la habitación.

Lo hizo una y otra vez, sus manos lentas y reverentes, pero luego me
mantuvo abierto con sus pulgares mientras se movía entre mis
piernas. Mi respiración se cortó cuando el calor húmedo de su lengua
se deslizó sobre mi agujero expuesto, sus colmillos simplemente
rasparon mi piel mientras lamía suavemente.

Un largo y prolongado gemido me dejó cuando giró su lengua antes de


colocar un tierno beso en el interior de mi nalga. Sus pulgares me
mantuvieron bien abierto, pero los amasó en pequeños círculos
mientras lamía una y otra vez, suave y lentamente, haciendo que el
placer creciera gradualmente, pero manteniendo mi cuerpo relajado y
libre de la tensión que él había trabajado tan duro para eliminar.

Gemí de nuevo cuando mis caderas comenzaron a levantarse,


empujándome más cerca de su boca. Gloam retumbó contra mí,
besando mi agujero antes de levantar la cabeza. Suavemente,
maniobró mis piernas hasta que estuve de rodillas, con el trasero en el
aire y mi pecho aún relajado contra la cama. Sentí que mi columna se
curvaba, hundiendo la parte superior de mi cuerpo más
profundamente en el colchón mientras él pasaba sus grandes manos
sobre mi trasero con amor.

—Tan hermoso— retumbó, su voz tan baja y profunda en la habitación


por lo demás tranquila. —No solo tu cuerpo y tu cara, Adam. Eres
hermoso por dentro. Eres la persona más maravillosa y desinteresada
que he conocido en mi larga vida.
Sonreí en la almohada, tratando de no ahogarme demasiado con sus
dulces palabras mientras susurraba: —Gracias.

—Estoy agradecido todos los días por poder estar contigo— continuó,
haciendo que me doliera la garganta. —Nunca podré mostrarte lo
suficiente lo mucho que significas para mí. No hay suficientes palabras
en todos los idiomas de ninguno de los dos mundos.

Mis ojos se pusieron calientes detrás de mis párpados cerrados, y me


pregunté si debería emocionarme tanto cuando mi trasero desnudo
estaba en el aire, todos mis bienes en exhibición. —Te amo— me
atraganté, queriendo estirarme hacia atrás y tomar su mano.

—Yo también te amo, Adam— dijo solemnemente, acariciando sus


manos por mis costados y de vuelta a la curva de mi trasero. —Ahora,
relájate y déjame cuidarte.

—Está bien— susurré, enterrando mi cara completamente en la


almohada cuando lo sentí levantar algo del colchón y escuché el clic de
otra tapa.

Mi polla todavía estaba dura como una roca mientras se me apretaba


entre las piernas, y se me escapó el aliento cuando la gran mano de
Gloam la envolvió suavemente y la inclinó hacia abajo para que
apuntara directamente al colchón. La yema de un dedo se deslizó
sobre mi agujero, la superficie resbaladiza más espesa y resbalosa que
el aceite para masajes, diciéndome que tal vez le había pedido a Wyn
que le comprara lubricante en la ciudad también.

Ni siquiera me importaba. No podía avergonzarme, no cuando estaba


rodeando mi entrada y acariciando mi polla con el puño suelto. Jadeé
cuando la punta de su dedo se hundió lentamente dentro, pero estaba
tan relajado que casi no hubo resistencia.
Su largo dedo encontró mi próstata con facilidad, haciéndome sacudir
con otro grito ahogado cuando mi pene se contrajo en su puño.
Empezó a deslizar su dedo dentro y fuera, laboriosamente lento, antes
de mantenerlo profundamente enterrado para acariciar mi próstata en
pequeños círculos.

—Nnngh.— Empecé a jadear en la almohada, la tela cada vez más


caliente y húmeda contra mi boca. Cuando comenzó a deslizar su dedo
dentro y fuera de mí otra vez, mis caderas se estiraron hacia atrás,
tratando de balancearse con el movimiento.

—Quieto, Adam.— Deslizó su dedo libre y acarició mi agujero, su otra


mano apretando suavemente mi pene.

Temblando ya, me obligué a quedarme quieto y esperé sin aliento


mientras Gloam no se movía durante largos momentos, excepto por la
punta de su dedo que me rodeaba lentamente. Luego lo deslizó
profundamente de nuevo, una vez más encontrando mi próstata y
acariciando con una suave presión.

Mi polla se sacudió en su puño. Sabía que estaba goteando por toda la


cama, especialmente cuando las yemas de los dedos de Gloam
bailaron sobre la punta de mi polla y se volvieron aún más resbaladizas
antes de deslizar mi líquido preseminal con el lubricante sobre mi
longitud.

Sus caricias eran firmes, pero agonizantemente lentas, el sonido


resbaladizo me provocaba gotas de sudor en la frente. Ninguna de sus
manos se aceleró, incluso cuando comencé a temblar con la necesidad
de correrme, mi cuerpo todavía extrañamente relajado y suelto a pesar
de que debería haberse tensado por las sensaciones.
Finalmente, hundió dos dedos dentro y continuó. Lo que parecieron
horas después, deslizó un tercero. Apenas hubo dolor por el
estiramiento, le estaba dando a mi cuerpo tanto tiempo para
adaptarse, hasta que sentí dolor por algo más grueso dentro de mí.
Gloam solía ser pasivo cuando teníamos sexo, lo que ambos
preferíamos, pero a veces me desesperaba por sentir su gorda polla
dentro de mí. Por lo general, necesitaba una buena cantidad de tiempo
para recuperarme después, gracias a ese bulto increíblemente grueso
en el medio de su eje.

Había pasado un tiempo desde que había sido pasivo, y ahora la


necesidad crecía dentro de mí, lenta y perezosamente. Quería que me
follara, pero por una vez, no tenía prisa por llegar allí. Lo que estaba
haciendo se sentía demasiado bien, a pesar de que me mantenía a
punto de correrme, nunca con la presión suficiente como para llevarme
al límite. Pero me gustó. Esta vez, no había nada de la tensión
frenética o rigidez en mis músculos mientras me hacía esperar. Tener
un orgasmo ni siquiera se sentía tan importante. Quería quedarme
aquí, al borde de eso, dejando que la cálida felicidad rodara por mi
cuerpo en una ola continua, sintiéndolo tocarme tan íntima y
cuidadosamente durante el mayor tiempo posible.

Ninguno de los dos había hablado durante mucho tiempo, los únicos
sonidos en la habitación eran mis respiraciones ásperas y
entrecortadas contra la almohada y las profundas y ligeramente
inestables de Gloam detrás de mí. Me imaginé su gran polla
tensándose entre sus gruesos muslos mientras me tocaba, y supe que
si me volteaba y deslizaba mi mano entre sus piernas, su agujero
estaría goteando. Pero no me moví, no queriendo renunciar a este
asombroso y lento placer que estaba infligiendo en mi cuerpo.
—¿Todavía relajado, amor?— retumbó con dulzura.

—Sí— respiré, un poco confundido de cómo estaba tan deshuesado y


suelto cuando mi polla estaba dura como una roca y esforzándose por
la necesidad de correrse. Pero mis hombros aún estaban relajados y
libres de tensión. Mis piernas casi se sentían como si estuvieran
flotando, a pesar de que me mantenía apoyado sobre mis rodillas.
Incluso los dedos de mis pies estaban relajados, hormigueando un
poco, y mi cabeza se sentía demasiado pesada para levantarla, no es
que tuviera prisa por moverme ni un centímetro.

Gloam deslizó sus dedos libres y los rodeó sobre mi agujero


ligeramente hinchado. La presión volvió cuando añadió un cuarto para
hundirse con cuidado en el interior, y el breve dolor hizo que todas las
sensaciones en la parte inferior de mi cuerpo se enfocaran
repentinamente.

Mi polla corcoveaba en su puño, goteando continuamente por la


presión constante contra mi próstata mientras la acariciaba con
firmeza. Mis testículos ya estaban subiendo7, pero los sentí apretarse
más cuando el orgasmo finalmente comenzó a aumentar. Fue un
crescendo lento, el calor acumulándose en la boca de mi estómago,
como si mi ombligo se contrajera mientras mi vientre temblaba. Mi
pulso latía en mis oídos, y solo podía escuchar débilmente mi
respiración irregular cada vez más rápida mientras la presión
constante contra mi próstata y alrededor de mi pene continuaba, sin
acelerarse, sin permitirme correr, al borde, en una fuerte sacudida.

Justo cuando mi polla comenzó a hincharse aún más fuerte en el puño


de Gloam, él me soltó, desviando todo el placer más profundamente
mientras mi polla se balanceaba hacia arriba para golpear contra mi
7
Por si acaso XD: síntoma que puede aparecer durante o cerca de la eyaculación.
vientre, arrojando líquido preseminal sobre mi pecho. Mi próstata se
sentía como si estuviera latiendo contra la punta de sus dedos, y luego
un gemido irregular y ahogado me abandonó mientras todo mi cuerpo
temblaba violentamente, la felicidad me invadía en oleadas pulsantes
que hacían que mis extremidades se entumecieran y mi cuero
cabelludo hormigueara.

No podía moverme cuando terminó, mi pecho de alguna manera se


hundió aún más en el colchón. Mis muslos temblaban salvajemente,
pero estaba demasiado suelto y cómodo para colapsar sobre mi frente.
Pero cuando Gloam metió la mano entre mis piernas para tirar de mi
polla hacia atrás, rozando con las yemas de los dedos hacia arriba y
hacia abajo, me di cuenta de que todavía estaba dura como una roca.
El impulso de correrme todavía estaba allí, pulsando a través de mi
longitud y manteniendo mis testículos apretados.

Gemí, casi cediendo al impulso de balancear mis caderas hacia abajo y


mover mi polla a través de su agarre suelto. Pero me las arreglé para
quedarme quieto, a pesar de que no estaba muy seguro de cómo
había logrado correrme, pero al mismo tiempo no lo había hecho.

Síguele el rollo. Él podría hacértelo de nuevo.

—¿Todo bien, Adam?— Gloam preguntó en voz baja, sus cuatro dedos
aún enterrados profundamente pero sin moverse, el pulgar de su otra
mano acariciando mi cabeza húmeda, haciéndome estremecer con
fuerza.

—Sí— susurré, mi cuerpo aún estaba suelto incluso cuando mi corazón


latía con fuerza.

—¿Otra vez?

—Sí— gruñí en la almohada. —Por favor.


Sucedió mucho más rápido esta vez, como si mi próstata todavía
estuviera preparada y con muchas ganas de funcionar. Me sacudió con
un puño suelto y lento, mi pene babeando sobre la cama, pero esta
vez sus dedos se movieron más rápido dentro de mí, rasgueando mi
próstata, haciéndome temblar salvajemente y jadear en la almohada.

Grité cuando esas mismas ondas ondulantes de felicidad me


invadieron, pero incluso cuando Gloam soltó mi polla de nuevo, siguió
acariciando mi próstata, haciendo que el placer creciera una vez más
en lugar de desvanecerse lentamente. Apenas me acordé de respirar,
hasta que Gloam deslizó su mano libre por mi muslo y me dijo en voz
baja que respirara profundamente por la nariz. Obedecí
automáticamente, estremeciéndome cuando mis inhalaciones lentas e
inestables parecían dejarme sentir cada gramo de placer incluso
cuando comenzaba a desvanecerse.

Esta vez, mis rodillas se sentían como si fueran a ceder, mi cuerpo


débil y sin huesos, pero mi polla aún se tambaleaba con la necesidad
de correrse. Antes de que pudiera colapsar, Gloam me giró
suavemente sobre mi espalda y colocó una mano cálida y firme sobre
mi vientre, diciéndome nuevamente que respirara profundamente.

Todavía estaba temblando. Mi agujero se apretó alrededor de la nada,


el culo se sentía vacío ahora que sus dedos se habían ido. Mis ojos se
sentían húmedos, la cara caliente y sonrojada. Cuando Gloam se
inclinó para presionar un tierno beso en mi eje, me sentí a una fracción
de segundo de estallar en todo mi estómago solo por ese ligero toque.

Se sentó y me sonrió, quitando la mano de mi vientre para alcanzar un


paño húmedo en la cama junto a las botellas de lubricante y aceite
para masajes. Se limpió las manos cuidadosamente, luego recogió el
aceite y vertió más en su mano antes de moverse hacia atrás para
levantar uno de mis pies sobre su muslo.

—¿Todavía relajado, amor?— preguntó mientras masajeaba la planta


de mi pie.

—Unngh.— No era capaz de formar palabras. Estaba demasiado


sensible por su toque como para sentir cosquillas; se sentía más como
si estuviera conectado de alguna manera directamente a mi pene, que
se tensaba contra mi bajo vientre, todavía goteando continuamente.

El impulso abrumador y alentador de correrme todavía estaba allí, pero


estaba enterrado más profundamente bajo capas de saciedad, una
cálida satisfacción, el vago deseo de que esto nunca terminara. Todas
mis extremidades estaban tiradas descuidadamente sobre la cama,
demasiado pesadas para siquiera considerar levantarlas. Seguí
respirando profundamente en mi vientre, no con mi pecho, porque me
hacía sentir lánguido y me permitía concentrarme completamente en
la sensación de las manos grandes y relajantes de Gloam alisando mi
espinilla, sobre mi rodilla y la parte delantera de mi muslo.

Lo repitió con la otra pierna, luego tomó más aceite y pasó las palmas
de las manos por mi vientre hasta mi pecho, acariciando mis pezones
puntiagudos con los pulgares resbaladizos durante largos momentos,
hasta que mi respiración se volvió irregular nuevamente.

—Gloam— grazné, extrañamente sintiendo que podría estallar en


lágrimas en cualquier momento y sin tener idea de por qué. Era solo...
tanto, pero al mismo tiempo no lo era. Me dejé hundir en él, sin tratar
de apresurarlo, sin rogarle que hundiera su polla dentro de mí, aunque
mi cuerpo se sintiera vacío. Me permití saborear el dolor perezoso del
deseo haciéndome temblar, haciendo que mi polla se tensara contra
mi vientre. Tanto mi cerebro como mi cuerpo sabían que él cuidaría de
mí, por lo que me mantuve tranquilo, suelto y relajado.

—Te tengo, Adam— me tranquilizó, masajeando mis hombros antes de


deslizar sus manos por mis brazos para frotar círculos en mis palmas y
cada dedo, hasta que cada parte de mi cuerpo, excepto una, se sintió
como si se hubiera vuelto líquido tibio.

—Es tan agradable— murmuré somnoliento, con la voz poco clara. Me


sentía borracho. ¿Por qué no hacíamos esto, así como, todo el tiempo?
¿Cada noche? Esto era mucho mejor que simplemente correr hacia la
línea de meta, rápido y frenético, el placer seguía siendo asombroso,
pero más como una única e intensa explosión; distinto a este lento y
perezoso ascenso de felicidad a través de todo mi cuerpo.

Gloam rio en voz baja, deslizando sus palmas arriba y abajo de mis
costados. Finalmente levanté mi pesada cabeza de la almohada para
mirar hacia abajo. La vista de mi piel brillante como el aceite brillando
a la luz de las velas, y mi pene tenso goteando sobre mi vientre, hizo
que mis caderas se levantaran mientras mi agujero se apretaba con
necesidad.

—Gloam— susurré de nuevo, queriendo alcanzarlo, pero mi brazo se


sentía demasiado pesado.

—No te preocupes, Adam.— Apoyó una mano en mi vientre,


extendiendo su pulgar para sobre mi punta, que goteaba. —Cuidaré de
ti.

Me estremecí y exhalé, las caderas se estiraron de nuevo cuando el


placer se agudizó y se reunió en mi polla tambaleante. Empecé a
temblar, convencido de que estaba a punto de explotar solo con su
pulgar trazando pequeños círculos sobre mi frenillo.
Mis caderas se levantaron, las piernas finalmente se movieron para
tratar de enroscarse alrededor de sus caderas para que no pudiera
escapar. Pero Gloam deslizó sus manos por mis muslos, animándolos
gentilmente a que se extendieran hacia abajo sobre el colchón.

—¿Quieres volver a ponerte boca abajo o quedarte así?— preguntó en


voz baja mientras alcanzaba el lubricante y deslizaba su dura polla.

Mi ritmo cardíaco aumentó cuando me di cuenta de lo que esto


significaba: que finalmente se iba a hundir dentro de mí. —Así— gruñí,
los dedos perezosos alcanzaron sus rodillas mientras él se movía más
cerca hasta que mis muslos estaban sobre los suyos.

Sonrió, moviéndose entre mis piernas para aplicar más lubricante


sobre mi agujero, hundiendo tres dedos brevemente dentro para
asegurarse de que todavía estaba lo suficientemente relajado. Luego
levantó suavemente mis piernas sobre sus hombros, inclinándose
hacia adelante hasta que mis rodillas encajaron cómodamente sobre
los músculos gruesos. No fue suficiente para causar ninguna tensión, a
pesar de que estaba cerca de ser doblado por la mitad. Mi trasero y mi
espalda baja se levantaron de la cama, pero toda la tensión había
desaparecido de mi cuerpo. Me sentí maleable. Líquido. Como si él
pudiera sujetar mis pies sobre mi cabeza en la almohada y yo todavía
sería un charco de viscosidad deshuesada.

—Exhala, Adam— gruñó con dulzura. —Lento y estable.

Sabía qué hacer, pero aun así asentí mientras mis ojos se cerraban.
Presionando, dejé escapar un largo suspiro y sentí la punta ancha y
roma de él presionar contra mi agujero antes de hundirme lentamente
dentro. Estaba lo suficientemente relajado como para que al principio
solo se sintiera increíble, pero luego su pene comenzó a ensancharse a
medida que ese bulto ridículamente grueso buscaba la entrada.

Dejé escapar otro suspiro tembloroso, deseando que mi cuerpo


mantuviera la calma incluso cuando mis dedos se apretaron en sus
rodillas.

—Casi allí, Revoltoso— susurró Gloam, besando el interior de mi muslo


mientras perforaba más profundo tan lentamente que casi parecía que
no se movía.

Me mordí el labio, mi agujero se tensó cuando la parte más ancha de él


se deslizó dentro, antes de dejar escapar un gemido gutural de alivio
mientras el resto de él entraba fácilmente.

—Lo hiciste muy bien, Adán— Gloam besó mi muslo interior de nuevo,
acariciando sus palmas arriba y abajo de mis piernas mientras su pene
latía dentro de mí, inmóvil. —Eres perfecto.

Abrí los ojos para darle una sonrisa somnolienta, murmurando: —Se
sintió más fácil esta vez.

Él devolvió la sonrisa, las pupilas alargadas reflejaron la luz de las


velas en la habitación. —Qué bien. ¿Necesitas un minuto?

Negué con la cabeza, los dedos de los pies curvándose detrás de sus
hombros mientras mi agujero se apretaba alrededor de su grueso eje.
—No, estoy bien.

Manteniendo la parte posterior de mis muslos plana contra su amplio


torso, lentamente tiró hacia atrás hasta que sentí ese bulto gordo
empujando contra mi agujero, antes de hundirse de nuevo dentro. Sus
embestidas eran cortas y superficiales, pero nada discordantes:
deslizamientos fáciles que mantenían una presión constante contra mi
próstata sensible, extrayendo más líquido preseminal de mi polla sin
tocar.

Mi respiración se aceleró, cada vez más irregular, pero incluso cuando


el orgasmo explosivo que había estado hirviendo a fuego lento bajo la
superficie todo este tiempo comenzó a levantarse, exigiendo atención,
me quedé suelto y relajado en la cama. Era como si él hubiera
arrancado todos los huesos de mi cuerpo y los hubiera reemplazado
con felicidad pura y nebulosa.

Gloam dejó escapar un gemido estremecedor mientras me follaba


lentamente, y el sonido de su placer hizo que mi polla se levantara de
mi vientre antes de volver a caer. Por lo general, hacía mucho más
ruido mientras estábamos follando, gimiendo y balbuceando
febrilmente sobre lo bien que se sentía, pero todo lo que se me
escapaba eran respiraciones jadeantes, incluso los músculos de mi
garganta estaban demasiado relajados para tensarse con gemidos o
palabras.

Finalmente soltó mis piernas para inclinarse hacia adelante y


descansar sus manos en la cama a cada lado de mí, sus gruesos
bíceps manteniendo firmes mis muslos para que no se deslizaran de
sus hombros. Sus embestidas lentas se hicieron más largas, las
caderas rodando hacia adelante y tensando los músculos de su
estómago en una exhibición gloriosa que me hizo estremecerme. Podía
sentir su pene retroceder hasta que casi la parte más ancha se
deslizaba hacia afuera, pero no hubo dolor en absoluto. Volvió a gemir,
aún más inestable esta vez, su gran cuerpo se estremeció mientras su
áspera frente se fruncía de placer.

Agarré sus antebrazos fibrosos, diminutos gemidos dejándome ahora


cuando él transfirió su peso a un brazo y llevó el otro alrededor de mi
muslo para acariciar mi polla en tirones drogados que coincidían con la
velocidad de sus caderas de movimiento lento. Estaba caliente y
sonrojado por todas partes, mi piel estaba resbaladiza y brillaba con
aceite a la luz de las velas. El orgasmo comenzó a caer sobre mí con
velocidad, haciendo que mi pecho se agitara mientras mi respiración
se volvía entrecortada e inestable.

Mi polla se puso agonizantemente rígida en su gran puño, palpitando


mientras el semen hervía en toda su longitud. Mi cuerpo entero
comenzó a temblar cuando la presión finalmente se rompió, un grito
ronco me dejó mientras el semen caliente brotaba sobre mi estómago
tembloroso en gruesas líneas. Mi próstata latía contra la polla de
Gloam, extrayendo el placer mientras mis muslos temblaban contra su
pecho.

Las caderas de Gloam tartamudearon, mi nombre lo dejó con una


exhalación temblorosa. Hundió su polla lo más profundo que pudo, el
oleaje en el eje palpitaba mientras se estremecía sobre mí, los ojos se
cerraban y la boca se aflojaba mientras se corría.

Nuestras respiraciones entrecortadas llenaron la habitación mientras


una lánguida saciedad se apoderaba de mí como una cálida manta.
Todavía estaba temblando por las réplicas, especialmente cuando
Gloam se retiró lentamente y la punta de su polla se deslizó contra mi
próstata hipersensibilizada mientras su grandeza se deslizaba.

Se movió hacia atrás hasta que nuestras caras estuvieron niveladas y


se apoyó en sus codos, sus bíceps abultados mientras bajaba la cabeza
para besar mi boca temblorosa. —¿Estás bien, mi amor?

Apenas podía encontrar la energía para devolverle el beso. —Mi


cerebro ha dejado de funcionar.— murmuré.
Él se rio entre dientes, presionando sus labios en mi mejilla. —Sería la
primera vez.

Finalmente encontré la fuerza para girar mi cabeza y besarlo,


deslizando mi lengua dentro para deslizarme contra la suya. —No creo
que tenga las habilidades para hacerte eso.

Resopló, moviéndose para sujetar una de mis muñecas y llevar mi


mano a su rostro. Besó mi palma dulcemente. —Estas manos
inteligentes son capaces de hacerme todo eso y más. Pero no es
necesario, Adam. Me traes tanto placer con solo estar cerca de mí.

Mi cerebro finalmente comenzó a reiniciarse, permitiéndome dejar


escapar un débil resoplido. —De ninguna manera. ¿Sabes lo que le
acabas de hacer a mi cuerpo?

Se rio entre dientes, besando mi palma de nuevo antes de presionarla


contra su mejilla. —Tengo una idea. Me alegro que hayas disfrutado.

—Yo ni siquiera…— Tragué saliva, mi garganta estaba seca. —Eso fue


lo mejor que he sentido en mi vida.

Él sonrió, colmillos asomándose y haciendo que mi pecho se tensara.


—Bueno. Me haces sentir así todos los días.

Sonriendo soñolientamente, acaricié su pómulo con mi pulgar. —Te


amo.

—Yo también te amo, Revoltoso.— Girando la cabeza para dejar un


último beso en mi palma, se sentó y alcanzó el paño húmedo.

Me estremecí cuando el aire fresco reemplazó el calor de su gran


cuerpo, luego me estremecí de nuevo cuando limpió con cuidado el
desorden en mi estómago antes de sumergir el paño entre mis piernas
para limpiar mi agujero. Finalmente, limpió su polla antes de dejar caer
el paño y las botellas de lubricante y aceite en el piso, luego nos cubrió
con las cobijas mientras se acostaba a mi lado.

—Las sábanas están todas aceitosas— murmuré, ya medio dormido.

—Nos preocuparemos por las sábanas por la mañana, Revoltoso.—


Giró suavemente mi cuerpo deshuesado de lado y se acurrucó a mi
alrededor por detrás, envolviéndome en su calor y olor.

Gemí de felicidad, relajándome más profundamente bajo las sábanas.


Presionó un beso en la parte posterior de mi cabeza, luego otro en la
curva de mi hombro, manteniendo sus labios y nariz allí mientras
inhalaba profundamente. Su brazo se deslizó debajo del mío para
cubrir mi vientre y mi pecho, manteniéndome inmovilizado cerca. Me
quedaba suficiente conciencia para enredar mis dedos con los suyos,
directamente sobre mi corazón, antes de caer en un sueño profundo,
más contento que nunca en mi vida.

Derechos de autor 2022 por Lily Mayne

Reservados todos los derechos.

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