Está en la página 1de 2

Beatriz Galindo, escritora española, conocida sobre todo por su fama de mujer culta, maestra

de latín y gramática de la reina Isabel la Católica.

Debido a su fama de humanista, preocupada por las letras, y profunda conocedora de la


lengua latina, se la conoció con el sobrenombre de “La Latina”.

Beatriz Galindo nació en Salamanca, en el año 1465. Sus padres eran hidalgos, habían sido
acaudalados, pero habían venido a menos.

Desde su más tierna infancia, Beatriz sobresalió por su inteligencia y afición a la lectura.
Ello hizo posible que le permitieran recibir clases de gramática en una de las academias de la
Universidad de Salamanca.
Muy pronto demostró gran interés por el latín. A los quince años, además de leer los textos
clásicos, hablaba y escribía latín con gran corrección y fluidez.
También dominaba el griego. Le encantaba leer y comentar los escritos de Aristóteles, el
gran filósofo griego.
Beatriz Galindo formó parte de un pequeño grupo de mujeres educadas desde su infancia en
las lenguas clásicas, latín y griego.
A estas jóvenes excepcionales se las instruía con todo el saber del humanismo, exceptuando
la retórica, que se suponía propia de los varones, ya que los preparaba para la política.

Entre estas mujeres, se encontraban Luisa Medrano (1484-1527), primera profesora de la


universidad de Salamanca; Francisca Nebrija, hija de Antonio de Nebrija, que colaboró con
su padre en la Gramática castellana y le sucedió en la cátedra de retórica en la universidad de
Alcalá de Henares.

ESTUDIÓ EN LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA


No todo fue un camino de rosas para Beatriz Galindo en la universidad. No era nada normal
que una joven asistiera a clases junto con los otros alumnos.
La cantidad de dificultades que encontró Beatriz Galindo, son difíciles de imaginar en el
siglo XXI; sólo pudo superarlas gracias a sus excepcionales cualidades y a la admiración que
despertaba en quienes la conocían.
La fama de la inteligencia y cultura de Beatriz Galindo se extendió primero por Salamanca y
después por todo el reino.

LLAMADA A LA CORTE DE LOS REYES CATÓLICOS


Cuando cumplió 21 años, en 1486, su familia estaba resignada a ingresarla en un convento
como monja, según era la costumbre.
La reina Isabel de Castilla  estaba deseando aprender latín. Habiéndose informado acerca de
esta joven talentosa y alegre, decidió llamarla a la Corte para que fuera su profesora.
También encomendó a Beatriz Galindo el trabajo de ser la preceptora de sus hijos: Isabel,
Juan y Juana. Su cuarta hija, Catalina, sólo tenía 1 año cuando Beatriz llegó a la corte.
La joven Beatriz Galindo pasó a formar parte de la nueva nobleza que iba a rodear a los
Reyes Católicos. Este grupo apoyó desde el principio a Isabel de Castilla.
Su presencia en la Corte no se limitó únicamente a sus labores como preceptora. La reina
tenía en muy alta estima los consejos y opiniones de la joven maestra. Tuvo una larga
amistad con la Reina Isabel, a la que sirvió con fidelidad.
SE CASÓ CON FRANCISCO RAMÍREZ
Nacido en Madrid, Francisco Ramírez era de familia de hidalgos no muy adinerados. Se
había casado en primeras nupcias con Isabel de Oviedo, de la que tuvo varios hijos.
Desde el primer momento, Ramírez fue fiel a la Reina. En 1476 había participado con 100
jinetes en la batalla de Toro.
Este triunfo fue decisivo para que Isabel se ganara el trono de Castilla. La Reina lo premió
con el nombramiento de «alcayde» de los Alcázares de Sevilla.
Ramírez fue armado caballero; en diciembre de 1487, los Reyes Católicos le otorgaron el
nombramiento de Secretario del Consejo del Rey en Madrid.
En la guerra de Granada, Francisco Ramírez, tuvo una intervención decisiva como capitán de
artillería.
En 1491, la reina Isabel decidió casarlo en segundas nupcias con Beatriz Galindo. Ella
recibió 500.000 maravedís como regalo de boda de la reina Isabel, que no estaba dispuesta a
permitir que Beatriz abandonara la Corte.
Francisco Ramírez y Beatriz Galindo, tuvieron dos hijos: Fernando y Nuflo.
El primogénito de Beatriz fue apadrinado por Fernando el Católico, al que impuso su
nombre, y fue paje del príncipe don Juan.
Su otro hijo varón se llamó Nuflo pues su padre era muy devoto de este santo, que le había
salvado la vida en alguna ocasión en la lucha con los musulmanes granadinos.
Isabel, reina de Castilla, se había rodeado de mujeres que pudieran colaborar en su proyecto
humanístico, para adecuar la sociedad española a los principios políticos y sociales que se
preconizaban en el Renacimiento. Este grupo de mujeres es conocido como puellae doctae.
Entre estas mujeres cultas e inteligentes estaban: María Pacheco, mujer del hidalgo Juan de
Padilla; Ana Cervatón, dama de honor de la reina Germana de Foix; Juana Contreras, Ángela
Carlet e Isabel Vergara.
Beatriz Galindo destacó  no sólo por su inteligencia, conocimiento de latín y de los escritos
de Aristóteles, sino sobre todo como impulsora de fundaciones benéfico-religiosas en
Madrid.
Aunque, después de su matrimonio, Beatriz estaba la mayor parte del tiempo en la Corte, en
algunas ocasiones debía residir en Madrid, puesto que su marido era regidor de esta villa y
debía ocuparse de los intereses que ahí tenía.
Beatriz Galindo y Francisco Ramírez decidieron fundar en Madrid, dos conventos de monjas
y un hospital de beneficencia.
La creación de estos conventos era una necesidad para aquellas jóvenes nobles que no
encontraban matrimonio o que buscaban un lugar en donde desarrollar sus aptitudes
intelectuales, lo que no les estaba permitido por ser mujeres.

También podría gustarte