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¿Qué es el ecofeminismo?
Alicia H. Puleo
Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid
A
ntes de que se hablara de “ecofeminismo”, la escrito-
ra sueca Elin Wägner puso en contacto la emancipa-
ción de las mujeres con el pacifismo y la ecología1 en
los años cuarenta del siglo XX. El término “ecofeminismo”
fue utilizado por primera vez por la feminista anarquista
francesa Françoise d’Eaubonne2. D’Eaubonne, hija de una
exiliada española, vinculaba la preocupación ecológica
por la superpoblación del planeta con las demandas fe-
ministas de derecho sobre el propio cuerpo.
“
hombres. Tampoco fue visto nes de espacio, no puedo re-
con buenos ojos el ecofemi- ferirme a sus diferencias con-
nismo espiritualista de corte ceptuales que ya he tratado
popular que, a través del cul- La ecología ha en otros textos (ver Puleo
to a la Diosa, ha propugnado 2005). Señalaré, sin embargo,
el panteísmo o reconocimien- abierto nuevas que es necesario distinguirlas
to del carácter sagrado de la temáticas en el del “ambientalismo feminis-
Naturaleza. Marcado por esta ta”, posición que se reduce a
primera plasmación, el ecofe-
feminismo, pero una simple voluntad de ges-
minismo fue desestimado y también los tionar mejor los recursos na-
todavía hoy se conoce poco análisis teóricos turales atendiendo a las nece-
su desarrollo posterior. sidades del colectivo femeni-
en clave no y sin una reflexión en pro-
Diferentes corrientes feminista fundidad que cuestione el do-
Actualmente existen dife- minio humano sobre la Natu-
rentes corrientes de teoría
constituyen raleza.
ecofeminista. Las más recien- aportaciones Una de las corrientes eco-
tes, de carácter deconstructi- enriquecedoras al feministas más conocidas es
vo, suelen autodenominarse la creada por Vandana Shiva,
“feminismo ecológico” para pensamiento filósofa altermundialista ori-
distinguirse de las preceden- ecologista ginaria de la India, y la soció-
tes. En estas líneas, aplico los loga alemana María Mies. Am-
”
ción en Física Nuclear, acuñó
el concepto de mal desarrollo Cultura
para referirse a la exporta- Las teorías ecofeministas
ción interesada hacia países constructivistas no identifi-
del Sur de formas de produc- can a las mujeres con la Natu-
ción destructivas de la biodi- raleza, sino que subrayan que
versidad, centradas en el mer- tanto mujeres como hombres
cado y generadoras de graves somos Naturaleza y Cultura.
desequilibrios sociales. A tra- Por ello, proceden a una revi-
vés de sus libros hemos podi- sión crítica de una serie de
do conocer al movimiento dualismos que subyacen a la
Chipko. Este movimiento de persistencia de la desigualdad
mujeres rurales del Himalaya entre los sexos y a la actual
surgió como una defensa de crisis ecológica. Su análisis
los bosques comunales en de las oposiciones naturale-
nombre del principio femeni- za/cultura, mujer/varón, ani-
no de la Naturaleza y de la no- mal/humano, sentimiento/ra-
ción de satyagraha (fuerza zón, materia/espíritu, cuer-
de la verdad) y resistencia no po/alma ha mostrado el fun-
violenta de Gandhi. Durante cionamiento de una jerarqui-
meses, sus activistas se abra- zación que desvaloriza a las
zaron a los árboles y monta- mujeres, a la Naturaleza, a los
ron guardia para impedir que animales, a los sentimientos y
los talaran. Este exitoso mo- a lo corporal, al tiempo que
vimiento amplió más tarde su identifica al varón con la ra-
acción a la lucha contra la zón y la cultura. El dominio
violencia de género y a favor tecnológico del mundo sería
de la participación política de el último avatar de este pen-
las mujeres. samiento antropocéntrico
También en América Lati- (que sólo otorga valor a lo hu-
na existen pensadoras y gru- mano) y androcéntrico (que
pos de mujeres ecofeministas. tiene por paradigma de lo hu-
Cabe destacar la preocupa- mano a lo masculino tal como
ción de la teóloga brasileña se ha construido social e his-
Ivone Gebara (Gebara, 2000) tóricamente por exclusión de
por los efectos de la destruc- las mujeres). Incorporando
ción medioambiental en las las aportaciones del pensa-
mujeres pobres y sus hijos, los miento de Carol Gilligan y de
pueblos indígenas y los anima- otras teóricas de la ética del
les silvestres. La red de pensa- cuidado, se muestra que el
miento latinoamericano eco- desprecio de ciertos valores
feminista Con-spirando (jue- (empatía, cuidado…), relega-
go de palabras entre “conspi- dos a la esfera feminizada de
rando” y “respirando juntas”) lo doméstico, ha conducido a
reúne grupos de Perú, Bolivia, la humanidad a una carrera
Costa Rica, Bolivia, Venezue- suicida de enfrentamientos