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Historia de Cartago

El estudio de la historia de Cartago es a menudo


considerado como problemático. Debido a su
sometimiento por los romanos tras el fin de la tercera
guerra púnica, han sobrevivido muy pocas fuentes
históricas primarias. Se han preservado unas cuantas
traducciones antiguas de textos púnicos al griego y al
latín, así como inscripciones en monumentos y
edificios en África del Norte;1 ​ sin embargo, la
mayoría de fuentes primarias sobre la civilización
cartaginesa fue escrita por historiadores griegos y
Extensión del territorio cartaginés antes de la
romanos, tales como Tito Livio, Polibio, Apiano,
primera guerra púnica.
Cornelio Nepote, Silio Itálico, Plutarco, Dion Casio y
Heródoto. Estos autores provenían de culturas que
fueron casi siempre rivales de Cartago. Los griegos
disputaron con Cartago la supremacía en Sicilia2 ​ y los romanos entraron en guerra contra la ciudad.3 ​
Inevitablemente, los registros de Cartago escritos por extranjeros incluyen un sesgo significativo. No
obstante, excavaciones arqueológicas recientes han proveído fuentes primarias más fiables. Algunos de
estos descubrimientos contradicen o confirman aspectos de la visión tradicional de Cartago creada por los
autores antiguos, pero mucho del material descubierto sigue siendo ambiguo.

Como todas las factorías fenicias, Cartago debía entregar un tributo a Tiro, como signo de fidelidad; sin
embargo, el declive de Tiro frente al progreso de los griegos incitó a los cartagineses a independizarse
durante el curso de la segunda mitad del siglo VII a. C. Un siglo y medio después de la fundación de la
ciudad, los cartagineses se instalaron en las islas Baleares, luego dominaron la parte occidental de Sicilia, el
sur de Cerdeña y, en alianza con los etruscos, repelieron a los griegos fuera de Córcega. De esta manera,
controlaron la totalidad del comercio y de la navegación en el Mediterráneo occidental y poseyeron
numerosos territorios tanto al interior como al exterior de África: Mauritania, Numidia, Iberia, el sur de la
Galia[cita requerida], Sicilia, Cerdeña y el sur de Italia.

Antes de la primera guerra púnica, Cartago contaba con un territorio de alrededor de 73.000
km²[cita requerida] y una población de cerca de 4 millones de habitantes[cita requerida]. Como en el caso de
Roma, su mayor enemiga, el nombre de la ciudad englobaba todos los territorios sometidos bajo su
jurisdicción.

Índice
Antecedentes
Extensión del asentamiento fenicio
Fundación
Leyendas sobre la fundación de Cartago
Expansión y hegemonía
Caracteres del espacio púnico-fenicio del Mediterráneo occidental
Colonias
Colonización de Cerdeña
Colonización de Malta
Posesiones cartaginesas en Sicilia
Posesiones en España continental
Colonización de Ibiza
Expansión en África
Primeras rivalidades y tratados
Rivalidad con los focenses
Tratados con Roma
Guerras contra los griegos
Guerras sicilianas
Primera guerra siciliana
Segunda guerra siciliana
Tercera guerra siciliana
Guerra de Pirro
Guerras púnicas
Primera guerra púnica (264-241 a. C.)
Primera entreguerra (241-218 a. C.)
La Guerra de los mercenarios
La Hispania bárcida
Segunda guerra púnica (218-202 a. C.)
Tercera guerra púnica. Destrucción de Cartago
Cartago romana
Siglo vándalo
Cartago bizantina
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Antecedentes
Cartago fue uno de varios asentamientos fenicios en el Mediterráneo occidental que fueron creados para
facilitar el comercio de las ciudades de Sidón, Tiro y otras de Fenicia que estaban situadas en la costa de lo
que actualmente es Siria, Líbano e Israel. En el siglo X a. C., la franja costera del Mediterráneo oriental
estaba habitada por varias poblaciones semitas, quienes habían creado florecientes civilizaciones. El pueblo
que habitaba el actual Líbano llamaba su lengua canaanita, pero fueron llamados "fenicios" por los griegos.
El idioma fenicio era muy cercano al antiguo hebreo a tal grado que este último era a menudo utilizado
como ayuda para la traducción de inscripciones fenicias.

Las ciudades fenicias eran muy dependientes del comercio, tanto terrestre como marítimo, y sus ciudades
contaban con varios de los puertos más importantes del área. Los fenicios establecieron numerosas ciudades
coloniales a lo largo de las costas del Mediterráneo (desde Iberia hasta el Mar Negro), con la finalidad de
proveer un lugar de descanso para sus flotas mercantes, mantener un monopolio fenicio sobre un recurso
natural de un área o para comerciar por su cuenta. Fueron estimulados a fundar ciudades por una necesidad
de revitalizar el comercio para pagar el tributo extraído a Tiro, Sidón y Biblos por una sucesión de imperios
que los gobernaron y, más tarde, por temor de una total colonización griega de esa parte del Mediterráneo.
La colonización fenicia inicial tuvo lugar durante una época cuando otros gobiernos vecinos (griegos,
hititas, cretenses) estaban pasando por una "Edad Oscura", quizás después de la llegada de los pueblos del
mar.

Extensión del asentamiento fenicio

La ciudad más importante de los fenicios era Tiro, la cual estableció una serie de puestos de comercio
alrededor del Mediterráneo. Con el tiempo, los fenicios establecieron 300 colonias en Túnez, Marruecos,
Argelia, España y, en menor medida, en la costa árida de Libia. Más tarde, Cartago y varios otros
asentamientos se convirtieron en ciudades por derecho propio. Los fenicios carecían de población o
necesidad de establecer ciudades autosuficientes fuera de su territorio y la mayoría de las ciudades tenía
menos de 1000 habitantes; sin embargo, Cartago y unas cuantas otras ciudades se convirtieron en grandes
ciudades autosuficientes e independientes. Los fenicios controlaban Chipre, Cerdeña, Córcega y las islas
Baleares, así como posesiones menores en Creta y Sicilia, teniendo por estos últimos asentamientos un
conflicto permanente con los griegos. Los fenicios lograron controlar toda Sicilia por un tiempo limitado,
pero este control se circunscribió sólo a la costa.

Las primeras colonias fenicias fueron fundadas para explotar la riqueza mineral de Iberia, a lo largo de la
costa africana, en Sicilia, Cerdeña y las islas Baleares. El centro del mundo fenicio, Tiro, servía como
centro económico y político, aunque el poder de esta ciudad disminuyó tras varios asedios y su posterior
destrucción por Alejandro Magno. El liderazgo fue asumido por Sidón y, finalmente por Cartago. Cada
colonia pagaba tributo sea a Tiro o a Sidón, pero ninguna de estas ciudades tenía un control real sobre las
colonias. Esta situación cambió con el ascenso de Cartago, dado que los cartagineses nombraron a sus
propios magistrados para gobernar los pueblos y retuvieron un gran control directo sobre las colonias. Esta
política tuvo como resultado que muchas de las colonias ibéricas tomaran partido por los romanos durante
las guerras púnicas.

Fundación
Cartago fue fundada por colonos fenicios de la ciudad de Tiro, que trajeron consigo la deidad tutelar de
Melkart. El historiador romano Apiano fecha la fundación de Cartago 50 años antes de la Guerra de Troya
(esto es, entre 1244 y 1234 a. C., según la cronología de Eratóstenes). El poeta romano Virgilio creía que la
fundación de la ciudad coincidió con el fin de la Guerra de Troya; sin embargo, dejando de lado las
leyendas sobre la fundación y estableciéndonos en tiempo histórico, es más probable que la ciudad fuera
fundada en algún momento entre 846 y 813 a. C.4 ​

Leyendas sobre la fundación de Cartago

Según la tradición, la ciudad fue fundada por la reina Dido (o Elisa o Elissar), quien dejó Tiro luego del
asesinato de su esposo. Un crimen que perpetró su hermano menor, el rey de Tiro, en un intento por
reforzar su propio poder. Varios mitos de la fundación han sobrevivido por medio de la literatura griega y
latina (véase Birsa, por ejemplo).

Expansión y hegemonía
Arqueólogos e historiadores tienen dificultades en distinguir entre lo relativo a fenicios y púnicos en los
lugares de dominio fenicio-púnico de ocupación más antigua, en particular, en el norte de África;5 ​ esta
distinción era igualmente difícil para los contemporáneos del siglo VII a. C..6 ​La especificación de Cartago
se hace, sobre todo, a partir de los siglos VI a. C. y V a. C..7 8​ ​

Caracteres del espacio púnico-fenicio del Mediterráneo occidental

El imperio púnico que se formó se considera como una confederación de colonias preexistentes, dirigida
por la más poderosa de ellas, en el momento del declive de la ciudad fundadora de Tiro. Cartago se habría
encargado de asegurar la seguridad colectiva y la política exterior y comercial de esta comunidad.

La ausencia de fuentes escritas entre la fundación de la ciudad y la segunda mitad del siglo VI a. C.5 ​lleva
a una dependencia de las fuentes arqueológicas, difíciles de interpretar. La cuestión del imperialismo de
Cartago ha sido objeto de apasionados debates. Ciertos historiadores, como Yann Le Bohec afirman su
existencia, aunque haya conocido un periodo de ralentización.9 ​ El control cartaginés de las ciudades
fenicias de la cuenca del Mediterráneo occidental se data en el siglo VI a. C.,10 ​ aunque los diferentes
componentes del espacio púnico parecen haber tenido una gran autonomía, particularmente en términos de
política comercial.11 ​ Las posesiones africanas de Cartago habrían vivido particularmente mal la
explotación de mano de obra con fines agrícolas, ya que las fuentes se hacen eco de revueltas brutales.12
Los episodios referentes a Cerdeña evocan igualmente un rechazo al poder púnico.

A pesar de su poder, el espacio púnico aparece, en la víspera de las guerras púnicas, como falto de
coherencia geográfica y cierta debilidad territorial, además de depender de un ejército mercenario de
fidelidad aleatoria.13 ​

Colonias

Colonización de Cerdeña

Las primeras instalaciones fenicias de Cerdeña se fechan a finales del


siglo IX a. C.14 ​como testimonia la estela de Nora. Las relaciones con
los sardos de cultura nurágica fueron difíciles a veces, en particular en
lo concerniente a la integración de elementos culturales exógenos.15 ​
Sin embargo, la elección de los lugares de instalación en la isla por los
colonizadores siguieron los pasos de sus precursores.16 ​ Por su parte,
la implantación cartaginesa se fecha a finales del siglo VI a. C., en
particular, la toma de posesión del sitio de Monte Sirai17 ​que refleja la
importación de modelos de fortificaciones orientales.16 ​

La isla fue el buque insignia de los fenicios desde finales del siglo IX
a. C.. Sin embargo, a mediados del siglo VI a. C., vio la derrota de
Malco ante la población indígena.18 ​ La victoria de Alalia confirmó la
implantación cartaginesa en la isla, que se benefició de los tratados
entre Roma y Cartago, y el acceso a Córcega.19 ​

Entre los siglo V a. C. y III a. C., los cartagineses erigieron una serie
de fortificaciones, que permitieron la conquista completa de la isla.20 ​
21 ​ Los descubrimientos arqueológicos «  revelan una homogeneidad Mapa de la antigua Cerdeña, con
la localización de sus distintos
ocupantes.
cultural » por todo el territorio sardo,22 ​ lo que indica la fuerza de la implantación púnica, salvo en la parte
Norte-Este, dejada sin duda voluntariamente a la población original.23 ​

Colonización de Malta

El archipiélago de Malta ha conocido una antigua civilización desde el Calcolítico.24 ​ Con el declive de
Fenicia bajo los golpes de asirios y babilonios, pasó bajo control de Cartago en 480 a. C.. Fue entonces una
colonia importante para la lucha que los cartagineses emprendieron contra los griegos, y luego contra los
romanos.

Según Jacques Godechot, es probable que el archipiélago tuviera un papel importante en el comercio con
las islas británicas y las de Cabo Verde, como depósito de mercancías y astillero.25 ​ Les huellas de
instalación fenicia se remontan al siglo VIII a. C., con la presencia de necrópolis.26 ​La cohabitación con la
población original es igualmente visible en los templos, como el de Tas Silg.27 ​

Posesiones cartaginesas en Sicilia

Por su parte, Sicilia fue frecuentada por los fenicios desde los siglos
XII a. C.-XI a. C..28 ​ La instalación fenicia en los centros urbanos,
después de una fase de pre-colonización, se fecha en la segunda
mitad del siglo VIII a. C.29 ​ o del siglo VII a. C., al menos, en el
sitio de Motyé.14 ​

La presencia púnica tenía una finalidad comercial, antes que de


ambición territorial, aunque se han encontrado indicios de actividad
industrial. Además, las posesiones púnicas no se organizaron de
Reconstrucción de un navío
manera centralizada.30 ​ abandonando el cothon de Motyé

La situación de Sicilia es compleja: griegos y cartagineses se


disputan la posesión desde el siglo V a. C..31 ​ Sin embargo, las relaciones entre ellos, a menudo fueron
positivas.30 ​ Tucídides menciona una disminución de las colonias cartaginesas en varios puntos, incluida
Motyé, en el momento de la llegada de los griegos; esta ciudad había sido fundada en el siglo VI a. C.,
antes de la empresa cartaginesa, al oeste de la isla.32 ​

Posesiones en España continental

La España actual fue afectada por la colonización fenicia de modo precoz; la fundación de Gades, «  la
colonia fenicia más importante de occidente » para María Eugenia Aubet, está fechada, según la tradición
literaria (especialmente, Veleyo Patérculo) en 1100 a. C..33 ​ La arqueología demuestra una presencia
oriental importante en Andalucía oriental alrededor de los años 750 a. C.-550 a. C.,34 ​ con apogeo en el
siglo VII a. C..35 ​ La población de la antigua civilización de Tartessos se mezcló con los fenicios en los
siglos VIII a. C. y VII a. C., en un movimiento de aculturación, calificada como orientalizante, tanto en lo
material como en lo social.36 ​

La colonización tenía como finalidad el acercamiento a las minas, como las de plata, para aumentar la
prosperidad fenicia.37 ​ El templo principal de Gades, consagrado a Melqart jugó un papel, no solamente
religioso, sino también económico, durante toda la Antigüedad.38 ​Los establecimientos fenicios de España
conocieron una crisis en el siglo VI a. C.,39 ​ seguida por el periodo púnico (siglos VI a. C.-III a. C.),
caracterizado por las aportaciones culturales de Cartago, religiosas,
y también urbanas.40 ​Tras una intervención en el siglo VI a. C., los
cartagineses se asentaron en España, en el contexto de la
concurrencia con los foceos de Massalia. En época púnica, Gadir
conserva lazos con Tiro.41 ​ La toma de posesión es sistemática a
partir del siglo III a. C., con la familia Bárcida.42 ​

Tesoro de El Carambolo, testimonio Colonización de Ibiza


del movimiento orientalizante del
encuentro entre fenicios y la Ibiza posee una situación
civilización de Tartessos, (siglo VII privilegiada para el comercio
a. C.) Museo Arqueológico Nacional hacia el nordeste del
(España) Mediterráneo, y por la calidad
portuaria de su bahía.43 ​
Deshabitada en principio, la
instalación de una colonia de Gadir tuvo lugar en el siglo VII a. C..44 ​

Según Diodoro de Sicilia, fue tomada en 654 a. C. por Cartago, lo que la


haría colonia propiamente púnica, pero la cuestión no está resuelta por los
descubrimientos arqueológicos. La importante necrópolis de Puig des
Molins puede pertenecer, tanto al mundo fenicio, como al púnico.10 ​
María Eugenia Aubet considera por su parte que la isla no se integra al
espacio púnico hasta la segunda mitad del siglo VI a. C..45 ​ La
identificación es también problemática por el hecho de la naturaleza
funeraria de la documentación arqueológica.
Huevo de avestruz pintado,
Ibiza y las Baleares proporcionan una unidad de élite al ejército de
elemento de la necrópolis de
Cartago, los honderos baleares, desde el siglo IV a. C. Los siglos V a. C.-
Puig des Molins. Museo de
II a. C. son un periodo de apogeo para la isla,45 ​una fase de colonización Puig des Molins, Ibiza
intensa en los siglos V a. C.-IV a. C., seguida de una irradiación
comercial en gran parte del Mediterráneo occidental a partir del siglo III a.
C..46 ​La ocupación romana no puso fin a la difusión de la civilización púnica.47 ​

Expansión en África

La presencia fenicia en África del Norte es precoz, como atestigua la tradición relacionada con Útica,
aunque Cartago toma posesión de las colonias fenicias en el siglo VI a. C.,14 ​ la expansión territorial de
Cartago es aquí tardía, y considerada habitualmente como relacionada con la derrota de Hímera en 480 a.
C..48 ​M'hamed Hassine Fantar fecha esta preeminencia en el siglo VII a. C..49 ​

La toma de control se limita por largo tiempo a instalaciones costeras, llamadas «escalas púnicas». Estos
espacios, todos situados entre treinta y cuarenta kilómetros, han sido resaltados en el territorio actual de
Argelia, por Pierre Cintas, en particular el sitio de Tipaza.50 ​Algunas instalaciones son obra de poblaciones
instaladas en Andalucía, en particular, Rashgún desde el siglo VII a. C..51 ​
A partir de 480 a. C., Cartago se lanza a la conquista de una zona de influencia, cuyos detalles son
desconocidos. Asimismo, el siglo V a. C. verá el final del tributo rendido al poder africano original.52 53

54 ​

Primeras rivalidades y tratados

Rivalidad con los focenses

Los foceos, desde los comienzos de su presencia en el Mediterráneo occidental, son serios competidores al
desarrollo de los intereses púnico-fenicios, en razón de su voluntad de desarrollar el comercio de los
metales.55 ​La colonización focense funda Marsella hacia 600 a. C., instalación contra la cual parece haber
luchado Cartago. Los focenses, instalados luego en Alalia (Córcega) hacia 565 a. C.55 ​ subsisten por actos
de piratería y amenazan los intereses de los aliados etruscos y púnicos. La batalla de Alalia en 540 a. C.
opone a los focenses de Marsella a los dos aliados, y concluye con la estabilización de las zonas de
influencia en la región.56 ​

Esta batalla naval es conocida por el relato de Heródoto,57 ​ pero la arqueología ha desmentido que el sitio
fuera abandonado por los griegos: una población griega se mantuvo, con presencia púnica a finales del
siglo III a. C., poco antes de la ocupación romana tras la primera guerra púnica.58 ​

Tratados con Roma

Las relaciones con Roma son cordiales al principio, con la firma de un tratado a finales del siglo VI a. C.,
que se renueva en 348 a. C., 338 a. C., 306 a. C. y 279 a. C.

En 509 a. C., Roma y Cartago firman el tratado que divide las áreas de influencia y de comercio entre las
dos ciudades. El texto, conocido por Polibio,59 ​es la primera fuente que indica que Cartago ha conquistado
parte de Sicilia y Cerdeña, donde parece ejercer un monopolio comercial.20 ​ Lor romanos y sus aliados no
podían ir más allá del « Cabo Bon » salvo excepciones.60 ​

Guerras contra los griegos

Guerras sicilianas

Primera guerra siciliana

Sicilia, a las puertas de Cartago, se convierte en escenario de las guerras


sicilianas. Desde tiempo atrás, griegos y fenicios se disputan esta isla
estratégica y establecen numerosas implantaciones en sus costas. Hay por
tanto, siglos de conflictos locales entre ellos. En 480 a. C., Gelón, tirano
de Siracusa, trata de unificar la isla bajo su dominio, atacando a Terilo,
aliado de Cartago instalado en Himera.61 ​

Cartago siente la amenaza y, con la alianza del Imperio aqueménida,62 ​ Paisaje típico de Sicilia
declara la primera guerra siciliana a los griegos, enviando tropas bajo el
mando del general Amílcar Magón. Según las fuentes tradicionales,
disponía de 300.000 hombres, aunque esta cifra puede ser exagerada.61 ​

En ruta hacia Sicilia, el general sufre pérdidas por el mal tiempo. Tras su llegada a Panormo, es derrotado
en la batalla de Hímera en 480 a. C., y muere en combate o se suicida.63 61
​ ​

Segunda guerra siciliana

Hacia 410 a. C., Cartago se ha repuesto de sus reveses militares, ha conquistado gran parte del actual
Túnez, y fundado nuevas colonias en el norte de África. También sostiene las expediciones de Hannón el
navegante a la costa africana, y de Himilcón al Océano Atlántico. Durante este periodo, las colonias de la
península ibérica se rebelan, cortando los suministros de plata y cobre.

En 409 a. C., Aníbal Magón embarca con sus tropas, a la conquista de Sicilia. Consigue invadir ciudades
menores, como Selinunte e Hímera,64 ​ antes de volver triunfalmente a Cartago, con su botín. Pero el
enemigo principal, Siracusa, no ha sido tocado, y en 405 a. C., Aníbal emprende una segunda expedición,
con intención de apoderarse de toda la isla. Esta vez encuentra resistencia. Después del asedio de
Agrigento, las fuerzas cartaginesas son diezmadas por una epidemia de peste, de la que también es víctima
Aníbal. Su sucesor, Himilcón, conquista Gela, y vence a Dionisio I de Siracusa,65 ​ que se ve obligado a
firmar la paz.

Tercera
guerra
siciliana

Zonas de influencia en el Mediterráneo occidental en


Reconstrucción de la isla fortificada
el 348 a. C.
de Motyé, con la carretera de unión
con tierra firma, tomada de Dionisio
de Siracusa en 398 En 315 a. C., el tirano de
Siracusa, Agatocles, se
apodera de Mesina y, en
311 a. C. invade las últimas factorías cartaginesas de Sicilia, y pone
sitio a Agrigento.

Amílcar Giscón dirige la respuesta cartaginesa con éxito, tomando


el control prácticamente de toda Sicilia en 310 a. C., y asediando
Siracusa. A la desesperada, Agatocles manda una expedición en
secreto a África, contra Cartago.66 ​ Esta expedición resulta Mapa del Túnez púnico en el
victoriosa, y obliga a Cartago a retirar la mayor parte de su ejército momento de la expedición de
para enfrentarla. Agatocles.
El ejército de Agatocles es batido en 307 a. C., como consecuencia de la defección de sus aliados libios,
pero él consigue escapar a Sicilia, donde negocia la paz, que conserva el estatuto de Siracusa de plaza
fuerte griega.67 ​

Guerra de Pirro

Entre 280 a. C. y 275 a. C., Pirro de Epiro emprendió dos


expediciones destinadas a acrecentar la influencia del Reino
de Macedonia en el Mediterráneo occidental. La primera fue
dirigida contra la República romana, en el sur de Italia, y la
segunda contra el Estado púnico en Sicilia.

Pirro envía una fuerte vanguardia de tres mil infantes, bajo el


Áreas de influencia en el Mediterráneo mando de Cinaeus de Tarento  ; el grueso del ejército
occidental en 306 a. C. atraviesa la península griega, y se reúne con la vanguardia en
Tarento.

En el curso de la campaña de Italia, Pirro recibe a enviados de las ciudades sicilianas de Agrigento,
Siracusa, y Leontinos, que piden ayuda para derrocar el poder cartaginés.67 ​ Pirro acepta, y refuerza las
ciudades sicilianas con 20.000 infantes, 3.000 caballeros, y veinte elefantes de guerra, así como doscientas
naves.

Al principio, la guerra de Pirro en Sicilia contra Cartago fue un


éxito, ya que hizo retroceder a las fuerzas cartaginesas, y se
apoderó de la ciudad-fortaleza de Eryx, aunque hubo de renunciar
a Lilibea. Después de estas pérdidas, Cartago trata de emprender
negociaciones de paz, proponiendo conservar sólo Lilibea.68 ​ Pirro
no acepta, más que a condición de que Cartago renuncie a toda
Sicilia, mientras que su asedio a Lilibea fracasa. Según Plutarco,
Pirro proyecta atacar Cartago, y comienza a preparar una
expedición. Sin embargo, su tratamiento implacable de las ciudades
sicilianas hace que crezca la hostilidad de los griegos, y se ve Guerra de Pirro en Italia.
obligado a abandonar Sicilia hacia Italia meridional en 276 a. C..69 ​

Sus expediciones en Italia no se ven saldadas con victorias decisivas, y Pirro se retira a Epiro. Para Cartago,
esto lleva a la situación de statu quo. Para Roma, el hecho de que Pirro no haya sabido defender las
colonias de la Magna Grecia significa que van a entrar en su esfera de influencia, que se extenderá a toda la
península italiana.

Guerras púnicas
La lucha entre Roma y Cartago toma amplitud con el crecimiento de las dos ciudades. Las tres Guerras
púnicas pusieron a Roma a punto de caer, pero concluyeron con la destrucción de Cartago en 146 a. C.,
tras un asedio de tres años.

Primera guerra púnica (264-241 a. C.)

El conflicto entre Roma y Cartago sucede a largos años de tratados. Se extiende entre los aos 264 a. C. y
241 a. C., y se trata de un conflicto esencialmente naval, y de lucha de influencias en Sicilia. El principal
problema es la posesión del estrecho de Mesina.69 ​Los cartagineses toman la ciudad de Mesina, que había
sido tomada por los
mercenarios mamertinos en
288 a. C..70 ​

En lucha contra Hierón II,


los mamertinos piden ayuda
a Cartago, y luego se
Extensión del territorio cartaginés en
279 a. C., antes de la primera guerra
vuelven hacia Roma.71 ​
púnica, periodo de máxima extensión Esta última considera la
territorial. demanda como una Territorios romano, siracusano y
sumisión, y no puede cartaginés en vísperas de la primera
desinteresarse de Mesina, guerra púnica
próxima a las ciudades griegas de Italia, que acaban de ponerse
bajo su protección. Apio Claudio Cáudex atraviesa el estrecho y
toma por sorpresa la guarnición púnica de Mesina, lo que desencadena el principio de la guerra.69 ​ A
continuación de este revés, el gobierno de Cartago reúne a sus tropas en Agrigento, pero los romanos,
dirigidos por Claudio y por Manio Valerio Máximo, se apoderan de las ciudades de Segesta y Agrigento,
después de un asedio de siete meses. En Agrigento, los cartagineses consiguen huir.72 ​ Numerosas
ciudades sicilianas optan por la alianza romana, y Cartago decide concentrar sus fuerzas en ciertos puntos,
manteniendo en jaque a las fuerzas romanas.72 ​ Las batallas navales, que dan ventaja a Cartago por un
tiempo, se equilibran a partir de la invención romana del corvus, sistema de abordaje empleado por primera
vez en 260 a. C., en la batalla de Milas, ganada por el cónsul romano Cayo Duilio73 ​·.69 ​ Además, los
romanos, dirigidos por Marco Atilio Régulo, llevan una expedición a África, a la región del cabo Bon, en
256 a. C.

Los cartagineses reclutan entonces a mercenarios de Esparta, como Jantipo.74 ​ Después de un combate,
Régulo es hecho prisionero. Escritores tardíos afirman que fue enviado a Roma a pedir condiciones de paz
inaceptables, y volvió a Cartago para sufrir el martirio, pero esta leyenda es falsa, según Serge Lancel.75 ​

Roma trata en vano de tomar ventaja en el mar, mientras la guerra terrestre prosigue en Sicilia. El sitio de
Lilibea se salda en fracaso para los romanos.76 ​La guerra dura veinte años más, sin ningún enfrentamiento
decisivo, hasta la batalla de las Islas Egadas, en 241 a. C., con la definitiva derrota cartaginesa, y su
expulsión de Sicilia. Las condiciones de paz son fijadas por la paz de Lutacio.77 78
​ ​

Primera entreguerra (241-218 a. C.)

La Guerra de los mercenarios

Después de abandonar Sicilia a los romanos, Cartago debe reprimir una


revuelta de sus mercenarios en 241 a. C., principalmente, spendios y
campanios, dirigidos por el libio Matón.79 ​ Giscón repatría desde Sicilia
al ejército, por grupos de mercenarios y de libios.80 ​ El Senado de
Cartago había tratado, por intermediación de Hannón, de discutir el
montante de la soldada debida,80 ​ y reunió a los mercenarios en Cartago,
y luego en Sicca. Los rebeldes, libios y campanios, según Polibio,81 82
​ ​
Etapas de la Guerra de los amenazan al estado y obtienen sus salarios.
mercenarios (241-238).
Sin embargo, sus demandas suplementarias bloquean la situación.80 ​ La guerra es dura, como una guerra
civil, a causa de su marcado carácter africano.83 ​ Las ciudades africanas dan su apoyo mayoritariamente a
los rebeldes,84 83
​ ​y les abastecen de tropas.

Amílcar Barca se alía con los númidas, y usa la diplomacia para suscitar defecciones en el campo
adversario.85 ​En respuesta, los rebeldes torturan y matan a Giscón y a varios centenares de cartagineses.86
Finalmente son aplastados por Amílcar en el llamado desfiladero de la sierra.87 82​ ​ Spendios y Mathó son
88
crucificados. ​

Con ocasión de una revuelta indígena, Roma interviene, en flagrante violación del tratado de paz, y se
pierde Cerdeña en 238-237 a. C..82 ​ Cartago quiere reaccionar, pero ante la voluntad romana de
reemprender la guerra, se ve obligada a aceptar el hecho consumado. Poco después, los romanos también
toman posesión de Córcega. En 218 a. C., Cartago pierde también Malta.89 ​

El acontecimiento ha pasado a la posteridad, gracias al lugar que ocupa en la novela de Gustave Flaubert,
Salambô (1862), que sigue fielmente el relato de Polibio.90 ​

La Hispania bárcida

La familia de los Bárcidas conquista un principado en el sudeste de Hispania, a partir de antiguas


posesiones fenicias. El despliegue púnico en la península ibérica tenía por objetivo compensar las pérdidas
de Sicilia y Cerdeña, y tomar posesión de importantes zonas mineras.91 ​ En efecto, al final de la primera
guerra púnica, Amílcar Barca decide tomar posesión de las minas ibéricas, y sobre todo, de obtener una
base territorial en Iberia, a fin de resistir a los romanos.92 93
​ ​

Las minas permiten ayudar al pago de la indemnización de guerra debida a Roma.94 ​ En 226 a. C., el
tratado del Ebro firmado entre Asdrúbal el Bello y Roma, prohíbe a los cartagineses franquear el río en
armas. En 219 a. C., el sitio de Sagunto, ciudad aliada de Roma, desencadena la segunda guerra púnica.

Segunda guerra púnica (218-202 a. C.)

La segunda guerra púnica tiene como punto culminante la campaña


de Italia: el general Aníbal Barca, de la familia de los bárcidas,
consigue atravesar los Pirineos y los Alpes con sus elefantes. Sin
embargo, renuncia a tratar de entrar en Roma. El pretexto de la
guerra fue el sitio de Sagunto por los cartagineses. Una embajada
romana a Cartago sólo pudo comprobar la aprobación de la ciudad
de la actuación del bárcida en Iberia, y por tanto, del conflicto entre
Ruta de la invasión de Aníbal. las dos potencias.95 ​ La expedición de Aníbal comienza en 218 a.
C., con un ejército de 90.000 infantes, 12.000 caballeros, y 37
elefantes.96 ​Atraviesa la Galia, evitando a los aliados de Roma en
la región, e incluso consiguiendo la incorporación de ciertos pueblos galos.97 ​Consigue atravesar los Alpes
por un camino alejado del mar, a fin de evitar a las legiones romanas.,98 ​ aunque pierde la mayor parte de
sus elefantes de guerra, y numerosos soldados, de modo que sólo llegan a Italia unos 20.000 soldados de
infantería, y 6.000 de caballería.99 ​ El descenso por Italia es una sucesión de victorias fulminantes: Batalla
del Tesino, Batalla del Trebia, Batalla del Lago Trasimeno. Después de esta última, Aníbal deja partir a los
aliados italianos, para dividir al campo adversario.,100 ​ y renuncia a tomar la ciudad. Roma nombra
dictador a Quinto Fabio Máximo, pero sufre una nueva derrota en la Batalla de Cannas, debido a la
superioridad táctica de los cartagineses.
Sin embargo, la superioridad numérica está del bando romano, pues
70.000 hombres resisten sobre el terreno, mientras que los
cartagineses van perdiendo efectivos, sin posibilidad de
reemplazarlos, al fracasar la llegada de refuerzos desde Hispania.
Las dudas de Aníbal permiten reorganizarse a los romanos. Aníbal
centra ahora sus esfuerzos en el terreno diplomático, primero con
Filipo V de Macedonia, para abrir un segundo frente, y luego con
los aliados italianos de Roma, prometiéndoles la independencia.101 ​
Poco a poco va cambiando el curso de la guerra. Los romanos se
aseguran la fidelidad de las ciudades y hacen retroceder a Aníbal en
el centro y sur de Italia.102 ​

El frente se abre en España, en 218 a. C., con una sucesión de


victorias y de reveses de Roma, tras la intervención de Escipión
Africano, que toma Carthago Nova en 209 a. C..Asdrúbal Barca
parte al encuentro de su hermano, pero muere en 207 a. C. en la
batalla del Metauro,103 ​eliminando así toda esperanza de refuerzos
para Aníbal.

Escipión firma la paz con Filipo V en 206 a. C., y aprovecha los


cambios de bando de Sifax y Masinisa en África, para atacar la
retaguardia de Cartago. Es entonces cuando lleva la guerra a
África, en 204 a. C., contra Sifax, que había vuelto a la alianza
púnica.,104 ​ pero fracasa en Útica. En 203 a. C. vence a Asdrúbal
Giscón y a Sifax en la batalla de los Grandes Campos.105 ​ Las
conversaciones de paz subsiguientes no dan fruto, y la guerra
continúa con la batalla de Zama en 202 a. C., que sella la derrota de Aníbal, mirando la cabeza de
Cartago.106 ​ Asdrúbal de Giambattista Tiepolo,
1725, Kunsthistorisches Museum de
Cartago pierde la totalidad de sus posesiones hispánicas y su flota, Viena
salvo diez naves, con prohibición de toda remilitarización, y de
emprender ninguna guerra sin permiso de Roma. Aníbal huye, y se
refugia en Hadrumeto.107 ​La indemnización de guerra es de 10 000 talentos.108 ​

A pesar de ello, no todos los romanos quedan satisfechos, ya que la rápida recuperación económica de su
rival, que pide pagar en diez años las indemnizaciones previstas para cincuenta, confirma la amenaza
potencial de los púnicos.109 110
​ ​Impulsados por el temor de volver a enfrentarse con Cartago, los romanos
deciden seguir la famosa sentencia de Catón el Viejo: «Carthago delenda est» (Cartago debe ser
destruida),

Tercera guerra púnica. Destrucción de Cartago

La tercera guerra púnica (149-146 a. C.) se desencadena por una ofensiva romana en África que
desemboca en la destrucción de Cartago, tras un asedio de tres años.

Cartago, que había alcanzado cierta prosperidad económica entre 200 a. C. y 149 a. C., se ve obligada a
violar el tratado de 201 a. C. con Roma, debido a los continuos ataques de Masinisa, que llevan a una
guerra contra Numidia.111 112
​ ​ En 151 a. C. se paga la última indemnización de guerra a Roma, pero en
los años siguientes, Cartago sufre las intrusiones de Masinisa en la región de los Grandes Campos,113 ​ sin
que Roma haga nada. En 150 a. C., Cartago decide contraatacar para frenar la expansión númida.114 ​Es el
Casus belli esperado por Roma, que decide enviar tropas. El asedio
de Cartago se prolonga desde 149 a. C. hasta 146 a. C.. Después
de entregar 300 rehenes, Cartago recibe las exigencias de Roma:
debe entregar sus armas y máquinas de guerra. Además, los
púnicos deben abandonar la ciudad, e instalarse lejos del mar.115 ​

Los cartagineses rechazan las condiciones y se preparan para el


asalto final, proporcionando oro y caballos.116 ​ Los cónsules
Vitrina con elementos del asedio de Censorino y Manilio fracasan contra el sistema defensivo de la
Cartago. Museo nacional de Cartago capital,117 ​ hasta que el mando pasa a Escipìón Emiliano en 147 a.
C., que consigue la victoria.

El asedio termina con el asalto final en 146 a. C., seguido de la total


destrucción de la ciudad. Los soldados romanos van de casa en
casa, asesinando o esclavizando a la población.;118 ​los testimonios
sobre la guerra señalan una ferocidad especial.119 ​ Alrededor de
50.000 personas son reducidas a la esclavitud.120 ​

La caída e incendio de la ciudad duran diecisiete días. Borrada del


mapa, sólo quedan ruinas, y su territorio es declarado sacer
(maldito). En el siglo XX, una teoría indicaba que los romanos Zona de los puertos púnicos de
sembraron de sal las tierras agrícolas de Cartago, para impedir su Cartago, lugar de partida de la
ofensiva final
cultivo, pero esta teoría ha sido desmentida.121 ​

Cartago romana
El final de la tercera guerra púnica marca el establecimiento de la
provincia romana de África, con una superficie de 25 000 km², y
protegida de las veleidades númidas por la fossa regia.122 ​Después de
la caída de Cartago, su rival, Útica, aliada de los romanos, se convirtió
en la nueva capital de la provincia, y centro económico y político de la
región.

Localización de la provincia
romana de África

Aunque los Gracos, en particular Cayo Sempronio Graco,


tratan de establecer una colonia romana de veteranos en 122
a. C., con el nombre de Colonia Junonia Carthago, la
tentativa fracasa .123 ​

Más tarde, Julio César declara que Cartago debería ser


reconstruida, pero su asesinato en los idus de marzo de 44 a.
Ruinas de las Termas de Antonino en
C., frustra el plan.123 ​ La reconstrucción es obra de Augusto Cartago
en 29 a. C., y la nueva ciudad toma el nombre de Colonia
Julia Carthago. Esta nueva Cartago tiene como objetivo
político promover la romanización del norte de África., región a la vez líbico-numidia, y púnica.,124 ​como
ilustran las primeras construcciones públicas.
Esta colonia se dota de un vasto y rico territorio, que integra antiguas ciudades africanas, como Dougga,
donde se pueden instalar los veteranos romanos. La ciudad se convierte en capital administrativa de la
provincia de África proconsular, y sede del procónsul. Fue asignada al Senado, ya que se consideraba
pacificada.125 ​ Sin embargo, en la ciudad se estacionó una cohorte romana para asegurar el mantenimiento
del orden, y ejecutar las órdenes del procónsul. La calma se mantuvo de manera continuada, desde finales
del siglo i, hasta mediados del siglo iii.126 ​Bajo Septimio Severo, Cartago ve disminuir su territorio, ya que
las ciudades que la componen acceden a la autonomía municipal. En contrapartida, obtiene el ius italicum,
privilegio fiscal, del que también se benefician otras ciudades africanas, como Útica y Leptis Magna.127 ​

Tras la fundación de la
colonia, la ciudad recupera
rápidamente su rango y
prosperidad de antaño,
convirtiéndose en una de
las ciudades más
importantes del Imperio
romano. El enriquecimiento
Ruinas de Cartago en la Colina del se debe a las exportaciones
Odeón de trigo y aceite de oliva a Basílica de Damous El Karita,
Roma, y alcanza su cenit edificio de culto cristiano que
con la dinastía Severa, entre atestigua la difusión del cristianismo
los siglos II y III. en Cartago

La población se estima entre 100.000 y 200.000 habitantes, en los


siglos I y II,127 ​llegando a los 300.000 después de la conquista vándala, para una ciudad de 321 hectáreas
de superficie.128 ​

El cristianismo se implanta firmemente, aun antes de Constantino I.129 ​ Las persecuciones imperiales
producen mártires desde finales del siglo II.129 ​Cipriano de Cartago, su primer obispo,130 ​sufre martirio en
258.129 ​Las persecuciones de Diocleciano se llevan allí a cabo con particular dureza.131 ​

Esto hace que se convierta en el mayor centro espiritual de Occidente,132 ​ y patria de Tertuliano, san
Cipriano, o Aurelio de Cartago.

Una serie concilios de Cartago comienza algunos años después, con la participación de 70 obispos.
Tertuliano se separa de la corriente principal representada por el obispo de Roma, cisma más grave que el
de los donatistas. A esto siguen persecuciones y apostasías de ciertos miembros de la Iglesia, entre ellos el
obispo de Cartago.133 ​ Contra ellos luchó reiteradamente Agustín de Hipona.134 ​ En 397, se confirmó el
Canon bíblico de la Iglesia de Occidente en el concilio de Cartago.

Siglo vándalo
Cartago y los otros centros de la provincia son conquistados en 439
por las tropas vándalas del rey Genserico, que vence al general
bizantino Bonifacio, y hace de Cartago la capital de su reino.135 ​
Genserico es arriano, o sea un hereje para el catolicismo instituido.
El período vándalo coincide con una vuelta a las persecuciones,136
aunque se debe ser prudente sobre su alcance. Las fuentes son
Moneda de plata del rey vándalo
Hilderico
esencialmente católicas, y sujetas a acusaciones de parcialidad. Sin embargo, ciertas fuentes dan testimonio
de trabajos urbanos que difícilmente pueden comprobarse, dado el estado de los restos.135 ​

Después de un intento fallido de reconquista en el siglo V, los bizantinos de Justiniano vencen a los
vándalos en el siglo VI. El 15 de octubre de 533, el general bizantino Belisario entra en Cartago, y evita el
saqueo de la ciudad.

Cartago bizantina
Justiniano instala en Cartago la sede de su diócesis de África, e
intenta restaurar la ciudad y la provincia.135 ​ Como consecuencia
de la crisis monotelista, los emperadores bizantinos, opuestos a la
Iglesia de África, se alejan de Cartago.

Bajo el reinado del emperador Mauricio, Cartago se convierte en


exarcado, a imagen de Rávena en Italia. Los dos exarcados
constituyen los baluartes de Bizancio, pues representan los últimos
territorios que poseen todavía en Occidente. Al principio del siglo
VII, el exarca de Cartago, de origen armenio, Heraclio, consigue
derrocar al emperador Focas.
La Dame de Cartago, mosaico del
El exarcado bizantino no puede, sin embargo, resistir a la conquista siglo VI, Museo nacional de Cartago
musulmana del Magreb del siglo VII. El primer ataque se lanza
desde Egipto, sin gran éxito, en 647. Una campaña más eficaz se
lleva a cabo entre 670 y 683. En 698, el exarcado de Cartago es finalmente sometido, por Hassan Ibn
Numan, a la cabeza de un ejército de 140.000 hombres. El gobernador omeya destruye Cartago, como
hicieron los romanos en 146 a. C., y funda Kairouan, que le sustituye como centro regional.135 ​ La
destrucción del exarcado de Cartago marca el final de la influencia romana y bizantina en el norte de
África, y el ascenso del islamismo en Magreb.

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19. Serge Lancel, Ob.
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20. Serge Lancel, Ob.
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cit, p. 124
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22. Enrico Acquaro Moscati [bajo dir.
35. María Eugenia 63. Heródoto, VII, 167
dans Sabatino de], Ob. cit., p. 302
Aubet dans
Moscati [bajo dir. 64. Hédi Dridi, Ob. cit.,
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dans Sabatino de], Ob. cit., p. 304 p. 36
36. María Eugenia
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Aubet dans 48. Hédi Dridi, Ob. cit.,
de], Ob. cit, p. 275 p. 39
Sabatino Moscati p. 35
24. Antonia Ciasca en [bajo dir. de], Ob. 67. Hédi Dridi, Ob. cit.,
49. M’hamed Hassine
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Fantar en
[bajo la dir. de],
37. María Eugenia Sabatino Moscati 68. Hédi Dridi, Ob. cit.,
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Aubet dans [bajo dir. de], Ob. pp. 40-41
25. Jacques Sabatino Moscati cit., p. 230 69. Hédi Dridi, Ob. cit.,
Godechot, Histoire [bajo dir. de], Ob. 50. Serge Lancel, Ob. p. 41
de Malte, coll. cit., p. 282
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38. María Eugenia 51. Serge Lancel, Ob. cit., pp. 482-483
éd. PUF, Paris,
Aubet dans cit., p. 142
1970, p. 14 71. Serge Lancel, Ob.
Sabatino Moscati
26. Maria Giulia 52. Justin, Ob. cit., cit., p. 484
[bajo dir. de], Ob.
Amadasi Guzzo, XIX, 2, 4 72. Serge Lancel, Ob.
cit., pp. 283-284
Ob. cit., p. 33 53. Serge Lancel, Ob. cit., p. 487
39. María Eugenia
27. Antonia Ciasca cit., p. 189 73. Polybe, Ob. cit., I,
Aubet dans
dans Sabatino Sabatino Moscati 54. Hédi Slim et 22, 4
Moscati [bajo dir. [bajo dir. de], Ob. Nicolas Fauqué, 74. Hédi Dridi, Ob. cit.,
de], Ob. cit, pp. cit., p. 288 Ob. cit., p. 26 p. 42
254-255 55. Pierre Rouillard,
40. María Eugenia 75. Serge Lancel, Ob.
28. Vincenzo Tusa Aubet ens «  Phocéens  », cit., p. 491
dans Sabatino Sabatino Moscati Dictionnaire de la
76. Polybe, Ob. cit., I,
Moscati [bajo dir. [bajo dir. de], Ob. civilisation
51
de], Ob. cit, p. 232 cit., pp. 288-297 phénicienne et
punique, éd. 77. Serge Lancel, Ob.
29. Vincenzo Tusa 41. María Eugenia
Brépols, Paris, cit. p. 495
dans Sabatino Aubet en Sabatino
Moscati [bajo dir. 1992, p. 353 78. Polybe, Ob. cit., I,
Moscati [bajo dir. 14
de], Ob. cit., pp. de], Ob. cit., p. 284 56. Hédi Dridi, Ob. cit.,
232-233 pp. 32-33 79. Serge Lancel, Ob.
42. Maria Giulia cit., p. 497
30. Vincenzo Tusa Amadasi Guzzo, 57. Hérodote,
dans Sabatino Historias, I, 165 80. Serge Lancel, Ob.
Ob. cit., pp. 32-33
Moscati [bajo dir. 58. Edward Lipinski cit., p. 496
de], Ob. cit., p. 248 43. María Eugenia
Aubet en Sabatino [bajo la dir. de], 81. Polibio, {Ob. cit., I,
31. Serge Lancel, Ob. «  Alalia  », 2, 66
Moscati [bajo dir.
citada, p. 125 de], Ob. cit., p. 298 Dictionnaire de la 82. Maria Giulia
civilisation Amadasi Guzzo,
Ob. cit., p. 50 100. Serge Lancel, Ob. 117. Serge Lancel, Ob. éd. Flammarion,
83. Serge Lancel, Ob. cit., p. 517 cit., pp. 558-559 Paris, 2000, p. 292
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XXXVI, 4, 7
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Beschaouch, Ob.
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Ob. cit., pp. 29-30 Nicolas Fauqué, Ob. cit., p. 114
Nicolas Fauqué,
Ob. cit., p. 105 134. Azedine
94. Serge Lancel, Ob. cit., pp. 91-92
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Blaudeau, Jean- 135. Azedine
romana, III, 11 113. Hédi Slim et Louis Voisin et Beschaouch, Ob.
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136. Fethi Bejaoui, « La
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia de Cartago.
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(Universidad de Yale)
Esta obra contiene una traducción derivada de «Histoire de Carthage» de Wikipedia en
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n=history) bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative
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