Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Historia de Cartago
Historia de Cartago
Como todas las factorías fenicias, Cartago debía entregar un tributo a Tiro, como signo de fidelidad; sin
embargo, el declive de Tiro frente al progreso de los griegos incitó a los cartagineses a independizarse
durante el curso de la segunda mitad del siglo VII a. C. Un siglo y medio después de la fundación de la
ciudad, los cartagineses se instalaron en las islas Baleares, luego dominaron la parte occidental de Sicilia, el
sur de Cerdeña y, en alianza con los etruscos, repelieron a los griegos fuera de Córcega. De esta manera,
controlaron la totalidad del comercio y de la navegación en el Mediterráneo occidental y poseyeron
numerosos territorios tanto al interior como al exterior de África: Mauritania, Numidia, Iberia, el sur de la
Galia[cita requerida], Sicilia, Cerdeña y el sur de Italia.
Antes de la primera guerra púnica, Cartago contaba con un territorio de alrededor de 73.000
km²[cita requerida] y una población de cerca de 4 millones de habitantes[cita requerida]. Como en el caso de
Roma, su mayor enemiga, el nombre de la ciudad englobaba todos los territorios sometidos bajo su
jurisdicción.
Índice
Antecedentes
Extensión del asentamiento fenicio
Fundación
Leyendas sobre la fundación de Cartago
Expansión y hegemonía
Caracteres del espacio púnico-fenicio del Mediterráneo occidental
Colonias
Colonización de Cerdeña
Colonización de Malta
Posesiones cartaginesas en Sicilia
Posesiones en España continental
Colonización de Ibiza
Expansión en África
Primeras rivalidades y tratados
Rivalidad con los focenses
Tratados con Roma
Guerras contra los griegos
Guerras sicilianas
Primera guerra siciliana
Segunda guerra siciliana
Tercera guerra siciliana
Guerra de Pirro
Guerras púnicas
Primera guerra púnica (264-241 a. C.)
Primera entreguerra (241-218 a. C.)
La Guerra de los mercenarios
La Hispania bárcida
Segunda guerra púnica (218-202 a. C.)
Tercera guerra púnica. Destrucción de Cartago
Cartago romana
Siglo vándalo
Cartago bizantina
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Antecedentes
Cartago fue uno de varios asentamientos fenicios en el Mediterráneo occidental que fueron creados para
facilitar el comercio de las ciudades de Sidón, Tiro y otras de Fenicia que estaban situadas en la costa de lo
que actualmente es Siria, Líbano e Israel. En el siglo X a. C., la franja costera del Mediterráneo oriental
estaba habitada por varias poblaciones semitas, quienes habían creado florecientes civilizaciones. El pueblo
que habitaba el actual Líbano llamaba su lengua canaanita, pero fueron llamados "fenicios" por los griegos.
El idioma fenicio era muy cercano al antiguo hebreo a tal grado que este último era a menudo utilizado
como ayuda para la traducción de inscripciones fenicias.
Las ciudades fenicias eran muy dependientes del comercio, tanto terrestre como marítimo, y sus ciudades
contaban con varios de los puertos más importantes del área. Los fenicios establecieron numerosas ciudades
coloniales a lo largo de las costas del Mediterráneo (desde Iberia hasta el Mar Negro), con la finalidad de
proveer un lugar de descanso para sus flotas mercantes, mantener un monopolio fenicio sobre un recurso
natural de un área o para comerciar por su cuenta. Fueron estimulados a fundar ciudades por una necesidad
de revitalizar el comercio para pagar el tributo extraído a Tiro, Sidón y Biblos por una sucesión de imperios
que los gobernaron y, más tarde, por temor de una total colonización griega de esa parte del Mediterráneo.
La colonización fenicia inicial tuvo lugar durante una época cuando otros gobiernos vecinos (griegos,
hititas, cretenses) estaban pasando por una "Edad Oscura", quizás después de la llegada de los pueblos del
mar.
La ciudad más importante de los fenicios era Tiro, la cual estableció una serie de puestos de comercio
alrededor del Mediterráneo. Con el tiempo, los fenicios establecieron 300 colonias en Túnez, Marruecos,
Argelia, España y, en menor medida, en la costa árida de Libia. Más tarde, Cartago y varios otros
asentamientos se convirtieron en ciudades por derecho propio. Los fenicios carecían de población o
necesidad de establecer ciudades autosuficientes fuera de su territorio y la mayoría de las ciudades tenía
menos de 1000 habitantes; sin embargo, Cartago y unas cuantas otras ciudades se convirtieron en grandes
ciudades autosuficientes e independientes. Los fenicios controlaban Chipre, Cerdeña, Córcega y las islas
Baleares, así como posesiones menores en Creta y Sicilia, teniendo por estos últimos asentamientos un
conflicto permanente con los griegos. Los fenicios lograron controlar toda Sicilia por un tiempo limitado,
pero este control se circunscribió sólo a la costa.
Las primeras colonias fenicias fueron fundadas para explotar la riqueza mineral de Iberia, a lo largo de la
costa africana, en Sicilia, Cerdeña y las islas Baleares. El centro del mundo fenicio, Tiro, servía como
centro económico y político, aunque el poder de esta ciudad disminuyó tras varios asedios y su posterior
destrucción por Alejandro Magno. El liderazgo fue asumido por Sidón y, finalmente por Cartago. Cada
colonia pagaba tributo sea a Tiro o a Sidón, pero ninguna de estas ciudades tenía un control real sobre las
colonias. Esta situación cambió con el ascenso de Cartago, dado que los cartagineses nombraron a sus
propios magistrados para gobernar los pueblos y retuvieron un gran control directo sobre las colonias. Esta
política tuvo como resultado que muchas de las colonias ibéricas tomaran partido por los romanos durante
las guerras púnicas.
Fundación
Cartago fue fundada por colonos fenicios de la ciudad de Tiro, que trajeron consigo la deidad tutelar de
Melkart. El historiador romano Apiano fecha la fundación de Cartago 50 años antes de la Guerra de Troya
(esto es, entre 1244 y 1234 a. C., según la cronología de Eratóstenes). El poeta romano Virgilio creía que la
fundación de la ciudad coincidió con el fin de la Guerra de Troya; sin embargo, dejando de lado las
leyendas sobre la fundación y estableciéndonos en tiempo histórico, es más probable que la ciudad fuera
fundada en algún momento entre 846 y 813 a. C.4
Según la tradición, la ciudad fue fundada por la reina Dido (o Elisa o Elissar), quien dejó Tiro luego del
asesinato de su esposo. Un crimen que perpetró su hermano menor, el rey de Tiro, en un intento por
reforzar su propio poder. Varios mitos de la fundación han sobrevivido por medio de la literatura griega y
latina (véase Birsa, por ejemplo).
Expansión y hegemonía
Arqueólogos e historiadores tienen dificultades en distinguir entre lo relativo a fenicios y púnicos en los
lugares de dominio fenicio-púnico de ocupación más antigua, en particular, en el norte de África;5 esta
distinción era igualmente difícil para los contemporáneos del siglo VII a. C..6 La especificación de Cartago
se hace, sobre todo, a partir de los siglos VI a. C. y V a. C..7 8
El imperio púnico que se formó se considera como una confederación de colonias preexistentes, dirigida
por la más poderosa de ellas, en el momento del declive de la ciudad fundadora de Tiro. Cartago se habría
encargado de asegurar la seguridad colectiva y la política exterior y comercial de esta comunidad.
La ausencia de fuentes escritas entre la fundación de la ciudad y la segunda mitad del siglo VI a. C.5 lleva
a una dependencia de las fuentes arqueológicas, difíciles de interpretar. La cuestión del imperialismo de
Cartago ha sido objeto de apasionados debates. Ciertos historiadores, como Yann Le Bohec afirman su
existencia, aunque haya conocido un periodo de ralentización.9 El control cartaginés de las ciudades
fenicias de la cuenca del Mediterráneo occidental se data en el siglo VI a. C.,10 aunque los diferentes
componentes del espacio púnico parecen haber tenido una gran autonomía, particularmente en términos de
política comercial.11 Las posesiones africanas de Cartago habrían vivido particularmente mal la
explotación de mano de obra con fines agrícolas, ya que las fuentes se hacen eco de revueltas brutales.12
Los episodios referentes a Cerdeña evocan igualmente un rechazo al poder púnico.
A pesar de su poder, el espacio púnico aparece, en la víspera de las guerras púnicas, como falto de
coherencia geográfica y cierta debilidad territorial, además de depender de un ejército mercenario de
fidelidad aleatoria.13
Colonias
Colonización de Cerdeña
La isla fue el buque insignia de los fenicios desde finales del siglo IX
a. C.. Sin embargo, a mediados del siglo VI a. C., vio la derrota de
Malco ante la población indígena.18 La victoria de Alalia confirmó la
implantación cartaginesa en la isla, que se benefició de los tratados
entre Roma y Cartago, y el acceso a Córcega.19
Entre los siglo V a. C. y III a. C., los cartagineses erigieron una serie
de fortificaciones, que permitieron la conquista completa de la isla.20
21 Los descubrimientos arqueológicos « revelan una homogeneidad Mapa de la antigua Cerdeña, con
la localización de sus distintos
ocupantes.
cultural » por todo el territorio sardo,22 lo que indica la fuerza de la implantación púnica, salvo en la parte
Norte-Este, dejada sin duda voluntariamente a la población original.23
Colonización de Malta
El archipiélago de Malta ha conocido una antigua civilización desde el Calcolítico.24 Con el declive de
Fenicia bajo los golpes de asirios y babilonios, pasó bajo control de Cartago en 480 a. C.. Fue entonces una
colonia importante para la lucha que los cartagineses emprendieron contra los griegos, y luego contra los
romanos.
Según Jacques Godechot, es probable que el archipiélago tuviera un papel importante en el comercio con
las islas británicas y las de Cabo Verde, como depósito de mercancías y astillero.25 Les huellas de
instalación fenicia se remontan al siglo VIII a. C., con la presencia de necrópolis.26 La cohabitación con la
población original es igualmente visible en los templos, como el de Tas Silg.27
Por su parte, Sicilia fue frecuentada por los fenicios desde los siglos
XII a. C.-XI a. C..28 La instalación fenicia en los centros urbanos,
después de una fase de pre-colonización, se fecha en la segunda
mitad del siglo VIII a. C.29 o del siglo VII a. C., al menos, en el
sitio de Motyé.14
La España actual fue afectada por la colonización fenicia de modo precoz; la fundación de Gades, « la
colonia fenicia más importante de occidente » para María Eugenia Aubet, está fechada, según la tradición
literaria (especialmente, Veleyo Patérculo) en 1100 a. C..33 La arqueología demuestra una presencia
oriental importante en Andalucía oriental alrededor de los años 750 a. C.-550 a. C.,34 con apogeo en el
siglo VII a. C..35 La población de la antigua civilización de Tartessos se mezcló con los fenicios en los
siglos VIII a. C. y VII a. C., en un movimiento de aculturación, calificada como orientalizante, tanto en lo
material como en lo social.36
La colonización tenía como finalidad el acercamiento a las minas, como las de plata, para aumentar la
prosperidad fenicia.37 El templo principal de Gades, consagrado a Melqart jugó un papel, no solamente
religioso, sino también económico, durante toda la Antigüedad.38 Los establecimientos fenicios de España
conocieron una crisis en el siglo VI a. C.,39 seguida por el periodo púnico (siglos VI a. C.-III a. C.),
caracterizado por las aportaciones culturales de Cartago, religiosas,
y también urbanas.40 Tras una intervención en el siglo VI a. C., los
cartagineses se asentaron en España, en el contexto de la
concurrencia con los foceos de Massalia. En época púnica, Gadir
conserva lazos con Tiro.41 La toma de posesión es sistemática a
partir del siglo III a. C., con la familia Bárcida.42
Expansión en África
La presencia fenicia en África del Norte es precoz, como atestigua la tradición relacionada con Útica,
aunque Cartago toma posesión de las colonias fenicias en el siglo VI a. C.,14 la expansión territorial de
Cartago es aquí tardía, y considerada habitualmente como relacionada con la derrota de Hímera en 480 a.
C..48 M'hamed Hassine Fantar fecha esta preeminencia en el siglo VII a. C..49
La toma de control se limita por largo tiempo a instalaciones costeras, llamadas «escalas púnicas». Estos
espacios, todos situados entre treinta y cuarenta kilómetros, han sido resaltados en el territorio actual de
Argelia, por Pierre Cintas, en particular el sitio de Tipaza.50 Algunas instalaciones son obra de poblaciones
instaladas en Andalucía, en particular, Rashgún desde el siglo VII a. C..51
A partir de 480 a. C., Cartago se lanza a la conquista de una zona de influencia, cuyos detalles son
desconocidos. Asimismo, el siglo V a. C. verá el final del tributo rendido al poder africano original.52 53
54
Los foceos, desde los comienzos de su presencia en el Mediterráneo occidental, son serios competidores al
desarrollo de los intereses púnico-fenicios, en razón de su voluntad de desarrollar el comercio de los
metales.55 La colonización focense funda Marsella hacia 600 a. C., instalación contra la cual parece haber
luchado Cartago. Los focenses, instalados luego en Alalia (Córcega) hacia 565 a. C.55 subsisten por actos
de piratería y amenazan los intereses de los aliados etruscos y púnicos. La batalla de Alalia en 540 a. C.
opone a los focenses de Marsella a los dos aliados, y concluye con la estabilización de las zonas de
influencia en la región.56
Esta batalla naval es conocida por el relato de Heródoto,57 pero la arqueología ha desmentido que el sitio
fuera abandonado por los griegos: una población griega se mantuvo, con presencia púnica a finales del
siglo III a. C., poco antes de la ocupación romana tras la primera guerra púnica.58
Las relaciones con Roma son cordiales al principio, con la firma de un tratado a finales del siglo VI a. C.,
que se renueva en 348 a. C., 338 a. C., 306 a. C. y 279 a. C.
En 509 a. C., Roma y Cartago firman el tratado que divide las áreas de influencia y de comercio entre las
dos ciudades. El texto, conocido por Polibio,59 es la primera fuente que indica que Cartago ha conquistado
parte de Sicilia y Cerdeña, donde parece ejercer un monopolio comercial.20 Lor romanos y sus aliados no
podían ir más allá del « Cabo Bon » salvo excepciones.60
Guerras sicilianas
Cartago siente la amenaza y, con la alianza del Imperio aqueménida,62 Paisaje típico de Sicilia
declara la primera guerra siciliana a los griegos, enviando tropas bajo el
mando del general Amílcar Magón. Según las fuentes tradicionales,
disponía de 300.000 hombres, aunque esta cifra puede ser exagerada.61
En ruta hacia Sicilia, el general sufre pérdidas por el mal tiempo. Tras su llegada a Panormo, es derrotado
en la batalla de Hímera en 480 a. C., y muere en combate o se suicida.63 61
Hacia 410 a. C., Cartago se ha repuesto de sus reveses militares, ha conquistado gran parte del actual
Túnez, y fundado nuevas colonias en el norte de África. También sostiene las expediciones de Hannón el
navegante a la costa africana, y de Himilcón al Océano Atlántico. Durante este periodo, las colonias de la
península ibérica se rebelan, cortando los suministros de plata y cobre.
En 409 a. C., Aníbal Magón embarca con sus tropas, a la conquista de Sicilia. Consigue invadir ciudades
menores, como Selinunte e Hímera,64 antes de volver triunfalmente a Cartago, con su botín. Pero el
enemigo principal, Siracusa, no ha sido tocado, y en 405 a. C., Aníbal emprende una segunda expedición,
con intención de apoderarse de toda la isla. Esta vez encuentra resistencia. Después del asedio de
Agrigento, las fuerzas cartaginesas son diezmadas por una epidemia de peste, de la que también es víctima
Aníbal. Su sucesor, Himilcón, conquista Gela, y vence a Dionisio I de Siracusa,65 que se ve obligado a
firmar la paz.
Tercera
guerra
siciliana
Guerra de Pirro
En el curso de la campaña de Italia, Pirro recibe a enviados de las ciudades sicilianas de Agrigento,
Siracusa, y Leontinos, que piden ayuda para derrocar el poder cartaginés.67 Pirro acepta, y refuerza las
ciudades sicilianas con 20.000 infantes, 3.000 caballeros, y veinte elefantes de guerra, así como doscientas
naves.
Sus expediciones en Italia no se ven saldadas con victorias decisivas, y Pirro se retira a Epiro. Para Cartago,
esto lleva a la situación de statu quo. Para Roma, el hecho de que Pirro no haya sabido defender las
colonias de la Magna Grecia significa que van a entrar en su esfera de influencia, que se extenderá a toda la
península italiana.
Guerras púnicas
La lucha entre Roma y Cartago toma amplitud con el crecimiento de las dos ciudades. Las tres Guerras
púnicas pusieron a Roma a punto de caer, pero concluyeron con la destrucción de Cartago en 146 a. C.,
tras un asedio de tres años.
El conflicto entre Roma y Cartago sucede a largos años de tratados. Se extiende entre los aos 264 a. C. y
241 a. C., y se trata de un conflicto esencialmente naval, y de lucha de influencias en Sicilia. El principal
problema es la posesión del estrecho de Mesina.69 Los cartagineses toman la ciudad de Mesina, que había
sido tomada por los
mercenarios mamertinos en
288 a. C..70
Los cartagineses reclutan entonces a mercenarios de Esparta, como Jantipo.74 Después de un combate,
Régulo es hecho prisionero. Escritores tardíos afirman que fue enviado a Roma a pedir condiciones de paz
inaceptables, y volvió a Cartago para sufrir el martirio, pero esta leyenda es falsa, según Serge Lancel.75
Roma trata en vano de tomar ventaja en el mar, mientras la guerra terrestre prosigue en Sicilia. El sitio de
Lilibea se salda en fracaso para los romanos.76 La guerra dura veinte años más, sin ningún enfrentamiento
decisivo, hasta la batalla de las Islas Egadas, en 241 a. C., con la definitiva derrota cartaginesa, y su
expulsión de Sicilia. Las condiciones de paz son fijadas por la paz de Lutacio.77 78
Amílcar Barca se alía con los númidas, y usa la diplomacia para suscitar defecciones en el campo
adversario.85 En respuesta, los rebeldes torturan y matan a Giscón y a varios centenares de cartagineses.86
Finalmente son aplastados por Amílcar en el llamado desfiladero de la sierra.87 82 Spendios y Mathó son
88
crucificados.
Con ocasión de una revuelta indígena, Roma interviene, en flagrante violación del tratado de paz, y se
pierde Cerdeña en 238-237 a. C..82 Cartago quiere reaccionar, pero ante la voluntad romana de
reemprender la guerra, se ve obligada a aceptar el hecho consumado. Poco después, los romanos también
toman posesión de Córcega. En 218 a. C., Cartago pierde también Malta.89
El acontecimiento ha pasado a la posteridad, gracias al lugar que ocupa en la novela de Gustave Flaubert,
Salambô (1862), que sigue fielmente el relato de Polibio.90
La Hispania bárcida
Las minas permiten ayudar al pago de la indemnización de guerra debida a Roma.94 En 226 a. C., el
tratado del Ebro firmado entre Asdrúbal el Bello y Roma, prohíbe a los cartagineses franquear el río en
armas. En 219 a. C., el sitio de Sagunto, ciudad aliada de Roma, desencadena la segunda guerra púnica.
A pesar de ello, no todos los romanos quedan satisfechos, ya que la rápida recuperación económica de su
rival, que pide pagar en diez años las indemnizaciones previstas para cincuenta, confirma la amenaza
potencial de los púnicos.109 110
Impulsados por el temor de volver a enfrentarse con Cartago, los romanos
deciden seguir la famosa sentencia de Catón el Viejo: «Carthago delenda est» (Cartago debe ser
destruida),
La tercera guerra púnica (149-146 a. C.) se desencadena por una ofensiva romana en África que
desemboca en la destrucción de Cartago, tras un asedio de tres años.
Cartago, que había alcanzado cierta prosperidad económica entre 200 a. C. y 149 a. C., se ve obligada a
violar el tratado de 201 a. C. con Roma, debido a los continuos ataques de Masinisa, que llevan a una
guerra contra Numidia.111 112
En 151 a. C. se paga la última indemnización de guerra a Roma, pero en
los años siguientes, Cartago sufre las intrusiones de Masinisa en la región de los Grandes Campos,113 sin
que Roma haga nada. En 150 a. C., Cartago decide contraatacar para frenar la expansión númida.114 Es el
Casus belli esperado por Roma, que decide enviar tropas. El asedio
de Cartago se prolonga desde 149 a. C. hasta 146 a. C.. Después
de entregar 300 rehenes, Cartago recibe las exigencias de Roma:
debe entregar sus armas y máquinas de guerra. Además, los
púnicos deben abandonar la ciudad, e instalarse lejos del mar.115
Cartago romana
El final de la tercera guerra púnica marca el establecimiento de la
provincia romana de África, con una superficie de 25 000 km², y
protegida de las veleidades númidas por la fossa regia.122 Después de
la caída de Cartago, su rival, Útica, aliada de los romanos, se convirtió
en la nueva capital de la provincia, y centro económico y político de la
región.
Localización de la provincia
romana de África
Tras la fundación de la
colonia, la ciudad recupera
rápidamente su rango y
prosperidad de antaño,
convirtiéndose en una de
las ciudades más
importantes del Imperio
romano. El enriquecimiento
Ruinas de Cartago en la Colina del se debe a las exportaciones
Odeón de trigo y aceite de oliva a Basílica de Damous El Karita,
Roma, y alcanza su cenit edificio de culto cristiano que
con la dinastía Severa, entre atestigua la difusión del cristianismo
los siglos II y III. en Cartago
El cristianismo se implanta firmemente, aun antes de Constantino I.129 Las persecuciones imperiales
producen mártires desde finales del siglo II.129 Cipriano de Cartago, su primer obispo,130 sufre martirio en
258.129 Las persecuciones de Diocleciano se llevan allí a cabo con particular dureza.131
Esto hace que se convierta en el mayor centro espiritual de Occidente,132 y patria de Tertuliano, san
Cipriano, o Aurelio de Cartago.
Una serie concilios de Cartago comienza algunos años después, con la participación de 70 obispos.
Tertuliano se separa de la corriente principal representada por el obispo de Roma, cisma más grave que el
de los donatistas. A esto siguen persecuciones y apostasías de ciertos miembros de la Iglesia, entre ellos el
obispo de Cartago.133 Contra ellos luchó reiteradamente Agustín de Hipona.134 En 397, se confirmó el
Canon bíblico de la Iglesia de Occidente en el concilio de Cartago.
Siglo vándalo
Cartago y los otros centros de la provincia son conquistados en 439
por las tropas vándalas del rey Genserico, que vence al general
bizantino Bonifacio, y hace de Cartago la capital de su reino.135
Genserico es arriano, o sea un hereje para el catolicismo instituido.
El período vándalo coincide con una vuelta a las persecuciones,136
aunque se debe ser prudente sobre su alcance. Las fuentes son
Moneda de plata del rey vándalo
Hilderico
esencialmente católicas, y sujetas a acusaciones de parcialidad. Sin embargo, ciertas fuentes dan testimonio
de trabajos urbanos que difícilmente pueden comprobarse, dado el estado de los restos.135
Después de un intento fallido de reconquista en el siglo V, los bizantinos de Justiniano vencen a los
vándalos en el siglo VI. El 15 de octubre de 533, el general bizantino Belisario entra en Cartago, y evita el
saqueo de la ciudad.
Cartago bizantina
Justiniano instala en Cartago la sede de su diócesis de África, e
intenta restaurar la ciudad y la provincia.135 Como consecuencia
de la crisis monotelista, los emperadores bizantinos, opuestos a la
Iglesia de África, se alejan de Cartago.
Referencias
de 2006. 6. Serge Lancel, Ob. 10. Hédi Dridi, Ob. cit.,
1. Jongeling, K. Consultado el 14 cit., pp. 114-116 p. 31
(2005). «The Neo- de abril de 2006.
Punic Inscriptions 7. Serge Lancel, Ob. 11. Hédi Dridi, Ob. cit,
2. Heródoto, V2. pp cit., p. 116 p. 33
and Coin
165–7 8. Hédi Slim et 12. Serge Lancel, Ob.
Legends» (https://
web.archive.org/w 3. Polibio. Historia Nicolas Fauqué, cit, pp. 374-375
eb/200606292129 general de la Ob. cit., pp. 22-23 13. Serge Lancel, Ob.
17/http://website.le república romana: 9. Siguiendo a cit, p. 481
idenuniv.nl/~jongel 1.7–1.60 Charles Richard 14. Hédi Slim et
ingk/projects/neop 4. Lancel, Serge Whittaker y Enrico Nicolas Fauqué,
unic-inscr/puninsc (1997). Carthage A Acquaro, ver Yann Ob. cit., p. 23
r.html). History. Blackwell Le Bohec, Histoire
15. Enrico Acquaro
Universidad de Publishers. pp. 21- militaire des
Leiden. Archivado 31. ISBN 1-57718- dans Sabatino
guerres puniques. Moscati [bajo dir.
desde el original 103-4. 264-146 avant J.-
de], Ob. cit, p. 259
(http://website.leid 5. Maria Giulia C., éd. du Rocher,
enuniv.nl/~jongelin Monaco, 2003, p. 16. Enrico Acquaro
Amadasi Guzzo, p.
gk/projects/neopun 27 dans Sabatino
21
ic-inscr/puninscr.ht Moscati [bajo dir.
ml) el 29 de junio de], Ob. cit, p. 260
17. Hédi Dridi, Ob. cit, 32. Serge Lancel, Ob. 44. María Eugenia phénicienne et
p. 32 cit., p. 126 Aubet en Sabatino punique, p. 14
18. Serge Lancel, Ob. 33. María Eugenia Moscati [bajo dir. 59. Polybe, Histoires,
cit, p. 119 Aubet en Sabatino de], Ob. cit.', pp. III, 1, 22
Moscati [bajo dir. 298-299 60. Maria Giulia
19. Serge Lancel, Ob.
cit, p. 120 de], Ob. cit., p. 281 45. María Eugenia Amadasi Guzzo,
34. María Eugenia Aubet en Sabatino Ob. cit., pp. 28-29
20. Serge Lancel, Ob.
Aubet dans Moscati [bajo dir. 61. Hédi Dridi, Ob. cit.,
cit, p. 124
Sabatino Moscati de], Ob. cit., p. 300 p. 34
21. Sabatino Moscati,
[bajo dir. de], Ob. 46. María Eugenia 62. Ver Heródoto, Ob.
Ob. cit., p. 56
cit., p. 285 Aubet en Sabatino cit., VII, 166
22. Enrico Acquaro Moscati [bajo dir.
35. María Eugenia 63. Heródoto, VII, 167
dans Sabatino de], Ob. cit., p. 302
Aubet dans
Moscati [bajo dir. 64. Hédi Dridi, Ob. cit.,
de], Ob. cit., p. 263 Sabatino Moscati 47. María Eugenia
[bajo dir. de], Ob. Aubet en Sabatino pp. 35-36
23. Enrico Acquaro cit., p. 286 Moscati [bajo dir. 65. Hédi Dridi, Ob. cit.,
dans Sabatino de], Ob. cit., p. 304 p. 36
36. María Eugenia
Moscati [bajo dir. 66. Hédi Dridi, Ob. cit.,
Aubet dans 48. Hédi Dridi, Ob. cit.,
de], Ob. cit, p. 275 p. 39
Sabatino Moscati p. 35
24. Antonia Ciasca en [bajo dir. de], Ob. 67. Hédi Dridi, Ob. cit.,
49. M’hamed Hassine
Sabatino Moscati cit., pp. 281-282 p. 40
Fantar en
[bajo la dir. de],
37. María Eugenia Sabatino Moscati 68. Hédi Dridi, Ob. cit.,
Ob. cit., p. 254
Aubet dans [bajo dir. de], Ob. pp. 40-41
25. Jacques Sabatino Moscati cit., p. 230 69. Hédi Dridi, Ob. cit.,
Godechot, Histoire [bajo dir. de], Ob. 50. Serge Lancel, Ob. p. 41
de Malte, coll. cit., p. 282
« Que sais-je ? », cit., pp. 134-136 70. Serge Lancel, Ob.
38. María Eugenia 51. Serge Lancel, Ob. cit., pp. 482-483
éd. PUF, Paris,
Aubet dans cit., p. 142
1970, p. 14 71. Serge Lancel, Ob.
Sabatino Moscati
26. Maria Giulia 52. Justin, Ob. cit., cit., p. 484
[bajo dir. de], Ob.
Amadasi Guzzo, XIX, 2, 4 72. Serge Lancel, Ob.
cit., pp. 283-284
Ob. cit., p. 33 53. Serge Lancel, Ob. cit., p. 487
39. María Eugenia
27. Antonia Ciasca cit., p. 189 73. Polybe, Ob. cit., I,
Aubet dans
dans Sabatino Sabatino Moscati 54. Hédi Slim et 22, 4
Moscati [bajo dir. [bajo dir. de], Ob. Nicolas Fauqué, 74. Hédi Dridi, Ob. cit.,
de], Ob. cit, pp. cit., p. 288 Ob. cit., p. 26 p. 42
254-255 55. Pierre Rouillard,
40. María Eugenia 75. Serge Lancel, Ob.
28. Vincenzo Tusa Aubet ens « Phocéens », cit., p. 491
dans Sabatino Sabatino Moscati Dictionnaire de la
76. Polybe, Ob. cit., I,
Moscati [bajo dir. [bajo dir. de], Ob. civilisation
51
de], Ob. cit, p. 232 cit., pp. 288-297 phénicienne et
punique, éd. 77. Serge Lancel, Ob.
29. Vincenzo Tusa 41. María Eugenia
Brépols, Paris, cit. p. 495
dans Sabatino Aubet en Sabatino
Moscati [bajo dir. 1992, p. 353 78. Polybe, Ob. cit., I,
Moscati [bajo dir. 14
de], Ob. cit., pp. de], Ob. cit., p. 284 56. Hédi Dridi, Ob. cit.,
232-233 pp. 32-33 79. Serge Lancel, Ob.
42. Maria Giulia cit., p. 497
30. Vincenzo Tusa Amadasi Guzzo, 57. Hérodote,
dans Sabatino Historias, I, 165 80. Serge Lancel, Ob.
Ob. cit., pp. 32-33
Moscati [bajo dir. 58. Edward Lipinski cit., p. 496
de], Ob. cit., p. 248 43. María Eugenia
Aubet en Sabatino [bajo la dir. de], 81. Polibio, {Ob. cit., I,
31. Serge Lancel, Ob. « Alalia », 2, 66
Moscati [bajo dir.
citada, p. 125 de], Ob. cit., p. 298 Dictionnaire de la 82. Maria Giulia
civilisation Amadasi Guzzo,
Ob. cit., p. 50 100. Serge Lancel, Ob. 117. Serge Lancel, Ob. éd. Flammarion,
83. Serge Lancel, Ob. cit., p. 517 cit., pp. 558-559 Paris, 2000, p. 292
cit., p. 498 101. Serge Lancel, Ob. 118. Apiano, Libyca, 129. (en francés) Jean-
84. Polibio, Ob. cit., I, cit., p. 523 129 François Decret,
70, 9 102. Serge Lancel, Ob. 119. Serge Lancel, Ob. « Carthage
cit., p. 525 cit., pp. 571-572 chrétienne », Clio,
85. Serge Lancel, Ob.
octobre 2002 (htt
cit., p. 499 103. Serge Lancel, Ob. 120. Serge Lancel, Ob.
p://www.clio.fr/BIB
86. Serge Lancel, {Ob. cit., pp. 526-527 cit., pp. 572-573
LIOTHEQUE/carth
cit., p. 500 104. Serge Lancel, Ob. 121. Hédi Dridi, Ob. cit., age_chretienne.as
87. Polibio, Ob. cit., I, cit., p. 533 p. 59 p)
85, 7 105. Serge Lancel, Ob. 122. Hédi Slim et 130. Azedine
88. Serge Lancel, Ob. cit., p. 528 Nicolas Fauqué, Beschaouch, Ob.
cit., p. 501 106. Serge Lancel, Ob. Ob. cit., p. 99 cit., p. 32
89. Hédi Dridi, Ob. cit., cit., pp. 535-536 123. Azedine 131. Hédi Slim et
p. 43 107. Serge Lancel, Ob. Beschaouch, Ob. Nicolas Fauqué,
90. Serge Lancel, Ob. cit., p. 536 cit., p. 29 Ob. cit., p. 111
cit., pp. 496-497 108. Serge Lancel, Ob. 124. Connaissance des 132. Françoise Prévot,
91. Azedine cit., p. 537 arts, hors-série Philippe
Beschaouch, Ob. 109. Tito Livio, Ob. cit., « Carthage », nº Blaudeau, Jean-
cit., p. 23 69, 1995, p. 33 Louis Voisin et
XXXVI, 4, 7
92. Serge Lancel, Ob. 110. Azedine 125. Hédi Slim et Leïla Najar, Ob.
cit., p. 504 Nicolas Fauqué, cit., p. 293
Beschaouch, Ob.
Ob. cit., p. 103 133. Hédi Slim et
93. Hédi Slim et cit., p. 27-28
Nicolas Fauqué, 111. Hédi Slim et 126. Hédi Slim et Nicolas Fauqué,
Ob. cit., pp. 29-30 Nicolas Fauqué, Ob. cit., p. 114
Nicolas Fauqué,
Ob. cit., p. 105 134. Azedine
94. Serge Lancel, Ob. cit., pp. 91-92
Carthage, p. 506 112. Apiano, Le livre 127. Françoise Prévot, Beschaouch, Ob.
Philippe cit., pp. 33-34
95. Tito Livio, Historia africain, VIII, 12, 84
Blaudeau, Jean- 135. Azedine
romana, III, 11 113. Hédi Slim et Louis Voisin et Beschaouch, Ob.
96. Serge Lancel, Ob. Nicolas Fauqué, Leïla Najar, cit., p. 35
cit., pp. 512-513 Ob. cit., p. 92 L’Afrique romaine,
136. Fethi Bejaoui, « La
97. Tito Livio, Ob. cit., 114. Hédi Slim et 64-439, p. 292
Carthage de saint
XXI, 19-20 Nicolas Fauqué, 128. Christophe
Augustin »,
98. Serge Lancel, Ob. Ob. cit., p. 93 Hugoniot, Rome Connaissance des
cit., p. 514 115. Serge Lancel, Ob. en Afrique. De la arts, hors-série
99. Polibio, Ob. cit., III, cit., pp. 553-554 chute de Carthage « Carthage », pp.
56 116. Serge Lancel, Ob. aux débuts de la 55-56
cit., p. 556 conquête arabe,
Bibliografía
Anthony J. Frendo et Nicholas C. Vella (2001) « Les îles phéniciennes du milieu de la mer»
dans Malte du Néolithique à la conquête normande, Dossier d'archéologie, n.º 267, octubre
de 2001
Jacques Godechot (1970) Histoire de Malte. París: Presse Universitaire de France, 1970.
Markoe, Glenn E. (2000). Phoenicians. University of California Press. ISBN 0-520-22614-3.
Goldsworthy, Adrian (2003). The Fall of Carthage. Cassel Military Paperbacks. ISBN 0-304-
36642-0.
Baker, G. P. (1999). Anibal. Cooper Square Press. ISBN 0-8154-1005-0.
Warry, John (1993). Warfare in The Classical World (https://archive.org/details/isbn_978156
6194631). Salamander Books Ltd. ISBN 1-56619-463-6.
Casson, Lionel (1981). The Ancient Mariners 2nd Edition. Princeton University Press. ISBN 0-
691-01477-9.
Lancel, Serge (1997). Carthage A History. Blackwell Publishers. ISBN 1-57718-103-4.
Kern, Paul B. (1999). Ancient Siege Warfare (https://archive.org/details/ancientsiegewarf000
0kern). Indiana University Publishers. ISBN 0-253-33546-9.
Freeman, Edward A. (1892). Sicily Phoenician, Greek & Roman, Third Edition. T. Fisher
Unwin.
Church, Alfred J. (1886). Carthage, 4ta. edición. T. Fisher Unwin.
Habib Boularès, Hannibal. París: Perrin, 2000, ISBN 2-7028-5374-9
Serge Lancel, Hannibal. París: Fayard, 1995, ISBN 2-213-59550-X
Serge Lancel, Carthage. París: Fayard, 1992
Marcel Le Glay, Rome, grandeur et déclin de la République. París: Perrin, 1990
Jean Malye (textos reunidos y comentados por), La véritable histoire de Carthage et de
Hannibal. París: Les Belles Lettres, 2007, ISBN 978-2-251-44328-7
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia de Cartago.
Diodorus Siculus (http://books.google.com/books?id=agd-eLVNRMMC&printsec=titlepage)
Libro completo traducido por G. Booth (1814)
Forum Romanum: Justin (http://www.forumromanum.org/literature/justinx.html) (Texto en
latín, con traducción en inglés por John Selby Watson, en francés y parcial en español.
Smith, William; Dictionary of Greek and Roman Geography (http://www.perseus.tufts.edu/cgi
-bin/ptext?doc=Perseus%3Atext%3A1999.04.0064), Londres, (1854)
Appian's Roman History (http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian.html) Archivado (https://
web.archive.org/web/20080105092652/http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian.html) el 5
de enero de 2008 en Wayback Machine. at Livius.org (http://www.livius.org/)
En el Perseus Project: Versión en inglés y en griego (http://www.perseus.tufts.edu/cgi-bi
n/ptext?lookup=Plb.+toc)
Carthage chrétienne (http://www.clio.fr/BIBLIOTHEQUE/carthage_chretienne.asp) por
François Decret
Les Carthaginois, marins et agronomes (http://www.clio.fr/BIBLIOTHEQUE/les_carthaginois
_marins_et_agronomes.asp) por Jean-Paul Thuillier
(en francés) Le premier génocide: Carthage, 146 a.C. (https://web.archive.org/web/2009030
3160934/http://www.yale.edu/gsp/publications/04Kiernan2.html) por Ben Kiernan
(Universidad de Yale)
Esta obra contiene una traducción derivada de «Histoire de Carthage» de Wikipedia en
francés, publicada por sus editores (https://fr.wikipedia.org/wiki/Histoire_de_Carthage?actio
n=history) bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative
Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.
Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Historia_de_Cartago&oldid=148149243»
Esta página se editó por última vez el 23 dic 2022 a las 21:11.
El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse
cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.