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El amor perdido

En el abismo de mi alma se desvanecen los suspiros,


yacen los recuerdos que el tiempo no ha olvidado.
Un amor que se marchitó entre lágrimas y suspiros,
dejando en mi pecho un vacío desolado.

Las noches en vela son testigos mudos,


de las palabras que no se dijeron en aquel adiós.
Las miradas perdidas en un mar de dudas,
se extinguieron como estrellas sin su resplandor.

Un amor que se fue sin dejar rastro,


dejando en mis manos solo cenizas de ilusión.
Las promesas, hoy rotas, en pedazos dispersos,
y en mi corazón, una herida sin curación.

Los susurros del viento llevan consigo el eco,


de aquellas palabras que jamás pude escuchar.
El abrazo que anhelé, el beso que nunca llegó,
se desvanecieron en un triste amanecer.

En cada rincón de mi ser pervive tu esencia,


un aroma dulce que no puedo olvidar.
La melodía de tu voz aún resuena en el aire,
y en mis sueños te vuelvo a abrazar.

Pero sé que debo soltar las cadenas del pasado,


dejar que el viento se lleve el dolor y la añoranza.
Aprender a sanar las heridas que dejaste,
y renacer como un ave en su danza.

Quizás el amor perdido sea solo un capítulo,


en el libro infinito de mi destino.
Y aunque hoy la tristeza abraza mi alma,
sé que en algún lugar, un nuevo amor florecerá con tino.

Por ahora, guardaré en un rincón del corazón,


los fragmentos de aquel amor efímero y sentido.
Agradeceré las lecciones aprendidas en la oscuridad,
y en el tiempo encontraré la luz que me ha sido concedido.

Así, con el paso de las estaciones y sus ciclos,


el amor perdido será solo un recuerdo en la distancia.
Y en mi pecho, latirá un nuevo palpitar,
con la certeza de que el amor llegará con su fragancia.

Hasta entonces, dejaré que el viento me guíe,


que las lágrimas limpien mi alma y me fortalezcan.
Pues sé que en algún lugar, en algún momento,
un amor sincero y eterno, por fin, me encontrará.

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