ÉTICA JURIDICA La ética tiene que ver con el compromiso de ser una buena persona, la cual pasa por la realización del bien común, es la rama del saber que se ocupa del estudio de las acciones morales de los individuos y de los grupos, así como de las reglas y normas que rigen ese comportamiento en una sociedad determinada. La Deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral. Consideramos, que la ética y el derecho están estrechamente vinculados, ya que los principios éticos guían el comportamiento del profesional del derecho, a fin de que ejerza su profesión apropiadamente, contribuyendo a lograr el bienestar común y, por consiguiente, la armonía social. La ética profesional del abogado son las obligaciones y deberes que rigen la práctica de su profesión. De esta manera se garantiza la máxima protección a cada cliente. Así un código deontológico obligará al profesional jurídico de manera positiva a cumplir con ciertas obligaciones. Los principios son, el respeto, justicia, responsabilidad, honestidad y libertad. Estos principios regulan la actividad jurídica y en particular la conducta de las personas que se desempeñan en el ambiente legal. Debemos reconocer que no puede haber educación sin un sustento de naturaleza ética que permita al sujeto tomar decisiones pertinentes en el desempeño de su profesión. La ética es fundamental en el ejercicio de la abogacía, ya que la función del abogado impacta directamente en la comunidad. El Abogado en su compromiso profesional con el cliente que acordó patrocinar, debe realizar acciones legales y actitudes de ética, no puede ni debe sobornar al Juez ni a los carceleros si es que defiende a un reo. Impone también defender gratuitamente a los pobres. El código ético del abogado supone el libre ejercicio de sus funciones, de manera que no esté sujeto a presiones de ningún tipo. Los abogados pueden decidir si aceptar o no un caso, y tienen la libertad para determinar las acciones más adecuadas a seguir, siempre en el respeto de la ley y para defender a su cliente.