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Nosotros vivimos entre dos dimensiones: una celestial y otra espiritual; Dios nos dio la capacidad de
abrir umbrales, de abrir puertas para poder acceder o dar acceso a seres o cosas de otras dimensiones.
El huerto era una puerta dimensional abierta donde Dios se paseaba con Adán, era un umbral que
estaba permanentemente abierto, que daba acceso, pero cuando el pecado aparece esa puerta se
cierra y el hombre perdió el sentido de como abrir lo que él no sabía hacer y perdió el acceso.
Es por eso que hoy nos cuesta abrir umbrales espirituales que dan acceso de otra dimensión a nuestra
dimensión.
Nuestra dimensión está sujeta a leyes como el tiempo, la gravedad, pero cuando salimos de nuestra
dimensión a otra, ésta se rige por otras leyes, por esa razón el tiempo de Dios no es el tiempo nuestro.
Dios le dio al hombre la capacidad de dar acceso a lo espiritual y traerlo al mundo natural.
Se requiere abrir la puerta y entrar en la dimensión espiritual para cambiar las cosas.
■ LA IGLESIA DE FILADELFIA
Apocalipsis 3:7-8
Le escriben a la Iglesia del final de los tiempos para darle acceso a una puerta que nadie va a poder
cerrar, está abierta todo el tiempo, se abrió en el momento del sacrificio en la cruz; La Iglesia tiene que
aprender a vivir en la presencia y no solo lleguar a visitarlo.
No anhelamos algo que no hemos probado sino que uno hace aquello que le dió placer.
Tenemos que aprender a cambiar de dimensión y la puerta es Cristo, Juan 10:9, entramos a través de
Él y traemos lo sobrenatural a lo natural;
Estamos diseñados para tener un vida espiritual no una vida natural, tenemos la capacidad de unir el
cielo con la tierra.
Cristo nos trajo lo eterno y todavía queremos la naturalidad, Él dijo "todo el que cree en mi entra y
sale"
El que entra a una dimensión encuentra pastos; Mete tu mano prueba y degusta de lo bueno.