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Antecedentes de la Empresa JALASOFT

Creación:

"Cuando tú empiezas a usar tus ingresos y empiezas a invertir en capital humano para que
existan otras empresas que van a competir contigo has dejado de ser empresa y te has
convertido en industria”

Jorge López es un boliviano que luego de triunfar en Estados Unidos retornó para fundar Jala, la
empresa de software más grande del país. "Regresé prácticamente a fundar una empresa
tecnológica. Arrancó con seis personas en 2001 y hoy en día somos 800 personas”.

El grupo Jala está conformado por Jalasoft, la Fundación Jala e Industrias Jala. Jalasoft, con más de
650 ingenieros, se dedica a la producción y exportación de software. En cambio, la Fundación Jala
está abocada a la educación en distintos niveles de colegios y universidades. Con Industrias Jala, el
grupo empezará a comercializar sus productos en Latinoamérica. La idea principal del grupo no es
hacer empresa, sino hacer industria. Actualmente -de acuerdo con López- un ingeniero sale de la
universidad con apenas 30% a 35% del conocimiento que la industria tecnológica requiere. Y con la
capacitación de Jala, que dura tres años, estos especialistas elevan su conocimiento hasta un
100%. Muchos de ellos han iniciado su propio emprendimiento en Cochabamba, donde ahora hay
al menos 90 empresas de software.

Con sus programas educativos, Jala busca cambiar el modelo de educación boliviano, que se basa
en la memorización y repetición. El modelo que demanda esta industria, el modelo que demanda
el siglo XXI es una educación por razonamiento. Otra iniciativa vinculada con este cambio es la
construcción del Campus del Saber Jala, sobre una superficie de 35 hectáreas. Se trata de cuatro
bloques destinados a colegios, universidades, industria y nuevos emprendimientos. La entrega
está planificada para 2021. En este proyecto participan los salesianos de Bolivia. "Tienen 159 años
de vida institucional a nivel mundial. En Bolivia tienen 300 escuelas gratuitas. Están
completamente dedicados a la educación”, destacó López. "Los salesianos son parte de este
proyecto y son socios. Es la primera vez que la industria los hace socios, que participan en los
ingresos del campus con el objetivo de que sus ingresos sean usados en sus 300 colegios”.

La inversión en educación es un paso necesario para lograr la liberación tecnológica que Jala
persigue no sólo para Bolivia, sino también para Latinoamérica. Básicamente, esto significa dejar
de depender de sistemas operativos como Android o iOS, que ahora dominan el mercado de los
móviles y recopilan información de los millones de usuarios de todo el mundo con diferentes fines.

 En febrero, en el Mobile World Congress 2017 de Barcelona, López anunció la fabricación del
celular Accione de Jala. Esta iniciativa sólo es un paso para lograr la liberación tecnológica, que es
el fin mayor. 

Para desarrollar Accione, el grupo boliviano se alió con la compañía finlandesa Jolla, que desarrolló
el sistema operativo Sailfish OS, que ya fue certificado por países como Rusia o China. Jala también
se asoció con la empresa Qualcomm de Estados Unidos. Esta compañía es la proveedora de
procesadores de gama alta a empresas como Samsung o Huawei. "Qualcomm tiene el 65% del
mercado mundial de celulares”, aseguró López. "Ellos nos han dado acceso a una de sus casas de
diseño en China”. De esa forma diseñaron un modelo básico que costará 110 dólares y tiene
características propias de modelos de alta gama, como la carga rápida. "Nosotros tenemos carga
rápida en el modelo más sencillo. Estamos demostrando tecnológicamente que podemos hacer un
celular de 110 dólares con carga rápida”.

 El lanzamiento de Accione junto a representantes de Qualcomm y Jolla está programado para el
próximo 13 de octubre en Cochabamba. A partir de esa fecha, la línea de celulares podrá
adquirirse en una cadena de tiendas de lujo, que la compañía prepara en el eje central boliviano.
El paso siguiente será la oferta de los celulares en Latinoamérica con precios indexados o, en otras
palabras, precios justos. Para desarrollar aplicaciones como Facebook, WhatsApp o Twitter
necesariamente se debe tener una nube. Bajo esta premisa, Jala empezó a desarrollar una propia,
cuyo lanzamiento está previsto para 2018. Esta tecnología también será utilizada por la finlandesa
Jolla. "Nuestra asociación con ellos es que van a acceder a nuestra tecnología de nube. Nosotros
vamos a acceder a su tecnología de sistemas operativos y vamos a optimizar los dos”.

 Para desarrollar aplicaciones se requiere una nube.

La fundación Jala tiene programas educativos para diferentes niveles.

Decisión trascendental 

Hemos conocido sólo un resumen de los logros y las próximas apuestas del Grupo Jala para lograr
la liberación tecnológica de la región. "Es la suma de un montón, de crear gente, de desarrollar
gente, de entrenar gente. Estamos en Bolivia desde 2001”, afirmó López. Ese año, este
emprendedor tomó una de las grandes decisiones de su vida: retornar a Bolivia. 

 López creció en Cochabamba y a sus 17 años se fue a Estados Unidos. En ese país estudió Ciencias
de la Computación. Luego de varios intentos empezó a trabajar en Adobe Systems. En ese
entonces en Adobe Systems eran 115 personas y no era una empresa gigante. Después de casi
nueve años, se convirtió en la segunda empresa de software más grande del mundo con más de
3.500 empleados”. Cuando Adobe Systems ya era un gigante, el boliviano se retiró para fundar con
otros socios una empresa de redes en Sillicon Valley. "Empezamos con 15 personas, después de
varios años cotizó en la bolsa de Nueva York. Sus acciones llegaron a 127 dólares. Así obtuve mi
fortuna económica”, recordó. En Estados Unidos, el cochabambino veía cómo muchos latinos
perdían su identidad. Y no quiso que sus hijos crecieran de esa forma, por lo cual, a sus 33 años,
retornó al país donde nació. "He partido del concepto ‘si yo puedo, todos los bolivianos pueden’.
Ésa fue mi motivación de regresar”, recordó. "Nada es fácil aquí, todo es viento en contra, pero
existen bolivianos en el país que aman su tierra, creen en su tierra y en su gente. Eso para nosotros
es suficiente”, concluyó. López busca que la industria fomente la educación para desarrollar
aplicaciones se requiere una nube que Jala presentará en 2018.

En 2014 se implantó un modelo educativo en ocho colegios de Cochabamba

El ejecutivo recibe a OH! en su despacho de la sede JALA. Ese complejo que parece haber sido
trasplantado desde el Silicon Valley a la esquina de las avenidas Simon López y Pérez de Holguín de
Cochabamba. Cinco edificios inteligentes que emergen detrás del logo empresarial con sus
armazones colmados de metales livianos y cristales. Adentro, un mundo de sensores que activan
alarmas, luces intermitentes, accesos y elevadores; y decenas de salas con ingenieros
concentrados en sus teclados o en conversaciones bilingües a distancia.

La edificación, por sus particularidades, se ha convertido desde su estreno en 2008 en uno de los
referentes de la urbe. Y marca otro de los hitos de esta historia, profundamente personalizada en
la historia de López. Este ingeniero de Sistemas cochabambino, afecto a la descripción de procesos
que completa con expresiones cargadas de energía, fue a estudiar a EEUU a sus 17 años. Tras su
egreso, en aproximadamente tres lustros, fue parte de los equipos que protagonizaron los grandes
saltos de transnacionales como Dove Sistems y NET-IQ.

“Entré a Dove Sistems cuando esta empresa tenía 150 empleados –recuerda Jorge López-. Me
retiré 9 años más tarde. Dove Sistems era la segunda empresa de software más grande del mundo
y tenía 3.000 trabajadores más una infraestructura tremenda. Me fui a NETIQ, junto con sus
fundadores, coadyuvé a fundarla. Era una empresa que apenas contaba con 15 personas. Seis años
más tarde NETIQ tenía 4.000 empleados a nivel mundial. Desarrollamos la cuarta plataforma de
administración de datos de todo el planeta, la APP Manager. Mis acciones pasaron de cotizar en
20 centavos de dólar a 127 dólares”.

López entonces era un treintón que bien podía organizar el resto de su vida en una apacible playa
caribeña. O podía proyectar un emprendimiento en alguna de las ultramodernas capitales
tecnológicas. Pero desde muy jovencito tenía la espina de romper el paradigma del derrotismo
boliviano y latinoamericano a la hora de crear industria y tecnología. Y decidió apostar su capital y
prestigio profesional, presentó ante el directorio de NET IQ el proyecto JALA.

Y en 2001 retornó a Cochabamba a generar software, a, por esa razón, conectarse desde allí
informáticamente con el mundo. Y vino a enfrentar desafíos que incluían, por ejemplo, la falta de
instalaciones del servicio de internet. Es más, Bolivia atravesaba una aguda crisis política y
económica y social.

-“No me hice problemas –explica López-. Instalamos una antena satelital y durante ocho a nueve
meses armamos nuestro equipo de ingeniería. Y, contra lo que muchos podían esperar, seguimos
aquí hoy. En 2001 éramos seis personas, ahora somos más de 800 personas, 600 ingenieros, todos
bolivianos. Empezamos como JALA Soft, ahora somos el grupo JALA, conformado por tres
instituciones”.

CREAR PLATAFORMAS E INGENIEROS JALA

Cada una de las partes del consorcio ha tenido sonados logros. JALA Soft dio el primer batacazo en
2005. La empresa creó la XIAN Network Manager, una compleja plataforma que monitorea la
calidad de conexión entre dispositivos y redes. El éxito de este producto puede medirse por los
clientes que lo adquirieron: la Agencia de Impuestos de EEUU (IRS, por su sigla en inglés), la
Armada de EEUU, la Agencia Aeroespacial de Canadá, la automotriz Susuki, la compañía
cosmetológica L’Oreal, entre otras.

El otro brazo del grupo constituye la Fundación JALA destinada a formar su propio capital humano,
sus ingenieros informáticos.
“Nos cuesta formar un ingeniero tres años. El profesional boliviano llega a la institución con un 30
a 35 por ciento del conocimiento de esta industria, el restante porcentaje tenemos que
enseñárselo nosotros. Un año de instrucción gratuita, de ocho horas diarias y cinco días a la
semana. Los mejores entran a las escuelas de ingeniería de JALA Soft y tienen 24 meses para
convertirse en ‘ingenieros JALA’”.

Los “ingenieros JALA” ya son parte de equipos de alta producción software y en proyectos de
creación intelectual. El grupo invierte actualmente 3,5 millones de dólares anuales en sus
programas educativos. Coordina labores con las universidades Mayor de San Simón, Católica y
Privada de Bolivia.  Desde 2015 amplió sus alcances al proyecto formativo complementario,
“educación por razonamiento”,  Jaque Mate que se aplica en 32 colegios tanto privados como
fiscales. En la lista se hallan instituciones como el San Agustín, el Don Bosco, Anglo Americano,
Bolívar, Sucre y Junín.

JALA ha logrado un importante aliado en las escuelas de la orden salesiana y se proyecta hacia un
Campus del Saber que integrará escuelas, universidades e industria. Su proyecto Jaque Mate ha
merecido especial consideración del Banco Interamericano de Desarrollo que pretende ampliar la
iniciativa hacia otras regiones bolivianas.

-“Hemos demostrado que algunos colegios pueden ponerse a la par de los mejores incrementando
las horas de trabajo –celebra el ejecutivo de JALA-Lo hicimos con nombre y apellido de cada chico.
Mostramos cómo sí hay la capacidad, cómo suben de nivel. Y mostramos que nuestro ingeniero,
con tres años más de preparación es competitivo. ¡Mostramos que sí, que el boliviano puede!”.

CREAR INDUSTRIA

Y a partir de ese ideal de independencia tecnológica, apuntalado por un sistema educativo, JALA
amplía sus actividades a la industria tecnológica. Baste señalar que esta semana el grupo logrará
otras primacías a nivel nacional: participará en el Congreso Mundial GSMA de telefonía móvil que
desde esta noche se realiza en Barcelona. Fue invitado a presentar el ACCIONE (Ver recuadro),
nada menos que el primer teléfono inteligente de alta tecnología boliviano.

López a poco de partir rumbo a Barcelona remarca la importancia de este producto próximo a salir
a la venta: “Pese a que nuestros ingresos son en general menores a los de los norteamericanos o
europeos, los latinoamericanos somos importadores de tecnología en forma de productos
terminados. Pagamos más que ellos por los mismos productos tecnológicos. El costo extra es el
resultado directo de no ser dueños de la propiedad intelectual. Estamos obligados a pagar
aproximadamente 40% de impuestos de importación en Bolivia, y no controlamos ni la calidad ni
las especificaciones de los productos”.

Parte rumbo al evento donde surgirán las primicias de la tecnología de quinta generación (5G) en
las telecomunicaciones. Uno de los ejes centrales de esa revolución de automatizaciones
mecatrónicas y cibernéticas que transformarán al mundo así como el automóvil hace un siglo o el
internet hace dos décadas. López va a la cita orgulloso de lo alcanzado en 15 años de trabajo en la
llajta. No deja de remarcar la educación como eje central de su proyecto y los valores que le
legaron el colegio Loyola y su padre: José Antonio López Arce, inspirador del acrónimo JALA.
-“Creo mucho en mi país. Como ingenieros bolivianos nos sacamos la barrera mental, nos sacamos
ese prejuicio. El ingeniero JALA no tiene esas barreras mentales y dijo: ‘sí, somos tan capos como
ellos’. Porque todos los días competimos, hacemos, sacamos resultados, crecemos año tras año,
producimos y exportamos software”.  Luego sentencia, con su marcada dicción y sus cierres
enérgicos: “Y lo que hasta hoy hemos hecho es la tercera parte de lo que aún pienso hacer”.

ACCIONE, PRIMER IPHONE BOLIVIANO

ACCIONE es el teléfono inteligente de alta tecnología que decidió producir JALA. Fue diseñado en
Cochabamba. Tiene alta sensibilidad. Sus modelos están adaptados a las características
anatómicas del usuario latinoamericano. Se halla dotado, entre otras particularidades, de
identidad de huella. Se estima que costará 110 dólares en Bolivia. Sus centros de atención se
abrirán inicialmente en el eje central de Bolivia. Se prevé ingresar cada 15 meses a un nuevo
mercado en el exterior del país.

Fue desarrollado con procesadores QUALCOMM y un sistema operativo (OS) nuevo.

QUALCOMM tiene el 65 por ciento del mercado mundial de procesadores 4G y 5G. Marcas como
Apple y Samsung son también sus clientes. Creada en 1985, virtualmente reina en el desarrollo de
los chips, del silicon, sin riesgos a la vista. Por ello, sus productos son básicamente asimilados por
el mundo tecnológico. Como resultado de la elección adoptada, ACCIONE contará con los
beneficios de fluidez y rapidez propias de la tecnología Qualcomm para el manejo de datos e
imágenes.

JALA para su proyecto ACCIONE también realizó una alianza estratégica con la compañía
finlandesa Jolla. Esta alianza y la elección de hardware permitirán  controlar la calidad y
funcionalidad para el mercado boliviano y latinoamericano. Con ello se contribuirá a alcanzar los
objetivos del Grupo JALA en cuanto a lograr independencia tecnológica para Latinoamérica.

ACCIONE tendrá el Sailfish OS de JOLLA, para que desde Bolivia en Latinoamérica se desarrolle y
controle este nuevo sistema operativo. Se trata de un sistema de código abierto especializado en
dispositivos móviles. A diferencia de sistemas como el Android de Google o el iOS de Apple que
dominan el mercado mundial, no es un sistema operativo móvil “cerrado”.  El problema con un
sistema operativo cerrado radica en que obliga al resto del mundo a depender de tecnología que
no está bajo su control.

Jorge Lopez comenta: “Incluso un país desarrollado y tecnológicamente avanzado como Rusia, ha
optado por usar Sailfish OS debido a su código abierto y al hecho de que le proporciona los
componentes de seguridad que Rusia precisa controlar para su propia independencia tecnológica.
El Sailfish OS de Jolla es una alternativa real a Android, para nuestras necesidades en la región”.

Luego añade: “El control de los dos sistemas operativos más usados en el planeta, Android de
Google e iOS de Apple, está en manos de empresas estadounidenses. El motor de la economía
para los siguientes 30 años es la tecnología. El sistema operativo es el corazón y cerebro de los
celulares inteligentes y, si no controlamos el sistema operativo, Latinoamérica una vez más estará
relegada a ser solo un consumidor”.
El desafío fue consolidar una morfología que evoque esta modernidad acompañada de un
nexo de funciones las cuales en gran manera estaban destinadas a contener usuarios que
necesitaban espacios dinámicos para una labor que desempeñan la cual que es bastante
estática y contener ambientes destinados a almacenar y producir esta tecnología.

El edificio esta conformado por cinco bloques, donde el hormigón visto hace presencia en las
fachadas, acompañados de grandes ventanales vidrio, la idea es mostrar que los materiales en
bruto pueden demostrar una estética moderna y bastante contrastante debido a la magnitud
horizontal del proyecto.

Dentro del espacio funcional, el edificio alberga una gran cantidad de oficinas, las cuales están
complementadas por restaurantes, gimnasio y terrazas; con la idea de permitir al usuario
lugares de ocio y distracción dentro de su mismo ambiente laboral.

El edificio representa un paso hacia equipamientos diferentes en nuestro departamento,


donde el ambiente laboral pueda tener espacios recreativos como complementos que
permitan la flexibilidad y pertenecía entre sus usuarios.

https://arqa.com/arquitectura/edificio-de-jalasoft.html

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