UNA

TIERRA, UN PUEBLO, UN PROPÓSITO

¿CÓMO ORAR POR ISRAEL?
Serie Amando su venida – Parte 5

• En el principio Dios creó todas las cosas, no como respuesta a una necesidad, sino a un deseo:
darse a conocer.

• Este deseo de Dios empieza a vislumbrarse en los primeros doce capítulos de Génesis, y en ellos
encontramos el fundamento sobre el cual se cimentará el resto de las Escrituras. Génesis 1-12 nos
muestra un patrón de juicio y redención que nos revela el carácter de Dios ante el fracaso del
hombre en su intento de participar en sus planes.

o Adán y Eva (Gn. 3)
o Caín y Abel (Gn. 4)
o Maldad del hombre llegando a su colmo (Gn. 6-7)
o Rebelión de las naciones contra Dios (Gn. 11-12)

• Estos primeros capítulos nos posicionan para comprender la historia completa. Porque no
podemos entender los últimos tiempos si previamente no comprendemos los primeros
tiempos. Así como en los primeros quince minutos de una película suele presentarse a los
personajes buenos y malos, el lugar donde suceden los eventos y el problema a resolver, es en los
primeros capítulos de Génesis y todo el Antiguo Testamento, donde se desenvuelve toda la trama
que llena de sentido a las Escrituras. El Nuevo Testamento construye sobre esta base
desarrollando cómo la Iglesia colaborará con el Dios de la historia para ver su desenlace.

Necesitamos conectar el final de la historia con la historia

A. UNA TIERRA, UN PUEBLO, UN PROPÓSITO

En medio de la rebelión de las naciones (Gn. 11), Dios elije a un hombre de esas naciones con un
corazón de padre como el suyo, y lo invita a ser parte de su historia.

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre,
a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que
te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Génesis 12:1-3

• Dios hace un pacto con Abraham, que va a ser consumado en Génesis 15, y que consta de tres
promesas:

o Una tierra
o Una gran nación
o Una bendición para todas las familias de la tierra

• Este era el propósito de Israel, bendecir a la naciones. Dios no ama más a Israel que a las demás
naciones. Sino que Israel fue elegida como una nación misionera. Pero lejos de abrazar este
propósito, fueron enceguecidos y no quisieron ir a donde Dios los enviaba.

“¿Quién hay en el mundo tan ciego como mi pueblo, destinado a ser mi mensajero de la verdad?
¿Quién tan ciego como mi «consagrado», el «Siervo del Señor»?” Isaías 42:19, NBV

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“¡Pero qué espectáculo da su pueblo, los encargados de mostrarle a todo el mundo
la gloria de su ley, pues son víctimas de robo y están esclavizados, encarcelados, atrapados,
presa de todos, sin quién los proteja!” Isaías 42:22, NBV

“¿Quién permitió que a Israel se le robara y dañara? ¿No fue el Señor?
Fue el Señor contra el cual pecaron, porque no quisieron ir a donde él los enviaba
ni escuchar sus leyes”. Isaías 42:24, NBV

• El propósito era que Israel fuera el representante de Dios en las naciones, un Reino de sacerdotes,
gente santa (Éx. 19:6). Un pueblo de testigos.

“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí...” Isaías 43:10a

• Es por esta razón que, luego de resucitar y antes de ascender, Jesús les dijo a sus discípulos (un
remanente de judíos) “recibirán poder y me serán testigos”. Para que yo restaure a Israel, dice el
Señor, ustedes harán lo que siempre deberían haber hecho: ser mis testigos.

En Jesús un “nuevo hombre” se levantaría, compuesto de judíos y gentiles (Ef. 2:14-15), y llevarían
el Evangelio desde Jerusalén hacia cada rincón de la tierra (Hch. 1:8), hasta que el Evangelio del
Reino sea predicado como testimonio a todas las naciones (Mt. 24:14).

• Ante esta nueva fase del plan de Dios, la pregunta que surge es: ¿Ha desechado Dios a Israel como
el pueblo elegido para ser una luz a las naciones? (Ro. 11:1).

La respuesta de Pablo es contundente:

“Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera…” Romanos 11:1

Dios tiene un plan en marcha:

“11Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera;

pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12 Y si su transgresión
es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?...
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto

a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado
la plenitud de los gentiles;26 y luego todo Israel será salvo…” Romanos 11:11-12, 25-26

Desde el primer siglo la semilla del Evangelio fue sembrada en la naciones, y está madurando hasta
que esté lista para la cosecha, en el momento llamado “la plenitud de los gentiles”. Esta plenitud de
gentiles llevará el Evangelio de regreso a Israel y a Jerusalén a través de la intercesión y el
evangelismo para que finalmente todo Israel sea salvo.


B. UN TIEMPO DE ANGUSTIA PARA ISRAEL

• Antes de que todo Israel sea salvo vendrá un tiempo sin precedentes para toda la tierra, un
sacudimiento del cual Israel será el epicentro.

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“4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá.5 Porque así ha dicho Jehová:
Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. 6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz;
porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto,
y se han vuelto pálidos todos los rostros. 7 ¡Ah, cuán grande es aquel día!, tanto, que no hay otro
semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado”. Jeremías 30:4-7

• Este tiempo de angustia y tribulación sin precedentes tendrá al menos tres propósitos principales:

1. Que el Evangelio sea predicado en todas las naciones, y estas procedan al arrepentimiento
(Mt. 24:14; 2 P. 3:9).

2. La Iglesia en las naciones será purificada y emblanquecida para ser una Novia gloriosa, pura
y sin mancha ni arruga (Dn. 11:35; 12:10; 1 P. 1:6-9).

3. Llevar a Israel al lugar donde caiga todo aquello en lo que ponen su confianza fuera de Dios,
y así busquen el rostro de Dios con todo su corazón (Dt. 32:36; Dn. 12:7; Os. 2:14).

C. GUARDAS DE NUESTRO HERMANO ISRAEL

“30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones,
los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.
32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano,

que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose,
vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón,
y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele;
y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese”. Lucas 10:30-35

• La palabra Samaría en hebreo es “Shomeron”; y en samaritano, “Shomeroni”. Ambas palabras
vienen de la raíz hebrea “shamar”, que significa: guardar, cuidar, proteger, guardián.
Esta misma palabra que encontramos en Génesis 4:9, cuando Caín le responde a Dios, ante la
pregunta de dónde estaba su hermano: “acaso soy yo guarda (shamar) de mi hermano”.

• La Iglesia y las naciones han dicho por años: “¿Acaso somos nosotros guardas de Israel?”

Dios responde a esta pregunta con un contundente SÍ, en Isaías 62, usando la misma palabra:

“Yo, el Señor, estoy poniendo guardas (shamar) sobre los muros de Israel,
todo el día y toda la noche no callarán…” Isaías 62, mi traducción

• Para el tiempo de mayor angustia de Israel en la historia, Dios está levantando guardianes que se
paren de parte su pueblo y no descansen hasta que salga como resplandor su justicia, y su
salvación se encienda como una antorcha (Is. 62:1).

• Aquellos que se sometan a la soberanía y elección de Dios, y se alineen con su plan volviéndose
guardianes de Israel, experimentarán lo que Rut, una gentil, experimentó por abrazar a una judía
en tiempo de desamparo.

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“Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel,
bajo cuyas alas has venido a refugiarte”. Rut 2:12

Viene protección, favor, un río de gracia y el privilegio de habitar a su sombra, para aquellos que
se vuelvan guardianes de Israel.

• La instrucción de Jesús, luego de contar lo que este buen samaritano hizo con el hombre golpeado,
fue: “Ve, y haz tú lo mismo”, Lucas 10:37.

• Hay un plan glorioso en marcha. Dios lo va a ejecutar, y aunque podría hacerlo solo, está buscando
colaboradores. La pregunta de Isaías 6 sigue resonando: “¿A quién enviaremos?, ¿quién irá por
Nosotros?” (Isaías 6:8).

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33

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