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Schopenhauer afirmó que la existencia es sufrimiento, pero la contemplación estética puede proporcionar un estado de beatitud. Para Martin Seligman, la psicología se ha centrado demasiado en la enfermedad y poco en mejorar la vida de las personas sanas. La psicología positiva busca ocuparse tanto de las fortalezas como de las debilidades humanas, construir fortalezas y desarrollar vidas plenas para personas normales. Seligman y otros fundaron la psicología positiva para medir la felicidad y descubrir cómo for
Schopenhauer afirmó que la existencia es sufrimiento, pero la contemplación estética puede proporcionar un estado de beatitud. Para Martin Seligman, la psicología se ha centrado demasiado en la enfermedad y poco en mejorar la vida de las personas sanas. La psicología positiva busca ocuparse tanto de las fortalezas como de las debilidades humanas, construir fortalezas y desarrollar vidas plenas para personas normales. Seligman y otros fundaron la psicología positiva para medir la felicidad y descubrir cómo for
Schopenhauer afirmó que la existencia es sufrimiento, pero la contemplación estética puede proporcionar un estado de beatitud. Para Martin Seligman, la psicología se ha centrado demasiado en la enfermedad y poco en mejorar la vida de las personas sanas. La psicología positiva busca ocuparse tanto de las fortalezas como de las debilidades humanas, construir fortalezas y desarrollar vidas plenas para personas normales. Seligman y otros fundaron la psicología positiva para medir la felicidad y descubrir cómo for
afirmó que “la existencia es sufrimiento, y también que la contemplación estética de
las cosas y los hechos del mundo nos proporciona un estado de beatitud que aleja los males inherentes al tremendo hecho de vivir.” Para Martin Seligman el estado de la psicología actual “no es lo suficientemente buena”, ya que por más de 60 años la psicología se trabajó como una enfermedad. La psicología se trata de encontrar lo que no funciona en nosotros “encontrar al loquito”, se descubrió que se podía tomar conceptos poco claros como la depresión y el alcoholismo; que con eso se podía calificar las enfermedades mentales. Pudiendo ya saber qué hace a la persona infeliz menos infeliz, las consecuencias de esto fueron tres cosas: El primero: los psicólogos y psiquiatras se convirtieron en victimólogos, patólogos; la visión de la naturaleza humana paso a ser que si estabas en problemas terminarías aún peor. El segundo: Se olvidaron de mejorar las vidas normales, dejaron de lado la función de hacer más felices, más plenas, más productivas a las personas realmente sanas, y las descripciones “genio” y “talentoso” adoptaron un significado sucio. El tercero: En el apuro por reparar los daños existentes, jamás se realizaron intervenciones para hacer a las personas más difíciles. Y eso fue lo que llevo a la gente como Nancy Etcoff, Dan Gilbert, Mike Csikszentmihalyi y hasta el mismo Martin Seligman a trabajar en algo llamado psicología positiva la cual tiene tres objetivos: 1.La psicología debe ocuparse tanto de las debilidades como las fortalezas humanas. 2.Deve estar tan ocupada en construir fortalezas al igual que reparando los daños, debe estar interesada en las mejores cosas de la vida. 3.Y debe estar interesada en desarrollar la vida plena de las personas normales, fijándose en los genios y estimulando sus grandes talentos. Resulta que podemos medir distintas formas de felicidad, viendo donde te encuentras en términos de emoción positiva, de significación, una clasificación de fortalezas y virtudes que mide como se manifiestan varones y mujeres, como se definen, como se construyen y que obstruye su desarrollo. “Encontramos que podíamos descubrir la causalidad de los estados positivos”, afirma Seligman, ya que una de las causas de la felicidad es la relación de la actividad entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo.