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TREE AeS ETE Vivo Cae) 13 DE NOVIEMBRE DE 2006 POTESTAD REGLAMENTARIA PRESIDENCIAL, RESOLUCIONES MINISTERIALES Y TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Admisibilidad del Requerimieyto parlamentario dirigido contra Ia Resolucién Exenta Niimero'584 de 1° de Septiembre de 2006 del Ministerio de Salud. Patricio Zapata Larrain; Abogado, Pontificia Universidad Catéica de Chile; Profesor de Derecho Constitucional, Universidad Andrés Bello y Pontificia Universidad Catélica de Chile; Magister en Ciencia Politica, Pontificia Universidad Catélica de Chile; ‘Master en Derecho, Universidad de Harvard; PhD© en Derecho, Universidad de Chile. PE Genes SESE) HD (262) He querido emitir opinion sobre la procedencia del requerimiento deducido por 33 diputados que piden al TCCh que declare la inconstitucionalidad de la Resolucién Exenta Némero 584 de 1 de Septiembre de 2006 del Ministerio de Salud, disposicién que establece “Normas Nacionales sobre regulacion de la fertilidad”. Este breve Informe en Derecho se ocupa de discutir la admisibilidad del requerimiento. No se examina aqui, en consecuencia, la coherencia sustantiva entre las referidas “Normas Nacionales” y los valores, principios y normas de la Constitucién Politica. El problema de admisibilidad, se plantea a propésito de una cuestion previa al examen de fondo de las “Normas...” ;Tiene competencia el ‘TCCh para controlar la constitucionalidad de una Resolucién Ministerial? La cuestion se suscita inevitablemente desde el momento que el articulo 93 Namero 16 de la Constitucién Politica, la disposicion que invocan los requirentes, dispone textualmente que “son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver sobre la constitucionalidad de los decretos supremos, cualquiera sea el vicio invocado....”. Adviértase, de inmediato, que la objetada Resolucién Exenta 584, al menos desde un punto de vista formal, no seria un decreto supremo. Se convendra conmigo en que la eventual existencia de una o muchas inconstitucionalidades en las “Normas...” no puede ser argumento + Me permito, en todo caso, hacer presente que, estudiadas las “Normas nacionales..", advierto en ells varias y graves infracciones alo dispuesto en la Constitucién Politica, Se ‘vulneran, entre otras disposiciones, aquellas que ordenan a los érganos del Estado proteger ala persona que esta por nace, protege ala familia 0 propender a su fortalecimiento (Articulos 1 y 19 Némero 1) Creo, ademés, que las “Normas Nacionales” en cuestion vulneran gravemente la reserva de ley en materia de derechos en general (Articulo 19 niimero 2). Mas ain, yen momentos en que acaba de presentarse una Moci6n parlamentaria que proponelegalizar el aborto provocado hasta la semana 12 de la gestacin dela persona que esta por nacer (9 de Noviembre de 2006, diputados Enriquez Ominami y Alinco), me parece que la explicitacin clara y precisa de Ios contornos del Derecho a la Vida del [Nascturus por parte del TCCh constituye un imperativoineludible e impostergable Tee termes SIE MAD) Lac (202) suficiente, per se, para que el TCCh se atribuya jurisdiccién més alla de Jos margenes de la Carta Fundamental. En ésta, como en otras materias, “Two wrongs don’t make a right”. La propia Constitucién se ha puesto en el caso que un érgano del Estado se vea enfrentado a situaciones especialmente apremiantes 0 graves cuya conjura eficaz pareciera demandar una extralimitacién de las competencias legales. La regla de la Carta Fundamental es clara: “Ni atin a pretexto de circunstancias extraordinarias” puede atribuirse ‘una magistratura atribuciones que no le hubieren sido conferidas expresamente por la Constituci6n o las leyes. De esta manera, lo tinico que cabe, l6gicamente, es determinar si es posible, sin forzar la interpretacién, entender que el articulo 98 namero 16 faculta al TCCh no sélo para controlar la constitucionalidad de aquellos actos administrativos rotulados formalmente como “Decretos Supremos” sino que, también, le autoriza para controlar la constitucionalidad de actos administrativos que siendo materialmente Decretos Supremos han nacido a la vida del derecho, sin embargo, con una calificacién juridica distinta, Luego de estudiar detenidamente este problema, he llegado a la conclusién que el articulo 98 nimero 16 debe ser interpretado de manera sistematica y finalista, entendiéndose comprendidos por tal precepto, entonces, todos los actos administrativos a través de los cuales el Presidente de la Republica y/o sus colaboradores directos ¢ inmediatos pretenden ejercer la potestad reglamentaria. El TCCh debiera, en todo caso, ser deferente con la Administracién en cuanto a aceptar prima facie, en general, la calificacién que aquella efectue sobre la naturaleza del acto administrativo. Dicha deferencia, sin embargo, no implica que el TCCH deba considerarse vinculado siempre y necesariamente por la calificaci6n del gobierno. Varias son las razones en que fundo mi conclusion: RE Ut macy Ksemnya yorstvs Bey a) Verdadera naturaleza de la Potestad Reglamentaria: La Resolucion Exenta Numero 584 es un intento por crear Derecho positivo chileno por una via no destinada al efecto. Lo es desde el momento en que las “Normas Nacionales...” establecen obligaciones nuevas para las personas, restringen derechos e interpretan disposiciones constitucionales, leyes y Tratados Internacionales. En nuestro sistema constitucional el Presidente de la Repiblica tiene competencia para crear normas juridicas que, acuerdo a la Constitucién, le permitan cumplir sus funciones gubernativas y administrativas ("Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservacion.... articulo 24 inciso segundo de la Carta Fundamental). Esta competencia especial del Presidente de la Repablica se lama Potestad Reglamentaria y se ejerce, por el Presidente, en los casos y en la forma que establecen jos articulos 32 nimero 6 y 35 de la Constitucién Politica. Los Ministros de Estado no tienen Potestad Reglamentaria? No la tienen propia ni puede entenderse que la tienen delegada o prestada del Presidente. Refiriéndose a otra atribucién especial del articulo 32, presentar indicaciones en el contexto de la formacién de la ley, el propio TCCh ha afirmado que esta potestad no puede ser delegada en los Ministros. Los Ministros de Estado, en orden a coordinar eficazmente la actividad del personal administrativo y a efectos de llevar adelante eficientemente las tareas de servicio a la comunidad, pueden dictar resoluciones, circulares o instrucciones. Estos actos escritos no pueden crear derechos. Desde un punto de vista material o sustancial, por tanto, la Resolucién Exenta Niimero 584 noes lo que dice ser. 2 Esta afirmacién es sentido comdin en nuestro Derecho Pablico. Véanse los Tratados de Enrique Silva Cimma, Eduardo Soto Kloss y Patricio Aylwin TR eg ee PNT OF*BKR ova {Como debe tratarla el TCCh? {Como lo que dice que es?, 0 ;Cémo lo que es? b) Las cosas son lo que son. El Derecho es forma y contenido. Ambos son importantes. No cabe despreciar uno u otro aspecto. Cuando las formas son meras apariencias, sin embargo, el deber del intérprete es ir més allé del literalismo y avanzar en una hermenéutica sistematica y finalista? En relacin a la conveniencia de no dejar que el formalismo se imponga sobre naturaleza de las cosas, permftaseme citar a una autoridad indiscutida del Derecho Administrativo nacional. Me refiero al profesor Patricio Aylwin Azocar, ex Presidente de la Reptiblica, que plantea lo siguiente: “La vida administration se desarrolla através de actos juridicos y actos materiales. Asi como los tribunales de justicia actian por medio de resoluciones judiciales, la forma de actuar, el medio por el cual los organismos administrativos expresan su voluntad, es a través de decretos, resoluciones y acuerdo, Veiimosto ent un ejemplo: la actividad del Presidente de la Repiblica, ,Cémo expresa su voluntad, en el eercicio de su actividad? Mediante decretos. Yello deberd siempre hacerlo asi, Si revisamos el articulo 32 de la Constitucin Politica del Estado, en su enumeracién ‘veremos que todas sus facultades las ejerce el Presidente de la Repiiblica por medio de decretos. Atin cuando concurre a la celebracin de unt contrato en representacién del isco, dicta un decreto aprobatorio. Otro aspecto de interés de mencionar aqui es que frente a una situacin de Estado de Sitio, por ejemplo, zdictaria s6lo Grdenes verbales y se llamarian simplemente 6rdenes 0 resoluciones y al no ser, por tanto decretos, no necesitarian el témese razén de la Contraloria? No es asi. Las cosas en derecho son lo que son, y no como se las Name. El Presidente dicta decretos, resoluciones e instrucciones (artéculo 32 niimero 8, de la Constitucién Politica). Ademis, toda orden debe ser firmada por el Ministro respectivo (articulo 35, inciso primero). Luego, la orden no podria ser verbal, sino debe ser escrita. Y esas Grdenes escritas,firmadas por el ministr, son Decretosjuridicamente y estén sujetos a las reglas de ellos, aunque se ls lame de otra manera”.s Sobre el particular, véase mi “Jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, Biblioteca Americana, 2002, Capitulo 1 ‘ Aylwin, Patricio y Azocar, Eduardo: “Manual de Derecho Administrativo, Universidad "Nacional Andrés Bello, Santiago de Chile, 1996, pp. 87-88. TRE Uemroy SS 1E MY 5 Gets eu) “ Aunque se los llame de otra manera”, ...”Las cosas en derecho son lo que son, y no como se las llame”. Importantes conceptos del profesor Aylwin que el TCCH debiera considerar. El formalismo y el literalismo tuvieron un efecto muy negativo en la capacidad de la Corte Suprema chilena para cumplir con las tareas que a Carta Fundamental le habfa encomendado. ‘Asi, por ejemplo, sucesivas lecturas literalistas redujeron el émbito del Recurso de Inaplicabilidad. Ya sea que se distinguiera entre vicios de procedimiento y fondo, derogacién técita e inconstitucionalidad, contradiccién e interpretacién, el punto es que la Corte Suprema resolvié una y otra vez recortar su ambito de competencia, factor que contribuy6, que duda cabe, a profundizar la situacién anémica de dicha Accién® Revisese, en otro terreno, la forma en que la Corte Suprema se inhibié hasta 1970 de conocer de causas contencioso administrativas con el pretexto de haber sido deferida tal jurisdiccién a unos tribunales que no existian. Recuérdese, finalmente, la manera en que la pasividad de los tribunales de justicia frente a las gravisimas violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado durante la dictadura que goberné Chile entre 1973 y 1990 se apoy6, una y otra vez, en interpretaciones literalistas y formalistas. La historia del TCCh ha sido distinta. Los fallos sistematicos y finalistas le permitieron a este Tribunal hacer notables contribuciones a la consolidacién del Estado de Derecho Asi debe seguir siendo. Sobre la evolucién del Recurso de Inaplicabilidad véanse: Bertelsen, Rad: “Andlisis y ‘del Recurso de Inay Jo yjurisprudencia)”, Cuadernos de Anélisis Jurfdico, Nimero 41, Universidad Diego Portales, 1999, pp. 157-180; Precht, Jorge: “Derogacién Técita ¢ Inaplicabilidad: Andlisis de la juris 1987-1995)", Cuadernos de Andlisis Juridico, Namero 41, Universidad Diego Portales, 1099, pp. 133-156 y Saenger, Fernando: “Inaplicabilidad por Inconstitucionalidad; lurispruclencia 1980-2003”, Estudios Constitucionales, Aito 1, Nimero 1, Universidad de Talca, 2008. « Ast en Cea, José Luis: “Influencia del Tribunal Constitucional en el proceso de institucionalizacion politica’, Revista Chilena de Derecho, Volumen XV, 1988, pp. 205-211 ¢e“Influencia del tiempo en nuestro Tribunal Constitucional”, Discurso, www. ‘TeibunalConstitucional cl, Mayo de 2006. Ra Gennes Sieben y Cele (Ack) ¢) E1TCCh puede recalificar. Creo que elTCCh puede y debe tratar a la Resolucién Exenta Numero 584 como lo que es: un intento imperfecto o defectuoso de ejercicio de a Potestad Reglamentaria. Que el TCCh pueda revisar la calificacién jurfdica hecha por otro 6rgano del Estado no es algo que deba sorprender. Por el contrario, existe nutrida doctrina jurisprudencial del propio TCCh afirmando que la calificacin que efectien el Congreso Nacional o el Presidente de la Repablica sobre el rango o naturaleza de una norma juridica no obsta a su potestad de recalificar aut6nomamente dicho precepto. Enefecto, y ya desde fines de los afios 80 del siglo pasado, el TCCh viene calificando come ley comiin preceptos que el legislador estimaba de rango organico. Afios después, y tras algin debate interno, el TCCh comenz6 a calificar como preceptos de rango organico ciertas disposiciones de un proyecto que el legislador habia definido y aprobado como ley simple. No s6lo eso, en determinacién atin mas asertiva, el TCCh ha completado casi una década examinando de oficio incisos o articulos de un proyecto de ley que se han considerado de rango orgénico contra el parecer expreso de los 6rganos colegisladores. Escribiendo sobre esta materia en 1994 tuve oportunidad de manifestar mi opinion al respect” Ahora, como entonces, pienso que el TCCh -en cuanto Supremo Interprete de la Constitucién- no puede aceptar que os contornos de su mbito competencial dependan de lo que quieran dejarle las doctrinas interpretativas de los demés 6rganos del Estado. Un Tribunal Constitucional que renunciara a tener la ultima palabra en cuanto al rango o naturaleza de las normas objeto potencial de control estaria, en la practica, subordinando el alcance de su funcién de control 7 Se acompana a este Informe copia del texto original de la parte pertinente de mi obra “Jurisprudencia Constitucional” (Corporacién Tiempo 2000, 1994). TPR Kens $E1E RH) OCR Cxe7) a la buena voluntad de los sujetos que producen las normas que deben ser controladas. EITCCh ha rechazado, entonces, la visi6n formalista segiin la cual lo nico que caracterizaria a la legislacién orgénica es el hecho de estar su tramitacion sometida a los requisitos del articulo 66 de la Carta Fundamental. En su reemplazo, ha optado por identificar la existencia de esferas competenciales que la propia Constitucion ha reservado al legislador orgénico. De esta manera, el hecho que una norma sea rotulada como orgénica por el Ejecutiva y obtenga luego el voto favorable de mas de los cuatro séptimos de los diputados y senadores en ejercicio no Ia transforma en orgénica. Y, al revés, ni la mas profunda conviccién legislativa de haberse despachado una ley simple altera la conclusion material o sustantiva a la que llega autonomamente el TCCh examinando la definicién de competencias de la Carta Fundamental. Recordemos que la recalificacion que opera el TCCh en materia de proyectos de leyes orgénicas puede tener un tremendo impacto sobre la funcién legislativa. En efecto, una decisién adoptada en el contexto del control preventivo de un proyecto ya despachado completamente, antes de su promulgaci6n, y que califica como orgénico un articulo que fue estimado ley comtn por el legislador, y votado por tanto con mayoria simple, tiene el efecto inevitable de acarrear la invalidez de lo aprobado, Tal articulo no podr4, por tanto, convertirse en ley. Mucho menos dramiaticas serén las consecuencias en caso de ser invalidado un intento de ejercicio de la Potestad Reglamentaria. 4) La importancia de controlar. Siel TCCh se abstuviera de conocer de este Requerimiento sobre la base de estar rotulado el acto recurrido como Resolucién Exenta y no como Decreto o Reglamento Supremo, se estaria dejando abierta la TREC ERASH LEssnan NS Ue (309) puerta para que las Resoluciones Exentas devinieran en una version remozada de los resquicios legales.* Me permito citar, sobre este punto, a un Administrativista connotado, Ex Contralor General de la Republica y ex Presidente del Tribunal Constitucional, el profesor Enrique Silva Cimma. Encarta al Mercurio de Santiago de fecha 7 de Noviembre de 2006 (p-A2), el profesor Silva Cimma critica la practica de la Contraloria y de la Administracion de plantear como exentos del tramite de Toma de Raz6n a muchos e importantes actos administrativos. “Enefecto la actual Resolucién (N°520/96) declara exentos todos los actos adrnrtstrativos, salvo los que ella declara “materia esenciales”, de manera que por esta via la regla general pasa a ser la exencin del tramite, incumpliendo el mandato constitucional 1y legal, pero también dejando en la indeterminacién ms absoluta los actos sujetos a este ‘control. Queda asi una importante cantidad de actos esenciales exentos del trimite y de la debidla publicidad, siendo insuficientes por no ser oportunos los controles de reemplazo dispuestos. La gravedad de este criterioesinimaginable, Bastaria solamente sefalar los centenares de acto de singular trascendencia que han quedado exentos de toma de razén. Pero que importancia tiene esto? Una muy simple, la actual crisis de a toma de razén estd precisamente en la regulacin que de ella ha realizado el 6rgano contralor, perdiendo el objetivo y finalidad del control preventivo. Regular el trite de toma razén de esta manera, no sdlo implica una distorsi6n del texto constitucional y de la facultad entregada legalmente al contralor, sino que ha incentivado malas pricticas en la Administracién. Si los drganos administratioos quieren evitar el tramite de toma de razén, regularmente para ‘horrar tiempos de tramitacién de sus actos, no tienen mejor incentioo que crear figuras atipicas a la Resotucién N° 520, de manera de evitar por dicha via ese tramite,o bien, en ocasiones, utilizar las exenciones conferidas con el objeto de adaptar sus actos a dichas Jormulas, 0 bien, en ocasiones, utilizar las exenciones conferidas com el objeto de adaplar sus actos a dichas formulas. Conocidos son los casos en que actos normuativos, ya referidos, han terminado regulados por via de resoluciones exentas, precisamente utilizando estos incentivos”. Una reflexion adicional sobre este punto. Hace mas de 13 afios, en el fallo “Plan Regulador” (Causa Rol 153 del 23 de Enero de 1993), el TCCh decidi6 declarar la inconstitucionalidad de un Decreto * Justamentepreocupado de evitar un ferado en el sistema de conto, en 1994 me manifest favorable aun contol sustative, yno s6lo procedimental, de la potestadreglamentaia. Véanse las copas acompaiadas en cl Primer Oto te Ge wos ss} es (AY ©) reglamentario por contradecir la Carta Fundamental, atin cuando habria sido dictado en conformidad a su ley habilitante. Se desechaba, entonces, la tesis de la “Ley pantalla”, sega la cual la conformidad entre decreto y ley impide al TCCh invalidar el acto administrative legal, aunque repugne a la Constitucién, pues hacerlo implicaria, necesariamente, emitir pronunciamiento sobre ley vigente, cuestion que -entonces- le estaba vedada al Tribunal Constitucional. Desde entonces, han sido varias las ocasiones en que el TCCh ha debido pronunciarse sobre la Tesis de la Ley Pantalla. En “Cesiones Gratuitas para Urbanizaci6n” (Rol 253, de 15 de Abril de 1997) y “Protocolo con Bolivia” (Rol 282, de 28 de Enero de 1999), y contra duras disidencias de la Ministra Luz Bulnes, el TCCh acogi6 la tesis de la Ley Pantalla”. Sentencias posteriores, sin embargo, se abocan al escrutinio constitucional de actos administrativos sin que su eventual conformidad con la ley haya sido obice a tal control (“Restriccién. Vehicular”, Rol 325, de 26 de Junio de 2001 e “Impacto Vial”, Rol 370, de 9 de Abril de 2003). Visto lo expuesto, no dejaria de ser contradictorio que a quien se le impide vulnerar la Constituci6n atin en los casos en que la ley pareciera autorizarlo, se le permitiera, sin embargo, infringir la Carta Fundamental y escapar del control del TCCh con el simple expediente de usar la via de la Resolucion Exenta. {No seria algo asi como consagrar la Resolucién Pantalla? e) La Historia de la Reforma. ‘Un examen de la historia fidedigna de la aprobacién de la ley 20.050 de Reforma Constitucional confirma, me parece, la conclusion interpretativa a la que he arribado. En efecto, el curso de los debates y modificaciones producidos en el Senado y en Ja Camara de Diputados apunta en la direccién de reforzar las competencias del TCCh, tanto en lo que respecta a las causales de admisibilidad como en relacién a los. motivos en que puede fundarse la declaracién de inconstitucionaldad. LE clanmqo Sedenks y Uno (>™) Enefecto, mientras al iniciarse el anélisis de las facultades del TCCh se postulaba darle competencia para controlar la constitucionalidad s6lo de aquellos actos administrativos emanados de la Potestad reglamentaria aut6noma, el texto final del articulo 93 némero 16 emplea términos amplios para referirse a todo tipo de Potestad Reglamentaria y cualquiera sea el vicio. Por otra parte, y en cuanto al vicio concreto en que puede fundarse el TCCh para declarar la inconstitucionalidad, no pienso que este organo deba sentirse limitado a pronunciarse slo sobre aquellas causales invocadas o alegadas en el requerimiento. Si hubo un momento en que la Camara de Diputados quiso introducir un inciso circunscribiendo las potestades del TCCh en esta materia (‘La declaracién de inconstitucionalidad respecto de las normas cuestionadas, procederé tinicamente por infraccion de aquellos preceptos de la Constitucién consignados como fundamento de la cuestién de constitucionalidad y que fueren expresamente invocados en el requerimiento”); el texto definitivo no contiene esa mencién. Ha quedado en pié, entonces, la plena potestad del TCCh para invalidar un precepto sometido a su conocimiento por razones 0 causales que no han figurado en el requerimiento. Como debe ser. £) Los diputados pueden reclamar. De esta manera, nada obsta, por ejemplo, a que el Tribunal Constitucional, acogiendo a tramitaci6n el requerimiento con las causales que alli se invocan, pudiera en definitiva declarar la inconstitucionalidad por la causal de violacion de reserva legal. Son muchas, en efecto, las sentencias del TCCh que han aclarado en qué casos puede entenderse que el requerimiento debe ser deducido por la Presidencia de alguna de las Cémaras y en qué otros casos puede ser interpuesto por un cuarto de los diputados o senadores en gjercicio (Roles 146, 153, 167, 183, 245-6, 253, 254, 282 y 325). Adn cuando estos fallos fueron dictados en una época en que la Constitucion abordaba en numerales distintos (5 y 12 del antiguo | Tee Henses Setemaa y dos Q¥2) articulo 82 de la Carta Fundamental) la situaci6n de los requerimientos de las Cémaras y los de una minoria parlamentaria, la I6gica del razonamiento de entonces sigue siendo aplicable al numeral 16 del nuevo articulo 93 que ha unificado la regulacién de ambas hipstesis. Conviene, al efecto, reproducir algunos considerandos de la sentencia “Restriccin Vehicular” (Causa Rol 325 de 26 de Junio de 2001): “Ia resolucién de este asunto no se circunscribe slo a un simple problema de legitimacién procesa, sino que es de vastas proyecciones en el ordenamiento constitucional, porque la tesis que se sustente importard un pronunciamiento sobre las facultades de las minorias parlamentarias para ejerer acciones tendientes a controlar que los actos del Poder Ejecutivo se ajusten a la Constitucién y el verdadero alcance de su participacién en nuestro sistema democritico que consagra el articulo 4° de nuestra Carta Fundamental” “Al mismo tiempo, la decisién también se extiende sobre uno de los pilares bisicos de ruestro Estado de Derecho, cual es el émbito de las atribuciones de este Tribunal para velar pporel fel cumplimiento del principio de supremacia constitucional consagrado en el articulo 6° del Capitulo 1 sobre Bases de la Institucionalidad” E1 fallo cita a continuacién al profesor Segundo Linares Quintana, para quién: “en la interpretaci6n constitucional debe siempre prevalecer el contenido teleol6gico de la Constitucién ... y en caso de aparente conflicto entre la libertad y el interés del gobierno, aquélla debe primar sobre este iltimo, porque no se concibe que la accién estatal manifestada a través de los cauces constitucionales pueda resultar incompatible con la libertad que es el fin tiltimo del Estado”. Més adelante, la sentencia concluye que el tinico caso en que la titularidad del requerimiento contra la potestad reglamentaria esta entregada exclusivamente a las “Cémaras” es cuando se trata de potestad reglamentaria auténoma que vulnera la reserva de ley. A contrario sensu, y traténdose de potestad reglamentaria de ejecucién, las eventuales invasiones a la reserva legal pueden ser representadas por un cuarto de los diputados o los senadores. Expresa el fallo: “Los razonamientos precedentes nos llevan a la conclusin que la interpretacin contraria cercena de manera importante las atribuciones de esta Magistratura para velar por la supremacia constitucional de los actos de la Administracién y alterael sistema de contrapesos de poderes en que se funda nuestra democracia, ya que priva a las minorias Peres Le beh \ res Gx) parlamentarias de ejercer un importante derecho para hacer efectivo el control de Cconstitucionalidad sobre los decretos de ejecucién de las leyes”. Ahora bien, la Resolucién Exenta Namero 584 no es otra cosa que una pretensi6n de la Administraci6n por ejecutar las leyes que se citan en sus vistos (articulos 1, 4 y 6 del DFL N° 1 de 2005 de Salud). El hecho que la Administracién haya errado al rotular como Resolucién Exenta esta manifestacién de la Potestad Reglamentaria, soslayndose, ademés, la posibilidad de revision en la Contraloria General de la Repiblica, no puede ser argumento para privar, ademds, a una minoria significativa del Parlamento de la posibilidad de poner en accién el control del TCCh. 8) Sin temor. Admitir el requerimiento y entrar al fondo del asunto es, ciertamente, una decision que debe tomarse con “los ojos bien abiertos”. No cabe, por tanto, eludir la pregunta por las consecuencias que la admisibilidad podria traer sobre el sistema institucional. No se estaria acaso abriendo, aunque sea con buenas intenciones, una gran Caja de Pandora de la cual escaparan males terribles que vendran después a penar al propio TCCh? Siempre ser posible, por ejemplo, y llevados al terreno del argumento de la” pendiente resbaladiza”, atemorizar al TCCh con la imagen dantesca de miles de requerimientos dirigidos contra las mas insignificantes y pedestres circulares de Ministros y Jefes de Servicio. Puedo entender, por supuesto, el temor de una Administracion que no desea verse entrampada por una tan sui generis justicia contenciosa administrativa. También entenderia la inquietud de un TCCh que no quisiera verse invadido por cientos de causas que vendrian a sumarse a su ya recargada carga de trabajo. Miradas las cosas con més detenimiento, sin embargo, los temores anotados carecen de fundamento. El acaecimiento del escenario apocaliptico supondria la concurrencia de dos circunstancias Pearcy Seder 1 (wuatno +4) imposibles, Seria necesario, en primer lugar, que al menos un cuarto de los diputados se dedicaran tiempo completo al control juridico de los actos de la Administracién y, en segundo lugar, que el propio TCCh aceptara entrar a conocer de todo y cualquier acto administrativo. La Constitucion ha previsto un requisito relativamente exigente para los efectos de poner en movimiento su ntimero 16 del articulo 98. No me parece correcto, desde un punto de vista de interpretacion constitucional, partir de la base o supuesto que las Cémaras, 0 un cuarto de sus miembros, van a desnaturalizar deliberadamente el orden institucional. Ahora bien, y a fin de cuentas, depende del propio TCCh que esta decision sea efectivamente un misil dirigido precisamente contra un muy concreto vicio de inconstitucionalidad y no una bomba racimo que alcance cualquier actuacién polémica o controvertida de la administraci6n. Corresponderfa, por lo mismo, al propio fallo del ‘TCCh precisar con exactitud cual es el defecto o vicio que aqueja a la Resolucién Exenta N° 584. Aclarado lo anterior, bastaria que la sentencia recordara a continuacién el concepto de Potestad Reglamentaria (disponible, por lo demés, en cualquier manual de derecho puiblico) para que los subordinados del Presidente de la Repiblica estuvieran notificados y avisados a efectos de no reincidir en episodios de confusi6n o traslape en sus actuaciones. h) Conclusién. En fin, y por todas las razones anteriores, he llegado a concluir que el TCCh tiene competencia para entrar a conocer el fondo del asunto planteado por el Requerimiento contra la Resolucién Exenta Ntimero 584, Una vez. que ello ocurra, y con sélo leer las 171 paginas de las “Normas nacionales sobre regulaci6n de la fertilidad”, el TCCh podré advertir que dicha normativa es, efectivamente, un intento por regular la fertilidad, esto es, la aptitud de generar nuevas vidas humanas. TWweclemes Gakcama yor co Gtr) Descubrir4, entonces, el TCCh que las “Normas...” no son equivalentes ni homologables a las normas técnicas que recomiendas conductas higiénicas para el control del Célera (p.e. lavar las hortalizas antes consumirlas). Las “Norma...” pretenden disciplinar los comportamientos sexuales de jovenes o adultos. ‘Mas allé de cual sea la opinién de cada uno sobre la conveniencia 0 moralidad de ciertas conductas sexuales, cuestién sobre la cual existiran juicios distintos en una sociedad pluralista como la chilena, se convendré en que los esfuerzos por promover, desde el Estado, y con recursos de todos los chilenos, un comportamiento especifico debe ser, por una parte, el resultado de un proceso de deliberacién democratica que permita escuchar todos los puntos de vista relevantes y, en segundo lugar, debe hacerse de un modo tal que no afecte los derechos fundamentales de las personas. Una Resolucion Exenta, por definicién, no esté en condiciones de cumplir con los minimos requisitos sustantivos enunciados. Es deficitaria en términos de participacién ciudadana y defectuosa en cuanto ala falta de controles de su conformidad a Derecho. Razones suficientes, me parece, para declarar su contrariedad con un orden institucional que proclama solemnemente su compromiso con el régimen democratico y el Estado de Derecho (articulos 4, 6 y 7 de la Carta Fundamental).

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