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La Batalla de Arica

¿Qué fue la batalla de Arica?


La batalla de Arica, también llamada asalto y toma del morro de Arica, fue un combate terrestre
entre las tropas de Chile y Perú que se llevó a cabo el 7 de junio de 1880. Consiste en uno de
los hechos de armas más importantes de la guerra del Pacífico.

En esta batalla se enfrentaron los siguientes bandos:


Fuerzas peruanas: al mando del coronel Francisco Bolognesi, quien defendía el morro y la
ciudad de Arica. Eran 1850 hombres y estaban aislados por tierra y bloqueados por mar.
Dos columnas de asalto del ejército chileno: al mando del coronel Pedro Lagos Marchant. Eran
5500 hombres, apoyados por 5 buques de guerra apostados en la bahía de Arica.
Ante la evidente desproporción de fuerzas, el 5 de junio Manuel Baquedano, comandante en
jefe del ejército chileno en campaña, envió un emisario a Bolognesi exigiéndole la rendición
incondicional. El jefe peruano reunió un consejo de guerra del que participaron 15 oficiales,
entre ellos el teniente coronel argentino Roque Sáenz Peña, que se había alistado como
voluntario en el ejército peruano. Por unanimidad, el consejo decidió rechazar la intimación de
rendición y resistir hasta el último hombre.

Dada la orden de ataque, la infantería chilena avanzó sobre las posiciones enemigas, logrando
atravesar campos minados y vencer la dura resistencia de la artillería y la fusilería peruanas.
De esta manera logró ocupar el morro y la ciudad de Arica, provocando muchas bajas entre los
defensores y capturando gran cantidad de prisioneros.

La pérdida de la ciudad de Arica fue un duro golpe para el Perú y presagió su derrota en la
guerra del Pacífico.

Antecedentes de la batalla de Arica


El 26 de mayo de 1880, el ejército expedicionario chileno obtuvo una victoria decisiva contra las
fuerzas combinadas de Bolivia y Perú, en la batalla del Alto de la Alianza, en las afueras de la
ciudad de Tacna. El resultado de la batalla condujo al gobierno boliviano a solicitar un armisticio
y abandonar la guerra. El gobierno peruano, en cambio, decidió continuar la lucha.
La comandancia en jefe del ejército chileno consideró que antes de seguir avanzando hacia el
norte necesitaba contar con un buen punto de abastecimiento de armas, víveres y combustible.
El puerto de Arica, de aguas profundas y comunicado con la ciudad de Tacna por una línea de
ferrocarril, era el lugar ideal para cumplir esa función; sin embargo estaba ocupado por las
fuerzas peruanas al mando del coronel Francisco Bolognesi, las cuales se habían atrincherado
sobre el morro que domina la ciudad y la entrada al puerto.
Como la comandancia del ejército peruano consideró que era imposible enviar refuerzos a
Arica, intentó hacerle llegar a Bolognesi la orden de que destruyera las fortificaciones y huyera
hacia el norte, pero esa directiva nunca llegó.

Consecuencias de la batalla de Arica


Las principales consecuencias de la batalla de Arica fueron las siguientes:
El ejército peruano tuvo unas 900 bajas, entre ellas, el coronel Bolognesi y varios oficiales de
alto rango. Alrededor de 1000 hombres fueron tomados prisioneros, entre los cuales se
encontraba el teniente coronel Roque Sáenz Peña. Luego de permanecer algunos meses en
prisión este fue liberado, regresó a la Argentina y reinició su carrera política, que concluyó con
su elección como presidente de la Nación en 1910.
El ejército chileno perdió solo 200 hombres.
La captura de Arica puso un final a la Campaña de Tacna y Arica, una de las fases en que los
historiadores dividen el desarrollo de la guerra del Pacífico.
Perú perdió una de sus bases navales y su cuartel de operaciones terrestres más austral.
Bolivia se quedó sin el puerto que utilizaba para salir al océano Pacífico.
Chile fortaleció su posición en la guerra y lanzó la expedición Lynch, que consistió en ataques
navales a las principales ciudades costeras del norte del Perú.
La batalla de Arica y la expedición Lynch fueron seguidas por la convocatoria a la Conferencia
de Arica, auspiciada por el gobierno de los Estados Unidos, para encontrar una solución
pacífica al conflicto. Su fracaso implicó la continuidad de la guerra del Pacífico, que terminaría
ganando Chile.
La batalla de Arica y el día de la bandera
En la actualidad, el día de la bandera del Perú se celebra el 7 de junio, aniversario de la batalla
de Arica. Esta es una jornada en la que se recuerdan a los hombres que dieron la vida por la
patria.
El origen de esta celebración se remonta a 1905, cuando un decreto del presidente José Pardo
y Barreda estableció que todos los 7 de junio los soldados conscriptos debían jurar fidelidad a
la bandera. En noviembre de ese mismo año, se inauguró un monumento a Bolognesi en una
ceremonia de la que participó Roque Sáenz Peña, en su carácter de sobreviviente de la batalla
de Arica.
En 1924, un decreto del presidente Augusto Leguía y Salcedo proclamó el 7 de junio como el
día de la bandera. Si bien no es considerado feriado, ese día los organismos y los colegios
organizan homenajes a la bandera. En la ciudad de Lima, la ceremonia principal se lleva a cabo
en la plaza Francisco Bolognesi, ante el monumento al coronel que lideró la defensa de Arica
en 1880.
LA BATALLA DE ARICA
El 26 de mayo de 1880, el ejército peruano-boliviano había sido derrotado por los
chilenos en la batalla del Alto de la Alianza (Tacna). Poco después los invasores
rodearon Arica, bastión peruano al mando del coronel Francisco Bolognesi.
La batalla de Arica
Los chilenos sumaban cerca de 6000 hombres; los peruanos menos de 2000. Los
sitiadores intentaron obtener la rendición de los peruanos, pero Bolognesi, respaldado
por sus quince oficiales, respondió que pelearía “hasta quemar el último cartucho”. El
día 7 de junio de 1880, a las 5 y 30 de la mañana empezó la batalla cuando el
regimiento chileno Tercero de Línea atacó el fuerte Ciudadela. Aquí se produjo un
sanguinario choque, muriendo todos los peruanos, entre ellos el coronel Justo Arias
Aragüez.

Mientras tanto, el Cuarto de Línea atacó el fuerte Este, matando a muchos peruanos,
entre ellos Joaquín Inclán y Ricardo O’Donovan. Después de una heróica resistencia
en el Cerro Gordo y el sector norte, los sobrevivientes de todos los frentes se
replegaron hacia la cima del morro. Aquí murieron peleando los bravos Ramón Zavala,
Guillermo Moore, Alfonso Ugarte y Francisco Bolognesi. Finalmente, el Cuarto de
Línea tomó el morro e izó la bandera chilena.
Desde aquel día Arica pasó a poder chileno, lo que quedó legalizado con la firma de
los tratados de 1883 y 1929.

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