GESTI”N DE RR.HH.

Los beneficios del humor.

Razones para tomarse la diversiÛn muy en serio

Los beneficios de potenciar el humor positivo en el trabajo van m·s all· de la ventaja competitiva que una u
otra empresa puedan obtener al impulsar la creatividad, la comunicaciÛn, el aprendizaje o la motivaciÛn. El
sentido del humor es un autÈntico antÌdoto contra la ansiedad y un importante aliado para afrontar las frus-
traciones y los dramas laborales y vitales1. AsÌ se reivindica en este manifiesto del buen humor en el que ig-
noran mitos ñla gracia es un donñ, se niegan dogmas ñla seriedad es patrimonio empresarialñ y se refutan
teorÌas ñel humor no es rentableñ. Muy al contrario, demuestra cÛmo la gestiÛn y del humor pueden, y de-
ben, ser complementarios.

EDUARDO J¡UREGUI, Doctor en Ciencias PolÌticas y Sociales, y JES⁄S DAMI¡N FERN¡NDEZ SOLÕS, Profesor Asociado
de PedagogÌa en la Universidad Complutense. Ambos son fundadores de Humor Positivo (www.humorpositivo.com).

L
a ciudad de Seattle, no sabemos si gra- ra global es quiz·s la m·s insÛlita de todas:
cias al espÌritu del cÈlebre Jefe Indio que una pescaderÌa llamada Pike Place Fish. No
le dio su nombre, de cuando en cuando se trata de una franquicia o una cadena mul-
sorprende al mundo con alguna iniciativa re- tinacional, sino de una humilde pescaderÌa
volucionaria: desde Microsoft a la m˙sica ìgrun- en el mercado del puerto. °Pero quÈ pesca-
geî, desde las cafeterÌas Starbucks al movi- derÌa! Los pescaderos cantan y bailan mien-
miento ìantiglobalizaciÛnî. Pero la m·s tras trocean el at˙n, hacen hablar a los can-
reciente aportaciÛn de esta ciudad a la cultu- grejos con voces de ventrÌlocuo, lanzan los
salmones por el aire con la destreza de ma-
labaristas,... y, en definitiva, ofrecen un ex-
FICHA T…CNICA traordinario y escamoso espect·culo. Tan di-
vertido resulta el show que Pike Place Fish,
Autor: J¡UREGUI, Eduardo, y FERN¡NDEZ SOLÕS, Jes˙s Dami·n.
hace veinte aÒos al borde de la bancarrota,
es hoy no sÛlo un negocio a prueba de ti-
TÌtulo: Los beneficios del humor. Razones para tomarse la diversiÛn muy en serio burones sino un destino turÌstico e incluso
Fuente: Capital Humano nL 182, p·g. 38. Noviembre, 2004. un referente empresarial en todo el mundo.
Los libros y vÌdeos de formaciÛn basados en
Resumen: Solemos considerar el trabajo, por su naturaleza, una actividad pesada, gris, formal y
sacrificada, el polo opuesto de la diversiÛn. Sin embargo, en las ˙ltimas dos dÈcadas ha surgi- su historia (como el m·s cÈlebre de ellos,
do un movimiento empresarial que est· demostrando con resultados financieros algo que la cien- °Fish!) se venden como los langostinos navi-
cia ya estaba constatando en el laboratorio: que el sentido del humor proporciona importantes deÒos, y sus pescaderos viajan por todo el
beneficios a los individuos y las organizaciones que saben emplearlo y canalizarlo. El humor, planeta para enseÒar a los directivos a moti-
empleado con inteligencia, reduce el estrÈs, suaviza las tensiones interpersonales, motiva al per- var a sus empleados y a jugar con la pesca-
sonal, amplifica las comunicaciones, atrae y retiene a los mejores recursos humanos y clientes,
dilla.
estimula la creatividad y crea un ambiente de trabajo m·s ameno y agradable. En definitiva, no
sÛlo es posible combinar el humor y el trabajo, sino que se trata de una combinaciÛn ideal. La revoluciÛn que esta vez nos llega desde
Descriptores: Humor / DiversiÛn / Juego / MotivaciÛn / Creatividad / ComunicaciÛn / RetenciÛn / Seattle no tiene tanto que ver con el pesca-
Clima / SatisfacciÛn / Salud / Bienestar / Inteligencia emocional / EstrÈs / RelajaciÛn. do como con una capacidad humana que
durante dÈcadas e incluso siglos habÌa que-
dado reprimida y amordazada en los entor-

Capital Humano 38 N" 182 ï Noviembre ï 2004

nos laborales: el sentido del humor. En los
aÒos 80 y 90, numerosas empresas comen-
zaron a dar permiso a sus empleados para
librarse de formalismos y ser m·s espont·-
neos y creativos, para jugar en la oficina y
divertirse con sus compaÒeros y clientes, y
en definitiva, par a ingeni·rselas para pasar-
lo pipa. Mientras que los pescaderos de Pi-
ke Place Fish hacÌan esgrima con las espadas
de los emperadores, en Silicon Valley las em-
presas de tecnologÌa montaban futbolines y
videojuegos en sus oficinas o animaban a sus
empleados a gastarse bromas mutuamente.
Un nuevo paradigma comenzaba a oponer-
se a la aburrida ortodoxia del mundo em-
presarial, un paradigma perfectamente re-
sumido en el tÌtulo de un reciente libro de la
consultora Leslie Yerkes: Con Humor se Tra-
baja Mejor.
øTienen cabida la broma, la risa y el juego
dentro del horario laboral? øAyuda un buen
sentido del humor a desempeÒar mejor en
el trabajo? øPuede suponer la diversiÛn un
factor del Èxito de una empresa? Si realiz·-
ramos estas preguntas individualmente a em-
pleados, directivos y empresarios, probable-
mente la inmensa mayorÌa responderÌa en
afirmativo. Todos conocemos por experien-
cia los beneficios de la risa y el buen humor
para el bienestar e incluso para el ëbien-tra-
bajarí. Desde hace ya varios aÒos se difun-
den las noticias sobre estudios cientÌficos que
N" 182 ï Noviembre ï 2004
demuestran que el humor reduce el estrÈs,
potencia la salud mental y fÌsica y favorece
la motivaciÛn, la creatividad y la comunica-
ciÛn. Sin embargo, son aun pocas las em-
presas que se toman esta facultad humana
en serio y que tratan de desarrollar y canali-
zar sus recursos humorÌsticos.
Esta discrepancia se debe en parte a los di-
versos mitos y temores que existen sobre el
sentido del humor y que provienen del mo-
delo empresarial dominante del serious bu-
siness ñlos ìnegocios seriosîñ. El primer y
principal obst·culo es el concepto mismo de
trabajo como una actividad aburrida, formal
y sacrificada ñel polo opuesto de la diver-
siÛnñ. Hoy en dÌa este concepto parece algo
natural e incuestionable, y sin embargo esa
solemnidad tan habitual del mundo de los
negocios es un fenÛmeno relativamente re-
ciente en la historia de la humanidad. Como
cuenta Leslie Yerkes, el ëtrabajadorí de las
culturas agrÌcolas, artesanas y mercaderas
de todo el mundo combinÛ durante miles de
aÒos su labor con la canciÛn, la conversaciÛn
y la risa. Fue sÛlo a partir del desarrollo de la
Ètica protestante del trabajo como ëvirtudí o
ëdeberí, y m·s adelante con la revoluciÛn in-
dustrial que comenzÛ a surgir esa divisiÛn
tan clara entre las horas de sacrificio laboral
(la mayorÌa) y las horas de ocio y libertad (una
pequeÒa reserva)2.
39 Capital Humano
 No hay duda de que emplear el humor implica un riesgo,
y que puede tener efectos negativos, pero lo mismo podrÌa
decirse de cualquier buena herramienta, desde el martillo
hasta el automÛvil. Sin ir m·s lejos, la seriedad tambiÈn
puede ìsalir malî
En EspaÒa, que hasta hace bien poco tenÌa
m·s fama de ser un paÌs ësimp·ticoí que ëse-
rioí, el sentido del humor ha sido siempre
una caracterÌstica que nos distinguÌa de los
europeos del norte de los que, decÌamos,
ësÛlo piensan en trabajarí. Sin embargo, no
cabe duda de que esa EspaÒa est· desapa-
reciendo. Por un lado, seg˙n el ˙ltimo estu-
dio de la OrganizaciÛn Internacional del Tra-
bajo3, somos uno de los paÌses donde m·s
horas dedicamos cada aÒo al trabajo, si-
tu·ndonos alrededor de las 1.800 horas
anuales de EE.UU. y JapÛn y muy por enci-
ma de la media europea. Los alemanes, tan
cÈlebres por sus espÌritu trabajador, no lle-
gan a las 1.450 horas anuales, mientras que
los holandeses (øholgazandeses?) rondan las
1.350. Por otro lado, muchos profesionales
perciben que con el vertiginoso desarrollo
econÛmico de EspaÒa en los 90, nuestra cul-
tura empresarial ha perdido parte de su ori-
ginal car·cter. ”scar Santiago, director ge-
neral de la empresa de comunicaciÛn
MacGuffin, comenta que ìantes en EspaÒa
existÌa un trato distinto con la gente en las
relaciones de negocios, que eran m·s cer-
canas y m·s divertidas. Nosotros nos dedi-
camos a la comunicaciÛn en directo, y nos
fijamos mucho en estas cosas. Y no hay du-
da, hemos notado que en los ˙ltimos aÒos
todo eso ha cambiado, nos hemos acercado
m·s a la norma en otros paÌses. No es sÛlo
que la gente estÈ m·s estresada, sino que
parece como si creyeran necesario ponerse
una especie de m·scara seria y uniforme que
esconde toda expresiÛn de su propia perso-
nalidad, la espontaneidad y el sentido del
humorî. Parece que el buen humor en el tra-
bajo, junto con la fiesta y la siesta, se est·
convirtiendo en una especie tan amenazada
como el lince ibÈrico.
IrÛnicamente, es en EE.UU., el origen y m·-
ximo impulsor del modelo del serious busi-
ness, donde hoy comienza a surgir un mo-
vimiento contrario que afirma que el humor
Capital Humano 40
no sÛlo es compatible con el trabajo sino que
forma con Èl una pareja ideal. Probablemente
sean las empresas del sector tecnolÛgico quie-
nes hayan apostado m·s fuerte por el nue-
vo modelo de la diversiÛn en el trabajo. En
el Silicon Valley de los 90, las compaÒÌas m·s
punteras competÌan entre ellas por ver cu·l
conseguÌa innovar la cultura interna m·s alo-
cada. DesaparecÌan de las oficinas las cor-
batas, los muros y los niveles jer·rquicos y
tomaban su puesto los atuendos surferos,
los videojuegos, las mascotas vivas, los ba-
rriles de cerveza e incluso las mesas de pin-
chadiscos. Sin llegar a estos extremos de ex-
centricidad, muchos empresarios comenzaron
a entender que podÌan atreverse a relajar el
ambiente de trabajo sin por ello sacrificar la
productividad o las ventas ño incluso para
potenciarlasñ. El resultado es que en la ac-
tualidad pueden encontrarse en EE.UU. cien-
tos de ejemplos, en todos los sectores, de
empresas triunfadoras que, con su cultura
jovial, est·n derribando por completo el mi-
to de los ënegocios seriosí.
Uno de los casos m·s cÈlebres es el de South-
west Airlines, cuya misiÛn es ofrecer no sÛlo
vuelos a precios muy econÛmicos sino una
experiencia de viaje divertida y original a sus
clientes. Recuerdo que hace unos aÒos volÈ
con Southwest y me sorprendiÛ el tono in-
formal y jocoso de los asistentes de vuelo,
todo un cambio de la sobriedad, los forma-
lismos y los ìSeÒores pasajeros, les informa-
mos...î a los que estamos acostumbrados
quienes volamos con frecuencia: ìBueno,
amigos, el aviÛn est· a punto y la tripulaciÛn
ya est· lista, o sea que en cuanto posÈis vues-
tros traseritos en el asiento, podemos ir des-
pegandoî. El buen humor y la actitud casi
irreverente de esta azafata inmediatamente
creÛ un ambiente m·s distendido entre los
pasajeros y un motivo de complicidad entre
ellos, relajando los nervios que habitualmen-
te acompaÒan a los despegues.
Pero no fue casualidad. En un libro sobre
Southwest, Kevin y Jackie Freiberg describen
la cuidada estrategia de recursos humanos
que fomenta este tipo de comportamiento:
ìSe estimula a los empleados para que se
tomen su trabajo y la competencia en se-
rio..., pero no a ellos mismos. La empresa se
toma muy en serio la tarea de crear un en-
torno donde florezcan el juego, el humor, la
creatividad y la risa. Southwest cree que las
N" 182 ï Noviembre ï 2004
 Existen muchos tipos de humor, y cada persona se sentir·
m·s cÛmoda con algunos que con otros. No tiene sentido
forzarse para tratar de resultar gracioso a toda costa
con una tÈcnica que no resulta adecuada a la personalidad
personas que se lo pasan bien se sienten m·s
estimuladas y son m·s ellas mismas. South-
west rechaza la idea de que para que la gen-
te tenga grandes logros el trabajo deba ser
serioî. El propio Presidente, Herb Kelleher,
predica este mensaje con el ejemplo, apare-
ciendo en anuncios televisivos con una bol-
sa sobre la cabeza o recibiendo un gran cu-
bo de agua por encima.
Southwest, en su origen una pequeÒa em-
presa local, se ha convertido en la cuarta lÌnea
aÈrea de EE.UU., con 31 aÒos consecutivos de
beneficios ($442 millones en 2003)4. Su ori-
ginal y divertida fÛrmula para hacer negocios
es ya un modelo de empresa sobre el cual se
han escrito varios libros y cientos de artÌculos.
Entre otros mÈritos, la revista Fortune 500 des-
de hace ocho aÒos la considera la lÌnea aÈrea
m·s admirada del mundo, y en 2003 aparece
como la segunda empresa m·s admirada de
Estados Unidos en todos los sectores. En de-
finitiva, empresas como Southwest est·n po-
niendo patas arriba la idea de los ìnegocios
seriosî, porque demuestran que el mismo hu-
mor es un negocio muy serio.
Un segundo mito, derivado del anterior, es
el temor de que si dejamos que los emplea-
dos se diviertan, no trabajar·n. Este temor
surge de la sospecha, a menudo bien fun-
dada, de que a muchos empleados no les
gusta su trabajo, y que preferirÌan hacer cual-
quier otra cosa (contar chistes, jugar al cruz
y raya, navegar por la web) antes que sus ta-
reas profesionales. Pero si los empleados es-
t·n desmotivados, la cuestiÛn es... øpor quÈ?
Quiz·s parte de la razÛn sea precisamente
que la cultura empresarial habitualmente exi-
ge una apariencia de solemnidad y reprime
toda expresiÛn de goce, diversiÛn o sentido
del humor. Si el trabajo en sÌ es divertido, el
empleado no necesitar· buscar estÌmulos ex-
ternos que le proporcionen las satisfaccio-
nes que no obtiene en su puesto.
No hay que olvidar que la risa es una de las
experiencias m·s placenteras de la vida y,
Capital Humano 42
por lo tanto, que constituye un motivador
natural. El doctor Allen Reiss y su equipo de
investigadores de la Universidad de Stanford
han comprobado que el disfrute del humor
estimula el sistema de recompensas meso-
lÌmbico dopaminÈrgico y est·n asociados a
la dopamina, una ìdrogaî natural que nos
obsequia con placer al obtener un bien pre-
ciado o deseado5. Este sistema se activa, por
ejemplo, cuando se obtiene una ganancia
inesperada de dinero o cuando se observa
un rostro atractivo. Por lo tanto, si una em-
presa logra crear un ambiente de trabajo lle-
no de risa y de buen humor, sus empleados
se sentir·n m·s motivados para levantarse
cada maÒana, incorporarse a su puesto la-
boral y contribuir al esfuerzo colectivo. De
hecho, diversos estudios han demostrado
que los equipos de trabajo que bromean y
se divierten se vuelven m·s productivos y m·s
creativos6.
Las pruebas m·s contundentes, sin embar-
go, de que el humor no tiene por que estar
reÒido con la productividad las han aporta-
do las empresas que han permitido o inclu-
so animado a su personal a pasarlo bien y a
ser ellos mismos. En Londres trabajÈ duran-
te quince meses para Scient, una consulto-
ra de servicios de Internet basada en San
Francisco cuyos empleados se movÌan por la
oficina en patinete y luchaban cada dos por
tres con pistolas de nerf (pelotitas de go-
maespuma). Durante una Època incluso asu-
mÌ el papel de Chief Morale Officer, el ìDi-
rector de la Moralî que se encarga de velar
por el buen humor de la oficina montando
las frecuentes fiestas, meriendas y eventos
de todo tipo que permitÌan al personal des-
cargar sus tensiones. Y puedo dar fe que en
ambos casos el ambiente l˙dico de la ofici-
na era inseparable de la dedicaciÛn con la
que sus empleados hacÌan realidad el eslo-
gan de Scient de ìinnovaciÛn constante a la
velocidad del rayoî. Eran capaces de em-
prender autÈnticos maratones de trabajo y
sacrificar noches o fines de semana si era
preciso para el bien de un proyecto. Y de he-
cho consiguieron convertir a Scient en la con-
sultora con el crecimiento m·s meteÛrico de
la era ëpuntocomí y con la mitad de la rota-
ciÛn habitual en un sector con un mercado
laboral hipercompetitivo. En nuestra expe-
riencia, si permites que los empleados se di-
viertan con su trabajo, lo difÌcil ser· echarles
de la oficina.
N" 182 ï Noviembre ï 2004
Otro temor muy frecuente es la idea de que
el humor es arriesgado, y que puede tener
un efecto distinto o contrario al deseado.
Todos hemos experimentado el bochorno
de fracasar con un intento de ìser gracio-
sosî o de ofender o confundir a alguien
sin quererlo. No hay duda de que emplear
el humor implica un riesgo, y que puede
tener efectos negativos, pero lo mismo po-
drÌa decirse de cualquier buena herra-
mienta, desde el martillo hasta el automÛ-
vil. Sin ir m·s lejos, la seriedad tambiÈn
puede ìsalir malî. Una persona o un am-
biente excesivamente formal y solemne
puede resultar poco atractivo para clientes
o colaboradores. Incluso puede tomarse
como una seÒal de arrogancia y una inci-
taciÛn a la broma mal intencionada.
En ciertas situaciones, el humor proporcio-
na adem·s la chispa necesaria para salir de
un atolladero creativo o de un conflicto in-
terpersonal. En los aÒos 50, la empresa Ford
cerrÛ varias f·bricas para recortar costes, si-
guiendo los consejos del departamento de
finanzas. Los financieros seguÌan predicien-
do una reducciÛn en las ventas, y recomen-
daron que se cerrara otra planta m·s. Aun-
que muchos de los altos directivos no estaban
de acuerdo con la idea, no se atrevÌan a lle-
varles la contraria, porque los financieros te-
nÌan en ese momento mucho poder en la
empresa. Entonces alguien dijo, ìøpor quÈ
no cerramos todas las f·bricas? °AsÌ empe-
zaremos a ahorrar de verdad!î Esto causÛ
una enorme explosiÛn de risas que relajÛ la
tensiÛn y dio a la alta direcciÛn la confianza
que necesitaba para oponerse a los finan-
cieros y evitar el cierre ñuna decisiÛn que a
la larga resultÛ ser la m·s acertada7. Quiz·s
en esta situaciÛn, como en tantas otras, la
respuesta seria y habitual hubiera sido m·s
peligrosa que la humorÌstica.
Como cualquier herramienta, es preciso
aprender a emplear el humor de la manera
m·s inteligente. Los buenos oradores y edu-
cadores saben que una inyecciÛn de humor
aumenta las posibilidades de que el p˙blico
escuche, recuerde e incluso acepte el men-
saje comunicado8. En un experimento, in-
cluso se ha llegado a constatar que los ven-
dedores que emplean el humor consiguen
que sus clientes paguen un precio m·s alto
por el mismo producto9. Pero tambiÈn es
cierto que estos efectos sÛlo se producen de
N" 182 ï Noviembre ï 2004
manera consistente si el humor es adecua-
do al momento y el lugar, pertinente al te-
ma que se trata y evita las variedades m·s
agresivas, ofensivas o potencialmente vol·-
tiles. Con sentido com˙n, tacto, y sobre to-
do, experiencia, podemos emplear esta va-
liosa herramienta de una manera segura y
eficaz, obteniendo todos sus beneficios y mi-
nimizando el riesgo de accidentes.
El ˙ltimo de los cuatro obst·culos m·s co-
munes es el mito del ìdon divinoî, la idea
de que ciertas personas tienen gracia por
naturaleza, y que otras sencillamente no sir-
ven para el humor. Evidentemente, no to-
dos podemos aspirar al genio de los gran-
des humoristas como Les Luthiers o Charles
Chaplin. Sin embargo, todos hemos sido ni-
Òos o niÒas, y sabemos jugar y compartir la
risa y el buen humor ñaunque hayamos per-
dido algo de pr·ctica a lo largo de los aÒosñ.
El sentido del humor es una capacidad uni-
versal que todos poseemos, y que todos po-
demos cultivar y emplear. Y para ello no es
necesario ni subirse a un escenario para ha-
cer payasadas, y ni siquiera contar un chis-
te. A veces basta compartir una curiosa coin-
cidencia, un gesto ligeramente exagerado,
la complicidad de una ironÌa o incluso un
fracaso bien llevado, para acercarse a un
cliente o a un compaÒero de trabajo con el
humor.
10 CONSEJOS PARA POTENCIAR EL SENTIDO DEL HUMOR
DE SU EMPRESA
! Seleccionar a los recursos humanos teniendo en cuenta el sentido del humor del
candidato, especialmente para los puestos de liderazgo.
! Formar a sus vendedores, sus directivos, sus formadores y otros puestos clave en
competencias humorÌsticas.
! Evaluar a los lÌderes de equipos o departamentos en parte seg˙n lo divertido que
resulta trabajar con ellos.
! RediseÒar la oficina con colores alegres y toques divertidos ñespecialmente las zo-
nas comunes, las salas de reuniones, los comedores, etc.
! Dedicar un importante esfuerzo para que las comunicaciones internas ñnotas infor-
mativas, revistas corporativas, discursos, evenots o cursos de formaciÛnó sean en-
tretenidas.
! Crear uno o m·s ìtablones del humorî en el que cualquiera pueda colgar bromas,
chistes, viÒetas, fotos, etc.
! Organizar o fomentar ocasiones para que sus empleados puedan relacionarse en
actividades l˙dicas o extralaborales.
! Celebrar siempre los Èxitos ñ°e incluso los esplendorosos fracasos!
! Cultivar en sus directivos la capacidad para reÌrse de sÌ mismos.
! (Y el m·s importante...) Dar el permiso a todo el mundo para disfrutar de su traba-
jo y expresar su sentido del humor.
FUENTE > Humor Positivo, 2004.
43 Capital Humano
 En nuestra propia experiencia ñy hemos for-
mado a m·s de mil personas en el desarro-
llo del sentido del humorñ hemos podido
comprobar que la mayorÌa de nuestros alum-
nos afirman no ser muy graciosos o creati-
vos, y desde luego incapaces de contar un
buen chiste ,°pero se equivocan! Lo sabe-
mos porque en unas pocas horas, con sÛlo
darles la oportunidad para expresar su sen-
tido del humor, ellos mismos nos demues-
tran lo contrario. Es un fenÛmeno asombro-
so y, por cierto, bastante cÛmico.
Existen numerosas maneras para cultivar el
humor, pero todas comienzan por descubrir
el propio sentido del humor: øQuÈ me hace
reÌr? øquÈ es lo que m·s me divierte? øquÈ
libros, pelÌculas, situaciones, viÒetas y hu-
moristas me estimulan el lado cÛmico? Este
proceso de b˙squeda y auto-descubrimien-
to ayudar· a guiar los siguientes pasos: co-
leccionar, buscar y provocar recursos y si-
tuaciones divertidas; crear relaciones con
personas afines para compartir el humor; fi-
jarse en los grandes maestros (los humoris-
tas, los sabios y los niÒos); practicar tÈcnicas
de creaciÛn y presentaciÛn humorÌstica; y
aplicar estas tÈcnicas y recursos en situacio-
nes concretas de la vida y el trabajo. Existen
muchos tipos de humor, y cada persona se
sentir· m·s cÛmoda con algunos que con
otros. No tiene sentido forzarse para tratar
de resultar gracioso a toda costa con una
tÈcnica que no resulta adecuada a la perso-
nalidad. Cada persona debe encontrar y des-
arrollar su propio estilo humorÌstico natural.
En Estados Unidos existen ya docenas de con-
sultores y organizaciones especializadas en
la formaciÛn en competencias humorÌsticas,
entre ellas Humor Rules, Humor Works, The
Humor Project, Laughter Works, HaHa Insti-
tute, Waleed Salameh, Steven Sultanoff, Allen
Klein y Paul McGhee. Existe una enorme bi-
bliografÌa de libros y artÌculos dedicados al
tema del humor en la empresa e incluso ju-
gueterÌas especializadas en el mercado de la
oficina. TambiÈn en EspaÒa comienzan a di-
fundirse estas ideas, como indican la publi-
caciÛn en castellano de algunos libros como
Fish! o Con Humor Se Trabaja Mejor. Esta
nueva y simp·tica revoluciÛn a comenzado
a llegar a travÈs de las multinacionales ins-
taladas en nuestro paÌs, o mediante ondas
culturales como la era ìpuntocomî y sus ex-
perimentos empresariales. Javier RodrÌguez,
Capital Humano 44
Director General de °Yahoo! Iberia, se iden-
tifica plenamente con el modelo del trabajo
con humor: ìEs una pena que la gente siga
confundiendo el trabajo serio con la solem-
nidad. En °Yahoo! sabemos que es perfec-
tamente posible combinar la profesionalidad
con el buen humor, porque aquÌ siempre lo
hemos hecho asÌ. Quiz· estÈ mal que yo lo
diga, pero la verdad es que nos divertimos
en el trabajo y espero que consigamos man-
tener siempre ese espÌrituî. Pero tambiÈn
hay ejemplos en otros sectores m·s tradi-
cionales. La empresa de seguros Skandia, es-
cogida recientemente como una de las 10
mejores empresas para trabajar en Europa
seg˙n la revista Fortune, es una de la nu-
merosas compaÒÌas asentadas en nuestro
paÌs que incluyen la ìdiversiÛnî entre sus va-
lores corporativos.
Los beneficios de potenciar el humor positi-
vo en el trabajo van m·s all· de la ventaja
competitiva que una u otra empresa puedan
obtener al potenciar la creatividad, la co-
municaciÛn, el aprendizaje o la motivaciÛn.
Hoy la ciencia mÈdica nos advierte diaria-
mente sobre la epidemia del estrÈs y el im-
presionante aumento de patologÌas menta-
les y fÌsicas relacionadas con nuestro estilo
de vida y de trabajo. A pesar del asombroso
progreso econÛmico y tecnolÛgico del ˙lti-
mo medio siglo, los psicÛlogos advierten que
no sÛlo no somos m·s felices en los paÌses
desarrollados sino que la incidencia de la de-
presiÛn se ha multiplicado por diez durante
este mismo perÌodo10, mientras que el sui-
cidio se ha convertido en la primera causa
de muerte violenta por encima de las gue-
rras o el homicidio11. Nos preocupamos en
estos dÌas por el terrorismo, pero actualmente
son m·s nocivas para nuestra salud las pre-
ocupaciones que los terroristas. El sentido
del humor es un autÈntico antÌdoto contra
la ansiedad y un importante aliado para
afrontar las frustraciones y los dramas labo-
rales y vitales12. Si las 1.800 horas anuales
que cada persona pasa cada aÒo en el pues-
to de trabajo fueran m·s llevaderas, no hay
duda que la sociedad en su conjunto se be-
neficiarÌa enormemente.
A˙n nos queda mucho por aprender, o qui-
z·s m·s bien desaprender, para alcanzar una
cultura empresarial en la que la espontanei-
dad y el sentido del humor sean la norma y
no dos exÛticos intrusos en un laberinto gris
N" 182 ï Noviembre ï 2004
 y cuadriculado. Pero estamos convencidos
que un proceso irrevocable ya est· en mar-
cha para destronar y desterrar a la Solemni-
dad imperante. Los mitos sÛlo pueden du-
rar mientras la verdad queda escondida detr·s
de una apariencia formidable y coherente
ñsea la imagen de un terrible dios alado o el
de un impecable ejecutivo triunfador de cor-
bata oscura, maletÌn y cara de pokerñ. Em-
presas como Southwest Airlines, Pike Place
Fish o °Yahoo! est·n poniendo en evidencia
el mito de los ìNegocios Seriosî, demos-
trando con los hechos que gran parte de
aquella molesta e incÛmoda formalidad so-
bra e incluso estorba. Gracias a estos pione-
ros, nos podemos atrever a expresar nues-
tra creatividad humana y humorÌstica sin
tantos temores, y reservar la frialdad mec·-
nica para las m·quinas. Evidentemente, la
conquista de un entorno laboral m·s acor-
de con nuestra naturaleza no depende sÛlo
la diversiÛn y de la risa. Pero sÛlo estaremos
seguros de haberlo alcanzado cuando fi-
chemos el lunes por la maÒana con una enor-
me sonrisa de oreja a oreja.!
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