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Medicación tópica para la piel

Prácticamente todos los medicamentos para la piel son tópicos o sistémicos. Los medicamentos
tópicos son aplicados directamente en el área afectada de la piel. Los medicamentos sistémicos
se ingieren por vía oral o se inyectan y se distribuyen por todo el cuerpo. En raras ocasiones,
cuando se necesita una elevada concentración de un medicamento en la zona afectada, el médico
puede inyectar un fármaco justo debajo de la piel; este procedimiento recibe el nombre de
inyección intradérmica.
Algunos medicamentos para la piel requieren una prescripción médica; otros pueden ser
adquiridos sin receta. Aunque en general sean considerados más seguros que los que requieren
receta, los medicamentos de venta libre deben ser utilizados con precaución. Aplicar el
medicamento equivocado puede empeorar una enfermedad de piel u ocultar síntomas, haciendo
el diagnóstico más difícil para el médico.

Preparaciones tópicas

Los principios activos (medicaciones) de una preparación tópica se mezclan con (se suspenden
en) un vehículo (un transportador inerte de la medicación). En consecuencia, entre las
preparaciones tópicas, la formulación y la consistencia varían mucho. Es el vehículo que
determina la consistencia del producto y hace que los compuestos activos permanezcan en la
superficie o penetren en la piel (si la preparación es espesa y oleosa o ligera y acuosa).
Dependiendo del vehículo utilizado, la preparación será un ungüento, una crema, una loción, una
solución, un polvo o un gel.
Los ungüentos, que contienen una gran cantidad de aceite y muy poca agua, presentan un
aspecto grasiento y son difíciles de lavar. Los ungüentos son más apropiados cuando la piel
necesita lubricación o humedad. Si bien su uso resulta más engorroso que las preparaciones de
cremas con base acuosa, los ungüentos son más eficaces para el aporte de ingredientes activos
a la piel.
Las cremas, que son las preparaciones más frecuentemente utilizadas, son emulsiones de aceite
en agua. Son fáciles de aplicar y dan la sensación de desaparecer al frotarlas sobre la piel.
Las lociones son similares a las cremas pero contienen más agua. En realidad son suspensiones
de material en polvo finamente disperso en una base de agua o de aceite y agua. Las lociones
son de fácil aplicación y resultan particularmente beneficiosas para enfriar o secar la `piel.
Las soluciones son líquidos en los que se disuelve un fármaco. Las soluciones tienden a secar la
piel en lugar de humedecerla. Los líquidos más frecuentemente usados son alcohol,
propilenglicol, polietilenglicol y agua corriente.
Los polvos son formas secas de sustancias que se utilizan para proteger zonas en las que una
región de piel roza contra otra (por ejemplo, en las nalgas, entre los dedos de los pies, en las
axilas o la ingle, o bien bajo las mamas). Los polvos secan la piel macerada (ablandada y dañada
por la humedad) y reducen la fricción absorbiendo la humedad. Los polvos se pueden incorporar a
las cremas protectoras, a las lociones y a los ungüentos.
Los geles son sustancias con base acuosa espesadas sin aceite o grasa. La piel no absorbe los
geles tan bien como las preparaciones que contienen aceite o grasa.

Tipos de medicamentos tópicos

Los medicamentos tópicos pueden dividirse en siete categorías a menudo superpuestas: agentes
limpiadores, agentes protectores, agentes antiinfecciosos, agentes humectantes, agentes
absorbentes, agentes que alivian los síntomas y agentes antiinflamatorios.
Agentes limpiadores

Los principales agentes limpiadores son los jabones, los detergentes y los disolventes. El jabón
es el detergente más popular, pero también se usan mucho los detergentes sintéticos. Ciertos
jabones secan la piel, otros tienen una base cremosa que no produce sequedad. Algunos jabones
líquidos humedecen la piel, otros la secan.
Como quiera que los champús de tipo infantil son excelentes agentes limpiadores y por lo general
son bien tolerados por la piel, son útiles para limpiar heridas, cortes y abrasiones. También las
personas con psoriasis, eccema y otras enfermedades escamosas pueden usar champús de tipo
infantil para eliminar la piel muerta. No obstante, las lesiones que supuran (exudan) deberían
limpiarse sólo con agua porque hasta los jabones y detergentes más suaves pueden irritar la
zona.
A los detergentes se les agregan muchos compuestos químicos. Por ejemplo, los champús y las
lociones anticaspa pueden contener dipiritiona de zinc, sulfuro de selenio o extractos de brea que
ayudan a tratar la piel que se descama. Los detergentes también pueden contener pequeñas
cantidades de ácido acético, acetato de aluminio y sulfato de magnesio (como las sales de
Epsom).

Agentes protectores

Muchas clases diferentes de preparaciones ayudan a proteger la piel. Los aceites y los ungüentos
forman una barrera de base oleaginosa que puede ayudar a proteger la piel descamada o irritada
y retener la humedad. Los polvos pueden proteger las zonas de piel que rozan contra otras o bien
contra una prenda de vestir. Los vendajes hidrocoloides sintéticos protegen las úlceras por
presión y otras zonas de la piel que estén en carne viva. Los filtros solares crean una pantalla
contra la luz ultravioleta.

Agentes antiinfecciosos

Los virus, las bacterias y los hongos pueden infectar la piel. Por el momento, el mejor modo de
prevenir estas infecciones es lavar la piel cuidadosamente con agua y jabón. Otros agentes
pueden tener mayor acción desinfectante o tratar infecciones ya instauradas. La mayoría de los
agentes desinfectantes sólo son utilizados por médicos y enfermeras para esterilizar su piel y la
de sus pacientes antes de una intervención quirúrgica. Sin embargo, frecuentemente se utilizan
ciertos medicamentos para tratar las infecciones causadas por bacterias y hongos. Por ejemplo,
se aplican antibióticos sobre la piel para los casos de acné e infecciones cutáneas superficiales.
También es muy frecuente aplicar clotrimazol y miconazol sobre la piel para tratar infecciones
fúngicas. Ambos son de venta libre. Otros agentes antifúngicos como las cremas con ketoconazol
sólo se pueden adquirir con receta médica. Los medicamentos tales como gammahexacloruro de
benceno (lindano) ayudan a tratar infestaciones como la sarna.

Agentes humectantes

En realidad, los agentes humectantes no proporcionan humedad a la piel, sino que le permiten
conservar su humedad natural. La mayoría de los humectantes son cremas o lociones que
contienen aceite. Aplicar una fina película de aceite sobre la piel ayuda a evitar que el agua de la
misma se evapore. El mejor momento para aplicar estos agentes es cuando la piel ya está
humidificada, inmediatamente después de un baño o una ducha, por ejemplo. Algunos
humectantes más fuertes contienen compuestos como urea.

Agentes absorbentes

Una excesiva humedad en la piel puede causar maceración, un problema que por lo general se
produce por fricción entre dos zonas de piel con retención de humedad, especialmente en los
días húmedos y calurosos. Las áreas más frecuentemente afectadas son las que se encuentran
entre los dedos de los pies o entre las nalgas, en las axilas o en las ingles y bajo las mamas.
Estas áreas húmedas constituyen también terrenos fértiles para las infecciones, especialmente
las causadas por hongos y bacterias.
El polvo de talco es el agente absorbente más utilizado. El talco absorbe la humedad de la
superficie de la piel. La mayoría de las preparaciones de talco sólo varían en las esencias que
contienen y en el envase. El almidón de maíz, otro buen absorbente, tiene la desventaja de
favorecer el crecimiento de hongos. Por esta razón, el talco suele resultar mejor.
Las soluciones que contienen sales de aluminio son de elección en pieles dañadas por un exceso
de humedad. Estas soluciones son utilizadas en los hospitales y en las residencias de ancianos.

Agentes que alivian los síntomas

Las afecciones cutáneas suelen estar acompañadas de picor (prurito). En ocasiones se aplica un
medicamento para aliviar el picor, mientras se usa otro para tratar la enfermedad en sí. El prurito
y el dolor leve pueden ser controlados con agentes calmantes como la manzanilla, el eucalipto, el
alcanfor, el mentol, el óxido de zinc, el talco, la glicerina y la calamina. En ocasiones,
antihistamínicos como la difenhidramina se incluyen en las preparaciones tópicas para aliviar el
picor asociado con reacciones alérgicas. Si bien los antihistamínicos bloquean ciertos tipos de
reacciones alérgicas, probablemente alivian el picor gracias a sus efectos sedativos. Sin
embargo, los antihistamínicos pueden sensibilizar a la persona y causar una reacción alérgica.
Para controlar ciertas formas de picor, la persona debería usar antihistamínicos de uso oral en
lugar de antihistamínicos tópicos.

Agentes antiinflamatorios

Los corticosteroides (fármacos semejantes a la cortisona) tópicos u orales pueden ayudar a


reducir la inflamación (tumefacción, picor y rubor). Los corticosteroides son muy eficaces en los
casos de erupciones causadas por reacciones alérgicas o inflamatorias ante la hiedra venenosa,
los metales, los vestidos y otras sustancias. Dado que disminuyen la resistencia ante las
infecciones bacterianas y fúngicas, por lo general no deberían ser utilizados sobre zonas o
heridas infectadas. Sin embargo, en algunos casos los corticosteroides se mezclan con agentes
antimicóticos para ayudar a reducir el picor causado por un hongo. Las combinaciones de
corticosteroides y de antibióticos se utilizan en muy raras ocasiones porque, por lo general, no
son más eficaces que los corticosteroides por sí solos. Además, los antibióticos (en especial la
neomicina) incrementan el riesgo de una reacción alérgica que pueda complicar el problema.
Los corticosteroides tópicos se comercializan en forma de lociones, cremas y ungüentos. Las
cremas son muy eficaces si se frotan ligeramente hasta que desaparezcan. En general, los
ungüentos son los más potentes. El tipo y la concentración de corticosteroide en la preparación
determinan su potencia general. La hidrocortisona puede adquirirse en concentraciones de hasta
el 1 por ciento sin prescripción médica; concentraciones menores o iguales al 0,5 por ciento
resultan menos eficaces. Los preparados corticosteroides más fuertes necesitan prescripción
médica. Los médicos suelen indicar primero corticosteroides fuertes y luego otros de menor
potencia a medida que la piel se cura. Por lo general, los corticosteroides de uso tópico se
aplican dos o tres veces al día en pequeñas cantidades. En las zonas en que la piel es muy
delgada, como por ejemplo en la cara, deben ser utilizados en escasas cantidades y sólo durante
unos pocos días.
Cuando se necesita una dosis más alta, el médico puede inyectar un corticosteroide justo debajo
de la piel. Otra forma de administrar una dosis elevada consiste en aplicar un vendaje oclusivo no
poroso con un corticosteroide tópico para incrementar la absorción y la eficacia del fármaco. Por
ejemplo, es posible aplicar una película de polietileno (el papel transparente de uso doméstico,
para envolver alimentos) sobre una crema o ungüento y dejarla toda la noche. Con este método,
las cremas y los ungüentos son menos irritantes que las lociones. Los vendajes oclusivos
incrementan el riesgo de reacciones adversas a los corticosteroides, por lo que generalmente se
reservan para enfermedades como psoriasis y eccema grave.

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