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UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

DEPARTAMENTO DE AGRONOMÍA

INGENIERÍA DEL RIEGO Y DEL DRENAJE

RIEGO LOCALIZADO. ELEMENTOS Y DISEÑO

E. Camacho, J. Roldán y M. Alcaide


ÍNDICE
Pág.
1. Introducción............................................................................................................................. 1

2. Sistemas de riego localizado. Elementos................................................................................ 3

3. Diseño agronómico ................................................................................................................ 10

3.1. Necesidades de riego .................................................................................................... 11


3.2. Dosis, número de riegos, tiempo de riego, número de emisores y
caudal por emisor ......................................................................................................... 13

4. Diseño hidráulico ................................................................................................................... 15

4.1. Uniformidad en la subunidad ....................................................................................... 17


4.2. Hidráulica de emisores ................................................................................................. 20
4.3. Diseño de ramales ........................................................................................................ 22

5. Bibliografía............................................................................................................................. 30
1. INTRODUCCIÓN

El riego localizado es la aplicación lenta y frecuente de agua a los suelos a través


de emisores distribuidos a lo largo de una tubería. Dichos emisores disipan o pierden la presión
existente en el sistema de distribución por medio de orificios, vórtices o trayectorias de flujo
largas o tortuosas. De esta forma el volumen de agua aplicado es limitado y los caudales son
pequeños. Los emisores van colocados sobre la superficie pero también pueden ir enterrados. El
agua aplicada se mueve dentro del suelo como flujo subsaturado y difícilmente se supera la
intensidad de infiltración del suelo. El área de suelo humedecida por emisores ampliamente
separados es elíptica.

En determinadas condiciones, como pueden ser climas áridos, existencia de


suelos arenosos y salinos o aguas de mala calidad, los sistemas de riego por superficie y por
aspersión no se han mostrado eficientes. En estas condiciones tan severas es donde, sin duda, el
riego localizado es una solución alternativa.

El riego localizado surgió sobre 1860 en Alemania como una combinación de


riego y drenaje usando para ello tuberías de arcilla. En 1913 se hicieron los primeros ensayos
como riego subsuperficial en la Universidad de Colorado. Un gran avance supuso la
introducción de tuberías perforadas en 1920 en Alemania.

Con el desarrollo de los plásticos durante y después de la II Guerra Mundial la


idea de usar tuberías de plástico pudo llevarse a cabo. Después de la década de los 40 en Gran
Bretaña se usaron sistemas de riego localizado con tubería de plástico en invernaderos. En 1963
en Israel y en 1964 en Estados Unidos aparecieron las primeras publicaciones del sistema
superficial de riego localizado, tal como se conoce hoy en día.

Algunos años antes se usaron sistemas de riego localizado para cultivos en


campo en Israel. Los primeros emisores usados fueron microtubos. Con la aparición en la
década de los 70 de polietilenos de baja densidad se incrementó notablemente la producción de
nuevos emisores y de los ramales de riego localizado.

El aumento de superficie puesta bajo sistemas de riego localizado ha sido muy


importante en los últimos años; a nivel mundial se ha pasado de 400.000 ha, en 1981, a
1.800.000 ha, en 1991, aumentando aún más hasta la fecha. La aplicación del riego localizado a
jardinería, invernaderos, frutales, cultivos en línea, etc., se ha incrementado notablemente. En
España, y sólo para el olivo, el número de hectáreas regadas por goteo ha aumentado en más de
70.000 en los últimos cinco años.

A diferencia de los riegos por superficie y por aspersión, el aplicado por riego
localizado depende sólo del sistema hidráulico de la red de distribución y no de las condiciones
edáficas o climáticas. Utiliza sistemas de distribución fijos, lo que permite aplicaciones
frecuentes. Se trata, por tanto, de un riego de aplicación totalmente controlada. No obstante, los
problemas que plantea son aún importantes. Entre ellos, el estudio del sistema de emisores no
siempre se puede caracterizar de forma geométrica, lo cual requiere estudios de tipo estadístico.
Otro factor es el atascamiento de los emisores debido al pequeño diámetro del orificio. Por
último, sólo se humedece una parte de la superficie del suelo y la distribución del agua en el
mismo es tridimensional, dependiendo de las características hidrofísicas del suelo, del gasto
suministrado y del tiempo. Todo esto hace de nuevo que un análisis racional sea imposible si se
considera el sistema suelo-planta-atmósfera. Por tanto, para alcanzar soluciones concretas será
necesario en algunos casos el recurso del empirismo.
1
2. SISTEMAS DE RIEGO LOCALIZADO. ELEMENTOS

Los sistemas de riego localizado suelen estar organizados en sectores o unidades


de riego independientes. Cada una de estas unidades consta de una tubería secundaria de la que
se derivan las terciarias o tuberías portaramales. El riego que se aplica a la unidad puede ser
controlado en su toma mediante una válvula volumétrica o electroválvula. A su vez, cada
unidad se compone de varias subunidades o superficies que están dominadas por un regulador
de presión (ver figura 1). En ellas, de las tuberías portaramales parten los ramales donde se
disponen los emisores uniformemente espaciados.

FIGURA 1. Esquema de una instalación de riego localizado.

Los elementos que constituyen una instalación de riego localizado son:

- Cabeza de riego

Es el conjunto de elementos que va tras la acometida en la red principal y que


permite el tratamiento del agua de riego. Puede disponer, junto al equipo básico de control
(llaves y filtros), de manómetros, regulador de presión, depósito fertilizante, contador y válvula
solenoide para automatizar el sistema. La cabeza de riego constituye el elemento central de
cualquier instalación. Su composición varia según los casos (procedencia de las aguas, tipo de
fertilización, etc.). Un esquema típico de una cabeza es la que pude verse en la figura 2.

Cuando el agua lleva una gran cantidad de sólidos en suspensión es necesario


instalar prefiltros antes de la cabeza. Estos eliminan las partículas más densas que el agua.
Existen varios tipos de prefiltros (decantadores, hidrociclones, etc.). El resto de las partículas
que pueda llevar el agua son eliminadas con los filtros, entre los que se encuentran:

- Filtros de arena: se usan para eliminar las impurezas de tipo orgánico (algas,
restos de insectos y pequeñas partículas minerales).
- Tamices: retienen las impurezas de tipo mineral que pasan bien a través de
los filtros de arena o bien son introducidas por los fertilizadores. El agua se
filtra pasando desde dentro hacia fuera. La malla es sintética o de acero y se
clasifica según el número de Mesh (número de aperturas por pulgada lineal).

2
- Filtros de anillas: su misión es similar a los filtros de tamiz. Se consiguen al
comprimir un conjunto de anillas ranuradas que forman un cilindro de
filtrado.

FIGURA 2. Esquema de una cabeza de riego localizado.

Los manómetros situados antes y después de los filtros, permiten determinar la


pérdida de carga producida en ellos. Dicha pérdida de carga dependerá del grado de suciedad
del filtro. Si ésta es elevada se procederá a la limpieza del mismo, bien de forma manual o
automática.

La fertirrigación consiste en la aplicación de abonos disueltos en el agua de


riego. Una instalación de un equipo de fertirrigación básicamente consta de depósito de abono y
del sistema de inyección de dicho abono. Existen varios sistemas de inyección como:

- Tanque de abonado conectado directamente a la red.


- Inyectores venturi.
- Dosificadores de abono (eléctricos e hidráulicos).

- Red de distribución

Varía según la disposición física del campo, fundamentalmente consta de (ver


figura 1):

- Tubería principal o primaria: es la que parte de la cabeza de riego y alimenta


a las diferentes unidades.

3
- Tubería secundaria: es la que partiendo de la red principal abastece dentro de
una unidad de riego a varias subunidades.
- Tubería terciaria: es la tubería que alimenta directamente a los ramales.
- Ramal: es la tubería de último orden, en la que se conectan los emisores de
riego.

Las tuberías primaria y secundaria suelen ser de PVC aunque también se usa el
amianto cemento. Los ramales tienen diámetros desde 8 a 20 mm y longitudes de
aproximadamente 50 a 100 m, suelen ser de PE de baja densidad. Se tienden perpendiculares a
la terciaria o secundaria, la separación entre ellos depende del cultivo y conviene que sigan las
curvas de nivel.

La red de tuberías suele tener válvulas para regular la presión al inicio de las
tuberías terciarias, válvulas volumétricas al inicio de la secundaria, medidores de presión y
caudal y llaves de control distribuidas por toda la red, manuales o automáticas.

- Emisores o goteros

Son los elementos de desagüe. Su objetivo es causar una pérdida de presión de


tal forma que se descargue un pequeño volumen de agua. El gasto de los goteros varia desde 1'5
a 18 l/h. Hay, fundamentalmente, cuatro tipos (ver figura 3):

- Goteros de trayectoria (G, D, E)


- Goteros de orificio (A, C)
- Goteros de vórtice (B)
- Goteros autocompensantes (H, F)

En todos los tipos de goteros el gasto viene definido por la relación entre el
caudal y la carga disponible mediante una ecuación del tipo:

q = k hx (1)

donde: q = caudal del gotero, generalmente medido en l/h.


k = coeficiente de descarga.
x = exponente de descarga.
h = presión a la entrada del gotero, generalmente medida en m.c.a.

Los valores de k y x son representativos de cada tipo de gotero. El valor del


exponente hidráulico x permite la clasificación de los goteros (ver tabla 1 y figura 4)

TABLA 1. Tipos de goteros según el exponente de descarga.


Microtubo (x = 0'75 - 1): Régimen laminar

De trayectoria Helicoidal (x = 0'65 - 0'75): Régimen transición

De laberinto (x = 0'5): Trayectoria tortuosa régimen turbulento


GOTEROS
De orificio (x = 0'5)

Vórtice (x = 0'4)

Autocompensantes (x = 0 - 0'4)

4
FIGURA 3. Tipos de goteros.

Las presiones de trabajo de los goteros oscilan entre 10 y 20 m y, a veces, en los


autocompensantes más, y se pueden colocar en línea o derivación y también embutidos.

Otros tipos de emisores son:

a) Mangueras: son tuberías que contiene dos conductos coaxiales, uno de ellos
es el de conducción y el otro de distribución. Los puntos de emisión se
encuentran muy próximos lo que los hace idóneos para el riego de cultivos en
línea tipo hortalizas. Las presiones de trabajo oscilan entre 5 y 10 m.c.a. y los
caudales suelen oscilar entre 80 y 950 l/h por cada 100 m.

b) Cintas de exudación: están formadas por una serie de microfibras de polie-


tileno entrecruzadas con una serie de poros que ocupan el 50% de la super-
ficie y que tienen un diámetro de 4 - 5 µ. La presión de trabajo es muy baja
entre 2 - 3'5 m.c.a. y los caudales de 1 a 1'75 l/h por cada metro.

c) Emisores de alto caudal: el gasto en estos emisores varia desde 16 a 150 l/h,
las presiones de trabajo suelen ser de 10 - 20 m.c.a.. Existen
fundamentalmente dos tipos:

- Microaspersores: tienen mecanismos móviles para distribuir el agua.


- Difusores: son iguales a los microaspersores pero el mecanismo móvil no
existe.

En ambos casos la superficie humedecida es extensa. Para cultivos de raíces


más agresivas o cuando se necesite mojar más suelo.

5
FIGURA 4. Curvas caudal-presión para diferentes goteros.

3. DISEÑO AGRONÓMICO

Previo al diseño hidráulico de cualquier sistema de riego es necesario realizar un


diseño agronómico. Éste fundamentalmente se desarrolla en dos etapas:

1ª) Cálculo de las necesidades de agua.


2ª) Determinación de la dosis, número de riegos y tiempo de riego, número de
emisores por planta y caudal de los mismos.

Un esquema genérico de los pasos a seguir en el diseño agronómico pude verse


en la figura 5.

FIGURA 5. Esquema de diseño agronómico.

6
3.1. Necesidades de riego

A efectos del diseño hidráulico interesa conocer las necesidades de riego en el


mes de máximo consumo. Para ello es necesario determinar la evapotranspiración potencial
(ET0), lo cual se hará siguiendo alguno de los métodos descritos en el tema cinco.

Una vez conocida la ET0 la evapotranspiración real del cultivo será:

ETc = k c ET0 (2)

donde kc = coeficiente del cultivo (ver tema 5).

Sobre ETc influye la climatología de la zona, la disponibilidad de agua en el


suelo y el porcentaje de suelo cubierto por el cultivo, es decir su grado de desarrollo.

En cultivos en los que no existe una cobertura total es necesario aplicar una
reducción a la ETc. Este coeficiente reductor puede obtenerse de forma experimental. De esta
forma la ecuación (2) quedará de la forma:

ETc = k c k r ET0 (3)

Las necesidades netas (Nn) vendrán dadas por la ecuación:

N n = ETc - Pe - GW - ∆ W (4)

donde: Pe = precipitación efectiva


GW = aporte capilar
∆W = variación de almacenamiento de agua en el suelo

Para el cálculo de las necesidades máximas o necesidades punta los tres últimos
términos no se tienen en cuenta por ser muy pequeños, en nuestro clima, respecto a la
evapotranspiración del cultivo y por que, además, en el mes punta suelen ser nulos.

Como parte del agua que aplicamos para satisfacer las necesidades del cultivo no
es aprovechable por éste, habrá que considerar un rendimiento de aplicación, con lo que las
necesidades totales serán:
(5)
Nn
Nt =
Ra
donde Ra = rendimiento de aplicación.

Los valores de Ra a considerar dependen del tipo de suelo y de la profundidad de


las raíces y del clima. Los valores de rendimiento teóricos para climas áridos pueden ser,
aproximadamente, los que se muestran en la tabla 2.

7
TABLA 2. Valores de Ra para climas áridos.

Profundidad Textura
raíces
(m) Muy porosa (grava) Arenosa Media Fina

< 0'75 0'85 0'90 0'95 0'95


0'71-1'50 0'90 0'90 0'95 1'00
> 1'50 0'95 0'95 1'00 1'00

Para microaspersores y difusores se recomienda disminuir estos valores en 0'1.

3.2. Dosis, número de riegos, tiempo de riego, número de emisores y caudal por emisor

Para calcular el número de emisores es necesario conocer el porcentaje de su-


perficie mojada. Precisamente una característica de los riegos localizados es que aplican el agua
en una parte del suelo y no mojan por tanto toda la superficie del mismo. La pregunta que hay
que hacerse es ¿cuál debe ser el porcentaje de superficie mojada?. La respuesta no es fácil, pues
dicho porcentaje variará en función del cultivo, del marco de plantación, de las condiciones
climáticas y en instalaciones ya fijas de la dosis, frecuencia de riegos, etc.

A la relación entre la superficie o volumen de suelo que debe ser humedecido


respecto a la superficie total o volumen de suelo que debe estar ocupado por las raíces se
denomina P. El valor de P debería, teóricamente, determinarse experimentalmente en campo.
Diversos autores han planteado distintos procedimientos para calcularlo. En general, se
aconsejan porcentajes superiores al 20%, para cultivos ampliamente espaciados en zonas de alta
precipitación y suelos de textura media o arcillosa donde el riego se aplica en los períodos de
sequía (períodos cortos), y valores entre el 33% al 50% en zonas de baja precipitación y en las
mismas condiciones anteriores.

El número de emisores por planta será:

Sp P (6)
e>
100 Ae
donde: e = número de emisores por planta
Sp = superficie ocupada por planta (m2)
P = porcentaje de superficie mojada
Ae = área mojada por emisor (m2)

La dosis de riego hace relación al volumen de agua aplicado en un riego:

D = e Ve (7)

donde: D = es la dosis de riego (l/planta)


Ve = volumen de agua por emisor en cada riego (litros)

El número de riegos vendrá dada por:

8
Nt
I= (8)
D

donde Nt se expresa en l/planta y mes.

Es de observar cómo el número de riegos depende de variables de diseño como


son el número de emisores por planta, el caudal del emisor y el tiempo de riego (o lo que es lo
mismo el volumen de agua por emisor en cada riego), por lo que es una variable poco rígida. En
riego localizado, en el que es fácil una automatización, el número de riegos suele ser alto por lo
que el intervalo entre riegos será pequeño, normalmente un día.

La selección del tipo de emisor, caudal, etc., dependerá en la mayoría de las


ocasiones del tiempo de riego, de la superficie a regar y del caudal de agua disponible.

4. DISEÑO HIDRÁULICO

El diseño hidráulico del riego localizado es similar al riego por aspersión al usar
ambos una red de tuberías de presión. El cálculo hidráulico, en este caso, consta del estudio de
emisores, red de tuberías, planta de bombeo y cabeza.

La red de tuberías consta de ramales, tuberías terciarias, secundarias y principal.


Los ramales son, usualmente, de PE con emisores uniformemente distribuidos a lo largo de
ellas. El diseño de estas tuberías debe hacerse de tal forma que la distribución de agua a lo largo
de los emisores sea lo más uniforme posible. El diseño de las tuberías terciarias y secundarias
debe hacerse para que se alcance una uniformidad de caudales en la subunidad. La tubería
principal debe diseñarse para que sea capaz de suministrar todo el caudal demandado por el
sistema de riego.

Por tanto, la característica básica en el diseño será la uniformidad; ésta es


afectada fundamentalmente por dos factores:

a) Características de los emisores:


- Variaciones de gasto debidas a diferencias en la fabricación.
- Exponente de la ecuación de gasto del emisor.
- Presión de diseño.
- Disminución de la presión en ramal como consecuencia de las conexiones
de los emisores.
- Susceptibilidad al atascamiento.
b) Criterios de diseño:
- Eficiencia en la filtración.
- Variaciones en la presión de cabeza.
- Grado de control del caudal y presión usado.
- Efectos de la temperatura en goteros de paso largo.

4.1. Uniformidad en la subunidad

La uniformidad puede evaluarse usando varios coeficientes. Christiansen


propone:
9
 n

 ∑ _ | qi - q a | 
CU = 100 1 - i =1  (9)
 n qa 
 
 

donde: n = número de emisores


qi = es el caudal aplicado por un emisor
qa = es la media aplicada por todos los emisores

Keller y Karmeli usan otros coeficientes:

- Uniformidad de emisión:

qn (10)
EU = 100
qa
- Uniformidad de emisión absoluta:
qn qa (11)
+
qa q x
EUa = 100
2
donde: qn = media de los caudales de la cuarta parte de los emisores con caudal más
pequeño
qa = media de los caudales de todos los emisores
qx = media de los caudales de la octava parte de los emisores con caudal más
grande

Como se comentó anteriormente, la uniformidad del riego se ve afectada por


factores constructivos (coeficiente de variación de fabricación, CV), hidráulicos (diferencias de
presión a las que están sometidos los emisores) y demás factores, como pueden ser las
obturaciones, temperatura, envejecimiento, etc. Tanto los factores constructivos como
hidráulicos son los que se tienen en cuenta en el diseño hidráulico, por lo que el coeficiente de
uniformidad será función de ambos:

CU = CUc CU h (12)

donde: CUc = coeficiente de uniformidad constructivo


CUh = coeficiente de uniformidad hidráulico

Para el cálculo del CUc, se define el coeficiente de variación a la fabricación


(CV). Éste se expresa como:

(qi - _ q a )2
n (13)
∑ n σ
CV = 1 =
qa qa

En función de este coeficiente, los emisores se clasifican en:

10
- Categoría A: emisores de alta uniformidad (CV < 0'05).
- Categoría B: emisores de baja uniformidad (0'05 < CV < 0'1).

Si se considera que los caudales aportados por los emisores, considerando


solamente los factores constructivos, se distribuyen según una distribución normal:

q n = (1 - 1’27 CV) q a (14)

Si usamos la expresión (10) de uniformidad de emisión y la expresión anterior,


el CUc se expresará como:

qn (15)
CUc = = 1 - 1’27 CV
qa
Cuanto mayor sea el número de emisores (e) por planta menor será la
probabilidad de que todos los emisores de esa planta pertenezcan al 25% más bajo. Así, la
expresión anterior se transforma en:

1’27 CV (16)
CUc = 1 -
e
El cálculo del CUh se realiza con expresiones análogas a las de Keller y Karmeli
[ecuaciones (10) y (11)], resultando un coeficiente de uniformidad final:

- Coeficiente de uniformidad:

 1’27 q ’ (17)
CU = 1 - CV  n
 e  qa
- Coeficiente de uniformidad absoluta:

 1’27  1 q ’ q  (18)
CUa = 1 - CV   n + a 
 e  2  qa q x ’ 
donde: q' = caudal mínimo del emisor
q' = caudal máximo del emisor

En este caso, el caudal mínimo por emisor se considera como representante del
caudal medio del cuarto inferior. De la misma forma, el caudal máximo lo es del octavo
superior.

4.2. Hidráulica de emisores

Partiendo de la ecuación de Darcy-Weisbach:

L U2 (19)
hf = f
D 2g

11
y considerando h la presión de trabajo del emisor, q el caudal, D el diámetro del canalículo del
emisor, y ∆h la diferencia de carga entre dos emisores extremos de un mismo ramal, tendremos:

a) Régimen laminar:

Para este régimen, el factor de rozamiento f en la ecuación anterior viene dada


por 64/R, por lo que la presión de trabajo en el emisor será:
νL (20)
h_ 4 q
D
νL νL (21)
h + ∆ h _ 4 (q + _∆ q) _ ∆ h _ 4 _∆ q
D D
Relacionando (20) y (21):

∆h ∆q (22)
=
h q

b) Régimen turbulento:

En este caso, f depende de la aspereza del material:

L 2 (23)
h_ 5
q
D
L 2 L
[
h + ∆ h _ 5 (q + ∆ q ) _ ∆ h _ 5 (∆ q ) + 2 q ∆ q
2
] (24)
D D
Despreciando (∆q)2 al ser infinitésimo de orden superior:

L (25)
∆h _ 5
2 q ∆q
D
Relacionando (25) y (23):

∆h ∆q ∆q 1 ∆h (26)
=2 __ =
h q q 2 h

Comparando (26) y (22), una misma variación de caudal (∆q) exige una menor
tolerancia en la variación de presiones (∆h) en el caso de régimen laminar, es decir, mayor
diámetro y/o menor longitud que con emisores turbulentos.

Si admitimos una variación del 10% en la variación de caudal, esto supone una
variación del 10 ó 20% en la presión de trabajo admisible según el régimen sea laminar o
turbulento, respectivamente.

4.3. Diseño de ramales

La energía en cualquier sección del ramal puede expresarse:

12
p U
2 (27)
H= +z+
γ 2g
Si derivamos la ecuación (27) en la dirección del movimiento del agua:

p  2 (28)
d  d U 
γ
=  + + 
dH dz 2g
ds ds ds ds

Si el diámetro del ramal es uniforme y el caudal que se deriva por cada emisor es
pequeño, la variación de la velocidad a lo largo del ramal se puede despreciar.

Adoptamos como criterio de signos:

dH
= - I = pendiente _ motriz
ds
dz  + terreno _ ascendente
= + _ I0 = pendiente _ topogr fica  (29)
ds  - terreno descendente
p
= h = carga disponible en _ emisor
γ

Si consideramos un ramal como el de la figura 6, la variación energética será:

∆H = ∆h + ∆z (30)

y para cualquier situación genérica s desde la cabecera del ramal:

∆ H s = ∆ h s + ∆ zs (31)

FIGURA 6. Variación de energía en un ramal.

Si integramos las expresiones de la ecuación (29):

13
∆ Hs = - ∫s0 I ds (32)
∆ hs = hs - h0
∆ zs = + _ ∫ 0 I0 ds
s

teniendo en cuenta (31):

h s = h 0 - ∫ 0 I ds _ + ∫ 0 _ I0 ds = h 0 + ∆ Hs _ + ∆ zs (33)
s s

Si llamamos q/e al caudal por unidad de longitud, el caudal que pasa a una
distancia s de cabecera será el caudal que abastece a la longitud restante L - s:
q (34)
Qs = (L - s)
e

Este caudal, al recorrer ds, produce una pérdida de energía dHs:

m
q (35)
m
dHs = - k Q ds = - k
s m
(L - s )m ds
e
donde k = constante que engloba diámetro, aspereza, etc.

Integrando (35):

q
m (36)
∫ dHs = Hs - H0 = _∆ Hs = - k
s s m
0 m ∫ 0 (L - s ) _ ds =
e

[ ]
m
q m+1 m+1
= -k m L - (L - s )
e (m + 1)

Si consideramos toda la longitud del ramal (s = L):

m
q Q
m
I L (37)
∆ HL = ∆ H r = - k m L
m+1
= - k L= _-
e (m + 1) m +1 m +1
Wu ha estudiado, para el diseño de ramales, una relación Rs (de pérdida) entre
las pérdidas hasta el punto s y las pérdidas totales y una relación geométrica R' entre el desnivel
geométrico hasta s y el máximo:

[ ]
m
k_q m+1 m+1
(38)
- m L - (L _ - s )
∆ Hs
m+1
e (m + 1)  s
Rs = = = 1 - 1 - 
∆ Hr kq
m
m+1  L
- m L
e (m + _1)

∆ z s s _ I0 s
Rs ’ = = =
∆ z r L I0 L

Sustituyendo en la ecuación (33) los valores de ∆Hs y ∆zs según las relaciones
anteriores:

14
h s = h 0 + R s ∆ H r _ + R s ’ _∆ z r (39)

Los diferentes perfiles de presión para pendiente uniforme se clasifican según la


relación:
∆ zr
x=
∆ Hr

∆zr será siempre la diferencia de cota entre los extremos, pues la pendiente es
uniforme.

Todos los posibles casos pueden verse en la figura 7. En esta misma figura
puede verse la variación de la presión hs a lo largo del ramal.

- Caso 1. Pendiente ascendente:

∆ zr
<0
∆ Hr

En este caso, la presión disminuye a medida que nos acercamos hacia el extremo
del ramal. La mínima presión está, por tanto, en el extremo.

FIGURA 7. Variación de la presión a lo largo de un ramal.

- Caso 2. Pendiente nula:

∆ zr
=0
∆ Hr

Este caso es similar al anterior salvo que la caída de presión es menos acusada.

15
- Caso 3. Pendiente descendente:

∆ zr
>0
∆ Hr

Son cuatro los casos que, a su vez, se pueden presentar:

a) ∆ zr
0< <1
∆ Hr

La variación total de la cota es menor que la variación total de energía. La


variación de energía es muy acusada al principio y muy suave al final, luego el punto de presión
mínima se alcanza cuando la pendiente del terreno es mayor que la de la línea de energía. La
presión bajará desde la cabeza del ramal hasta el punto de mínima presión; a partir de ahí
aumenta, aunque no alcanza la presión inicial ya que ∆zr/∆Hr < 1.

b) ∆ zr
=1
∆ Hr

Es igual al caso anterior, salvo que ∆hr = 0. Entonces, la presión en cabecera del
lateral es igual que la presión al final. La máxima variación de presión (∆hmáx) está más cerca de
cabeza que de cola.

c) ∆ zr
1< < m+ 1
∆ Hr

Es similar al caso a), sólo que ∆hr > 0. Por tanto, al final se alcanza una presión
superior a la de cabecera, ya que ∆zr/∆Hr > 1, siendo además el punto de máxima presión. No
obstante, hay una parte de la tubería en la que la pendiente de la línea de energía es mayor que la
del terreno, ya que ∆zr/∆Hr < m+1. En este trozo de tubería la presión cae por debajo de la
inicial.

El límite m+1 viene dado por el trozo del ramal en el que la pendiente de la línea
de energía es máxima, es decir, el primero (desde la entrada al primer gotero), ya que por él
circula el caudal mayor. Este trozo no tiene derivaciones y la línea de energía se configura con
una pendiente que sería la de todo el ramal si éste no tuviera derivaciones (el caudal entrante
saldría por el extremo). Si esto fuera así y la caída de energía en la tubería fuese ∆H1, se
cumple:

∆ zr
=1
∆ H1

Como ∆Hr = F ∆H1:

∆ zr ∆ 1
= 1 _ _ zr = = m + 1
∆ H r /F ∆ Hr F

d) ∆ z r
> m+ 1
∆ Hr

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En este caso, todos los puntos de la tubería tienen más presión que el primero y
la máxima presión se consigue en cola del ramal como en el caso anterior.

La distribución de presiones a lo largo de cualquier ramal se puede obtener


según la ecuación (39):

[
h i = h 0 + 1 - (1 - i )
m+1
]∆ H _ + i ∆ z
r r
(40)

donde i = s/L.

De la misma manera podemos calcular la variación de presiones a lo largo de la


terciaria. Si en este caso llamamos j a la relación entre la distancia de la sección de terciaria al
origen y la longitud total, la presión en cada punto de la subunidad será:

[
h ji = h 0 + 1 - (1 - i ) _ ]∆ H + [1 - (1 - j ) ]∆ H _ + i ∆ z _ + j _∆ z
m+1
r
m+1
_ t r t (41)

donde: ∆zt = variación máxima de cota en la terciaria


∆Ht = variación de presión en la terciaria
h0 = presión en origen de la terciaria

La presión mínima se tendrá en aquel punto que anule la primera derivada de la


ecuación (41):

dh ji dh ji
=0 ; _ =0
di dj
Si se despeja para el punto (in, jn), se tiene:

1 /m
 ∆ zr 
in = 1 -  _ + (42)
 (m + _1) ∆ Hr 

1 /m
 ∆ zt 
jn = 1 -  _ + (43)
 (m + _1) ∆ H t 

La presión mínima en la subunidad se obtiene sustituyendo las ecuaciones (42) y


(43) en la ecuación (41). La presión mínima permitirá determinar el caudal mínimo, de acuerdo
con la ecuación (1).

Un diseño óptimo de la subunidad tiene como objetivo el maximizar la


superficie a regar dentro de unos límites establecidos de uniformidad. Cuatro son las incógnitas
que se plantean en el diseño de la subunidad: longitudes y diámetro de ramales y terciaria, así
como la disposición relativa de éstos y la localización de la toma en la terciaria. La resolución
de estas incógnitas se realizará teniendo en cuenta los valores extremos del gasto, de los que se
conoce el caudal mínimo y máximo, y criterios de proyecto o de diseño que serán vistos en el
próximo tema.

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5. BIBLIOGRAFÍA

- A.S.A.E. 1985. Drip/trickle irrigation in action. Proceedings of the Third International


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- IRYDA. 1987. Normas para la redacción de proyectos de riego localizado. Madrid.
- KELLER, J. y D. KARMELI. 1975. Trickle irrigation design. Rain Bird, Glendora.
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Politécnica de Madrid.
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- LOSADA, A.; J. ROLDÁN; M. ALCAIDE; L. JUANA y E. CAMACHO. 1994. Ensayos de
hidráulica aplicada al riego. Dirección General de Investigación, Tecnología y Formación
Agroalimentaria y Pesquera de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía.
- MAYOL, J.M. 1981. Tuberías (2 tomos). Editores Técnicos Asociados, Barcelona.
- MEDINA SANJUAN, J.A. 1988. Riego por goteo: teoría y práctica. Mundi-Prensa, Madrid.
- MERRIAM, J.L. y J. KELLER. 1978. Farm irrigation system evaluation. A guide for
management. Utah State University, Logan.
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- VERMEIREN, L. y G.A. JOBLING. 1986. Riego localizado. Estudios FAO: Riego y
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