Abigail Ocampo Reséndiz. Tarea 1 Investigación sobre las águilas.
En el libro del profeta Isaías capítulo 40 versículos del 28 al 31, la Palabra de
Dios nos dice: ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; Levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; Caminarán, y no se fatigarán.
En el comentario Bíblico de D. Guthrie y J. A. Motyer,
dice desde el versículo 28: ” …Lo correcto es inferir que es demasiado grande para fracasar: no hay ningún punto en que las cosas “lo superen”. Su sabiduría sobrepuja todo nuestro entendimiento” Pero permiten que la gran transición del poder ejercido al poder impartido sea experimentada por medio de la fe expresada en la palabra esperan. De manera que el último recordatorio de la fragilidad humana mira hacia adelante: despeja el camino a la confianza y a la trascendencia de los recursos naturales. La frase: “tendrán nuevas fuerzas”, literalmente se traducen por “cambiar fuerza”, como podría ser cambiarse de ropa o cambiar una cosa vieja por una cosa nueva. No deja de ser significativo el hecho de que las tres últimas metáforas hablan de sobreponerse a una imposibilidad natural y a dos debilidades naturales, finalizando con una nota de continuo progreso…” Eso es lo que dice la Palabra de Dios. En cuanto a la enseñanza de renovación del águila se dice lo siguiente: Que al ser el ave más longeva, si quiere seguir viviendo, a los cuarenta años aproximadamente tendrá que tomar la decisión, de pasar por un proceso doloroso y de ciento cincuenta días; para renovarse o dejarse morir; porque lo que tiene ya no le sirve para vivir. Tendrá que esforzarse en gran manera para volar a lo más alto para estar a salvo de sus enemigos, y encontrar una roca, donde tendrá que golpear hasta deshacerse de su pico, esperar a que crezca; y después quitar esas uñas que ya no le son útiles para cazar, posteriormente arrancar ese plumaje pesado, que ya no le permite volar con libertad; quitar una a una esas plumas; y esperar a que crezcan otras nuevas. El pasar por ese proceso le permitirá vivir otros treinta años en plenitud. Aunque esto no se ha comprobado, pues no hay ninguna evidencia científica, se ha tomado como una enseñanza cristiana, y sabemos que es totalmente errónea. Conclusión: El Señor siempre aumentará nuestras fuerzas, para levantar nuestras vidas, porque Él es nuestra fortaleza, y estará con nosotros siempre. Amén.