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Paulette Lo Que No Se Dijo - Compress
Paulette Lo Que No Se Dijo - Compress
PRÓLOGO
México
de se le debía una explicació
este suceso. ex plicaciónn seria, profunda y real
No se trata, en este libro, de hacer un recuento
del caso, ni mucho menos una síntesis. Nada más ale-
jado del propósito origina
orig inal.l.
La inte
intenció
nciónn es aportar nu nueva
eva informació
i nformación, n, sin es-
peculaciones, aunque sí recurriendo a hipótesis, cuestio-
namientos o planteamientos válidos dentro del ejercicio
periodístico. Compartir
Compartir con los lectores situaciones
situaciones inédi-
tas que, hasta hoy,
hoy, eran archivos escondid
esc ondidos os bajo tres lla-
ves en las gavetas de la historia que se pretende olvidar.
Nuestras herramientas fuero f ueronn la investigación
i nvestigación,, la
revisión exhaustiva de documen
docu mentos, tos, la entrevista
entrevista,, las na-
n a-
rraciones de uno de de los casos másmá s impactantes y dramá-
dra má-
ticos de la época contcontempo
emporánea
ránea del país.
pa ís.
Se obtuvieron
obtuvieron averiguaciones ministeriales
ministeria les y dic-
támenes confiden
c onfidenciales,
ciales, iden
identificados
tificados ple plenamente
namente en es-
tas páginas. Versiones hasta hoy desconocidas. Infinidad
de datos que
que ayudan a construir
construir una historia. Detalles
Detalles que,
aparentemente, podrían ser triviales, pero que acomoda-
dos como pieza
piezass de rompecabe
rompecabeza zas,
s, adquieren
adquieren vida propia.
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M ARTÍN M ORENO
quizá i ntentarán
inte
en realidadntarán difundir
dif
ocurrió. undir su propia historia, sobre lo
lo que
Sin embargo, tanto Mauricio, Lisette, Érika o
Martha, están, desde hoy, descalificados para aportar
mayores luces a la historia, por una razón irrebatible:
cuando tuvieron que decir la verdad, no lo hicieron.
Con su silen
si lencio,
cio, los cuatro lucraron con la mue
muerte
rte de la
niña. Con su opacidad, ofendieron su memoria. Hoy
son voceros desautorizados por la propia ruindad hu-
mana.
All enca
A encargado
rgado de las investigaciones,
investigaciones, y hoy
hoy procu-
procu-
rador General
General de Justicia del Estado de México, Alfredo
Alf redo
Castillo,
Casti llo, se le pidió
pidió una entrevista para
para este trabajo, a tra-
vés de su jefe de prensa, Alfredo Albiter. El silencio fue
la respuesta.
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A l abog
Al abogado
ado de Éri
Érika
ka y Ma
Martrtha
ha Ca
Casim
simiro,
iro, Jua
Juann
Luis Montero, también se le solicitó una entrevista con
ellas. El
E l silencio
silencio tambi
ta mbién
én fue la respuesta.
Por supuesto que este trabajo no es exclusivo de
una persona. Aparte
Apa rte de nuestros informantes y contactos
que lo
lo hicieron
hicieron posible,
posible, gracias en lo particular
part icular a Mariana
Moreno, por su contribución profesional. A Martín y
Paulina, por pertinentes,
orientaciones el tiempo arrebatado.
y a Fernando A Esteves,
Yohali, por sus
Patricia
Mazón, César
Césa r Ramos,
Ra mos, Fernanda
Fernanda Gutiérrez
Gutiérrez y Carlos
Ca rlos Ra-
mírez, equipo editorial
editorial invaluable.
Y gracias,
gracia s, sobre todo,
todo, a usted,
u sted, amable lector,
lector, por
no caer en la indiferencia.
M ARTÍN MORENO
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Paulette. Castillo
Paulette. Ca stillo al
a l mando. Peritos
Peritos fuera.
“No vi la figura de un cuerpo humano.”
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altanera.
—¡Ya, ya, ya… aquí párenle…!
—Es que necesitamos tomar estas…esta s…
—¡Dije que le paren…!
Los peritos tuvieron que obedecer. ¿Cómo era
posible que el jefe de las investigaciones les impidiera
hacer su trabajo? Si se indagaba
inda gaba un secuestro,
sec uestro, se necesi-
necesi-
taba realizar
realiz ar una inspección general,
general, detallada, del lugar
último donde la niña Paulette Gebara Farah fue vista:
en su propia
propia recámara.
recáma ra.
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M ARTÍN M ORENO
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PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO
dárs
dársela
meroelaropa
a oler a los perros,
húmeda, porrecién
esto es, lo quelavada,
esta persona bajó dijo
y el canino
ca nino pri-
que esa no le servía, por lo que el señor Fabricio le dijo
entonces al encargado del perro que mejor subieran al
cuarto
cuar to de la niña. Es ahí cuando
cu ando el señor
señor Fabricio
Fabricio me pi-pi-
dió que lo acompañar
acompañaraa a la recámara
recámar a de Paulette.
Paulette. Ahí
A hí em-
pezamos
peza mos a buscar
busca r evidencia, pero toda la ropa de la menor
Paulette está [sic ] recién lavada, por lo que el canino se-
ñaló que podía ser una funda de almohada
a lmohada […]
[…]
[…] y es cuando yo le propongo si no le sirve más la
sábana,, por lo que él me
sábana me dice que sí, que podría estar
esta r más
impregnada del olor de la niña. Es cuando el declarante
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M ARTÍN M ORENO
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¿Iba limpia
limpia acaso?
acaso ?
¿Porr qué no se permitió a los peritos revisarla,
¿Po revisa rla, en
ese mismo instante, como hubiera ocurrido en una in-
vestigación ordinaria, antes de dársela a los caninos?
Conviene apuntar que la sábana “manchada” (se
supo después) con fluidos bioló
biológicos
gicos (saliva,
(sa liva, fluidos gás-
tricos y orina), aparecería también días más tarde, con
una colcha, la medianoche del miércoles 31 de marzo,
cuando se “descubrió” el cadáver de la menor, acompa-
ñada con aquella exclamación de “la madrearon, güey…
la madrearon”, por parte del perito de la procuraduría
mexiquense,
mexique nse, Jorge Rojas
Rojas González
G onzález..
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M ARTÍN M ORENO
18:32
HéctorPMMartínez —conocido de Mauricio—, deja las lla-
ves del automóvil BMW, propiedad de Gebara Rahal.
19:15 PM
—Buenas noches, polis… ¿hay alguien en mi casa?—,
les preguntó Lisette, que había
había descendido de un taxi
tax i del
Aeropuerto
Aerop uerto Internacional
Internacional de la Ciudad de México,
México, pro-
cedente de Los Cabos.
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domelas con su
de su mano, mano derecha
y diciéndome y soltando
gracias,
gracias a su hija Lisette
p oli , caminando
, poli con
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M ARTÍN M ORENO
pasos medianos, sin voltear a verme, dirigiéndose a su de-
partamento
part amento,, cerrando
cerra ndo yo la puerta del lobby,
lobby, y viend
v iendoo que
el señor Mauricio arrancó su vehículo para dirigirse al es-
tacionamiento,, incluso lo metió en sentido
tacionamiento s entido contrario […]
Esta declaración de Domínguez Maldonado fue uno de
los testimonios considerados para decretar procedente
el arraigo contra Mauricio, Lisette y las nanas Érika y
Martha.
“…en su hombro se le apreciaba una forma re-
donda
don da sin que se viera la
la figura
figura de un cuerpo humano
huma no…
…”,
fue la frase de Omar.
La noche del 21 de marzo transcurrió sin sobre-
saltos. La madrugada se asomó.
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no ellos,porque
nuncia como “habían
padres —,
padres—, la que había
secuestrado presentado la de-
a Paulette”.
Y poco
p oco le importaba que millon mil lones
es de mexicanos
mexic anos
se mantenían en vilo con uno de los casos de desapari-
ciónn más impactantes de las últimas décadas. El nom
ció nombrebre
de Paulette
Paulette estaba en boca de todos. ¿Qué ¿ Qué había ocurrido
con la niña? ¿Secuestrada? ¿Robada? ¿Desaparecida?
¿Asesinada?
Hoy,, todas
Hoy todas las
la s hipótesis y leyendas tejidas en torno
a su hija, eran borradas por él mismo, con una frase corta c orta
pero concluyente, absoluta, cruel.
—Sé dón dónde
de está mim i hija…
Los policías se vieron de reojo. Todo había sido
una farsa:
farsa : el supuesto
supuesto secuestro,
secuestro, la campaña con mantas
y espectaculares pidiendo el regreso de su hija, las lágri-
mas, el dol
dolor
or de padres. La L a frialdad
fria ldad de Mauricio provo-
provo-
caba escalofríos.
En los anuncios del caso Paulette se leía:
AYÚDAME A REGRESAR A MI CASA. Me llam
AYÚDAME llamoo Pa
Pau-
u-
lette y tengo 4 años. Tengo discapacidad motriz y de len-
guaje, presento
presento una cicatriz en la espalda
e spalda del lado izquierdo.
izquierdo.
No puedo valerme por mí misma, necesito a mis papás.
01 800 7028 770 sin costo.
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Para Granjeno
Granjeno —gafete
—g afete PM-4 -446
46— — y Prida
Prida —gafete PM-
1098—, no era la primera descarga
desca rga eléctrica que recibían
ese día,
día , en aquel suntuoso condominio
condominio ubicado en el co-
razón
raz ón de Huixquilucan,
Huixquilucan, el hogar de los Gebara Farah, y
de sus hijas: Lisette, de siete años, y la entonces desapa-
recida Paulette.
Poco ant
a ntes,
es, Lisette
Liset te Farah, la madre,
mad re, les había con-
fesado algo tan insospechado como impactante:
—Yo sé dónde estáest á Paulette… y también
ta mbién sé quie-
nes la desapareciero
desaparecieron…
n… fue mi esposo Mauricio…
Mauricio…
La hembra culpando al macho de la desaparició
desapar iciónn
del crío.
Por eso Mauricio tuvo que reconocer, ante Gran-
jeno y Prida, y por la acusación prov
provenien
eniente
te de Lisette,
que, ciertamente, sabía dónde estaba Paulette.
Pero estaba claro que Mauricio no se quería hun-
dir solo.
Hay un detalle: los padres de Paulette ya habían
hecho la confesión, inicialmente, ante los agentes minis-
teriales José Luis Guerrero Sánchez y Roberto Carlos
García Cedillo, de la propia Procuraduría General de
Justicia del Estado de México (PGJEM). Ahora,
A hora, Granjeno
Granjeno
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ricio aceptó que sabía dónde estaba su hija. Aún más:
acusaba a Lisette y a las nanas de estar involucradas. Ja-
más se dijo inocente.
inocente. Pedía,
Pedía, a cambio
c ambio,, no ir a la cárcel.
c árcel.
“Mauricio lo planeó
Las acusaciones erantodo…”, reviró Lisette.
gravísimas.
La policía lo sabía (los fragment
fra gmentos
os de la averigua-
ción previa que se adjuntan son determinantes).
Y no
no pasó
pasó nada. Absol
Absolutamen
utamentete nada. Un
Un arraigo
extraño y adiós.
Hoy gozan de su libertad.
Paulette sólo es un recuerdo.
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