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PRÓLOGO

 Acepté investigar y escribir este


e ste trabajo sobre la desapa-
rición de la niña Paulette Gebara Farah, con cierta pre-
mura de tiempo —acabo de publicar El caso Wallace —, —,
por una razón fundamental: estoy convencido de que a

México
de se le debía una explicació
este suceso. ex plicaciónn seria, profunda y real
No se trata, en este libro, de hacer un recuento
del caso, ni mucho menos una síntesis. Nada más ale-
 jado del propósito origina
orig inal.l.
La inte
intenció
nciónn es aportar nu nueva
eva informació
i nformación, n, sin es-
peculaciones, aunque sí recurriendo a hipótesis, cuestio-
namientos o planteamientos válidos dentro del ejercicio
periodístico. Compartir
Compartir con los lectores situaciones
situaciones inédi-
tas que, hasta hoy,
hoy, eran archivos escondid
esc ondidos os bajo tres lla-
ves en las gavetas de la historia que se pretende olvidar.
Nuestras herramientas fuero f ueronn la investigación
i nvestigación,, la
revisión exhaustiva de documen
docu mentos, tos, la entrevista
entrevista,, las na-
n a-
rraciones de uno de de los casos másmá s impactantes y dramá-
dra má-
ticos de la época contcontempo
emporánea
ránea del país.
pa ís.
Se obtuvieron
obtuvieron averiguaciones ministeriales
ministeria les y dic-
támenes confiden
c onfidenciales,
ciales, iden
identificados
tificados ple plenamente
namente en es-
tas páginas. Versiones hasta hoy desconocidas. Infinidad
de datos que
que ayudan a construir
construir una historia. Detalles
Detalles que,
aparentemente, podrían ser triviales, pero que acomoda-
dos como pieza
piezass de rompecabe
rompecabeza zas,
s, adquieren
adquieren vida propia.
 

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

Doy las gracias a quienes tuvieron la valentía de


proporcionarme documentos
ahora inexplorados. Ignotos sioficiales tan valiosos, hasta
se quiere.
Gracias a aquellos que nos
nos dieron su confianza, su
tiempo, sus explicaciones y, sobre todo, su invaluable
aportación personal.
Tras conocer
c onocer con mayores detalles la desaparición
desapa rición
de Paulette, y sin asumir poses detectivescas, pero sí re-
curriendo a mi experiencia profesional, puedo decir,
como
ninguno
ningu periodista
no que, con base
de los protagonista
pro tagonistass deenesta
lo que aquíestá
historia se escribe,
exento
de cualquier sospecha.
Ni Mauricio
Mauricio Gebara, ni n i Lisette Farah,
Fara h, los padres.
Ni Érika, ni Martha
Mart ha Casimiro, las nanas.
¿Porr qué?
¿Po qué ?
Porq
orqueue entre Mauricio y Lisette
Liset te se acusan
acu san de ha-
ber planeado la desaparición de Paulette, o de tener co-
nocimientoo de lo que en realidad
nocimient rea lidad ocurrió.
ocu rrió. “Sé dónde
dónde está
mi hija…”, confiesan durante los interrogatorios oficia-
les, mucho antes de que la niña fuera enconencontrad
tradaa muerta
al pie de su propia
propia cama.
ca ma.
Lisette acusa a Mauricio
Mauricio de haber
haber urdido un plan.
Mauricio acusa a Lisette y a las nanas de estar involu-
cradas.
¿Cuáll es la verdad?
¿Cuá verdad?
¿Porr qué la policía no los apretó
¿Po apretó más para
pa ra aclarar
acla rar
lo que,
que, en realidad,
real idad, sucedió con Paulette?
Padres confesos de saber dónde estaba la niña,
avalando que todo había
había sido una farsa.
farsa .
Peritos que reconocen haber sido obligados a fir-
mar un dictamen
dict amen errado, equivocado,
equivocado, insuficien
insu ficiente.
te.

14

M ARTÍN M ORENO

Un procurador de Justicia —Bazbaz—, que or-


dena mutilar un u n peritaje.
Un subprocurado
subprocuradorr —Casti
— Castillo—,
llo—, que impide a los
peritos
perit os hacer
hac er un trabajo profesional.
profesional.
Expertos que desmienten, científicamente, la ver-
siónn oficial.
sió oficia l.
Hipótesis que se manejan en niveles privados y
entre autoridades
autoridades federales.
Lo
Lo que
que no se dijo del caso Paulette.
se ocultó.
Eso es parte
pa rte de lo que encon
encontrará
trará usted en las pá-
ginass de este libro.
gina libro.
Mañana, Mauricio o Lisette podrán dar da r la versión
versión
de los hechos;
hechos; aclarar
aclar ar o confundir
c onfundir más
má s sobre
sobre lo que
que pasó
con su hij
h ija.
a.
Las propias
propias nanas —Érika y Martha
Mart ha Casimiro—,

quizá i ntentarán
inte
en realidadntarán difundir
dif
ocurrió. undir su propia historia, sobre lo
lo que
Sin embargo, tanto Mauricio, Lisette, Érika o
Martha, están, desde hoy, descalificados para aportar
mayores luces a la historia, por una razón irrebatible:
cuando tuvieron que decir la verdad, no lo hicieron.
Con su silen
si lencio,
cio, los cuatro lucraron con la mue
muerte
rte de la
niña. Con su opacidad, ofendieron su memoria. Hoy
son voceros desautorizados por la propia ruindad hu-
mana.
 All enca
 A encargado
rgado de las investigaciones,
investigaciones, y hoy
hoy procu-
procu-
rador General
General de Justicia del Estado de México, Alfredo
Alf redo
Castillo,
Casti llo, se le pidió
pidió una entrevista para
para este trabajo, a tra-
vés de su jefe de prensa, Alfredo Albiter. El silencio fue
la respuesta.

15

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

 A l abog
 Al abogado
ado de Éri
Érika
ka y Ma
Martrtha
ha Ca
Casim
simiro,
iro, Jua
Juann
Luis Montero, también se le solicitó una entrevista con
ellas. El
E l silencio
silencio tambi
ta mbién
én fue la respuesta.
Por supuesto que este trabajo no es exclusivo de
una persona. Aparte
Apa rte de nuestros informantes y contactos
que lo
lo hicieron
hicieron posible,
posible, gracias en lo particular
part icular a Mariana
Moreno, por su contribución profesional. A Martín y
Paulina, por pertinentes,
orientaciones el tiempo arrebatado.
y a Fernando A Esteves,
Yohali, por sus
Patricia
Mazón, César
Césa r Ramos,
Ra mos, Fernanda
Fernanda Gutiérrez
Gutiérrez y Carlos
Ca rlos Ra-
mírez, equipo editorial
editorial invaluable.
 Y gracias,
gracia s, sobre todo,
todo, a usted,
u sted, amable lector,
lector, por
no caer en la indiferencia.

M ARTÍN MORENO
16

Paulette. Castillo
Paulette. Ca stillo al
a l mando. Peritos
Peritos fuera.
“No vi la figura de un cuerpo humano.”

Lunes 22 de marzo de 2010.


—Que secuestraron a una niña… hay que irnos
en chinga a la casa…
—¿Dón
—¿ Dónde de está?
—En Huixquilucan… es en Hacienda del Ciervo
número once, departamento GHC-1, Fraccionamiento
Hacienda de Las Palmas… en el edificio Porto Vita
2… —Allí viven riquillos…
—Sí…

Minutos después, peritos de la Procuraduría General de


Minutos
 Justicia del
del Estado de México
México (PGJEM), llegaron al lugar.
Encabezados por Mario Carrasco, arribaron de su base,
en Tlalnepantla.
Más que un simple departa
departament
mento,o, el hogar de los
Gebara Farah
Fara h era un cond
c ondominio
ominio lujoso
lujoso,, caro
ca ro y de buen
gusto.
 Allí,
 A llí, en la puerta
puerta principal, los esperaba ya quien
quien
sería un hombre clave en el caso Paulette: el subprocura-
dor regional
regional de Cuautitlán
Cuautitlán Izca
Izcalli,
lli, Alfredo
A lfredo Castillo
Castil lo,, hom-
hom-
bre de todas las confianzas del procurador de justicia
mexiquense, Alberto Bazbaz. De entrada, la investiga-
ción del caso comenzó con el pie izquierdo: ¿Por qué

17

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

Castillo y no Abraham Eslava, fiscal antisecuestros, en-


cabezaba las investigaciones, si la hipótesis principal era
que se trataba de un plagio?
Castillo era el hombre de Bazbaz. Y como tal se
asumía. Tiempo después, y ante el fracaso de Bazbaz, el
propio Castillo sería propuesto por el gobernador Enri-
que Peña Nieto como nuevo procurador.
Los dom
domesticados
esticados dipu
d iputados
tados del PRI en el Estado
de México aceptarían
ac eptarían la orden del señor gobernador
gobernador..
La lealtad
lea ltad se recompensa.
recompensa.
—Espérense afuera—,
af uera—, ordenó
ordenó Castillo
Casti llo a los peri-
tos. Brusco. Agresivo
Ag resivo..
Minutos después les permitieron pasar. Comen-
zaron
ventanasa revisar
tampoco chapas. Ninguna
habían se veía violentada.
sido forzadas. En apariencia,Las
todo estaba en orden. Cada cosa en su lugar.
 Y cuando
cua ndo apenas
apenas iniciaban
in iciaban su tarea,
ta rea, al
a l moment
momentoo
de extraer de sus portafolios de aluminio sus instrumen-
instr umen-
tos de trabajo, a punto de toma
tomarr placas
placa s del lugar
luga r y,
y, sobre
todo,, de revisar
todo revi sar minuci
minuciosament
osamentee la recámara
recá mara de Pa Paulette,
ulette,
Castillo
Cast illo dio una
u na segunda
segu nda orden,
orden, tan sorprendente
sorprendente comocomo

altanera.
—¡Ya, ya, ya… aquí párenle…!
—Es que necesitamos tomar estas…esta s…
—¡Dije que le paren…!
Los peritos tuvieron que obedecer. ¿Cómo era
posible que el jefe de las investigaciones les impidiera
hacer su trabajo? Si se indagaba
inda gaba un secuestro,
sec uestro, se necesi-
necesi-
taba realizar
realiz ar una inspección general,
general, detallada, del lugar
último donde la niña Paulette Gebara Farah fue vista:
en su propia
propia recámara.
recáma ra.

18

M ARTÍN M ORENO

Pero no fue así. La orden de Castillo interrum-


pió la labor de los especialistas y había que obedecerlo.
En ese momento, en ese lugar, él era el jefe. Y todos a
callar.
Los peritos guardaban sus equipos cuando, de la
recámara
recáma ra de Paulette, vieron
vieron salir
sal ir a un
u n hombre
hombre con una
sábana entre las manos.
Era Olinsser Castillo García, policía ministerial,
escolta del subprocurador
subprocurador Castillo.
Ca stillo.
—¿Qué llevas ahí?—, le preguntó un perito.
—Una sábana…
—¿Y de dónde es?
—De
—¿Y aladónde
recámara de la niña…
la llevas?
El silencio como respuesta.
— Déjame tomarle fotos… revisarla…
Olinsser apresuró el paso. Tenía prisa y se mar-
chaba con la sábana sobre la cual Paulette había pasado
su última noche.
—… ¿por qué no nos dejas revisarla?

a oler a—El jefe (Castil


los perros…(C astillo)
lo) lo ordenó
ordenó…
… se la vamos
va mos a dar
Ese fue
f ue un error grave. Una irresponsabilidad ma-
yúscula consentida por Castillo.
De haberse entregado la sábana a los peritos, se
habrían detectado de inmediato fluidos de Paulette, al-
guna mancha
ma ncha o evidencia
evidencia que
que fuera esencial
esencial para
par a aclarar
el caso, si es que, en realidad, la niña se encontraba allí,
en su propia recámara. Y si así hubiera sido, entonces,
gracias a esa mancha o rastro, por mínimo que fuera,
cualquiera se habría dado cuenta de que la niña podría

19

 
PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

estar en la piecera de la cama, como establece hoy la in-


verosímil
veros ímil y poco creíbl
creíblee versión oficial.
“Ese mismo día la hubiéramos encontrado”, ad-
vierten peritos del caso que piden el anonimato.
En su declaración ministerial, incluida en la pá-
gina 24 del dictamen
dict amen emitido por la Procuradur
Procuraduría
ía Gene-
ral de la Repúb
República
lica (Dirección General de Coordinació
Coordinaciónn
de Servicios Periciales. Dirección Ejecutiva de Laborato-
rios. Departamento de Criminalística de Campo. Folio
33442, 35604. Expediente AM/HUIX/III/286/2010.
 Asunto: Crimina
Criminalística
lística de Campo
Ca mpo.. México DF a 07 de
mayo de 2010),
que extrajo Castillo García relata el momento en el
la sábana:

[…] que el día 22 de marzo de 2010, estaba en el exterior


del domicilio de los señores Mauricio y Lisette, cuando el
encargado de la unidad canina
ca nina de la Procuraduría le pidió
pidió
a un familiar
fami liar o amigo
a migo de los padres
padres de la desaparecida,
desaparecida, de
nombre Fabricio Casaubón, que bajara una evidencia para

dárs
dársela
meroelaropa
a oler a los perros,
húmeda, porrecién
esto es, lo quelavada,
esta persona bajó dijo
y el canino
ca nino pri-
que esa no le servía, por lo que el señor Fabricio le dijo
entonces al encargado del perro que mejor subieran al
cuarto
cuar to de la niña. Es ahí cuando
cu ando el señor
señor Fabricio
Fabricio me pi-pi-
dió que lo acompañar
acompañaraa a la recámara
recámar a de Paulette.
Paulette. Ahí
A hí em-
pezamos
peza mos a buscar
busca r evidencia, pero toda la ropa de la menor
Paulette está [sic ] recién lavada, por lo que el canino se-
ñaló que podía ser una funda de almohada
a lmohada […]
[…]
[…] y es cuando yo le propongo si no le sirve más la
sábana,, por lo que él me
sábana me dice que sí, que podría estar
esta r más
impregnada del olor de la niña. Es cuando el declarante

20
 

M ARTÍN M ORENO

empecé [sic ] a quitar las colchas de encima, esto es el edre-


dón,, y una frazad
dón f razadaa que está arriba del edredón. Quité las
almohadas y un conejo de peluche. Este conejo de pelu-
che el encargado del canino lo colocó en una bolsa que
está cubierta y que sólo tiene un taponcito para sacar el
aroma. Y ahí el encargado del canino me dice que la sá-
bana también…
[…] que en este caso fue la primer sábana, la cual es-
taba todavía tendida en el colch
c olchón,
ón, esto es, estaba metida
en el colchón. Y yo la jalo hacia arriba, con fuerza, y me
traigo la sábana y el colchón
colchón se movió. De ahí, volvimos
a echar otra vez las colchas encima de la cama, inclusive
algunas
algu nas almohadas
a lmohadas se quedaron en el suelo,
suelo, y el encargado
de la unidad canina
can ina se quedó
quedó con la sábana en sus brazos.
 Ya en el exterior del edificio, el encarga
enc argado
do de la unidad
canina se la dio a oler al perro, y la metió en la misma
bolsa que el peluche […]
[…]en
[… ]en ningún
n ingún mom
momententoo vi nada raro,
ra ro, ni percibí tam-

poco algún olor extraño.


Hasta aquí su versión.
Valiente policía el tal Olinsser. Dice haber jalado
con fuerza
fuerz a la sábana
sába na “y el colchón
colchón se movió”,
movió”, y ni así
a sí vio
a Paulette que, de acuerdo con la historia oficial,
oficia l, estuvo
siempre
siem pre allí.
al lí.
Una de dos: el policía es miope o la niña no es-
taba ahí.
 Algunos
 A lgunos detalles
deta lles resultan inquietantes:
La sábana desaparecía, de momento, para luego
ser devuelta. ¿Por qué, para qué?
¿Llevaba
¿L levaba realmente los fluidos
fluidos de Paulette?

21

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

¿Iba limpia
limpia acaso?
acaso ?
¿Porr qué no se permitió a los peritos revisarla,
¿Po revisa rla, en
ese mismo instante, como hubiera ocurrido en una in-
vestigación ordinaria, antes de dársela a los caninos?
Conviene apuntar que la sábana “manchada” (se
supo después) con fluidos bioló
biológicos
gicos (saliva,
(sa liva, fluidos gás-
tricos y orina), aparecería también días más tarde, con
una colcha, la medianoche del miércoles 31 de marzo,
cuando se “descubrió” el cadáver de la menor, acompa-
ñada con aquella exclamación de “la madrearon, güey…
la madrearon”, por parte del perito de la procuraduría
mexiquense,
mexique nse, Jorge Rojas
Rojas González
G onzález..

Desde el inicio de las investigaciones


investigaciones —y así lo reconocen
en privado algunos de los que estuvieron dentro del pro-
pio caso—, el manejo fue errado y sospechoso. Ejemplo:
El Paulette,
rición de
rición lunes
Pa 22 de
ulette, nomarzo,
mar
habíazo,ningún
horasndespués
ningú levadentada
la desapa-
acta levantada a pe-
sar de que se trataba, al
a l parecer, de un secuestro.
En el apartado denominado “MEDIOS DE
PRUEBA”, que se asienta como preámbulo del arraigo
de Mauricio, Lisette y las nanas Érika y Martha Casi-
miro, incluido en la Averiguación Previa ( A P) AM/
 AP
HUIX/III/286/10, correspondiente a este caso, página
MP
351,
varezelBombela,
agente deladvierte:
Ministerio Público ( ), José Israel Ál-

[…] no obstante la gravedad que conlleva la desaparición


de la menor ofendida Paulette Gebara Farah, los padres
de ésta, Mauricio Antonio Gebara Rahal y Lisette Farah

22

M ARTÍN M ORENO

Farah, no presentaron de manera inmediata la denuncia


correspondiente, siendo que esta es formulada por la de-
nunciante de nombre Margaret Gebara Farah, quien re-
sulta ser la tía, además de las múltiples contradicciones
que existen entre las manifestaciones
mani festaciones rendidas por las per-
sonas que participan en los presentes hechos…
 
 Y dentro del condo
condominio
minio de los Gebara Farah, las irre-
gularidades continuaron.
Cuando los peritos intentaban proseguir con su
trabajo, la orden, en ese momento, del subprocurador o
fiscal del caso,
ca so, Alfredo Castillo, era:
—No, ahorita no molesten a la familia… están
consternados…
“Necesitábamos espacio y acceso, pero extraña-
mente
men te Castillo
Ca stillo no nos dejaba trabajar”,
trabajar”, me revelaron.
revela ron. In-
cluso
foto enfías.
fotogra algún
grafías. momento
Click. seales
Click . “Ya
Click. “Y permitió
estuvo… ni tomarmáalgunas
una más.
s.”” So-
lamentee se alcanzaron
lament alcanz aron a tomar
tomar seis placas de la recá
recámara
mara
de “Po”
“Po”,, como
c omo le decían ca
cariñosamente
riñosamente a la
l a pequeña. “Y“Yaa
sálganse”, les ladró Castillo.
En medio de la prohibición de Castillo para tra-
bajar libremente, los peritos llegaron rápidamente a una
conclusión: no había signos de violación de chapas, o al-
guna puerta un
ser entonces forzada o acceso
secuestro?, violentado. ¿Cómo pudo
se preguntaban.
Los peritos decidiero
decidieronn bajar al sótano a revisar al-
gunos automóviles, entre ellos la camioneta Jeep, tipo
Comander
Coma nder,, placas
placa s 183-
183-V
V PZ, que Mauricio utilizó
utili zó en un
viaje reciente a Valle de Bravo. Se inspeccionó también
un auto Impala 2001, propiedad de un entrenador que

23

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

vivía en el edificio, ya que según las cámaras de video,


había salido del edificio de madrugada, alrededor de las
4:00
4: 00 horas.
horas.
En la camioneta Jeep se encontraron cabellos de
la menor.
menor. Obvio: había estado ahí.
a hí. Pero también se bus-
caron residuos de su sangre. Negativo
Negativo..
Sin embargo, hubo una omisión gravísima en la
revisión del Impala.
De acuerdo con el dictamen
dictamen emitido
emitido por el perito en
Materia de Dactiloscopía, Bulmaro Lugo González (pág.
71 de la AP), se determina a manera de CONCL
CONCLUSI USIÓN:
ÓN:

Por lo anterior, los fragmentos dactilares encontrados


por el Perito
Perito en Criminalística
Crimina lística en la cajuela del vehículo
automotor de la marca Chevrolet tipo Impala, cuatro
puerta s, color arena, modelo 2001,
puertas, 2001, con placas
placa s de circu-
lación LRF-46-62, de servicio particular en el estado
de México, no corresponden al dedo que aparece en el
pasaporte GO2832948, a nombre de Paulette Gebara
Farah.
 
¿Dónde está el error? Un investigador profesional,
profesional, de pro-
bada experiencia, cuya identidad nos reservamos, lo ex-
plica de“Es
manera sencilla
un error gravey porque
contunden
contundente: te:
solamente se compara
la huella de Paulette, plasmada en su pasaporte. ¿Y los
otros nueve
nueve dedos acaso no cuentan
cuentan?? Cada uno tiene di-
ferentes
ferentes característica
ca racterísticass dactilares.
dacti lares. Por
Por eso, es una prueba
insuficiente.”
Resulta extraño,
ext raño, y hasta
ha sta sospechoso, queque el perito
Lugo González no tomara en cuenta esta omisión.

24

M ARTÍN M ORENO

Los peritos permanecieron en el lugar y, a pesar


de las órdenes
órdenes contrarias de Castillo
Castil lo,, revisaron
revisa ron otras par-
tes del edificio enclavado en el conjunto habitacional
Porto Vita.
 Además
 Ade más de las restriccio
restricciones
nes oficial
oficialeses para trabajar
trabajar,,
enfrentaron otro problema: las cámaras de video no tenían
una secuencia contigua, eso les imposibilitaba tener la cer-
teza de quiénes habían llegado y salido durante la noche del
domingo 21, y las primeras horas del lunes 22 de marzo.
 Alguien
 A lguien comentó:
comentó:
—Pues yo creo que esa niña nunca entró a este
edificio…
¿Sería posible que Paulette no hubiera regresado
a casa tras el viaje a Valle de Bravo?
De acuerdo con las declaraciones ministeriales
ministeria les del
guardia de seguridad, Omar Domínguez Maldonado,
quien trabaja desde el 16 de septiembre de 2009 para la
empresa
emp resa Promotora
Promotora AVIAVIVV (encargada
(encarg ada de la seguridad
seguridad del
edificio), y del responsable
responsable del registro de visitas, Arnulfo
A rnulfo
Rangel Martínez, la tarde-noche del domingo 21 de
marzo ocurrió de la siguiente manera:

18:32
HéctorPMMartínez —conocido de Mauricio—, deja las lla-
ves del automóvil BMW, propiedad de Gebara Rahal.

19:15 PM
—Buenas noches, polis… ¿hay alguien en mi casa?—,
les preguntó Lisette, que había
había descendido de un taxi
tax i del
 Aeropuerto
 Aerop uerto Internacional
Internacional de la Ciudad de México,
México, pro-
cedente de Los Cabos.

25

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

—No…— respondió Arnulfo, muy extrañado


porque,
porq ue, según
segú n su declaración
decla ración ministerial, “…se
“…se me hizo
raro porque nunca nos saluda ni tampoco nos dirige la
palabra… después de que llegó se introdujo a su depar-
tamento.”
20:47 PM
 Al edificio
edi ficio llegaron
llegaron Mauricio, sus hijas y Érika, la nana,
quien le pide a Omar que les ayude con el equipaje.
En ese mom
moment
entoo bajó Lisette madre.
—Que se tapen bien las niñas porque vienen ca-
lientitas y hace aire…
Omar cogió una hielera
hielera y una maleta. Érika cargó
ca rgó
otra maleta y se dirigieron hacia la puerta de servicio
serv icio.. El
guardia de seguridad daba la espalda a Mauricio y Li-
sette, mientras
mientras Arnulfo,
A rnulfo, más allá,
a llá, anotaba
a notaba en la bitácora
bitácora
su llegada.
Omar dice, de manera textual:

[…] en eso veo ingresando a la señora Lisette en la puerta


del lobby, quien venía cargando un bulto plano con su
brazo izquierdo tapado completamente con una cobija de
color blanca, delgada, misma que le cubría desde el hom-
bro hasta el muslo de la pierna izquierda, aclarando que en
su hombro se le apreciaba una forma redonda sin que se
viera la figura
figu ra de un cuerpo humano,
huma no, y con su mano dere-
cha venía tomando de la mano a la niña Lisette, quien ve-
nía tapada de su cabeza sin recordar de qué tipo, e
inmediatamente le di las llaves del coche BMW, tomán-

domelas con su
de su mano, mano derecha
y diciéndome y soltando
 gracias,
 gracias a su hija Lisette
p oli , caminando
, poli  con

26

M ARTÍN M ORENO
pasos medianos, sin voltear a verme, dirigiéndose a su de-
partamento
part amento,, cerrando
cerra ndo yo la puerta del lobby,
lobby, y viend
v iendoo que
el señor Mauricio arrancó su vehículo para dirigirse al es-
tacionamiento,, incluso lo metió en sentido
tacionamiento s entido contrario […]
 
Esta declaración de Domínguez Maldonado fue uno de
los testimonios considerados para decretar procedente
el arraigo contra Mauricio, Lisette y las nanas Érika y
Martha.
“…en su hombro se le apreciaba una forma re-
donda
don da sin que se viera la
la figura
figura de un cuerpo humano
huma no…
…”,
fue la frase de Omar.
La noche del 21 de marzo transcurrió sin sobre-
saltos. La madrugada se asomó.

27
 

Granjeno y Prida. “Sé dónde está Paulette.”


“Él lo planeó todo.” Mauricio vs Lisette.
Una historia
historia de familia.
fa milia.

El subcomandante Juan José GranjenoGranjeno Olascuaga,


Olascuaga, de 46
años de edad, y el policía ministerial R-3, Ricardo Ar-
turo Prida Galicia, de 42, curtidos por años de servicio
policiaco, acostumbrados a tener de frente a asesinos y
crimina
crim inales,
les, a verle los ojos
ojos a la muerte y a conocer las de-
claraciones más inverosímiles o fantasiosas, no podían
concebir, sin embargo, lo que escuchaban en esos mo-
mentos.
Los interrogatorios se realizaban en el condomi-
nio de los Gebara Farah.
Los agent
a gentes
es estaban
est aban atónitos.
atónitos.
 A un pa parr de metros
metros,, Maur
Mauricio
icio A ntonio Geba
Gebarara
Rahal —esposo de Lisette Farah Farah y padre de Pau-
lette Gebara Farah,
Fara h, de 4 años, entonces
entonces desaparecida en-
tre la noche del 21 21 de marzo
mar zo de 2010
2010 y la madru
ma drugada
gada del
22—, reconocía, de manera inesperada:
—Sí, yo sé dónde se encuentra Paulette, y sola-
mente
men te se los diré si me ayudan,
ayuda n, de forma legal, para que
yo no tenga ningún
ni ngún prob
problema
lema con la justicia… tengo el
temorr de
temo i rme a lay Prida
irme
Granjeno cárcel…
cá rcel… estoy desesperado…
desesperado
enmudecieron por un…instante.
El propio padre de Paulette sabía dónde estaba su hija, y
no quería decirlo. No se sabía si viva o muerta. Poco le
importaba a Mauricio que fuera su propia familia —pero

29

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

no ellos,porque
nuncia como “habían
padres —,
padres—, la que había
secuestrado presentado la de-
a Paulette”.
 Y poco
p oco le importaba que millon mil lones
es de mexicanos
mexic anos
se mantenían en vilo con uno de los casos de desapari-
ciónn más impactantes de las últimas décadas. El nom
ció nombrebre
de Paulette
Paulette estaba en boca de todos. ¿Qué ¿ Qué había ocurrido
con la niña? ¿Secuestrada? ¿Robada? ¿Desaparecida?
¿Asesinada?
Hoy,, todas
Hoy todas las
la s hipótesis y leyendas tejidas en torno
a su hija, eran borradas por él mismo, con una frase corta c orta
pero concluyente, absoluta, cruel.
—Sé dón dónde
de está mim i hija…
Los policías se vieron de reojo. Todo había sido
una farsa:
farsa : el supuesto
supuesto secuestro,
secuestro, la campaña con mantas
y espectaculares pidiendo el regreso de su hija, las lágri-
mas, el dol
dolor
or de padres. La L a frialdad
fria ldad de Mauricio provo-
provo-
caba escalofríos.
En los anuncios del caso Paulette se leía:
 AYÚDAME A REGRESAR A MI CASA. Me llam
 AYÚDAME llamoo Pa
Pau-
u-
lette y tengo 4 años. Tengo discapacidad motriz y de len-
guaje, presento
presento una cicatriz en la espalda
e spalda del lado izquierdo.
izquierdo.
No puedo valerme por mí misma, necesito a mis papás.
01 800 7028 770 sin costo.

En parte de su informe, Prida Galicia señaló textual-


mente que:

[…] el padre de la ofendida, Mauricio Antonio Gebara


Rahal, mencionó que él tenía el pleno conocimiento del
lugar donde se encontraba su menor hija, además de que

30

M ARTÍN M ORENO

la madre de la desaparecida, de nombre


nombre Lisette Farah
Fara h Fa-
rah, es relacionada por su mismo esposo al manifestar
manifesta r que
ella tiene conocimiento del lugar donde se encuentra su
hija, contradiciéndose en los dichos de uno y otro, tra-
tando de cubrirse entre ambos, siendo notorias las dife-
rentes versiones que proporcionan, quienes referían que
tenían conocimiento del paradero de la menor desapare-
cida […]

Para Granjeno
Granjeno —gafete
—g afete PM-4 -446
46— — y Prida
Prida —gafete PM-
1098—, no era la primera descarga
desca rga eléctrica que recibían
ese día,
día , en aquel suntuoso condominio
condominio ubicado en el co-
razón
raz ón de Huixquilucan,
Huixquilucan, el hogar de los Gebara Farah, y
de sus hijas: Lisette, de siete años, y la entonces desapa-
recida Paulette.
Poco ant
a ntes,
es, Lisette
Liset te Farah, la madre,
mad re, les había con-
fesado algo tan insospechado como impactante:
—Yo sé dónde estáest á Paulette… y también
ta mbién sé quie-
nes la desapareciero
desaparecieron…
n… fue mi esposo Mauricio…
Mauricio…
La hembra culpando al macho de la desaparició
desapar iciónn
del crío.
Por eso Mauricio tuvo que reconocer, ante Gran-
 jeno y Prida, y por la acusación prov
provenien
eniente
te de Lisette,
que, ciertamente, sabía dónde estaba Paulette.
Pero estaba claro que Mauricio no se quería hun-
dir solo.
Hay un detalle: los padres de Paulette ya habían
hecho la confesión, inicialmente, ante los agentes minis-
teriales José Luis Guerrero Sánchez y Roberto Carlos
García Cedillo, de la propia Procuraduría General de
 Justicia del Estado de México (PGJEM). Ahora,
A hora, Granjeno
Granjeno

31

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

y Prida regresaban para que Lisette y Mauricio ratifica-


ran sus acusaciones mutuas.
Horas después estaban de nuevo frente a Mauri-
cio y Lisette.
 Y nada cambi
ca mbió.ó.
 Aún más
m ás:: la mujer insistió
insis tió en la culpabi
c ulpabilida
lidadd de
su
vez.esposo. “Él lo planeó todo”, machacó por segunda
El condominio de los Gebara Farah estaba vigi-
lado fuertemente, para evitar cualquier intento de esca-
patoria.
Los agentes adscritos a la Fiscalía de Denuncias
de Hechos Zona Norte, de la Procuraduría General de
 Justicia del
 Justicia del Estado
Estado de México (PGJEM), tras escuchar esas
cuatro palabras —“él lo planeó todo”—, regresaron a
Mauricio, que estaba en otra habitación.
—Su esposa lo acusa de haberlo planeado todo…
Mauricio se sobresaltó
sobresaltó y acusó:
acusó :
— Como les dije, yo yo sé dónde
dónde está mi hija, y tam-
ta m-
bién están involucradas mi esposa y las nanas, Érika y
Martha…
Con un nudo en el estómago, creyeron estar esta r muy
cerca de resolver la desaparición de Paulette y, de paso,
cubrirse de gloria tras aclarar
acla rar uno
uno de los
los asuntos más im-
portantes,
porta ntes, mediáticos y conocidos en la historia reciente.
Hasta los nombraría
nombraríann policías del año. Sí, seguro.
 Y Mauricio siguió despepitando:
despepitando:
—…si ustedes me ayudan de forma legal, yo les
digo dónde pueden
pueden loca
localiza
lizarr a mi hij
h ija…
a…
Los policías estaban engarrotados con tamaña
confesión.

32

M ARTÍN M ORENO

Volvieron con Lisette.


—Su marido
mar ido dice que
que usted y las nanas
nana s están in-
volucradas.
 Altlterada,
 A erada, nerviosa,
nerv iosa, Lisette gritó:
— ¡Y ¡Yoo no tengo nada que ver! ¡Mauricio
¡Mauricio lo planeó
planeó
todo! De arriba a abajo, Granjeno y Prida suponían,
fantaseaban, interrogaban. Llegaron ante las hermanas
Érik a — quien era la nana personal de Paulette— y Mar
Érika Ma r-
tha Casimiro Cesáreo. Hablaron con ellas.
Érika les dijo:
—Esta familia tiene muchos problemas. Además,
“la pro
propia
pia señora
señora Lisette
Liset te nos ha manifestado
ma nifestado que estemos
tranquilas y que nono nos va a pasar nada, y sobre su cadá-
ver, que ella se hacía responsable de todo, hasta sus últi-
mas consecuencias (textual)”
(textua l)”..
Los policías veían llegar su hora, sus quince mi-
nutos de fama. Sentían muy cerca el momento en el cual,
seguramente, el país les reconocería el hecho de haber
aclarado
aclar ado el caso Paulette. Era cuestión de darle otra vuelta
a la tuerca para decirle a los jefes: “Asunto resuelto, se-
ñor…”
Lisette acusaba a Mauricio.
Mauricio acusaba a Lisette.
Macho y hembra peleaban.
 Ambos decían saber
sa ber dónde
dónde estaba su hija.
hija.
Era cuestión de minutos, carajo, para resolver el
crucigrama.
Pero algo pasó.
Tras ser arraigados, Mauricio, Lisette, Érika y
Martha, fueron liberados.

33

PAULETTE. LO QUE NO SE DIJO

Entre la medianoche del martes 30 y el miércoles


miércoles
31 de marzo, según el procurador Alberto Bazbaz, el
cuerpo de Paulette Gebara
Gebara Farah
Fara h se había encontrado
encontrado “en
la piecera de su propia cama , y su muerte había sido un
accidente.
“¿Qué chingaos pasó?”, se preguntaban Granjeno
y Prida, si Mauricio y Lisette prácticamen
práctica mentete habían con-
fesado.
¿Porr qué los liberaron,
¿Po liberaron, si ya estaban
estaba n en la olla?
olla ?
¿Qué salió mal?
Hasta hoy, el subcomandante Granjeno Olas-
cuaga, gafete PM-446, y el policía ministerial Prida Ga-
licia, gafete PM-1098, se preguntan lo mismo.

Este capítulo está basado en la Averiguación Previa AM/


HUIX
HUI X /III
/III/286/201
/286/20100 página
páginass 24
2455 Y 246, parte funda-
mental de esta revelación periodística.
 Y aunque no se precisa el día de las confesiones
tanto de Mauricio como de Lisette, fueron formuladas
antes de la noche del
del 29 de marzo, cuando
cu ando fueron arrai-
gados, ya que las declaracion
decla raciones
es de los policías ante
a nte el MP 
 Alejandro Rodríguez
Rodrí guez Hernández, se hicier
hicieron
on a las
la s 3:4
3 :400
horas del 29 de marzo de 2010. Por tanto, Paulette, en
ambos momentos, continuaba desaparecida, ya que “fue
encontrada”
encon trada” entre
entre la medianoche
media noche del 30 y la madrugada
madru gada
del 31 de marzo.
De acuerdo con las investigacion
investigaciones
es oficiales sobr
sobree
la desaparición de Paulette, y como se asienta líneas
arriba, al
a l menos en…
en… ¡tres ocasiones!
oc asiones! —primero
— primero ante los los
agentes Guerrero
Guerrero Sánchez y García Cedillo,
C edillo, y luego
luego,, dos
veces, con Granjeno
Granjeno Olascuaga
Olascua ga y Prida Galicia—, Mau-

34

M ARTÍN M ORENO
ricio aceptó que sabía dónde estaba su hija. Aún más:
acusaba a Lisette y a las nanas de estar involucradas. Ja-
más se dijo inocente.
inocente. Pedía,
Pedía, a cambio
c ambio,, no ir a la cárcel.
c árcel.
“Mauricio lo planeó
Las acusaciones erantodo…”, reviró Lisette.
gravísimas.
La policía lo sabía (los fragment
fra gmentos
os de la averigua-
ción previa que se adjuntan son determinantes).
 Y no
no pasó
pasó nada. Absol
Absolutamen
utamentete nada. Un
Un arraigo
extraño y adiós.
Hoy gozan de su libertad.
Paulette sólo es un recuerdo.

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