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BIOGRAFÍA DEL APÓSTOL MATEO

Nombre:
Mateo del griego “Mathhaios”, del hebreo “Mattithyá h”, del arameo mattai cuyo
significado es: “don o regalo de Yahvé”.
Posiblemente Leví era su nombre original y adoptó el mismo el nombre de Mateo
cuando se convirtió en seguidor de Jesú s.
Origen:
Dos de los cuatro evangelistas dan a Mateo el nombre de Leví que Marcos lo llama
Hijo de Alfeo, nació en Cafarnaú n y vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.
Profesión:
Dos de los cuatro evangelistas dan a Mateo el nombre de Leví que Marcos lo llama
Hijo de Alfeo, nació en Cafarnaú n y vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.
Oficio:
Su oficio dice haber consistido particularmente en acumular costumbres de
comodidades que vinieron por el Genesareth o Tiberias, y un peaje que los
pasajeros pagaban al venir por agua. Los publicanos disfrutaban de un sueldo
lucrativo, por lo tanto, Mateo habría sido un hombre rico, prudente y sabio.
Llamamiento:
Jesú s, habiendo ú ltimamente curado un paralítico famoso, salió de Cafarnaú m, y
camino sobre los bancos del lago o mar de Genesareth, enseñ ando las personas que
le seguían. Aquí el observó a Mateo que realizaba su trabajo a quien el llamó a
venir y a seguirle. Posiblemente ya había escuchado sobre Jesú s y al recibir la
invitació n no dudó en seguirle, San Mateo nunca má s regreso a su profesió n.
Posición como discípulos:
Mateo va siempre al lado de Jesú s. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones
y le colabora predicando por los pueblos y organizando las multitudes cuando
siguen ansiosas de oír al Mesias. Jesú s lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a
los cuales llamó apó stoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el
Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego
Ministerio:
Después de la ascensió n de Nuestro Señ or, San Mateo predicó por varios añ os en
Judea y en los países cercanos hasta la dispersió n de los apó stoles. Un poco
antes de la dispersió n escribió su evangelio, o pequeñ a historia de Nuestro Bendito
Redentor.
Muerte:
Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesú s sí había resucitado (y lo
mismo hicieron con los otros apó stoles) y cuando estalló la terrible persecució n
contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen
que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

Como la ocupació n de Mateo, recaudador al servicio de Herodes Antipas, tetrarca


de Judea, era mal vista y aun despreciada por el pueblo judío, los fariseos criticaron
a Jesú s al verlo comer con los publicanos y los pecadores, a lo que Jesú s contestó :
«... No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Marcos 2;15-17).

Conclusión:

Una vez má s, los cristianos pensamos que nuestra vida debe dividirse en dos
mundos, el secular y el sagrado. Nuestro trabajo puede convertirse en un simple
medio de subsistencia, una actividad secular que no tiene ningú n significado
religioso. Sin embargo, la lectura correcta de la vida de Mateo es que ambos reinos
abarcan todo en la vida. El enfoque cristiano de este concepto es dedicar toda
nuestra vida, incluida nuestra vida laboral, al servicio del Reino de Dios que Cristo
ya está trayendo a la tierra.

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