El árbol mágico.

Había una vez un bosque milenario oculto en el sur de Chile en cuyo interior vivía
el árbol más antiguo del mundo era un Alerce de 5400 años. Cuando se supo de la
existencia de este árbol muchos quisieron buscarlo pues creían que su tronco era
mágico y serviría para hacer muchas cosas. Leñadores lo buscaron
incansablemente si aun dar con él.

Ante aquella amenaza el Espíritu del Bosque, en reunión con todos sus
habitantes, decidieron buscar ayuda. Así fue como aquel Espíritu luego de mucho
andar encontró a unos niñes que mientras jugaban eran muy cuidadoso con la
naturaleza, los observo cuidar a sus animales, también vio que nunca botaban
basura e incluso la recogían en cuanto veían algo tirado en el suelo, así como
además reciclaban los desechos orgánicos. Ante estas acciones decidió que eran
aquellos niñes quienes podrían ayudarlo a preservar su bosque.

El Espíritu utilizo su capacidad de transformación para hacerse pasar por un gato

negro, acercándose lentamente a les niñes y en cuanto se sintió seguro les hablo

No se asusten niñes, soy el Espíritu de Bosque y vengo a pedirles ayuda, en mi

bosque habita un árbol mágico que da la vida a su alrededor y lleva en la Tierra
por muchos años y ahora unos leñadores quieren talarlo.

Les niñes asombrados ante tal aparición y por la historia que este le contaba
decidieron ayudar, aunque no sabían cómo.

El Espíritu del Bosque en un abrir y cerrar de ojos los llevo frente al majestuoso
árbol y les niñes pudrieron comprobar toda su magia, era un árbol muy alto y
frondoso y su tronco era tan ancho que necesitarían 7 niñes para poder abrazarlo.
Justo cuando estaban observando al árbol mágico aparecieron unos leñadores
con grandes hachas, les niñes valientemente se pusieron frente al árbol y pidieron
a los taladores no cortarlo pues este árbol era quien daba la vida a todo a su
alrededor y si ellos querían que sus propios hijes disfrutarán en el futuro de un aire
limpio, de aguas cristalinas y de las bellezas naturales debían dejar el árbol en paz
y en secreto.

Ante la valiente actitud de les niñes los taladores bajaron la cabeza y vieron
cuánta razón tenían las palabras de aquellos pequeños, y también consideraron
que era mejor mantener en secreto y resguardado el gran árbol mágico.