Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Índice
1 Vida y obra
1.1 Infancia y juventud
1.2 Guerra Civil, posguerra y vida en Madrid
1.3 Madurez y regreso a Alicante
1.4 Últimos años
2 Estilo
3 Obras en museos y colecciones
4 Exposiciones
5 Premio más importantes y distinciones
6 Referencias
7 Bibliografía
Vida y obra
Infancia y juventud
A los ocho años abandonó junto a sus padres su lugar de nacimiento, Caudete, para
trasladarse a Alicante en busca de nuevas perspectivas profesionales. Allí se
matriculó en un colegio público ubicado en la plaza de Séneca donde tuvo de maestro
a Enrique Vidal, quien fue de los primeros en descubrir en José Pérez Gil su
talento y dotes artísticas. Aunque fue otro de sus maestros, Gonzalo Faus, quien le
animó a que realizase una pequeña exposición en el propio centro formada por
setenta obras (dibujos, caricaturas, óleos y bocetos). A pesar de tener el apoyo de
sus maestros y profesores su padre nunca vio con buenos ojos que su hijo se
dedicase al arte al verlo como una profesión con poco futuro y de bohemios.1
Durante sus clases en la Academia de Manuel Cantos entabló relación con otros
artistas como Emilio Varela Isabel, Adelardo Parrilla y Heliodoro Guillén
Pedemonti. En 1936 hace su primera exposición, invitado por el Ateneo de Alicante,
obteniendo un gran éxito y el aplauso de la crítica de arte.3 Esa misma noche, al
salir del acto inaugural a la calle, gritó: "Ya soy pintor".4
La Golecha. Monovar 1976. 100x191cm. Óleo sobre lienzo. Madrid. Colección Carmen
Pérezgil
Al terminar la guerra volvió a Caudete, su ciudad natal, y posteriormente regresó a
Alicante donde realizó rótulos y dibujos publicitarios para poder sobrevivir.
Durante estos años se sumergió en la creación de carteles para las Hogueras de San
Juan y en 1941 consiguió, con el cartel "Llamas de mi tierra", el primer premio del
Concurso de carteles anunciadores de las fiestas de ese mismo año. Además le
encargaron la elaboración de un par de hogueras. Ese mismo año recibió una noticia
que cambiaría su vida: la Comisión Gestora de la Diputación Provincial de Alicante
le concedió una subvención de tres mil pesetas para sufragar y perfeccionar sus
estudios de pintura.6
Carrizos de las salinas 1956. 75,5 x 112 cm. Óleo sobre lienzo. Fondos de la Excma.
Diputación Provincial de Alicante
En 1955 realiza un viaje a Suiza que le influye artísticamente gracias a una ayuda
concedida por el Ministerio de Educación de España. Se traslada a Ginebra y
posteriormente a Montreaux donde estuvo pintando casi un mes la naturaleza de aquel
lugar, tan distinta a la mediterránea. Realiza una muestra en el Casino Kursaal de
dicha localidad y consigue vender casi todas sus obras. Tras pasar por Lucerna
vuelve a Alicante con nuevas influencias y técnicas pictóricas, como por ejemplo,
su inmersión en el cubismo y la abstracción. En esta etapa recibe varios
reconocimientos: "Carrizos de las Salinas" obtuvo la Medalla de Oro y el Gran
Premio Nacional "José Antonio Primo de Rivera" en el V Concurso Nacional de Pintura
organizado por la Diputación de Alicante; y "Atardecer en la Condomina", fue
premiada en la sección de Pintura de Paisaje con la Primera Medalla en el XXVIII
Salón de Otoño de Madrid. También a su obra "La Golecha" le concedieron el Premio
Provincial de Albacete "Molino de Bronce" en la XVIII Exposición Manchega de Artes
Plásticas que se celebraba en Valdepeñas.10 En 1959 es nombrado Académico de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.11
El sueño de José Pérez Gil de viajar a Italia se pudo hacer realidad gracias a una
beca de 500 dólares que la Fundación Juan March le ofreció en 1960. Este viaje
supuso en el pintor una nueva fuente de aprendizaje e influencias para potenciar su
obra. Durante los tres meses que duró su estancia en diferentes ciudades y
localidades italianas realizó varios dibujos y bocetos que fueron expuestos ese
mismo año en la sede de la Fundación Juan March de Madrid.12
Orihuela. 1964. 114x162cm. Óleo sobre lienzo. Colección del Excmo. Ayuntamiento de
Alicante
Un año después, en 1961, le encargaron pintar y decorar seis capillas del santuario
de la Virgen de Gracia (Caudete) que fueron reconocidas tanto por el público, como
por las autoridades locales y los especialistas. En febrero de 1962 celebró una
exposición en la sala de la Dirección General de Bellas Artes de Madrid y en 1963
su obra, "Lavanderas del Hondo", obtuvo la medalla especial "Eduardo Chicharro y
Agüera" en el XXXIV Salón de Otoño de Madrid. Al año siguiente, su cuadro
"Orihuela" consiguió el Premio del Excelentísimo Ayuntamiento de Alicante en la
Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. A finales de ese mismo año realiza
una breve escapada a París donde crea varias obras; a la que volvería en 1966 para
realizar una exposición en la Galería Vendôme.13
En 1968 recibe uno de los premios más importantes de su carrera. Su obra, "Sequía
en Orihuela", consigue la Medalla Especial Princesa Sofía en el XXXIX Salón de
Otoño de Madrid que se celebra en el Palacio del Retiro de Madrid.14
Fue en 1978 cuando se le concede la Medalla de Honor del Salón de Otoño de Madrid
por su cuadro "La Golecha". Durante estos años, el pintor recibió varios
reconocimientos oficiales: el Ayuntamiento de Caudete le otorgó el título de "Hijo
ilustre" en 1978 y, en 1979, fue nombrado por el Ayuntamiento de Alicante, "Hijo
Adoptivo".15
Últimos años
Durante los años 1979 a 1983 José Ramón Clemente 16 realizó una colección de
audiovisuales filmados en super 817 por el antecesor del actual Instituto
Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, como protagonistas -además del propio Pérez
Gil- a Miguel Abad Miró, Manuel Baeza, Vicente Bañuls y su hijo Daniel Bañuls
Martínez, Gastón Castelló, José Antonio Cía, M. González Santana, Polín Laporta,
Sixto Marco, Enrique Lledó, Francisco Pérez Pizarro, R. Ruiz Morante y Emilio
Varela Isabel.
Hasta su muerte a los ochenta años en la plenitud de su carrera artística, tras una
larga enfermedad, el 28 de diciembre de 1998 en Alicante, José Pérezgil siguió
activo dibujando y pintando la tierra que tanto amaba y realizando encargos para
terceros, amigos y familiares. Todos los medios de comunicación, la prensa escrita,
las emisoras de radio, la televisión y las agencias informativas destacaron la
muerte del pintor valenciano e incidieron en su condición de maestro y de gran
paisajista mediterráneo.18
Estilo
Un plat de figues de pala. 1992. 35x42cm. Óleo sobre lienzo. Colección Enrique
Fenoll
El pintor forma parte del amplio espectro de artistas españoles que, sobre todo en
los años 50 y 60, intentan la renovación del paisaje. al margen del impresionismo y
del "sorollismo": Francisco Lozano, José Beulas, Francisco Arias, Redondela,
Macarrón, etc. Todos ellos, recibirán influencias de la vanguardia, pero
adaptándolas a sus propios temperamentos y sin salirse del campo de la figuración.
En el caso de Pérezgil, un sólido y excelente dibujo, una voluntad de síntesis, de
constructor, le llevará a la expresión de unas luces y atmósferas claras,
transparentes, de volúmenes nítidos en sus paisajes, buscando con el tiempo lo
estructural sobre lo descriptivo; una pintura cerebral, pensada, lejos del arrebato
romántico, domando el paisaje, ajustándolo a su voluntad, que le lleva a repetir,
en ocasiones, los asuntos (almendros, salinas, la Golecha, vistas de pueblos y
villas), con especial gusto por lo arquitectónico. Gran técnico, mago del color,
que le permite la riquísima variedad de matices dentro de un mismo tono, que gusta
de la monocromía en ocasiones: la pincelada larga, ancha, el toque de espátula, la
materia densa (el decorador de anuncios de cine que fue en su juventud), le ayudan
a la creación de ese "cuerpo" tan característico en su obra.19
Heredero directo del paisajismo alicantino (Cabrera Cantó, Emilio Varela Isabel,
Adelardo Parrilla, Albarranch, etcétera), Pérezgil llevó su inquieta mirada por
toda la geografía española y supo verbalizar su visión del paisaje, concebido en
principio como un ente abstracto, disperso, al que hay que dotar de una identidad,
de un nombre y de unos apellidos, particularizarlo, humanizarlo: hacerlo
"Pérezgil". Esta es, sin duda, la mejor aportación del artista a la pintura
española de su tiempo. Y todo ello con coherencia y sinceridad, nunca reñida, por
supuesto, con el éxito y la buena acogida que siempre ha tenido su obra.19