Está en la página 1de 16

LOS TLAXCALTECAS

Fueron un pueblo indígena que habitó el


estado de Tlaxcala, México. Su
florecimiento tuvo lugar aproximadamente
en 1520. Estructurados como federación,
los tlaxcaltecas elegían a su líder
supremo. El hecho de que jamás fueron
sometidos por los mexicas les llevó a
estar rodeado de pueblos vasallos de los
mexicas, lo que les impedía comerciar
con libertad.
Gracias a concertaciones políticas y
tratos con los mexicas, lograron preservar
su autonomía y llevar a buen término el
florecimiento de las artes.
Su declaración libre y soberana fue después de la Constitución política. A la
llegada de los españoles en 1519, los tlaxcaltecas, al frente de Xicohténcatl,
enfrentaron a los conquistadores de Hernán Cortés para después ser sus aliados
fieles en la guerra con Tenochtitlan.
Los primeros tlaxcaltecas.
En el centro de México destacaron los grandes valles del altiplano: el de México y
el poblano-tlaxcalteca. En el valle poblano-tlaxcalteca aproximadamente
hacia 1800 a. C. había grupos agricultores que trabajaban en forma familiar,
cultivando maíz, fríjol, chile, calabaza y tomate; completaban su dieta con los
productos de caza y recolección. Habitaban aldeas permanentes formadas por
chozas. Tenían comunicación con la gente del valle de Tehuacán y el golfo de
México, con la que llegaron a mezclarse.
Años posteriores la población tlaxcalteca aumentó y en consecuencia el número
de aldeas, muchas de las cuales al extenderse se convirtieron en villas. Los
tlaxcaltecas producían con la cooperación de toda la familia; regaban sus cultivos
utilizando canales, tenían hornos para cocer cerámica, pequeñas plataformas para
celebrar sus ceremonias religiosas y rendían culto al dios del fuego Huehueteotl.
A medida que el tiempo transcurría la población aumentó hasta que se formaron
pueblos. Surgieron construcciones residenciales, se elevaron estelas y sarcófagos
de piedra, y cada vez se rendía culto a un mayor número de deidades. Allí los
sacerdotes fueron adquiriendo más y más importancia y llegaron a dominar a la
población, empezando así a construirse centros ceremoniales.
Se cree que entre los años 200 a. C. y 700, la civilización mesoamericana alcanzó
su máximo esplendor. Anteriormente, la gente vivía en comunidades agrícolas y
en pueblos sin ninguna planificación, ahora se construían grandes ciudades
planificadas. Aumentó más la población y se incrementaron el comercio y la
actividad agrícola.
Los sacerdotes gobernaban y se encargaban de impulsar la cultura. Fueron ellos
quienes lograron que la agricultura, la escultura y la pintura alcanzaran su apogeo
y que realizaran notables progresos en escritura figurativa, matemáticas y
astronomía, por lo que se ha llamado a esta etapa periodo teocrático.

Colonias Tlaxcaltecas,
Después de la toma de la ciudad de México,
los españoles tuvieron tanta confianza en los
tlaxcaltecas que los llevaron a las principales
expediciones de conquista y colonización. A
su vez los tlaxcaltecas, como fundadores,
gozaron de privilegios que no tuvieron el
resto de la población indígena.
Muchas familias tlaxcaltecas participaron en
la colonización de lugares como San Juan
del Río, en Querétaro, Tlaxcalancingo, en Puebla, San Esteban de Nueva
Tlaxcala, junto a Saltillo, San Miguel de Mezquitic, en San Luis Potosí, Colotlán,
en Jalisco, y San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Llegaron hasta la Florida y
la Habana. En la primera mitad del siglo XVI acompañaron a Hernán Cortés en su
expedición a Pánuco y auxiliaron en su toreo de fundador a Pedro de Alvarado en
Guatemala.
También fueron con Guzmán al oeste de México y con el que había sido su
gobernador, Luna y Arellano, a la Florida.
Una de las expediciones que atestigua sobre la activa participación tlaxcalteca es
la que se llevó a cabo para colonizar Zacatecas, San Luis Potosí, Coahuila.
GASTRONOMIA TLAXCALTECA
la comida tlaxcalteca es como la mayoría de
la gastronomía en México: mestiza, sin
embargo la tlaxcalteca presenta una alta
influencia prehispánica, la cual la caracteriza
y la hace única. Desde tiempos remotos en
tierras tlaxcaltecas los elementos
gastronómicos ejes en el arte culinario han
sido el maíz y el maguey, de este último se
produce el aguamiel, cuya fermentación
produce el pulque y sus variantes de frutas
llamados curados.

Es importante precisar que la cocina tlaxcalteca está marcadamente dividida en


dos regiones: el Norte, cuyo eje es el maguey, con el que se prepara la barbacoa,
los mixiotes, los chinicuiles que provienen de la raíz o gusanos de
maguey extraídos de la penca de esta planta.
Mientras que en el Sur destacan los tamales de masa con sabor a anís y de frijol;
el mole de guajolote, mole de fiesta, mole de olla, el mole prieto, entre otros.
En el centro de Tlaxcala se pueden degustar diversos platillos, como
entrada tlacoyos de frijol, ayocote o de haba, los escamoles (larvas de
hormigas) y las quesadillas de huitlacoche. Asimismo están las deliciosas sopas
de milpa, de haba, de nopales, las tlatlapas o la sopa tlaxcalteca.
Tlaxcallan, nombre que dieron los antiguos mexicanos a su tierra, hace honor a
la tlaxcalli, nombre náhuatl de la que hoy conocemos como “tortilla”. Y es que el
alimento por excelencia en esta región,
desde tiempos inmemoriales, ha sido el
maíz, al cual se le confería un origen
divino.
Con la masa del maíz se elaboran
los tlatloyos (tlacoyos) de frijol o
ayocote, a los que se
agregaban chilli (chile)
y epazotl (epazote), también se
preparaban tamalli o tamales, atolli o
atole, chilatolli o chilatole, pozolatl o 
pozole y las indispensables tlaxcalli o tortillas. También
del tlaolli o maíz obtenían el sabroso cuitlacochin o cuitlacoche.
Debido al bloqueo comercial que los mexicas impusieron durante más de 60 años
a los tlaxcaltecas, éstos carecían de sal para sazonar sus platillos, por lo que en
sustitución utilizaron el tequexquite, que obtenían principalmente en la zona
de Tequexquitla. Hoy, en Tlaxcala y en otros estados donde hubo colonización de
grupos tlaxcaltecas, se siguen sazonando algunos alimentos con tequesquite, lo
que les da un toque especial.
Además del maíz, los tlaxcaltecas prehispánicos sembraban en
sus milpas calabazas, tomatillo, chile y frijol, además de cultivar el nopal y sus
frutos; también cazaban venado, pato, tlacuatzin o tlacuache, conejo, liebre y
huilota (especie de paloma). Asimismo, criaban guajolotes y perros tlalchichi o
techichi, de consistencia y sabor muy apreciados.
El maguey, al que Motolinia llamó “el árbol de las maravillas”, era totalmente
aprovechado por los antiguos tlaxcaltecas. Desde el punto de vista alimenticio, el
maguey les proveía de aguamiel, cuya fermentación la convierte
en octli o pulque, además de gusanos y la piel de las pencas para envolver
los mixiotes, a los que agrega un exquisito sabor, y las propias pencas para la
elaboración de sus barbacoas de hoyo.
Las pencas eran asadas sobre brasas con el fin de envolver aves de caza,
armadillos, guajolotes, conejos y, seguramente, perros tlalchichi, además de otras
especies de la región. El complemento de la barbacoa era una salsa preparada
con chiles secos, algunas hierbas y pulque, que le da un toque muy especial, y,
por supuesto, las tlaxcalli o tortillas recién salidas del comalli o comal.
El arte culinario de la región se enriqueció con la abundancia de hierbas y plantas
como cilantro, perejil, epazote, papaloquilitl o pápaloquelite, quintoniles,
verdolagas, huauzontle, pepicha, miltomate, cebolla de rabo, chile, ayotli o
calabaza, ayotontli o calabacita y nopal, del cual fue condimento muy
importante uno de sus frutos: una tuna
agria llamada xoconochtli o xoconochtle; además de las deliciosas tunas
dulces, verdes y rojas.
Los insectos también formaban parte de las delicias gastronómicas
prehispánicas de Tlaxcala, como los chapulines, chinicuiles (gusanos rojos del
maguey), los escamoles (larvas de hormiga) y
el ahuauhtli o ahuaxtle (huevecillos de mosco). Abundaban también
los charales, axolotl o ajolotes, acociles (pequeños camarones de río) y los
peces de río.
Las flores como las de yuca, la del tzompantle o colorín, la de calabaza y la
jamaica, también formaban parte de la exquisita gastronomía prehispánica
tlaxcalteca. Todas estas delicias gastronómicas, excepto los perros
tlalchichi o techichi, han sobrevivido hasta nuestros días.
La actual Gastronomía Tlaxcalteca es una herencia milenaria de nuestros
antepasados prehispánicos, enriquecida con importantes ingredientes españoles,
que dan forma a una multitud de sabores, aromas y colores que son una auténtica
delicia.
Con el establecimiento de los españoles se conjugaron las dos culturas
gastronómicas, incrementando la vasta riqueza culinaria de Tlaxcala. Se
conocieron entonces haba, trigo, cebada, arroz, puercos, ovejas, gallinas y ganado
vacuno; con éste último se incorporaron la leche y sus derivados, como el queso,
el requesón y la crema.
De la mezcla cultural surgieron entonces los llamados “platillos mestizos”. Las
pencas del maguey se usaron también para envolver carne de carnero, pollo y
puerco, dando mayor variedad a las deliciosas barbacoas prehispánicas.
Asimismo, el ancestral cacao se popularizó mezclado con leche.
Si bien los tlaxcaltecas ya consumían dulces elaborados con semillas de
uauhtli mezcladas con miel de hormigas silvestres, preparación que se
conocía como tzoalli, no fue sino hasta la época colonial que se conoció la miel de
abeja y la caña de azúcar, cuyas mieles o melazas dieron origen al
mexicano piloncillo.
De esta manera, persisten hasta nuestros días dulces que son un regalo al
paladar, como los tlaxcales, elaborados con granos de elote martajados, las muy
famosas alegrías y, con la introducción del trigo, otras delicias como el pan de
fiesta, los buñuelos con requesón y miel de piloncillo, y los muéganos
huamantlecos, entre otros.

VESTIMENTA DE LOSTLAXCALTECAS

Las mujeres visten huipil y falda larga o


enredo, mientras que los hombres usan
el máxtlatl y la tilma. En la mayoría de
estas prendas, tanto femeninas como
masculinas, observamos bordados muy
elaborados, en los cuales se aprecian principalmente figuras geométricas y
algunos tipos de flores.
 La diferencia entre los huipiles de gasa, que dejan a la vista la silueta de las
mujeres, y los que cubren totalmente la figura femenina. Algunas crónicas del siglo
XVI mencionan el escaso uso del algodón entre los tlaxcaltecas a causa del
bloqueo que les impusieron los mexicas, por lo que la fibra de maguey llamada
ixtle fue más usado para la elaboración de prendas. Es posible que esto último
también estuviera relacionado con la identidad chichimeca de los tlaxcaltecas. Sin
embargo, el uso de esta fibra menos prestigiosa no resta valor artístico y calidad a
las prendas, ya que las mismas crónicas mencionan la belleza y la fineza de las
mantas.

TRADICIONES Y COSTUMBRES

Podemos nombrar como las más


importantes: la Huamantlada, el
Día de Muertos, el Carnaval de
Tlaxcala, La Noche que nadie
duerme y “La Bajada” de la Virgen
de Ocotlán.

Principales tradiciones y
costumbres de Tlaxcala

La Huamantlada: Realizada ininterrumpidamente desde hace más de 60 años en


la ciudad de Huamantla, consiste en soltar toros por la ciudad, donde habitantes
locales, visitantes y entusiastas pueden correr con los toros.

Es parecido a los encierros de Pamplona, pero con mayores medidas de


seguridad, ya que se traza un camino por el cual los toros van.

Se lleva a cabo entre los meses de julio y agosto, el último sábado de las
festividades de la Virgen de la Caridad.

Día de Muertos en Tlaxcala

Al ser considerado Tlaxcala un estado con una gran huella cultural, el día de
muertos es celebrado de manera especial, con profunda religiosidad para rendir
homenaje a los difuntos.
Del 28 de octubre al 2 de noviembre la ciudad se adorna y llena los altares del
tradicional pan de muerto, así como tamales, dulce de camote y otros platos
típicos.

Carnaval de Tlaxcala

Celebrado en múltiples municipios a lo largo del estado del 7 al 12 de febrero, su


origen se remonta al siglo XVII donde fue introducido por los españoles.

Su principal característica es el
colorido que adquieren las
localidades, debido a los trajes y
máscaras que imitan las facciones de
los conquistadores españoles,
además de la música y danzas que
inundan el Carnaval.

La noche que nadie duerme

Celebrada entre la noche del 14 de agosto y la madrugada del día siguiente, en


Huamantla, sigue la peregrinación de la Virgen de La Caridad, quien es
considerada por los pobladores locales como una protectora.

Las calles de la ciudad se adornan de tapetes y alfombras a lo largo de los 6


kilómetros de recorrido de la Virgen, que sale a la medianoche de la Iglesia y
regresa al amanecer.

“La Bajada” de la Virgen de Ocotlán

La procesión de “La Bajada” de la Virgen es uno de los eventos más importantes


de la localidad de Ocotlán, se celebra el tercer lunes de mayo.

Es encabezada por integrantes de la iglesia que visitan varios templos y regresan


a la Basílica de Ocotlán, construida en honor a la Virgen homónima.
Podemos nombrar como las más importantes: la Huamantlada, el Día de Muertos,
el Carnaval de Tlaxcala, La Noche que nadie duerme y “La Bajada” de la Virgen
de Ocotlán.

Principales tradiciones y costumbres de Tlaxcala

La Huamantlada: Realizada ininterrumpidamente desde hace más de 60 años en


la ciudad de Huamantla, consiste en soltar toros por la ciudad, donde habitantes
locales, visitantes y entusiastas pueden correr con los toros.

Es parecido a los encierros de Pamplona, pero con mayores medidas de


seguridad, ya que se traza un camino por el cual los toros van.

Se lleva a cabo entre los meses de julio y agosto, el último sábado de las
festividades de la Virgen de la Caridad.

Día de Muertos en Tlaxcala

Al ser considerado Tlaxcala un estado con una gran huella cultural, el día de
muertos es celebrado de manera especial, con profunda religiosidad para rendir
homenaje a los difuntos.

Del 28 de octubre al 2 de noviembre la ciudad se adorna y llena los altares del


tradicional pan de muerto, así como tamales, dulce de camote y otros platos
típicos.

Carnaval de Tlaxcala

Celebrado en múltiples
municipios a lo largo del
estado del 7 al 12 de febrero,
su origen se remonta al siglo
XVII donde fue introducido por
los españoles.
Su principal característica es el colorido que adquieren las localidades, debido a
los trajes y máscaras que imitan las facciones de los conquistadores españoles,
además de la música y danzas que inundan el Carnaval.

La noche que nadie duerme

Celebrada entre la noche del 14 de agosto y la madrugada del día siguiente, en


Huamantla, sigue la peregrinación de la Virgen de La Caridad, quien es
considerada por los pobladores locales como una protectora.

Las calles de la ciudad se adornan de tapetes y alfombras a lo largo de los 6


kilómetros de recorrido de la Virgen, que sale a la medianoche de la Iglesia y
regresa al amanecer.

“La Bajada” de la Virgen de Ocotlán

La procesión de “La Bajada” de la Virgen es uno de los eventos más importantes


de la localidad de Ocotlán, se celebra el tercer lunes de mayo.

Es encabezada por integrantes de la iglesia que visitan varios templos y regresan


a la Basílica de Ocotlán, construida en honor a la Virgen homónima.

ORGANIZACIÓN SOCIAL

Se estima que la población de Tlaxcala a la llegada de los españoles era


aproximadamente de 250 000 habitantes, cantidad que iba en aumento porque la
gente no emigraba y en cambio muchos llegaban a vivir a las cuatro cabeceras,
huyendo del señorío mexica.
La sociedad prehispánica tlaxcalteca estaba formada fundamentalmente por
nobles, o piliales o pipiltzin y por una mayoría macehualtin, o gente común.
Dentro del estrato superior, o grupo de nobles que dominaba, había subdivisiones
o rangos tlatoani, tecutli, pilli y los teixhuihuan.
El tlatoani (plural: tlatoque) era el rango más alto dentro de la nobleza y
correspondía a los señores de las cabeceras; pero aun entre ellos se
distinguían Xicohténcatl y Maxixcatzin, señores de Tizatlán y Ocótelulco, a los
que se llamaba tlatoque huelmoquiltonohua, es decir, señores que tenían más
gente que ningún otro.
Los teuctli o tecutli, segundo rango de la nobleza, eran hombres de edad, ricos y
destacados, señores o hijos de señores que hubieran ganado alguna distinción en
lo guerra o demostrado mucho valor; era necesario que poseyeran numerosos
bienes, ya que debían repartir muchos de ellos cuando alcanzaban esa dignidad.
Se les hacía objeto de muchos distinciones; con ritos, se encerraban guardando
ayuno en uno de sus templos por 40 o 60 días, al cabo de los cuales eran
trasladados al templo mayor donde, después de ciertas ceremonias, les
cambiaban el nombre. Entonces les entregaban públicamente sus arcos, flechas y
macanas; y joyas de oro. Los llevaban por calles y plazas con gran regocijo, y
celebraban innumerables fiestas en su honor. Algunos mercaderes también eran
objeto de las mismas distinciones.
El tercer grado en el estrato superior era el de nobles pilli o pipiltzin, que no
habían alcanzado el rango de sus ancestros. Pipíltzin era también un término
general para todo el estrato superior.
Los teixhuihuan constituían la categoría más baja de la nobleza. Este nombre
significa literalmente “nietos”, lo cual indica que eran parientes remotos de sus
señores. A las mujeres, al igual que a los hombres nobles que no heredaban
ningún rango político, se les concedían tierras y bienes.
El resto de la población recibía el nombre de macehuales o macehualtin. Estos
estaban al servicio de los señores y trabajaban la tierra. Debían usar ropa corta
muy sencilla, sin franjas ni adornos, ya que el vestuario denotaba lo clase social a
lo que se pertenecía. Entre ellos había también cierta diferencia social basada en
las distintas ocupaciones o en la naturaleza de la persona a la que pagaban
tributo.
Respecto a los esclavos eran llamados tlacotin.
Los sacerdotes mayores realizaban los sacrificios y los demás se encargaban del
culto a los dioses y del teocalli o templo.
La unidad social básica era la familia: un conjunto de familias formaba
un calpulli o barrio, en el cual vivía lo descendencia por la línea del padre, así
como la familia a la que pertenecía el marido. El calpulli tenía importancia no
solamente familiar sino militar, política y religiosa. Todos los hombres que
pertenecían al mismo calpulli debían combatir juntos, conducidos por sus jefes.
Cada calpulli tenía su dios particular, su templo y sus ceremonias especiales. Si
surgían dificultades entre los jefes de familia, había jueces que intentaban
reconciliarlos.
Cuando nacía un niño todos sus parientes lo colmaban de regalos, le platicaban
hechos de sus antepasados y le imponían un nombre relacionado con algún
fenómeno natural del día de su nacimiento o el de un animal o una flor.
El hombre debía casare al cumplir 22 años y la boda se celebraba con fiestas que
duraban varios días, durante los cuales los invitados cantaban, bailaban,
declamaban y ofrecían regalos a los novios. Existía un profundo respeto entre
hijos y padres y un gran sentido del honor.
En lo vida jurídica se observaban las leyes de Nezahualcóyotl, el sabio rey
de Texcoco, y existían tribunales y jueces que castigaban las faltas.
Muchas veces los tlaxcaltecas se autosacrificaban, o bien morían en las
frecuentes guerras. Los que fallecían eran enterrados solemnemente, vestidos con
sus mejores ropas y joyas, para que presentaran así en el Mictlán o casa de los
muertos. Se oraba a los dioses de la muerte y se celebraban fiestas en la casa
que había pertenecido al difunto.

SISTEMA DE GOBIERNO

Antes de la Conquista no existía ninguna ciudad llamada Tlaxcallan, pero Cortés,


en sus Cartas de Relación, y además otros autores, creyeron lo contrario. Por ello
ese nombre se le quedó a toda la provincia y luego, al fundarse la ciudad
española; fue llamado tlaxcala. Los hispanos hallaron aquí un gobierno
aristocrático, dividido en los cuatro
grandes señoríos mencionados
anteriormente: Tepeticpac, Tizatlán,
Ocotelulco y Quiahuiztlán, y otros
menores como Tecoac, Tepeyanco,
Hueyotlipan, Atlihuetzía, los cuales
eran regidos por las mismas leyes de
sucesión y pagaban tributos a los
cuatro señores.

Los señoríos formaban una especie de federación. Cada representante gozaba de


libertad dentro de su Señorío y tenía que reunirse con los otros tres para resolver
negocios comunes como la guerra, la paz, los límites, las vías de comunicación y
las relaciones con otros pueblos. En las campañas militares uno de ellos guiaba al
ejército y los demás permanecían en la región. Cada uno de los cuatro señores se
llamaba tecutlato y el puesto se heredaba, excepto en Quiahuiztlán, donde era de
elección.

Cuando Hernán Cortés llegó a Tlaxcala en 1519, el Consejo o señorío, como lo


llamó el fraile cronista Torquemada, estaba formado por Maxixcatzin, jefe de la
cabecera de Ocotelulco y considerado como el principal Señor: Le seguía en
importancia Xicohténcatl el viejo jefe de la cabecera de Tizatlan y Citlalpopocatzin,
de lo de Quiahuiztlán. Había un consejo de ancianos que se reunía con el senado
para tratar y discutir asuntos de justicia y de guerra.
Según los Padrones de Tlaxcala primer censo tlaxcalteca escrito en el siglo xv en
náhuatl, cada cabecera estaba dividida en algunos tequitl, que incluían varios
pueblos sujetos la nobleza pilotl an con el de un santo y un toponímico nahua,
como es el caso de San Nicolás Panotla. Cada uno de estos pueblos estaba a su
vez dividido en barrios. Por ejemplo, Tizatlán tenía seis tequitl formados por 41
pueblos, Quiahuiztlán, cuatro tequitl con 42 pueblos, y Ocotelulco seis tequitl con
36 pueblos.

EDUCACION
Los padres tenían a su cargo la
educación de los hijos pequeños, a
los que llevaban a las labores del
campo. Les enseñaban a emplear
utensilios domésticos y a efectuar
sencillas tareas caseras. Si eran
menores de ocho años y cometían
alguna falta solamente los
aconsejaban y amonestaban, pero
después de esa edad eran corregidos con varios castigos corporales.
Cuando cumplían 13 o 14 años, los varones debían trabajar por su cuenta y las
niñas laborar en la cocina, hilar y tejer, hasta que se casaban, entre los 16 y los 18
años.
La educación empezaba después de los 15 años en dos escuelas: el telpochcalli,
destinado a los plebeyos, quienes recibían entrenamiento militar, y donde
aprendían artes y oficios, y el calmécac, que era la escuela para los nobles, a
quienes se entrenaba militarmente y se educaba para ocupar altos puestos en el
estado o para ejercer el sacerdocio. Los que escogían esto último permanecían en
el calmécac toda su vida. Los maestros se encargaban de explicar las pinturas de
los códices y hacían que los estudiantes aprendieran de memoria himnos,
poemas, discursos y relatos tradicionales.
Los alumnos del calmécac servían en el templo desde que ingresaban en él; por
su parte, los del telpochcalli debían ayudar en las labores del campo, en la
construcción de casas y participar en la guerra como escuderos. Los jóvenes
permanecían en la escuela hasta que se casaban, cosa que ocurría entre los 20 y
22 años.
También había escuelas para preparar a las jóvenes como sacerdotisas; allí
aprendían a tejer, a trabajar la pluma y a servir al culto del templo. Pero, la mujer
estaba en situación de inferioridad con respecto al hombre. Desde niño, el
tlaxcalteca debía someterse las leyes establecidas, si cometía algún delito como
robar o asesinar, era severamente castigado por tribunales especiales o por el
propio pueblo.
Bases científicas[editar]
Los tlaxcaltecas tenían conocimientos de matemáticas, medicina, astronomía y
ciencias naturales, entre otras disciplinas, los cuales aplicaron en la solución de
problemas económicos y sociales.
Se contaba con dos calendarios: uno ritual y otro solar. El ritual o religioso tenía
260 días divididos en 20 meses de 13 días cada uno. El solar o civil tenía 18
meses de 20 días, más cinco días que se consideraban nefastos o malos llamados
nemonteni. Cincuenta y dos años integraban un siglo. Para elaborar su calendario,
se basaron en cálculos matemáticos y en observaciones astronómicas que regían,
en buena medida, los destinos de la población. Observaban los astros y otros
fenómenos naturales como los eclipses.
En cuanto a sus conocimientos de medicina, curaban fundamentalmente por
medio de plantas, hierbas, raíces, hojas y cortezas de árboles, con las que
elaboraban bebidas, polvos, gotas, pomadas y emplastos medicinales. Llegaron o
curar con más eficacia que los europeos de la misma época diversas
enfermedades, así como quemaduras, heridas, hemorragias y picaduras de
animales ponzoñosos.
Arte
Los tlaxcaltecas se distinguieron por el buen uso que hicieran del lenguaje. Una
prueba de ello son los cánticos con que triunfaron en un certamen poético
convocado por Netzahualcóyotl, el rey poeta de Texcoco. También ganaron en
otro concurso literario celebrado en Huexotzinco. La mayoría de la población
hablaba náhuatl, aunque también algo de otomí y de pinome.
El Rey poeta Nezahualcóyotl ( coyote hambriento en nahuatl) señor de texcoco Un
tiempo se mantuvo encubierto en Tlaxcala, donde pudo pasar inadvertido
disfrazado de campesino. es por ello que conoció amplia mente su idiosincrasia
del pueblo tlaxcalteca y las bellas artes que se gestaban en este lugar.
Había escritores que componían tlatolli, o sea relatos y discursos, y cuicatl,
poemas con ritmo, medida y entonación que a veces se acompañaban de música.
Los teocuicatl eran poemas dedicados a los dioses, verdaderos himnos
mitológicos a los que sedaba preferencia en la enseñanza escolar. Los
teponazcuicatl requerían acompañamiento musical.
Entre los poemas indígenas más conocidos figuran Tecuanitzin, de la cabecera de
Quiahuiztlán, hombre sabio y noble, autor del canto Xochipizahua; Camaxochitzin,
Xicohténcatl padre (también notable orador), Xicohténcatl hijo; Xayacamachan
(Tepolohuatl), y Motenehuatzin, hermano de Xicohténcatl el joven. Se conservan
poesías como el Tlaxcaltecayotl, cuyo autor o autores son desconocidos.
Los tlaxcaltecas eternizaron en bellos cantares las victorias guerreras y las
proezas de sus capitanes. Solían usar adagios, proverbios y preguntas o manera
de adivinanzas. También componían fábulas y cuentos humorísticos.
La oratoria era muy común, especialmente entre nobles y embajadores, que
demostraban grandes dotes y memoria asombrosa. Así, los cuatro señores que
integraban el consejo eran excelentes oradores.
Hacían representaciones teatrales relacionadas con su vida diaria y con las
proezas de sus dioses y de sus guerreros. Fue tan popular el arte teatral que se
siguió cultivando en la época colonial. Había gente especializada en lo elaboración
de escenarios y del vestuario de los actores, danzantes, cantores y bufones o
uetzquiztomac.
Los nombres indígenas que aún se conservan en las poblaciones y lugares de
Tlaxcala son testimonio del lenguaje náhuatl de sus antepasados. Lenguaje que
usaron para formar lo que es la toponimia indígena.
La música tuvo un papel esencial en la vida prehispánica. Su ritmo era fuerte pero
atonal. Sus diversas flautos no tenían una escala fija. El teponaztli y el huéhuetl
eran los principales instrumentos musicales. El primero consistía en un tambor de
madera con dos lengüetas y producía dos sonidos diferentes. Se trata de un
instrumento de percusión, de madera tallada, que representó un personaje con
tocado y collar de plumas, recostado boca abajo. En los ojos tiene incrustaciones
de concha y pirita.
El huéhuetl era un tambor de cuero. Algunos instrumentos musicales
complementarios fueron las flautas de barro, caracoles, silbatos, sonajas y
raspadores. No se conocieron los instrumentos de cuerda. Cuando llegaron los
españoles casi toda la música indígena desapareció o bien fue modificada. Sin
embargo muchos de sus instrumentos siguieron usándose durante la Colonia.
Tanto la música como la danza estaban relacionadas con la religión. Por lo que
narran las crónicas se sabe que esta última se acompañaba con cantos. Los
edificios prehispánicos tlaxcaltecas no fueron grandes. Con cal y piedra se
erigieron templos o teocallis, palacios y casas que posteriormente, los españoles
destruyeron paro levantar otros construcciones.
La famosa muralla de piedra estaba situada en la frontera este y noroeste de
Tlaxcala, en el lugar por donde entró Cortés o este territorio.
El conjunto arqueológico de Cacaxtla era una fortaleza que contaba con
adoratorios, plataformas, plazas y pirámides y que junto con las colinas de
Xochitécatl, dominaba el valle poblano-tlaxcalteca. Allí son notables los murales de
colores, con influencia maya y teotihuacana, en los que resaltan las figuras
humanas, o menudo haciendo la guerra, así como el hombre-jaguar y el hombre-
pájaro.
Xochitecatl “lugar del linaje de las flores”, Su época temprana da claras muestras
de influencias culturales teotihuacanas, cholultecas y totonacas, en donde se han
descubierto tres pirámides. La de las Flores que por el área de su base es
considerada la cuarta más grande de Mesoamérica, en esta pirámide se celebra
cada año el equinoccio de primavera. La Pirámide de la Espiral considerada única
en su género dedicada al Dios del viento Ehécatl y que fuera utilizada como
observatorio astronómico. Por último la Pirámide de la serpiente llamada así
porque se encontró una pila monolítica en forma de cabeza de serpiente.
Tepeticpac, el primer señorío que se fundó, tenía un palacio y distaba ocho
kilómetros de Tizatlán. En este lugar se localizaron los vestigios del antiguo
teocalli o templo, cuyos altares están decorados con jeroglíficos. Quiahuiztlán, a
cuatro kilómetros de la ciudad de Tlaxcala cabecera del señorío del mismo
nombre, también tenía un palacio, situado atrás de la actual iglesia principal.
Ocotelulco situado a tres kilómetros de la capital, cabecero de su señorío y
gobernado por Maxixcatzin, era el centro administrativo y comercial de la zona.
Tenía un espacioso mercado, un templo que quizá era el mayor en la provincia y
un palacio con muchas instalaciones anexas, incluida una casado fieras. Los
primeros franciscanos que llegaron a Tlaxcala vivieron en él un tiempo.
Los tlaxcaltecas practicaban la escultura, pero sus obras tenían formas rígidas.
Representaban dioses, hombres y animales. Poco antes de la conquista, la región
poblano-tlaxcalteca fue, famoso por su cerámica policromo, más variada que la
azteca, y considerada como de las más hermosas y mejor fabricadas del México
prehispánico. Adornaban sus trajes, tocados, abanicos, divisas y estandartes con
plumas de quetzal, garza, continga, arara, colibrí y papagayo, las que cosían por
el cañón, o parte hueco, y colocaban unas sobre otras formando dibujos.
Los metales preciosos como el oro y lo plata no fueron muy comunes en la región,
los obtenían de otros pueblos, por medio del comercio.
Otro arte que practicaron fue el de la incrustación de conchas, obsidiana y jade, en
objetos de piedra, madera o hueso, como escudos, pectorales, máscaras y
orejeras.

ORGANIZACIÓN ECONOMICA
Tenencia de la tierra y principales cultivos
Dentro de las formas
de propiedad de la
tierra estaban los
barrios de los pueblos
tlaxcaltecas, que
controlaban ciertas
tierras para el uso
común o individual de
sus miembros. Así,
una parte de esas
tierras se distribuía
entre los jefes de
familia y otra era
trabajada por todos
para sostener los
templos y sufragar los
gastos de guerras.
Los nobles poseían terrenos patrimoniales que podían heredar a sus
descendientes. Las tierras asignadas a cargos públicos eran trabajadas
por macehuales o cultivadores libres, a quienes se les pagaba por sus servicios.
La agricultura era el soporte de la vida económica. Se practicaba usando la  coa o
bastón plantador y dependía de las lluvias. Los tlaxcaltecas
sembraban maíz, fríjol, calabaza, tomate y maguey. Les gustaba preparar el maíz
en forma de tortillas, tamales y atole. Era la base de su alimentación, la que
complementaban con plantas, hierbas y frutos silvestres que recolectaban. En
lugar de azúcar consumían el aguamiel de los magueyes y la miel de las colmenas
de abejas cimarronas. Tenían pocos animales domésticos; solamente guajolotes y
una raza de perros: los xoloitzcuintli. Nunca tuvieron animales de carga. En la
actualidad no ha cambiado mucho su agricultura pues continua la siembra de maíz
y se tienen pequeños corrales en donde se cultivan verduras para consumo
familiar y otras aves como pollos, patos entre otros.
Comercio y tributo
Comerciaban con lo que producían, especialmente maíz y cochinilla. Esta era un
insecto muy apreciado porque con él se elaboraba una pintura color grana o roja
utilizada en los textiles. A cambió de eso, recibían productos
como cacao, algodón, chile, vainilla, plumas, tabaco, cera , miel y maguey.
El mercado de Ocotero era el principal centro comercial donde, según las
crónicas, unas 20 000 personas acudían diario y a través del trueque o la moneda,
comercializaban productos como cacao y pequeñas mantas de algodón traídas
por los mayas. Había mucho orden y un juez decidía sobre las dificultades que
surgían.
Debido a su enemistad con los tlaxcaltecas, los mexicas procuraron evitar que
estos comerciaran, sobre todo con las regiones del Golfo de México. Por este
motivo en Tlaxcala faltaron cacao, oro, plumas, algodón y sal por más de 60 años.
Este último producto fue sustituido por otro similar, el tequexquitl, que aún ahora
se produce en Nopalucan y Tequexquitla.
Cabe señalar que al comerciante lo llamaban pochteca, al mercado tianquiztli y a
la compraventa o trueque, tianquitz.

DIOSES
La deidad patrona de los tlaxcaltecas era
Tezcatlipoca, o Camaxtli en su forma chichimeca, a
la que se honraba con una gran fiesta de 80 días
cada cuatro años. En las cerámicas polícromas y la
pintura mural se encuentran expresiones de guerra y
autosacrificio en las que resalta esa deidad. Por el
contrario, los gobernantes y los linajes nobles
prácticamente están ausentes en la arquitectura y el
arte tlaxcaltecas, lo que contrasta con la cultura de
otros grupos, en la que se erigían grandes
monumentos, como los mexicas y cholultecas, o se utilizaba una iconografía
personal, como entre los mixtecos.
Pero no todos tenían los mismos privilegios. Hubo diferencias notorias en la
calidad de vida de aquellos que ostentaban el poder y sus súbditos. En los centros
de mayor jerarquía, como Tepetícpac y Ocotelulco, se construyeron templos, hubo
un uso abundante de cerámica tipo códice, había productos importados –como
cascabeles de cobre–, se consumía una amplia variedad de animales y se
producían textiles. Por el contrario, en sitios periféricos como Metépec y
Calcahuas, las casas carecieron de estucados, elementos decorativos como
ladrillos y pintura mural, y sus vajillas fueron de menor calidad

También podría gustarte