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LA PSICOQUINESIA

ENTREVISTA CON

JEAN-PIERRE GIRARD

J A C Q U E S P E C C AT T E
Si Uri Geller saltó a los titulares en los años 70-80 torciendo pequeñas cucharitas por el
pensamiento, en programas televisados, persistió un malestar evidente por el hecho de
que también era conocido por sus cualidades de ilusionista. Y en esa época, los Gérard
Majax y otros detractores, no dejaron de arrojar descrédito sobre fenómenos, sin embargo
muy reales, producidos, no sólo por Uri Geller, sino por los televidentes durante sus
programas, y por otros investigadores de lo paranormal. Fue así como, por esa misma
época, se hablaba igualmente de Jean-Pierre Girard pero de manera un tanto más
confidencial, en los medios de la parapsicología, donde participaba en experimentos de
psicoquinesia controlados en laboratorio.

Desde entonces, Jean-Pierre Girard ha proseguido sus trabajos, y nosotros hemos seguido
a ratos sus evoluciones desde 1997, año en que respondió a una entrevista en Le Journal
Spirite (Nº 27) y dictó una conferencia en Nancy por invitación de nuestro Círculo. Lo
invitamos de nuevo para dos conferencias en París en 2004 y 2006, y recientemente en
Nancy el 28 de septiembre de 2013.

Le Journal Spirite: En primer lugar, una palabra sobre Uri Geller,


éste por quien la psicoquinesia fue conocida y mediatizada.
Conocí a Uri en su casa, por sugerencia de un semanario de televisión. El
hombre es muy simpático y de un innegable carisma. Delante de su propiedad
hay dos prestigiosos autos, de los cuales uno que se destaca: un Cadillac
Fleetwood ¡cubierto de cucharillas todas dobladas o torcidas! Manifiestamente
el hombre vive en la opulencia. Debe esta riqueza a sus capacidades
paranormales, especialmente por participar en investigaciones con las
sociedades mineras. Le dije que le debía mucho, en la medida en que fue su
aparición en 1974, en un programa literario tardío con Michel Pollac, ¡la que
desencadenó en mí una verdadera catarsis! ¡Vi a un sujeto psi, que podía
producir fenómenos delante de un público y aparentemente sin dificultad!
Entonces yo, que estaba encerrado en la soledad frente a mis fenómenos,
¡descubrí que eso era posible!

L.J.S.: ¿Habías evidenciado en tu niñez signos precursores de tus


facultades psi?
Parece bien comprobado que mis facultades psi sobrevinieron después de un
flechazo del que fui objeto a la edad siete años. Estas facultades se
manifestaron en forma de telepatía descontrolada. Cuando estamos todavía en
el mundo de la infancia, no captamos claramente las diferencias que podemos
tener respecto a los otros niños. Uno toma conciencia de esa diferencia por el
comportamiento agresivo y luego violento de los camaradas de clase. En efecto,
¿cómo soportar que un chiquillo gane todas las apuestas y conozca el número
de bolitas cuidadosamente ocultas en sus bolsillos? Pero, ¿qué decir del
maestro? ¿Cómo puede ser que un alumno responda a todas sus preguntas
apenas terminadas, antes de ser completamente formuladas? ¿Cómo podía un
adulto, investido del poder conferido en la época a un maestro, ser
desconcertado y enervado para llegar —con el paso de los días—, hasta la
violencia? Viví entonces un verdadero martirio hasta la edad de diez años. Fui
retirado de ese medio deletéreo y comprendí intuitivamente que no era como
los otros y que haciendo callar “mi” diferencia, aseguraba mi tranquilidad.

L.J.S.: ¿Cuál ha sido tu trayectoria como experimentador desde tus


comprobaciones iniciales?
No puedo omitir uno de los eventos que sería determinante para la
continuación de mi senda de vida. Mis conocimientos de física, biología,
neurofisiología o hasta de medicina, no resultan de un clásico curso
universitario seguido de una carrera de investigador “ortodoxo”. Mi
escolaridad fue interrumpida muy temprano a los trece años y medio ¡para
realizar un aprendizaje en una fábrica! ¿Entonces? ¿Soy un autodidacta genial?
No, a los diecisiete años descubrí por casualidad que estaba dotado de una
memoria eidética o fotográfica; memoria de la que dispuse por cerca de año y
medio. Es así como podía “fotografiar” un libro de trescientas páginas en unos
treinta minutos y retener prácticamente… todo su contenido. Estuve muy
inspirado en el momento de elegir sólo obras que trataban de asuntos tales
como los antes señalados. Luego me bastó con actualizar regularmente esos
conocimientos. Se comprende mejor por qué, más tarde, pude llegar a puestos
de dirección en la industria médico-farmacéutica (¡donde hasta concebí y
desarrollé nuevas especialidades!) o aun crear una sociedad de investigaciones
de alta tecnología que consignó treinta y siete patentes y obtuvo los elogios de
la prensa especializada. He tenido que mencionar esta capacidad particular —
considerada como fenómeno paranormal— para mostrar que el espíritu
humano esconde capacidades insospechadas, que de vez en cuando son puestas
de manifiesto, accidentalmente o por medio de actitudes mentales apropiadas.
Ese bagaje me permitiría una verdadera colaboración entre los científicos
observadores y yo, que no sería relegado únicamente a un papel de sujeto psi.

Como he dicho antes, gracias a Uri en 1974 salí de mi aislamiento y comencé a


poder expresar mis facultades psi delante de los familiares. Vino luego el
período donde fui invitado a demostrar mis “poderes “en los salones
parisienses donde se codeaban políticos y gentes del showbiz. Este breve
período no me satisfizo y sería interrumpido para mi satisfacción por los
contactos con periodistas científicos, entre ellos François de Closets y Daniel
Garric. Estos últimos me informaron que científicos de alto nivel deseaban
observarme y estudiar los fenómenos producidos pero la condición previa era
que debía suspender esas demostraciones públicas y las entrevistas para los
periódicos sensacionalistas.

A fines de 1974, escuchando France Cultura, supe de un llamado del profesor


William Zbigniew Wolkowski, para la época Profesor titular en París VI, (*) que
buscaba sujetos para estudiarlos en el marco de su Instituto de Parafísica. Esta
búsqueda sucedía a un coloquio internacional que había tenido lugar en Reims
y que reunió físicos, neuropsiquiatras, biólogos y otras disciplinas.

William fue el primer científico con quien verdaderamente tuve la oportunidad


de experimentar, con un protocolo riguroso sin sufrir ninguna crítica. De
entrada, me propuso un panorama de experiencias que me sedujo:

—Telequinesia de objetos familiares con efecto anti gravitacional (levitación).

—Acción a distancia (2 m.) sobre placas de LCD (cristales líquidos), que


cambiaban de color y volvían a ser “normales” en cuanto yo giraba la cabeza.

—Deformación de espátulas, clavos, pasador de aluminio, etc., insertados en


tubos de vidrio –sellados al soplete-, bajo un vacío de 10-8 Torr.

—Desarreglo de sistemas de actualizaciones analógicas. (*) Universidad


Pierre y Marie Curie (N. del T.)

Después de varias noches experimentales, William hizo venir a los expertos:


Profesor John Taylor del King’s College de Londres; Profesor Charles
Crussard,físico metalúrgico, medalla de Leoben, equivalente al premio Nobel en
metalurgia; John Barret Hasted, físico, experto atomista del Birbeck College de
Londres; Dr. Troublé, físico nuclear; C. Bogdanski, biofísico; RichardDick
Mattuck físico de los quanta en el Ørsted Institute de Copenhague… Rindo
homenaje a William quien, a comienzos de 1975, pudo convencer a estos
respetables científicos para que vinieran a su micro laboratorio a visionar sus
observaciones referentes a mí, y asistir a la manifestación de mis facultades
psi. Esta reunión sería el disparador decisivo de experiencias que durarían
años, en Francia y el extranjero. Aquel día, entre otros fenómenos, “fundí” un
transistor de potencia dentro de un aparato blindado destinado a probar la…
¡psicoquinesia!
Las experiencias que siguieron a ese día se desarrollaron mayoritariamente —
en Francia— en el seno de laboratorios y/o centros públicos de investigación:

Péchiney Ugine Kuhlmann, Centro de Estudios Nucleares de Grenoble, Hospital


Central de los Ejércitos en Clamart, etc. Y en el extranjero, son prestigiosos
centros particulares o paraestatales de investigación los que me han honrado
invitándome.

Todas esas demostraciones que prueban la realidad de la psicoquinesia, se


desarrollaron en unos veinte años. ¡Y permitieron poner en evidencia
fenómenos de los que nunca me hubiera creído capaz! Desde el doblado de
impresionantes barrotes cuyas características necesitaban muchas toneladas
de aplicación mecánica, hasta los cambios de estructuras internas, de “fusión”
a 800°C, etc., ¡y en la mayoría de los casos esos materiales eran insertados en
probetas de vidrio! Luego, hubo —y hay todavía— experiencias apasionantes
sobre lo viviente. Experiencias que, con la psicometría1, representan el
porvenir de la parapsicología. Las aplicaciones útiles que de ello derivarán a lo
cotidiano, harán que esta fenomenología se imponga naturalmente.

Reconocemos que aún se necesitará tiempo.

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1 El término psicometría es utilizado igualmente en parapsicología para calificar un fenómeno Psi de
los más útiles. El término fue creado por el norteamericano J. R. Buchana en 1949. Tischner definió la
psicometría por el hecho de que un sujeto sensitivo, por medio de un objeto que se le confía y que
tiene en las manos, es capaz, de manera “paranormal”, de percibir elementos de información
referentes al propietario del susodicho objeto, o sobre las personas que han tenido suficiente
contacto con éste. La parapsicología clasifica este tipo de fenómenos en la categoría: E. S. P. (Extra
Sensory Perception) o efecto Psi gamma (γ). Útil, y a veces decisiva, por ejemplo para encontrar
personas desaparecidas.

Los críticos habituales objetan que todas estas experiencias se desarrollan en


un clima laxista, dejando el sujeto hacer todo sin importar qué. En realidad, ni
siquiera se toman la molestia de estudiar las publicaciones de las revistas
científicas o hasta de entrar en contacto con los observadores que siempre han
estado preparados para recibirlos. Son afectados por un “mal”, por desgracia
muy conocido en la ciencia: la disonancia cognitiva2; De hecho, a la mayoría de
demostraciones asistían magos expertos, encargados de asegurarse de la
validez del protocolo y del desarrollo experimental. Representaban una
garantía de credibilidad para las publicaciones científicas d alto nivel en
comité de lectura. ¡No consideremos pues como ingenuos a los científicos que
pusieron en juego su reputación, estudiando no sólo a Jean-Pierre Girard sino a
través él a la “sulfurosa” parapsicología!

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2 Disonancia cognitiva es un concepto de psicología (Léon Festinger 1957). Según esta teoría, el
individuo en presencia de conocimientos, incluso de creencias, sobre el entorno, sobre sí mismo o
sobre su propio comportamiento —incompatibles entre ellas—, experimenta un desagradable estado
de tensión: es el estado de “disonancia cognitiva”. Desde entonces, ese individuo pondrá en acción
estrategias inconscientes que buscan restaurar un (“su”) equilibrio cognitivo. Esas estrategias son
llamadas “formas de reducción de la disonancia cognitiva”. Una de estas estrategias para reducir la
disonancia cognitiva consiste en olvidar lo que no cuadra con sus referencias anteriores, y se
denomina “proceso de racionalización”. En nuestra sociedad, los fenómenos inexplicados que
escapan a la física y la neurofisiología conocidas (es decir generalmente admitidos por la mayoría de
la comunidad científica escapando así a todo paradigma [Kuhn]), son rechazados de facto ¡sin haber
sido siquiera estudiados! ¡Lo cual no es una actitud racional!

FESTINGER, L., Theory of cognitiva disonante, 1957. FESTINGER, L.,ARONSON, E., Group Dynamics,
1960, citado por LEVY, 1965.

L.J.S.: ¿Qué definición le darías a la psicoquinesia?


La definición que he propuesto y que ha sido aceptada por la mayoría de los
investigadores puede parecer un tanto “alambicada”. De hecho, era necesario
circunscribir bien el campo de los fenómenos que se desprendían de la
psicoquinesia.

Psicoquinesia (abreviatura común: PK). Dominio por un sujeto, consciente o


inconsciente, de un tipo de influencia psico-fisiológica específica, sobre la
materia inerte o viviente, sin haber recurrido a los medios físicos conocidos y
cuyos efectos sobre la susodicha materia son observables, y/o analizables,
temporales o permanentes. Dicho sujeto introduce sobre los elementos físicos,
cambios de forma, de estado y/o de estructura. Puede tratarse de objetos
simples: metales, plásticos, madera, etc., o más complejos como los sistemas
electromecánicos.

Telequinesia: desplazamiento de objetos sin medios físicos conocidos.


Biopsicoquinesia: acción PK sobre lo viviente.
Piroquinesia: inflamar la materia, etc. Generadores de números aleatorios
han sido concebidos especialmente para el estudio de la micro-psicoquinesia.
Hidroquinesia: actuar sobre el estado de un fluido. Etc.…
L.J.S.: En tu entrevista de 1997, aludíamos a todos los testigos de tus
experiencias, desde Léon Citrones hasta Philippe Bouvard, pasando
por Gérard Oury, Michèle Morgan y otros personajes conocidos.
Recordábamos igualmente los trabajos de Jean Dierkens (Bélgica) y
de John Hasted (Inglaterra). ¿Qué ocurre hoy, en particular, en los
medios intelectuales y científicos? ¿Hay una evolución en las
investigaciones, con gente que estudia en serio el tema?
Es muy penoso comprobar que las investigaciones civiles en Francia son casi
inexistentes. En el extranjero, existen algunas fundaciones e institutos, una
parte de cuyas investigaciones es financiada por su gobierno. Pueden consultar
esta lista al final de uno de mis libros3. Se comprenderá que las investigaciones
continúan (¡nunca han cesado!) en el Este como en el Oeste, pero en un medio
confidencial. El elemento positivo que uno puede comprobar es un afecto muy
fuerte del público por los programas que tratan de lo paranormal y cómo el
índice de audiencia aumenta…

L.J.S.: Para conseguir un efecto de psicoquinesia, es preciso


acondicionarse en cierto estado de ánimo. ¿Se trata de imaginar, de
objetivar lo que se desea? ¿Hay una idea de voluntad o por el
contrario de relajación, de ceder? ¿Puedes darnos brevemente una
idea de ese estado psíquico propicio al fenómeno?
. Por lo general se considera que los fenómenos psi son exclusividad de algunos
súper dotados de lo paranormal, y que están lejos de estar al alcance del común
de los mortales. Que es necesario un aprendizaje largo y fastidioso, que debe
llevarse una vida de asceta… Afortunadamente, no es nada de eso. Por
supuesto, yo guío, aconsejo un método que lleva al estado mental necesario
para que emerja el psi que está en nosotros. Este EMCP (Estado Modificado de
Conciencia Psi) pone de manifiesto nuestro psi de acuerdo con nuestra
personalidad: ¿Telepatía? ¿Clarividencia? ¿Psicoquinesia? Psicometría…

Sin entrar en detalles, puede resumirse así: confirmar su creencia en lo


paranormal para eliminar la menor duda que pudiera subsistir. Pasar de la
creencia a la evidencia. Es sólo en este estado de evidencia que puede
favorecerse el psi. La voluntad está ausente, sólo prevalece el deseo. Entonces:
Sólida creencia> Evidencia> Deseo (incluso “Juego”)> darse el derecho al
fracaso4 (liberar las censuras de la consciencia)>Visualización activa:
proyección del fenómeno ya realizado.

L.J.S.: Tú realizas conferencias y cursillos en los diferentes medios


de la parapsicología y la espiritualidad. Respecto a los cursillos
donde propones diferentes ejercicios, ¿cuáles son los resultados?
¿Cuál es, por ejemplo, el porcentaje de personas que llegan a la
torsión de un elemento metálico?
Desde hace unos quince años, organizo cursillos con el fin de “iniciar” al mayor
número de personas para que revelen sus capacidades psi. Este proselitismo
por el psi es importante para mí pues me confirma, a largo de los años, en el
hecho de que el psi no está limitado a algunos sujetos “célebres” sino que todos
pueden tener acceso. Esa transmisión de mi experiencia, ese compartir, son
para mí momentos de verdadera felicidad. Los correos electrónicos que recibo
en los días que siguen, me alientan a continuar. En el desarrollo del cursillo, de
los tres temas propuestos, es la parapsicología aplicada la que motiva de inicio
las reservas. ¡Es cierto que ver con sus propios ojos fenómenos paranormales y
tener la posibilidad de producirlos uno mismo, no es banal! El promedio de un
cursillista es corriente. Actualmente no existe —hasta donde sé—, ningún
cursillo equivalente en el Mundo. Por supuesto, estos fenómenos físicos de la
parapsicología, por espectaculares que sean, no son sino la cara sumergida del
iceberg. Felizmente la paleta de los fenómenos psi es muy extensa:
clarividencia (remote viewing), telepatía, influencia a distancia, psicometría,
gestión de su salud por el psi, etc.

El tema sobre las remisiones espontáneas, auto-curaciones, “milagros”, que


desarrollo son particularmente útiles a lo cotidiano para poder administrar, no
solamente un buen estado de salud, sino hacer de modo que nuestro cuerpo
esté lo mejor posible. Se descubren así potencialidades psicofísicas
insospechadas. Y, por supuesto, el psi puede ser una buena ayuda cuando
nuestra buena salud está seriamente amenazada. Practico personalmente lo
que enseño y no se puede decir que a la edad de setenta y un años (nací en
1942) en el momento en que respondo a esta entrevista, ¡que no soy un hombre
en buena forma! Se me puede pues brindar confianza sobre este asunto.
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4 Derecho al fracaso: esta paradoja es sólo aparente. En realidad, el inconsciente recibe el


mensaje: “… es un fenómeno raro al cual aún no estoy habituado. Si fracaso no es grave,
volveré a empezar más tarde…”. Esta “liberación” del espíritu autoriza a la psiquea producir
el fenómeno.

5 Consultar mi site para conocer los lugares y fechas de los cursillosque tienen lugar, no
solamente en las grandes ciudades (París, Nancy, Lyon, etc.) sino también en las ciudades
medias (Bayona, Carcasona, etc.).

L.J.S.: Sabemos que no limitas tus experiencias a la torsión de


metales y que las aplicas a tejidos celulares vivos para curar. Desde
un punto de vista terapéutico, ¿cuáles han sido tus experiencias, tus
comprobaciones, y qué explicaciones puedes dar?
¡Actuar sobre lo viviente necesita “sutilezas” que son menos indispensables
que cuando se trata de curvar una barra de aleación por el psi! ¡La cantidad de
informaciones extraordinarias que está contenida en una sola célula
(eucariota6) es millones de veces más compleja! Entonces, ¿qué decir cuando se
trata de un órgano enfermo, o hasta de una patología que ocupa el cuerpo
entero? Es precisamente allí donde el psi se muestra más eficaz. Pues las ondas
“espirituales” de nuestro cerebro, que con otros neurocientificos llamamos
ondas de “psicomateria”7 van, en el acto psi, a cohesionarse como forma-
pensamiento hacia el paciente. Estas ondas se sintonizarán con la misma
frecuencia vibratoria del consultor. Atención: esta acción será eficaz en
proporción a la implicación y el papel de protagonista de su curación por parte
del paciente. Antes, en común, definimos una estrategia8 definiendo uno (o los)
esquemas de visualización activa que simbolizan su curación. Desde luego,
estas pocas frases no pueden reemplazar las casi ocho horas dedicadas a este
tema durante nuestros cursillos.

Desde hace más de diez años, he privilegiado mis experiencias psi sobre lo
viviente y me he apartado de las demostraciones sobre la materia. En este
campo, no colaboro sino con las instituciones médicas oficiales con los
protocolos adecuados. En efecto, ¡aquí no se trata de simples barras de
aleaciones para doblar! Lo que puedo confiar actualmente —al no poder
extralimitarme, comunicando antes de las publicaciones— es que los
resultados son muy positivos, y ello en patologías en las que nos encontramos
desabastecidos por la ausencia de medicamentos eficaces. Pienso
especialmente en las enfermedades degenerativas del cerebro o hasta en las
enfermedades auto-inmunes. Se trata de confirmar, por estos trabajos, lo que
ya sabíamos desde hace milenios: un ser humano que sufre puede ser aliviado
por otro ser humano, cualquiera que sea el camino terapéutico, espiritual o
simplemente intuitivo que utilice.

Es un acto esencial hecho de humanismo, corazón y alma, que se pone en


acción. Podemos estudiar los resultados, proponer estados mentales útiles,
pero nos es muy difícil poner de manifiesto todos los parámetros que concurren
al acto de curación. Personalmente, pienso que es mejor así, pues hay una
dimensión espiritualque no tiene que pertenecer a la Ciencia.

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6 Las células humanas, y en consecuencia, de los mamíferos, son de naturaleza eucariota
(contrariamente a la mayoría de los vegetales). Se diferencian especialmente por la
presencia de un por de centriolos incluidos en el citoesqueleto.

L.J.S.: Cuando nos encontramos por primera vez, tu búsqueda


correspondía a la del parapsicólogo clásico que no se interesa
especialmente por las cuestiones de la mediúmnidad y, en
consecuencia, de la supervivencia del espíritu y su reencarnación.
Desde entonces, ¿has ampliado tu campo de reflexión a estos
ámbitos? ¿Qué te ha llevado a eso?
Hace unos diez años, quedé muy impactado después de asistir a una
experiencia de TCI. (*) Busqué con mucha honestidad intelectual si no podían
inmiscuirse artefactos en este tipo de experiencias. Fui verdaderamente muy
pugnaz: hice analizar por un ingeniero de sonido de France Televisión las
cintas magnéticas grabadas y las conclusiones de su análisis me impulsaron a
ir más lejos. “… sin duda estas no son voces humanas sino producto de un
“bricolaje” con la ayuda de un sintetizador, mesa de mezclas u otros… ”.
Conociendo bien el origen de las cintas que me habían sido confiadas por una
asociación, concluí que necesitaba proseguir mis investigaciones.
Asistí entonces a sesiones de mediúmnidad en salas, y allí se me confirmó
plenamente el hecho de que las comunicaciones con las conciencias
desaparecidas eran una realidad. Admitir eso, era considerar que la
conciencia, el espíritu, el alma, no son de la misma naturaleza que nuestra
envoltura carnal. Además, todo eso iba en el sentido de mis publicaciones y de
las de los investigadores en neurociencia: la conciencia es no-local. Por otra
parte, tenemos una prueba manifiesta de esta no-localidad durante las NDE
(**) o las salidas del cuerpo (OBE). Para abreviar, ya no tengo ninguna duda y
estoy muy feliz de incluir el tercer tema de mis cursillos que expone por qué la
supervivencia del espíritu no está en contradicción con nuestros conocimientos
científicos actuales, ¡por el contrario!

(*) Transcomunicación instrumental (N. del T.)

(**) Experiencia cercana a la muerte (N. del T.)

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7 Las partículas de psicometría (ondas de…) son al cerebro lo que las ondas hertzianas a la
televisión.

8 En todos los casos, jamás pedimos al consultante que suprima o modifique las prescripciones
medicamentosas.

L.J.S.: Como espíritas, deseamos ver nacer convergencias entre


diferentes investigaciones que no están muy alejadas (NDE, los
casos de Stevenson, psicoquinesia, clarividencia, hipnosis, física
cuántica…y espiritismo). Uno a veces tiene la impresión de que cada
uno se aferra a su propia especialidad sin crear un puente con la
investigación del vecino. ¿Cuál es tu sentimiento sobre esta
materia? ¿Y cómo ves tú las cosas en una perspectiva de porvenir?
Estoy feliz de que menciones esta noción de sinergia inexistente… en el mejor de
los casos; hostil en el peor. Yo estoy verdaderamente por un sincretismo de
investigaciones en estos campos. Lo que para nosotros puede ser fuente de
irritación, es que tenemos las pruebas que mostrar de la supervivencia del
espíritu, de la mediúmnidad, de la TCI (médiums, magnetófonos, televisores,
ordenadores, etc.). Comienzo a ser invitado a los programas de TV sobre el
tema del Más Allá. Tema que empieza a ocupar un tercio de mis actuaciones
relacionadas con la parapsicología. ¡Sigo siendo optimista para los tiempos
que vienen!

Extraído de la revista:

LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014

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