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”Vende lo que tienes y sigueme”.

Quien quiere seguir al Señor tiene algunos puntos a trabajar y valores a recordar. El cristiano que sigue a
Jesús debe tener estos puestos:
1) La sabiduría: Es lo primero que debe pedir al Señor. Sabiduría viene de “sapere” es quien le pone gusto a
la vida. Le sabe encontrar el gustito a las cosas de la vida. La gran riqueza de una persona no es cuánto
tiene, sino cuánta sabiduría posee. Si el mundo hoy está en crisis, es por la carencia de hombres sabios.
Para ser sabio, no se necesita leer tanto sobre la vida, sino profundizar y entender sobre la vida. La clave
del hombre sabio, es su prudencia. El prudente, es sabio y el sabio, es prudente. Verás cuán sabía es una
persona no por lo que habla, sino por su prudencia en el hablar.
2) La palabra de Dios: Esto nos muestra San Pablo, el otro valor que debe cuidar un hijo de Dios, es el
poder meditar la palabra. Tener tiempo para tomar la palabra de Dios y meditarla. Quien alimenta su vida
con la palabra es sabía, pero también es una persona llena de esperanza y de paz. Date ese tiempito para
leer la palabra, porque quien no conoce las escrituras, no conoce al mismo Dios.
3) Seguimiento: Quien sigue a Dios renuncia a sí mismo, a sus planes y a sus gustitos personales. Quien
sigue a alguien, se encamina, se decide y va. En cambio quien no sigue a alguien, se queda, es un quedado
en la vida.
Dios de antemano te deja las exigencias y también te muestra los premios. Cuando Dios te llama para su
barra te da sorpresas, al principio uno se asusta por lo que deja, pero después te das cuenta cuán
maravilloso es. Yo me siento uno de esos. Cuando sentía que Dios me llamaba mi gran obstáculo era que
no iba a tener esa familia grande que soñaba, me golpeaba el dejarlo todo, pero sin embargo hoy me doy
cuenta que el soltarme valía la pena. ¡Cuántos hijos que tengo y qué hijos!
Lo único que puede llevarte a dejar de lado estos valores es la avaricia, el tener, el aferrarse a lo material y
no soltarlo. Por eso el que se aferra a lo material se hace necio, deja de lado a Dios y solo vive de sus
planes. Podrá tener mucho dinero pero no le encontrará el sentido, el gustito a su vida.
Si no encontrás el gustito a la vida, la mejor medicina es visitar a algún pobre o algún enfermo. Ellos te
enseñarán a darle sentido a la vida y te darás cuenta que muchas de tus quejas son de lleno.
¡Buen domingo!

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