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LA AUTOMATIZACIÓN Y DIGITALIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN A TRAVÉS

DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

TATIANA TOLOSA SANTAMARÍA


6000395

WILLIAM MOSCOSO BARRERA

CAMPUS UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA


CAJICÁ, 31/07/22
La inteligencia artificial ha sorprendido e innovado de diversas maneras en cada uno de los
campos a los cuales se le ha puesto en práctica, y, aun así, sabemos que sus procesos están
en una etapa de crecimiento. La inteligencia artificial ha comenzado a tener más y más
herramientas para su aprendizaje, no solo desde el campo de la automovilística, hasta el
campo de la medicina. Como Thomas Harren dijo alguna vez “Actualmente, siete de las diez
marcas globales de mayor valor son las empresas de datos. ¿Datos como el nuevo aceite?
Claramente. Cuando invierte en datos, su almacenamiento, su gestión y su análisis, está
invirtiendo en innovación”. Se está invirtiendo en los datos por medio de la inteligencia
artificial, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿Hasta qué punto es necesario y útil que la
inteligencia artificial y los datos a los que les estamos exponiendo?
La máquina aprende de la misma manera que lo hace un humano, por ello mismo toca
analizar de manera más profunda cómo un humano aprende y retiene datos. Hay tres
ramificaciones principales en la adquisición del conocimiento: la simulación de acciones, la
interacción y la información. Las maquinas entonces comienzan un proceso de aprendizaje
desde una base de datos dados o con una orientación para la recolecta/cultivación de este
conocimiento. Tomando el caso del BabyX (“¿How Far is Too Far? | The Age of A.I.”, 2019),
programa diseñado por Mark Sagar simulando a su hija Sagar por medio de un programa
que simula a un bebé y al cuál aplico una inteligencia artificial, permitiendo al programa
aprender sobre su entorno a través de una cámara y micrófono, la cual es su única manera de
recolectar información externa para comenzar a aprender. BabyX entonces tiene dentro de
su base de datos años de experiencia en poder reconocer una expresión facial de una persona,
y poder asociarlo con el hecho de que la persona esta triste o molesta con BabyX. En este
punto se comienza a analizar objetivamente el proceso que hubiese tenido un bebe humano
a comparación del de BabyX: el bebé no tendría la cantidad de años que ha tenido BabyX
para saber o comprender y reconocer las expresiones de las personas, ya que ellos pueden
tener otros factores y sentidos para poder determinar o no el estado de animo de otra persona.
La utilidad entonces de BabyX recae en que en un futuro no muy lejano un robot con
inteligencia artificial puede llegar a reconocer el estado de animo de un cliente.
Otro ejemplo que se puede ver es el del reportero Tilman Wolff (¿De qué es capaz la
inteligencia artificial? | DW Documental, 2019) donde ve diversos casos de la aplicación de
la inteligencia artificial en diversos campos de la industria. El caso del software entrenado
por la inteligencia artificial para analizar imágenes de rayos x para poder determinar de
manera temprana qué tipo de enfermedades tienen, nos puede mostrar una realidad que
atraviesa la inteligencia artificial: aun no ha podido, en muchos casos, superar la experiencia
del humano. Se han visto casos donde sí ha podido decir de manera correcta que va a tener
un cierto diagnóstico antes que un doctor, pero nos remontamos ahora a otro ejemplo que el
periodista Wolff cubrió, y es entonces cómo y qué tipo de datos está manejando la
inteligencia artificial para desarrollar su trabajo. Esto más que todo se ve en el carro
automático, donde las decisiones que toma el carro sin conductor se basan en experiencia
propia y a través de un test desarrollado por la misma empresa para poder hacer un análisis
de en casos de una decisión extrema donde las vidas de personas y animales están en riesgo,
cual es la decisión que debería tomar el carro.
¿Por qué la inteligencia artificial tiene ciertas complicaciones con la automatización y
reconocimiento de datos? Así como el periodista Andrés Oppenheimer destaca en su libro
“Crear o Morir” (Oppenheimer, 2015) hay muchas aplicaciones para la inteligencia artificial,
tales como los carros que se manejan solos, y hasta llega a afirmar que podrá llegar a generar
máquinas capaces de tareas tan simples del diario vivir. Entonces, los softwares de Machine
Learning pueden llegar a tener acceso a información ilimitada, bases de datos de cualquier
rincón del mundo, pero bien es cierto que siempre se atendrá a lo que sabemos nosotros. El
límite de la máquina y su comprensión siempre se la hemos dado nosotros, y hasta no
encontrar una manera en la cual computarizar y traducir el sentimiento de alegría o calma
que puede traer un abrazo para una persona, las máquinas se quedarán estancadas en lo que
les podemos brindar: audio y fotografías, así como los comentarios humanos de lo que puede
estar bien o no.
Otra de las referencias las cuales nos pueden dar un acercamiento hacia qué se puede esperar
de estas interacciones y máquinas inteligentes teniendo nuestros datos y manipulando dicha
información para saber nuestros gustos o cómo determinar nuestras emociones y futuro lo
responde la serie de National Geographic “Year Million” (Year Million, 2017) En uno de los
episodios se habla sobre poder tener guardadas copias de nosotros mismos en un futuro
utópico y demasiado avanzado, donde podamos poder seguir viviendo en un mundo digital,
y donde cada una de nuestras experiencias en nuestra vida sumen al ambiente en el que
queremos pasar el resto de la vida cognitiva pero virtual. Aquí es en donde se interpone la
pregunta ¿A quién se le daría el poder para tener toda esa información? Era claro que el
humano iba a ser reemplazado, fuese por un clon de inteligencia artificial o las mismas
maquinas y sistemas que rodean a la sociedad. Es una incógnita que se respondería en el
momento que llegase a poder pasar, teniendo personas que estén en contra de ello o a favor,
pero es una pregunta que se abre a este mundo que apenas vemos crecer: ¿hasta qué punto
vamos a dejar que las máquinas nos automaticen a nosotros?
La automatización de tareas del diario vivir se ha vuelto más común cada vez, pero nos
enfrentamos a la moralidad que toca ensañarle a una máquina, y esperar, con base a la
moralidad de miles de millones, que pueda tomar las mejores decisiones en los momentos de
mayor riesgo. Es aquí donde confiamos a ciegas sobre nuestra información, el oro del siglo
21 para todas las compañías, en una máquina que, por ahora, puede reconocer cuando frenar
o las expresiones fáciles de una persona, para luego correlacionarlas con lo que se le enseñó
que fueron ciertos sentimientos. Ahora, la humanidad necesita responder una pregunta antes
de desarrollar el completo potencial de la inteligencia artificial: ¿Qué tan humano queremos
que sea la inteligencia artificial?
Referencias

How Far is Too Far? | The Age of A.I. (2019). Recuperado 31 de julio 2022, de
https://www.youtube.com/watch?v=UwsrzCVZAb8
Oppenheimer, A. (2015). ¡Crear o morir!. Buenos Aires: Debate.
¿De qué es capaz la inteligencia artificial? | DW Documental. (2019). [Video].
https://youtu.be/34Kz-PP_X7c.
Geographic, N. (2017). Year Million [Serie].

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