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2.

Capitulo II

2.1 Desarrollo de la autoestima

El significado primordial de la autoestima es la confianza en la eficacia de la

propia mente, en la capacidad de pensar, de tomar decisiones de vida y de

búsqueda de la felicidad

Nathaniel Branden, psicoterapeuta canadiense, da la siguiente definición del

autoestima:

“La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que

podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. Más

concretamente, podemos decir que la autoestima es lo siguiente:

•La confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de

enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida

•La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser

respetable, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar muestras necesidades y

carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de

nuestros esfuerzos

Cuando hablamos de la autoestima nos referimos a la forma de cada uno nos

valoramos a nosotros mismos. Todos tenemos un concepto sobre nosotros

mismos, lo que conocemos como autoconcepto. Se trata de una descripción de

nosotros mismos, en las diferentes esferas: física, intelectual, personalidad,

relaciones, rendimiento en el trabajo, etc. Las valoraciones e interpretaciones

que hagamos de ese autoconcepto, están íntimamente ligado a nuestra

autoestima, tenemos otro concepto importante es la autoaceptación. Es decir,


reconocer y admitir todas nuestras partes, deseables y menos deseables,

positivas y negativas, fortalezas y debilidades, aceptarlos como un bloque que

nos hace humanos, únicos y valiosos. En definitiva, se trata de la suma de

cómo nos sentimos y de cuánto queremos nuestra apariencia, habilidades,

capacidades, formas de ser, o conductas, cómo integramos las experiencias

del pasado y cómo nos sentimos de valorados por los demás. La autoestima es

algo que vamos desarrollando desde que somos pequeñitos y nunca deja de

evolucionar, cambiar, mejorar o deteriorarse. Está es continuo movimiento. Al

igual que nosotros mismos. No es voluntaria, espontánea o natural. Proviene

de las condiciones de vida y de lo que cada uno vamos experimentado en

distintas situaciones de la misma. A medida que vivimos y evolucionamos,

vamos sacando aprendizajes que irán forjando nuestra autoestima.

A partir de los 5-6 años aproximadamente, es cuando empezamos a formarnos

una idea de lo que significa ser nosotros mismos. Evidentemente, está idea va

a estar muy influenciada por la forma en que nos valoran los mayores (padre,

madre, maestros, etc.) Es decir, la primera valoración de nosotros mismos, va

a partir de las valoraciones de los demás. Por lo tanto, es la familia, su modelo,

dinámica, valores, preceptos, etc.

Más adelante en la adolescencia, empezamos a iguales y de acuerdo a los

criterios culturales que imperen en ese momento: cañones de belleza, valor,

osadía, capacidad para controlar a los demás, etc. Está es una etapa crucial,

ya que es donde forjamos nuestra propia identidad.

Ya en la edad adulta, la autoestima se vive como un juicio positivo o negativo

sobre uno mismo. Al hacer conseguido un entramado personal coherente o

incoherente basado en los cuatro elementos básicos del ser humano: físicos,
psicológicos, sociales y culturales. Así va creciendo la propia satisfacción o

insatisfacción, así como la seguridad o inseguridad, ante uno mismo y los

demás. Es también una etapa crucial.

Este desarrollo de la autoestima va a conllevar numerosas implicaciones, ya

que condiciona el aprendizaje, influye en la superación de las dificultades

personales, mediatiza la personalidad, influye en las relaciones personales,

determina la autonomía personal, e interfiere en la proyección futura de nuestra

propia persona.

Es por ello, que es sumamente importante, contar con un desarrollo adecuado

de la autoestima. No importa si en nuestra infancia o adolescencia no se

reunieron todos los factores necesarios para que así fuese. En la etapa adulta

también es posible lograr desarrollar las bases para una autoestima adecuada,

que nos proporcione satisfacción y sentimientos de valía.

Recuerda, como dijimos al inicio de este artículo, la autoestima está en

continua evolución junto a nosotros mismos. No dejes que se quede atrás.

2.2 Componente de la Autoestima

Podemos comenzar con los componentes de la autoestima “COMPONENTES

BÁSICOS”

Estos componentes pueden revelar la forma en que la persona se desenvuelve

en su día a día y ayudarte a entender cómo experimenta la autoestima cada

individuo.

COMPONENTE COGNITIVO:
Todo lo que tiene que ver con el componente cognitivo pasa en los

pensamientos de la persona, son esos procesos mentales y puede abarcar la

auto-imagen.

¿Cómo me veo a mi misma?

Esos pensamientos como “soy una tonta” “no soy capaz” o la sensación de

poco valor.

Esa percepción errónea de la imagen y sentir que no somos buenas(os) para

nada.

Se conoce como el componente informativo de la autoestima.

COMPONENTE EMOCIONAL O AFECTIVO

Este componente habla claramente de las emociones.

Emociones que no puedo controlar y me hacen sentir mal, tristeza, frustración.

En la mayoría de los casos son emociones des-adaptativas y en muchos casos

se ha detectado que personas que sufren de depresión presentan una

autoestima baja.

¿Qué me hacen sentir esos pensamientos que tengo sobre mí?

Esta es la forma de ligar ambos componentes de la autoestima. Lo que pienso

de mi crea emociones sobre mi.


Nuestras emociones se ven afectadas por los pensamientos que tenemos

sobre nosotras mismas (os)

COMPONENTE CONDUCTUAL

El componente conductual de la autoestima es el más notorio al identificar a

alguien con una baja autoestima.

Por ejemplo:

Una persona con baja autoestima tiene pensamientos negativos sobre ella,

esos pensamientos generan emociones y las emociones junto con los

pensamientos le hacen reaccionar o comportarse de una forma en especifico.

Controlar a la pareja porque tienes pensamientos de que no eres tan atractivo

(a) y esos pensamientos te generan miedo, el miedo te hace reaccionar a la

defensiva y querer controlar a tu pareja.

Y así sucesivamente les podría dar un sin numero de ejemplos.

Estos son los componentes de la autoestima básicos, ahora te comparto los

componentes de la escalera de la autoestima.

• Procesos perceptivos

No existen los procesos mentales desconectados del flujo de información que

nos llega de nuestros sentidos. En este sentido, la autoestima no es una

excepción: su “materia prima “está compuesta de los estímulos que son

captados por las células y los órganos sensoriales y son mandados al cerebro

transformados en señales nerviosas.


• Autoconcepto

Cómo hemos adelantado, el autoconcepto es la descripción de nosotros

mismos que tenemos “archivada” en nuestro cerebro, y qué está compuesta ir

ideas, pensamientos y creencias. Es algo así cómo un mapa del concepto del

“Yo” con todas sus facetas.

Está hecho a partir de una combinación de la información sensorial que nos

llega, por un lado, y la interpretación que hacemos de esta a partir de los

elementos del autoconcepto previamente archivados, por el otro

• Carga emocional

Tal y como su nombre indica, la carga emocional es el conjunto de emociones

asociadas a lo que nos pasa por la cabeza, y que en este caso tienen que ver

con la idea del “Yo”. Las emociones nos llevan a sentirnos bien o mal con lo

que creemos que somos, y a la vez, nos aportan una fuente de motivación para

adoptar una determinada postura ante eso.

Eso sí, aunque teóricamente resulte útil distinguir entre ideas y emociones, a la

práctica ambos fenómenos se dan a la vez

• Referentes

La autoestima siempre es construida teniendo en cuenta aspectos de nuestro

entorno, y más concentrarme, de los círculos sociales a los que nos

exponemos.

Por ejemplo, vivir en un pueblo pequeño de menos de mil habitantes o hacerlo

en un entorno dominado por la élite estudiantil tiene implicaciones acerca de lo


que esperamos de nosotros mismos y cómo nos sentimos ante aquellas metas

que alcanzamos.

• Autoconocimiento

Conocerse a sí mismo(a) es vital para el amor propio. Es muy poco probable

que alcancemos a amar realmente algo sin conocerlo. El amor supone

conocimiento. Podemos emocionarnos con algo o alguien que no conocemos,

pero nunca sentir amor maduro como tal. Para poder generar una evaluación

objetiva de nosotros mismos, debemos conocer quien, y como somos, para

aceptarnos tal cual y reconocer cuáles cosas podemos mejorar.

• Autoconfianza

Se refiere a creer en ti, a saber, qué puedes lograr lo que te propones, que

tienes lo necesario para cumplir tus sueños y que estás en la actitud correcta.

Ojo, no es una creencia fantasiosa en que todo lo puedo, sino que se

fundamenta en el conocimiento a sí mismo(a), ya que reconoces qué tienes,

pero también cuáles son tus limitaciones y qué aspectos de tu vida debes

trabajar para poder cumplir tus metas

• Autoimagen

Se refiere a cómo te ves a ti, qué tanto te gustas y te agradas. Depende de

varios aspectos, el más inmediato es el aspecto físico, donde te miras al espejo

y sientes que estás ante una persona con una belleza propia, así a los otros les

guste o no. Lo segundo es la actitud. Puedes ser una persona muy atractiva,

pero si tu actitud es apática, no te agradará lo que eres ni a otros tampoco.

Pero si tu actitud es segura, aún si no cumples con los patrones de belleza

impuestos por la sociedad, tendrás un atractivo que nadie podrá pasar por alto
• Autoaceptación

No basta con tener un concepto bueno de sí mismo(a), conocerse muy bien,

tener autoconfianza y que te agrade lo que eres, hay que aceptar todos estos

aspectos. Muchas personas son conscientes de sus virtudes, sus logros, su

atractivo, sus talentos, y hasta ayudan a otros, pero no se aceptan. Sienten que

lo que poseen no es suficiente, y por ende que no merecen nada. La

aceptación consiste en respetar y abrazar todo lo que eres, tanto lo bueno

como las limitaciones y defectos.

2.3 Tipos de Autoestima

• Autoestima Alta

Es con diferencia la autoestima a la que todos los mortales queremos llegar y la

que tal vez la que más cueste alcanzar por la propia inestabilidad de la vida, de

las emociones, de las circunstancias… pero más allá de lo que suceda fuera de

nosotros, lo importante es lo que sucede en nuestro interior ya que eso nos

hará reaccionar de una manera u otra y con una actitud determinada.

• Autoestima Baja

Sucede lo contrario con el tipo de autoestima baja y estable. Las personas que

tienen una autoestima baja son personas que, de manera estabilizada en el

tiempo, sin importar que externamente se les favorezca o no, tienden a

infravalorarse y mantienen un dialogo interno con mayor carga negativa.

• Autoestima Alta e inestable


Estas personas tienen de igual manera que las personas con un tipo de

autoestima alta y estable, un concepto sobre ellas mismas adecuado valorando

sus capacidades, fortalezas y debilidades.

El inconveniente se refleja en la inestabilidad y en la imposibilidad que tienen

de mantener su autoestima de manera estable en el tiempo, eso los lleva a

encontrarse en situaciones que consideran amenazantes (posibilidad de vivir

un fracaso) para su autoestima y a ejecutar una respuesta agresiva o pasivo-

agresiva.

• Autoestima Baja e Inestable

Completando las cuatro composiciones de tipos de autoestima en cuanto a

alta-baja y estable-inestable… la autoestima baja e inestable es la menos

favorecedora. En este polo, encontramos a personas con una autoestima que

además de baja, fluctúa en el tiempo con inestabilidad, pudiendo experimentar

pequeños momentos de satisfacción y de capacidad de logro pero que

rápidamente se disminuye.

Dichas personas en ocasiones son fácilmente influenciables y pueden tomar

decisiones por agradar a las demás personas y así sentir aprecio. Es por ello,

que pueden, además, generar dependencia emocional.

• Autoestima Inflada
Este último tipo es característico de las personas que tienen una personalidad

fuerte (o narcisista) y que se creen superiores a los demás. Son personas muy

egocéntricas e incluso a veces hasta egoístas. No suelen escuchar ni presentar

atención a la gente que los rodea.

No son capaces de corregir sus propios errores ni tampoco de criticarse a sí

mismas.

También se caracterizan por ser muy materialistas y superficiales.

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