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04 Propositos Objetivos y Contenidos
04 Propositos Objetivos y Contenidos
Propósitos y objetivos
La enseñanza es una acción intencionada y así queda plasmada en la
planificación. Las intenciones de la enseñanza bien pueden describirse en
términos de lo que el docente hará y/o bien en términos de lo que los
alumnos harán. Los propósitos fijan el punto de partida, los objetivos, el
punto de llegada (Feldman, 2010, p. 44).
Los propósitos tienden a brindar una mirada más general de las
intencionalidades de la enseñanza, mientras que los objetivos, en la
medida que especifican lo que se espera que los alumnos logren, aportan
orientaciones para la evaluación. Ésta se orienta de acuerdo con los
objetivos propuestos.
Volveremos sobre ello, después de la presentación del siguiente ejemplo
(tomado del DC para 2° año de la Escuela Secundaria de la Pcia. de Bs.
As., p. 307).
Propósitos Objetivos
(El profesor se propone…) (…para que los alumnos logren…)
❖ Verbo en infinitivo
Objetivo (Responde al formato: Que el alumno logre …)
Abordar individual y grupalmente la resolución de problemas
matemáticos decidiendo en forma autónoma la modalidad de resolución
adecuada y evaluando la razonabilidad de los resultados obtenidos.
❖ Tercera persona del singular/plural
Objetivo (Responde al formato: Que el/los alumno/s…)
Aborde/n individual y grupalmente la resolución de problemas
matemáticos decidiendo en forma autónoma la modalidad de resolución
adecuada y evaluando la razonabilidad de los resultados obtenidos.
❖ Sustantivo
Objetivo (Responde al formato: Que el alumno logre el/la…)
Abordaje individual y grupal de la resolución de problemas matemáticos
decidiendo en forma autónoma la modalidad de resolución adecuada y
evaluando la razonabilidad de los resultados obtenidos.
Los contenidos
Es muy amplio el panorama de posicionamientos respecto de definir qué
es un contenido, qué tipo de contenidos se pueden definir, cómo se
seleccionan, cómo se secuencian, etc. Ninguna de las miradas es neutral
y como lo venimos afirmando dependen de los principios que
fundamentan el modelo didáctico que sostiene las intencionalidades de la
enseñanza. Sin embargo, seguimos en la línea de pensamiento de Ruth
Harf (2003), que los contenidos también se miran desde los objetivos y
deben ser coherentes con éstos.
El recorte que realizaremos sobre el tratamiento de los contenidos
responde a los alcances de este Seminario. En este apartado, nos
limitaremos a presentar algunas nociones que nos permitan dialogar con
un vocabulario compartido.
Si preguntásemos a un profesor de Matemática qué es un contenido, nos
respondería que es todo lo que tiene que enseñar, y estamos seguros que
es capaz de recitar lo que está escrito en su planificación bajo el título
“Contenidos”. Afortunadamente, sabemos también que no sólo enseña lo
que está en esa lista. Valores, actitudes de respeto hacia los demás y el
medioambiente, maneras
de expresarse y conducirse propias de un ámbito escolar, visiones del
mundo, filosofías de vida, etc., forman parte de un amplio repertorio de
lo que podríamos llamar contenidos. No todos estos contenidos quedan
explicitados en una planificación, y los que sí están, pueden figurar con
diferentes grados de precisión.
En los Diseños Curriculares jurisdiccionales, los contenidos se encuentran
organizados en cuatro ejes: Números y operaciones, Álgebra y funciones,
Geometría y medida, Probabilidad y Estadística. Las denominaciones
pueden variar de una jurisdicción a otra, e incluso entre los DC de la
Secundaria Básica y los del Ciclo Orientado. Estos ejes no se excluyen
mutuamente; por el contrario, se complementan y superponen.
Ahora bien, creemos que no basta con que el profesor de Matemática
pueda identificar un contenido como perteneciente a alguno/s de los ejes
mencionados en el párrafo anterior. Al formular los objetivos, diseñar las
actividades y elaborar la evaluación, el profesor de Matemática tiene en
cuenta, al menos implícitamente, alguna forma (taxonomía, tipología,
dimensión) de caracterizar y diferenciar un contenido de otro. No es lo
mismo que una clase esté planificada para construir el concepto de
cuadrilátero, que lo esté para demostrar propiedades de los cuadriláteros.
Por ello no acordamos con frases muy arraigadas en la jerga docente,
tales como: Tengo que planificar/dar una clase de cuadriláteros.
Ahora bien, es habitual que los profesores al pensar en un contenido estén
pensando en un objeto matemático (parábola, función exponencial,
cuadrilátero, probabilidad simple, etc.)
Estos objetos matemáticos que el profesor toma de los Diseños
Curriculares, ¿son los que crean los matemáticos? ¿Quiénes los
seleccionaron? ¿Los profesores deben reproducir esos objetos
matemáticos tal y como se producen en la comunidad científica?
Para dar respuestas a éstas y otras preguntas, es esencial atender a las
transformaciones que sufren los objetos matemáticos desde que son
creados hasta su ingreso en el aula. Lo que Ives Chevallard (1997, p. 45)
denomina la transposición didáctica.
A modo de cierre
En el proceso de planificación, el profesor pone en juego una serie de
competencias profesionales ya adquiridas en su formación inicial y a
través de su experiencia en el aula. Planificar es también una excelente
oportunidad para mejorar el conocimiento profesional docente, reviendo
las propias concepciones y creencias, y confrontándolas con los marcos
teóricos de la Pedagogía, la Didáctica, la Psicología del Aprendizaje, ya
sea en sus perspectivas más generales, como en las que atañen a la
enseñanza y el aprendizaje de la Matemática.