De Giuseppe La Bella Historia Contemporánea de América Latina Cap4

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Historia

contemporánea
de América Latina
MASSIMO DE GIUSEPPE
GIANNI LA BELLA

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IL COLEGIO DE MEXICQJ iJ il
Título:
Historia contemporánea de América Latina
© Massimo de Giuseppe y Gianni La Bella, 2021

Edición original:
Storia dell'America Latina contemporanea, Il Mulino, 2019

De esta edición:
© Turner Publicaciones SL, 2021
Diego de León, 30
28oo6 Madrid
www.turnerlibros.com

Primera edición: diciembre de 2021

De la traducción:
Massimo de Giuseppe y Gianni La Bella, 2021

Diseño de la colección:
Enrie Satué

Ilustración de cubierta:
Diseño TURNER

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ISBN: 978-84-18895-06-7
DL: M-25668-2021
Impreso en España

La editorial agradece todos los comentarios y observaciones:


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ÍNDICE

Introducción. Qué se entiende por América Latina


en la época contemporánea 7

Entre revoluciones y mercados globales:


América Latina en la época del imperialismo
II El periodo dG los populismos
y los modelos nacionales ( 1920-1954)
III Una guerra fría latinoamericana (1954-1973)
IV Dictaduras y derechos humanos (1973-1992)
V Las democratizaciones difíciles (1992-2019)

Apéndice bibliográfico 399


Notas 405
IV

DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

D
esde mediados de los años sesenta, América Latina ha sido el
centro de un proceso radical de transformación que modifi­
có profundamente su ordenamiento institucional y su perfil
social, cultural, económico y religioso. El triunfo de la Revolución
Cubana representó una fractura que, aún sin ser disruptiva, iba a pro­
pagar sus efectos durante las siguientes dos décadas. La Habana se
había transformado, frente a una parte del mundo occidental, en la
nueva Moscú, y la revolución había asumido las características de un
rígido régimen comunista, casi tradicional, en línea con los precep­
tos brezhnevianos y, de esta forma, aparentemente distante del clima
libertario del '68; 1 su proyección internacional y su capacidad de in­
sertarse en el caótico tercermundismo global le habían permitido es­
pacios de acción si,mbólicos y políticos. 2 En una relación ambigua con
las reglas cambiantes de la Guerra Fría podían convivir, por lo tanto,
el apoyo de Castro a la ocupación soviética de Praga en 1968 con el
lanzamiento de una (fallida) campaña nacional del azúcar que parecía
imitar directamente los planes maoístas; mientras que, en 1974, Fidel
se reunía con Brezhnev en La Habana, alimentaba a los movimientos
revolucionarios latinoamericanos y dialogaba con las nuevas izquier­
das europeas, cada vez más críticas respecto a Moscú. 3 Además, con el
inicio de los años setenta, comenzaban a emerger en el subcontinente
otros elementos revolucionarios menores, filo-maoístas, independien­
tes del modelo cubano y fruto del reajuste estratégico de Pekín. El
sorprendente giro de 1971-1972, que tuvo como fondo la salida de
Estados U nid9s del conflicto de Vietnam, abrió el camino al diálogo
entre Nixon y Mao, culminado en los acuerdos sino-estadounidenses
y la admisión de la República Popular de China en la ONU, lo que
asimismo iba a tener repercusiones en América Latina. También bajo

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

esta óptica se entenderían los intentos cubanos por reposicionarse en cer su entrada en las esferas del poder.5 El miedo de que toda la región
el escenario internacional, con la operación militar en Angola, en don­ pudiese desestabilizarse peligrosamente, bajo la ofensiva delfoquismo
de, en 1975, aproximadamente 30,000 soldados fueron desplegados revolucionario, del tercermundismo internacionalista, del liberado·
junto a milicianos comunistas del MPLA.4 nismo católico y de los pequeños frentes de la guerrilla urbana teo­
Con el paso de la década, el fantasma de Cuba había surgido en la rizados por el brasileño Carlos Marighella en su Pequeño manual de
génesis de algunos experimentos políticos latinoamericanos, como el la guerrilla urbana (1969),6 alarmó al gobierno republicano de Nixon,
peruano y el chileno, así como también en su traumática caída, acen­ coincidiendo justo con el final del plan de diez años de la ALPRO
tuando, al mismo tiempo, las tensiones ya presentes en el área. La que terminó oficialmente en 1973. Sin embargo, algunos intelectua­
radicalización de las instancias de cambio que, en una década, habían les como Grandin ponen en evidencia un cambio de actitud frente
transformado la isla en una especie de centro de control de los nuevos a América Latina ocurrido en el trascurso de dicha presidencia. Du­
movimientos revolucionarios subcontinentales, de hecho, también ha­ rante el periodo de la Secretaría de Estado de William Rogers (1969-
bía producido una radicalización en el frente opuesto. Durante este 1973) habría prevalecido una cierta continuidad respecto al periodo
periodo nacieron una serie de grupos, asociaciones y movimientos deJohnson, destinada a contrarrestar las formas de infiltración "hosti­
paramilitares de extrema derecha que hicieron una nueva lectura del les", según los viejos métodos provenientes de una concepción bipolar
anticomunismo. Un fenómeno que se generó, además, en el interior del comunismo que delegaba en los militares la resolución de las ame­
de las fuerzas armadas, cada vez más entrenadas, dotadas de equipa· nazas internas. El enfoque habría cambiado, según Grandin, con el
mientos modernos y estandarizadas en su formación político-ideoló­ gradual ascenso, dentro del equipo presidencial, del consejero de Se­
gica. Un motivo detrás del gran interés internacional que América La­ guridad Nacional Henry Kissinger, cofundador del Centro de Asun­
tina supo generar en los años setenta remite justamente a esta mezcla tos Internacionales de Harvard y director del Centro de Proyectos Es­
explosiva. Por un lado, una secuencia de eventos, densa y acelerada, peciales de la Fundación Rockefeller; nombrado como secretario de
que transformaron al subcontinente en la nueva frontera del cambio, Estado a finales del gobierno de Nixon (el Q2 de septiembre de 1973),
y, por otro, el surgimiento de un escenario extremo de disputas ínter· y confirmado en el cargo, luego del escándalo Watergate, por Gerald
nas, entrelazadas con los efectos regionales de la Guerra Fría. Todo Ford (1974-1977). Experto en geopolítica, estuvo entre los promoto­
esto, con un bipolarismo cada vez menos rígido de fondo, y con ten· res del acercamiento estratégico con China y del tratado de paz con
siones que parecían desdibujar las fronteras este-oeste y, en cambio, Vietnam (que le valió un cuestionado Premio Nobel de la Paz), Kis­
marcaban una frontera norte-sur, de la cual América Latina formaba singer enfatizó su distancia respecto a la política de la nueva frontera.
parte plenamente, viviendo una especie de guerra civil e ideológica En todo caso, apuntó a redimensionar la especificidad de los países de
trasnacional. América Latina en función de sus relaciones con Washington, dejando
Desde la crisis de los misiles en 196Q hasta el golpe chileno de 1973, en un segundo plano la dimensión interamericana e incluyendo al sub­
el gobierno estadounidense se había visto obligado a ampliar sus op· continente en un área genérica del sur o del tercer mundo. Una ope­
ciones y a reconsiderar los objetivos de su estrategia en Latinoamérica. ración que, paradójicamente, parecía reflejar las teorías latinoamerica­
La difícil convivencia entre la ALPRO y la doctrina Mann, entre <lesa· nas de la dependencia, que tenía entre sus objetivos desmantelar el
rrollo y prevención de una "segunda Cuba", había producido efectos mito de la singularidad cubana, pero que también resultaba funcional
contradictorios: nueve golpes de estado entre marzo de 196Q y junio a la revisión más general de las políticas económicas globales en los
de 1966, de hecho, habían permitido a los militares del continente ha· años de la gestión de McNamara? en el Banco Mundial.

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Por otro lado, no obstante la conformación de una Asamblea Gene­ una misión salvadora, reinterpretaron la antigua metáfora biológica
ral (con el Protocolo de Buenos Aires, de 1967, en vigor desde marzo del pueblo enfermo que debía ser curado de una infección que ponía
de 1970, con sesiones anuales según el modelo de la ONU), la OEA en riesgo la salud de todo el cuerpo social.
mantuvo un perfil considerablemente bajo durante los años setenta. Esta nueva generación castrense formada, además, en las academias
Fue emblemática la difícil historia de la Convención Americana de militares nacionales o, a niveles superiores, pasando por un entrena­
los Derechos Humanos, firmada en Costa Rica el 22 de noviembre miento en la más moderna y tecnocrática Escuela de las Américas de Pa­
de 1969, para dar plena funcionalidad a la Comisión Interamerica­ namá, estaba embebida de una nueva ideología, la de la doctrina de la
na de Derechos Humanos, ya instituida formalmente diez años antes. seguridad nacional.8 Una primera versión de dicha corriente teórica
Sin embargo, hicieron falta otros nueve años para obtener un número fue esbozada en Brasil, en la Escuela Superior de Guerra, fundada
mínimo de ratificaciones (11) y poder dar vida, desde el 22 de mayo en 1949, en donde el general Golbery do Couto e Silva elaboró los
de 1979, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), motivos estratégicos que legitimaban la responsabilidad de los mili­
con sede en San José. Cuando esta entró en vigor faltaban, además tares para actuar en la esfera política, en el contexto de los esquemas
de Cuba, otros países como México (1981), Argentina (1984), Uru­ culturales y geopolíticos de la Guerra Fría. A diferencia de lo que ha­
guay (1985), Chile (1990) y Brasil (1992). Las dificultades encontra­ bía sucedido en el pasado, los generales no concebían sus interven­
das en el proceso de integración interamericano, en los años setenta, ciones como un salvamento de emergencia al final del cual entregar
están en buena parte ligadas a la polarización del continente y a su nuevamente a los civiles las riendas del gobierno. Por el contrario,
militarización violenta que, aunque representó una constante en la justificaban su permanencia en el poder, considerándose los únicos
historia latinoamericana durante todo el siglo, alcanzó, entonces, su con la capacidad de obtener una pluralidad de objetivos: crecimiento
punto máximo. En aquella década, los regímenes militares afectaban económico, seguridad interna, prestigio internacional y la capacidad
a aproximadamente 85% del total de la población latinoamericana, de erradicar el "virus comunista". La Weltanschauung (cosmovisión) de
arrastrando al subcontinente a la llamada "noche de la democracia". las fuerzas armadas coincidía con esta particular concepción de la se­
De hecho, en la lógica subyacente de los nuevos regímenes, el peligro guridad nacional, según la cual los derechos de los individuos eran na­
para el Estado no provenía tanto de las amenazas externas como de las turalmente sometidos a las necesidades del Estado, y las elecciones po­
amenazas internas. La imagen del enemigo interno acompañó de for­ líticas eran inmunes al respeto de las leyes. La doctrina de la seguranra
ma recurrente a la historia contemporánea de América Latina, pero nacional brasileña fue rápidamente imitada por muchos países del
jamás con la perversidad con la que lo hizo durante las dictaduras subcontinente. La ambición que empujaba a las nuevas élites militares
militares de esa década, en donde el conflicto llegó a ser un choque latinoamericanas a abandonar los cuarteles (aun con contrastes inter­
entre civilizaciones con matices religiosos. La justificación básica de nos, como lo demuestra el caso chileno) era la de suplir la fragilidad
aquella visión ideológica era que una amenaza mortal se cernía sobre de las instituciones representativas y sustituir el sistema de partidos a
el Occidente cristiano; la amenaza comunista, que debía ser detenida través de una nueva concepción de autoritarismo, cuyo objetivo era
a toda costa. Cuán funcional habría sido luego, dicha posición, en de­ "regenerar" la nación desde su interior. El exilio, la prisión, la tortura
fensa de intereses establecidos, y cuánto se habría entrelazado con las y la violencia institucionalizada se volvieron un fenómeno generali­
complejas dinámicas trasnacionales, es aún hoy un tema para analizar zado, armas de represión usadas por los militares para eliminar a los
en términos historiográficos. De hecho, recurriendo a este paradigma disidentes, opositores políticos o sospechosos de ello, dejando un re­
interpretativo, los regímenes militares, considerándose investidos de guero de lutos y heridas aún hoy no sanadas. Esta incursión en la vida

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política fue muy distinta a las experiencias precedentes porque esta con el apoyo de los ámbitos más conservadores del mundo político
vez era, como lo menciona Pasquini, "la institución militar como tal, brasileño, pusieron en marcha una inmediata represión de los nuevos
y no solo un general, quién asumía el poder y refundaba el Estado". 9 movimientos sociales, que habían crecido paralelamente durante el
Existe, además, un último factor a considerar, no menos importante, gobierno de Goulart, desde grupos de izquierda hasta las Ligas Cam·
para comprender la complejidad de los años setenta, y está relaciona­ ponesas de Francisco Julia.o, que tenían una fuerte base militante en el
do con el lanzamiento del ciclo de las políticas económicas neolibe­ noreste del país. La acusación del nuevo régimen a la administración
rales, de las cuales América Latina se convertiría en una especie de precedente se basaba en tres puntos: haber favorecido el nacimiento
ensayo. El golpe chileno de 1973 había sucedido casi paralelamente a de movimientos de inspiración comunista, haber cambiado el modelo
la crisis energética estallada pocas semanas después, con el embargo al económico nacional, y, finalmente, haber apoyado las reivindicaciones
petróleo dictado por los países árabes exportadores del crudo, como sindicales y de los movimientos campesinos. 12 Los viejos potentados
reacción a la guerra de Kippur. La disputa por las materias primas regionales se habían mostrado particularmente asustados por la ra·
estaba asociada a un radical cambio de los paradigmas generales de la dicalidad del proyecto de reforma agraria, y fue justamente el sector
economía mundial, con el cual los países más industrializados reaccio­ rural uno de los primeros interesados en el reciente curso militar em·
naban a la crisis que había golpeado a Occidente a inicios de la déca­ prendido por el nuevo presidente, el ya jefe del Estado Mayor del ejér­
da. Ya estaba finalizando aquel modelo keynesiano de libre mercado cito, el mariscal Humberto de Alencar Castelo Branco. 1 3 El gobierno
moderado y redistributivo, centrado en el trabajo y las clases medias, de Johnson sostuvo financieramente el cambio político, favoreciendo
que había caracterizado a la Golden Age de la economía occidental; en a Brasil solamente, durante los tres años de la presidencia de Branco
cambio, se iniciaba una nueva fase del liberalismo, marcada por el na­ (abril de 1964-marzo de 1967), con más de 25% del total de los présta·
cimiento de un inédito club de países y economías avanzadas (el G7, mos asignados a América Latina.
que se reunió por primera vez en noviembre de 1975), por el deterioro La dictadura brasileña, a diferencia de los otros regímenes militares
de los términos de intercambio, por la financiación de la economía y que de allí en más iban a poblar el panorama regional, se caracterizó
por una revolución en el mercado del trabajo. 10 El Border Industria· por haber implementado un régimen híbrido, formalmente democrá­
lization Program (BIP), conocido comúnmente como Programa Ma­ tico, pero, de hecho, militarizado, en el cual los civiles no estaban
quila, lanzado de forma experimental en 1965 para mudar empresas completamente excluidos de los ámbitos de poder, sino que mante·
estadounidenses más allá de la frontera mexicana en zonas libres de nían una representación propia, no exclusivamente tecnocrática. Este
impuesto específicas, con mano de obra a bajo costo, se transformó, modelo fue útil para los jefes de las fuerzas armadas por dos razo·
por aquellos años, en una especie de modelo global. 11 nes: por un lado, garantizar consenso y legitimidad al régimen y, por
otro, ofrecer una apariencia democrática frente a la comunidad inter·
nacional. Durante los años de la dictadura militar, Brasil sufrió una
EL CICLO DE LA "coNTRAINSURGENCIA" radical transformación caracterizada por un importante crecimiento
Y LA "NOCHE DE LA DEMOCRACIA" demográfico y una sólida urbanización, además de una sensible dis­
minución del analfabetismo. Como todas las grandes organizaciones
La primera implementación práctica de esta nueva doctrina se expe· colectivas, los militares estaban divididos internamente en numero­
rimentó en Brasil, en donde el golpe de 1964 había dado vida a un sas corrientes, que podrían resumirse en dos facciones: los modera·
régimen dictatorial que iba a extenderse hasta 1985. Los militares, dos y los extremistas, alérgicos a cualquier tipo de compromiso con

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las formas democráticas, decididos a extirpar el comunismo del país, de la selección nacional brasileña en el Mundial de Futbol de México.
y simpatizantes, en el plano económico, del libre mercado. Los años El uso político del deporte, en tal sentido, avalaba al régimen, que
de la presidencia de Castelo Branco se caracterizaron por la institucio­ iba a confirmar la decisión de remover al entrenador de la selección
nalización de la revolución militar y por la puesta en práctica de una nacional, Joao Saldanha, inmediatamente antes del Mundial, por sus
serie de medidas arbitrarias que apuntaban a realizar una gran purga simpatías con la izquierda (pero sobre todo por temor a que pudiese
en las estructuras administrativas y burocráticas del Estado, de la uni­ hacer declaraciones críticas, frente a los medios internacionales).
versidad, de la magistratura, de la sociedad civil y del ejército mismo. Durante la presidencia de Garrastazu Médici se vivieron probable­
Se cerraron todos los sindicatos que incomodaban y se prohibieron mente los años más duros del régimen a nivel de represión política y
los tradicionales partidos políticos, y todo ello sin desautorizar jamás, violación de los derechos humanos; una época en la que los civiles
formalmente, al congreso, limitando, sin embargo, sus funciones. Su se vieron alejados del gobierno, y Brasil se transformó en un Estado
sucesor, Artur da Costa e Silva (1967-1969), inauguró la llamada "po­ policial, caracterizado por una represión sin límites y por arrestos ma­
lítica de alivio", o "de liberalismo limitado", destinada a buscar un sivos, en los que la tortura estaba institucionalizada y justificada por
punto de encuentro con algunos reclamos de la oposición política. la necesidad de contrarrestar la acción de los movimientos guerrille­
Pero, también en este caso, la apertura iba a ser más formal que sus­ ros, que florecieron en muchas partes del país (desde la Guerrilha do
tancial, y la experiencia se habría concluido ya para 1968 con la pros­ Araguaia hasta el Movimiento Revolucionario 8 de Octubre). Además
cripción del último partido opositor que quedaba, el Frente Amplio. de las estructuras represivas federales, existían organismos estatales,
Habiendo sufrido una trombosis cerebral, el presidente fue sustituido como el que operaba desde 1969 en San Pablo, bautizado como ope­
en 1969 por una junta militar que, rápidamente, asignó la presidencia ración Bandeirantes (OBAN), responsable de secuestros, homicidios y
a Emilio Garrastazu Médici, quien había sido agregado militar en la torturas. En estos años se estableció la pena de muerte y miles de disi­
embajada brasileña en Washington y que, desde hacía dos años, era dentes debieron abandonar Brasil. Intelectuales, músicos y escritores,
jefe de los Servicios Secretos nacionales. En dos años, 1968-1969, se muchos de los cuales eran jóvenes pero bastante populares, como Gae­
registró un irreversible endurecimiento del régimen, como respuesta tano Veloso, Gilberto Gil, y Chico Buarque, huyeron hacia Europa,
a las protestas estudiantiles y obreras, a algunos actos terroristas (en contando, a través de sus canciones y versos, lo que estaba sucediendo
noviembre de 1969 la policía de San Pablo asesinó a Marighella, quien en su país. La Iglesia Católica, aunque profundamente dividida en su
era buscado desde hacía años) y, sobre todo, al radical cambio de fren­ interior, en este periodo tuvo un rol determinante en la vida de la na­
te que se produjo en la Iglesia Católica y en los movimientos sociales y ción, siendo, de hecho, la única gran institución no proscrita que man­
religiosos vinculados con ella, que inicialmente habían estado a favor tenía una posición crítica frente al régimen. El encarcelamiento de sa­
del golpe militar. El arzobispo de Olinda y Recife, Helder Camara, cerdotes y laicos comprometidos con la pastoral tuvo una influencia
fue protagonista de una serie de denuncias de la violencia cometida significativa sobre dicho cambio, que se consagró finalmente en 1973
por el ejército contra activistas rurales y campesinos, pero también, cuando, con la iniciativa del arzobispo de San Pablo, Evaristo Arns,
contra catequistas y comunidades eclesiales de base. El gobierno de se imprimió y distribuyó una versión popular de la Declaración Uni­
Médici se movilizó para obstaculizar la propuesta de entregarle el Pre­ versal de los Derechos Humanos, realizada en colaboración con las
mio Nobel de la Paz en 1970. Si bien en Europa ya se había lanzado iglesias protestantes. La Conferencia Episcopal contribuyó a sentar
una campaña contra la tortura, 1 4 el gobierno no quería que el Nobel las bases de aquella lenta transición, que tomaría impulso luego de las
pudiese arruinar la imagen positiva producida por la reciente victoria elecciones de 1974 con las primeras pequeñas aperturas introducidas

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

por el presidente (un militar que encabezaba Petrobras) Ernesto Gei­ de aquella modernización autoritaria impuesta por los generales con
sel (1974-1979). El asesinato del periodista Vladimir Herzog en 1975 el objetivo de garantizar el desarrollo económico y la visibilidad in­
impulsó a algunos obispos a organizar una campaña contra la tortura ternacional. La mejora en las condiciones de vida y el logro de un
y a favor de las libertades políticas. mínimo de bienestar social en las áreas urbanas fueron consideradas
Este periodo de apertura controlada desde la cima iba a culminar por los militares como los mejores antídotos contra la difusión del
en 1979, en la presidencia de Joao Figueiredo (1979-1985), con la comunismo, objetivo alcanzado gracias a los importantes préstamos
introducción de una ley de amnistía política que, aun teniendo fuer­ económicos que venían de los organismos internacionales (FMI, Ban·
tes limitaciones, iba a abrirle una ventana de legitimidad a la oposi­ co Mundial, BID) y al rol impulsor del Estado, dedicado en su totali­
ción, dando los primeros pasos para el reconocimiento del pluriparti­ dad a mantener un masivo desarrollo del proceso industrial. En estos
dismo, y permitiendo, el 15 de noviembre de 19fü1, elecciones libres años el país y sus riquezas crecieron, pero no de manera equilibrada,
y un camino definitivo hacia la transición democrática. En este di· de tal forma que Brasil se iba a convertir, como puede verse en los
ma, a finales de los años setenta, Luis Inacio Lula da Silva, protegido reportes de la CEPAL, en el país más rico, pero, al mismo tiempo,
por algunos ámbitos eclesiásticos, fundó el Partido dos Trabalhado· más desigual de América Latina. 16 Entre 1969 y 1973 el PIB creció a
res (PT), introduciendo un elemento novedoso en la política brasileña. un ritmo de 11.1 %, sufriendo un limitado descenso por la crisis pe­
El objetivo era juntar, en una fuerza política moderna que rompiese trolera (6.9 entre 1974 y 1980), las exportaciones industriales pasaron
con el pasado radical, lo que quedaba de la tradición de la izquierda de 1. 7 a 6.Q mil millones de dólares, mientras que el salario mínimo
reformista con el nuevo sindicalismo reunido en el ABC de San Pablo, sufrió un colapso, regresando al nivel de finales de los años cincuenta,
que había impulsado las primeras grandes huelgas a finales de la dé­ y la deuda externa pasó de 6.5 mil millones de dólares en 1964, a 54
cada, y las comunidades eclesiales de base, además de exponentes del en 1980. Al momento de la transición democrática, los trabajadores
mundo de la cultura, las artes y las universidades. 1 5 De esta forma, en sin tierras eran aún más de quince millones y los niños abandona­
el último periodo del régimen militar de Figueiredo, se experimentó dos (los meninos da rua) más de treinta millones. 1 7 Otro aspecto pro­
un nuevo tipo de izquierda, capaz de acoger las expectativas de di­ blemático del "milagro brasileño" está conectado al surgimiento de
versos sectores de la sociedad civil brasileña, así como sus ansias de las cuestiones medioambientales, en un país crucial para la biósfera
libertad y democracia. En 1985, la elección directa del presidente de la del planeta. Los proyectos infraestructurales llevados adelante por
República tuvo como vencedor a Tancredo Neves, opositor modera· los gobiernos militares, con financiamientos internacionales, desde
do, pero inflexible, del régimen, quien había sido ministro de Econo· la carretera transamazónica a la represa de Itaipú (iniciada en 1971
mía de Goulart. Neves se transformó en el primer jefe del Estado no e inaugurada en 1984), pusieron en riesgo la supervivencia de eco­
militar luego de más de veinte años, gracias al derecho a votar que se sistemas muy delicados, a menudo en detrimento de las poblaciones
extendió a los analfabetos, pero falleció poco antes de asumir dejando indígenas amazónicas. La campaña contra la deforestación amazó­
la presidencia a su vicepresidente,José Sarney (1985-1990). nica tuvo un gran impacto internacional durante los años ochenta,
Por otro lado, el llamado "milagro brasileño", que se desarrollaría y fue conducida por un líder del sindicato de seringueiros (recolecto­
durante los años setenta y ochenta, estuvo marcado por un slogan, res de caucho) de Xapuri, Chico Mendes, asesinado en 1988 por en­
por demás explícito, elegido por el gobierno militar: "Brasil, ame-o ou cargo de un ganadero local. 18
deixe·o" ("Brasil, ámalo o déjalo").De hecho, la larga etapa militar ha· Cuando los militares tomaron el poder en Brasil, en Paraguay el
bía cambiado la imagen y la estructura del país, gracias a los efectos general Alfredo Stroessner ya encabezaba el país desde hacía más

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de una década, e iba a permanecer hasta el 3 de febrero de 1989, la intensificación de la actividad minera. 1 9 El ensayo democrático­
pasando a la historia como el "tiranosaurio" entre los dictadores lati­ desarrollista parecía ya un recuerdo lejano. Solo algunos años des­
noamericanos. El modelo en el que se inspiraba inicialmente este in­ pués, en 1978, con el objetivo de relegitimar su permanencia en el
migrante de origen bávaro, que había hecho del ejército su ascensor poder, y bajo la presión de la nueva política de los derechos humanos
social, era el régimen peronista, que implementó un su país de forma del gobierno de Carter, Bánzer iba a convocar a elecciones libres, ga­
más autocrática y brutal. Paraguay hospedó, en aquellos años, a una nadas por su protegido Juan Pereda Asbún, quien tuvo dificultades
multitud de criminales de guerra nazis fugitivos, que allí encontraron para controlar los disturbios sociales. No obstante las tímidas aper­
refugio, entre ellos el médico de Auschwitz, Josef Mengele, buscado turas, los militares continuaron siendo los principales actores de los
por varias naciones. Elegido como jefe del Estado por más de ocho sucesos políticos bolivianos, alternando una serie de presidentes títe­
veces, gracias a las duras garantías de su aparato policial, Stroessner res (once en nueve años, de los cuales solo dos fueron electos). Solo a
se iba a ver obligado a dejar el poder debido a una conspiración lle­ mediados de los años ochenta la situación habría vuelto a estabilizar­
vada adelante en el ámbito de su mismo clan militar. Iba a ser for­ se, cuando regresó al escenario el viejo Paz Estenssoro. El resultado
malmente destituido en febrero de 1989 por su suegro, el general de dicha etapa fue la caída de Bolivia hasta los últimos puestos del
Andrés Rodríguez. La visita de Juan Pablo JI en 1988, no obstante las continente (solo por encima de Haití) en la clasificación de la ONU
polémicas que desató en Europa, contribuyó a abrir una grieta en el según los indicadores del desarrollo humano. 20
régimen. En junio de 1973, tres meses antes que en Chile, también Uruguay
En Bolivia la situación permaneció turbulenta. Luego de la muerte pasó a estar bajo el control del ejército. Los antecedentes de este cam­
del general Barrientos en un accidente aéreo en 1969, comenzó una bio hacia el autoritarismo se encuentran en las "medidas de seguri­
lucha de sucesión que llevó al poder, solo por 13 meses, al general dad" impulsadas por el presidente Pacheco Areco, del Partido Colo­
Alfredo Ovando, quien intentó establecer un régimen militar de iz­ rado, en 1968, que produjeron el primer golpe mortal a la democracia
quierda siguiendo el modelo peruano, línea que continuó su sucesor, uruguaya que, hasta ese momento, había sido una de las más sólidas
el general Juan José Torres, un militar progresista, nacionalista y po· de Sudamérica!' El establecimiento de un verdadero régimen militar
pulista, apoyado por los sindicatos y las fuerzas de izquierda. Torres se concretó solamente en 1976, al final de un largo proceso en el cual
concedió la amnistía a muchos prisioneros políticos, entre ellos Regís los dos partidos principales, Colorado y Blanco, perdieron progresi­
Debray, por quien se había producido una gran movilización ínter· vamente la capacidad de reunir aquel consenso que, hasta entonces,
nacional, pero entró en conflicto con la embajada estadounidense. había legitimado sus roles y funciones. Esto sucedió en el marco de
También en este caso, el proyecto no duró más de unos meses, y para un país dominado por la protesta social, la polarización ideológica, la
agosto de 1971 el ala derecha del ejército, con el apoyo de consejeros fragmentación corporativa, los atentados tupamaros y las incursiones
militares brasileños, tomó violentamente el poder. Una coalición, for· de los escuadrones de la muerte, grupos paramilitares compuestos por
mada por fuerzas tradicionalmente conservadoras y por segmentos miembros de las fuerzas armadas y policía, encargados de aniquilar
del MNR, dio vida a una nueva junta militar presidida por el coro· a los subversivos. 21 De 1973 a 1976 las fuerzas armadas asumieron el
nel Hugo Bánzer Suárez. El nuevo régimen adoptó la doctrina de control directo del Estado a través de una dictadura cívico-militar, con
la seguridad nacional, borró toda apariencia de democracia, disolvió la elección de Juan María Bordaberry, candidato de las izquierdas e
los partidos y estrechó fuertemente sus .relaciones con Estados Uni· impulsor de las "medidas de seguridad", que ponía de manifiesto la
dos, con la intención de impulsar el desarrollo económico a través de destrucción del sistema político uruguayo. En las elecciones de 1971,

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

un elector de Montevideo podía elegir entre más de 110 listas diferen­ El golpe chileno del 11 de septiembre de 1973, a menos de tres
tes para votar a un diputado de la Cámara. En 1972, con la declaración meses del golpe de estado uruguayo, fue probablemente el que tuvo
del "estado de guerra interna", se suspendieron los derechos constitu­ mayor impacto, ya sea a nivel continental como internacional, gracias
cionales, se disolvió el parlamento y los militares se posicionaron en a los elementos políticos y simbólicos que acompañaron la caída de la
todos los puntos clave de las instituciones públicas. De hecho, en 1972, Unidad Popular, la muerte de Allende y el fin de un gobierno de cen­
los tupamaros fueron desmantelados, con el arresto de Sendic y de los troizquierda legítimamente electo. La opinión pública internacional
principales líderes, y la fuga de otros militantes al exterior (algunos, quedó impresionada por la modalidad del golpe y la dura represión
incluso, a Italia). El caso del general progresista Líber Seregni, quien que le siguió, convirtiendo a Chile en una gran prisión (los disiden­
en 1971 había dejado a los colorados para ser candidato a la presiden­ tes detenidos, luego del 11 de septiembre, se estiman en, al menos,
cia encabezando el Frente Amplio (FA) de centroizquierda, también 80,000) y por la misma imagen del general Augusto Pinochet. 24 Aun
desató un escándalo internacional. Luego del golpe fue arrestado y, cuando, en términos cuantitativos, el número de las víctimas de la
no obstante una campaña internacional en su defensa, no iba a ser dictadura (los datos oficiales del gobierno hablan de 3,095) no se
liberado sino hasta 1984. Entre 1973 y 1976 más de 6,000 personas fue­ compara con el de otras experiencias latinoamericanas, la chilena
ron condenadas por los tribunales militares, 70,000 ciudadanos fueron fue, seguramente, una de las dictaduras más violentas y absolutas del
encarcelados sin un proceso, o torturados, y más de 300,000 uruguayos militarismo latinoamericano del siglo xx, y modelo de instituciona­
eligieron el camino del exilio, en el marco de una nación en la cual lización y de internacionalización de la doctrina de la seguridad na­
todos los sectores sufrían los efectos de una militarización capilar. 23 cional. Pinochet, electo presidente por un decreto de la junta militar
Bajo el régimen militar el país sufrió un importante proceso de pau­ el 17 de diciembre de 1974, iba a permanecer en el poder hasta el 11
perización y deterioro de las condiciones de vida. A diferencia de las de marzo de 1990. Durante los 17 años de vida del régimen, no obs­
demás dictaduras latinoamericanas, en Uruguay, en donde la clase me­ tante la existencia de pequeños brotes guerrilleros alimentados por
dia urbana era más extensa, los militares no gozaron de un profundo y el MIR y de fallidos atentados contra el presidente, el control militar
amplio consenso y no tenían el apoyo de los sectores tradicionalmente del país fue prácticamente total, el régimen utilizó ampliamente la
conservadores del país. A esto se le sumaron, a partir de 1978, las pre­ tortura (según el Reporte Valech, las víctimas fueron 31,946),25 desa­
siones del gobierno de Carter. Por este motivo falló el proyecto del pariciones forzadas, vuelos de la muerte y asesinatos selectivos por
presidente Aparicio Méndez ( 1976-1981) de hacer posible el regreso a parte de la DINA. Chile se transformó además en un importante cen­
la democracia formal, pero bajo el control militar, instaurando la co­ tro de la Operación Cóndor, una red interamericana que unía a los
nocida dictablanda. El resultado del plebiscito de 1980, en el cual más regímenes militares sudamericanos para la eliminación de la disiden­
de 58% de los ciudadanos se declaró contrario a la permanencia de cia, que tuvo entre sus víctimas más famosas al general Carlos Prats
los militares en el poder, marcó un giro y abrió una nueva etapa, que (asesinado en Buenos Aires en 1974), al exministro de Allende, Orlan­
iba a concluir con la convocatoria a elecciones libres a finales de 1984. do Letelier (1976) y el analista de la CEPAL, Carmelo Soria (1976).
Sin embargo, la transición uruguaya fue fruto de un largo proceso de También sufrió un atentado, con la ayuda de un grupo de la extrema
negociación entre los partidos tradicionales y las fuerzas armadas, arti­ derecha subversiva, en Italia, el democristiano Bernardo Leighton
culándose a lo largo de un tortuoso proceso que iba a permitir a colo­ (1975), quien se salvó milagrosamente. Chile, gracias a la moviliza­
rados y blancos regresar a desempeñar un papel central en la vida del ción de exiliados ( en México y en Europa), de artistas e intelectuales,
país, con viejos liderazgos, pero con nuevas consignas. fue el centro de un amplio debate a lo largo de toda la dictadura,
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que avivó el fuego de los años setenta y ochenta. El régimen también LOS MILITARES ARGENTINOS Y LA "REORGANIZACIÓN NACIONAL"

se identificó, a nivel iconográfico, con la idea de un militarismo de


extrema derecha para exportar. Los militares chilenos se autoconce­ También Argentina iba a vivir el protagonismo de los militares en
bían y autorrepresentaban como los salvadores de la patria, obligados los setenta, que alternaron fases de caos y confusión, violencia pa­
a intervenir para redimir al país del caos social, del fracaso econó­ ramilitar, atentados con bombas y una experiencia dictatorial de las
mico y del aislamiento internacional que, según su visión, había he­ más cruentas del continente. El ciclo de violencia que atravesó el país
cho prisionero a Chile de los excesos demagógicos de una izquierda comenzó en 1969, a tres años del golpe militar que había depuesto al
maximalista y sometida al comunismo internacional. Contrariamente presidente radical Arturo Illia, cuando estudiantes y obreros fueron
a los países latinoamericanos, Chile tenía una larga historia de estabi­ asesinados por el ejército durante una manifestación de protestas en
lidad política y un sistema de poder peculiar, fruto de, por un lado, Córdoba. "El Cordobazo", como se llamó a dicha matanza, catalizó
la capacidad del sistema partidario y, por otro, de la informalidad a los movimientos guerrilleros del país, financiados y apoyados por
de los lazos que mantenían algunas familias centrales en la historia el gobierno cubano que les proporcionaba dinero, armas y entrena­
del país. La experiencia del gobierno de Frei y los intensos tres años miento militar. Los grupos guerrilleros estaban esencialmente enca­
de Allende no habían socavado totalmente dicho mecanismo, pero bezados por dos movimientos: el trotskista Ejército Revolucionario
lo habían puesto drásticamente en discusión. Por lo tanto, el nue­ del Pueblo (ERP) y el Movimiento Peronista Montonero (MPM).
vo régimen militar debió buscar consenso interno, sobre todo entre Entre 1969 y 1979 los guerrilleros cometieron más de 800 homicidios
las clases medias que eran opositoras al proyecto de la UP, prepa­ y miles de secuestros. En respuesta, el ejército llevó a cabo una dura
rando un modelo económico que contaba con el apoyo de grandes represión y asesinatos sumarios (como el de Trelew, en Patagonia,
préstamos extranjeros y de las agencias financieras multilaterales. en donde fueron asesinados 16 presos políticos). Los Montoneros,
Como en el caso brasileño, también en Chile se iba a registrar, al expresión de las clases media-altas, eran en su mayoría universita­
menos hasta la crisis financiera de 1981, una mejora en los índices rios, algunos habían aceptado la idea de la lucha armada luego de
macroeconómicos, pero acompañada de endeudamiento externo y el haber colaborado con el movimiento eclesiástico de los Sacerdotes
aumento de las desigualdades. Por otra parte, el modelo económico para el Tercer Mundo, impulsores de la protesta eclesial.26 En agos­
respondía plenamente a las exigencias de un liberalismo extremo y to de 1967 dieciocho prelados latinoamericanos habían publicado
antikeynesiano, según los preceptos en boga por aquellos años, de la su Manifiesto de los obispos del tercer mundo, que tuvo grandes reper­
Escuela de Chicago de Milton Friedman, que tenía una sucursal en el cusiones, sobre todo en Argentina. Muchos reconocieron en aquel
departamento de Estudios Económicos de la Universidad Católica de documento la búsqueda de una conciliación utópica, sobre la base
Santiago. De hecho, el impacto divisivo del régimen, además, iba a de la justicia social, entre los valores del socialismo y un cristianismo
actuar sobre las grietas en el interior de la iglesia chilena: por un lado, vivido de forma integral: en poco tiempo, más de 500 sacerdotes se
sacerdotes, monjas y activistas laicos fueron perseguidos, y se llevó a adhirieron, cerca de 10% del clero argentino; era un manifiesto mili­
cabo un gran trabajo de asistencia a las víctimas estableciendo redes tante. Varios de los responsables del movimiento Montoneros pro­
de asilo por parte de la vicaría apostólica, instituida por el cardenal venían de las filas de la Acción Católica, y habían colaborado con el
Silva Henríquez; por otro lado, un grupo significativo de la jerar­ padre Carlos Mugica en sus actividades sociales en las villas miserias,
quía, del clero y de profesionales laicos apoyaban abiertamente al los barrios pobres y la periferia de Buenos Aires. Estos jóvenes pa­
régimen. saron a la lucha armada bajo la guía del exseminarista Juan García
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Elorrio, cuya revista, Cristianismo y Revolución, conjugaba, en una Finalmente, para una minoría, solo el viejo general iba a poder cum­
encendida lectura histórico-política, el nacionalismo, la lucha contra plir con el rol de jefe carismático, capaz de sentar las bases para una
la oligarquía, la fe y la guerrilla armada.27 El 29 de mayo de 1970 nueva república democrática, como la de De Gaulle en Francia. En
un comando montonero secuestró al general Pedro Eugenio Aram­ cierto sentido fue el mismo Perón quien alentó las distintas interpre·
buru, quien fue asesinado luego de un falso proceso, acusado de ser taciones, con la simple condición de que fuesen útiles a su proyecto
responsable del fusilamiento de 1956 de los insurgentes peronistas de reconstrucción del Movimiento Justicialista. Los peronistas gana­
contra el gobierno. Un homicidio que sacudió a la opinión públi­ ron las elecciones presidenciales de 1973 con un amplio margen, apo·
ca argentina y empujó al país a un clima de guerra civil. El Movi­ yados también por sectores de la izquierda y nacionalistas de derecha.
miento Peronista, en sus articuladas y contradictorias expresiones, Una convergencia en la que cada uno esperaba poder influenciar al
movió sus piezas en todos los escenarios posibles, protegido por la general, para sus propios intereses. Asumió, entonces, el poder el lla·
bendición ecuménica del antiguo caudillo Juan Domingo Perón, que, mado "peronismo de izquierda", con Héctor Cámpora, elegido por el
desde su exilio en Madrid, apoyaba las distintas formas de protesta. viejo presidente, que impulsó una política de vuelta a la normalidad:
Por un lado, el ala sindicalista del movimiento firmó acuerdos con el desmantelamiento del aparato represivo, libertad para los prisioneros
gobierno, mientras que, por otro, el ala radical, los montoneros y la políticos y abolición de la censura. En la ceremonia de asunción, el 25
juventud peronista, organizaban atentados contra los militares y, al de mayo de 1973, estuvieron presentes el presidente chileno Allende
mismo tiempo, se comprometían socialmente trabajando en los ba­ y el cubano Dorticós. En junio del mismo año Perón emprendió su
rrios pobres de Buenos Aires. A inicios de los setenta Argentina era viaje de regreso, uno de los más controversiales de la historia con·
un país que tenía una crisis de confianza, destrozado por una crecien· temporánea. Luego de dieciocho años de exilio, el "viejo" regresaba
te conflictividad social y por la lucha entre el gobierno y la guerrilla. a su país, del que había huido bajo las presiones del fracaso político
En 1971 el jefe del ejército, el general Alejandro Lanusse, derrocó a su y acusaciones difamatorias. Sin embargo, su llegada al aeropuerto de
predecesor Roberto Levingston, y asumió la presidencia. Era el tercer Ezeiza fue rápidamente enturbiado por una masacre. Mientras una
general que asumía el poder desde la llamada "revolución argentina", muchedumbre de al menos medio millón de personas aguardaba su
inaugurada por el golpe de Onganía en 1966. El objetivo de Lanusse discurso, francotiradores dispararon desde el palco, asesinando espe­
era quitarle a la guerrilla su símbolo más poderoso, Perón, y aislarla cíficamente a militantes de la izquierda peronista (el número oficial
política y socialmente, debido a su dificultad para vencerla militar· fue de 13 víctimas fatales y al menos 300 heridos). Dicho evento trá­
mente. El proyecto consistía en un gran acuerdo nacional, destinado gico produjo una ruptura definitiva con los Montoneros. Cámpora
a superar la enemistad histórica entre peronismo y radicalismo. En se retiró luego de menos de dos meses, y las elecciones llevaron, por
1972, como gesto de buena voluntad, Lanusse le devolvió a Perón tercera vez, a Perón a ser la cabeza del Estado.
el cuerpo embalsamado de Evita, que era retenido por los militares, Sin embargo, la sociedad argentina se encontraba ya dramática­
con la ayuda de la jerarquía eclesiástica, en un cementerio italiano. mente fragmentada por visiones ideológicas extremas y actividades
A los argentinos el viejo caudillo todavía les parecía, aun en aquella represivas y atentados, que habían empujado al país al borde de una
situación, la única solución posible para salir de la prolongada crisis guerra civil. Las distintas corrientes del peronismo estaban, a su
que devastaba al país. Para algunos jóvenes Perón era un Mao ar· vez, divididas y en guerra entre ellas. Por un lado, no estaba resuel·
gentino, abocado a la liberación nacional; para otros, era un anacró· ta la ambigüedad de Montoneros que no renunciaron a la violencia
nico Francisco Franco, regresado para traer el orden y la disciplina. política y, por otro, actuaban los sectores de extrema derecha que
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conformaron la llamada Alianza Anticomunista Argentina (la Tri­ a través de una Junta colegiada. El ejecutivo no estaba más en las
ple A), un grupo conformado por policías y militares, manejado por manos del general de turno, que de forma unipersonal gobernaba sin
José López Rega. Este, que había sido jefe de la Policía de Perón en tener que rendirle cuentas a nadie. Ahora, el poder era asignado a un
los años cincuenta y luego su consejero en Madrid, ligado a la ma­ órgano colectivo formado por los comandantes de las tres fuerzas: el
sonería y de tendencias filo-fascistas (habría sido considerado como general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y
el instigador de la masacre del aeropuerto), fue nombrado como mi· el brigadier Orlando Ramón Agosti. El presidente cumplía una fun·
nistro de Bienestar Social. Los blancos contra los que apuntaba la ción de comunicador de las decisiones surgidas de la Junta. Videla
Triple A eran los intelectuales, artistas, militantes de las corrientes de representaba perfectamente la esencia del ejército de casta, ligado a
la izquierda armada, pero también, los comunistas, y, con frecuen­ la élite terrateniente, que despreciaba a los partidos políticos y a las
cia, los jóvenes de la ACA y los sacerdotes. El 1 de julio de 1974, de formas democráticas. Era un católico conservador por su ideología y
regreso de una cumbre con el dictador paraguayo Stroessner, para la su posición económica. Respondía, según escribe Seoane, a "la idea
construcción de la mega represa de Yaciretá, Perón murió de un paro de un Dios iracundo, de un cristianismo preconcilio, que creía en las
cardiaco, y la situación se precipitó. Tomó el puesto su tercera espo­ guerras justas y en la eficacia inquisitorial de la tortura para corregir
sa Isabel Martínez, "Isabelita", aunque, en realidad, las riendas del las desviaciones de la fe". 29 El vínculo establecido entre la dictadura y
gobierno pasaron a manos de López Rega. Mientras los peronistas se la iglesia argentina, dividida en todos los niveles, entre los partidarios
destrozaban entre ellos, la guerrilla aumentó su intensidad, así como (más o menos entusiastas) de los militares y los críticos (entre ellos
también los actos de los paramilitares, y el país cayó en una especie el obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, asesinado en un accidente
de guerra civil no declarada. Los Montoneros anunciaron su regreso automovilístico falso en agosto de 1976), ha sido el centro de un re·
a la clandestinidad, mientras el ERP abría un frente guerrillero en la ciente y amplio debate público e historiográfico, en parte retomado
provincia rural de Tucumán. A finales de 1975 el terrorismo, de las en un libro de Zanatta.3º
facciones opuestas, llegó a un promedio de 150 enfrentamientos ar­ A través del uso sistemático del terror, los militares iban a cambiar
mados o asesinatos políticos por mes. Mientras tanto, la tasa anual de la estructura económica y social de Argentina de forma irreversible,
inflación llegaba a alrededor de 600% y el déficit público estaba fuera convencidos de no estar en el poder de forma transitoria y de tener
de control. La crisis económica anticipó la crisis política y, en 1975, el la tarea de guiar hacia una nueva era a la historia argentina, definida
mundo empresarial y las fuerzas armadas decidieron dejar a su suerte como el Proceso de Reorganización Nacional. Inmediatamente des·
al claudicante régimen. Entonces la situación ya estaba madura y los pués de haber tomado el poder, la Junta Militar delineó los funda­
militares, encabezados por el general Jorge Rafael Videla, dieron vida mentos jurídicos del nuevo régimen, anulando la estructura del Esta·
al enésimo golpe, que se llevó a cabo el Q4 de marzo de 1976, con la do democrático y dotándose de poderes constituyentes. El objetivo
destitución y el arresto de Isabelita. principal apuntaba a dificultarle el terreno al populismo político, al
El regreso de los militares a la Casa Rosada fue inicialmente reci· estatismo económico y al proteccionismo industrial, que, según su
bido, por gran parte de la población y del ámbito político, con cier· visión, habían permitido la "penetración subversiva", y entonces deci­
to alivio, con la esperanza de que fueran capaces de poner orden y dieron realizar una metamorfosis política funcional a la restauración
cortar con el círculo vicioso de la violencia, que desde hacía años del "orden perdido". En dicho sentido, el control judicial se transfor·
atormentaba al país. 28 Esta vez, la llegada de los militares se dio de mó en el instrumento que permitía asegurar el establecimiento del
una forma organizacional e institucional diferente a las del pasado, nuevo orden legal y constitucional. Según T izíana Bertaccini el caso
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argentino es "el paradigma de una de las más grandes paradojas del Con el inicio de los años ochenta Argentina cayó en una crisis eco­
pensamiento- jurídico-político contemporáneo: el fundamento legal nómica sin igual y, con la esperanza de solucionarla, eligió sustituir
de una dictadura". 3 1 Un orden jurídico ficticio, fundado en una fal­ a Videla con otro general, Roberto Viola (marzo de 1981). El nuevo
sa legalidad, que es necesario comprender para entender a fondo la presidente procuró separarse de la Junta y, en un intento por buscar la
lógica de la dictadura. Para poner a punto su "solución final", los aceptación de las medidas de austeridad impuestas por la crisis econó­
militares argentinos recurrieron a tres instrumentos: la tortura como mica, anunció la inminente organización de elecciones libres, abrien­
arma eficaz, la desaparición de los detenidos, transformándolos de do la posibilidad del regreso de los civiles como guía del país. Pero la
ciudadanos en espera de un juicio en fantasmas, y la implementación apertura no fue compartida por la Junta y en diciembre la presidencia
de campos de detención clandestinos como mecanismo central de po­ pasó a otro general, Leopoldo Galtieri. Para distraer a los ciudadanos
der dictatorial. El periodo entre 1976 y 1978, que la historiografía ar­ de la dramática situación que atravesaba el país y volver a dar prestigio
gentina definió como "Trienio sombrío", representó el momento más a la Argentina, el nuevo jefe del Estado se embarcó en una guerra, im­
duro para los opositores del régimen, que fueron transformados en prevista y jamás declarada, contra Gran Bretaña, para extender la so­
"desaparecidos", ni muertos, ni vivos, y arrojados al mar o en el río beranía argentina sobre un grupo de islas que desde hacía tiempo for­
de la Plata, sin que quedaran rastros de los cuerpos de las víctimas, maban parte de una disputa diplomática, las Falkland, Malvinas para
liberando, por lo tanto, a los ejecutores de dichos delitos de toda res­ los argentinos. Galtieri estaba convencido de que la primera ministra
ponsabilidad, y garantizándoles un poder de presión psicológica so­ inglesa, Margaret Thatcher, habría solo tomado nota de la invasión
bre los familiares cercanos y parientes. En estos primeros años, el ré­ argentina, pero, por el contrario, esta se transformó en una ocasión
gimen obtuvo el consenso de la mayoría silenciosa de la sociedad, que para los tories de relanzar el nacionalismo británico y alinearse con la
justificaba la represión como consecuencia de aquella guerra sucia, o fuerte política del nuevo presidente estadounidense, Ronald Reagan.
se autoabsolvía diciendo ignorar la realidad. No obstante las denun­ La guerra duró diez semanas, desde el 2 de abril al 14 de junio de 1982
cias de los exiliados argentinos, 32 la comunidad internacional mantu­ y, no obstante lo declarado, el ejército argentino sufrió una derrota
vo un rol bastante ambiguo frente al régimen, como sucedió con oca­ que marcó el final del enfrentamiento, representando un gran gasto y
sión del Mundial de Futbol, del cual Argentina fue sede y vencedora numerosas víctimas (659 caídos argentinos, y 255 británicos). Galtie­
en 1978, ofreciendo una oportunidad de autocelebración al régimen. ri, considerado responsable de la derrota, fue depuesto y en su lugar
Los periodistas deportivos debieron atenerse a un decálogo que les fue nombrado el general Reynaldo Bignone. El resultado de esta ana­
impedía tocar argumentos políticos, aun cuando justamente entonces crónica acción bélica fue desastroso y, justamente arrastrado por esto
comenzó a difundirse la fama de las Madres de Plaza de Mayo, un y por el creciente aislamiento internacional, el nuevo jefe del Estado
movimiento de mujeres (inicialmente eran 13), madres de "desapa­ se vio obligado (mediante una negociación) a regresarle la legalidad
recidos", que desde finales de 1977 habían comenzado una protesta constitucional a Argentina. Antes de dejar la Casa Rosada, Bignone
pacífica, reuniéndose cada jueves por la tarde frente a la Casa Rosada, aprobó un decreto de autoamnistía. En diciembre de 1983 el nuevo
llevando en sus cabezas un pañuelo blanco. Una de ellas, Azucena presidente, el radical Raúl Alfonsín, asumió el cargo y restableció las
Villaflor, sería luego secuestrada y asesinada. Dos años después del libertades democráticas y las garantías constitucionales, intentando,
Mundial, en 1980, cuando ya el debate sobre las desapariciones había aunque lográndolo solo en parte, enjuiciar y condenar a los culpables
crecido, el pacifista argentino Adolfo Pérez Esquive!, víctima de de· de las masacres y las torturas. Con el decreto 187 del 15 de diciem­
tendones y torturas, fue distinguido con el Premio Nobel de la Paz. 33 bre de 1983 se constituyó la Comisión Nacional sobre la Desaparición
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de Personas (CONADEP), para recoger las denuncias y los testimo­ cionalistas, como en el caso del conflicto entre Chile y Argentina por
nios acerca de la violación de los derechos humanos, y para investigar el control de las tres pequeñas islas al sur de Tierra del Fuego, en el
las desapariciones; comisión que iba a redactar el conocido "Informe estrecho antártico de Beagle. La disputa se remontaba a principios
Sábato" o "Nunca Más", que documentaba la desaparición de 8,960 del siglo xx y, desde 1971, se había iniciado un arbitraje internacio·
personas y la existencia de casi 340 centros clandestinos de detención. nal; en 1974 fue el tema central del único encuentro entre Pinochet y
En referencia a la proyección internacional de los regímenes mili­ Perón. A finales de 1978, la Junta Militar argentina intentó presionar,
tares, el dato más relevante fue indudablemente la represión organi­ lanzando la "Operación Soberanía" que, de hecho, produjo una se­
zada, que no se ocupaba ya simplemente de represión anticomunista, rie de maniobras de la marina, pero sin convertirse en un verdadero
como en la primera etapa de la Guerra Fría, sino que asumía caracte­ ataque. Comenzó, entonces, una compleja mediación vaticana, y la
rísticas generalizadas y totalizantes frente a toda forma de disidencia situación terminó por conectarse con el conflicto Falkland/Malvi­
o crítica, más o menos organizada, contra el régimen. La ya citada nas cuando Pinochet expresó su apoyo a Londres, y finalizó con un
Operación Cóndor, como red represiva trasnacional, que había sido acuerdo firmado en 1984 que le asignó las islas a Chile. 35 Durante es­
puesta en funcionamiento en enero de 1974 y que operó, con distintos tos años los regímenes dictatoriales latinoamericanos contaron con el
grados de intensidad, hasta finales de la Guerra Fría, era su máxi­ apoyo externo del gobierno estadounidense, tanto económico como
mo emblema. Esta llegó a involucrar a seis países (Chile, Argentina, logístico, militar y de inteligencia. La receta de Kissinger produjo una
Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay), cuyas agencias de inteligencia nueva dirección en las políticas estadounidenses frente a los países
generaron un número de víctimas impresionante: según los archivos sudamericanos que, de hecho, consistía en una decidida (y explícita)
50,000 asesinados, de los cuales, al menos 400 en operaciones fuera de desvinculación de Washington respecto a las cuestiones continenta­
las fronteras nacionales, 30,000 desaparecidos, y más de 400,000 arres· les, encomendadas a los fuertes regímenes locales. También, dentro
tos políticos. La historiadora Patrice McSherry la considera una es­ de la esfera económica, según las nuevas lógicas, la ayuda económica
tructura inspirada en las operaciones encubiertas anticomunistas eu­ habría llegado, principalmente, de parte de instituciones financieras
ropeas, pero a una escala mucho mayor, sin límites políticos y con la multilaterales o por acuerdos comerciales privilegiados firmados en
participación directa de los aparatos estatales de los regímenes, a me­ el ámbito del GATT, dejando, de esta forma, lugar a otros actores. La
nudo dotados de escuadrones especiales de la muerte y con contactos CEE, por ejemplo, en 1974 firmó los acuerdos de Lomé con los países
entre los inversionistas del mercado negro internacional. 34 Además de ACP, que, además de los países africanos y del Pacífico, incluían a los
guerrilleros y disidentes, las acciones alcanzaron a periodistas, inte­ del Caribe. A diferencia de los gobiernos de Kennedy y de Johnson,
lectuales y religiosos. La irrupción en la diócesis de Riobamba (Ecua­ que consideraban a América Latina como determinante en la com·
dor) en 1974 concluyó con el arresto de 17 obispos, 22 sacerdotes, 5 petencia contra la URSS, Kissinger y Nixon redimensionaron signi·
religiosas y 12 laicos, acusados de actividades subversivas. En dicho ficativamente el rol de los países del hemisferio en la arena política
caso, el ataque no terminó de forma trágica gracias a la intervención mundial, de tal manera que, en sus memorias oficiales, Sudamérica
directa de Pablo VI y a la notoriedad de los detenidos, lo que muestra está casi ausente.36 Nixon, como presidente, no realizó ningún viaje a
la importancia que tuvieron las movilizaciones internacionales, que América Latina, excepto dos breves paradas en México en el verano
marcaron a toda la década. de 1970, y también Ford solo se limitó a realizar una pequeña visita a
Por otro lado, no faltaron, además, tensiones interestatales entre Nogales, para homenajear, junto al presidente Echeverría, la tumba
los distintos regímenes, fruto de la exasperación de los discursos na· del explorador jesuita Eusebio Kino.
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Por el contrario, durante los años setenta en Estados Unidos, a cía (1974-1978) gobernaron bajo estado de sitio, dedicándose princi­
raíz de los progresos realizados en el ámbito social y civil durante palmente a reprimir la formación de guerrillas, militarizando las zonas
el gobierno de Johnson y del renovado interés por los derechos hu­ indígenas (se calculan más de 40,000 víctimas durante sus mandatos)
manos, las movilizaciones contra las políticas de los regímenes la­ y haciendo concesiones para megaproyectos, como la enorme Franja
tinoamericanos comenzaron a incrementar su intensidad, alimenta­ Transversal del Norte, en la Alta Verapaz. 39 En El Salvador, las refor­
das, no solo, por el ala liberal de los demócratas, sino también por mas democráticas introducidas por la ALPRO mejoraron los índices
grupos pacifistas, estudiantiles, de chicanos, exiliados y religiosos (lu­ económicos, generando aperturas democráticas y la creación de mo­
teranos, presbiterianos, católicos y a través del Interchurch Center de vimientos sindicales rurales, reprimidos por los grupos paramilitares
Nueva York). Movilizaciones que incluyeron a los movimientos por de la ORDEN. 40 Las elecciones de 19T2 habrían sido, probablemente,
los derechos civiles, artistas (desde Joan Báez hasta J ohn Lennon) e ganadas por la coalición de centroizquierda Unión Nacional Oposi­
intelectuales de izquierda, como el sociólogo Noam Chomsky o el tora (UNO), formada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) del
historiador Howard Zinn. 37 El Red Power Movement, movimiento alcalde de la capital,José Napoleón Duarte, y por los socialdemócra­
radical de nativos americanos, que, en 1977, ocupó simbólicamente tas del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) de Guillermo
la isla de Alcatraz (para denunciar las políticas de las reservas y las Ungo. Pero la victoria le fue asignada al general Arturo Molina que,
campañas de esterilización de las mujeres indígenas), lanzó una espe­ luego de frustrar un intento de golpe por parte de una facción refor­
cie de proclama de solidaridad a todos los indígenas del continente. mista del ejército, implementó una durísima campaña de persecución
Un caso original fue, además, el del North American Congress on de la oposición (Duarte fue arrestado, torturado y luego expulsado)
Latín America (NACLA), una asociación crítica, cuyos Reports on the y de las organizaciones populares y agrarias. En aquel periodo en­
Americas produjeron documentación e información utilizada también traron en acción grupos de extrema derecha, como el Frente Agrario
por la gran prensa internacional; 38 dichos documentos prestaban par­ de la Región Oriental (FARO) o la Unión Guerrera Blanca (UGB),
ticular atención a la situación centroamericana, que ya formaba parte inspirados en la Triple A argentina e impulsados por un anticomunis­
del imaginario colectivo de la sociedad civil estadounidense desde mo visceral. Desde inicios de la década también estaban activas las
el golpe en Guatemala de 1954. De hecho, si bien en gran parte del primeras formaciones guerrilleras; grupos armados como las Fuerzas
Cono Sur los militares habían cambiado las coordenadas de sus re­ Populares de Liberación (FPL) de Salvador Cayetano Carpio (el "Ho
gímenes, en Centroamérica y el Caribe parecían resistir los modelos Chi-minh centroamericano") y el Ejército Revolucionario del Pue­
dictatoriales tradicionales, que readaptaban la doctrina de la seguri­ blo (ERP) al cual se sumó el viejo líder comunista Roque Dalton (ase­
dad nacional al contexto regional. En Nicaragua la dictadura somo­ sinado en 1975 por sus compañeros, bajo la infundada acusación de
cista continuó hasta finales de la década. Anastasio Somoza Debayle, ser un espía de la CIA). A diferencia del vecino Guatemala, las princi­
en el cargo desde 1967, presidente y jefe de la Guardia Nacional, en pales preocupaciones de la oligarquía provenían, más que de los gru­
1972 esquivó el dictamen de la nueva constitución, que no preveía pos armados, del creciente dinamismo de los movimientos sociales,
la reelección consecutiva, asignando, por dos años, el poder a una como el Bloque Popular Revolucionario (BPR), al cual se adhirieron
Junta títere, para reasumirlo en 1974. En Honduras, golpeado por los sindicatos católicos agrarios del FECCAS:P
el escándalo Bananagate de 1975, los militares permanecieron en el Una tendencia contraria a los países vecinos fue el caso de Panamá,
poder hasta principios de los años ochenta, como en Guatemala, en donde, aun sin ser jamás formalmente presidente, desde 1972 a
en donde los generales Araña Osorio (1970-1974) y Laugerud Gar- 1981 todo el poder se concentró en las manos del coronel Torrijos,

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMf:RICA LATINA ll!CTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

promotor de un populismo centroamericano sui generis, autoritario, mercado del trabajo y desincentivando las políticas de redistribución
pero también, tercermundista. De hecho, Panamá entró en ruta de del rédito. El resl!ltado final fue un crecimiento macroeconómico dis·
colisión con Washington a mediados de la década, cuando buscó ( sin creto que produjo una fuerte inestabilidad social, aumentando los ín­
éxito) proponer el proyecto de una Unión bananera centroamerica­ dices de pobreza. En pocos meses fueron privatizadas un importante
na, inspirándose en el modelo de la OPEC. Sin embargo, más tarde, número de empresas y bancos públicos, y se quitaron los controles
en septiembre de 1977, Torrijos iba a firmar con el gobierno de Carter sobre los precios. Para lograr estos objetivos, los generales asignaron
el homónimo tratado para el traspaso de la autoridad del canal, de los ministerios clave a una clase de tecnócratas, formados en su ma­
Estados Unidos a Panamá, a partir del 31 de diciembre de 1999. La yoría en las academias latinoamericanas. A mediano y largo plazo, el
región del istmo también sufrió en los años setenta el crecimiento del régimen de Pinochet iba a modificar y modernizar radicalmente la
flujo del narcotráfico, en particular la cocaína colombiana que, cada estructura productiva del país, haciéndola más eficiente y capaz de
vez más, comenzó a cruzar la región para llegar, vía Florida, al cre­ competir en el mercado global, trasformando a Chile en un país me­
ciente mercado de consumo estadounidense. En los años de la Pizza nos agrícola y dependiente del precio internacional del cobre. Pero
Connection, entre 1974 y 1975, especialmente a través de los puertos esta renovación se debió, también en buena parte, a la gran ayuda de
brasileños, la droga también empezó a circular por el Atlántico, ali­ los organismos financieros multilaterales y a las nuevas reglas de una
mentando una cantidad creciente de intereses ilícitos, acciones crimi­ economía cada vez más interdependiente.
nales e inversiones financieras.42 Mucho más compleja resultó la situación argentina, en donde
Finalmente, en lo que concierne a los lineamientos de las políticas los militares también siguieron la misma dirección que sus colegas
económicas llevadas adelante por los distintos regímenes militares chilenos, lanzando un programa de privatizaciones salvaje, con el
latinoamericanos, se debe notar que no todos siguieron las mismas fortalecimiento del sector privado y la liberación de las inversiones
recetas, pero, aun con sus diferencias nacionales, en general, se adhi­ provenientes del exterior. La nueva política, puesta a punto por el
rieron a los nuevos preceptos liberales de la economía de mercado. ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, preveía una
Siguiendo el modelo brasileño, según Foxley, América Latina se radical apertura y la reinserción de la economía interna argentina en
transformó, en los setenta, en un laboratorio en donde se ensayaron la competencia internacional, según parámetros de eficiencia ligados
los nuevos marcos políticos y económicos, probando el modelo neo­ a la ley de ventajas comparadas, conectada a la flexibilización de los
monetarista. 43 En Chile, los hombres de Pinochet aplicaron al pie de contratos de trabajo.44 Cercano ideológicamente a Toatcher, y expo·
la letra una radical desregulación: recortes fiscales, libre comercio, nente de la élite agraria nacional, el ministro, verdadero ideólogo de
privatización de los servicios, drástica reducción del gasto público la política económica de la dictadura, fue uno de los principales se­
y una máxima apertura a las inversiones extranjeras. Las reformas guidores de las indicaciones del FMI. Pero la aplicación del modelo
económicas posteriores a 1974, realizadas en Chile, fueron las más neoliberal iba a poner en evidencia las profundas contradicciones del
radicales del último medio siglo y pusieron fin a un modelo de de· tejido económico y financiero nacional, marcando la vida de una ge·
sarrollo industrial orientado al mercado interno, en el cual el Estado neración entera, y llevando a Argentina, una vez más, hacia al trágico
cumplía un rol fundamental. Las reformas neoliberales transfirieron abismo de un default. Si bien Chile logró superar, aún con dificulta­
el protagonismo económico al mercado y al sector privado e identifi· des, la crisis financiera de 1981, para la Argentina de los militares, el
caron, como factor de crecimiento, las exportaciones y la liberación inicio de los años ochenta iba a coincidir con la desarticulación de
del sector financiero y comercial, dando vida a la flexibilidad en el las estructuras económicas bajo el peso de la deuda y de los procesos

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973·1992)

inflacionarios, cada vez menos controlables, que empeoraban frente por las lógicas de la seguridad nacional (con la aprobación, más
al constante aumento de recursos destinados a Defensa. De hecho, o menos tácita, internacional). Entre los años setenta y ochenta, y
una paradoja de los sistemas de seguridad nacionales se remite a la bajo esta visión, América Latina se transformó en un trágico mode­
relación entre inversiones militares y endeudamiento externo, que fue lo de fábrica de tensiones, conflictos armados, matanzas, terrorismo
una constante recurrente, destinada a pesar, junto al debilitamiento de Estado, etnocidios, secuestros y torturas. Con la irrupción de los
de los sistemas de bienestar, sobre los sucesivos procesos de demo­ nuevos regímenes militares, la violencia en el interior de la sociedad
cratización. El híper-nacionalismo terminó por vaciar a las naciones, comienza a ser interpretada como elemento aglutinante en los países
desde su interior, de elementos de cohesión social. del subcontinente. Y es, justamente, en este particular periodo de la
historia latinoamericana, que la comunidad internacional utilizó por
primera vez la definición de "violación masiva de los derechos hu­
TORTURA DE ESTADO, DESAPARECIDOS, manos" en relación con el contexto latinoamericano, como subrayó
Y NEGACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Benedetta Calandra: "tanto por el nivel de planificación racional de
la eliminación de la disidencia como por el alcance cuantitativo de las
América Latina es a menudo considerada una de las zonas más vio­ víctimas". 46
lentas del mundo en la era contemporánea. Esto es verdad solo en Es en esta América Latina, formalmente fundada en el Estado de
parte, porque no ha vivido el devastaste impacto de dos conflictos to­ derecho, integrada plenamente con las grandes organizaciones mul­
tales como las dos guerras mundiales, o genocidios masivos como los tilaterales, ensayo de procesos de modernización económica, cultu­
cometidos en Europa y Asia en el siglo xx, ni tampoco bombardeos ralmente dinámica y rica de artistas creativos, que, en los setenta, se
sobre las poblaciones civiles como las bombas atómicas sobre Japón. estableció una inédita y brutal forma de violencia, endémica, inhu­
Aun así, existe una dinámica, de larga data, de violencia que ha reco­ mana, injustificada: la del "terrorismo de Estado" y la "tortura blan­
rrido al continente desde la época de la colonia (sin adentrarnos aquí ca", expresiones de una perversa civilización modernizada, y no el
en el periodo prehispánico), que a menudo repercutió en los estra­ residuo de la barbarie arcaica. El objetivo de esta violencia política,
tos sociales políticamente menos protegidos, poblaciones indígenas, ejercida en nombre del Estado para combatir un "enemigo interno",
afroamericanas, y el mundo rural y campesino. A lo largo del siglo xx, consistía en la aniquilación del "otro", considerado como adversario
más allá de las inconcebibles masacres (la salvadoreña en 1932, o la u opositor, quien perdía, no solo la ciudadanía política, sino, ade­
Violencia en Colombia), algunos segmentos de la población han sufri­ más, el derecho a la vida, y, en última instancia, también el derecho
do, con frecuencia, una especie de genocidio silencioso y prolongado, a la muerte, como en el caso de los "desaparecidos": una destrucción
como en el caso maya de los altiplanos Quiché de Guatemala, o los total del individuo a través del aislamiento y la privación sensorial.47
Guaraní-Kaiowá del Mato Grosso do Sul brasileño, reaccionando con Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Paraguay y Guatemala fueron
una capacidad de resiliencia absolutamente sorprendente.45 Sin em­ presa por 20 años de un horror y una violencia represiva sin igual,
bargo, la conjunción de dinámicas violentas internas con la Guerra en la cual la desaparición de los opositores era indispensable para
Fría ha empeorado la situación, golpeando con fuerza también a las construir la estructura de silencio e impunidad de los jefes militares
clases medias urbanas, con importantes connotaciones de violencia y sus colaboradores. Para borrar la presencia de quienes disentían,
ideológica y de género, que produjeron nuevas formas de racismo los regímenes militares se valieron de tres instrumentos: la tortura,
(aun dentro de las fuerzas armadas), bajo una protección garantizada la transformación de prisioneros en "desaparecidos" y la creación de

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HISTORIA CONTEMPORJ\NEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1H73�1992)

centros clandestinos de detención como institución central del po­ lanzados al río de la Plata o al Océano Atlántico, con el vientre des·
der dictatorial. Solo en Argentina el aparato represivo contaba con garrado para que sus cuerpos fuesen devorados por los tiburones. 49
364 centros clandestinos (conocidos con inquietantes nombres de En el caso chileno, eran atados a pedazos de rieles ferroviarios para
fantasía como Garaje Olimpo o La Escuelita), distribuidos en las 23 que terminaran en el fondo del mar, como lo demuestran los análisis
provincias. Estos lugares de detención, llamados chupaderos, están, la forenses. La mayoría de las víctimas eran jóvenes de entre Ql y 31
mayoría de las veces, situados en el interior de los cuarteles militares. años, predominantemente estudiantes universitarios o activistas, pero
Desde 1976 a 1983 las cifras oficiales del reporte Nunca Más, de la Co­ entre ellos hubo más de 800 adolescentes de entre 11 y QO años, y 500
misión presidida por Ernesto Sábato, calculan en cerca de treinta mil niños chupados por la maquinaria del régimen. La práctica a la que
a los ciudadanos desaparecidos, disidentes o sospechosos de serlo. recurrían los militares era la de asegurarle a las madres que los niños,
Según otros estudios, el número sería inferior (entre 11,000 y 15,000), durante la detención, serían entregados a los abuelos. En realidad, los
pero, de todas formas, el número sigue siendo masivo.48 Uno de los niños, incluidos los nacidos en los centros clandestinos de detención,
lugares más conocidos de estos sitios del terror fue la Escuela Supe­ eran adoptados ilegalmente por las familias de los militares o cerca­
rior de Mecánica de la Armada (ESMA), en donde más de cinco mil nas al régimen.
personas fueron detenidas y torturadas, y solo unos pocos cientos sa­ El objetivo final del ocultamiento de los cadáveres y la negación de
lieron con vida. La modalidad de los arrestos, la mayoría de las veces, la sepultura tuvo efectos desoladores, como lo recuerdan, aún hoy, las
se llevaban a cabo como verdaderos secuestros: brigadas no oficiales madres chilenas que buscan los fragmentos de huesos de sus propios
de militares, vestidos de civil, llegaban en un auto, que se iba a volver hijos en las fosas comunes del desierto de Atacama.5º Un testimonio
tristemente famoso -el Ford Falcan, de color verde oscuro, sin paten· argentino recuerda: "Las víctimas están condenadas a ser fantasmas
te- irrumpían en las casas, a mitad de la noche, secuestrando, a veces, [ ... J y los parientes a convivir con el drama de una espera infinita [ ... ]
a familias enteras. La víctima era brutalmente golpeada y encapucha­ La imposibilidad de procesar el pasado, suspende el presente y blo­
da, luego arrastrada hasta el auto, y todos desaparecían en el aire. El quea el futuro".51 Ya no era la muerte lo que aterrorizaba durante la
absoluto misterio acerca de la suerte de los detenidos hacía que las tortura, sino la expectativa de esta agonía sin fin, un proceso de des·
mismas familias de las víctimas callasen por temor, aterrorizadas por trucción del individuo, a través del aislamiento y la privación sensorial
las represalias que podrían conllevar o con la esperanza de encontrar que trasformaba a la persona en un desecho humano. Según algu·
una forma o un contacto para salvar a sus parientes. A menudo los nos estudios, estas prácticas habían sido retomadas de la experiencia
bienes materiales de los detenidos eran incautados y repartidos entre francesa en la guerra civil argelina, y formaban parte de las técnicas
los militares. De esta forma, miles de víctimas dieron vida a una inédi­ de contrainsurgencía, adaptadas a los distintos contextos nacionales.
ta y fantástica categoría de persona, la de los "desaparecidos". Junto El funcionamiento de esta maquinaria del terror involucró a miles de
a sus derechos también perdían la existencia civil. En Argentina no militares y estaba organizada a través de una planificación puntual y
hubo arrestos masivos, ni cárceles, ni fusilamientos, nada de asesi· orgánica, gestionada por los más altos comandos que, a menudo, par­
natos resonantes; los militares no se comportaban como sus colegas ticipaban personalmente en las ejecuciones. Este informal "ejército de
chilenos, que luego del golpe habían llenado el Estadio Nacional de la noche" argentino se estima que habría incluido a más de trescientas
prisioneros políticos, suscitando la indignación de la comunidad in· mil personas, organizadas en función de las diversas competencias,
ternacional. Muchos desaparecidos eran subidos a aviones militares los grupos de tareas encargados de secuestrar a las personas, los tortu·
para los llamados "vuelos de la muerte", aturdidos por fármacos, y radores e interrogadores encargados de sustraerles información útil y,

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMJbUCA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973·1992)

finalmente, los "desaparecedores" ocupados de desaparecer los cuer­ guevarista, produciendo un extremismo que se asemejaba a experien­
pos. Todo esto nos da una idea de cuán grande y compacta habrían cias como la de Camboya. El Sendero no tomaba prisioneros a sus
sido las dimensiones de este sistema represivo y de en qué medida enemigos: siempre fueron ejecutados. Una estrategia del terror que,
habrían involucrado a todos los aparatos de la organización del Esta­ en cierto sentido, reflejaba y era culturalmente semejante al terroris­
do. El terror de esta inédita violencia penetró profundamente en las mo de Estado, que se desarrolló hasta alcanzar las formas más extre­
vidas cotidianas de los latinoamericanos, no solo para los militantes mas del desprecio por la vida, con torturas públicas y la exposición de
políticamente comprometidos, los activistas de las organizaciones po­ cadáveres mutilados. A la ostentación de la violencia, como práctica
pulares o las comunidades eclesiales de base, sino también para los cotidiana, se le agregaba la ausencia de la, aunque mínima, posibili­
ciudadanos tradicionalmente alejados de la política activa. La natu· dad de recurrir a las autoridades civiles para acciones de defensa, que
raleza de este terror violento produjo heridas que jamás cicatrizaron exponían aún más a las comunidades rurales acorraladas entre los
completamente y efectos divisorios duraderos. s 2 El tema de la memo­ rebeldes y el ejército. El horror asumió dimensiones generalizadas, y
ria y del exilio iba a ser, luego, transformado en uno de los grandes el terror, producto del enfrentamiento irrestricto entre senderistas
temas, a menudo no resuelto, de la etapa de democratización de los y militares, se transformó en el compañero habitual en la vida coti·
países latinoamericanos, entre los años ochenta y noventa. También diana de muchos peruanos, instalándose en sus almas, así como los
el uso del estupro y la violencia sexual se transformó en uno de los describe vívidamente la antropóloga Claudia Llosa en una película,
instrumentos utilizados por las fuerzas militares y los escuadrones de extrañamente poderosa, como La teta asustada. ss
la muerte, para aniquilar la identidad de las mujeres comprometidas La historia de este terror, que penetró en la vida cotidiana de millo­
con la defensa de los derechos humanos y destruir la individualidad. 53 nes de latinoamericanos y que marcó profundamente la vida del conti·
Sin embargo, la violencia también fue el arma elegida por nume­ nente, produjo efectos tan poderosos y duraderos, a menudo negados
rosos movimientos guerrilleros, que hicieron de esta el instrumento por sus principales protagonistas, quienes, con frecuencia, debieron
principal de su lucha política, llegando a niveles de absoluta atroci· recurrir al olvido y la falta de memoria como anestesia para superar
dad, como en el caso del movimiento maoísta Sendero Luminoso en el pasado. Lo sucedido en América Latina por aquellos años, que nu·
Perú, fundado por Abimael Guzmán en 1969, pero, de hecho, activo merosos enfoque negacionistas a menudo han intentado relativizar,
a partir de la siguiente década, bajo el lema de la cuarta espada del gracias a un exceso de autoamnistía por parte de los militares, fue
marxísmo. s4 Luego de un inicial enamoramiento con el socialismo de revelado a la comunidad internacional por una serie de denuncias y re·
Mariatégui, por parte de los fundadores, docentes y estudiantes de la portes que reconstruyeron, con base en una mole incontrovertible de
Universidad de Huamanga, en la región de Ayacucho, el movimiento documentación y testimonios, esta masiva violación de los derechos
rechazó violentamente el elemento indigenista para abrazar un radi· humanos, en la cual perdieron la vida más de cien mil personas. En el
calismo maoísta totalizante. Si bien muchos de sus militantes prove· caso argentino, luego de una primera visita provisional de la Comisión
nían de áreas rurales, estaban obligados a negar su herencia cultural Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA en sep·
indígena impregnada de elementos religiosos, en una especie de tras· tiembre de 1979, s6 resultó crucial la capacidad de movilización inter­
!ación andina de la revolución cultural. De hecho, la característica nacional de las Madres de Plaza de Mayo, a las cuales, mientras tanto,
de esta organización política era el uso indiscriminado del terror y se les habían sumado las Abuelas de Plaza de Mayo de María Eugenia
lo espectacular de su violencia, como medio para conseguir el con· Casinelli y Estela Carlotto, dedicadas a la búsqueda e identificación
senso social. Un mecanismo que adhería a la tesis del "foquismo" de los nietos nacidos delas hijas dc:saparecidas. Estos fenómenos de
HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

denuncia y resistencia civil fueron el centro de importantes campañas cooperación internacional. En 1980 el Informe de la Comisión Brandt
internacionales, promovidas por el Tribunal Russell II, para América sobre el desarrollo invitaba a la comunidad internacional a cambiar de
Latina, y luego por el Tribunal Permanente de los Puebloss7 de Amnes­ paradigma, asociando las exigencias de la seguridad global con una
ty International y otras asociaciones comprometidas con los derechos relación más equilibrada entre los países del norte y sur del planeta.58
humanos y con las movilizaciones de exiliados, artistas e intelectuales. El elemento decisivo remite a la actitud mantenida por Estados Uni­
El 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín, el primer presidente de­ dos en los años del gobierno demócrata deJimmy Carter (1977-1981).
mocrático argentino luego de la dictadura, instituyó la Comisión Na­ En dicho periodo, de hecho, las relaciones interamericanas registra­
cional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), presidida por ron un radical cambio de dirección.59 El exgobernador de Georgia,
el escritor Ernesto Sábato, quien iba a redactar el conocido informe un outsider dentro de su propio partido, apuntaba a reforzar la imagen
Nunca más, documentando los casos de 8,960 personas desaparecidas. de heredero de la tradición del idealismo de Roosevelt. Carter, quien
En enero de 1991, el primer gobierno de transición hacia la demo­ eligió como secretario de Estado a Cyrus Vanee, casi para remarcar la
cracia en Chile, presidido por el democristiano Patricio Aylwin, iba distancia con la Realpolitik de Kissinger, enfatizó la cuestión de la de­
a publicar el Informe Retting, en el cual se reconstruían los casos de fensa de los derechos humanos y de la democratización. Aun cuando
desaparición forzada y asesinatos. Reconstrucciones luego ulterior­ las prioridades de la política exterior estaban centradas en la paz de
mente profundizadas, cualitativa y cuantitativamente, en noviembre Medio Oriente y en la firma de los Tratados SALT II con la URSS,
de 2004 con el Informe Valech, publicado por la Comisión Nacional so­ apenas asumió el cargo dio la orden, al consejero de Seguridad Nacio­
bre Prisión, Política y Tortura. Lo mismo sucedió en Uruguay en 1989 nal Zbigniew Brzezinski, de revisar los fundamentos de la estrategia
con el Informe sobre la violación de los derechos humanos (1972-1985), en latinoamericana. De hecho, el presidente estaba convencido de que la
El Salvador con el Reporte ONU De la locura a la esperanza ( 1993), competencia con la URSS sería ganada, en esta época, solo en el terre­
en Guatemala con el Nunca más. Informe del Proyecto interdiocesano de no de la libertad, los derechos humanos y la democracia, renunciando
recuperación de la memoria histórica (Informe Remhi, 1998) y en Perú al uso obsesivo del principio de la seguridad hemisférica y, sobre todo,
con el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de 2003. dejando atrás la responsabilidad estadounidense en los sucesos chile­
Documentos similares serían publicados también en Paraguay y Bra­ nos. Por lo tanto, fueron interrumpidos los programas de ayuda eco­
sil. La atención puesta en los derechos humanos y las iniciativas de nómica y militar a los regímenes de Argentina, Brasil, Chile, Guate­
denuncia internacionales floreció en los turbulentos años que acom­ mala, Haití, Paraguay y Uruguay. En general, Carter intentó apoyar la
pañaron el comienzo de la transición de América Latina hacia la de­ transición hacia los gobiernos civiles, como en el caso de Perú, en don­
mocracia, en la cual el impulso revolucionario comenzaba a aplacarse, de en 1978 se eligió una Asamblea Constituyente que abrió el camino
pero aún no se había realizado aquel regreso a la individualidad, que a las elecciones presidenciales (luego ganadas, en 1980, por el viejo
habría caracterizado a la cultura occidental, en especial a los jóvenes, Belaúnde Terry). El otro acto simbólico fue la firma, en septiembre
luego de los años ochenta. En este sentido, el paso a la nueva década de 1977, luego de seis meses de negociaciones, de los tratados Carter·
resultó particularmente vivaz en la construcción de redes de moviliza· Torrijos para la "neutralidad permanente" del Canal de Panamá. El
ción alrededor de las violaciones de los derechos humanos: de hecho, nuevo curso de la política de la Casa Blanca llevó al tímido deshielo
por un lado, surgía una mayor conciencia en la opinión pública, más de las relaciones con el régimen cubano, que por aquellos años (desde
desligada de los lineamientos de los partidos, y, por otro, repercutía la visita de Agostino Casaroli, en 1974) también había relajado las
la profesionalización de las ONG, en el nuevo marco de reglas de la tensiones con la Santa Sede. Luego de la grave crisis, a comienzos de
HISTORIA CONTEMPORi\.NEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973·1992)

los setenta, la economía cubana había registrado una ligera recupe· pérdida de su credibilidad, tanto en el plano internacional como na­
ración a mediados de la década gracias a las exportaciones de azúcar cional, entre las cuales, como se puso en evidencia, el nuevo clima
a la URSS. En 1977 Castro respondió a los signos de intención de supranacional, la división interna entre los distintos sectores de las
diálogo, por parte de la Casa Blanca, liberando una serie de detenidos fuerzas armadas, el aumento en la toma de conciencia de la socie·
políticos, pero permanecieron vigentes los problemas del embargo, dad civil, el horror por las violaciones a los derechos humanos, el
la base de Guantánamo y las continuas fugas de exiliados cubanos rol diplomático de la Iglesia Católica para garantizar una transición
desde la isla hacia Florida. En julio de 1979, cuando el Frente Sandi­ negociada, la insostenible presión social provocada por la represión,
nista de Liberación Nacional (FSLN) derrotó al régimen de Somoza la revitalización de los partidos políticos y, finalmente, los resultados
en Nicaragua, el consejero de Asuntos Interamericanos, el exembaja­ contradictorios en el plano económico, agravados, a comienzos de
dor de Costa Rica, Viron Vaky, recibió las instrucciones de limitarse la década, por el aumento de la inflación y la deuda externa. 60 Esto
a coordinar con la embajada la asistencia a los ciudadanos estadou­ le permitió a América Latina formar parte, como protagonista, de lo
nidenses que se encontraban en el país. De hecho, a finales de 1978, que Samuel Huntington llamó "la tercera ola" democrática,6 1 iniciada
Carter había suspendido la ayuda al gobierno de Somoza por su poco en Lisboa en 1974 con la "revolución de los claveles", pasando por
respeto a los derechos humanos. Es más, en los primeros meses luego España y retomada en América. Pero, una lectura crítica de muchos
de la revolución, el gobierno estadounidense concedió 99 millones de latinoamericanos, le imputan al historiador estadounidense el haber
dólares, a través de la USAID, para superar la situación de emergen· minimizado la responsabilidad de Washington, tomando una posi·
cia. Este habría sido uno de los temas latinoamericanos (junto al de ción eurocéntrica que ( como luego reafirmó en su idea de "choque de
la "pérdida" del Canal de Panamá) utilizados por la derecha republi­ civilizaciones") excluiría a América Latina de Occidente. 62
cana. En general, la política del gobierno de Carter resultó más eficaz En realidad, las transiciones fueron distintas para cada país y si­
en Sudamérica que en Centroamérica, en donde la defensa de los de­ guieron caminos independientes relacionados con las tradiciones de­
rechos humanos se enfrentó con una serie de dificultades imprevistas, mocráticas específicas de cada nación, dando vida a procesos no siem­
en �l contexto del clima dejado por la Guerra Fría. Básicamente, la pre lineales y a veces difíciles y accidentados, cuyos resultados iban
idea del presidente estadounidense de transformar radicalmente las a ser inciertos en muchos aspectos hasta finales de siglo. En algunos
relaciones hemisféricas no obtuvo los logros esperados, terminando casos esto sucedía porque el regreso de los militares a los cuarteles,
en un torbellino de críticas por parte de los sectores neoconservado· de hecho, no significaba el cese de sus injerencias en la vida política.
res. Pese al declarado compromiso por los derechos humanos, Carter En otros casos, las dificultades se relacionaron con la herencia de me­
no iba a poder abrazar completamente esta lucha, incapaz de superar morias divididas o las exigencias de la reconstrucción, que dejaron de
una serie de resistencias internas y de tomar una posición clara frente lado las responsabilidades y los crímenes de forma apresurada, para
a los abusos perpetrados por los dictadores latinoamericanos. garantizar una pacificación nacional más rápida. Este proceso inició
con las elecciones ecuatorianas de 1979, que dieron inicio, simbóli­
camente, a la desmilitarización del continente, y al que le sigu ieron,
DE LAS TRANSICIONES DEMOCRÁTICAS A LA "DÉCADA PERDIDA" Perú en 1980, Honduras en 1981, Bolivia en 198Q, Argentina en 1983,
Uruguay, Brasil y Guatemala en 1985, Paraguay y Chile en 1989, y
Son muchas y de naturaleza diversa las causas que llevaron, duran· Haití en 1990. Otros episodios contribuyeron, en el plano internacio­
te de los años ochenta, a la caída de los regímenes militares y a la nal y continental, a agilizar esta salida de los militares: la progresiva
HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÍ:RICA LATINA DlCTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

relativización del mito cubano, la crisis y fragmentación del tercer proceso de sustitución de las dictaduras, había aumentado a 439 mil
mundo, el rechazo hacia una época histórica, desde hacía tiempo, millones de dólares, y en 1995 habría crecido hasta 573.6 mil millo­
plagada de violencia política e ideológica, el despertar de la sociedad nes, llegando en el 2000 a 750 mil millones. La deuda externa de los
civil, ya no más dispuesta a aceptar el silencio cómplice, y el naci­ países latinoamericanos también se agravó sensiblemente a causa del
miento de nuevos movimientos sociales colectivos deseosos de par­ fuerte aumento del precio del petróleo, en 1973-1974 y en 1979-1980,
ticipar en la construcción de una democracia real, y no solo formal. que hizo crecer de forma desmesurada las reservas de dinero en las
En este sentido, es interesante notar que, con excepción de Centroa­ naciones exportadoras, y que las grandes bancas internacionales iban
mérica, destinada a convertirse en un área sensible de la Second Cold a utilizar para conceder préstamos a tasas de interés bajas, sobre todo a
War, los países sudamericanos se mantuvieron al margen del último muchos países latinoamericanos que, de esta forma, esperaban utili­
resurgimiento del bipolarismo, que pareció asediar al mundo en la zar dichos capitales para financiar su desarrollo. Países importadores
primera parte de los ochenta. 63 de petróleo, como Argentina y Brasil y, paradójicamente, también na­
Pero el regreso a la democracia coincide también con una crisis eco­ ciones exportadoras como Ecuador, México y Venezuela, terminaron
nómica y financiera devastadora. De hecho, la economía no ayudó a en el círculo vicioso de recurrir a los "petrodólares" para sostener su
la consolidación de los nuevos gobiernos democráticos que debieron crecimiento; como consecuencia, la deuda externa de la región en­
afrontar la carga de una deuda insostenible, con una inflación ga­ tera alcanzó cifras impresionantes. El mecanismo de financiamiento
lopante que erosionaba la capacidad de consumo de las familias y centrado en el reciclaje de los petrodólares, que había funcionado de
minaba las esperanzas para el futuro. 64 Siguiendo el axioma "menos forma sustancialmente eficaz hasta finales de los setenta, comenzó a
Estado, más mercado" y las políticas de desregulación severas, intro­ crujir luego de la adopción de las medidas antiinflacionarias solici­
ducidas en Estados Unidos y en Gran Bretaña por los gobiernos de tadas por el nuevo presidente de la Reserva Federal estadounidense,
Ronald Reagan y Margaret Thatcher, respectivamente, se aplicaron Paul Volcker. El aumento de las tasas de interés, sostén de la nueva
también en América Latina, las bases de aquella interpretación fun­ política monetaria restrictiva elegida por Washington, provocó un
damentalista del liberalismo económico, y que el economista John aumento de los intereses de la deuda ya acumulada. Esto, unido a la
Williamson habría rebautizado como el Washington Consensus: un do­ caída de las exportaciones de los países endeudados y al derrumbe de
cumento que recogía las recomendaciones y las recetas dictadas por los precios de las materias primas y los productos agrícolas, socavó la
las instituciones financieras internacionales, como el FMI y el BID, capacidad de los países deudores para hacer frente a sus obligaciones.
para que los países latinoamericanos superaran la crisis. 65 De hecho, La crisis fue sorprendentemente rápida. Cuando a finales de octu­
luego de las dictaduras militares, también los gobiernos democrá­ bre de 1981 los líderes de 22 países, de cinco continentes (Estados
ticos iban a permanecer fieles al dogma neoliberal, convencidos de Unidos, Japón, Alemania Occidental, Gran Bretaña, Francia, China
que, en el nuevo escenario de la globalización, este representaba el e India) se reunieron en la North-South Cooperation Summit, orga­
único camino para recuperar la economía de la región del creciente nizada en un gran hotel de Cancún, se propuso la idea de un "nuevo
estancamiento en el que se encontraba, fruto de la ineficiencia y la orden mundial", en el cual el comercio y la financiación iban a llevar
vulnerabilidad de los sistemas económicos productivos estructural­ hacia un crecimiento común más equilibrado. La cumbre fue orga­
mente frágiles. Según los datos de la CEPAL, la deuda en 1970, a nizada por el presidente mexicano López Portillo, con la presencia,
inicios del periodo dictatorial, era ·de 16.1 mil millones de dólares. entre otros, de Reagan, Thatcher, Mitterrand, y el premier chino Zhao
En 1990, cuando las democracias liberales habían casi completado el Ziyang, y con la ausencia de la URSS, signo simbólico del aislamiento

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉR!CA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

creciente que iba a contribuir a su implosión de allí a una década. Los reducción de los salarios, aumento del porcentaje de población por
únicos dos países de Latinoamérica presentes fueron Venezuela, con debajo de la línea de pobreza, altísima inflación y explosión del sector
Luis Herrera Campíns y México, con López Portillo, citados como informal, de tal forma que a esta década, los ochenta, se la recuerda
modelos de desarrollo equilibrado. También el lugar que se eligió como la década perdida, producto de los lineamientos del "reajuste
como escenario del evento era emblemático de la nueva etapa que co­ estructural". Por lo tanto, América Latina vivió este periodo sin de­
menzaba, Cancún, la nueva "perla del Caribe", un modernísimo cen­ sarrollo, en el cual el ingreso promedio per cápita estuvo por debajo
tro turístico que se disponía a superar a la vieja reina del turismo del límite alcanzado diez años antes. En comparación con las dos
mexicano, ya en decadencia, Acapulco. Aun así, solo diez meses des­ décadas anteriores, el crecimiento promedio anual descendió progre­
pués, en agosto de 198Q, estalló la crisis financiera, y México y Brasil, sivamente de 2.5 a 1.5%, con la correspondiente reducción a la mitad
las dos principales economías de América Latina, declararon su insol­ del PIB. También en relación con las inversiones, los países latinoa­
vencia admitiendo la imposibilidad de asignar anualmente 5% de su mericanos sufrieron un duro revés; en comparación a los cinco años
PIB para pagar intereses y amortizaciones. La crisis de la deuda mexi­ precedentes, 1976-1981, el volumen descendió, entre 1983 y 1990, de
cana abrió un nuevo ciclo y, en seis meses, el peso perdió la mitad de 25 a 16.7% del PIB. A la caída de las inversiones extranjeras se suma­
su valor respecto al dólar. El gobierno nacionalizó los bancos priva­ ron, en estos años, también las internas, a causa de la masiva fuga de
dos para evitar los riesgos de bancarrota y recibió créditos del gobier­ capitales al exterior. En estas condiciones, la estructura productiva
no estadounidense de aproximadamente 3.5 mil millones de dólares, de América Latina no parecía estar en condiciones de afrontar los de­
al cual se le sumó, a fin de año, un préstamo equivalente del FMI. safíos que presentaba el nuevo mercado global, cada vez más abierto,
El país lanzó una serie de medidas de ajuste estructural y los índices y el nuevo orden mundial proclamado en Cancún.
macroeconómicos subirían nuevamente solo a finales de la década, La combinación de los elementos individuales de este escenario re­
pero bajo el peso del endeudamiento público, ya estructural, y de un cesivo produjo una contracción de los ingresos per cápita. La desocu­
redimensionamiento del Estado social. pación se duplicó en Argentina y aumentó en Guatemala, Panamá
En realidad, muchos de los países endeudados creyeron poder su­ y Venezuela, empujando a muchos latinoamericanos a emprender el
perar la crisis renegociando los tiempos de pago con la esperanza camino de la migración. Para muchos argentinos, uruguayos y brasi­
de obtener nuevos créditos. Pero en esta segunda etapa los bancos leños se trataba de una especie de defja-vu familiar de las sociedades
generalmente cerraban los cordones de la bolsa, y cuando concedían que se habían refundado con la gran oleada de emigración europea.
préstamos lo hacían solo con la condición de rígidos programas de Para los mexicanos, que históricamente emigraban hacia Estados
estabilización, basados en el ajuste fiscal y monetario, la reducción Unidos, comenzaron a cambiar las rutas de salida y llegada. Por otro
draconiana del gasto público y políticas monetarias extremadamente lado, para muchos peruanos y bolivianos empezó un tipo nuevo de
rígidas, orientadas a reducir la inflación y la presencia del Estado en proceso migratorio, que luego iba a crecer exponencialmente en las
la economía. De hecho, también en donde las exportaciones funcio­ décadas sucesivas.66
naban y la balanza de pagos era positiva, la tasa de crecimiento real Los historiadores están unánimemente de acuerdo en considerar
se mantenía cerca de cero. El resultado de este proceso hizo que Amé­ que las reformas económicas y sociales aplicadas en Latinoamérica
rica Latina se precipitara en un ciclo económico negativo, con impor­ durante los ochenta, representaron un gran fracaso, contribuyendo,
tantes impactos sociales: desocupación, drástica reducción de las po­ de hecho, a una ulterior pauperización de la región, en un momento
líticas de bienestar, privatización de las escuelas y las universidades, particularmente delicado de su historia. En marzo de 1989, a menos

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973·1992)

de dos meses de la asunción del republicano George H.W. Bush en la denigración de la URSS, por él definida como "el imperio del mal",
Casa Blanca, se lanzó el ambicioso plan, preparado por el secretario con tonos de primera Guerra Fría, pero atenuados en función de los
del Tesoro estadounidense, Nicholas F. Brady, destinado a definir una nuevos estilos mediáticos de principios de los ochenta. A diferencia
nueva estrategia de renegociación de la deuda de los países latinoa­ de Nixon y Ford, el nuevo presidente colocó, desde el inicio, a Arnéri·
mericanos, para soportar mejor las crisis coyunturales. El plan estaba ca Latina entre las prioridades de la política exterior estadounidense.
basado en el acceso, por parte de los países endeudados, a una más En su campaña electoral, Reagan denunció la indecisión de la políti­
variada canasta de títulos (los llamados Brady bond), con intereses ca de Carter en Centroamérica, afirmando contundenternente que la
garantizados o con un descuento sobre el valor original, buscando, al región era el centro de un intento de conquista y desestabilización or­
mismo tiempo, estimular también las bancas comerciales. El plan iba questado desde Moscú. En su equipo de gobierno asignó algunas de
a contribuir a estabilizar las situaciones más críticas, pero sin lograr las principales tareas a varios intelectuales neoconservadores, corno
resolver el problema. El Brady-Plan, solo parcialmente centrado en Lewis Turnbs, Roger Fontaine y David Jordan, quienes, en los meses
la clásica restructuración orientada a proveer nuevos créditos para anteriores, habían escrito conjuntamente un documento, en el cual
pagar los intereses vencidos, contenía un paquete de medidas desti­ América Latina era identificada corno el principal terreno de enfren­
nadas a reducir la deuda, alentando la apertura hacia los mercados, tamiento en una hipotética "tercera guerra mundial". 67 La nueva em­
la reducción de la presión económica del Estado y el incentivo a los bajadora en la ONU, la politóloga de la Universidad de Georgetown,
capitales extranjeros. El recorte en el gasto público, la reducción de Jeane Kirkpatrick, evidenció tres factores de riesgo para Centroamé­
los subsidios a algunos bienes básicos y el clima de austeridad gene­ rica: la presencia cubana, el dinamismo diplomático tercermundista
ral, impuestos por la situación, habrían sido los elementos detonantes de los socialdemócratas europeos y el activismo católico, ya sea en
que iban a hacer explotar tensiones y conflictos sociales recurrentes los movimientos populares corno en las redes internacionales de de­
durante los años noventa, desencadenando una ola de protestas po­ nuncia. 68
pulares. También en este caso, América Latina funcionó como una De hecho, durante el gobierno de Reagan se llevó a cabo una nue­
especie de ensayo, desde el momento en que fue implementado el va separación entre la política sudamericana y la centroamericana.
Plan Brady, que sería luego reproducido, con los debidos ajustes, en En efecto, mientras en el Cono Sur Washington mantuvo una políti·
muchos países del ex bloque oriental, comenzando por la recién na· ca claramente contraria al golpismo, favorable a la consolidación de
cida Federación Rusa. los regímenes democráticos y a su inserción en el sistema económi­
co internacional, o bien confirmando sus buenas relaciones con los
regímenes sobrevivientes, corno el de Pinochet en Chile, en el área
EL VOLCÁN CENTROAMERICANO: ENTRE REVOLUCIÓN Y REPRESIÓN del Caribe y Centroamérica los lineamientos guía fueron más inter­
vencionistas, en particular durante el primer mandato presidencial,
En 1980, la elección de Ronald Reagan como presidente de Estados insistiendo en la prevención del red scare. Ya sea que fuese por una
Unidos marcó el triunfo del conservadurismo y el anticomunismo estrategia relacionada con la New Cold War o por la recuperación de
americano, pero con nuevas connotaciones en relación con el pasa­ los viejos esquemas de la política exterior estadounidense, la región
do reciente. El exgobernador de California y exactor se había esta­ se convirtió en un área de "especial interés" para el gobierno. Reagan
blecido como la estrella naciente del Partido Republicano, con una quiso hacer hincapié públicamente en la necesidad de sustituir la po­
agresiva campaña electoral focalizada ·en la desregulación y en la lítica de los derechos humanos de Carter, con una nueva estrategia

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

apoyada por el secretario de Estado Alexander Haig, introduciendo escuadrones de la muerte y grupos paramilitares. Luego de la tormen­
en las áreas neurálgicas de América central y el Caribe un control ta, a partir de 1984, América central se iba a transformar en el campo
coercitivo. Esto se vería plasmado en la ayuda a la contraguerrilla de pruebas de la doctrina militar del "conflicto de baja intensidad",
para derrotar al gobierno sandinista de Nicaragua, en el apoyo a los propuesta como solución a los desafíos de los movimientos popula­
gobiernos de El Salvador ( que entre 1981 y 1983 resultó ser el tercer res rebeldes del tercer mundo. Esta contemplaba una disminución
beneficiario de la ayuda militar estadounidense, solo por debajo de del esfuerzo bélico (con reducción de la ayuda militar), unido a una
Israel y Egipto) y Guatemala, y, en 1983, en la invasión de Granada repolitización guiada en el plano nacional, apoyando grupos políti­
(10,000 soldados, durante ocho días, con 19 caídos), la primera ope­ cos razonables. En estos años, las naciones centroamericanas vivieron
ración militar estadounidense desde el fin de la guerra en Vietnam. una condición de soberanía limitada, agravada por guerras civiles,
La intervención en la pequeña isla fue justificada por Washington marcadas por una verdadera escalada de violencia generalizada, que
considerándola una amenaza a la seguridad nacional estadounidense, coincidió, entre finales de los setenta y la primera mitad de los ochen­
para prevenir la asunción de un régimen marxista más radical que el ta, con una de las crisis más dramáticas de la historia de la región. En
presidido por el filo-cubano Maurice Bishop, depuesto por un golpe el caso salvadoreño, particularmente, la "desaparición" fue sustituida
en el otoño de 1983 por sus mismos compañeros de partido. Oficial­ por una especie de "aparición", en donde la exhibición de la muerte
mente, la operación sirvió para proteger un grupo de estudiantes es­ y de los cadáveres torturados tenía por objetivo generar terror en la
tadounidenses que se encontraban en la isla. población civil y alejarla del apoyo a la guerrilla. 7° Las víctimas, a
Pero en América central la situación era bastante más compleja que diferencia de lo sucedido en el Cono Sur, eran en su mayoría campe­
en la pequeña isla caribeña. Luego de admitir que la intervención sinos, hombres, mujeres y niños, por lo general jóvenes; e indígenas,
militar directa, por parte de las tropas estadounidenses, debía con­ en el caso guatemalteco.
cebirse solo como último recurso,69 Estados Unidos intensificó, en De entre las guerras civiles centroamericanas la más larga y clandes­
varios niveles, la idea de la guerra subsidiaria, apoyando de distintas tina fue la guatemalteca, en donde las víctimas se estimaron en alre­
maneras los regímenes aliados con ayuda económica y militar, con el dedor de 250,000, principalmente causadas por las masacres del ejér­
objetivo de alienar las simpatías y la base social de los movimientos cito· en las operaciones de "tierra arrasada" y por los escuadrones de
revolucionarios, así como también, trasladando a Centroamérica ex­ la muerte. 7 1 Una guerra interna intermitente en la cual, desde 1954, la
periencias llevadas a cabo en el Cono Sur en los ochenta. El Salvador, lucha política a menudo se desarrolló en un contexto marcado por los
Nicaragua, Honduras y Guatemala se transformaron, entre 1981 y enfrentamientos internacionales, y en donde la bandera ideológica del
1983, para Estados Unidos, en la nueva "cortina de hierro" latinoa­ anticomunismo y de la revolución fue utilizada, muchas veces, para
mericana. Distintos intelectuales evidenciaron el hecho de que la exa­ encubrir acciones o delitos que, de otra forma, hubieran sido difícil­
geración del riesgo era funcional a los intereses de la política interna mente justificados. Desde la caída del gobierno reformista de Árbenz,
estadounidense y a la lógica, más general, de la nueva guerra fría. Guatemala se encontraba paralizada entre una condición de inmo­
Durante los años ochenta la inversión militar en todos los países de vilidad autoritaria y una apremiante necesidad de cambios sociales y
Centroamérica creció en promedio 15% anual y, exceptuando a Costa económicos, considerados por los gobiernos militares y las élites como
Rica, todos los estados de la región reinvirtieran más de una quinta peligrosos y subversivos. El conflicto se desarrolló en tres fases: de
parte del presupuesto nacional en gastos militares. Un incremento 1962 a 1969; de 1970 a 1985, y de 1986 a 1990. Un proceso que, sin
que se correspondía, paralelamente, con el crecimiento en el uso de embargo, alcanzó su punto más alto de violencia en los primeros tres

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

años de los So, en particular con el golpe de marzo de 1982 del general central: El Salvador. Desde finales de la segunda mitad de los años
Efraín Ríos Montt, quien, gracias a una violencia indiscriminada, en setenta, el gobierno del general Molina, fundado en el Partido de
poco más de un año arrasó con los movimientos guerrilleros, creando Conciliación Nacional (PCN) ligado a los militares, había demostra­
un vacío interno para los insurgentes, sobre todo para los militares del do ser incapaz de gestionar una crisis social que alcanzó dimensiones
movimiento guerrillero unificado Unidad Revolucionaria Nacional alarmantes. La oligarquía ya no se sentía protegida, y, golpeada por
Guatemalteca (URNG). Miembro de una secta californiana evange­ los primeros atentados de las fuerzas guerrilleras, pidió orden y repre·
lista fundamentalista, Montt (que en el año 2000 iba a ser imputado sión. Se consolidó la acción de los escuadrones de la muerte en cola­
por genocidio en dos procesos internacionales, quedando, de hecho, boración con el grupo paramilitar de ORDEN, capilarmente activo
impune) comparaba su presidencia con el deber de cumplir con una en las áreas rurales y responsable del asesinato de cientos de personas
misión cristiana. Su campaña contrainsurreccional en las áreas rurales sospechosas de subversión. Desde el punto de vista de la derecha sal­
tenía como lema "comida a cambio de trabajo" para quienes coope­ vadoreña, la amenaza más grande provenía de los movimientos popu­
raran con los militares, y la represión sin cuartel para quienes se reu­ lares y de las comunidades eclesiales de base que, a partir de mediados
saran, como lo demostró la masacre en el poblado de Rabinal. 7 � Bajo de los setenta, habían sumado una gran cantidad de gente al estudio
su presidencia entraron en función los Tribunales de Foros Especia­ politizado de la Biblia y en grupos de autoayuda. De 1977 a 1979 se
les, tribunales militares que emitían sentencias de muerte sin ninguna experimentó una escalada constante de violencia que golpeó particu­
medida judicial preliminar, y hacían un uso extendido de la tortura, larmente a campesinos y activistas del sindicato de las FECCAS, mien­
ensangrentando las regiones indígenas Maya Ixil y Quiché. Durante tras se vivía un proceso de radicalización ideológica. En medio de la
el régimen del general Mejía Victores (1983-1985), con una "baja en la crisis surgió la figura del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnul­
intensidad", se aprobó una Constitución y se llevaron a cabo eleccio­ fo Romero, comprometido con un complejo intento de pacificación
nes ganadas por un civil, el democristiano Vinicio Cerezo Arévalo. La nacional que, sin embargo, también se traducía en una denuncia de
transición controlada por el Ejército no extinguió el conflicto armado la violencia. El arzobispado organizó una comisión por los derechos
interno, que produjo, aún durante años, profundas laceraciones en el humanos para identificar a las víctimas, un sistema de protección le­
tejido de la sociedad guatemalteca. Recién el 29 de diciembre de 1996 gal para los campesinos sometidos a la represión y, además, comenzó
se iba a llegar a la firma de un acuerdo de paz, que puso fin a un con­ una campaña internacional de concientización denunciando univer­
flicto que duró 36 años, en coincidencia con el despliegue de la misión salmente la violencia y la responsabilidad de las instituciones políti­
peacekeeping Minugua. 73 Muchos sectores conservadores iban a oponer cas, con ocasión de la III Conferencia del CELAM, llevada a cabo en
resistencia, mostrándose contrarios a los acuerdos de paz, a una ma· Puebla en enero de 1979, año en el cual el país experimentó dos juntas
yor apertura política y, sobre todo, a una redistribución de la riqueza militares. Luego de haber recibido dos títulos ad honorem de la Univer­
nacional. Aún después de dos años de los acuerdós ,. el 26 de abril de sidad de Georgetown y Lovanio, en enero de 1980, Romero le escribió
1998, el obispo emérito de la diócesis de Santa Rosa de Quiché, Juan una carta abierta a Carter para que suspendiera la ayuda al gobierno
Gerardi Corredera, fue asesinado al día siguiente de la publicación del e invitó a los militares a la objeción de conciencia. El 24 de marzo, el
informe del Proyecto interdiocesano de recuperación de la memoria históri­ arzobispo fue asesinado en el altar mientras celebraba la misa, por un
ca, que había presidido. 74 asesino vinculado con el aparato de inteligencia militar. 75
Un terreno ensangrentado por la conjunción de la crisis interna y la Con la muerte de Romero la crisis del país empeoró y, en octubre,
segunda guerra fría, en aquellos años fue "El Pulgarcito" de América estalló la guerra civil que enfrentó al ejército salvadoreño con una

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

coalición de grupos guerrilleros, el Frente Farabundo Martí para la estadounidense dirigida a contrarrestar la guerrilla del FMLN, a su
Liberación Nacional (FMLN). Se registraron algunos intentos por vez apoyada por Cuba vía Nicaragua, y aunque profundamente divi­
reactivar la diplomacia a través de los canales humanitarios invoca­ dida al interior del episcopado (que también tenía un ala promilitar),
dos por la CEE, acompañada por las protestas de algunos gobiernos la Iglesia ejerció un rol pacificador. El precio pagado fue alto en tér­
europeos que cerraron sus sedes diplomáticas en el país, pero Wash­ minos de sacerdotes (entre los cuales, seis jesuitas, comprendido el
ington reafirmó su apoyo al gobierno y de poco sirvieron iniciativas teólogo liberacionista español Ignacio Ellacuría, fueron asesinados
como la Declaración franco-mexicana del 28 de agosto de 1981, con en la universidad UCA en octubre de 1989) y laicos asesinados, con
la cual los presidentes López Portillo y Mitterrand reclamaban el co­ un gran número de catequistas rurales secuestradas y masacradas. La
mienzo de negociaciones y reconocían al FMLN-FDR como fuerzas paz se firmó en enero de 1992 con un acuerdo experimental supervi­
políticas representativas. La guerra tuvo un pico de violencia y masa­ sado por la ONU, que promovía conjuntamente la misión ONUSAL
cres entre 1981 y 1983 (las más famosas fueron las de El Mozote y Río en el país y la redacción de un informe general sobre las violacio­
Sumpul, en donde un grupo de campesinos que intentaba refugiarse nes, que realizaría una Comisión de la Verdad, patrocinada por la
en Honduras fue masacrado por el fuego cruzado de los dos ejércitos CIDH.80 La guerrilla del FMLN se transformaba en un partido po­
centroamericanos).76 En 1983 la directora de la Comisión de los De­ lítico para competir con el partido Arena de derecha del presidente
rechos Humanos salvadoreña, Marianella García Villas, fue asesinada Cristiani, pero fundado por el principal coordinador de la represión,
por cuerpos especiales del batallón Atlácatl.77 Entonces surgió una el coronel D'Aubuisson (muerto, mientras tanto, a causa de un tu­
nueva iniciativa multilateral latinoamericana, el Grupo de Contadora mor). Para el secretario general saliente de la ONU, el peruano Javier
para la Paz, instituido en 1983 e impulsado en un primer momen­ Pérez de Cuéllar (1982-1991) y para su sucesor, el egipcio Boutros
to por México, Colombia, Panamá y Venezuela (luego también por Boutros-Ghali (1992-1997), se trataba de una forma de peacekeeping
Argentina, Brasil, Perú y Uruguay).78 Un proceso diplomático frágil modelo, en aquella etapa de salida del bipolarismo, que, sin embargo,
pero que representó un original intento de impulsar el multilateralis­ ya estaba marcada por lo que Mary Kaldor llamó las nuevas guerras
mo latinoamericano. Mientras se llevaban a cabo las protestas ínter· (cada vez menos gubernamentales, transicionales y difusas). 81 El cos·
nacionales, El Salvador experimentó un violento proceso de despla­ to del conflicto fue dramático, con un balance final estimado en, al
zamiento (vaciamiento) interno, de mujeres y familias que huían de menos, 80,000 muertos. Fue justamente la población rural que vivía
los poblados sobre la línea de fuego.79 Se generó un singular exilio en las áreas del conflicto la que pagó el precio más alto.
popular y femenino, en su mayoría, gracias a las redes de solidari­ Sin embargo, el primer acto de desestabilización regional había
dad internacionales. Solo en 1984 inició también en El Salvador una sucedido en Nicaragua, con la revolución del Frente Sandinista de
"baja en la intensidad", con la presidencia del democristiano Duarte. Liberación Nacional (FSLN) que, el 19 de julio de 1979, había lo­
El sucesor de Romero, monseñor Arturo Rivera y Damas, promotor grado derrocar al régimen de la familia Somoza, en el poder desde
de la defensa de los derechos humanos, desempeñó en aquel perio· 1937. Si bien quienes formaban parte del FSLN provenían de una
do un rol silencioso, inspirado en cuatro directivas: solución política matriz laica, la revolución nicaragüense fue la primera en la que los
y negociada del conflicto; apoyo a las reivindicaciones justas de los cristianos participaron como protagonistas y recibieron, al menos en
grupos sociales más vulnerables; asistencia material a las masas de un primer momento, una decisiva aprobación por parte de la Igle­
refugiados, y denuncia de las responsabilidades en relación con las sia Católica local, tanto fue así que algunos religiosos liberacionistas
violaciones de los derechos humanos. A pesar de la importante ayuda (como los hermanos Ernesto y Fernando Cardenal, uno trapense y el

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE Ai\Ü:RICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

otro jesuita) iban a ser ministros del primer gobierno experimental Sin embargo, las presiones internacionales y la propuesta de media·
sandinista. Pero a continuación los obispos iban a realizar un llama­ ción del Grupo de Contadora, la crisis continuó y las elecciones de
tivo cambio de dirección, encabezado por el arzobispo de Managua, 1984 vieron el triunfo del líder sandinista Daniel Ortega. En Estados
Miguel Obando y Bravo, transformándose en la principal fuerza de Unidos, entonces, se aprobó un plan, que quedó en manos del co·
oposición del régimen sandinista, guiada por los hermanos Humber­ ronel Oliver North, para financiar a la "contra" a través de lo recau­
to y Daniel Ortega. En un primer momento los sandinistas permitie­ dado por la venta ilegal de armamento a Irán, país clasificado como
ron el pluralismo político y reconocieron, en su plan de gobierno, terrorista, evitando una enmienda del congreso que buscaba poner
el principio de no alineamiento y de un sistema de economía mixto un freno al aumento del gasto militar. Esta operación fue descubier·
con espacios para el sector privado, con la intención de evitar el ais­ ta y se hizo pública en 1986, conocida como Irangate, un escándalo
lamiento internacional. 82 A los ojos del gobierno de Reagan, el san­ que iba a producir graves acusaciones hacia el poder ejecutivo, y el
dinismo era visto como una amenaza, un régimen que no podía ser inicio de una investigación contra el secretario de la Defensa Caspar
tolerado justamente porque podía transformarse en un ejemplo peli­ Weinberger (a quien el nuevo presidente, George H.W. Bush, defcn·
groso a nivel regional y más allá también (en especial en El Salvador, dió llamándolo un true American). El área centroamericana encontró
en donde la guerrilla era muy eficaz). De hecho, aquel experimento una primera pacificación parcial solo en 1987 con los Acuerdos de
político gozó de gran atención a nivel internacional, despertando un Esquipulas, firmados con la intención de favorecer el cese al fuego y
clima de solidaridad prolatinoamericana que movilizaba a los mili­ el inicio de un diálogo entre todas las partes interesadas, patrocina·
tantes de izquierda y a los católicos, así como también a artistas y dos por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias Sánchez (premiado
jóvenes de diversos orígenes. 83 En 1980, el grupo británico de punk­ con el Nobel de la Paz), y aceptados por todos los países de la región.
rock, Toe Clash, en el punto más alto de su fama, intituló uno de En Nicaragua las nuevas elecciones de 1990 fueron ganadas por la
sus álbumes Sandinista, burlándose del gobierno de Reagan; mientras oposición, encabezada por Violeta Barrios de Chamorro, viuda del
que, en 1983, el Concierto por la paz en Centroamérica convocó, en Ma­ líder moderado Joaquín Chamorro, asesinado en enero de 1978 por
nagua, a algunos de los artistas latinoamericanos más importantes, sicarios de Somoza.
desde el brasileño Chico Buarque hasta la argentina Mercedes Sosa, En cambio, fue distinto el caso de Panamá, uno de los paraísos fis­
quien apenas había regresado a su país del exilio. cales más famosos del mundo, en donde desde 1983 operaba el ré·
Washington inició un embargo económico contra Managua, utili­ gimen del general Manuel Noriega, desde hacía tiempo hombre de
zando todas las herramientas posibles del ámbito diplomático y de la confianza de la CIA y defensor de la "contra". En 1987 se deterio­
propaganda ideológica y, al mismo tiempo, promovió una serie de ac­ raron las relaciones entre Washington y Panamá como resultado de
ciones encubiertas, orientadas a desestabilizar al país a través del apo· una serie de escándalos financieros que señalaban a Noriega como un
yo a una fuerza guerrillera antisandinista. Este ejército clandestino, elemento clave del tráfico de cocaína y armas con Estados Unidos.
conocido como la "contra", estaba compuesto, en parte, por exinte· El hecho sacudió a la opinión pública a tal punto que el congreso
grantes de la guardia nacional de Somoza más algunos que se habían solicitó una profunda revisión de las relaciones con Panamá, suspen·
separado del FSLN; tenía su base en Honduras, en donde recibía en· diendo cualquier tipo de ayuda. Dos años después, con George H.W.
trenamiento y apoyo financiero. La radicalización del enfrentamiento Bush como presidente, se iba a lanzar la operación Just Case, con el
armado iba a llevar, progresivamente, a los sandinistas a abandonar envío de 20,000 soldados a Panamá. La operación, que produjo entre
las posiciones tercermundistas y a acercarse cada vez más a la URSS. 500 y 1,000 víctimas, fue condenada por la OEA y terminó a finales

a99
HISTORIA CONTEMPOR.t-\NEA DE At,r�RICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (HJ73-1992)

de enero de 1990. Noriega fue arrestado, llevado a Estados Unidos y Belisario Betancur ganó las elecciones, invirtiendo la política mili­
condenado a 40 años de prisión. tarista de su predecesor y abriendo un diálogo experimental de paz
con el grupo M-19, el más nacionalista y menos ligado a la tradición
"foquista" entre los movimientos guerrilleros colombianos. El grupo
VENEZUELA Y COLOMBIA EN BUSCA guerrillero, ya diezmado por la represión, estaba convencido de que
DE UNA DEMOCRACIA INCLUSIVA los diálogos no producirían salidas políticas y decidió dar vida a una
acción tan impresionante como desesperada. El 6 de noviembre de
Durante los años ochenta, cuando el resto de América Latina experi­ 1985 un grupo de 35 guerrilleros ocupó el Palacio de Justicia de Bo­
mentaba, según formas y tiempos distintos, su complicada reconcilia­ gotá. La intervención del ejército provocó una verdadera masacre: la
ción con los valores e instituciones de la democracia representativa, mayor parte de los guerrilleros fueron asesinados, y con ellos 35 de
Colombia y Venezuela estaban atravesando una larga crisis política e los 350 rehenes, entre magistrados y civiles. Aprovechando el vacío
institucional que iba a cambiar su ordenamiento durante la siguiente político producido por este extenso panorama de violencia y por el
década. En esos años, Colombia, no obstante la discreta evolución clima de miedo que oprimía a los colombianos, los cárteles de la dro­
de los índices macroeconómicos y los planes de modernización, se ga se introdujeron en la política para adquirir, en estos años, tanto
transformó en uno de los países más peligrosos del mundo, destro­ poder que les permitiría iniciar una ofensiva directa con el ambicioso
zado por una guerra civil sin precedentes, en la cual el fenómeno objetivo de adueñarse del Estado. EÍ crecimiento exponencial de los
endémico de la violencia social, la privatización del uso de la fuerza, mercados mundiales de cocaína, entre los setenta y ochenta, había
la paralela degradación del Estado, la mercantilización y la corrup­ hecho de Colombia un centro de producción estratégico. En las zo­
ción, producto del inmenso mercado de los carteles de la droga, se nas de cultivo de la droga, los jefes del narcotráfico encontraron la
entrelazaban con el uso de la práctica del secuestro de personas, el forma de convivir con la guerrilla, invirtiendo sus enormes ganan­
tráfico oculto de los vendedores de esmeraldas y el nacimiento de cias en las haciendas, explotaciones y emprendimientos comerciales.
los grupos de autodefensa. Era una forma distinta de la violencia en En mayo de 1984 los narcos asesinaron al ministro de Justicia Ro­
comparación a las dictaduras militares del Cono Sur que, según algu· drigo Lara Bonilla, iniciando un periodo de homicidios políticos y
nos estudios, habría anticipado algunas de las características típicas una alianza, con acuerdos variables, entre traficantes y guerrilleros.
del siglo XXI. Durante la presidencia de Julio Turbay Ayala, de 1978 a La sociedad civil colombiana fue desgarrada por un clima de violen­
1982, Colombia se vio asolada por una represión generalizada, puesta cia indiscriminada y extensa, por una guerra sucia que enfrentaba a
en práctica por la dura contraofensiva del Estado frente a los numero· la guerrilla con los grupos paramilitares de extrema derecha, narco·
sos grupos guerrilleros, activos desde finales de los setenta: las FARC, traficantes, ejército, policía y delincuencia común, todo dentro de un
el ELM, y el Movimiento 19 de Abril, conocido como M-19. Todos contexto de poderosas redes trasnacionales que comunicaban a los
los ciudadanos eran invitados por el ministro de Defensa, el gene· narcos con los grandes cárteles criminales estadounidenses, asiáticos
ral Luis Carlos Camacho, a armarse como pudiesen para defender y europeos. 85
al país. En este periodo todas las leyes y derechos fueron suspendí· En este periodo, los cárteles criminales de Medellín y Cali domina­
dos, y la tortura volvió a ser sistemática. Entre 1979 y 1983 las FARC ban, con sus tentáculos, todos los ámbitos de la vida nacional, ejer·
aumentaron de 9 a '1.7 sus frentes de combate, transformándose en ciendo un poder criminal invasivo. No obstante el apoyo económi­
una guerrilla de dimensiones nacionales. 84 En 1982 el conservador co estadounidense, el gobierno demostró en aquel periodo toda su

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMtRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973·1992)

fragilidad. En agosto de 1989 fue asesinado el senador, y candidato 1993, Pablo Escobar fue asesinado en un apartamento de la periferia
presidencial, Luis Carlos Galán, quien se había comprometido, du­ de Medellín. Pero su desaparición terminó reforzando las demás or­
rante su campaña electoral, a desmantelar las fuerzas paramilitares ganizaciones mafiosas, como el cártel de Cali. En las elecciones polí­
nacidas para contrarrestar las guerrillas de izquierda, y combatir con ticas de 1994 ganó el candidato liberal Ernesto Samper Pizano, cuya
las armas a los cárteles de la droga, a menudo responsables de asesi­ campaña electoral, como se sabría luego, fue probablemente financia­
natos indiscriminados en las áreas rurales. El homicidio, y su impac­ da, en parte, por el cártel de Cali. Muchos esperaban que la elección
to internacional, empujaron al gobierno colombiano a una especie de este liberal progresista representara, para Colombia, el inicio de
de declaración de guerra contra los traficantes de droga, como una un nuevo periodo, el de la pacificación nacional. Aun así, además
prioridad institucional, aunque los resultados iban a ser mixtos. De de los escándalos, la crisis económica y el endeudamiento sin pre·
hecho, en ese punto, luego de años de tolerancia, la mafia colombiana cedentes, la presidencia de Samper se presentó, en ocasiones, como
tenía medios económicos y militares tan poderosos como para confi­ uno de los momentos más críticos de la historia colombiana, marcado
gurar un Estado dentro del Estado, ofreciéndose, en las áreas rurales, . por el colapso estructural del Estado. En este periodo los paramilita·
como un referente parainstitucional en las comunidades campesinas. res aumentaron la práctica de las masacres para golpear a la guerrilla
Los homicidios políticos continuaron y, en marzo de 1990, fue asesi­ y, también, para ser reconocidos como un tercer actor político en las
nado otro candidato presidencial, Bernardo Jaramillo, y veinte días negociaciones de un eventual proceso de paz.
después sería el turno de su sustituto, Carlos Pizarro. A inicio de los Uno de los elementos paradójicos del caso colombiano está relacio­
noventa el país se encontraba ya en medio de la anarquía, devastado nado con el hecho de que, durante los ochenta y noventa, el país, a
por una violencia sin límites y por una profunda desconfianza hacia pesar de la escalada de violencia y el poder de las mafias, experimentó
el Estado y sus instituciones. En 1992 la abstención electoral llegó a un acelerado proceso de modernización, que iba a cambiar su aspecto
un porcentaje récord de 70%. El líder indiscutido de los cárteles de y estructura social, transformándolo de país rural a uno urbano, y,
la droga era Pablo Escobar Gaviria, quien hasta ese momento ha· gracias a la exportación de café y petróleo y a su gran capacidad em­
bía logrado garantizar una especie de pax mafiosa entre los cárteles, presarial, se transformaría en una de las naciones más ricas y dinámi­
construyendo, además, un culto a su propia personalidad. Escobar cas de América Latina, 86 pero, al mismo tiempo, en un país de excesos
proclamó su guerra privada contra el Estado colombiano, llegando a y paradojas, dividido por mil heridas y desigualdades incomparables,
ofrecer una recompensa de cinco mil dólares por cada policía asesi­ por grupos de niños de la calle excluidos de los programas sociales
nado, obligando a la presidencia a decretar el estado de emergencia. (como los representados vívidamente en una película de la época, La
De repente se pasó de una evidente tolerancia a una guerra sin cuartel vendedora de rosas), un país devorado por la violencia indiscriminada
contra los "narcos". En enero de 1993 apareció otro grupo paramilitar y la extensa corrupción. 87 La Constitución, aprobada en 1991, era una
denominado "Los Pepes", financiado por el gobierno, mientras que de las más modernas y avanzadas del continente, que garantizaba
el nuevo presidente estadounidense, el demócrata Bill Clinton, hacía formalmente el equilibrio de los poderes entre el centro y la periferia,
de la política de guerra contra la producci6n de la droga uno de los los derechos humanos, la protección ambiental y la pluralidad étnica.
pilares de su gobierno. En estos años, el enfrentamiento entre grupos Dicha Carta representó, indudablemente, un momento de grandes
paramilitares y narcos llegó a niveles de violencia increíbles, con el oportunidades, el momento más cercano a la superación del conflic­
uso de coches bomba, que provocaron continuas matanzas entre los to colombiano, un proceso que preveía numerosas desarticulaciones
civiles. Luego de meses de una cacería sin tregua, el 2 de diciembre de simultáneas. Aun así, aquella oportunidad se derrumbó a principios

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HISTORIA CONTEMPORANEA DE AMfRfCA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

de los noventa debido a la doble espiral de la erisis eeonómica y el cambiaron todas las características del país. En realidad, Venezuela
impasse político, provocados, por un lado, por la rigidez de los gru­ solo era uno de los miembros fundadores de la OPEC, de la cual, sin
pos revolucionarios, y, por el otro, por la violencia represiva eontra embargo, no formaba parte México, la otra gran potencia petrolera
los movimientos políticos en general y eontra todo tipo de expresión latinoamericana. En este sentido, fue uno de los países precursores
de la oposición social. En 1997 los paramilitares se iban a coalicionar de la idea de crear un grupo petrolero a través del cual establecer los
en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) de Carlos Castaño, precios del oro negro y regular la demanda con la oferta. En el pe·
mientras Colombia desaceleraba sus exportaciones de café y comen­ riodo entre los setenta y ochenta, profundamente marcado por la cri·
zaba a ser un país minero. En aquellos años, la guerra iba a ser cada sis de 1973, Caracas se posicionó al centro del panorama geopolítico
vez más dura y el número de las víctimas aumentaría vertiginosamen­ internacional, aprovechando sus enormes recursos de hidrocarburos
te. Intimidaciones, agresiones, secuestros y desalojos forzados se ex­ para encabezar activamente una especie de geopolítica de tercermun­
tendieron eomo reguero de pólvora, mientras que el eonflicto armado dismo moderado, extenso, alternativo y, en ocasiones, colaborativo
se transformaba en una disputa a muerte por el eontrol del territorio con México. Aunque Washington era el primer importador del crudo
y los recursos locales. Entre 1982 y 2012 las minas antipersonales ma­ venezolano, la política de Caracas fue bastante flexible en la segunda
taron a más de 10,200 personas y dejaron más de 8,000 heridos. Los mitad de los setenta, durante el gobierno de Carter, y se vio repre·
extensos sabotajes a las infraestructuras, desde oleoductos y puentes sentada desde el apoyo a los sandinistas hasta al panameño Torri­
a establecimientos industriales, y los ataques a instituciones públicas, jos, durante las negociaciones para la restitución del canal, y desde la
palacios comunales, sedes de partidos, sindicatos y ONG, minaron los transición democrática en España hasta las iniciativas de promoción
valores de la democracia e hicieron fracasar los objetivos del Estado. de los procesos de paz en Medio Oriente. 88 Si durante laNew Cold War
Los sucesos políticos y sociales del país vecino de Colombia, Vene­ y el incendio centroamericano, el presidente venezolano Luis Herrera
zuela, con el eual comparte miles de kilómetros de frontera, fueron Campíns, del COPEI (1978-1984), debió moderar el impulso tercer·
marcados, hasta finales del siglo, por el ya citado Pacto dePunt(!fijo, mundista, Venezuela siguió siendo, junto al México de Miguel de la
ratificado en 1958 por los líderes de los tres mayores partidos vene­ Madrid y a la Colombia de Belisario Betancur, uno de los principales
zolanos, AD, COPEI y URD; se trataba de una especie de compro­ promotores del Plan de Contadora. Hasta 1989 Venezuela fue con­
miso histórico entre las principales fuerzas políticas, que preveía una siderada como uno de los mejores ejemplos de democracia entre los
rigurosa alternancia de los partidos al gobierno, y que se extendía países de América Latina. Entre 1986 y 1989, cuando la presidencia
a todos los aspectos de las maquinaria administrativa y del aparato había regresado a Pérez, el control de los precios del barril y el alza
económico y social del Estado, asegurando la estabilidad y la paz de la inflación, que creció hasta 30% anual, produjeron, sin embar·
en Venezuela. El petróleo seguía siendo el recurso principal, el "mo­ go, un drástico redimensionamiento del potencial económico y del
nocultivo" como era llamado que, aun a comienzos de los noventa, mantenimiento del sistema político. Las medidas de ajuste estructu·
garantizaba al Estado 67% de las entradas, representando 92% de las ral produjeron una fuerte contracción de las ganancias derivadas del
exportaciones venezolanas. La nacionalización de la industria petro­ crudo, que hasta entonces habían financiado la deuda pública y los
lera, iniciada en 1976, durante el primer gobierno de Carlos Andrés gastos ordinarios. Para el país, que había invertido mucho, también
Pérez, delfín de Betancur a la cabeza del AD, sancionó el nacimiento en políticas culturales y de promoción de las artes, fue un shock co·
del petroestado venezolano. No se trataba de una simple nacionaliza· lectivo que puso fin al mito de la infinita riqueza petrolera, obligan­
ción sino de una estatización de la industria, con lo cual, de hecho, do a los venezolanos a enfrentarse a las restricciones y la austeridad.

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El drástico cambio del escenario produjo un malestar generalizado a las esperanzas de los realistas españoles. La identificación con la
entre las clases medias y los niveles populares, poniendo en peligro la principal figura de la independencia latinoamericana habría sido tan
continuidad política del país. El contexto comenzó a agrietarse con fuerte en la vida de Chávez que, en su primera entrevista concedida
una revuelta, pasada a la historia como el Caracazo, contra la política a la prensa, luego del fallido intento de golpe de 1992., iba a afirmar:
neoliberal del gobierno socialdemócrata de Pérez. El 2.7 de febrero de "Bolívar y yo realizamos un golpe de Estado. Bolívar y yo queremos
1989 cientos de miles de personas se trasladaron desde los barrios po­ que el país cambie". 89 En una especie de déja-vu, parecía retomar las
bres hacia el centro de la capital. Los manifestantes saquearon nego­ declaraciones revolucionarias del mexicano Francisco Madero, quien,
cios y destruyeron vitrinas. El gobierno decretó el estado de emergen­ en 1910, había afirmado haber escrito su manifiesto revolucionario
cia en un intento por reprimir los disturbios, y en los enfrentamientos acompañado por el espíritu de Benito Juárez. Aun así, ochenta años
perdieron la vida entre mil y tres mil personas. Esta manifestación es después, el contexto cultural, social y político, en el cual se comenza­
considerada, por la mayoría de los historiadores venezolanos como el ba a formar el proyecto neobolivariano chavista, estaba muy lejos de
final del sistema puntefi,jista y el inicio de una nueva Venezuela. Du­ el del terrateniente progresista Madero, así como del lenguaje y de los
rante estos años, hasta 1993, el país se vio paralizado por marchas y modelos de referencia.
manifestaciones duramente reprimidas por el gobierno, en un marco. De hecho, en aquellos años, Chávez y sus colegas del círculo MBR·
de creciente violencia y corrupción que comenzó a minar las bases 2.00 habían tenido la oportunidad de entrar en contacto con la expe·
del modelo democrático. En dicho contexto, comenzó a difundirse rienda del militarismo antioligárquico, antimperialista, nacionalista
la idea, compartida por distintos intelectuales radicales de izquier­ y sutilmente populista del régimen peruano de Juan Velasco Alvara·
da y de derecha, de que la democracia representativa ya no era un do. Las políticas rígidamente neoliberales, puestas en marcha por el
sistema que respondiese a las exigencias del país. Por lo tanto, iba a gobierno de Pérez para superar la crisis, la dura represión política y la
madurar un nuevo movimiento militar de izquierda. Ya en 1982. algu­ reducción del espacio de los derechos sociales empujaron, entonces,
nos oficiales, entre ellos Hugo Chávez, fundaron el Movimiento Bo­ a los sectores de los distintos ámbitos militares, cargados de insatis·
livariano Revolucionario 2.00 (MBR-2.00), para conmemorar los 2.00 facciones, a elegir a Chávez como cabeza del intento de golpe de
años del nacimiento de Simón Bolívar, en el que muchos militares se Estado contra el gobierno. El golpe del 4 de febrero de 1992. no tuvo
reunieron para discutir sobre política. Desde inicios de los setenta la éxito, presentándose como un fracaso desde el punto de vista mili­
Academia Militar venezolana había obtenido el estatus universitario, tar y organizativo. Para los analistas internacionales se trataba de un
lo que le permitía a los oficiales asistir a cursos en las universidades anacrónico reciclaje de un pasado no demasiado remoto y, en general,
civiles y a perfeccionamientos en el exterior. El ejército era, para mu· no fue considerado como un peligro importante, ni siquiera por el
chos jóvenes de las clases más pobres de la población, un ascensor gobierno de Bush en Estados U nidos. Sin embargo, Chávez reaccio·
social que les daba la posibilidad, como en el caso de Chávez, de nó de forma particular, obteniendo una inesperada fama. De hecho,
recibirse de ingenieros o transformarse en oficiales. Algunos de los reconoció públicamente el fracaso, agradeciendo a los militares que
miembros del MBR-2.00 entraron en contacto con los representantes participaron y asumiendo su responsabilidad, limitándose a declarar
de los diversos movimientos guerrilleros, nacidos de la división del que, de momento, no se había alcanzado el objetivo. Los pocos minu·
Partido Comunista Venezolano. En 1974 Chávez realizó un viaje a tos de su paso por la televisión, con el uniforme de paracaidista y con
Perú, en ocasión de la celebración del 150 aniversario de la batalla de la boina roja en la cabeza, sirvieron efectivamente para transformarlo
Ayacucho, con la cual, en 182.4, Bolívar había dado un golpe decisivo en un personaje mediático.9º Chávez fue detenido de 1992. a 1994 en

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

la prisión de San Francisco de Yare, en donde recibió visitas de ex­ El Salvador, el 16 de enero, en el viejo castillo de Chapultepec. Fue
ponentes de distintos ámbitos sociales, intelectuales y eruditos, así también el año de la Cumbre de la Tierra, la primera Conferencia de
como también de sindicalistas y líderes rurales. Una estadía obligada la ONU sobre el clima (Eco92), organizada en Río de Janeiro del 3
que le proporcionó una significativa e inesperada notoriedad y que, al al 14 de junio. Un encuentro experimental con el cual Boutros Bou·
mismo tiempo, le permitió sintetizar su visión y pensamientos en un tros-Ghali quería inaugurar una nueva modalidad de colaboración
libro intitulado Como salir del laberinto. A pesar de todo, el golpe de entre las instituciones de la ONU, la comunidad científica, y las ONG
Estado suscitó una inédita simpatía por un, hasta entonces descono­ especializadas (formula que, tres años después, iba a replicar en el
cido, oficial de bajo rango, que se remitía a los ideales panamericanos World Social Forum de Copenhague, en donde se concibió el proyecto
bolivarianos y encarnaba a una figura sui generis como militar y como original de los Objetivos de Desarrollo del Milenio). 9 2 Pero Río de
revolucionario, en comparación con los estándares tradicionales lati­ Janeiro fue, sobre todo, la ocasión para empezar a enfrentar el tema
noamericanos. Mientras tanto, el gobierno de Pérez estaba entrando del desarrollo sustentable y del consumo de los recursos ambientales,
en una crisis profunda, acusado de haber desviado fondos para finan­ tan dramáticamente representado por las políticas de la tala indis­
ciar a la presidente de la transición en Nicaragua, Violeta de Chamo­ criminada que había golpeado a la selva amazónica en las décadas
rro. Destituido Pérez en 1994, la cabeza del gobierno pasó a manos precedentes. Una forma de repensar el desarrollo a través del impacto
del viejo líder democristiano Rafael Caldera, exactamente un cuarto de los megaproyectos infraestructurales, que tanto habían afectado a
de siglo después de su primera presidencia. América Latina durante los noventa, provocando el desplazamiento
de poblaciones; pero también, para comenzar a discutir las lógicas
industriales, comerciales y financieras que habían dominado en el "si­
AMÉRICA LATINA Y LOS ECOS DEL QUINTO CENTENARIO glo del petróleo". La conferencia, que inició con la firma de un pro­
tocolo sobre la diversidad biológica, también puso en evidencia las
El año 1992 fue muy especial para América Latina. Ciertamente in· tensiones entre el representante estadounidense, William K. Reilly,
fluyeron el clima global de finales de la Guerra Fría y la caída de y un numeroso grupo de científicos, respecto a un tema destinado a
la URSS, el nuevo dinamismo de los organismos multilaterales, la volverse crucial en el inicio de un nuevo milenio: el cambio climático.
redefinición de la idea de comercio propuesta por la Ronda de Uru· En la conferencia, los países latinoamericanos mantuvieron una posi­
guay y el octavo ciclo de negociaciones del GATI, iniciado en 1986 ción interlocutora, pero firmaron los documentos producidos: desde
en Punta del Este, y que tres años después iba a llevar al nacimiento la Declaración de Río sobre ambiente y desarrollo, hasta los Princi­
de la Organización Mundial del Comercio (WTO, por sus siglas en pios de protección forestal, la Declaración de lucha contra la defores·
inglés). La caída del régimen del apartheid en Sudáfrica y la firma, el tación, pero, sobre todo, la conocida Agenda 21 para la protección de
12 de agosto de 1992, del Tratado de Libre Comercio de América del los recursos y el desarrollo sustentable. 93 El proceso de Río, además,
Norte (TLCAN) para la creación ( desde el 1 de enero de 1994) de una contribuyó a difundir en América Latina una serie de movimientos
gran área americana de libre comercio, que comprendía a Canadá, ecologistas que, sin embargo, a diferencia de la experiencia europea y
Estados Unidos y México, tuvieron un fuerte impacto en los movi­ estadounidense, se generaron en el interior de las mismas comunida­
mientos afroamericanos y latinoamericanos. El presidente saliente, des indígenas, en las áreas ecológicas más expuestas al impacto de las
George HW. Bush, lo definió como "el inicio de una nueva era". 9 1 El empresas mineras, de la madera, y objeto de los grandes programas
año 1992 comenzó, también, con la firma de los acuerdos de paz de infraestructurales.

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HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE AMÍ�RICA LATINA DICTADURAS Y DERECHOS HUMANOS (1973-1992)

El regreso de la atención sobre la cuestión indígena latinoamericana En 199Q también se celebró la IV Conferencia del CELAM en Santo
no era casual. De hecho, 199Q fue un año marcado por un tema evocati­ Domingo, del lQ al Q8 de octubre, trece años después de la Conferen­
vo, pero al mismo tiempo problemático: el quinto centenario del "descu­ cia de Puebla que había coincidido con el primer viaje a Latinoaméri­
brimiento" del continente, un aniversario que ofrecía una ocasión para ca de Juan Pablo II. Durante aquella década el papa había regresado
reflexionar, compararse (y enfrentarse) con la identidad profunda de repetidas veces a los países latinoamericanos, a menudo suscitando
los países latinoamericanos, de su relación con la historia, la nación, la controversias cruzadas, como en ocasión de su viaje a Argentina en
pluralidad étnica y cultural, y las instituciones. Aquel año, ciertamente 198Q, al Chile de Pinochet en 1987, o a Centroamérica en 1983, una
no por casualidad, el premio Nobel de la Paz se le entregó a una trein­ visita que finalizó con la crítica a los ministros religiosos del gobierno
tañera maya quiché, Rigoberta Menchú Tum, quien provenía de una de sandinista y con la visita a la tumba de monseñor Romero. En gene­
las áreas más golpeadas por la violencia de Estado en la Guatemala ral, el pontificado deJuan Pablo II, en especial durante los años de la
de la guerra civil (que iba a finalizar solo cuatro años después)94. Ri­ secretaría de Estado de Casaroli, apuntó a favorecer los procesos de
goberta había nacido en Laj Chimel, una aldea de los quiché milperos, reconciliación nacional, dándole gran importancia al tema de la reli-
y su historia era la misma que la de muchos otros indígenas centroa­ ,giosidad popular, mientras surgía un distanciamiento de la curia (y
mericanos. Entre 1979 y 1980 su madre y uno de sus hermanos habían por parte del CELAM) respecto a los movimientos afines a la teología
sido secuestrados por el ejército, torturados y asesinados, mientras que de la liberación. El papa también visitó, por aquellos años, Venezuela
el padre había muerto poco después en el incendio de la embajada y Perú (198Q), Colombia (1986), Uruguay y Bolivia (1988), además
española en la Ciudad de Guatemala, en donde las fuerzas de segu­ de México (1990), en donde beatificó aJuan Diego, el indio de la apa·
ridad habían prendido fuego al edificio ocupado por un grupo de ma· rición guadalupana de 1531, y Brasil (1991), estableciendo las bases
nifestantes. 95 En 198Q, el año en que García Márquez fue Nobel de diplomáticas para un posible viaje a Cuba.
Literatura, luego de una operación de "tierra arrasada", había seguido Mientras Sevilla hospedaba la Expo internacional, y Génova las
a un grupo de perseguidos mayas recibidos en México, algunos en los Colonbíadas (exposición internacional cuyo tema central fue Cristóbal
campos preparados por el gobierno en Yucatán, y otros en las redes de Colón), todos los gobiernos latinoamericanos organizaban celebra­
apoyo provistas por la diócesis de San Cristóbal. La historia de Rigo· ciones oficiales, más o menos pomposas; la cita del quinto centenario
berta se había vuelto universalmente famosa gracias a un libro testimo· del "descubrimiento" también fue una ocasión para contestaciones,
nial, narrado y transcrito por la periodista francesa Elizabeth Burgos protestas, denuncias y reflexiones filosóficas. Una serie de organiza·
(esposa de Debray). 96 El tema del rol de los medios y de los imaginarios ciones y activistas latinoamericanos, canadienses, estadounidenses y
fue particularmente importante en esa época, en la que una película europeos, lanzaron la campaña 500 años de resistencia indígena, negra y
como Salvador de Oliver Stone (aún con algunos errores de guion), o popular, que inició simbólicamente en Colombia en 1989. 99 El énfasis
libros como Memorias deljuego de Galeano,97 tuvieron un gran impacto estaba puesto en los oprimidos, los indígenas, víctimas descritas en
a nivel internacional. Seis meses después de la ceremonia, en Oslo, las décadas anteriores en los poderosos relatos de la escritora mexi·
de la entrega del Nobel a Rigoberta, el Working Group on Indigenous cana Rosario Castellanos, del guatemalteco Miguel Ángel Asturias
Populations, de la Comisión para los Derechos Humanos de la ONU, y del peruano José María Argu edas, y en la otra conquista, la lla·
aprobó una Declaración de los Derechos de las Poblaciones Indíge· mada "historia negada", invitando a releer aquellos cinco siglos bajo
nas, en la cual se recuperaba el concepto jurídico de pueblo, y Boutros una óptica neoindígena, apreciada por los movimientos de izquierda
Boutros-Ghali declaró 1993 como el año de los pueblos indígenas. 98 que, sin embargo, se habían emancipado fundamentalmente de las

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tradicionales categorías marxistas. 100 El escritor uruguayo Eduardo el inca Túpac Amaru al revolucionario morelense Emiliano Zapata.
Galeano, polémicamente escribió: En general, el quinto aniversario se transformó en una ocasión para
reflexionar acerca de los ciclos de violencia que se habían sucedido en
A veces América Latina se pone de moda: una moda fugaz el continente, desde la conquista al periodo de las dictaduras milita·
como todas las modas. Entonces los intelectuales del norte res, como surge de los artículos y libros publicados en aquella época
nos lanzan miradas pasajeras de adoración: a finales de los de autores como Pérez Esquive!, Carlos Tünnermann, Leonardo Boff
años cincuenta fue el turno de Cuba; a finales de los setenta y Ernesto Cardenal, quien dedicó un libro al dios mesoamericano
el de Nicaragua. Entre uno y otro espejismo de revoluciones Quetzalcóatl, que actualizaba la lectura de la "serpiente emplumada"
inmaculadas, estuvo la guerrilla del "Che" Guevara y otras nahua, como símbolo cristológico de integración cultural y paz, en
gestas románticas. Estas fulminantes pasiones han fatalmente contraposición a la divinidad de la sangre y de la guerra. 103
terminado en la desilusión y el desprecio público. [ ... ] la
fascinación y la maldición son la cara y contracara de una
misma actitud que ignora la realidad y le falta el respeto. 101

El Tribunal Permanente de los Pueblos, instituido por Lelio Basso


con base en la experiencia del Tribunal Russell II, que en aquellos
años les había dedicado varias sesiones a los países latinoamerica­
nos -Puerto Rico (Barcelona, enero de 1989), Amazonia (París, oc­
tubre de 1990), Impunidad de los crímenes cometidos en América
Latina (Bogotá, octubre de 1991)- organizó una sesión especial para
el quinto centenario. Aquí, la conquista de América a través de una le­
gitimación violenta -como escribe Linda Bimbi (una activista de los
derechos humanos, que vivió por mucho tiempo en Brasil)- es la pie­
dra fundamental de la modernidad, la base sobre la que se constru·
yó un sistema de Estados fundados en la guerra. 102 Naturalmente no
faltaron idealizaciones y manipulaciones que tendían a representar al
indígena como un ser atemporal, víctimas de sacrificio, primero por
la espada y la cruz española, y luego por el capitalismo estadouniden·
se, pero en general aquel movimiento contribuyó a llamar la atención
sobre los protagonistas silenciosos de la historia latinoamericana, que
a menudo habían quedado marginados (con algunas excepciones) de
las historias nacionales, así como también de los procesos de cons·
trucción de nación. También surge una recuperación de los temas
de Las Casas y de los ideales heroicos indígenas del pasado, desde

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