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Tiburcio Carias Andino fue un político y militar hondureño, nacido en la ciudad de

Tegucigalpa, Francisco Morazán, Honduras en el año 1876 y fallecido en 1969

nombrado jefe político y militar de la Zona Norte, participó desde el año 1892 en los

conflictos civiles que asolaron Honduras y en la guerra contra Nicaragua (1907).

Fundador en 1916 del Partido Nacional, ganó las elecciones presidenciales de 1923,

pero no llegó a gobernar por el estallido de nuevos conflictos políticos. Ocupó la

presidencia del país desde 1933, electo para un periodo de cuatro años, conforme al

artículo 10 de la Constitución según la Constitución política de 1924.

En 1933 la situación política y económica de Honduras estaba impactada por los efectos

de la depresión económica, así como por las consecuencias del período de guerra civil

de 1932. El nuevo presidente, Tiburcio Carías Andino, quien asume la presidencia el 1

de febrero de 1933, tomó las medidas necesarias y convenientes para hacerle frente a los

problemas.

Ya que su periodo de gobierno sería únicamente de cuatro años, en 1936 era necesario

convocar a nuevas elecciones para que el presidente electo pudiera asumir el mando en

febrero del año siguiente, pero, hacer eso, significaba darle posibilidades de triunfo al

Partido Liberal, es decir modificar el esquema de las clases dominantes o sea sustituir a

los latifundistas semifeudales como núcleo central de las fuerzas oligárquicas y poner en

su lugar a la burguesía intermediaria comprometida.

Tal cambio fue objeto sin duda alguna, por los monopolios bananeros, opuestos al

formalismo democratizador de los liberales y poco amigos del líder liberal de ese

momento, Ángel Zúñiga Huete, a quien le reprochaban su arrogancia y exabruptos.


Los monopolios y los terratenientes acordaron no correr la aventura de las elecciones y

prolongar a Carías en el poder, a fin de conservar inalterable el esquema de las fuerzas

hegemónicas.

El pretexto sería el mantenimiento de la paz, surgida supuestamente con el régimen

Caritista, pero que, en realidad, fue producto del arreglo de las rivalidades largamente

mantenidas entre los monopolios del banano. Al parecer, Carías Andino tenía previsto

alargar su mandato desde fechas muy tempranas, de modo que inició los preparativos

para la elaboración de una nueva constitución en 1936, e hizo a un lado las normas

establecidas y convocó elecciones para elegir a los miembros que debían formar parte

de la Asamblea Constituyente a quienes luego convocó con el propósito de reformar la

carta magna. Dicha asamblea promulgó el 28 de marzo de 1936 una nueva Constitución

de la República que estuvo terminada el 15 de abril de ese mismo año, poniéndole fin a

la de 1924 y en la que se alargaba el mandato presidencial de cuatro a seis años.

Amparándose en esta cláusula, Carías Andino prolongó su mandato hasta enero de

1943.Conforme al nuevo texto Constitucional, el periodo de gobierno sería de 6 años.

En 1936 tuvo que hacer frente a distintos intentos de derrocarle del poder; según él

mismo afirmó en un discurso ante el congreso el 1 de enero de 1936, se trataba de

pequeñas insurrecciones sin importancia. Para Carías Andino, lo más importante era

resolver la tremenda crisis económica del país, como expresó en varias ocasiones, pero

no tomó medidas significativas a este respecto. Siempre contó con el apoyo de su

partido, el cual se había convertido en la única fuerza política legal del país. Cada vez

fue más evidente que el presidente pretendía hacerse con el control absoluto de la

situación y ejercer su poder de forma autoritaria y dictatorial.


En 1941, Honduras le declaró la guerra a Alemania y al Japón, lo que le permitió gozar

de los beneficios del programa de cooperación interamericana de los Estados Unidos de

América. A través de los distintos organismos de cooperación internacional, el gobierno

emprendió obras sanitarias, mejoró el agua potable, inició medidas para el control del

paludismo, construyó carreteras, creó centros educativos y de experimentación agrícola

y modernizó y profesionalizó el ejército. Sin embargo, el conflicto bélico también

significó el empeoramiento de la difícil situación económica ya existente, pues se

redujeron las exportaciones del banano y esto repercutió en la reducción de los ingresos

fiscales y en la escasez de divisas.

En 1941 cortó sus relaciones con las potencias del Eje; es posible que las relaciones de

dependencia económica con Estados Unidos determinaran esta decisión. Llevó a cabo

medidas paternalistas; como a la mayoría de los caudillos sudamericanos de la época, le

gustaba considerarse el padre de la patria. Mantuvo buenas relaciones con los dictadores

que sucesivamente ocuparon los países vecinos, como es el caso de Anastasio Somoza,

dictador de Nicaragua o de Maximiliano Hernández Martínez, dictador de El Salvador.

En el aspecto económico, el gobierno de Carías Andino puso en práctica una serie de

medidas conservadoras para evitar el colapso económico: la reducción de los sueldos de

los empleados públicos y la obtención de préstamos otorgados por bancos privados de

Estados Unidos de América, avalados por las compañías bananeras establecidas en el

país.
Entre 1943 y 1949, se dio escasez de circulante y el gobierno permitió la importación de

unos siete millones de dólares en moneda estadounidense.

En 1944 estalló una grave insurrección que, con el paso de los días, tomó tintes de

guerra civil; las protestas ante el gobierno de Carías Andino se hicieron generalizadas y

varios grupos guerrilleros penetraron en el país con la intención de proclamar presidente

a Heliodoro del Valle, que estaba exiliado en México. Pero no tuvieron éxito y, tras

declararse una vez más el estado de emergencia, Carías Andino logró salir airoso de la

peligrosa situación. La victoria ante los rebeldes animó al presidente a continuar en el

poder.

El régimen de Tiburcio Carías Andino puso fin a las guerras civiles que habían azotado

al país, dándose así las bases necesarias para la consolidación del Estado Nacional de

Honduras. Las reformas constitucionales le permitieron a Carías Andino permanecer en

el poder durante dieciséis años, del 1 de febrero de 1933 hasta el 1 de enero de 1949.

El final de la Segunda Guerra Mundial (el 7 de mayo de 1945), marcó el inicio de la

descomposición del régimen de Tiburcio Carías Andino, debido al aparecimiento y

fortalecimiento de nuevas fuerzas políticas sociales, nacidas de la postguerra y del papel

de la política del gobierno norteamericano para Centro América. La caída de gobiernos

dictatoriales en Centro América contribuyó a desestabilizar el régimen de Carías

Andino. Tras convocar elecciones se produjo su salida del poder, pero sólo se apartó

temporalmente del mundo de la política, ya que quince años después, en 1964, fundó un

nuevo partido, el Partido Popular Progresista, el cual fue declarado ilegal poco antes de

su fallecimiento.
Este dictador, apenas realizó reformas para modernizar la economía del país. Se

mantuvo el predominio de las empresas americanas en las explotaciones agrícolas

costeras y, ante la falta de incentivos, se desalentó la entrada de nuevos capitales. Por lo

que respecta a las reformas sociales, Carías Andino se opuso al sufragio femenino y no

consintió la creación de sindicatos. Aquellos que discreparon de su forma de gobernar

se vieron obligados a realizar trabajos forzados. Fueron muy pocas las ventajas que para

Honduras tuvo este largo gobierno claramente dictatorial.

Tiburcio Carias Andino

Tras licenciarse en derecho comenzó su carrera militar y, a partir de 1892, participó en

las convulsiones que enfrentaron a liberales con conservadores y que perturbaron la paz

en Honduras desde mediados del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX; parece

que fue en estos años cuando fue nombrado general y ocupó la jefatura política y militar

de la Zona Norte.

En 1907 tomó parte en la guerra que libró Honduras contra Nicaragua, que tuvo como

origen un problema fronterizo. Honduras, que contaba con el respaldo de El Salvador,

perdió la guerra. Su presidente, Manuel Bonilla, firme defensor de los derechos

territoriales de su país, se vio obligado a admitir la nueva frontera, pero a pesar de este

reconocimiento fue necesaria la intervención de Estados Unidos para firmar la paz.

El general Carías Andino, profundamente conservador, fundó en 1916 el Partido

Nacional y, como su jefe de filas, decidió presentarse a las elecciones presidenciales de

octubre de 1923. El resultado de los comicios le fue favorable, ya que fue el candidato

más votado, aunque se impuso a sus competidores, Juan Ángel Arias y Policarpo
Bonilla, por un estrecho margen. El presidente Luis Gutiérrez (1920-1924), descontento

con los resultados y decidido a permanecer en el poder, declaró la ley marcial para

prolongar su presidencia. En febrero de 1924 expiraba su mandato, pero Luis Gutiérrez

se proclamó dictador ante el descontento del presidente electo y de toda la nación.

La decisión de Gutiérrez provocó el estallido de una nueva guerra civil, que anuló las

posibilidades de Carías Andino de subir al poder. En ese momento la situación se hizo

caótica, pero se recuperó la normalidad tras un corto mandato del general Vicente Tosta,

que alcanzó la presidencia tras encabezar un golpe de Estado. Finalizado el mandato de

Vicente Tosta se celebraron nuevas elecciones, en las que resultó vencedor Miguel Paz

Barahona (1925-1929). Durante su mandato se mantuvo una cierta calma en la vida

política del país; tras una nueva convocatoria electoral, ocupó la presidencia Vicente

Mejía Colindres (1929-1933).

Mejía Colindres convocó elecciones en octubre de 1932, con el fin de entregar la

presidencia a principios de febrero de 1933. El ganador de estos comicios fue Carías

Andino, que en esta ocasión no tuvo dificultades para ocupar la presidencia. Su primera

decisión, tras llegar al poder, fue nombrar vicepresidente a Abraham Williams, el cual

permanecería junto a él durante todo su mandato.

La Ley Fernanda

Entre las organizaciones enfrentadas a la dictadura, estaban el Partido Liberal,

representante de la burguesía intermediaria y el Partido Democrático Revolucionario

Hondureño, una organización burguesa pequeña y de izquierda.


Este mismo se organizó en febrero de 1947 al fundirse en una solo entidad el Partido

Democrático Revolucionario, organizado el 5 de marzo de 1946 en Tegucigalpa, el

Partido Democrático Revolucionario, cuyo movimiento se produjo el 15 de abril del

mismo año en San Pedro Sula el combatiente semanario “Vanguardia” llamado a partir

del 6 de mayo de 1948 “Vanguardia Revolucionaria para diferenciarse de un periódico

de la dictadura con aquel nombre.

A fin de impedir las acciones de la izquierda y atajarles el paso a otras fuerzas sociales,

no latifundistas, el régimen de Carías emitió el decreto No. 95, con fecha: 7 de marzo de

1946, llamado también Ley Fernanda que literalmente dice:

Decreto 95

Considerando: que las actividades políticas de abierta y disimulada tendencia

totalitaria y disociadora atentan contra los principios fundamentales que sostiene y

realiza con firme apoyo del pueblo el gobierno democrático de la República:

Considerando que algunos extranjeros se están dedicando a esta clase de actividades

inconvenientes.

Decreta:

Artículo 1. Los extranjeros culpables de actividades totalitarias y disociadoras que en

cualquier forma intervengan para establecer en Honduras las formas o principios del

sistema de gobierno totalitario o comunista, o que coincidan o tiendan a los mismos

fines, serán castigados con la pena de reclusión menor en su grado máximo y la de

expulsión del país, una vez cumplida la primera.

Artículo 2. Los hondureños que se presten o intervengan en las actividades

mencionadas en el artículo anterior sean naturales o naturalizados, serán castigados

con la pena de reclusión en su grado máximo; en caso de reincidencia se les impondrá


la pena de reclusión mayor en su grado mínima; y a los extranjeros naturalizados se

les cancelará la naturalización y serán expulsados del territorio.

Artículo 3. El presente decreto comenzara a regir el día su publicación.

Problemática

En resumen, durante las décadas de los 30 y 40, Honduras se enfrentó a varias

problemáticas, tanto internas como externas, que tuvieron un gran impacto en el país.

Algunas de ellas son:

 Crisis económica: En los años 30, Honduras se vio afectada por la Gran

Depresión, lo que provocó una fuerte caída de los precios de las materias primas

que el país producía y exportaba, como el banano y el café. Esto llevó a una

crisis económica que afectó a la población hondureña, especialmente a los

trabajadores del campo.

 Inestabilidad social: La inestabilidad social se manifestó en la formación de

bandas criminales y el aumento de la delincuencia. La pobreza y la falta de

oportunidades laborales eran algunas de las causas de esta situación.

 Intervencionismo extranjero: Durante este período, Honduras fue objeto de

una fuerte intervención extranjera, especialmente por parte de los Estados

Unidos, que buscaban proteger sus intereses económicos y geopolíticos en la

región. Esto llevó a la presencia de tropas militares extranjeras en el país y a la

imposición de políticas económicas y políticas que favorecían a las empresas

extranjeras en detrimento de la población hondureña.

 Crisis humanitarias: Durante las décadas de los 30 y 40, Honduras enfrentó

varias crisis humanitarias, como sequías, inundaciones y epidemias de

enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla. Estas crisis tuvieron un gran


impacto en la población, especialmente en las comunidades más vulnerables y

marginadas.

 Y como se mencionó anteriormente, el Régimen del Cariato.


Referencias Bibliográficas

Extraído del libro: Evolución Histórica de Honduras, de Longino Becerra.


https://elpulso.hn/2019/04/22/el-caricato-y-la-ley-fernanda/

LABL, (2014) El Cariato https://lbeneditt57.wixsite.com/enciclopediahonduras/el-


cariato
Fernández T. y Támaro E. (2004). Biografía de Tiburcio Carias Andino. Recuperado de
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carias.htm

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