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El Método de los Elementos Finitos para

elasticidad plana
Alberto Solís Fajardo

Área de Ingeniería Aeroespacial. Departamento de Ingeniería Mecánica y Diseño


Industrial.
Escuela Superior de Ingeniería. Universidad de Cádiz

Índice

1. Ecuaciones de campo. Teorema de los Trabajos Virtuales 2

2. Formulación matricial del TTV 5

3. Discretización de los desplazamientos y la geometría 6

4. Matriz de rigidez y vector de fuerzas 7


4.1. Esquema de
ensamblado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . 8
4.2. Aplicación de las condiciones de
contorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

5. Elementos, funciones de forma y puntos de cuadratura 12


5.1. Elementos isoparamétricos de cuatro
nodos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
5.2. Elementos isoparamétricos triangulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . 16

6. Recuperación de gradientes 20
6.1. Continuación de los campos de deformación y
tensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

En este documento, se realiza una introducción al método numérico más extendido a


la hora de obtener
soluciones asociadas a problemas tenso-deformacionales, dentro del campo de la
Mecánica de los Medios
Continuos. Tal y como se comenta, el Método de los Elementos Finitos (MEF) permite
obtener aproxima-
ciones numéricas a los problemas de cálculo de elementos o partes que tengan una
función estructural total
o parcial. En este sentido, el MEF se postula hoy día como una herramienta básica
para acometer tareas que
impliquen el cálculo de elementos estructurales, o la caracterización de elementos
que tengan esa función. Da-
do el amplio empleo de este método, existe una extensa variedad de códigos
comerciales para su aplicación no
sólo en el ámbito del cálculo estructural sino también en otras disciplinas de la
física. Así, el ingeniero actual
es normalmente un usuario de estos códigos y no se le requiere en el ejercicio de
su profesión la capacidad de
elaborar las subrutinas. Esto podría conducir a la idea de que no es necesario
conocer los fundamentos que
lo sustentan. Sin embargo, aunque aparentemente no sean indispensables para la
utilización de un código de
elementos #nitos, su desconocimiento puede afectar de forma extraordinaria a la
capacidad de elección entre
las diferentes opciones que un código comercial típico nos presenta. Además, se
hacen indispensables para
la correcta evaluación y veri#cación de los resultados obtenidos tras el cálculo
computacional. La relevancia
de estas capacidades, así como el nivel de con#anza en la solución, aumenta si se
tiene en cuenta el grado
de responsabilidad que tiene en general cualquier elemento con función estructural.
Aunque existen varios
enfoques para exponer la metodología prescrita por la discretización en elementos
#nitos, en este documento
se presenta una versión simpli#cada del desarrollo que sustenta el MEF. La
principal simpli#cación que se
acomete es limitar su formulación al caso de elasticidad plana. Esta simpli#cación
reduce el volumen de los

desarrollos matemáticos, permitiendo enfatizar los principales conceptos e ideas


del método. Además, en este
caso, se parte del Teorema de los Trabajos Virtuales (TTV) que es la opción que
permite re#ejar los prin-
cipales conceptos de manera más clara. Posteriormente tras el TTV, se presenta el
Teorema de Clapeyron
como una aplicación directa, y se enuncia el Teorema de los Desplazamientos
Virtuales (TDV). Finalmente,
se desarrolla el planteamiento general para elasticidad plana y se particulariza
para dos tipos de elementos
#nitos: uno cuadrangular con funciones de forma cuadráticas, y otro triangular con
funciones de forma li-
neales y cuadráticas. La primera sección de este documento, con #nes docentes, se
plantea como una versión
revisada y ampliada de [1].

1. Ecuaciones de campo. Teorema de los Trabajos Virtuales

Dado que la forma del TTV que se obtendrá en este apartado no es otra cosa que una
formulación débil
de las ecuaciones generales de la Teoría de la Elasticidad Lineal, será necesario
partir del problema más
general que se puede plantear dentro del contexto de este disciplina. Dicho
problema se puede concretar en
un sólido de#nido por un dominio Ω y delimitado por un contorno ∂Γ (ver Fig. 1).
Sobre una parte del
contorno ∂Γt de dicho sólido se aplican unas acciones por unidad de super#cie T̄i y
unas fuerzas por unidad
de volumen Xi establecidas en el dominio Ω. En la parte restante del contorno ∂Γ 1

u , se imponen unos valores


de desplazamiento ūi. Consecuentemente, en cada punto del sólido existirá un campo
de desplazamientos
ui, un campo de deformaciones εij y un campo de tensiones σij . En estas
condiciones, las componentes del

Figura 1: Descripción general del problema elástico

tensor de tensiones y las fuerzas por unidad de volumen Xi tienen que cumplir
equilibrio interno en todos
los puntos del dominio que, en notación indicial2, se puede expresar:
σij,j +Xi = 0 en Ω (1a)

Por otra parte también tiene que cumplirse el equilibrio externo:

σijn
e
j = T̄i en ∂Γt (1b)

donde nej es la normal unitaria exterior en cada punto del contorno. Es conocido
que la satisfacción de estas
condiciones no implica que σij sea la solución de un problema elástico porque para
ello deberían de cumplirse

1Evidentemente se tendrá que ∂Γ = ∂Γt ∪ ∂Γu.


2Se debe tener en cuenta que en dicha notación, los productos de elementos con
índices repetidos indican suma para todos

los posibles valores de dicho índice. Por otro lado, la notación Ai,i indica
derivar, con respecto a las variables espaciales, cada

componente de A y sumar para todas ellas. Es decir, Ai,i =


∂Ax A

+ y + ∂Az .
∂x ∂y ∂z

el resto de condiciones de la Teoría de la Elasticidad. A pesar de esto, el


cumplimiento de esta condición
es el único requisito exigido para que se veri#que la expresión #nal del TTV. Por
otra parte, se considera
un campo de desplazamientos u∗i que no tiene porque estar relacionado de ninguna
manera con el anterior
campo tensional. Para diferenciarlo de los desplazamientos reales ui que se
derivarían del anterior estado
tensional, se utiliza el superíndice ∗ y se denomina estado virtual en
contraposición con el estado anterior
que se denomina estado real. Para que este campo de desplazamientos sea admisible
se requiere que cumpla
las condiciones de compatibilidad tanto interna:

1 ( )
ε∗ij = u∗,j + u∗j,i en Ω (2a)

2 i

como externa:
u∗i = ū∗i en ∂Γu (2b)

donde ū∗i es el desplazamiento impuesto en cada punto de ∂Γu. Si la expresión de


equilibrio interno para el
problema real dada por la Ec. (1a) es multiplicada por el campo de desplazamientos
del estado virtual u∗i se
obtiene:
σ ∗ ∗
ij,jui +Xiui = 0 en Ω (3)

Al igual que la expresión de equilibrio interno original, esta condición se debe


cumplir para cada punto,
por lo que también debe hacerlo su int∫egración en el d∫ominio:

σ ∗ ∗
ij,jui dΩ+ Xiui dΩ = 0 (4)

Ω Ω

En la expresión anterior, el primer término del primer miembro puede reescribirse


teniendo en cuenta
que:

(σ ∗ ∗
ijui ),j = σij,jui + σiju


i,j (5)

Así, la Ec. (4) toma la for∫ma siguiente: ∫ ∫


(σ u∗ ∗

ij i ),j dΩ− σijui,j dΩ+ Xiu



i dΩ = 0 (6)

Ω Ω Ω

Si se aplica el Teorema de la Diver∫gencia al primer té∫rmino del primer miembro de


la Ec. (6) se obtiene:

(σ ∗ dΩ = σ ∗neijui ),j ijui j dΓ (7)


Ω Γ

por el equilibrio externo (Ec. (1b)), se tiene que:

σ e
ijnj = T̄i en ∂Γt (8)

y por la compatibilidad externa (Ec. (2b)) se tiene que los desplazamientos u∗i =
ūi en ∂Γu. En general se
expresará como: ∫ ∫

(σ ∗ ∗
ijui ),j dΩ = Tiui dΓ (9)

Ω Γ

entendiéndose Ti como T̄i en la parte del contorno ∂Γt con condiciones en tensiones
y como Tne
i en el contorno

con condiciones en desplazamientos ∂Γu. De forma análoga, se entiende u∗i como ūi
en el contorno ∂Γu con
condiciones en desplazamientos y como el resultado para los desplazamientos en el
contorno con condiciones
en tensiones ∂Γt. Por otra parte, el segundo término del primer miembro de la Ec.
(6) puede reescribirse
restando y suman∫do u∗∫ j,i(/2 al término u∗i,j qu)edando ∫de la forma siguiente: ∫

1 1 ( 1 ( )
σ u∗ dΩ = σ ∗ ∗ 1

ij ui,j − u + u∗
)

ij i,j i dΩ = σ ∗
i u

2 j,i j i,j − u∗j,i dΩ+ σ ∗ ∗


ij u , + u ,i dΩ (10)

Ω Ω 2 j,
Ω 2 Ω 2 i j j

A continuación, notando que el primer término del miembro derecho de la Ec. (10) es
nulo debido a que
σij es simétrico mientras que el tensor u∗i,j − u∗j,i es antisimétrico3, se obtiene
que el segundo término del
primer miembro de la Ec. (∫6) se reduce a: ∫

1
σ ∗ ( ∗ ) ∫
iju


i,j dΩ = σij ui,j + uj,i dΩ = σ ∗

ijεij dΩ (11)
Ω Ω 2 Ω

que se ha puesto en función de las deformaciones del estado virtual ε∗ij haciendo
uso de la expresión de
compatibilidad interna (ver Ec. (2a)). Así, la Ec. (6) puede ser reescrita
sustituyendo su primer y segundo
término según las Ecs. (9) y (11) r∫espectivamen∫te, quedando d∫e la siguiente
forma tras un reordenamiento:

T ∗
iui dΓ + X ∗ ∗

iui dΩ = σijεij dΩ (12)


Γ Ω Ω

Esta ecuación representa el resultado del TTV. Su signi#cado físico puede


interpretarse en términos
energéticos aunque ninguno de las magnitudes corresponden a una energía ni trabajo
físico. El primer término
puede asociarse con el trabajo virtual que realizarían las fuerzas actuantes en el
contorno sobre un campo de
desplazamientos virtual que no tiene porque ser el provocado por esas fuerzas. El
segundo término es análogo
y puede considerarse el trabajo de unas ciertas fuerzas de volumen del problema
real sobre los desplazamientos
del problema virtual. Finalmente, el último término se puede asociar a la energía
de deformación virtual.
La expresión anterior obtenida del TTV se ha desarrollado en los términos de dos
campos de tensiones y
deformaciones que no tienen ni que ser referentes al mismo problema elástico ni ser
soluciones de problema
elástico alguno porque sólo se requiere el cumplimiento de equilibrio para el caso
de las tensiones y de
compatibilidad para el caso de las deformaciones. Dado que se cumple para todo par
de campos que cumplan
esos requisitos, la expresión obtenida anteriormente se debe cumplir también para
el caso en que ambos
campos sean la solución del mism∫o problema elá∫stico. De esta fo∫rma, se llega al
Teorema de Clapeyron:

1 1 1
Tiui dΓ + Xiui dΩ = σijεij dΩ. (13)

2 Γ 2 Ω 2 Ω

donde se han identi#cado las variables reales y las virtuales y se ha dividido


entre dos el conjunto de la
expresión para que los términos tengan un signi#cado más claro, para el caso de que
la ley de comportamiento
sea lineal. Así, el primer término se puede relacionar con el trabajo de las
fuerzas externas. El factor 1/2 es
necesario porque en el caso de comportamiento lineal, el trabajo hecho por las
cargas externas a lo largo de
una carga monótona desde un valor nulo hasta su valor Ti es el area de un triángulo
con base ui y altura
Ti. De forma análoga, el término Xiui/2 es el trabajo realizado en cada punto del
dominio por parte de
las fuerzas de volumen. Finalmente, el término σijεij/2 puede identi#carse con la
energía de deformación
que hay almacenada en cada punto del sólido por el hecho de deformarse. Así, esta
ecuación representa un
balance energético en el que se iguala el trabajo total de las fuerzas de contorno
y de volumen con la energía
de deformación almacenada. La expresión del TTV se cumple con la condición de que
el campo de tensiones
esté en equilibrio y el campo de desplazamientos virtual sea compatible. Sin
embargo, esta relación no puede
leerse a la inversa de forma directa. Es decir, que un campo de tensiones o un
campo de deformaciones
cumplan la expresión del TTV no es sinónimo de que el campo de tensiones esté en
equilibrio, aunque el
campo de deformaciones sea compatible. Esto limita su aplicación de forma práctica
porque dado un campo
de tensiones la simple veri#cación de la expresión del TTV no permite asegurar el
cumplimiento de las
condiciones de equilibrio. Esta de#ciencia es solventada por el TDV (ver
demostración en [2]), que enuncia
que si un campo de tensiones veri#ca la expresión del TTV dada por la Ec. (12),
para todos los campos
de deformaciones virtuales compatibles, ese campo de tensiones está en equilibrio.
Esto será la base para
asegurar que la solución obtenida mediante el MEF cumpla equilibrio, al menos en la
forma discreta en la
que es de#nida.

3Es fácil comprobar que su tras(puesto corr)esponde al original cambiado de signo:

u∗ T )
i,j − u∗ ∗,T

j,i = u ∗,T
i,j − uj,i = u∗ (

j,i − u∗ ∗
i,j = − u ∗

i,j − uj,i

2. Formulación matricial del TTV

El TTV obtenido anteriormente, puede ser reescrito de una forma más suscinta
utilizando una formulación
matricial. Para ello, se parte de la expresión obtenida anteriormente, que por
comodidad se vuelve a reproducir
a continuación: ∫ ∫ ∫

ε∗ u∗ ∗
ijσij dΩ = iXi dΩ+ uiTi dΓ (14)

Ω Ω Γ

Este principio se puede expresar también en formulación vectorial a partir de la


transformación de las
variables del problema según una notación de pseudovectores de tipo Voigt. En el
caso 2D, los vectores y
pseudovectores toman la siguiente forma:

Para el caso de los vectores ui, Xi y Ti la expresión será idéntica, siendo en


adelante vectores columna.
En el caso del vector de desplazamientos ui sus co[mponentes]horizontal y vertical
se escribirán:

u(x, y)
u⃗(x, y) = (15a)

v(x, y)

Para los tensores de segundo orden εij y σij , la trasformación es


respectivamente:

ε̄(x, y) =  εxx
εyy  (15b)

 2εxy 
xx
σ̄(x, y) =  σ
σyy  (15c)
σxy

De esta forma, prescindiendo de las barras y de la dependencia d∫e x e y, se puede


escribir el TTV de la forma
siguiente: ∫ ∫

T
ε∗ σ dΩ = u∗

T T
X dΩ+ u∗ T dΓ (16)

Ω Ω Γ

donde el superíndice T se re#ere a la operación de trasposición. La ecuación de


compatibilidad 2D se puede
reescribir también en términos vectoriales:  

x ]
ε =  εx

εyy   x 0 
=  ∂


0 ∂

∂y  [
· u(x, y)

= Lu (17)
(x, y)

2ε ∂ ∂ v
xy ∂y ∂x

donde L es el operador matricial que relaciona el pseudovector ε y el vector u. Por


otra parte, se pueden rela-
cionar las deformaciones y las tensiones utilizando la ley de comportamiento para
elásticidad lineal isótropa
que, en su versión para tensión plana, puede ser expresada también entérminos de
los dos pseudovectores ε
y σ como:   

xx 0 xx
σ =  σ

σyy  E
=  1 ν

ν 1 0  
·  ε

εyy  = Dε = DLu (18)


1− ν2

σxy 0 0 1−ν
2 2εxy

De esta manera, sustituyendo ∫en el TTV se tiene: ∫ ∫


T

(Lu∗)TDLu dΩ = u∗ X dΩ+ u∗
T
T dΓ (19)

Ω Ω Γ

hasta ahora esta ecuación es totalmente general para el problema elástico lineal y
no se ha introducido
ningún tipo de discretización. La ecuación anterior es, por tanto, una forma de
expresar el TTV en términos
de pseudovectores y es válida para cualquier problema formulado en tensión plana.

3. Discretización de los desplazamientos y la geometría

A continuación para obtener una forma operativa del TTV, es necesario introducir
una discretización
matemática para los desplazamientos. De esta forma, de#niremos los desplazamientos
en cualquier punto del
dominio de la siguiente manera:

∑N
u(x, y) = u(xi, yi)Ψi(x, y) = u(x1, y1)Ψ1(x, y) + u(x2, y2)Ψ2(x, y) + · · ·+ u(xn,
yn)ΨN (x, y) (20a)

i=1

∑N
v(x, y) = v(xi, yi)Ψi(x, y) = v(x1, y1)Ψ1(x, y) + v(x2, y2)Ψ2(x, y) + · · ·+ v(xn,
yn)ΨN (x, y) (20b)

i=1

Así, los desplazamientos en cualquier punto del dominio se escriben en función del
valor de los despla-
zamientos en una serie de N puntos concretos, que se denominan nodos, y en términos
de unas funciones
de forma que están de#nidas en la totalidad del mismo. De esta manera, se pasa de
tener un número in#-
nito de grados de libertad a tener un número 2N de grados de libertad, que son los
desplazamientos en los
nodos (x1, y1), (x2, y2), . . . , (xN , yN ). El valor de los desplazamientos en
los otros puntos del dominio será
calculado a partir de los valores en estos N nodos y las expresiones de las
funciones de forma. Junto con
esta discretización matemática de los desplazamientos, es necesario efectuar una
discretización geométrica
del dominio en forma de elementos #nitos, de#nidos a partir de los N nodos del
dominio en que se basa la
discretización matemática. En este caso, cada función de forma Ψi(x, y) se escoge
de pequeño soporte, de
modo que es distinta de cero sólo en los puntos de aquellos elementos contiguos al
nodo i. Así, dentro del
dominio de de#nición, debe ser nula en el resto de nodos contiguos al nodo i y
valer la unidad en dicho nodo
(ver Fig. 2a). Por último, fuera de esta región la función de forma es
completamente nula. Del mismo modo a

(a) Funciones de forma Ψ5(x, y) y Ψ6(x, y) (b) Mallado del dominio de interés

Figura 2: Entorno de las funciones de forma de pequeño soporte de#nidas sobre los
elementos #nitos A, B,
C y D y los nodos 1 a 9

como se hizo con el TTV, la discretización de los desplazamientos expresada en la


Ec. (20) se puede escribir

en forma matricial:  
u(1)

[ ] [ ]  v(1) 
 

u(2)

︸ ︷︷ ︸ ·

 
u(x, y) Ψ

u = = 1(x, y) 0 Ψ2(x, y) 0 . . . ΨN (x, y) 0

 v(2) 
  Ψ

v(x, y) 0 Ψ1(x, y) 0 Ψ2(x, y) . . . 0 ΨN (x, y)

2×2N   = δ
...

u(N) 
︸ v︷(N︷ ) ︸

2N×1
(21)

donde δ es el vector de desplazamientos nodales4 y la matriz Ψ es la matriz de


funciones de forma cuyas
dimensiones se han incluido por claridad en la Ec. (21). Sustituyendo en la
de#nición de los pseudovectores
dada por las Ecs. (17) y (18):

σ = DLΨδ (22a)

ε∗ = LΨδ∗ (22b)
Se debe observar que se han utilizado las mismas funciones de forma para aproximar
los desplazamientos
reales y los virtuales. Esto permite asegurar el cumplimiento del TDV enunciado
anteriormente. Como se
ha dicho, este teorema demuestra que si un campo de tensiones cumple la ecuación
del TTV para todos
los campos de deformaciones compatibles, el campo de tensiones se encuentra en
equilibrio. Al utilizar aquí
la misma discretización para el problema real y para el problema virtual se asegura
que el conjunto de
campos de deformaciones admisibles pase a convertirse en un problema discreto que
se puede obtener como
una combinación lineal de un número acotado de con#guraciones deformadas
independientes con el mismo
número de grados de libertad que el problema real. De esta forma, se asegura que la
solución esté en equilibrio,
al menos en el sentido discreto. Por otra parte, las condiciones impuestas por la
ley de comportamiento y
por la compatibilidad se cumplen por el hecho de que el pseudovector σ ha sido
obtenido a partir de las
expresiones de estas dos condiciones.

4. Matriz de rigidez y vector de fuerzas

A continuación, sustituyendo la discretización dada para los desplazamientos (según


la Ec. (21)) y las
Ecs. (22) en la expresión d∫el TTV (Ec. (19)), se ti∫ene: ∫

(LΨδ∗)TDLΨδ dΩ = (Ψδ∗)TX dΩ+ (Ψδ∗)TT dΓ (23)


Ω Ω Γ

donde reordenando los té∫rminos obtenemos: ∫ ∫


δ∗

T
(LΨ)T δ∗

T T
DLΨδ dΩ = ΨTX dΩ+ δ∗ ΨTT dΓ (24)

Ω Ω Γ

Puesto que los vectores δ∗ y δ son independientes de las coordenadas espaciales


pueden salir fuera de las
respectivas integrales, por(lo[∫que sacando facto]r com[ú∫n y reagrupan∫do se
pued]e)escribir:

δ∗
T

(LΨ)TDLΨ dΩ δ − ΨTX dΩ+ ΨTT dΓ = 0 (25)


Ω Ω Γ

En este punto, dado que el cumplimiento del TDV requiere que la Ec. (25) se
veri#que para cualquier conjunto
de desplazamientos virtuales δ∗, los elementos dentro del paréntesis deben ser
nulos para que la relación, en
4En lo que sigue u(i), v(i) representan los desplazamientos en el nodo i, es decir,
u(xi, yi) y v(xi, yi).

general, se veri#que. Como se ha dicho, este hecho asegura que el campo de


tensiones que cumpla la Ec. (25)
estará en equilibrio. Así, eli∫minando δ∗

T
s∫e obtiene: [∫ ]

︸ ΨTX dΩ︷+︷ ΨTT dΓ︸ = ︸ (LΨ)T︷︷DLΨ dΩ︸ ︸︷δ︷︸ (26)


Ω Γ Ω

2N×1
2N×1 2N×2N

Atendiendo a las dimensiones de los elementos que aparecen en la Ec. (26), se puede
escribir:

F = K · δ (27)

siendo:

F el vector de fuerzas que tiene en cuenta la contribución de las fuerzas


volumétricas y las acciones
por unidad de super#cie en el contorno,∫ponderadas en cada grado de libertad según
la función Ψ
correspondiente: ∫

F = ΨTX dΩ+ ΨTT dΓ (28)


Ω Γ

K la matriz de rigidez : ∫
K = ΨTLTDLΨ dΩ (29a)

Como se ha comentado, mediante una inspección de los elementos que aparecen en el


integrando de la
Ec. (29a), se puede comprobar que K es una matriz 2N × 2N formada por N ×N
submatrices 2× 2
que se pueden denominar Kij : ∫ ( ) ( )

Ψ
Kij =

i 0 Ψ
LTDL j 0

dΩ (29b)
Ω 0 Ψi 0 Ψj

Estas submatrices Kij tienen un signi#cado físico claro si se atiende a la Ec.


(27). Dichas submatrices
permiten obtener las fuerzas que aparecen en los grados de libertad del nodo i
cuando se aplican despla-
zamientos en los grados de libertad del nodo j, manteniendo nulos los
desplazamientos de los grados de
libertad del resto de nodos. Adicionalmente, como las funciones de forma se han
elegido de pequeño soporte,
cuando el elemento Kij relacione funciones de forma de#nidas en soportes que no
tengan zonas comunes
(zonas rayadas de la Fig. 2a), dicho elemento será nulo.

4.1. Esquema de ensamblado

Tal y como se han de#nido, los soportes espaciales que conforman el dominio de cada
una de las fun-
ciones de forma no están elegidos de manera que en un punto del sólido haya de#nida
sólo una función de
aproximación. De este modo dichos soportes, en general, se solaparán y cada uno de
ellos contendrá varios
elementos #nitos (todos aquellos que son contiguos al nodo correspondiente). Por
este motivo, de#niendo
otra serie de funciones de pequeño soporte sobre cada uno de los elementos que
con#uyen en un nudo y que
se anulan fuera de ellos, se puede escribir cada función Ψi como una suma de
funciones de forma de#nidas en
los elementos que con#uyen en el nodo i. Estas funciones que tienen carácter local
circunscrito a su elemento
#nito correspondiente reciben el nombre de funciones de forma elementales.
Evidentemente, cada elemento
tendrá asociado tantas funciones de forma elementales N e

i (x, y) como nodos lo conformen. Matemáticamente,


la relación entre las Ψi y las N e

i (x, y) se puede escribir:

∑P
Ψi(x, y) = N e

i (x, y) (30)
e=1

donde N e
i (x, y) representa la función de forma asociada al elemento e de los P elementos
que con#uyen en el

nodo i. Dicha función será nula fuera del elemento e, y dentro de él valdrá la
unidad en el nodo i y será nula
en el resto de nodos del elemento. A modo de ejemplo, se considera un dominio plano
que se discretiza según
una malla de nueve nodos y los elementos A, B, C y D representados en la Fig. 2b.
En estas condiciones, el
elemento de la matriz de rigidez K24 en∫té(rminos de)las func(iones de f)orma se
escribe según la Ec. (29b):

Ψ
K 2 0 Ψ 0
24 = LTDL 4 dΩ (31)
Ω 0 Ψ2 0 Ψ4

A continuación, el elemento K24 expresado en la Ec. (31) se puede escribir en


términos de las funciones
de forma elementales, teniendo en cuenta que en el nodo 2 con#uyen los elementos A
y B, mientras que en
el nodo 4 con#uyen los el∫em(entos A y C (ver Fig. 2b)). Así, u(sando la Ec. (30)
se tien)e:

NA +NB 0 NA
K 2 2 +NC

24 = A LTDL 4 4 0
dΩ (32)

Ω 0 N2 +NB 0 NA
4 +NC

2 4

y, a su ve∫z, d(esarrolland)o el inte(grando: )


NA

2 0 NA 0
K24 = ∫ ( A LTD)L 4

Ω 0 N ( A dΩ
2 0 N4 ) ∫ ( ) ( )

NA C A
+ ∫2 0 N

( ) 4 0 NB
LTDL ( dΩ)+ ∫2

0 N 0

( LTD)L 4 ( dΩ
Ω 0 NA C

2 0 N4 Ω 0 NB NA
2 0 4 )

NB
+ 2 0 T NC NA NA

DL 4 0
dΩ = 2 0

LTDL 4 0
dΩ (33)

Ω 0 NB L
2 0 NC

4 Ω 0 NA
2 0 NA
4

donde el segundo, tercer y cuarto sumandos son nulos debido a que los dominios de
de#nición de las funciones
de forma que aparecen en los integrandos no son coincidentes, siendo solamente A el
único elemento que
transmite rigidez entre los nodos 2 y 4 (ver Fig. 2b). En cuanto a otras
componentes, como la K29, serán
nulas ya que, de nuevo, relacionan funciones de aproximación que tienen dominios de
de#nición sin zonas
comunes. Esta estructuración permite hacer una lectura en términos de fuerzas y
desplazamientos elemen-
t[ales eq]uivalente a la de todo el dominio como se muestra en la Fig. 3. De esta
manera, siguiendo con el
mismo ejemplo representado en la Fig. 2b, en cada nodo habrá de#nido un vector
global de fuerza externa
F i
x, F

i
y y otro vector global de desplazamiento [ui, vi] (ver Fig. 3a). De la misma
manera, cada nodo del

(a) Variables globales en el nodo (b) Variables elementales

Figura 3: Equivalencia entre variables globales y elementales

elemento A tendrá asociado vectores de desplazamiento y fuerza en el elemento


representados en la Fig. 3b.

Evidentemente, las variables nodales globales en cada nodo y las elementales


deberán veri#car relaciones de
equilibrio y compatibilidad apropiadas. Tomando como ejemplo las del nodo 2, se
puede escribir (ver Fig.
2b):

F 2
x = PA

2x + PB
2x (34a)

F 2
y = PA

2y + PB
2y (34b)

u2 = uA2 = uB2 (34c)

v2 = vA2 = vB2 (34d)

Así, siguiendo este mismo esquema, cada e[lemento llevará asociado una relación del
tipo dado por la Ec.
(27): ∫ ]

Fe = ︸ (LN)Te D︷︷(LN)e dΩ︸ δe (35)


Ke

donde Ke se denomina matriz de rigidez elemental y donde los elementos Fe, D, (LN)e
y δe se re#eren a
los grados de libertad de los nodos del elemento #nito que se está evaluando.
Evidentemente, Fe tendrá una
expresión análoga a la expresada en la Ec. (28) que, a su vez, tendrá dos sumandos;
a saber: uno que expresa
la contribución de las fuerzas de volumen distribuidas en el elemento, y un segundo
que expresa las fuerzas
por unidad de super#cie distribuidas en su contorno. Dado que el vector de fuerzas
exteriores F aplicadas
a todo el dominio se construye sumando la contribución de cada elemento, aquellas
acciones por unidad de
super#cie distribuidas en la frontera común de dos elementos contiguos interiores
se anularán5 entre sí. De
esta manera, quedará sólo la contribución de las fuerzas por unidad de volumen y
aquellas acciones por unidad
de super#cie que estén sobre contornos elementales que coincidan con ∂Γ. Por otro
lado, por conveniencia a
la hora de de#nir formas elementales que se adapten adecuadamente al dominio
sólido, los grados de libertad
del elemento no tienen por qué estar ordenados según la numeración global
establecida para el dominio
completo. El conjunto de grados de libertad elementales se puede obtener a partir
del conjunto de grados de
libertad en numeración global mediante las denominadas matrices de ensamblaje Ee

ij , que reordenan ambos


conjuntos de grados de libertad para el elemento e. A modo de ejemplo, se muestra
la forma de la matriz
EB correspondiente al elemento B (ver Fig. 2b):  

u1

 
δ u5

e u 
  

0

6 
u  = 0 0 0 0 1 0 0 0 0 u2

   
0 0 0 0 0 1 0 0 u3

·

u4
 

= u  =
3 0 0 1 0 0 0 0 0 0 5

 
u2 ︸ 0 1 0 0 ︷0︷ 0 0 0 0 ︸ u  EB

  · δ (36)

u 7
EB u 8

u9

Así, la matriz de rigidez global se puede escribir sumando las matrices de rigidez
elementales ensamblando
mediante las matrices Ee apropiadamente. Aprovechando este hecho la Ec. (27) se
puede reescribir:

∑E [ (∫ ) ]
F = EeT (LN)Te D(LN)e dΩ Ee δ (37)

e=1 Ω

5Este hecho se corresponde con el principio de acción y reacción. Notar que, dado
que T̄e se obtiene mediante la Ec. (1b),
el tensor de tensiones en la frontera común de los elementos interiores es el mismo
y las normales tienen sentidos contrarios, se
tendrán acciones con el mismo módulo y signos diferentes. Por este motivo al sumar,
dichas acciones elementales se anularán,
en perfecta consonancia con el concepto de esfuerzo interno.

10

La elección de las funciones de forma6 N e


i dependerá de las formas elementales que se elijan para que se

adapten al dominio a discretizar. La Ec. (37) representa la forma operativa que se


ha obtenido para el TTV
al discretizar el dominio en elementos #nitos. Dicha forma aún no ha tomado en
cuenta las condiciones de
contorno del problema elástico que, como se ha comentado, pueden venir dadas en
forma de desplazamientos
o fuerzas impuestas. Queda, por tanto, imponer las condiciones de contorno del
problema. Dicho aspecto se
aborda en la siguiente subsección.

4.2. Aplicación de las condiciones de contorno

En general, las condiciones de contorno se proporcionan o bien en forma de fuerzas


exteriores sobre el
contorno Ω o bien en forma de desplazamientos impuestos o bien según esquemas
mixtos. La naturaleza de
dichas condiciones debe ser tal que si en un nodo hay un desplazamiento impuesto
(que impone valores a
determinadas componentes del vector δ correspondientes a ese nodo), la fuerza sobre
el mismo (que será de
reacción) será desconocida. De este modo, el sistema continuará estando
determinado. Para poder despejar
el sistema es necesario escribirlo por bloques. Para aclarar este aspecto, se
propone un dominio discretizado
según la malla establecida en la Fig. 2b. Se supone que los desplazamientos nodales
1, 2 y 3 se imponen (por lo
que las fuerzas asociadas a dichos nodos serán desconocidas) y se almacenan en un
vector δD. Adicionalmente,
las acciones desconocidas serán almacenadas en FD. Asimismo, los desplazamientos
desconocidos restantes
irán en un vector δN y las fuerzas conocida]s restantes en un vector FN .
Escribiendo la Ec. (27) por bloques,
se tiene que: [ [ ] [ ]

FD K K
= DD DN · δD (38)

FN KND KNN δN

Despejando de la segunda de las dos Ecs. (38):

δN = K−1
NN · (FN −KNDδD) (39)

De esta manera δN , queda escrito en términos de magnitudes conocidas. Asimismo,


sustituyendo la Ec. (39)
en la primera de las Ecs. (38), se tiene:

FD = KDNK−1
NNFN + (KDD −KDNK−1

NNKND)δD (40)

Así, utilizando las Ecs. (39) y (40), se calculan δN y FD respectivamente, en


función de cantidades conocidas.
A partir de los valores δ se calculan los valores del pseudovector de deformaciones
elementales:

εe = (LN)eδe = (LN)eE
eδ (41)

y los valores del pseudovector de tensiones elementales:

σe = Dεe = D(LN)eE
eδ (42)

En el caso de que la numeración global de los grados de libertad no permita


directamente descomponer el
sistema por bloques de la manera que se indica en la Ec. (38), será necesario
reordenar el sistema mediante
operaciones de intercambio de #las y columnas hasta que sea posible aplicar las
condiciones de contorno, y
obtener los desplazamientos y fuerzas nodales.

6Realmente matriz de funcion(es de forma correspondientes al elemento e conformado


por S nodos: )
Ne

1 (x, y) 0 Ne
2 (x, y) 0 . . . Ne

S(x, y) 0
Ne(x, y) = 0 Ne

1 (x, y) 0 Ne
2 (x, y) . . . 0 Ne

S(x, y)

11

5. Elementos, funciones de forma y puntos de cuadratura

Hasta ahora, el esquema de elementos #nitos que se ha descrito proporciona una


formulación del problema
elástico para casos 2D dentro de la hipótesis de tensión plana, que permite obtener
los desplazamientos
nodales y, a partir de estos, aproximaciones para los desplazamientos,
deformaciones y tensiones para todos
los puntos del dominio que se ha discretizado. Sin embargo, para tener una forma
operativa del método es
necesario concretar aún tres elementos que aparecen en la Ec. 37. Dichos elementos
son:

Las funciones de forma elementales N e


i . Estas funciones deben ser adecuadas a las formas de los

elementos que se elijen para discretizar el dominio.

Una forma matricial concreta para el operador L. Esta forma matricial concreta
actuará sobre las
funciones de forma que se de#nan.

Una formulación sistemática que permita efectuar las integrales de volumen para
cada elemento de la
matriz de rigidez.

Dado que los problemas que se pretenden resolver son 2D, el primer requisito que se
les debe pedir a los
elementos que se elijan es que deben ser planos de manera que, en cada uno de sus
nodos, haya de#nidos
dos grados de libertad de desplazamiento: uno horizontal u y otro vertical v. A
continuación y a modo de
ejemplo, se particulariza la Ec. (37) para varios tipos de elementos planos que se
concretan en las siguientes
subsecciones. Cada uno de los requisitos enumerados debe particularizarse
dependiendo del tipo de elemento
y las funciones de forma que se consideren.

5.1. Elementos isoparamétricos de cuatro nodos

En este apartado, se describirán elementos que sean cuadriláteros con nodos


de#nidos en cada uno de
sus cuatro vértices. Cada nodo i del elemento e llevará asociado una función de
forma elemental N e

i que
valdrá uno en el nodo i y cero en los tres nodos restantes del elemento. Además,
serán nulas fuera de dicho
elemento. Dado que la discretización que se hace del dominio, que es arbitrario,
debe estar adaptada a la
geometría local cercana a cada punto material, se hace necesario de#nir un cambio
de variables que permita
concretar el elemento en un espacio de variables locales7 o naturales (ξ, η), que
luego se adapte a la forma
real del dominio en variables globales (x, y). Dicho cambio de variables aparece
representado en la Fig. 4.

Figura 4: Representación del cambio de variables entre el elemento e en el espacio


natural y en el espacio
global

Es importante notar que tanto la numeración de los nodos como la forma y super#cie
de los elementos
cambia entre las dos representanciones. Tal y como se observa, los cuadriláteros
que discretizan el dominio

7La ventaja de este planteamiento es que esta de#nición local de las variables es
la misma para todos los elementos #nitos
que se consideran en el dominio.

12

real admiten distorsiones, con respecto a los cuadrados de#nidos en el espacio


natural, que permiten la
adaptación de la malla a la hora de cubrir todo el dominio. En el espacio natural,
es fácil ver que las cuatro
funciones de forma N e

i (ξ, η) que cumplen con los requisitos son:

N e 1
1 (ξ, η) = (1− ξ)(1− η) (43a)

1
N e

2 (ξ, η) = (1 + ξ)(1− η) (43b)


4
1

N e
3 (ξ, η) = (1 + ξ)(1 + η) (43c)

N e 1
4 (ξ, η) = (1− ξ)(1 + η) (43d)
4
A partir de estas funciones elementales y siguiendo el planteamiento expresado en
las Ecs. (20), los despla-
zamientos dentro del elemento se van a escribir en función de los desplazamientos
de los nodos elementales
uei , v

e
i :

u e
e(ξ, η) = N e

1 (ξ, η) · ue1 +N e
2 (ξ, η) · ue2 +N3 (ξ, η) · ue3 +N e

4 (ξ, η) · ue4 (44a)

v e
e(ξ, η) = N e

1 (ξ, η) · ve1 +N e
2 (ξ, η) · ve2 +N3 (ξ, η) · ve3 +N e

4 (ξ, η) · ve4 (44b)

Dada la forma de las Ecs. (44), es fácil ver como los desplazamientos en cualquier
punto interior del elemento
se obtiene como una suma ponderada mediante las funciones de forma de los
desplazamientos en los nodos.
El siguiente paso es de#nir el cambio de variables que va a relacionar ambos
conjuntos de coordenadas. En
este contexto, se denomina isoparamétrico a aquel elemento que utiliza las mismas
funciones de forma tanto
para de#nir los desplazamientos como para efectuar el cambio de variables entre las
coordenadas naturales
y las globales. Así:

x(ξ, η) = N e e e
1 (ξ, η) · x1 +N2 (ξ, η) · xe2 +N e

3 (ξ, η) · xe3 +N e
4 (ξ, η) · xe4 (45a)

y(ξ, η) = N e e
1 (ξ, η) · ye1 +N e

2 (ξ, η) · ye2 +N3 (ξ, η) · ye3 +N e


4 (ξ, η) · ye4 (45b)

Donde (xe e
1, y1), (x

e
2, y

e e e
2), (x3, y3) y (xe4, y
e
4) son las coordenadas de los nodos del elemento. Mediante la

derivación de las Ecs. (45), la matriz jacobiana del cambio de variables


seescribe:( ) ( 
xe ye

e )
∂x ∂y ∂Ne

1 (ξ,η) ∂N2 (ξ,η) ∂Ne(ξ,η) ∂Ne


3 4 (ξ,η) 

J = ∂ξ ∂ξ ∂ξ  1 1

∂ξ ∂ξ ∂ξ
e = ∂x ∂y ∂Ne e

1 (ξ,η) ∂Ne
2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η) ∂N4 (ξ,η)


·xe2 ye2

xe ye
∂η ∂η ∂η ∂η ∂η ∂η 3 3

xe e

( )  4 y4 ) (46)
(η − 1) (1− η) (1 + η) −(1 + η)  

e 
= ︸ x1 ye1

1 
4 ( − 1) −(1 + ξ︷)︷ ·

(1 + ξ) (1− ξ) ︸ 
xe2 ye2

ξ xe e (
J

= R · x 11 J12
e =

3 y3 J

︸ xe4︷︷ 21 J22
ye

R 4 ︸
xe

Mientras que el inverso de dicha m(atriz jac)obiana se escribe:

∂ξ ∂η ( )
J−1 ∂x ∂x 1 J22 −J12
e = ∂ξ ∂η = (47)

∂y ∂y (J11J22 − J12J21) −J21 J11

13

A partir de aquí, el vector de deformaciones elementales se obtiene según las


operaciones indicadas en la Ec.
(17) en donde se sustituye la discretización expresada∑en las(Ecs. (44): ) 

 4 ∂Ne(ξ,η) ∂ξ ∂Ne

∂u i i (ξ,η) ∂η

 e  i=1 ∂ξ ∂x + ∂η
∂x e

ε ∂ve  i (ξ,η) ∂η e
e = (LN)e · δe = ∂y  ∑ [( ∑ ( ) e

∂x ui

= 4 ∂Ne
i (ξ,η)

i=1 ∂ξ ∂y +
∂u )∂ξ ∂(N∂η ∂y vi ) ]

e ∂ve
y + 4 ∂Ne

i (ξ,η) ) )
∂ ∂x ∂ξ ∂Ne(ξ,η ∂η ∂Ne

i (ξ,η ∂ξ ∂Ne
i (ξ,η)

i=1 ∂ξ ∂y + i
∂η ∂y uei + ∂ξ + ∂η e

∂x ∂η ∂x vi

= Pe ·Qe · δe
(48)

Que se ha escrito usando las siguientes de#niciones y que det(Je) = (J11J22 −


J12J21): ∂ξ ∂η 0 0  
Pe = ∂x ∂x

0 0 ∂ξ ∂η 
∂y ∂y J

1 22 −J12 0 0
=  0 0 −J21 J11 (49a)

∂ξ ∂η ∂ξ ∂η det(Je)
 −J J
∂y ∂y ∂x ∂x 21 11 J22 −J12

∂Ne ,η) ∂Ne ∂Ne e 


 1 (ξ 2 (ξ,η) 3 (ξ,η) ∂N4 (ξ,η)

∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 0
∂Ne e 

1 (ξ,η) ∂Ne
2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η) ∂N4 (ξ,η) 


Q  ∂η 0 ∂η 0 ∂η 0 ∂η 0 

e =  ∂Ne ξ,η) ∂Ne ∂Ne


0 1 ( 2 (ξ,η) 3 (ξ,η) ∂Ne

4 (ξ,η)
∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 

 ∂Ne ξ,η) ∂Ne


0 1 ( 2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η) ∂Ne
4 (ξ,η)

∂η 0 ∂η 0 ∂η 0 ∂η  (49b)
η − 1) 0 (1− η) 0 (η + 1) 0 −(η + 1) 0

1 (ξ − 1) 0 −(ξ + 1) 0 (ξ + 1) 0 (1− ξ) 0 


= ( 

4  0 (η − 1) 0 (1− η) 0 (η + 1) 0 −(η + 1)


0 (ξ − 1) [0 −(ξ + 1) 0 (ξ + 1]) 0 (1− ξ)

T
δ e e e
e = ue e

1 v1 ue2 v2 ue3 v3 ue4 v4 (49c)


Usando l∫os elementos de#nidos e∫n las Ecs. (46), (47) y (49), la mat∫riz de
rigidez elemental se escribe:

te ∫ 1 ∫ 1
2

Ke = (LN)Te D(LN)e dΩ = (LN)Te D(LN)e dz dA = te (P T


eQe) D(PeQe) det(Je) dξ dη

Ω − te A −1 −1
2

(50)
Donde se ha supuesto el mismo espesor te para todo el elemento plano de área A
proyectada perpendicular
al espesor. Además, se debe notar que tanto PeQe como el det(Je) dependen de las
variables naturales (ξ, η)
del elemento tras el cambio. Además, como es conocido, el jacobiano gobierna la
modi#cación de super#cie
del elemento plano que se produce tras efectuar el cambio de variables que se ha
considerado. Así:

dx dy = det(Je) dξ dη (51)

Reglas de cuadratura

Para obtener una fórmula completamente operativa a partir de la Ec. (50), es


necesario alguna forma
sistemática de calcular las integrales que aparecen. Una forma de abordar este
cálculo pasa por emplear
reglas de cuadratura para integración gaussiana. Dichas reglas permiten aproximar
el valor de una integral
de#nida mediante la suma de los valores del integrando evaluado en determinados
puntos, y ponderados por
coe#cientes Ci calculados para minimizar el error cometido. Estos puntos reciben el
nombre de puntos de
cuadratura y serán obtenidos a continuación para el caso que se trata en este
apartado. Una fórmula de
cuadratura adquiere la forma genérica: ∫ 1 ∑S

I = f(x) dx ≈ Cif(xi) (52)


−1 i=1

14

En este caso, se considera S = 2 que va a implicar la necesidad de determinar


cuatro coe#cientes, a saber:
C1, C2, x1 y x2. Dado el grado de los polinomios que aparecen en el integrando de
la Ec. (50), será su#ciente
con este grado de aproximación. Por otro lado, el hecho de haber considerado más
coe#cientes en la Ec. (52)
supondría mayor precisión en el cálculo. Tal y como se ha dicho, cuatro son los
coe#cientes que se deben
determinar por lo que el mayor grado del polinomio que se puede calcular, de manera
exacta, es tres. Dicho
polinomio vendrá d∫eteb (rminado por los coe#cien)tes a1,[a2, a3 y a0. Así:

a3
a3x

3 + a 2
2x + a1x+ ao dx = x4

a2 a ]
1 b

+ x3 + x2 + a0x+D
a 4 3 2 a (53)

a3
= (b4 − a2

a4
a1
) + (b3 − a3) + (b2 − a2) + a0(b− a)
4 3 2

Donde D es una constante de integración que no interviene en el desarrollo.


Particularizando la Ec. (53) para
a = −1 y b = 1, y sustituyendo en la Ec. (52) se tiene:

a2
(1 + 1) + a0(1 + 1) = C1(a3x

3
1 + a2x

2
1 + a1x1 + ao) + C2(a3x

3
2 + a2x

2
2 + a1x2 + ao) (54)

Que produce el sistema dado por las Ecs. (55):

C1x
3
1 + C2x

3
2 = 0 (55a)

C1x
2
1 + C2x

2
2 = 2/3 (55b)

C1x1 + C2x2 = 0 (55c)


C1 + C2 = 2 (55d)

Y que despejando se tiene:


C1 = C2 = 1 (56a)

x1 = −x2 = −√1 (56b)


3

Sustituyendo de vuelta se obtiene la siguiente f(órmula)de cu(adrat)ura:


I ≈ −√1 1

f + f √ (57)
3 3

Tal y como se ha dicho, esta fórmula aproxima exactamente polinomios de grado tres
o menor. Complemen-
tariamente, la regla dada por la Ec. (57) se puede utilizar para aproximar
integrales múltiples como las que
se tienen en la Ec. (50). Para ello, s∫erá1 ∫su#ciente con aplica

1 ∫rla s
1 (ucesivamente. Así:

√ √ )
( I = f(x, y) dx dy ≈ f(−1/ 3, y) + f(1/ 3, y) dy

−1 −1 −1
√ √ ) ( √ √ ) ( √ √ ) ( √ √ ) (58)

≈ f −1/ 3,−1/ 3 + f 1/ 3,−1/ 3 + f 1/ 3, 1/ 3 + f −1/ 3, 1/ 3

El resultado expresado en la Ec. (58) implica que el valor aproximado de la


integral que aparece en la Ec.
(50) se obtiene evaluando el integrando en los puntos de coordenadas naturales que
se muestran en la Tabla
1 que, como se ha dicho, se denominan puntos de cuadratura:

ξ √ η √
1 −1/√3 −1/√3
2 +1/√3 −1/√3
3 +1/√3 +1/√3
4 −1/ 3 +1/ 3

Tabla 1: Puntos de cuadratura para elementos cuadriláteros isoparamétricos de


cuatro nodos

15

Finalmente, aplicando la regla dada en la Ec. (58) para aproximar la matriz de


rigidez elemental dada
por la Ec. (50):

∑4
Ke ≈ te (Pe(ξk, ηk)Qe(ξ

T
k, ηk)) D(Pe(ξk, ηk)Qe(ξk, ηk)) det(Je(ξk, ηk)) (59)

k=1

De esta manera, se establece que la solución del problema pasa por evaluar los
términos del sumatorio dado
por la Ec. (59) en todos los puntos de cuadratura del elemento. Este tipo de
integración, que se distingue de
la que se mostrará en la siguiente subsección, se denomina integración completa.
Análogamente, tiene sentido
considerar los valores de deformación y de tensión (dados por las Ecs. (48) y
(42)), particularizando PeQe
en los puntos de cuadratura o en cualquier valor dentro del dominio de las
variables naturales ξ y η. Así, la
integración completa establece diversos valores de las componentes de tensión y de
deformación8 dentro del
mismo elemento. Este hecho permite considerar gradientes intraelementales de las
variables de interés. Para
terminar esta sección, es importante notar que para obtener la matriz de rigidez
elemental dada por la Ec.
(59) sólo es necesario conocer la matriz de coordenadas nodales xe de#nida en la
Ec. (46) y las coordenadas de
los puntos de cuadratura que se muestran en la Tabla 1. Además, serán necesarias
las de#niciones efectuadas
en las Ecs. (49).

5.2. Elementos isoparamétricos triangulares

En este apartado, se particulariza la Ec. (50) a dos tipos de elementos


isoparamétricos triangulares:

El elemento triangular de 3 nodos o lineal.

El elemento triangular de 6 nodos o cuadrático.

Elementos triangulares de tres nodos

En este caso, el elemento triangular lineal tiene tres nodos que coinciden con los
vértices de dicho triángulo.
En la Fig. 5, se representa el cambio de variables entre las coordenadas naturales
y las coordenadas globales.
Análogamente, las funciones de formaN e

i para el elemento triangular e en coordenadas naturales que cumplen

Figura 5: Representación del cambio de variables entre el elemento e en el espacio


natural y en el espacio
global

la condición de valer la unidad en el nodo asociado i y cero en los otros dos


adquieren la forma:

N e
1 (ξ, η) = 1− ξ − η (60a)

N e
2 (ξ, η) = ξ (60b)

N e
3 (ξ, η) = η (60c)

8Sobre este particular, se volverá en la sección #nal del documento.

16

Usando estas funciones de forma y de manera análoga al caso desarrollado en la


subsección anterior, los
desplazamientos dentro del elemento se pueden discretizar de la siguiente manera:

ue(ξ, η) = N e e e
1 (ξ, η) · u1 +N2 (ξ, η) · ue2 +N e

3 (ξ, η) · ue3 (61a)

ve(ξ, η) = N e
1 (ξ, η) · ve e e

1 +N e
2 (ξ, η) · v2 +N3 (ξ, η) · ve3 (61b)

Por otro lado, dado que los elementos son isoparamétricos, se utilizan las mismas
funciones de forma para
de#nir el cambio de variables:

x(ξ, η) = N e e e
1 (ξ, η) · x1 +N2 (ξ, η) · xe2 +N e

3 (ξ, η) · xe3 (62a)

y(ξ, η) = N e
1 (ξ, η) · ye1 +N e

2 (ξ, η) · ye2 +N e
3 (ξ, η) · ye3 (62b)

En donde, de nuevo, (xe1, y


e
1), (x

e
2, y

e
2) y (xe3, y

e
3) son las coordenadas nodales. De nuevo, derivando las Ecs.

(62), la matriz jacobi(ana se es)cribe(: ) 


∂x ∂y ∂Ne

1 (ξ,η) ∂Ne
2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η)

J ∂ξ
e =  

xe1 ye1
∂ξ ∂ξ ∂ξ ∂ξ e 

∂x ∂y =

∂Ne
1 (ξ,η) ∂Ne

2 (ξ,η) ∂Ne
3 (ξ,η)

· x2 ye2

( ∂η ∂η ) ∂η  ∂η ∂η xe e
3 y3) ( )
− ye
1 1 0 1 e (63)

= ︸ 2 − xe1 y2 − ye1 J11 J12


− xe  (

xe

1 ︷︷0 1 ︸ ·
xe1
2 ye2 = R · x

xe3 − xe e e =
1 y3 − y1 J21 J22

R ︸ xe3︷︷ye3 ︸ e =

xe

Mientras que el inverso de dicha matri(z jacobian)a se escribe:

∂ξ ∂η ( )
1 J

J−1 ∂x ∂x 22 −J12
e = ∂ξ ∂η = (64)

∂y ∂y det(Je) −J21 J11

Donde, como puede observarse, tanto su determinante como la propia matriz jacobiana
no dependen de las
variables naturales9, de manera que la expresión explícita del jacobiano queda en
función exclusiva de las
coordenadas elementales:

det(Je) = (J11J22 − J12J21) = (xe2 − xe1)(y


e e
3 − ye1)− (xe3 − x1)(y

e
2 − ye1) (65)

La condición de independencia de las variables naturales quiere decir que para


cualquier pequeña división
in#nitesimal que se haga dentro del elemento, el cambio de área de un sistema a
otro será el mismo indepen-
dientemente de la división que se escoja. Además, este cambio estará relacionado a
través del jacobiano (ver
Ec. (51)). Análogamente, el vector de deformaciones elementales se obtendrá
derivando las discretizaciones
de los desplazamientos dadas en las Ecs. (61):

 ∑ ( ) 
  

∑3 (∂Ne ∂η
∂u i (ξ,η) ∂ξ ∂Ne
i (ξ,η)

εe = (LN)e · δe =  e i=1 ∂ξ ∂x +
∂x
∂ve 
∂y  

= 
∂u  ) ( ) e

∂η ∂x ui

]
e ve ∑ [( 3 ∂Ne

i (ξ,η) ∂ξ ∂Ne
i (ξ,η) ∂η

i=1 ∂ξ ∂y + ∂η ∂y vei )
∂y + ∂

∂x 3 ∂Ne
i (ξ,η) ∂ξ ∂Ne

i (ξ,η) ∂η ∂Ne
i (ξ,η) ∂ξ ∂Ne

i (ξ,η) ∂η e
i=1 ∂ξ ∂y + ∂η ∂y uei + ∂ξ ∂x + ∂η ∂x vi

= Pe ·Qe · δe
(66)

9Como se ha visto en el caso de los elementos de cuatro nodos analizado en el


apartado anterior, en general, la matriz
jacobiana y su determinante dependen de las coordenadas ξ y η.

17

En donde se han utilizado formas análogas al caso del elemento cuadrilátero.


Además, mientras que Pe
presenta la misma forma que la mostrada en la Ec. (49a)10, la matriz Qe y el vector
de desplazamientos
elementales δe adquieren la forma:

∂Ne( , )

 1 ξ η ∂Ne 
2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η) 
 ∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 0  

 0 0 0

 
= −1 1 0
∂Ne
1 (ξ,η) ∂Ne

2 (ξ,η) ∂Ne
3 (ξ,η)

Qe =  ∂η 0 ∂η 0 ∂η 0
∂Ne(

0 1 ξ,η) ∂Ne e
2 (ξ,η) ∂N3 (ξ,η) −1 0 0 0 1 0

0 −  (67a)
∂ξ 0 ∂ξ 0 1 0 1 0 0

∂ξ
∂Ne ,η)

0 1 (ξ ∂Ne ξ η
0 2 ( , ) ∂Ne

3 (ξ,η) 0 −1 0 0 0 1
∂η [∂η 0 ∂η ]

δ e
e = u e

1 v e T
1 u2 ve2 ue3 ve3 (67b)

Efectuando el producto PeQe se tiene que: 


1

PeQe (J12 − J22) 0 J22 0 −J12 0


= 0 (J21 − J11) 0 −J21 0 J11  (68)

det (Je) (J21 − J11) (J12 − J22) −J21 J22 J11 −J12

Que sustituyendo en la Ec. (50) para la matriz de rigidez elemental y teniendo en


cuenta que ni PeQe ni
det (Je) dependen de las variables naturales∫y, por tanto, pueden salir de la
integra∫l de super#cie:1 ∫ 1−ξ

Ke = te(PeQe)
TD(PeQe) det(Je) dξ dη = t T

e(PeQe) D(PeQe) det(Je) dξ dη (69)


A 0 0

También se ha tenido en cuenta que A es el área bajo la recta η = 1 − ξ que


conforma, junto con los ejes
coordenados, el triángulo elemental en el espacio de coordenadas naturales (ver
parte izquierda de la Fig. 5).
Finalmente, efectuando la integral doble se tiene para la matriz de rigidez
elemental11:

1
Ke = t T
e(PeQe) D(PeQe) det(Je) (70)
2

Donde la matriz PeQe viene dada por la Ec. (68), los elementos de Je vienen dados
por la Ec. (63) y el
jacobiano viene dado por la Ec. (65). La independencia de PeQe y det (Je) de las
variables naturales asigna
un valor único a los elementos de la matriz de rigidez y en consecuencia a las
componentes de deformación
y tensión del elemento (a partir de las Ecs. (48) y (42)). Así, este tipo de
integración, que se denomina
integración reducida, produce valores únicos de las variables de interés dentro de
cada elemento.

Elementos triangulares de seis nodos

El elemento triangular de 6 nodos se construye a partir del triangular de 3 nodos


abordado en la subsección
anterior, considerando un nodo más en el centro de cada uno de los lados. La Fig. 6
muestra una representación
de este elemento en coordenadas naturales y globales del problema. Evidentemente,
los nodos centrales se
pueden obtener a partir de la semisuma de los nodos contiguos situados a cada lado
de los mismos. Esto quiere
decir que las coordenadas de estos nodos dependen de las posiciones de los nodos
situadas en los vértices del
triángulo. Esta dependencia tiene implicaciones en el cálculo de la matriz
jacobiana y su determinante, que
podrá expresarse exclusivamente sólo a partir de las coordenadas de los vértices.
Sin embargo, si tomamos
valores realmente geométricos para estos nodos, por ejemplo en fronteras curvas,
obtendremos #triángulos de
lados curvos# donde su jacobiano y determinante dependerán de los seis nodos
independientemente. Siguiendo

10Donde las cantidades J11, J12, J21 y J22 son las especi#cadas en la Ec. (63) y
det (Je) viene proporcionado por la Ec. (65).
11Notar que la integral doble extendida al área del elemento será igual al área del
triángulo bajo la recta η = 1− ξ, es decir,

1 .
2

18

Figura 6: Representación del cambio de variables entre el elemento e en el espacio


natural y en el espacio
global

la numeración presentada en la parte izquierda de la Fig. 6, las funciones de forma


en coordenadas naturales
N e

i que cumplen con las condiciones habituales son:

N e
1 = (1− ξ − η)(1− 2ξ − 2η) (71a)

N e
2 = 4ξ(1− ξ − η) (71b)

N e
3 = ξ(2ξ − 1) (71c)

N e
4 = 4ξη (71d)

N e
5 = η(2η − 1) (71e)

N e
6 = 4η(1− ξ − η) (71f)

Análogamente, los desplazamientos dentro del elemento se pueden discretizar de la


siguiente manera:

∑6
ue(ξ, η) = N e

i (ξ, η) · uei (72a)


i=1

∑6
ve(ξ, η) = N e

i (ξ, η) · vei (72b)


i=1

Por otro lado, dado que los elementos son isoparamétricos, se utilizan las mismas
funciones de forma para
de#nir el cambio de variables entre las de#nidas en la Fig. 6:

∑6
x(ξ, η) = N e

i (ξ, η) · xei (73a)


i=1

∑6
y(ξ, η) = N e

i (ξ, η) · yei (73b)


i=1

En donde, de nuevo, las (xei , y


e
i ) son las coordenadas nodales del elemento. Es en este punto, tal y como se

ha indicado, donde las coordenadas de los nodos centrales puede escribirse en


función de las de los nodos
situados en los vértices. Por ejemplo (ver Fig. 6), se podría escribir xe xe

1+xe e e
3 +
2 2 e ye y1 y
= 3

2 = 2 . Sin embargo se
realizará aquí el desarrollo general, quedando el planteamiento alternativo
indicado como ejercicio. Por otro
lado, la matriz jacobiana del cambio de variables queda:

( ) ( )  
J xe1 ye

∂x ∂y ∂Ne
1 (ξ,η) ∂Ne

2 (ξ,η) ∂Ne
3 (ξ,η)

∂ξ ∂ξ ∂ξ ∂ξ ∂ξ ... xe2 ye2


e
3 (ξ,η)

·  ( )
J J

e = = R · x 1 2
e =

1 1
∂x ∂y = ∂Ne

1 (ξ,η) ∂Ne
2 (ξ,η) ∂N xe

∂η ∂η ∂η ∂η ∂η .. 3 ye
(74a)

. 3 J21 J22
... ...

19

Donde, para su cálculo, se han usado formas análogas12 a las empleadas en la Ec.
(63). Efectuando las
operaciones indicadas en la Ec. (74a) sobre el cambio de variables dado por las
Ecs. (73) se obtiene:

∂x
= −3xe e e

∂ 1 + 4x1ξ + 4xe1η + 4x2 − 8xe2ξ − 4xe2η + 4xe3ξ − xe3 + 4xe4η − 4xe6η (74b)
ξ

∂x
= −3xe 4xeξ + 4xe 4xe e
∂ 1 + 1 1η − 2ξ + 4x4ξ + 4xe5η − xe e
5 + 4x6 − 4xe6ξ − 8xe6η (74c)

∂y
= −3ye e η + 4ye

∂ 1 + 4y1ξ + 4ye1 2 − 8ye2ξ − 4ye2η + 4ye3ξ − ye3 + 4ye4η − 4ye6η (74d)


ξ

∂y
= −3ye 4ye e

∂ 1 + 1ξ + 4y1η − 4ye2ξ + 4ye4ξ + 4ye e


5η − ye5 + 4y6 − 4ye6ξ − 8ye6η (74e)

Aunque el jacobiano det (Je) se puede obtener fácilmente de forma explícita13, es


importante notar que su
expresión depende, aparte de las coordenadas nodales xe e

i e yi , de las variables naturales ξ, η. Este hecho


contrasta con lo que ocurre en el caso del elemento triangular lineal analizado en
la subsección anterior. Por
otro lado, el inverso de la matriz jacobiana tiene una forma análoga a la expresada
por la Ec. (64). En cuanto
a las deformaciones elementales εe, se obtienen de manera análoga a la expresada
por la Ec. (66) donde
ahora los sumatorios se extienden a seis sumandos en concordancia con la
discretización de desplazamientos
expresada por la Ec. (72). De nuevo, Pe tiene la forma dada por la Ec. (49a)
mientras que Qe y δe adquieren
la forma14: ∂Ne(ξ,η) ∂Ne ,η) ∂Ne

 1 2 (ξ 3 (ξ,η) 
..

Q  ∂ξ 0 ∂ξ 0 ∂ξ 0 ...
e 

e = ∂N1 (ξ,η) ∂Ne


2 (ξ,η) ∂Ne

3 (ξ,η)

 ∂η 0 ∂η 0 ∂η 0 .
∂Ne

1 (ξ,η) ∂Ne(ξ,η) ∂Ne


0 0 2 3 (ξ,η) 

∂ξ ∂ξ 0 ∂ξ ... (75a)

∂Ne(ξ,η) ∂Ne ξ,η) ∂Ne(ξ,η)


0 1 2 ( 3

∂η[ 0 ∂η 0] ∂η ...
δe = ue e e e T
1 v1 u2 ve2 u3 ve3 ... (75b)

Así, la matriz de rigidez elemental para el elemento triangular cuadrático se


obtiene sustituyendo las formas
det (Je), P 15

e y la Qe∫ en la Ec. (50) para obtener: ∫ 1 ∫ 1−ξ


Ke = te (P T

eQe) D(PeQe) det(Je) dξ dη = t T


e (PeQe) D(PeQe) det(Je) dξ dη (76)

A 0 0

Finalmente, es importante notar que el dominio de integración es el mismo que en el


caso abordado en la
subsección anterior, que se corresponde con el triángulo de#nido por los ejes
coordenados y la recta η = 1−ξ.
Para obtener fórmulas operativas para aproximar las integrales de super#cie, de
nuevo, se debe recurrir a
reglas de cuadratura gaussiana apropiadas para integrar dominios triangulares.
Algunas de estas expresiones
pueden consultarse en [4].

6. Recuperación de gradientes

Finalmente, tras resolver el sistema dado por la Ec. (38) se dispone de los
desplazamientos nodales que,
a través de las Ecs. (44) en el caso de los elementos de cuatro nodos o de las Ecs.
(61) en el caso de los

12Por brevedad, se han utilizado puntos suspensivos para indicar el resto de


funciones de forma y coordenadas nodales hasta
las seis que conforman la discretización del elemento triangular cuadrático.

13Cuya expresión se omite por brevedad. Para una descripción detallada de este tipo
de elementos cuadráticos, se puede
consultar [3].

14De nuevo, por brevedad, se usan puntos suspensivos para indicar la omisión de las
funciones de forma y desplazamientos
que faltan hasta los seis totales.

15Dada por la Ec. (75a).

20

elementos triangulares de tres nodos, proporcionan los desplazamientos en el


interior de cada elemento. A
su vez, utilizando la Ec. (48) en el caso de los elementos cuadrangulares o la Ec.
(66) en el caso de los
elementos de tres nodos, se obtendrán las componentes del tensor de deformaciones
y, a partir de éste, las de
tensión en el interior de cada elemento. En este punto, tal y como se ha comentado,
la integración reducida
sólo proporciona un valor para cada componente de los tensores en el interior de
cada elemento, mientras
que la integración completa permite obtener diferentes valores de las variables en
cada punto, dentro de un
mismo elemento16. Dentro de cada uno de ellos, los desplazamientos serán continuos
y unievaluados ya que se
obtienen según funciones de forma con las mismas propiedades, que interpolan los
desplazamientos desde los
nodos hacia el interior. Además, dado que en los nodos los desplazamientos tienen
el valor que proporciona
el método que se ha descrito, las componentes de los desplazamientos serán
continuas a lo largo de todo el
dominio y evolucionarán hacia el exterior del elemento según formas conocidas según
se ha tomado para las
funciones de forma elementales.

6.1. Continuación de los campos de deformación y tensión

Sin embargo, los campos de deformaciones y tensiones que son continuos dentro de un
mismo elemen-
to serán, en general, discontinuos al pasar de un elemento a otro. Esto es debido a
que las fórmulas de
interpolación para las deformaciones, dadas en las Ecs. (48) y (66), son diferentes
de un elemento a otro
al estar basadas en coordenadas y desplazamientos nodales diferentes. Este
resultado que propone campos
de deformaciones y tensiones discontinuos contradice, aparentemente, el carácter
que la Mecánica de los
Medios Continuos propone para las variables que se estudian. No obstante, es
importante recordar que el
MEF sugiere resultados que deben tomarse como aproximaciones a la solución exacta y
garantiza que, bajo
determinadas condiciones, los valores que proporciona tienden a la solución del
problema cuando el tamaño
de los elementos tiende a cero. En este proceso al límite, el valor de las
tensiones y deformaciones en los nodos
debe ir acercándose al valor que proporciona el método para las deformaciones y
tensiones de los elementos
contiguos. En este punto es importante resaltar que el MEF, en cualquiera de sus
formas, termina cuando se
obtienen las variables nodales (desplazamientos en este caso). Así para obtener, a
partir de dichas variables
nodales, las deformaciones, tensiones y sus variaciones a lo largo del dominio de
interés será necesario tratar
los resultados de una manera concreta en un proceso que recibe el nombre de
recuperación de gradientes.

(a) Basada en promedios (b) Basada en promedios de los puntos de cuadratura

Figura 7: Estrategias de recuperación de los campos de deformación y tensión

De esta manera, para obtener con un interés meramente grá#co campos continuos de
deformaciones y
tensiones, se puede optar por diferentes estrategias (ver Fig. 7). Una de ellas
consiste en utilizar variaciones
lineales de las variables desde el valor de éstas en los nodos. Previamente se
calculan los valores nodales

16Este aspecto es consecuencia de que, en el caso de los elementos cuadriláteros,


Pe y Qe dependen de las coordenadas
naturales del elemento ξ y η (integración completa) y, por tanto, proporcionan un
gradiente de valores de los campos de interés.
En el caso de los elementos triangulares, Pe y Qe no dependen de las variables
naturales por lo que sólo se tendrá un único
valor de las variables de campo, en el interior de los elementos (integración
reducida).

21

como la media de los valores que se tienen cuando se aproximan los campos desde los
diversos elementos
que son contiguos en el nodo en cuestión. Un ejemplo de este tipo de estrategia
correspondiente a un caso
donde se tengan dos elementos (A y B) y tres nodos (1, 2 y 3) se muestra en la Fig.
7a. Una posibilidad
más elaborada consiste en calcular el valor de los campos en los nodos como la
media de los valores que
se tienen en los puntos de cuadratura de cada elemento contiguo al nodo en
cuestión. A partir de aquí, se
suponen evoluciones lineales de los campos que ya serán continuas. Esta estrategia
se muestra en la Fig. 7b
en donde los valores de los campos en los puntos de cuadratura (denominados PC en
el esquema de la Fig.
7b) son resultados que provienen directamente de la solución del MEF, por lo que
serán unos valores más
representativos de la solución del problema real. En cualquier caso, el hecho de
contar con campos continuos
de deformaciones y tensiones (una vez ejecutado el MEF) frente a campos en los que
se aprecien variaciones
discontinuas de los mismos de un elemento a otro, tiene una importancia que no va a
más allá de lo que
visualmente se quiera representar, y siempre que se tenga control sobre lo que se
hace y su signi#cado.

Referencias

[1] I. García García (2015), Grupo de Elasticidad y Resistencia de Materiales,


Universidad de Sevilla. El
Método de los Elementos Finitos.

[2] F. París (2000), Grupo de Elasticidad y Resistencia de Materiales, Universidad


de Sevilla. Teoría de la
Elasticidad (2ª Edición).

[3] J. Domínguez Abascal (2004), Universidad de Sevilla. Ampliación de Teoría de


Estructuras. Capítulo 11.
Coordenadas naturales. Familias de elementos. Elementos isoparamétricos.

[4] O.C. Zienkiewicz-R.L. Taylor (1994), Mc-Graw-Hill/INTERAMERICANA DE ESPAÑA,


S.A. El Método
de los Elementos Finitos (4ª Edición). 8.10. Integración numérica en regiones
triangulares o tetraédricas
(Pág. 183).

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