Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CHAIA, Ruben. Probation, Beneficio Del Acusado
CHAIA, Ruben. Probation, Beneficio Del Acusado
I. Introducción
El fallo que voy a comentar es en verdad muy rico pues toca diversos temas de suma actualidad e interés, no sólo en
relación con la suspensión del juicio a prueba -en adelante probation, por razones de simplificación-, sino que además
empalma cuestiones relativas al ejercicio de la acción penal, que hoy, al amparo de los nuevos códigos procesales -
llamados de tercera generación- están en pleno debate. Sin embargo, a fuer de ser breve, habré de concentrar el mayor
esfuerzo en un aspecto a mi juicio trascendente, esto es, qué temperamento debe adoptar el tribunal ante el visto bueno
de la acusación pública y privada sobre la concesión del beneficio.
V. ¿Podemos decir que la CSJN en "Acosta" opinó concretamente sobre la inhabilitación en casos de homicidio
culposo?
Otro tema interesante de abordar, por la autoridad que sus decisiones contienen y dada la insistencia con que estos
casos se plantean en la práctica diaria, es verificar si realmente puede citarse el precedente "Acosta" -23/04/2008- de
la CSJN.-, en auxilio de la postura que sostiene el acceso a la probation en los supuestos de "inhabilitación".
Recordemos que, en ese caso, el tribunal de grado -TOC. Federal de Santa Fe- en fallo a la postre revocado por la
Corte, sostuvo que al prever la figura en abstracto y en su máximo una pena de seis años de prisión -artículo 14,
primer párrafo de la Ley 23.737-, aun contando con la conformidad fiscal, el beneficio se tornaba improcedente al
superar los tres años que como límite establece el artículo 76 bis, 1º y 2º párrafos del Código Penal.
Si bien es verdad que allí se interpretaron los alcances de los párrafos 1º, 2º y 4º, entiendo que la Corte no se
pronunció sobre la aplicación de la suspensión de juicio a prueba en aquellos delitos reprimidos con pena de
"inhabilitación"(38), penúltimo párrafo del artículo citado, por lo que podría decirse que continúa vigente el holding
del precedente "Gregorchuck" -CSJN., 03/12/2002-, caso en el que el Tribunal, en cierta medida, compartió la postura
del plenario "Kosuta"(39) sobre la imposibilidad de aplicar el instituto a los supuestos que prevean pena de
inhabilitación (40).
Entiendo que podría criticarse la utilización de "Gregorchuck" -CSJN., 03/12/2002- por ser anterior a "Acosta" que
data del año 2008 -CSJN., 23/04/2008-, pero no debe perderse de vista que cuando la Corte tuvo oportunidad de
abordar un tema similar, tal como sucediera al fallar en "Tripputi"(41) -CSJN., 11/08/2009-, aplicó la fórmula del
artículo 280 CPCN., al igual de lo sucedido en "Delillo" -CSJN. 03/08/2010-, con la disidencia de Zaffaroni, quien
propuso hacer lugar a la queja al mediar consentimiento fiscal y propuesta de autoinhabilitación de la imputada (42).
En definitiva, creo que la Corte, en estos casos, concretamente no se ha expedido "lisa y llanamente" en favor del
acceso a la probation para los delitos reprimidos con pena de inhabilitación, existiendo, de ajustarnos a los fallos que
específicamente trataron el tema, dos posturas: una que no la acepta (43) y otra, minoría de Zaffaroni, que la
"aceptaría" en el caso de que el imputado ofrezca autoinhabilitarse (44).
(1) (1) Anestesista, que según la requisitoria fue acusado de haber obrado con impericia en un procedimiento
anestésico que ocasionara la muerte del paciente en el año 2005.
(2) (2) "Delillo", CSJN. 03/08/2010, disidencia de Zaffaroni.
(3) (3) En sintonía con lo dispuesto en el artículo 26, y la clasificación de penas prevista en el 5.
(4) (4) Nótese que toda la doctrina, al tratar el fundamento de la "condena condicional" prevista en el art. 26 del CP.,
señala que la misma responde a razones de política criminal orientada hacia la "sustitución de las penas cortas
privativas de la libertad". Al respecto se dice que el entusiasmo penitenciario que caracterizó el siglo XIX, no dejó de
advertir que en los casos de relativa brevedad de ese tipo de sanción penal no podía esperarse resultados satisfactorios
de readaptación o reeducación social, postulándose como ineficaz la "pena de prisión" para lograr la reinserción social
de quien ha delinquido, demostrándose que las penas cuando son cortas, no sólo son inocuas a los fines perseguidos
sino que además provocan deterioro al delincuente ocasional. Frente a ello, la condena condicional apareció en su
momento como el más eficaz sucedáneo pues ofrece una "nueva oportunidad de vida". Así la condena condicional se
volvió una advertencia intimidatoria para el futuro inmediato del individuo, un llamado a su personalidad para que
realice un esfuerzo voluntario en el encarrilamiento de su conducta en relación con las normas. Y allí la suspensión
condicional del proceso y la suspensión condicional de la pena de prisión a mi juicio "comparten" fundamentos y
objetivos: a) contienen cargas de cumplimiento obligatorio para el sospechado llamadas "reglas de conducta", b)
pueden ser revocadas si el cumplimiento no se verifica, c) se transforman en una especie de "mochila" para el
suspendido, por cuanto el no cumplimiento le acarrea pérdidas futuras, d) permiten mantener al sujeto dentro de la
comunidad sin estigmatizarlo con una pena de prisión breve, e) imponen al Estado la obligación de un control efectivo
y eficaz, f) fijan un plazo para el otorgamiento de una nueva suspensión, g) requieren un procedimiento previo a la
revocación de la suspensión, h) tienen en cuenta la condición de "primario" del imputado, i) suprimiendo la cárcel,
ambas importan una reducción de gastos al Estado que debería utilizarse en el control de los probados y condenados
condicionales, j) suponen el paso de la era de la "vigilancia" estatal al compromiso del sujeto al menos por el interés
de evitar una pena de prisión efectiva, k) ven a la prisión como la ultima ratio del sistema. Es obvio que ninguna de
estas cuestiones se podrían verificar si entendemos que cuando la ley habla de dejar en suspenso la "condena" se
refiere sólo a los delitos dolosos o aquellos culposos que no contengan la inhabilitación como sanción conjunta, por
cuanto el condenado sería pasible de una pena de prisión en suspenso y una inhabilitación efectiva, lo que haría
visibles los efectos perjudiciales que implican una pena breve (especialmente la de inhabilitación) ya que es posible
que el sujeto se quede sin trabajo, y luego pierda su familia, su hogar y así se convierta en un "excluido", siendo
además irrazonable desde el punto de vista de la proporcionalidad y a los fines de la pena que por ejemplo una lesión
culposa no tenga una salida alternativa consensuada y sí se pueda obtener en una lesión dolosa, con lo cual,
estratégicamente al médico por ejemplo le convendría confesar que lesionó a su paciente dolosamente y así poder
acceder a una probation, lo que sin dudas atenta contra el mandato constitucional de proporcionalidad y racionalidad
en la aplicación de penas.
(5) (5) El artículo 26 claramente en su último párrafo refiere que no procederá la condenación condicional respecto de
las penas de multa o inhabilitación. Si tenemos en cuenta el orden que fija el artículo 5, es posible inferir que el
apartado 8º del artículo 76 bis se refiere a inhabilitación como pena "exclusiva".
(6) (6) In extenso ver: CHAIA RUBÉN, La Prueba en el Proceso Penal, Hammurabi, 2010, p. 307 y ss.
(7) (7) Entre otros Códigos ver: art. 440 CPP. de Entre Ríos, art. 368, CPP. Buenos Aires, art. 332 CPP. de Chubut,
Proyecto de la Nación, art. 305. Desde una posición contraria, el art. 477 del Cód. Proc. Penal de San Juan autoriza a
condenar aun ante el pedido absolutorio del fiscal.
(8) (8) CSJN, 29/12/1989, "Tarifeño", LA LEY, 1995-B, 32, CSJN, 22/12/1994, "García", CSJN, Fallos: 317:2043,
CSJN, 13/6/1995, "CATTONAR", LA LEY, 1996-A, 67.
(9) (9) Ello sin perjuicio de la discusión en ciernes, esto es, si la acusación debe ser pública o alcanza con la privada.
Ver: CSJN, 13/8/98, "Santillán", voto de la mayoría, LA LEY, 1998-E, 331. CSJN, 13/4/2007, "Del'Olio", LA LEY,
2006-F, 669. Un impresionante despliegue de argumentos contra la posibilidad de seguir en el ejercicio de la acción
penal, exclusivamente la acusación privada puede encontrarse en el fallo "P. M. G.", Tribunal Oral Criminal Nº 23, de
la Capital Federal, 05/11/2012, fallo comentado por MAIER, en RDPP, Lexis Nexis, 2013, 2, p. 269 y ss.
(10) (10) CSJN., "Mostaccio", LA LEY, 2004-C, 69. Clara resulta la postura de la minoría, comandada por los
doctores FAYT y VÁZQUEZ, al concluir que "no se advierte violación a la garantía constitucional de la defensa en
juicio y del debido proceso por el solo hecho de llegar a una sentencia condenatoria, cuando el fiscal del juicio haya
requerido la absolución del imputado". CSJN, 15/8/02, "Marcillese", LA LEY, 2003-A, 733. Para la mayoría, el
pedido de absolución del fiscal al momento de alegar no impide la incriminación del imputado, pues tal petición no
está prevista como causal de cese de la acción penal. Para los doctores FAYT y MOLINÉ O'CONNOR, la acusación
que garantiza el debido proceso penal, habilitando al tribunal de juicio para dictar condena, se produce con el pedido
de elevación de causa a juicio. En tanto los doctores BELLUSCIO y BOSSERT, descartan la posibilidad de condena
ante el pedido de absolución realizado por el fiscal, al señalar que se verificaría una condena sin acusación. CSJN,
27/2/01, "Fiscal c. Fernández", voto en minoría de los doctores NAZARENO y VÁZQUEZ, CSJN-Fallos: 324:425;
ídem, 25/9/1998, "Cáseres, Martín H.", voto en minoría de los doctores NAZARENO, MOLINÉ O'CONNOR y
VÁZQUEZ, LA LEY, 1998-B, 387; ídem, 13/8/1998, "Santillán, Francisco A.", voto en minoría de los doctores
NAZARENO, MOLINÉ O'CONNOR y VÁZQUEZ, LA LEY, 1998-E, 331, para quienes "el requerimiento de
absolución del fiscal de juicio no desapodera al tribunal del ejercicio de la jurisdicción". También CS Santa Fe,
13/3/2002, "Bustamante", LLLitoral, 2003-349, al sostener que la acusación se produce con el requerimiento de
elevación a juicio que permite el conocimiento de los cargos a los efectos del pleno ejercicio de la defensa y posibilita
al tribunal a dictar sentencia condenatoria pese al pedido de absolución del fiscal y la querella.
(11) (11) CSJN, 17/2/2004, "Mostaccio", voto de los doctores FAYT y VÁZQUEZ, LA LEY, ejemplar del
20/2/2004, p. 3; ídem, 19/8/2004, "Agüero", DJ, 2005-1-790; CSJN-Fallos: 327:3087.
(12) (12) CHAIA RUBÉN, "La Prueba en el Proceso Penal", Hammurabi, 2010, p. 307 y ss.
(13) (13) Ver: CNCas. Penal, Sala II, 27/3/1996, "Luna", voto del doctor MITCHELL; ST Entre Ríos, 6/4/2005,
"Enrique"; ídem, 18/3/1997, "Fernández Insaurralde"; ídem, 26/3/1997, "Gutiérrez". En esa línea, DE LUCA y
MANRÍQUEZ señalan que el requerimiento no contiene los requisitos de la acusación, porque se basa en pruebas y
presunciones provisionales de un período sumarial ("Condena sin acusación", LA LEY, 1995-B, 800 y ss.). También
FALCONE ("La indisponibilidad del objeto procesal penal y el desistimiento del fiscal del juicio", ED, 160-861 y ss.),
aunque el autor afirma que una vez presentada la requisitoria, su pedido de absolución no obliga al tribunal en cuyas
manos queda la resolución del caso, pudiendo condenar o absolver, con independencia de este pedido ("El fiscal como
titular de la acción penal", en "Revista de Derecho Procesal Penal", 2008-1, "La actividad procesal del Ministerio
Público Fiscal-II", p. 37). Ver además CSJN, 12/6/2007, "Amodio", voto en minoría de los doctores ZAFFARONI y
LORENZETTI (la mayoría declaró inadmisible el recurso), LA LEY, ejemplar del 8/8/2007.
(14) (14) Entre otros ver: CAFFERATA, "Impedir que el tribunal de juicio condene al imputado, si el fiscal pidió su
absolución ¿implica consagrar la disponibilidad de la acción penal pública?", LA LEY, 1997-A, 283 y ss.
RODRÍGUEZ ESTÉVEZ, "Límites al efecto vinculante del alegato fiscal absolutorio en el juicio oral", LA LEY,
1997-A, 843 y ss. Ya CARRARA nos advertía: "Una sentencia que no satisfaga, de modo coherente y completo, tanto
a las cuestiones presentadas por la acusación como a las declaraciones de la defensa, sean de hecho o de derecho, es
nula en el primer caso por denegación de justicia y en el segundo, por conculcar la defensa" (Programa de derecho
criminal, ed. 1957, t. II, p. 481. ver también: CHAIA, "La Prueba en el Proceso Penal", Hammurabi, 2010, p. 310 y
ss.).
(15) (15) Aquí se encuentran la Constitución Provincial y el Código Procesal Penal de cada Estado federal. A modo
de ejemplo, la provincia de Entre Ríos, artículo 64 CP. y artículos 5 del CPP.
(16) (16) Entre otros: "Llerena", CSJN., 20/9/2005, "Casal", CSJN., 23/12/2004 y "Quiroga", CSJN., 15/8/2002.
(17) (17) Considerando 33º, cuando al referirse a las funciones del MPF. dice: "puestos a ejercer su función
específica, no gocen de todas las atribuciones que son propias de su misión ni que carezcan de poder de decisión en
los asuntos que les competen, en primer lugar, porque la ley se los ha encomendado a ellos en especial, en segundo
lugar, porque la designación de todo funcionario implica un acto de confianza hacia su capacidad de custodio de los
intereses que le son legalmente confiados y no hay por qué presumir de antemano que sus decisiones no sean correctas
(Dictamen del Procurador General en Fallos: 234:270)".
(18) (18) ROXIN, Derecho procesal penal, Del Puerto, 2000, p. 86.
(19) (19) Este análisis es aplicable a todas las jurisdicciones en donde el estado, a través del ejercicio de la acción
pública se reserva el Monopolio del uso de la fuerza. Sin embargo, lo entiendo extensible a aquellas provincias que
permiten la conversión de la acción otorgando facultades persecutorias al particular ante el desistimiento del acusador
público, cuando el "particular" conforme la salida alternativa. En Entre Ríos, el ejercicio monopólico de la acción
penal pública está regulado en el artículo 5 del CPP., y los artículos 64 y 207 de la Constitución Provincial,
estableciéndose además, un sistema de enjuiciamiento "acusatorio", todo ello de conformidad a la distribución de
poderes estatuida en los artículos 5, 31 y 121 de la Carta Magna Federal.
(20) (20) Ver: "Tortone", 16/02/2008, CNCP., Sala II, voto del doctor SLOKAR, para quien es vinculante el dictamen
fiscal cuando "solicita la suspensión del juicio a prueba pero no a la inversa", por cuanto entiende, con asiento en la
opinión del doctor ZAFFARONI, que del designio incriminante del acusador no se deriva la vinculación necesaria a
un juzgador, habida cuenta que sí así fuera explica, la opinión incriminadora fiscal domina sobre la decisión
jurisdiccional y la suerte del encausado concluye, quedaría librada a la discrecionalidad y hasta aún más, arbitrariedad
del reclamo de parte. En igual sentido su voto en: "Alesandro", CNCP., Sala IV, 02/03/2012 y también voto de la
doctora LEDESMA en "Mandille", CNCP., Sala II, 13/07/2012. Para el STJ. Entre Ríos en tanto, la doctrina de
casación fijada desde el precedente "Boada", STJER., 29/08/1995, establece que resulta vinculante el dictamen fiscal
cuando se opone a la concesión del beneficio.
(21) (21) Ver: "Benavídez", 08/09/2010, TSJ. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, voto del doctor CASAS al señalar,
con auxilio del art. 205 del CPP.: "la oposición del Ministerio Público Fiscal, fundamentada en razones de política
criminal o en la necesidad de que el caso se resuelva en juicio, será vinculante para el tribunal", a lo que agrega que la
oposición debe ser "controlada judicialmente dentro del proceso". En ese mismo sentido se despachó el doctor
LOZANO, dejando en claro que la decisión final depende del juez. Así también lo hizo la doctora CONDE, aunque
con sus propios fundamentos, afirmando que los jueces del tribunal que concedieron la probation, habían "subrogado"
al MPF., lo que constituye un desconocimiento del sistema acusatorio. También el tema ha sido tratado, entre otros,
por el Tribunal en "Porro Rey", TSJ. Capital, 07/12/2011, particularmente en los votos de los doctores LOZANO y
CONDE. Por su parte, en autos "Benítez", TSJ. Capital, 23/05/2007, el doctor MAIER, en orden a las facultades del
MPF. en la materia dijo que dicha facultad es de naturaleza "no jurisdiccional" por lo que no le incumbe al juez suplir
la voluntad del órgano competente.
(22) (22) Ahí es donde entiendo que la CSJN., en "Acosta" -CSJN., 23/04/2008- hace hincapié poniendo en este
punto, es decir cuando se esgriman razones de "política criminal", el acento en advertir que las mismas deben
armonizarse con los principios generales del derecho penal, en especial en su caracterización como instrumento de
ultima ratio lo que si bien es claro, no lo veo novedoso pues es lógico suponer que cada vez que se debe resolver un
"caso penal" los principios orientadores del derecho penal serán tenidos en cuenta como guías, como pautas
orientadoras, análisis que sería extensible a lo afirmado sobre el "principio pro homine", tal como infra lo he tratado.
En otras palabras, a mi entender la Corte ni más ni menos dice: atención cuando el fiscal invoque razones de política
criminal, se debe tener en cuenta que el derecho penal es de ultima ratio, es "fragmentario".
(23) (23) Digo que esto es lo importante de "Acosta" -CSJN., 23/04/2008- porque en el considerando 3º es la propia
Corte la que habilita el control de lo resuelto por los jueces de grado, ante lo que ha considerado una "aplicación
inadecuada de una norma de derecho común, que la desvirtúa y la vuelve inoperante", lo que equivale a decir que se
decidió "en contra o con prescindencia de sus términos y constituye una causa definida de arbitrariedad". Éste es a mi
criterio el meollo del control jurisdiccional. Nótese que si bien en "Tripputi" -CSJN., 11/08/2009- la CSJN aplicó la
fórmula del artículo 280 del CPCN., el Procurador hace referencia a la falta de razonabilidad del resolutorio que
otorgó carácter vinculante a un dictamen fiscal "arbitrario" que se asentó exclusivamente en la inteligencia del art. 76
bis del CP., consagrando una exégesis que había sido descalificada por la propia Corte. Reitero, el punto neurálgico es
el control sobre la "motivación" del dictamen, más allá de que sea favorable o desfavorable; lo que sucede es que en el
primer caso, ante la ausencia de acusación privada, es probable que lo resuelto, estadísticamente hablando, no llegue a
ser revisado. Lo resuelto por el STJ. Entre Ríos, en "QUIJADA", STJER., 09/02/2000, en cierta forma avala esta
posición cuando en su voto, el doctor CHIARA DÍAZ afirma que el juez interviniente no se encuentra obligado a
conceder el beneficio, sino que más bien "podrá" hacerlo si estima reunidos los requisitos de hecho y derecho. Lo
resuelto en autos "G. C. s/infr. Art. 61, tolerar o admitir la presencia de personas menores en lugares no autorizados -
CC.", CAPCyF., Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 02/11/2011, podría avalar la postura aquí sostenida al señalar
que si bien en un principio la falta de acuerdo fiscal fue considerada óbice, ese criterio se ha ido morigerando hasta, en
la actualidad, aceptar un control de razonabilidad jurisdiccional de la oposición del juez en los casos en los cuales esa
oposición no responda a verdaderas cuestiones de política criminal, sin aceptarse entonces la oposición "lisa y llana" a
la procedencia del acuerdo. Ver también de ese tribunal: "Fabre", 06/09/08, Sala I, "Sacaca", 01/10/2008, Sala II,
"Fiscella", 10/12/2009. Cobrando sentido una vez más aquí lo resuelto por la CSJN. En "Quiroga", CSJN.,
15/08/2002, cuando al referirse a las funciones del MPF. dice: "Que, más allá de todas aquellas razones para aventar
dudas sobre la actuación funcional autónoma de Ministerio Público Fiscal, cabe poner de relieve que dentro del
sistema republicano de gobierno ningún funcionario del Estado es dueño o árbitro de los intereses que le son
confiados, todos son mandatarios del pueblo, que les señala su cometido a través de las leyes a las que deben sujetar su
actuación. Si no lo hacen, son pasibles de un juicio de responsabilidad, como todo mandatario que no cumple en forma
con su contenido".
(24) (24) Entre quienes consideran vinculante al dictamen fiscal fundado cuando se reúnen los demás recaudos de ley,
podemos encontrar a DEVOTO ELEONORA, "Los límites de la intervención del fiscal en la suspensión del juicio a
prueba", en Suplemento Extraordinario, Penal y Procesal Penal, 75 Aniversario, LA LEY, septiembre de 2010, ps.
138/9. Por mi parte, quiero dejar en claro que los eventuales "mejores argumentos o motivos" que pueda pensar el juez
como apropiados para resolver el caso, esto es, una condena efectiva o condicional por ejemplo, no cuentan como
fundamento para rechazar el dictamen favorable. Si en el caso el dictamen reúne los requisitos de ley está obligado a
aceptarlo.
(25) (25) Hipocresía legalista que no puede, ni aquí ni en ningún otro lado, ser seriamente mantenida.
(26) (26) Efecto o virtud reconocida por todos, tal como lo apunta el fallo "Ceruti", 09/04/2010, CNCP., Sala IV.
(27) (27) Entre muchos otros: "Santillán", CSJN., 15/05/1996.
(28) (28) Éste es uno de los argumentos vertidos desde antaño por el STJ. Entre Ríos, en causa "Barreto", 27/11/1999,
con votos por sus fundamentos de los doctores CHIARA DÍAZ y CARUBIA. Importante desarrollo de esta cuestión
hizo en su momento el actual Procurador General de la Provincia de Entre Ríos, el doctor GARCÍA.
(29) (29) Por ejemplo: "Ceruti", 09/04/2010, CNCP., Sala IV, voto del doctor GONZÁLEZ PALAZO, al que
adhieren los doctores HORNOS y DIEZ OJEDA.
(30) (30) "Barreto", STJ. Entre Ríos, 27/11/1999.
(31) (31) Entre otros: "Storey", STJ. Entre Ríos, 22/06/2004, aunque en "Fernández García", STJ. Entre Ríos,
02/10/2000, en fallo de mayoría, se aceptó la inhabilitación como "regla de conducta" como contracara inescindible de
la suspensión del juicio a prueba solicitada por el propio interesado, cuya aplicación dice "no puede ser sostenida en
sus ventajas eludiendo las restricciones que hacen al instituto en cuestión" y en "Barolin", STJ. Entre Ríos, 20/03/03,
sostuvo que la imposición de inhabilitación no afecta el principio constitucional del juicio previo y que puede
imponerse cuando el tribunal lo considere necesario como medida conducente a revertir la incompetencia del
imputado en el hecho delictivo que se le atribuye cuyo cumplimiento puede o no ser consentido libremente por el
encausado, quien de rechazarlo quedará sometido a las resultas del proceso. Criterio reiterado en "Sanz", STJ. Entre
Ríos, 08/04/08.
(32) (32) STJ. Entre Ríos, en causa "Barreto", 27/11/99.
(33) (33) Consultar: Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación, 8ª reunión, continuación de la 1ª sesión
ordinaria del 16 de junio de 1993, p. 1446.
(34) (34) Por ejemplo: "KOSUTA", Acuerdo Plenario, CNCP., 1/99 del 17/08/1999. Ver también TCP. de Buenos
Aires, Sala II, causa Nº 24.579, "R. J. G.", Rta. 9/8/07.
(35) (35) Postura del doctor RIGGI, en "ALESANDRO", CNCP., Sala IV, 02/03/2012.
(36) (36) "Delillo", CSJN. 03/08/2010, disidencia del doctor ZAFFARONI. También ver los votos de los doctores
SLOKAR y FIGUEROA en "Mandille", CNCP., Sala II, 13/07/2012. "BME.", CC. Capital Federal, Sala V,
21/10/2009. "Caselli", TSJ. Neuquén, 15/06/2011.
(37) (37) "Pérez", TSJ. Córdoba, 12/09/2003, "Fassi", TSJ. Córdoba, 28/02/2007, "Manuce", TSJ. Córdoba,
14/07/2010. Con puntos coincidentes en "Barolin", STJ. Entre Ríos, 20/03/2003 y "Sanz", STJ. Entre Ríos,
08/04/2008.
(38) (38) Nótese que la Corte en el considerando sexto refiere a la necesidad de interpretar las normas superando las
imperfecciones que presenten en procura de una aplicación racional de la ley, cuidando que su inteligencia no lleve a
la pérdida de derechos, en tanto en el considerando séptimo sostiene la irrazonabilidad de sostener el acceso sólo para
aquellos casos en que la pena máxima no supere los tres años.
(39) (39) "Kosuta", Acuerdo Plenario, CNCP., 1/99 del 17/08/1999.
(40) (40) Ver considerando 4º. A fuer de ser honesto debo señalar que el mismo día que la Corte resolvió "Acosta"
falló en "Norverto" -CSJN., 23/04/2008-; sin embargo allí se investigaba un delito previsto en el art. 302 del CP., que
si bien prevé pena de inhabilitación, no se trataba de un "homicidio culposo", que como todos sabemos, otro es el
"bien jurídico" protegido y son por lo general los homicidios en accidente de tránsito, los casos que más impactan y
movilizan a la sociedad, y también aquellos en los que se presentan con mayor fuerza los reclamos de las víctimas
constituidos en querellantes particulares.
(41) (41) Aunque aquí el Procurador General doctor CASAL, con asiento a lo decidido por la Corte en "Acosta" -
CSJN. 23/04/2008- y en la Resolución 86/2004, dictaminó que debía declararse procedente el Recurso Extraordinario.
(42) (42) Al señalar en el considerando 9°: "resultaría una total inequidad impedir que la imputada acceda a la
suspensión del juicio a prueba y se exponga a ser estigmatizada mediante la imposición de una condena, cuando el
delito que se le endilga es de carácter culposo y cuando además, ella ofrece como pauta de conducta, la
autoimposición de una inhabilitación", a lo que agrega: "Una decisión en ese sentido, resultaría tan restrictiva que
tornaría inoperante la norma y desvirtuaría su sentido como mecanismo alternativo del proceso; mecanismo que, por
otra parte, se adecua a la moderna normativa internacional en la materia".
(43) (43) "Gregorchuck", CSJN., 03/12/2002.
(44) (44) "Delillo", CSJN. 03/08/2010, disidencia de ZAFFARONI.
(45) (45) Allí se dijo que con motivo de las distintas interpretaciones que generó el fallo plenario "Kosuta" de la
Cámara Nacional de Casación Penal, se recuerda a los señores fiscales que continúa vigente la Res. P.G.N. 39/97 y se
los instruye para que adopten el criterio por el cual procede la aplicación del Art. 76 bis cuando concurre,
alternativamente, alguna de estas hipótesis: a) cuando la pena en abstracto prevista para el delito, o concurso de
delitos, no supera los tres años de reclusión b) en los casos en que la pena en abstracto prevista para el delito, o
concurso de delitos, supera los tres años de prisión o reclusión, cuando las circunstancias del caso permitieren dejar en
suspenso el cumplimiento, en los términos del Art. 26 del C.P. se dispone que la restricción que impone el último
párrafo del Art. 76 bis del C.P. sea interpretada en el sentido de que se refiere a los delitos reprimidos exclusivamente
con pena de inhabilitación. Asimismo, cuando la pena de inhabilitación se encuentre prevista en forma conjunta o
alternativa, sólo corresponderá dictaminar a favor de la aplicación del instituto, si se impone al imputado como regla
de conducta durante todo el período de prueba el cese de la actividad en la que habría sido inhabilitado de recaer
condena y la capacitación necesaria para remediar la impericia manifestada en el delito. Ahora bien, como dije en la
nota 25), en "Triputti", el Procurador General doctor CASAL, con asiento a lo decidido por la Corte en "Acosta" -
CSJN. 23/04/2008- y Resolución 24/2000, puesta en vigencia por Resolución PGN. 86/2004, dictaminó que debía
declararse procedente el Recurso Extraordinario y con ello casarse el fallo que denegaba en beneficio.
(46) (46) Criterio plasmado desde antaño por el STJ. de Entre Ríos en causa "Mazzoni, Héctor", Sala Penal,
01/03/1999 y "Quijada", Sala Penal, STJER., 09/02/2000, entre muchos otros. Ver además: "Tortone", 16/02/2008,
CNCP., Sala II, voto de SLOKAR.
(47) (47) Cfr. EDWARDS, "La probation en el Código Penal argentino", Lerner, 1994, p. 37 y ss., VITALE,
"Suspensión del proceso penal a prueba", Del Puerto, 1996, p. 125 y ss., DE OLAZÁBAL, "La suspensión del proceso
a prueba", Astrea, 1994, p. 78 y ss.
(48) (48) Las razones de "política criminal" más frecuentemente utilizadas en los dictámenes a la hora de pretender la
materialización del juicio oral y con ello evitar una salida alternativa son: a) establecer la plataforma fáctica para de
allí verificar la intervención de imputado en el hecho y la figura legal para el caso concreto, b) necesidad de proteger
los intereses de la sociedad conmocionada o afectada por un crimen, c) lograr el esclarecimiento del hecho y con ello
la paz social, d) la convicción de que en juicio se logrará una condena efectiva y que ello es ajustado en el caso
concreto, e) directivas generales de orden político-criminal, respecto de un delito en especial, ej. "portación de armas".
Aquí, respecto del control jurisdiccional de estos motivos, viene a consideración lo dicho en la nota 17) sobre
"ACOSTA", CSJN., 23/04/08.
(49) (49) La incidencia que tiene el "perjuicio" a la hora de argumentar la oposición en orden a una eventual condena
efectiva, es considerada, entre otros, por DÍAZ CANTÓN, al analizar el fallo "Acosta", en Jurisprudencia de la CSJN.,
Hammurabi, 2009, T. 6, p. 193.
(50) (50) Entre otros: ROXIN, "Derecho Procesal Penal", p. 78, BINDER, "Introducción al Derecho Procesal Penal",
p. 123.
(51) (51) Ver: "Acosta", CSJN. 23/04/2008, "G. C. s/infr. Art. 61 tolerar o admitir la presencia de personas menores
en lugares no autorizados CAPCyF.", Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 02/11/2011.
(52) (52) Ver: "Ceruti", 09/04/2010, CNCP., Sala IV, voto del doctor GONZÁLEZ PALAZO, al que adhieren los
doctores HORNOS y DIEZ OJEDA.
(53) (53) Ver: "Tortone", 16/02/2008, CNCP., Sala II, voto de Slokar.
(54) (54) Tal como ha sido receptado, por ejemplo, en el artículo 65 Constitución de Entre Ríos y surge del artículo 5
de la Constitución Nacional.
(55) (55) BECK, "La Sociedad del Riesgo", Paidós, 2006, 29 y ss., SILVA SÁNCHEZ, "La Expansión del Derecho
Penal", B de F, 2006, p. 15 y ss., BUSTOS RAMÍREZ, "Introducción al Derecho Penal", Temis, 2005, p. 242 y ss.
(56) (56) Ver: JESCHECK, Lehrbuch des Strafrechts, Allgemeiner, Teil, 1969, p. 136, ROXIN, "Política Criminal y
Sistema del Derecho Penal", Hammurabi, 2000, p. 44.
(57) (57) Este tema ha sido abordado, entre otros, por DÍAZ CANTÓN, al analizar el fallo "Acosta", en
Jurisprudencia de la CSJN., Hammurabi, 2009, T. 6, p. 189 y ss., para quien las razones de "política criminal" como
óbice de parte del fiscal sólo pueden encontrar sustento en aquellos casos en que no es posible aplicar una pena en
suspenso.
(58) (58) Ver: QUIROGA, "La Convención Americana, teoría y jurisprudencia", Universidad de Chile, 2003, p. 9;
PINTO, "El principio pro homine". Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación de los Derechos Humanos,
Del Puerto, 1997, p. 163 y ss.
(59) (59) CARPIO MARCOS, "La interpretación de los derechos fundamentales", Palestra, 2004, D. y G. N. 9, p. 28.
(60) (60) MANILI, "El bloque de Constitucionalidad. La recepción del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos en el Derecho Constitucional Argentino". LA LEY, 2003, p. 223.
(61) (61) "La Protección internacional de los Derechos Humanos su desarrollo Progresivo", Civitas, 1987, p. 100 y
101.
(62) (62) Caso que seguramente iré a abordar en algún trabajo próximo pues resulta interesante analizar las
consecuencias de esa decisión y el impacto que tendrá en ese tipo de conflictos.
(63) (63) Digo "anular" pero tal vez sería "apartar al fiscal", pues me hace ruido que un fiscal que decide no seguir
con un caso pueda ser compelido a hacerlo, incluso me queda la duda de si, en ese caso, no esperaría al alegato final
para decidir no acusar y allí, ante esa situación, ¿qué haría el tribunal?
(64) (64) Coincido con BOVINO cuando refiere que persiste en nuestra cultura jurídica un exceso de controles
judiciales sobre las decisiones no persecutorias del órgano acusador estatal, citando a MAIER, quien también califica
de indebida la intromisión del Poder Judicial en decisiones de oportunidad político-criminal. Justicia Penal y Derechos
Humanos, Del Puerto, 2005, p. 233.
(65) (65) "QUIROGA", CSJN., 15/08/2008.
(66) (66) Como comentario final quisiera decir que tanto la disminución de la duración del proceso como la
excepcionalidad de la "prisión preventiva" son dos logros que la Provincia de Entre Ríos puede exhibir a partir de la
reforma del Proceso Penal. A modo de ejemplo se puede decir que raramente un proceso dura más allá de seis u ocho
meses en llegar a juicio, en tanto que la prisión preventiva se dicta de modo excepcional por un plazo determinado que
ronda los 30 o 45 días, llegando los imputados, en la mayoría de los casos en libertad al juicio.