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IMPLEMENTACION DE ENERGIA RENOVABLE EN EL SECTOR SALUD

Gestión excelente para reducir la huella ambiental

Aplicando estas y otras medidas, un


hospital puede llegar a reducir su
huella ambiental a la mitad. Es el
caso del hospital público Infanta
Sofía de Madrid, donde se ha
reducido en un 20% el consumo de
agua y toda la electricidad
consumida es de origen renovable,
lo que ha permitido rebajar un 50%
sus emisiones de CO2 en cinco
años.

Ello le ha valido para ser uno de los cuatro hospitales en todo el mundo con
la certificación de excelencia BREEAM, que reconoce las mejores prácticas en la
gestión ambiental sostenible de los edificios y la eficiencia energética.

LA APORTACIÓN DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES A LA SALUD PÚBLICA, EN


EL CONTEXTO DE CAMBIO CLIMÁTICO Y TRANSICIÓN ECOLÓGICA

INTRODUCCIÓN
Tal y como sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) las diminutas e
invisibles partículas tóxicas de la contaminación penetran muy adentro en los
pulmones y el torrente circulatorio, se acumulan en el organismo y pueden causar
cáncer y enfermedades cardiovasculares. Se estima que la contaminación del aire
causa una de cada tres muertes por accidente cerebrovascular, enfermedades
respiratorias crónicas y los distintos tipos de cáncer de pulmón, así como una de cada
cuatro muertes por infarto de miocardio.
La concentración de ozono a nivel del suelo, que es producto de la interacción de
muchos contaminantes distintos con la luz solar, causa también enfermedades
respiratorias crónicasy asma.
La contaminación del aire, por tanto, es una de las principales amenazas a las que
nos enfrentamos en la actualidad. En este sentido, las máximas prioridades de la
planificación urbana, por ejemplo, deben ser la salud y el bienestar. Si no actuamos
ahora, la contaminación del aire ahogará nuestras ciudades y las convertirá en lugares
donde será imposible vivir. Nuestra sociedad necesita una revolución tecnológica que
cree y crea en la electricidad limpia ya que, hoy en día, todo se puede hacer con
electricidad (funcionamiento de locomotoras, coches, refrigeración, aire acondicionado
… ).
Por lo tanto, queda patente que necesitamos generar electricidad renovable, es
necesario electrificar la economía con electricidad renovable. Ahora bien, de nada nos
sirven todas las medidas específicas, plurales y sectoriales que tocan desde el
vehículo eléctrico a planes de infraestructuras si no disponemos de fuentes
energéticas limpias que generen suficiente electricidad para sustituir a los
combustibles fósiles y garantizar el abastecimiento de los hogares, los trasportes, las
industrias, las explotaciones agropecuarias, etc. La cuestión primordial para los juristas
es, por consiguiente, que la política energética y concretamente la de renovables se
traduzca en una buena regulación, que sirva de impulso a las mismas y no cree
obstáculos a su desarrollo.
LA IMPLICACIÓN DE LOS CIUDADANOS, APOYADA EN UNA BUENA
REGULACION DEL AUTOCONSUMO ELECTRICO, ES IMPRESCINDIBLE PARA
LOGRAR LA TAN DESEADA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Como he señalado, una de las críticas que sin duda ha marcado la regulación de las
renovables en España, tiene que ver con el derogado Real Decreto 900/2015, de 9 de
octubre, que regulaba precisamente el autoconsumo eléctrico el cual distaba mucho
de las regulaciones hechas en los países de nuestro entorno. El autoconsumo con
vertido a la red llevaba aparejados una serie de impuestos económicos que incidían
negativamente en los periodos de amortización de las inversiones.
De todos es conocido el polémico e impopular peaje de respaldo (coloquialmente
conocido como impuesto al sol) que gravaba la energía autoconsumida por ciertos
consumidores que optaban por promover este tipo de alternativas. La reforma del
autoconsumo eléctrico hecha como consecuencia de la aprobación del Real Decreto
244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas
y económicas del autoconsumo de energía eléctrica y en línea con lo establecido en la
Directiva de renovables de 2018, establece que la energía autoconsumida de origen
renovable, cogeneración o residuos, está exenta de cualquier tipo de cargo y peaje,
con el fin de desarrollar la actividad del autoconsumo a través de tecnologías
renovables de generación de electricidad.
Con la nueva norma nos encontramos, como puntos más destacables:
• Una nueva definición de autoconsumo: el consumo por parte de uno o varios
consumidores de energía eléctrica proveniente de instalaciones de generación
próximas a las de consumo y asociadas a las mismas.
• Se establecen dos modalidades de autoconsumo: «autoconsumo con excedentes», y
«autoconsumo sin excedentes», según puedan o no realizarse vertidos de energía
eléctrica excedentaria (no autoconsumida) a las redes de distribución y transporte.
• Se exime a las instalaciones de autoconsumo sin excedentes de la necesidad de la
obtención de los permisos de acceso y conexión de las instalaciones de generación,
así como también a aquellas con excedentes, pero con potencia igual o inferior a 15
kW que se ubiquen en suelo urbanizado.
• Se establece un mecanismo de compensación entre el déficit y el superávit de
energía eléctrica de los consumidores acogidos al autoconsumo con excedentes para
instalaciones de hasta 100 kW, es decir se posibilita el balance neto en línea con lo
establecido en la Directiva de renovables.
• E importantísimo, se da cabida al autoconsumo colectivo.
Tanto una mayor eficiencia energética como una transición hacia el uso de fuentes de
energías limpias renovables —por ejemplo, la energía eólica o la energía solar—
pueden reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y
proteger la salud pública de las innumerables consecuencias del cambio climático,
entre ellas, la mayor incidencia de enfermedades relacionadas con el calor, la
expansión de enfermedades transmitidas por vectores, la acentuación de las sequías y
de la escasez de agua en algunas regiones, y las tormentas e inundaciones en otras .
El abandono de los combustibles fósiles también trae aparejado un cobeneficio o
beneficio colateral en la salud y en la economía que consiste en una menor cantidad
de internaciones y tratamientos por enfermedades crónicas, como el asma y las
afecciones pulmonares y cardíacas causadas por la contaminación que producen la
extracción, refinación y combustión de carbón, gas y petróleo.

Soluciones hospitalarias
Tanto en el mundo industrializado como en una cantidad creciente de países en
desarrollo, el sector de la salud consume enormes cantidades de energía proveniente
de combustibles fósiles, si bien, para la mayoría de los países, no se dispone de cifras
de consumo precisas. Es necesario medir y comparar con parámetros de referencia,
sistemáticamente, el consumo mundial de energía del sector de la salud y las
correspondientes emisiones de gases de efecto invernadero (GHG, por sus siglas en
inglés). Sin embargo, existen datos sobre algunos casos concretos. Los hospitales
ocupan el segundo lugar en la lista de edificios con mayor consumo de energía en los
Estados Unidos, donde el sector de la salud gasta alrededor de USD 6500 millones al
año en energía, y esta cifra va en aumento. Al expandirse el sector de la salud en
muchos países en desarrollo, también crece su consumo de energía. En Brasil, por
ejemplo, los hospitales representan el 10,6% del total del consumo energético
comercial del país. Al mismo tiempo, en lo que concierne al acceso a la energía
eléctrica y al consumo de electricidad hospitalario en la mayoría de los hospitales de
regiones como el sur de Asia y el África subsahariana, las tasas de consumo son
mucho menores, al mismo tiempo que cientos de miles de hospitales y clínicas de todo
el mundo carecen de un suministro de electricidad confiable, o directamente no tienen
acceso a ella.

En la mayoría de los hospitales de grandes dimensiones, de estilo occidental, el


procedimiento operativo estándar requiere un consumo de energía significativo —para
el calentamiento de agua, los controles de temperatura y humedad del aire en
interiores, la iluminación, la ventilación y numerosos procesos clínicos— que genera
grandes costos financieros y emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo,
se puede ganar eficiencia energética sin sacrificar la calidad de la atención. Por
ejemplo, en las naciones industrializadas, el consumo de energía del sector de la salud
varía enormemente. Los hospitales más eficientes del norte de Europa consumen,
aproximadamente, el 25% de la energía que usan, en promedio, los hospitales
norteamericanos (753 kBTU/metro cuadrado/año, por oposición a 2798 kBTU/metro
cuadrado/año), y proporcionan servicios de salud similares. Un estudio que está
realizando el Built Environment Lab, de la Universidad de Washington, indica que los
hospitales norteamericanos pueden reducir su consumo de energía hasta en un 60%
adoptando estrategias más eficientes para sus sistemas. Hospitales de países que van
desde México y Brasil hasta la India, Australia y Polonia han demostrado que pueden
tomar medidas básicas para ahorrar dinero, fortalecer la capacidad de resiliencia de
los establecimientos y aumentar su eficiencia energética entre el 20% y el 30%.

Los establecimientos sanitarios también podrían, con el transcurso del tiempo, reducir
significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y sus costos
energéticos utilizando formas alternativas de energía limpia y renovable, como la
energía solar, la energía eólica y los biocombustibles que no afecten la producción
local de alimentos ni la propiedad de la tierra en la comunidad. Las fuentes de energía
alternativas se pueden utilizar para la iluminación, la generación de calor y para el
bombeo y el calentamiento del agua. Estas fuentes pueden estar destinadas a su uso
in situ o pueden estar integradas con instalaciones de energía renovable de toda la
comunidad.

Las energías alternativas limpias y renovables son una opción sensata tanto desde el
punto de vista ambiental como económico, sobre todo cuando los mecanismos
financieros están estructurados de manera de respaldar esta transición. Al mismo
tiempo, dada la formidable demanda de energía del sector de la salud, la inversión de
este sector puede cumplir un papel clave a la hora de cambiar las economías de
escala y hacer de las energías alternativas una opción económicamente más viable
para todos.

En el caso de regiones sin acceso a la electricidad, las fuentes de energías


alternativas pueden abastecer a establecimientos de atención primaria de la salud
ubicados incluso en los lugares más remotos. En los contextos donde falta la energía,
se puede aprovechar la aparición de dispositivos médicos que funcionan con niveles
de energía escasos o nulos, así como el uso de fuentes de energías renovables, para
mejorar el acceso a los servicios básicos de salud . Finalmente, las fuentes de
energías alternativas reportan una ventaja a los establecimientos de salud en cuanto a
su capacidad de preparación para catástrofes, ya que estas fuentes de energía son
menos vulnerables a las perturbaciones que los sistemas tradicionales basados en
combustibles fósiles.
FOTOS DE CASA

1. FOCOS AHORATIVOS

2. M
A
N
E
J
O

DE RESIDUOS SOLIDOS

3. USO DE FOCOS DE PATIO


CON ENERGIA SOLAR
4. USO DE BOLSAS HECHAS DE TELA

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