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Materiales Inflamables & Combustibles

La terminología de las
explosiones
Por Brian O'Connor

Cuando se trata de cosas que explotan, términos como explosión, deflagración y detonación
suelen usarse de forma indistinta (e incorrecta). Pudimos comprobarlo en parte de la
cobertura mediática de la explosión de la fábrica de chocolate de R.M. Palmer Company en
West Reading, Pensilvania, en marzo. Conocer las definiciones técnicas de estos términos, así
como el momento adecuado para usar cada uno, puede ser útil para ayudarnos a describir y
comprender mejor estos sucesos.
Una explosión es una liberación repentina y rápida de energía que produce presiones
potencialmente dañinas. Por ejemplo, cuando un combustible gaseoso llena un espacio,
necesita mezclarse hasta una determinada concentración de aire y combustible para crear una
atmósfera explosiva. Si se introduce una fuente de ignición en esa atmósfera explosiva, se crea
una llama que se desplaza desde el punto de ignición y se expande a los gases quemados
detrás del frente de llamas. Cuando se produce una explosión en un espacio cerrado, se genera
una restricción de los gases en expansión, lo que provoca, a su vez, un aumento de la presión
dentro del recinto. Cuando ese recinto se rompe, se produce lo que la mayoría de las personas
entiende cuando escucha el término explosión. Sin embargo, las explosiones no siempre se
producen en espacios cerrados. La velocidad de la llama en las explosiones puede ser lo
suficientemente rápida como para producir ondas de compresión y provocar daños con poco
o ningún tipo de contención.
El potencial de daño de una explosión depende de la presión que se genera a partir de la
explosión, así como de la rapidez con la que se libera energía en esa explosión. De acuerdo a
la velocidad de llama, las explosiones pueden ser detonaciones o deflagraciones.
Una deflagración es una explosión en la que la velocidad de la llama es inferior a la velocidad
del sonido, que es aproximadamente igual a 343 metros por segundo, o alrededor de 750
millas por hora (mph). Los explosivos que producen deflagraciones se conocen como
materiales de baja explosividad. La velocidad real de la explosión puede variar de 1 a 350
metros por segundo (2 a 780 mph). Los picos de presión producidos por los materiales de baja
explosividad se sitúan en una magnitud más baja que la producida por los materiales de alta
explosividad y el daño que pueden ocasionar los materiales de baja explosividad varía mucho
según el combustible y el recinto. Por ejemplo, si se enciende pólvora negra fuera de un lugar
de contención, solo chisporrotea, pero si está dentro de un espacio cerrado, genera una
explosión que puede propulsar balas. La ignición de gas propano en una parrilla para cocinar
o el encendido del combustible en el motor de combustión en un automóvil son otros ejemplos
de deflagraciones que involucran materiales de baja explosividad.
Una detonación es una explosión en la que la velocidad de la llama es mayor que la velocidad
del sonido. Las detonaciones son más fuertes y, por lo general, el daño es más destructivo que
el que producen las deflagraciones. Mientras que en el caso de las deflagraciones se necesita
la mezcla de un combustible y un oxidante (en general, aire), en las detonaciones no siempre
es necesario un oxidante externo. Los explosivos que detonan se denominan materiales de
alta explosividad y tienen una velocidad de detonación que va de 2000 a 8200 metros por
segundo (4500 a 18 000 mph). En términos generales, los materiales de alta explosividad se
diseñan para causar destrucción, a menudo para la demolición, la minería o la guerra. Algunos
ejemplos de materiales de alta explosividad que detonan son, por ejemplo, la dinamita, el
trinitrotolueno (TNT) y el C4, un explosivo a base de plástico.
Si quiere obtener más información sobre explosiones, consulte la 21ª edición del Manual de
Protección contra Incendios de NFPA, que incluye varios capítulos sobre el tema, incluido el
Capítulo 2-8, "Explosiones", el Capítulo 6-16, "Explosivos y agentes de voladura", el Capítulo
17-8, "Prevención y protección contra explosiones" y el Capítulo 18-6, "Ventilación de
deflagraciones".
NFPA también publica varios códigos y normas relacionados con explosiones, que incluyen la
NFPA 495, Código de Materiales Explosivos, la NFPA 69, Norma sobre Sistemas de Prevención
de Explosiones, la NFPA 68, Norma sobre la Protección contra Explosiones mediante
Ventilación por Deflagración, la NFPA 67, Guía sobre Protección contra Explosiones para
Mezclas Gaseosas en Sistemas de Tuberías.
Brian O’Connor es ingeniero de servicios técnicos en NFPA.

Source: https://nfpajla.org/archivos/edicion-impresa/material-inflamable-combustible/2269-
la-terminologia-de-las-explosiones?fbclid=IwAR3v9C_TJu5vPpG6vQ6sIj6FaW3pVKrIDXCl-
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