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Análisis del bolígrafo BIC Cristal


“La suerte favorece sólo a la mente preparada”
Isaac Asimov

Nuestro objetivo es conocer los desarrollos que hicieron posible este invento de uso cotidiano y, a la vez,
alcanzar una mejor comprensión de su funcionamiento.
En primer lugar comenzaremos preguntándonos por las motivaciones que dieron origen al bolígrafo y su
posterior evolución
.

ANÁLISIS HISTÓRICO:

Como siempre, la historia de los inventos está llena de marchas y contramarchas, frustraciones y alegrías, falta
de recursos económicos, ideas compartidas y robadas, intuición, suerte y, por sobre todas las cosas, mucha
paciencia y mucho trabajo.
Es el caso de Ladislao Biro, húngaro (nacionalizado argentino) quién patentó en 1938, en Francia y Hungría, el
primer bolígrafo.
La idea de este invento vino de la mano de su profesión. Como periodista, Biro se sentía muy incómodo cuando
su pluma estilográfica le impedía completar una nota. El problema estaba en la tinta, que se estancaba cuando
éste escribía muy rápido.
Una interesante observación le marcó el camino. Si los periódicos de aquella época ya usaban tintas de secado
rápido, ¿porqué no usarlas en las plumas estilográficas?
La idea era buena, pero no funcionó, ya que la tinta era tan espesa que le impedía bajar hasta la punta de la
pluma.
La solución llegó después de mucho tiempo, cuando Biro observó a unos pequeños jugando en la calle con unas
bolitas de vidrio que trazaban líneas de agua en el piso seco, luego de atravesar un charco.
¡Eureka!, la solución era utilizar una bolita en lugar de una pluma metálica.
Sin embargo, la idea no era nueva, ya que había sido patentado un sistema similar en 1888, antes de que Biro
naciera. De todas maneras, el mecanismo tenía fallas, no había sido comercializado y la patente había expirado.
Por esas casualidades de la vida, Biro conoce al ex presidente Agustín Pedro Justo cuando se encontraba en
Francia. Obviamente, la charla giró en torno a su invento. Justo quedó muy impresionado y le propuso instalar
una fábrica en la Argentina.
Este encuentro podría haber quedado como una simple anécdota, sin embargo el estallido de la Segunda Guerra
Mundial y las persecuciones del nazismo imperante torcieron dramáticamente su destino y el de mucha gente,
entre ellos Georg Meyne, quien hacía poco se había integrado a la sociedad de los hermanos Biro aportando
capital.
En mayo de 1940, Biro, su hermano y su socio, ya estaban trabajando en la Argentina para perfeccionar su
invento, el cual patentaron, recién en 1943.
Así, hacía su aparición la Birome (acrónimo formado por Biro y Meyne) en el mercado argentino.
La gran aceptación de la Birome alentó la búsqueda de nuevos
mercados. Es así, como Biro viaja a EEUU y consigue licenciar su
invento a Eversharp-Faber, no sin antes enterarse que había sido
victima de espionaje industrial, cuestión que lo tuvo como protagonista
de una batalla legal con el estadounidense Milton Reynolds y a punto
de quedar en la ruina.
Finalmente, ante la imposibilidad económica de patentar la birome en
todos los países del mundo, el italiano (nacionalizado francés) Marcel
Bich, fundador de la empresa BIC de Francia, convence a Biro para
que le otorgue la licencia en 1951.
Para la década de los ´60, no existía persona sobre la faz de la tierra
que no tuviera su birome BIC. El bolígrafo había desplazado, así, a la
pluma estilográfica.

ANÁLISIS MORFOLÓGICO-ESTRUCTURAL:

El bolígrafo BIC está compuesto de 7 piezas sólidas y la tinta, como se


muestra en la siguiente figura.

El cuerpo del bolígrafo (caña) tiene la forma de un prisma


hexagonal, es transparente y mide 133 mm de largo x 7
mm de diámetro externo. Esta pieza tiene grabado un
muñeco (“BIC boy”) junto al logo de la marca y cuenta con
un orificio en su parte media.
Dentro del cuerpo se aloja un tubo de forma cilíndrico
denominado carga, de 119 mm de largo x 3 mm de
diámetro externo que sirve de reservorio a una tinta
espesa, insoluble en agua y de secado rápido.
El bolígrafo consta, también, de una punta de forma cónica que se ensambla a la carga y contiene una esfera
(bala) de 0.7 mm de diámetro.
El extremo abierto de la caña está cerrado por un tapón que encaja a presión. En el extremo opuesto, la punta se
halla protegida por un capuchón que indica el color de la tinta. Dicho capuchón cuenta con un clip y tiene ambos
extremos abiertos.

ANÁLISIS FUNCIONAL:

Este objeto sirve para almacenar tinta y fundamentalmente para escribir, es decir poder materializar nuestros
pensamientos. Uno de los secretos de su éxito, además de su calidad de escritura y su bajo costo, fue la forma
de prisma hexagonal de la caña que las hacía útiles para rebobinar manualmente los cassettes de audio.
Funciona deslizando la punta por una superficie, que en general es de papel. Una pequeña esfera de cerámica
gira tomando tinta de uno de sus extremos y la deposita en su extremo opuesto sobre la superficie de un papel.

Basta agarrar el bolígrafo con una mano, apoyarlo sobre el papel y moverlo,
ejerciendo una pequeña presión, en la dirección deseada.
No necesita mantenimiento y funciona correctamente mientras la temperatura
ambiente oscile entre los 5°C y los 30°C.
En estas condiciones, se asegura una longitud de escritura de 2 a 3 km.

ANÁLISIS TECNOLÓGICO:

El bolígrafo BIC está compuesto de 5 piezas de resina termolábil (plástico), un porta


bala de latón (aleación de cobre y zinc) y una esfera de carburo de tungsteno (cerámico), todas ensambladas por
encaje a presión.
La decisión de usar material plástico en la mayoría de las piezas se fundamenta en la plasticidad de los mismos
(facilidad para darles forma permanente) y en su bajo costo.
La carga, hecha de polipropileno (polímero plástico), permite un adecuado fluído de la tinta.
La caña, en cambio, está fabricada con un plástico transparente (poliestireno cristal) para facilitar la visualización
del nivel de tinta.
Un detalle importante es el orificio que tiene la caña en su parte media. Está allí para que, a medida que salga la
tinta (es decir, cuando uno escriba), el aire entre y no se produzca un vacío que impida que la tinta salga. Y se
encuentra, precisamente a la mitad, para que ni nuestros dedos, ni el capuchón, puedan taparlo.
Otro detalle más es el orificio que posee el capuchón. Su función es minimizar el riesgo de que un niño se lo
trague, y en el caso de que esto suceda, que no obstruya la circulación del aire a través de la traquea. Estos
capuchones “ventilados” impiden, además, el efecto ventosa, que haría más dificultoso el quitarlos de la caña.
Por último, la esfera está fabricada con un material duro (carburo de tungsteno) que impide el rayado. Cada una
de las piezas de plástico son producidas por máquinas inyectoras de plástico en moldes con forma. Con otra
máquina se introduce la esfera (bala) dentro del porta bala a presión y al final se llena la carga con una tinta
espesa y de secado rápido.

ANÁLISIS RELACIONAL:

El bolígrafo necesita de la mano (fuerza mecánica) para que pueda cumplir con su función, que es la de escribir,
ya que no funciona por sí sóla.

ANÁLISIS ECONÓMICO:

Estos objetos son de bajo costo y se pueden adquirir en librerías, almacenes y supermercados. Su precio no
supera los $ 2.5 (pesos argentinos).

ANÁLISIS AMBIENTAL:

El uso muy difundido del bolígrafo y la acumulación de materiales tóxicos para el medio ambiente han generado
la necesidad de reciclar el material plástico (no biodegradable) proveniente de los mismos.

ANÁLISIS COMPARATIVO:

Otro objeto que sirve para escribir es la pluma estilográfica. Si bien, éstas son consideradas como las mejores
herramientas para escribir, son mucho más caras que los bolígrafos, necesitan más mantenimiento y son más
frágiles que éstos. Sus precios suelen variar entre unos cientos y el millón de pesos, ya que la pluma está hecha
de acero inoxidable o de oro. Sólo se consiguen en librerías o joyerías.

Se suele decir que las estilográficas requieren menos


presión manual al escribir que los bolígrafos. Esto permite
sesiones de escritura de mayor duración y más cómodas,
por lo tanto de menor fatiga física. Además, las tintas
disponen de un surtido de colores mayor que las que
existen para los bolígrafos, proporcionando una amplia
elección del color a usar. A diferencia del bolígrafo, las
estilográficas funcionan por gravedad y capilaridad.

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