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1.

Era del estado de Oaxaca, de sangre zapoteca,

cuando creció por su rectitud e ideales

fue llamado Benemérito de las Américas.

2. La madurez de un niño joven lo llevó a la superación

y al ser licenciado en derecho logró su profesión,

sin saber que en poco tiempo asentaría las bases de una gran nación.

3. Juárez de sangre humilde y  de mente brillante,

ocupó cargos en la administración,

fue diputado, gobernador, ministro de la Suprema Corte

y Presidente de mi nación.

4. Entre sus logros más grandes

se conocen las leyes de reforma

que fueron la separación absoluta

de los mandos de la iglesia con la administración pública.

5. Bajo la efigie de Juárez México se transformó

en una nación más justa y  libre del opresor,

en las conciencias de los hombres  y de los pueblos libres

proclaman el pensamiento juarista:


“Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”

6. Juárez: hoy te invoco, 

te imagino y te sigo,

a la luz de la actualidad te proclamo ejemplo de los pobres,

paladín de la soberanía y paradigma del  libre pensador.

H21
FRASES DE BENITO JUÁREZ
Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno
es la paz.

No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa,


sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni
entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al
trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la
retribución que la ley les señala.

En política, la línea recta es la más corta.

Aquel que no espera vencer, ya está vencido.

Los gobernantes de la sociedad civil no deben asistir, como tales, a


ningún ceremonial eclesiástico, si bien como hombres pueden ir a los
templos a practicar los actos de devoción que su religión les dicte.

Siempre tuerce los principios el que oscurece la verdad, para ocultar sus
faltas en las tinieblas.

El pueblo que quiere ser libre lo será. Hidalgo enseñó que el poder de los
reyes es demasiado débil cuando gobiernan contra la voluntad de los
pueblos.

No reconozco fuente de poder más pura que la opinión pública.


Los hombres no son nada, los principios lo son todo.

La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo


indestructible.

¿Por qué México, mi país, es tan extraño que está formado, a mitad y
mitad, de una fuente inagotable de ternura y de un pozo profundo de
bestialidad?

Una voluntad firme y constante de hacer el bien superará las más graves
dificultades.

La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre, como es libre en
el hombre la facultad de pensar.

Sin goces que nos inspiren amor a la patria, seremos presa del extranjero
que quiera sojuzgarnos, extinguiendo nuestra raza, que será suplantada
por otra raza.

Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder


termina y el recuerdo perdura.

El principio de no intervención es una de las primeras obligaciones de los


gobiernos, es el respeto debido a la libertad de los pueblos y a los
derechos de las naciones.
¿Permitiremos que se repitan los males cuyas consecuencias deploramos
todavía?

Los hombres que no pueden soportar el yugo suave de la ley, tampoco


pueden conformarse con ese orden de cosas, y de aquí procede ese
constante empeño de destruir el sistema federativo, sustituyéndolo con el
poder absoluto.

La protección de los animales forma parte esencial de la moral y de la


cultura de los pueblos civilizados.

Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar... La educación es


fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan
la libertad y el engrandecimiento de los pueblos.

Como hijo del pueblo nunca podría olvidar que mi único fin debe ser
siempre su mayor prosperidad.

Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y


dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en
el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse
con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las
autoridades elegidas por el pueblo.

El gobierno tiene el sagrado deber de dirigirse a la Nación, y hacer


escuchar en ella la voz de sus más caros derechos e intereses.
Los gobiernos civiles no deben tener religión, porque siendo su deber
proteger la libertad que los gobernados tienen de practicar la religión que
gusten adoptar, no llenarían fielmente ese deber si fueran sectarios de
alguna.

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