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LECTURA CRÍTICA

PRE-ICMA
RESPONDA LAS PREGUNTAS 1 A 3 DE ACUERDO CON LA SIGUIENTE
INFORMACIÓN
Mientras miro detenidamente una entrevista en Youtube a Vladimir Nabokov pienso acerca
de la calidad de sus respuestas frente a las preguntas hechas por su interlocutor sobre su libro
Lolita. De hecho, son frases extraordinariamente buenas para haberlas sacado directamente
de la manga. ¡Pero esperen! ¿Qué es lo que hace Nabokov con sus manos? ¡Está dándole
vueltas a unas fichas bibliográficas! Está ojeando notas. Está leyendo. Domina tres idiomas
y sin embargo se apoya en respuestas prefabricadas para hablar acerca de su trabajo.
¿Estoy desilusionado? Al principio si, pero después pienso que ningún escritor tiene
necesariamente que ser un conversador brillante; el trabajo de un escritor no es ser inteligente
a excepción, por supuesto, de cuando escribe. Hazlitt, el más tímido de todos los escritores,
comentaba que no veía por qué un autor “está obligado a hablar más de lo que estaría obligado
a bailar, o a montar a caballo, o a practicar esgrima mejor que otras personas. Leer, estudiar,
estar en silencio y pensar son una mala introducción a la facilidad de diálogo”.
Creo que tiene razón. Como la mayoría de los escritores, parezco ser más inteligente cuando
escribo que en persona. Cuando el trabajo está saliendo bien, expreso opiniones que nunca
hubiera pronunciado en una conversación y que jamás se me hubieran ocurrido si no fuera
escribiendo.
Según Edgar Allan Poe, “algún francés -posiblemente Montaigne- dijo: “La gente habla sobre
pensar, pero yo, por mi parte, pienso solo cuando me siento a escribir””. No puedo encontrar
estas palabras en mi copia de Montaigne, pero estoy de acuerdo con la idea, quienquiera que
la haya enunciado. Y no es porque escribir ayude a organizar mis ideas o revele como me
estoy sintiendo sobre algo, sino porque de hecho crea pensamiento.
Krystal, A. (2009), Cuando los escritores hablan. El Malpensante. Edición 103.

1. ¿Cuál de las siguientes opciones presenta una síntesis correcta del tercer párrafo?

A. El autor concuerda con Hazlitt, pues considera que su trabajo sale bien cuando
expresa opiniones que no diría en una conversación.
B. El autor concuerda con Hazlitt, pues solo al escribir llega a opiniones
inteligentes que no podría haber dicho en una conversación.
C. El autor, al igual que Hazlitt, considera que su trabajo sale bien cuando evita
parecer inteligente como lo hace en una conversación.
D. El autor, tal como le ocurría a Hazlitt, solo al escribir produce opiniones
inteligentes y dignas de pronunciar en una conversación.

2. ¿Cuándo nombra el autor la obra de un escritor?


A. Al mencionar a Hazlitt.
B. Al citar a Edgar Allan Poe.
C. Al hacer referencia a Lolita.
D. Al referirse a Montaigne.

3. ¿En cuál de los siguientes contextos es correcto ubicar el texto?

A. En una conferencia sobre la aparición de escritores en plataformas como


Youtube.
B. Como parte de un artículo académico sobre la calidad literaria de la obra de
Nabokov.
C. En un especial periodístico en conmemoración de los 180 años de la muerte de
Hazlitt.
D. Como parte de un ensayo publicado en una revista dirigida a amantes de la
literatura.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 4 A 7 DE ACUERDO CON LA


SIGUIENTE INFORMACIÓN

Tener una alucinación es tener una experiencia de algo (ver, oír o sentir algo) que
realmente no existe. Descartes, en el siglo XVII, analizó el fenómeno de las
extremidades fantasma: la alucinación sorprendente, aunque bastante común, que
experimentan los amputados cuando sienten no sólo la presencia del miembro
amputado, sino también picores y dolores en esa parte del cuerpo.

Descartes utilizó la campanilla como una analogía para explicar esta alucinación.
Antes de que hubiera timbres eléctricos, intercomunicadores o teléfonos
celulares, las grandes casas poseían unos complejos sistemas de cables y poleas
que permitían llamar a los sirvientes desde cualquiera de las habitaciones de la
casa. Un firme tirón del cordón de terciopelo que colgaba de un agujero en la
pared era suficiente para tirar de un cable que, gracias a un sistema de poleas,
estaba conectado a una campanilla numerada en los cuartos del servicio. Cada vez
que una de esas campanillas sonaba, el mayordomo sabía que se requería de sus
servicios en el dormitorio del señor, en el salón o en la sala de billar. Estos
sistemas funcionaban muy bien, pero estaban hechos a la medida de cualquier
bromista: un tirón al cable del salón en cualquier punto de su recorrido era
suficiente para que el mayordomo corriera hacia allí, comprobara que la
habitación estaba vacía y se quedara con la duda de si había sido llamado o no;
una especie de pequeña alucinación.

Similarmente, Descartes pensó que, dado que las experiencias son causadas por
complicadas cadenas de eventos en el sistema nervioso que terminan en el centro
de control de la mente consciente, si fuera posible intervenir en algún punto de
esta cadena, un tirón en el punto apropiado de los nervios produciría exactamente
la cadena de eventos que causaría la experiencia real de algo, lo cual, a su vez,
produciría en el punto de recepción de la mente exactamente los mismos efectos
que una percepción consciente. El cerebro, en un descuido, engaña a la mente.
Esta fue la explicación que dio Descartes al fenómeno de los miembros fantasma
y, en general, a cualquier alucinación.

Tomado y adaptado de: Dennett, D (1995). La conciencia explicada. Una teoría interdisciplinar. Barcelona:
Paidós Ibérica.

4. ¿Cuál de las siguientes opciones presenta una idea similar a la expuesta en el último
párrafo del texto?

A. El uso de sustancias psicoactivas puede alterar la capacidad de controlar nuestra


propia mente.
B. Algunos estudios sugieren que las experiencias alucinatorias son comunes en la
población general.
C. Las personas que tienen defectos en la visión pueden tener aumentos en su
capacidad auditiva.
D. A veces el cerebro construye sensaciones erróneas cuando no hay un estímulo
físico que las produzca.

5. De acuerdo con el texto, ¿cuál de las siguientes estrategias emplea Descartes para
defender su explicación de las alucinaciones?

A. Una deducción a partir de algunos principios generales sobre el cerebro humano.


B. Una generalización a partir de la observación de numerosos ejemplos de
experiencias alucinatorias.
C. Una comparación de los complejos sistemas de cables de las casas grandes con
el sistema nervioso.
D. Un análisis de diversos estudios científicos sobre la estructura y funcionamiento
del cerebro.

6. ¿Cuál de las siguientes opciones presenta la conclusión del texto?

A. Según Descartes, la experiencia de una extremidad fantasma es un error


producido por el cerebro.
B. La sensación de dolor en las extremidades amputadas puede producir
alucinaciones.
C. Según Descartes, la analogía de la campanilla solo se aplica al fenómeno de las
extremidades fantasma.
D. La mente consciente es capaz de alterar el correcto funcionamiento del cerebro
humano.
7. De acuerdo con el segundo párrafo del texto, cuando la campanilla de una casa se
hacía sonar tirando de un cordón de terciopelo, esto significa normalmente que

A. El dormitorio del señor, el salón o la sala de billar estaban vacíos.


B. El señor necesitaba del mayordomo en cualquier punto de la casa.
C. El mayordomo era requerido en el dormitorio, el salón o la sala de billar.
D. El dueño de la casa la había activado con el fin de engañar al mayordomo.

RESPONDA LAS PREGUNTAS 8 A 10 DE ACUERDO CON LA


SIGUIENTE INFORMACIÓN

Querido amigo,

Usted ha decidido dedicarse a la literatura, ¿ahora qué?

Se decisión de asumir su afición por la literatura como un destino deberá


convertirse en servidumbre, en nada menos que esclavitud. Para explicarlo de
una manera gráfica, le diré que acaba usted de hacer algo que, por lo visto,
hacían en el siglo XIX algunas damas espantadas con el grosor de su cuerpo,
que, a fin de recobrar una silueta de sílfide, se tragaban una solitaria. ¿Ha tenido
usted ocasión de ver a alguien que lleva en sus entrañas ese horrendo parásito?
Yo sí, y puedo asegurarle que aquellas damas eran unas heroínas, unas mártires
de la belleza. A comienzos de los años sesenta, en París, yo tenía un magnifico
amigo, José María, un muchacho español, pintor y cineasta, que padeció esa
enfermedad. Una vez que la solitaria se instala en el organismo se consubstancia
con él, y es dificilísimo expulsarla de ese cuerpo del que medra, al que tiene
colonizado. José María enflaquecía, a pesar de que debía comer y beber líquidos
(leche, sobre todo) constantemente para aplacar la ansiedad del animal
aposentado en sus entrañas, pues, si no, su malestar se volvía insoportable. Pero,
todo lo que comía y bebía no era para su gusto y placer, sino para los de la
solitaria. Un día, que estábamos conversando en un pequeño bistrot de
Montparnasse, me sorprendió con esta confesión: “Nosotros hacemos tantas
cosas juntos. Vamos al cine, a exposiciones, a recorrer librerías, y discutimos
horas de horas sobre política, libros, amigos comunes. Y tu crees que yo estoy
haciendo esas cosas como las haces tú, porque te divierte hacerlas. Pero, te
equivocas. Yo las hago para ella, la solitaria. Esa es la impresión que tengo: que
todo en mi vida, ahora, no lo vivo para mí, sino para ese ser que llevo adentro,
del que ya no soy más que un sirviente”.

Desde entonces, me gusta comparar la situación del escritor con al de mi amigo


José María cuando llevaba adentro la solitaria.

Tomado y adaptado de: Vargas Llora, M. (2011). “Parábola de la solitaria”. En M. Vargas Llora (Ed).
Cartas a un joven novelista (pp. 11-22). Madrid. Alfaguara.
8. Cuando Vargas Llosa compara la decisión de convertirse en escritor con aquella que
tomaban las mujeres del siglo XIX (tragarse una solitaria para recobrar la silueta de
sílfide), está sugiriendo que convertirse en escritor

A. Lleva a estar solo, tal como lo estaban las solitarias que vivían dentro de
aquellas mujeres.
B. Implica ser esclavo de la escritura, tal como esas mujeres se convertían en
esclavas de la solitaria.
C. Conlleva a vivir una vida de sílfide, tal como llegaban a vivir las mujeres que se
tragaban la solitaria.
D. Exige literalmente tragarse unas solitarias y ser esclavo de ella, tal como
aquellas mujeres del siglo XIX.

9. El fragmento del texto que responde la pregunta “¿cómo actúa la solitaria dentro del
organismo? es:

A. Pero, todo lo que comía y bebía no era para su gusto y placer, sino para los de la
solitaria.
B. Una vez que la solitaria se instala en el organismo se consubstancia con él, se
alimenta de él, crece y se fortalece a expensas de él.
C. José María enflaquecía a pesar de que debía comer y beber líquidos (leche,
sobre todo) constantemente para aplacar la ansiedad del animal aposentado en
sus entrañas.
D. Nosotros hacemos tantas cosas juntos. Y tú crees que yo estoy haciendo esas
cosas como las haces tú, porque te divierte hacerlas. Pero, te equivocas. Yo las
hago para ella, la solitaria.

10. Considere la oración: “Su decisión de asumir su afición por la literatura como un
destino, deberá convertirse en servidumbre, en nada menos que esclavitud.” ¿Cuál
de las siguientes palabras tienen un significado opuesto al de la palabra “afición”?

A. Inclinación.
B. Insatisfacción.
C. Pasión.
D. Aversión.

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