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Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala B

El Chañar S. A. • 27/10/1993 

Publicado en: LA LEY 1994-D , 275  • DJ 1994-2 , 888  • ED 157 , 424 


Cita online: AR/JUR/782/1993

TEXTO COMPLETO: 

Dictamen del Fiscal de Cámara.


1. Vienen estos autos para dictaminar con respecto al recurso interpuesto contra la
resolución de la Inspección General de Justicia de fs. 48, en la que se denegó la
inscripción de la reforma del art. 7° del estatuto social de la recurrente, en lo referido a
la transferencia de acciones por fallecimiento de un accionista. El memorial fundante
obra a fs. 49/57 y su contestación a fs. 86/8.
2. La cláusula cuestionada establece que producido el fallecimiento de cualquier
accionista, los socios restantes o la sociedad podrán ejercer el derecho de preferencia
para la adquisición de las acciones de las que era titular el socio fallecido. La
Inspección ha considerado que esta fórmula atenta contra las disposiciones del
derecho sucesorio pues lleva a prescindir de él al establecer que los accionistas
supérstites podrían adquirir las acciones de que era titular el socio fallecido, mientras
que sólo cabe reconocer como nuevo tenedor a los herederos declarados
judicialmente. Se sostiene que esta disposición atenta contra la libre transmisibilidad
que es el presupuesto del art. 214 de la ley de sociedades, puesto que prohíbe al
legitimado, que es heredero del accionista, disponer de sus acciones contra reglas de
orden público. Se indica que existen otros tipos sociales que autorizarían cláusulas
como la que se pretende introducir en este caso.
3. Encuentro dirimente para establecer el criterio a adoptar recurrir a lo dispuesto por el
art. 1195 del Cód. Civil, cuando establece que los efectos de los contratos se extienden
activa y pasivamente a los herederos y sucesores universales, a no ser que las
obligaciones que nacieren de ellos fuesen inherentes a la persona o que resultase lo
contrario de una expresa cláusula del contrato. Sentado ello, señalo también que la
disposición del art. 214 de la ley de sociedades establece como principio la libre
transferibilidad de las acciones, en su segundo párrafo autoriza expresamente que,
tratándose de acciones nominativas, el estatuto puede limitar la transmisibilidad, sin
que ello pueda importar prohibición de transferencia y a condición de que tal limitación
conste en el título. Observo, también, que cláusulas de este tipo son contrarias a la
esencia de la acción al portador, dado su rasgo característico, "intuitu pecuniae", mas
que, tratándose de acciones nominativas, tales disposiciones se autorizan pues
tienden a resguardar, cuando no a impedir, el ingreso a la sociedad de personas o
grupos de personas, ya sea porque no responden a los mismos intereses, para
mantener la cohesión del grupo, la hegemonía de la conducción, evitar perturbaciones
en la marcha normal de la sociedad o por otros motivos. Es claro pues, que este tipo
de acciones presenta rasgos en este sentido, más próximos al carácter "intuitu
personae" (confr. Zaldivar, E. y otros, "Cuadernos de Derecho Societario", Vol. III, p.
229; Halperín I., "Sociedades anónimas", p. 287).
Considero que en el caso, en que se trata de acciones nominativas no endosables,
cabe recordar aquella afirmación de Brunetti en el sentido de que "la acción no
incorpora ni un derecho de crédito ni un derecho real, sino un "status" al que van
unidos derechos de especial naturaleza y especiales obligaciones" (véase: "Tratado...",
t. II, p. 525) y si bien el art. 3417 del Cód. Civil establece que los sucesores universales
se encuentran, en principio, en la misma situación que las partes a las cuales suceden,
también dispone como excepción a esa regla "aquellos derechos que no son
transmisibles por sucesión", entre los cuales están previstos, como apunté "supra", los
derechos intransmisibles en razón de una cláusula contractual (art. 1195, Cód. Civil).
Es decir, que obligaciones que son transmisibles por naturaleza, pueden ser
convertidas en intransmisibles por tratarse de cuestiones sometidas a la libre
determinación de los particulares (confr. Llambías J. J., "Tratado de Derecho Civil
Parte General", t. II, p. 334/5). Desde este ángulo, no encuentro reparos que oponer a
la cláusula en análisis, siendo válido agregar como reflexión que el art. 214 ya citado
se refiere a la transmisibilidad de las acciones sin especificación alguna, lo que permite
considerar comprendidas ambas formas o modos de transmisión. Presumiblemente, si
el legislador hubiera querido referirse a las formas voluntarias y no a las legales o
forzosas, lo hubiera dicho expresamente.
No desconozco que el tema ha sido materia de discrepantes soluciones en el derecho
comparado, mas, ante las consideraciones vertidas precedentemente, estimo que no
median objeciones para admitir esta solución en nuestro derecho. Ello, sin embargo,
siempre deberá hallarse subordinado a que los estatutos que extiendan en forma
expresa estas restricciones a la transmisión por causa de muerte contengan un
procedimiento que permita al heredero o legatario, en todo caso, o ser reconocido
como accionista o la posibilidad de transmitir las acciones adquiridas bajo estos títulos,
obteniendo su justo precio. En efecto, las restricciones no pueden traducirse en una
exclusión de la transmisibilidad de la acción, al someterla a tales condiciones que la
anulan prácticamente. Es por ello que si se trata, como en el caso, de atribuir un
derecho de adquisición preferente a favor de cualquiera de los sujetos que se
mencionan en la cláusula, deberán respetarse los límites del ejercicio de tal
procedimiento y si nadie quiere ejercitar tal derecho en un plazo establecido, es obvio
que el heredero o legatario deberá ser reconocido como accionista. Resguardado este
derecho y asegurado que el precio que se pague por las acciones sea justo, no
encuentro obstáculos para admitir la cláusula bajo examen (confr. Broseta Pont M.,
"Restricciones estatutarias a la libre transmisibilidad de las acciones", p. 213/5, Ed.
Tecnos, Madrid, 1963).
Como consecuencia de lo expresado, considero que V. E. debe acoger el recurso
interpuesto con el alcance y precisiones de este dictamen. -- Buenos Aires, octubre 6
de 1993. -- Raúl A. M. Calle Guevara.
2ª Instancia. -- Buenos Aires, octubre 27 de 1993.
Considerando: 1. El representante legal de "El Chañar S. A.", apeló la resolución
dictada a fs. 48 por la Inspección General de Justicia, desestimatoria de la inscripción
de la reforma del art. séptimo del estatuto social, atinente a la transferencia de
acciones por fallecimiento de un accionista. Fundó su desacuerdo en la memoria de
fs., 49/57, respondida por la apelada a fs. 86/88. Fue oído el Sr. Fiscal de Cámara a fs.
93/95.
2. Los fundamentos desarrollados en el dictamen precedente --que esta sala comparte
y a los cuales cabe remitirse por razones de brevedad--, son suficientes para sustentar
la estimación del recurso.
3. El alcance asignado por la Inspección General de Justicia al art. 214 de la ley de
sociedades es inadecuado. Nadie predica tal norma legal sobre la prohibición de
limitación de la transmisibilidad de las acciones nominativas en caso de muerte de
alguno de los accionistas. La disposición debe integrarse armónicamente con lo
previsto por el art. 1195 del Cód. Civil, como acertadamente señala el Fiscal de
Cámara.
Si bien puede inferirse que las limitaciones a que alude el citado art. 264 en general a
casos de transmisión "inter vivos", precisamente una disposición especial estatutaria
permitirá extenderla al supuesto de transmisión "mortis causa" (confr. Alberto Víctor
Verón, "Sociedades Comerciales", t. 3, p. 541, Ed. Astrea, 1986 y doctrina citada).
4. Por lo expuesto, se resuelve: estimar el recurso interpuesto a fs. 49/57 y revocar el
decisorio de la Inspección General de Justicia de fs. 47/48, con el alcance y
precisiones señalados por el Fiscal de Cámara.
El doctor Morandi no interviene por hallarse en uso de licencia (art. 109, Reglamento
para la justicia nacional). -- Ana I. Piaggi. -- María L. Gómez. -- Alonso de Díaz
Cordero.

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