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segundo paracial pregunta 2

Tipo Sección de un libro


Autor Carlos Elizondo Mayer-Serra
Idioma español
Resumen RESEÑA
Título del libro Los de adelante corren mucho
Fecha de adición 11/5/2023 17:36:53
Modificado 12/5/2023 23:28:07

Marcas:
Univ. CALLE VIZA GERSON CARLOS

Notas:
RESEÑA

Reseña crítica

En esta obra, el autor expresa la enorme concentración de privilegios que en América posee una élite en
detrimento de la población, privilegios que no solo dan el dinero o el grupo étnico de pertenencia, sino
también las relaciones políticas con quienes detentan el poder.

A lo largo de la historia, estos privilegios han ido creando una gran desigualdad que se manifiesta en
todos los ámbitos.

Formación de las élites en América

La historia de la humanidad es la historia de las desigualdades. Desde el momento en que el hombre se


percata de que puede tener más que su semejante, comienzan las luchas que ocasionan la desigualdad.

Sin embargo, se plantea en primer término un problema de carácter ético. Todos los hombres son
iguales. En América, ese es el principio que ordena nuestro pacto social.

En segundo término, si somos iguales, tenemos derecho al voto. Y todos los votos deben tener el mismo
valor.

En América Latina no se siente esa fuerza igualadora que implica la democracia, mientras que en
Estados Unidos hace tiempo se perdió.

Existen muchas razones que parecen explicar las desigualdades. Los mejores educados, los blancos, los
hijos de ricos, así como también las nuevas tecnologías permiten dar a los más exitosos dominio sobre la
economía.

Durante el siglo XX en América Latina la desigualdad se mantuvo pese a las diversas revoluciones que
hicieron que el continente se volviera democrático, a excepción de Cuba según el autor. Sin embargo,
las revoluciones no lograron eliminar las élites sino sustituirlas.

Toda desigualdad tiende a ser justificada con una ideología. En el caso de Estados Unidos, es el sueño
americano que parte del hecho de que todos son iguales pero solo los más trabajadores y hábiles logran
el éxito.

La intención del autor es demostrar la dimensión de los privilegios y por qué la desigualdad, aunque
algunos no lo crean, importa.

Existe una buena cantidad de índices que procuran medir el bienestar de la población. Uno de ellos es el
Índice de Desarrollo Humano, que registra el progreso o retraso respecto a cuántos años vive un
ciudadano, los años de educación que recibe y el ingreso bruto en un período determinado.

Para nuestro nivel de ingresos, somos una región con elevados niveles de mortalidad materno-infantil,
homicidios, analfabetismo y falta de seguridad social.

América es la región más desigual del mundo. América Latina lo fue siempre.

La desigualdad es importante

En toda economía capitalista, una importante proporción del capital es controlado por un pequeño
grupo, la oligarquía. Esta puede competir o ayudarse, depende de las circunstancias. Si sus privilegios se
ven afectados, tienen más oportunidad de defenderlos si están unidos.

En América Latina, “estas élites suelen correr más deprisa, y acrecentar sus privilegios gracias a
transferencias de recursos públicos”. Las élites económicas y políticas se articulan, se hacen favores y
se relacionan con el resto de la sociedad.

Esta obra es un esfuerzo por mostrar quiénes son esas élites, con qué privilegios viven, cómo se
relacionan entre ellas y cómo se han mantenido a través de la historia.

No se trata de estudiar las élites europeas, sino las de América Latina, especialmente las de México, y
relacionarlas con las de Estados Unidos.

Este es un libro que explica cómo las élites de la región siempre van adelante, corren rápido y gracias a
ello amplían sus privilegios.

¿Y acaso importan las desigualdades? Pues el autor sostiene que sí, por razones morales, políticas y
económicas.
Las razones morales están relacionadas con la religión, en este caso con el cristianismo, pues es la
religión dominante en la región. No deben existir desigualdades, pues todos somos iguales a los ojos de
Dios.

Por otra parte, el liberalismo parte de la idea de que todos los individuos tienen los mismos derechos. La
socialdemocracia también considera que todos los individuos deben tener igualdad de oportunidades
para desarrollar sus potencialidades.

Pero no existe igualdad. Es una utopía. Es ficción. No nacemos iguales, no tenemos la misma genética,
las mismas capacidades ni las mismas oportunidades. Sin embargo, esa ficción ancla el pacto social. Las
constituciones de la mayoría de los países del continente americano así lo estipulan.

La declaración de independencia de Estados Unidos sostiene que todos los hombres son creados
iguales, que la libertad, la vida y la búsqueda de la felicidad son derechos inalienables dados por el
creador.

Pero la igualdad es imposible. Algunos serán más capaces o tendrán más suerte para acumular los
bienes más deseados por la sociedad.

Marcas: CALLE VIZA GERSON CARLOS

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