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Dulce Karen Serrato Santillán

Matricula: 11-003-0288

RESEÑA

DOCUMENTAL: “25 AÑOS DE FRENTE, EL SALVADOR”

Las primeras imágenes del documental, hacen referencia a un Salvador en armas, al


frente civiles o guerrilleros se enfrentan a los militares y viceversa; aunque las armas
delatan quien tiene más poder. Un territorio dividido, enfurecido, sin piedad,
aparentemente empobrecido, pero la lucha no se ve ni un poco apagada. En nombre de
las políticas impuestas, las reacciones sociales serán los matices para ver y/o analizar las
perspectivas históricas ante una dictadura militar en el Salvador del siglo XX, en
América Latina.

Para contextualizar el Salvador (ombligo de América), hace una referencia en el tiempo


prehispánico, colonial y del siglo XIX, sobre ¿Quién ha sido el Salvador socialmente?
Por lo visto, reaccionario, colectivo, movilizado, luchando desde las montañas hasta las
periferias urbanas contra el conquistador, El presidencialismo, el Militarismo,
regímenes dictatoriales violentos y represivos.

El documental se basa en los movimientos sociales/guerrilleros a finales de los años 60’


hasta los 80’. Una de las principales herramientas metodológicas para investigar, fueron
las entrevistas a los integrantes políticos armados de izquierda, quienes se rebelaron
ante el régimen impuesto del militarismo y el descontento de los fraudes electorales.

Es así que estas condiciones gestaron que hombres y mujeres del Salvador (campesinos,
estudiantes, maestros, sectores medios y bajos, urbanos y rurales) se manifestaran tanto
por la vía de la protesta y la violencia para exigir un cambio político profundo, no de
reformas sino la radicalización de estructuras, una crítica al gobierno actual y la forma
de gobernar; praxis de la democracia, la libertad y que haya condiciones
socioeconómicas que garanticen el bienestar del pueblo.
Los grandes enfrentamientos de violencia, generaron que la izquierda se engrosara en
grupos civiles y partidos como el FMLN que encabezaría la lucha y dar fuerza para lo
que se enfrentarían por muchos años, diferentes grados de violencia. Ellos se
manifiestan y se consideran personas conscientes que aunque estén en enfrentamiento
con los militares, también piden paz y dialogo con el gobierno para cesar las torturas,
las desapariciones, las emigraciones forzadas y las muertes de la ciudadanía. Sin
embargo se rehúsan ante esta demanda y siguen en la guerra.

Este síntoma visibiliza que no hay una libertad de expresión, mucho menos la
participación ciudadana, el atraso político y económico que tenía empobrecido al
Salvador. El autoritarismo y la dictadura violando los derechos humanos en su máxima
expresión, aunado el apoyo de la militancia estadounidense. A mi parecer las primeras
expresiones de libertad ante la guerrilla fue la radio comunitaria del FMLN, seguir
protestando en las calles y la música para abrir estas vías alternas al sistema.

Ante la masacre de los salvadoreños por parte del militarismo en vez de impedir un
desarrollo en la construcción política-social, fue todo lo contrario tomo más fuerza,
empoderamiento y visualizaciones ante el futuro próximo, todo sumaba, principalmente
la sociedad salvadoreña que seguía reiterando su utopía, de un Salvador democrático,
participativo y políticamente activo desde el pueblo.

Ese momento llego con el acuerdo y dialogo de paz con la Asamblea Constituyente, con
Álvaro Magaña, un accionista mayoritario del Banco Hipotecario y miembro del poder
económico, pues era necesario organizar un Gobierno de Unidad Nacional, al ver que el
FMLN extendió por todo el país la guerra revolucionaria y estableció “zonas bajo
control” así como “zonas de influencia”, es así que demuestra ser una fuerza militar y
política de gran peso en el país. Para nada convenía dentro del poder económico que
ellos estuvieran en la cúspide del poder.

En los Acuerdos de Paz de 1992 se llegó a un acuerdo para desmontar el gobierno


militarista con cara democrática y así el FMLN llevara consigo sus propuestas de
gobierno legítimo y participativo. Aunque esto marco un fin, también marco un
principio para emprender más lucha donde de verdad se hicieran valer los derechos
ciudadanos, el bienestar social y políticas públicas que cubrieran a todo el país. Los
enfrentamientos no paran y siguen hasta el 2005. La lucha del pueblo demuestra que es
una tarea y obligación hereditaria para hacerse valer como ser humano, pues el gobierno
no deja otra opción. El FMLN sigue siendo una opción de gobierno, quien cree la gente
pueden haber cambios de transformación, de igualdad y dignidad al salvadoreño. La
libertad puede alcanzar concepciones radicales, como en esta guerra civil; armarse hasta
morir para alcanzar la libertad de uno y todos. Es así que el Salvador no ha terminado la
insurgencia que todos los días denota la precariedad interna educativa, de género,
familiar, la economía, la política; estar en constante deconstrucción para construirse.

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